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Dirección: 1.

Editorial
Roberto Rinaldi
5.El Tema Central
Redacción: Teotihuacán, La Ciudad de los
Fernanda Seisdedos Dioses.
Roberto Rinaldi
14. El Mate (Amaro Villanueva)
Colaboradores: Antecedentes de la voz
Miguel Borra
Alfredo ("El Umbral") 18. Relatos
Gerardo Rodríguez El Loco
Adrián López -Rubén Boisserene-

Diseño: 21. Cuentos


Roberto Rinaldi Algo muy malo va a suceder...
-Gabriel García Márquez-
Redacción: El Simulacro
Padre Feliciano Nº752 -Marcelo Constant-
El Bolsón - Río Negro Los Buscadores de Idilio
Argentina -Adriano-

Contacto: 31. Teatro


Página Web: El Monstruo del Lago Puelo
www.lacomunadeelbolson.blogspot.com -Gabriela Martinez-
Mail:
lacomunadeelbolson@gmail.com 39.La Edad Media
Por Una Nueva Edad Media
Agradecimientos: -Gerardo Rodríguez-
A mi mujer, por su apoyo
incondicional.A Alfredo («El 46. El Personaje
Umbral») por mostrarme la
herramienta, a Miguel Borra por 50. Entretenimiento
enseñarme a usarla y a todos los Los círculos en el agua
que, directa o indirectamente, Las huellas de mis ruedas
apoyaron y apoyan este humilde
proyecto.
«Soy un perro abandonado, tan sólo por ser altivo.
Ser decente es mi castigo, y de gritarlo me empacho,
he pecado por ser macho, ¡pero nunca por ladino!»

Con la intención de dar conocimiento al abundante bagaje cultu-


ral que tienen los habitantes de la comunidad de El Bolsón surgió
la revista socio-cultural "La Comuna...de El Bolsón". Dicha
publicación tendrá dos versiones: la impresa (la cual se conse-
guirá sólo en los revisteros de la localidad) y la virtual (a la que
accederan en: www.lacomunadeelbolson.blogspot.com).
La finalidad de la publicación es brindar la posibilidad, a las
personas que no tienen un renombre o no disponen del dinero
necesario como para editar sus propios cuentos, relatos, poemas,
etc., de publicar parte de su arte sin más requisitos que el de
hacer llegar su creación a "La Comuna...de El Bolsón" junto
con los datos que quieren que aparezcan en la revista (nombre, o
apodo, lugar de residencia, etc.). Para ello pueden utilizar el
medio electrónico (al correo electrónico que detallo más abajo) o,
simplemente, dejar el material escrito en cualquiera de los tres
revisteros de El Bolsón.
Intentando hacer hincapié en la diversidad cultural e ideológica
que extiste en nuestro querido pueblo, no se prohibirá ningún
tipo de producción excepto aquellas que sean de un marcado mal
gusto, agresivo (sin finalidad alguna), o si se descubren extrañas
similitudes con otra obra ajena. En caso de que un artículo sea
rechazado se informará debidamente al autor o autora con la
explicación correspondiente y, como es debido, se le dará un
derecho a réplica que, de ser necesario, será publicado por la
edición digital, por la impresa o por ambas.
Este emprendimiento tiene como única necesidad real la partici-
pación de las personas, se preguntarán "¿Cómo puedo partici-
par?", pues muy fácil: envían su cuento, relato, ficción u opinión
a lacomunadeelbolson@gmail.com y de este modo están
dando una mano generosa a este proyecto sin fines de lucro (el
«No le mezquine fideos aunque muera reventao que,
aunque parezca mentira, morir lleno no es pecao.»

costo de la publicación impresa es el necesario para pagar la


producción de ese único ejemplar, tengan en cuenta que la
revista no consta de publicidad ni de "apadrinamientos", para
que el placer de la lectura no sea interrumpido por esas odiosas
distracciones). De más está decir que les daremos pronta res-
puesta, dentro de nuestras posibilidades. ¡Nos estamos leyendo!.
La Comuna...de El Bolsón.

En este Número de "La Comuna...de El Bolsón":


Nos dejamos sorprender por la mítica "Ciudad de los Dioses"
Americana, las calles y piramides de Teotihuacán nos asombran
aún hoy, Siglos después de su apogeo. ¿Qué clase de personas la
fundaron y vivieron en ella?, ¿Qué sentimiento generaba en la
región Mexicana?, ¿Cómo es posible que una sociedad tan avan-
zada tecnológicamente tenga una mortalidad infatil gigante?.
Luego nos adentraremos en los secretos del mate, ese viejo
aliado cotidiano de nuestra sociedad. ¿Quién inventó el mate?,
¿Qué significa "mate"?, ¿Por qué es tan importante para noso-
tros?. Todas estas preguntas tedran su respuesta a su debido
tiempo puesto que en los subsiguientes números de "La Comu-
na..." seguirán surgiendo artículos sobre el mate.
Rubén Boisserene nos cuenta lo que significa "El Loco" para él y
cómo lo marcó en su vida.
El "Uno" de "La Comuna..." despega con un conjunto de cuentos
de gran calidad: Gabriel García Marquez nos relata cómo se
generan las catástrofes, ¡y no sólo en los pueblos chicos!. Por su
parte, Marcelo Constant no muestra qué sucede cuando alguien
juega con los sentimientos de la gente, cuando alguien se burla
de la pasión popular...paga el precio más alto. Adriano nos conta-
rá qqué clase de personas son los " Los buscadores de Idilios" ,
cuento que en el segundo número de la revista encontrará su
secuela ("Los Generadores de Momentos ").
¡Último momento!, Gabriela Martinez nos informa de un avistaje
de un monstruo en las plácidas aguas de nuestro querido Lago
Puelo, ¿Cómo es posible que nos hayamos enterado recién aho-
«Se fue sin decir palabra, ¿Pa´ qué andar palabreriando?,
si naides le da razón a la opinión de un paisano.
¿Qué le importa a los demás lo que uno viene pensando?»

ra?, ¿Dónde se escondió durante todos estos años?. Leeremos


esta hermosa obra de teatro y sabremos la verdad de este delica-
do asunto.
Gerardo Rodriguez nos contará cómo era vivir en la Edad Media y
qué dificultades cotidianas tenían las personas comunes y co-
rrientes en su día a día. Tambien nos hará dudar sobre la "oscuri-
dad" del Medioevo, ¿Es cierto que no se inventó nada de relevan-
cia? o ¿es que, acaso, esos inventos perdieron vigencia a través
del tiempo y hoy nos resultan inútiles?. Este será otro de los
clásicos espacios de "La Comuna...".
¿Quién fue el autor de las frases que aparecen en la cabecera de
cada página de la revista?, ¿Qué es de su vida?, ¿Cómo llegó a
ser quién es?. Todas estas respuestas se encontraran sobre el
final de la publicación. En cada número habrá un personaje
diferente que valga la pena rescatar (por su mensaje, por su obra
o por su vida misma).
Llegando al final, nos relajamos -no tanto- y nos enfrentamos a
los problemas de cada número para intentar hacer funcionar los
engranajes oxidados del mate. Los "Círculos en el agua" nos
harán cuestionar nuestra lógica...o tal vez no. Y "Las Huellas de
mis ruedas" nos dará la posibilidad de entender (¿o no?) la
decisión de la policía al encarcelar a una mujer.
Los/as invito a que profundicemos en los temas anteriormente
presentados, así nos sorprendemos con hechos reales y con otros
no tan verídicos, pero sí ocurrentes y reflexivos...
¡Nos estamos leyendo!

Para bajar la versión gratuita digital:


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Para participar activamente:


Dejar el material en los revisteros de El Bolsón o enviar un mail
Mail: lacomunadeelbolson@gmail.com
«¿Quién me enseñó a ser bruto?¿Quién me enseñó?, si en la pansa
de mama no había ni escuela ni pizarrón. Y asigún dicen nací varón
porque en el pique faltaba un pion.»

La vida urbana en el periodo clásico Mesoamericano.


Teotihuacán hacia el año 600 D.C.

Calles, tapias y mucha gente:


En ningún asentamiento de México antiguo la palabra calle puede
usarse con más propiedad que en Teotihuacán. Basta con mirar
el mapa del sitio arqueológico para percibir un grupo compacto
de cuadros, separados entre sí por estrechas franjas, formando
así un sistema en el cual quedaba muy poco espacio para las
arboledas. Imaginándonos cómo sería el transitar aquellas calles,
advertimos que el transeúnte no podía ver más que los muros
que limitan a las mismas y, ocasionalmente, alguna que otra
decoración de los edificios más importantes. Cabe aclarar que las
calles teotihuacanas no responden a la traza recticular a que
estamos habituados hoy en día en la mayor parte de ciudades y
pueblos. A cabo de tres o cuatro cuadras cualquier calle era
cortada por un nuevo macizo de construcción y era preciso
doblar en ángulo recto para buscar otra calle que continuara en
la dirección deseada. La longitud de cada tramo de calle era de
unos 60 m. , que es la medida promedio de cada uno de los
cuatro lados de un conjunto habitacional. Aquellas calles que
circulaban dentro de un mismo barrio medían, más o menos, dos
o tres metros, pero las que separaban un barrio de otro eran más
anchas.
Bajo las calles y junto a ellas circulaban los canales del sistema
de drenaje de la ciudad, algunos de los cuales eran subterráneos
«No sabe que para el pobre solo se han hacho los brazos,
la esperanza es para el que tiene legüas y legüas de campo.»

y otros a cielo abierto, sumados a un canal central, lo que


permitía el tránsito de las personas al mismo tiempo que la
circulación de agua.
Todo hace suponer que el sistema de drenaje de Teotihuacán
tenía como principal propósito el de evacuar agua pluvial. El
punto de partida del sistema estaba en cada uno de los patios y
plazas de la ciudad, el agua ingresaba a la red de drenaje por las
coladeras de tales espacios y su destino final era el río San Juan,
principal corriente natural que cruzaba la ciudad.
La gran cantidad de precipitaciones, sumada a las montañas
boscosas hicieron más que necesario este sistema de "desagote"
de la ciudad para evitar inundaciones y "encharcamientos".
Además de recolectar el agua de origen pluvial, los canales de la
ciudad habrían tenido la función de dar continuidad al sistema de
circulación de agua.

La dimensión del proyecto:


Los rasgos que distinguen a Teotihuacán como gran complejo
urbano implican un esfuerzo social formidable que debió ser
conducido por una entidad política legítima y centralizada,
provista de lo que hoy llamaríamos credibilidad y poder de
convocatoria.
Las marcas más vigorosas del paisaje urbano (las pirámides del
Sol y de la Luna, y el conjunto de la ciudadela) son
monumentales, y requirieron de una inversión de fuerza de
trabajo que se mide en decena de miles de trabajadores, acaso
cientos de miles, por varias generaciones. Sin duda allí se
construyó el prestigio político y religioso de la ciudad, en esa
tarea titánica. En un entorno ecológico favorable -con recursos de
importancia crucial como la obsidiana y la arcilla- se construyó su
prosperidad económica.
El gobierno de Teotihuacán dispuso, a la vez que la erección de
aquellas monumentales arquitecturas, el trazo y fabricación de la
gran calzada de 5 Km. de largo que organiza todo el
«Al final, todos copan pero banca el pobre diablo,
y como es a cuero limpio, las lonjas parecen trapos.
Naides mezquina salmuera cuando es de otro lomo el tajo.»

asentamiento. Hoy llamamos a ese gran eje norte-sur Calzada de


los Muertos, pero no fue nada semejante a un cementerio; era el
pasaje más concurrido, uno de los espacios más vivos de la
mayor ciudad de la América Indígena.
Las construcciones de Teotihuacán cubren una superficie de
20Km cuadrados. Se calcula que hacia el año 600 D.C. la ciudad
contaba con 125000 habitantes (como mínimo). Tales eran las
dimensiones de Teotihuacán; allí tuvo lugar una de las más
intensas experiencias urbanas del México Antiguo.

Barrios:
Una de las características que distinguen a Teotihuacán de las
otras ciudades mesoamericanas es su arquitectura habitacional.
En el resto de los asentamientos de todas las épocas, los edificios
de mampostería eran utilizados por la nobleza local, mientras
que los demás grupos vivían en casas de adobe o ramas.La
mayor parte de la población vivió en conjuntos habitacionales de
sólida mampostería, protegidos de la humedad, adecuadamente
iluminados y ventilados. Estos edificios son llamados «conjuntos
habitacionales». Cada conjunto habitacional corresponde a una
manzana de la ciudad.
El conjunto habitacional teotihuacano equivale a la agrupación de
varias casas unifamiliares en un solo edificio. En promedio
albergan de 10 a 20 familias nucleares. Aunque se presentan
variaciones significativas en el tamaño y en la organización
interna de los conjuntos, la mayoría se sitúan cerca de una
medida promedio de 60 metros por lado y tienen una superficie
de entre 3000 y 4000 metros cuadrados. Se calcula que en cada
conjunto pudieron vivir alrededor de 60 persona como mínimo y
100 como máximo. En su apogeo, la ciudad de Teotihuacán llegó
a tener entre 2000 y 2200 conjuntos habitacionales. Estos
conjuntos constituyeron la vivienda estándar de la población
teotihuacana durante más de 300 años, de 300 D.C. a 650 D.C.
Es muy probable que los habitantes de Teotihuacán hayan sido
compelidos a vivir en los conjuntos habitacionales y no en otro
«Apenas tiene un cachito de tierra para ir tirando, las ha sembrao a
coraje, soñando con cuervos blancos.»

tipo de viviendas, y es probable también que el propósito


subyacente a la imposición de ese modelo que concentraba y
ordenaba a la población fuera el de mejorar el ritmo de la
producción artesanal de la ciudad.
Es importante señalar, sin embargo, que la uniformidad del
modelo se refiere a su aspecto externo y general, puesto que
cada conjunto en particular muestra un plano distinto. Dentro de
el mismo cuadro de 60 m. por 60 m., cada grupo de familias
parece haber obrado con bastante libertad para decidir el número
de patios, su ubicación y sus medidas; el número de
habitaciones, y si estas iban a ser más alargadas o más
cuadradas...Algunos conjuntos tienen muchos pasillos, largos y
oscuros, mientras que otros se valen exclusivamente del sistema
de patios para comunicar las habitaciones. Hay conjuntos que
tienen muchas habitaciones pequeñas y otros que tienen pocas
habitaciones grandes. Hay, en fin, conjuntos que tienen un patio
central con un templo de grandes dimensiones y otros en los que
no puede identificarse un centro, sino varios patios principales.
Todo ello hace suponer que el control estatal sobre la
organización del suelo urbano se quedaba en el umbral de cada
conjunto habitacional; en su interior eran las familias, con sus
necesidades específicas de uso del espacio, las que definían las
características del edificio.

El agrupamiento de los conjuntos:


René Millon ha observado una tendencia de los conjuntos
habitacionales teotihuacanos a agruparse para formar barrios.
Los barrios más pequeños estás formados sólo por dos o tres
conjuntos (200 personas); pero hay barrios que agrupan 10 o 15
conjuntos habitacionales y que deben haber superado el millar de
habitantes. Podemos suponer la presencia de un barrio cuando
identificamos en el mapa varios conjuntos habitacionales que se
encuentran muy próximos entre sí, es decir, separados sólo por
las calles estrechas, casi callejones, y que, a su vez, se alejan de
otros grupos de construcciones al quedar separados de ellas por
«No es de hombre de verdad vivir de honor emprestado cuando se
ha cambiado el propio por un hueso y sin un asco.»

calles amplias o baldíos. También se pone de manifiesto la


existencia del barrio por la presencia de artefactos que revelan la
identidad de oficio e incluso de origen étnico de los habitantes de
varios conjuntos habitacionales próximos. Ambos factores, la
tendencia al agrupamiento y la identidad de oficio o procedencia,
parecen estar presentes simultáneamente. El barrio habría
funcionado como un escalón administrativo intermedio, entre el
conjunto habitacional y la ciudad, así como el conjunto
habitacional puede haber sido la instancia de mediación entre la
familia y el barrio.
Los casos más conocidos y sobresalientes, por implicar lazos
étnicos además de la identidad de oficio, son el llamado "barrio
Oaxaqueño" y el "barrio de los mercaderes".
En la ciudad de Teotihuacán se utilizó un tipo de conjunto
arquitectónico que se conoce como "complejo de tres templos", y
que consiste en la agrupación de tres plataformas piramidales
que cierran tres de los cuatro lados de una pequeña plaza, Estos
conjuntos ceremoniales -y quizá también administrativos-
salpican la superficie de la ciudad; hay bastantes de ellos, pero
su número es muy inferior al de los agrupamientos de conjuntos
habitacionales que se han identificado como barrios; además,
varios de ellos se encuentran en puntos más o menos neutros,
equidistantes de dos o más barrios. Este fenómeno hace pensar
en la existencia de «distritos» integrados por varios barrios, y
presididos por estos conjuntos de tres estructuras.

Uniones y Divisiones:
Ya sabemos que los habitantes de un mismo conjunto
habitacional tenían en común el oficio, pero, al parecer, les unía
algo más. Eran comunidades cohesionadas por lazos de
parentesco que practicaban un patrón de residencia patrilocal.
La unión creada por el parentesco y por la comunidad de oficio
no era obstáculo para que se presentaran diferencias de status
dentro de un mismo conjunto habitacional y dentro de un barrio.
«Todo nace y todo muere, es la ley, y sin embargo,
unos mueren por morirse nomás y otros por algo.
No busqués la diferencia, ¿Pa´ qué?, no viene al caso.»

Cuando nos enteramos de que algunos individuos de un conjunto


habitacional fueron incinerados, y observamos las ricas ofrendas
enterradas junto a sus restos, mientras decenas de otros
individuos de ese mismo conjunto habitacional fueron enterrados
directamente en el piso, con alguna vasija sencilla, descubrimos
claras diferencias de estatus dentro del conjunto.
También se vio que algunos conjuntos tenían mayor jerarquía
que otros del mismo barrio. Finalmente, se perciben en
Teotihuacán diferencias de estatus entre los barrios: al Este de la
pirámide de La Luna y al norte de la pirámide del Sol
encontramos barrios de sorprendente riqueza, a juzgar por las
pinturas que cubren sus muros; al sur de la ciudad, en cambio,
en las proximidades del río San Lorenzo, la arquitectura presenta
acabados mucho más austeros.
Vale la pena observar que esta diferenciación social que se
produce en cada nivel de la organización de la ciudad le imprime
a Teotihuacán un carácter diferente al que percibimos en las
sociedades del Posclásico: no se trata de una masa empobrecida,
sujeta al control de una elite inconmensurablemente rica. En
primer lugar, las familias ricas compartían con las más pobres un
mismo tipo de arquitectura y de medio urbano. En segundo lugar,
todos los grupos, aún los de menor jerarquía, experimentaban
una diferenciación interna, basada, seguramente, en criterios de
parentesco, sexo y edad, así como méritos adquiridos durante la
vida. Los indicios que hoy están a nuestra vista no apuntan hacia
una sociedad de clases como la que construyeron los mexicas.

Los Oficios:
El crecimiento demográfico sostenido que los arqueólogos han
detectado en la antigua urbe no podría explicarse sin un flujo,
constante, de inmigración procedente de la periferia rural.
El prestigio religioso de Teotihuacán tuvo que ser un factor de
atracción muy importante. Ese prestigio podía tener su origen
remoto en la existencia de abundantes cuevas y manantiales en
el área, pero sin duda se afianzó con un episodio histórico de
«Abajesé nomás, no tenga miedo, que si cree que la altura es cosa
buena, abajo va a encontrar lo que ninguno ha hallao ni habrá de
hallar cuando se vuela.»

gran trascendencia: la edificación de las pirámides del Sol y de la


Luna.
Con la construcción de las pirámides, la elite de Teotihuacán
trazaba el destino religioso de la ciudad y simultáneamente
construía su liderazgo regional y su capacidad para reunir y
organizar nutridos contingentes de mano de obra. La eficacia
administrativa de aquella elite para regular la explotación y
distribución de la obsidiana, para poner en circulación las
manufacturas (cerámica) y para garantizar una plaza de mercado
en la que confluían recursos de todas las regiones tuvo que ser
una razón clave para que los diferentes grupos decidieran
concurrir y agruparse en la ciudad.
Es muy probable que entre los vecinos de la ciudad hubiera
agricultores que, durante los días del año en que la tierra no
demandaba su fuerza de trabajo, colaboraran en tareas de
extracción de obsidiana de los yacimientos próximos y en las
tareas constructivas de la ciudad. En ambas faenas debe haber
intervenido el gobierno para organizar los turnos y montos de
trabajo y para facilitar, por medio de sus almacenes, la
alimentación de las cuadrillas de trabajadores.
Hay que resaltar que las dos terceras partes de la población de
Teotihuacán se dedicaban a la agricultura. El tercio que no lo
hacía, se vinculaba con talleres artesanales especializados
(trabajadores de la obsidiana, alfareros, cesteros, etc.) . Sin
embargo, debemos observar que una serie de tareas importantes
de carácter administrativo, religioso y militar habrían sido
realizadas por individuos no vinculados a talleres, lo mismo
ocurre con músicos, mercaderes, pescadores y cazadores.
A diferencia del conjunto habitacional en el cual ha vivido una
familia de alfareros o de trabajadores de la obsidiana, el conjunto
que ha albergado a un destacamento militar, a un grupo de
sacerdotes o a un gobernante, no queda salpicado de materias
primas; tampoco quedan en él instrumentos que delaten el oficio
de los usuarios. Las características de la arquitectura, su
ubicación en relación con áreas públicas y ceremoniales, y la
«Matungo flaco, aunque mal criaó, jamás olvida el pago. Hombre
gordo, por bien criaó, llega a olvidarlo. No busqués la diferencia,
¿Pa´ qué?, no viene al caso.»

iconografía de sus muros, han sido algunos de los rasgos


señalados en ciertos edificios teotihuacanos para proponer su
relación con las elites de la ciudad. El "palacio" de
Quetzalpapálotl fue identificado como tal en virtud de su
ubicación privilegiada y de la riqueza de su escultura decorativa.
Se encuentra, en efecto, en la cabecera de la ciudad, y la
ornamentación de su patio de columnas es única. El conjunto
habitacional de Tetitla fue señalado por Sejourné como un
"monasterio" y hay buenos motivos para ello.

Hogares:
Los conjuntos habitacionales teotihuacanos son, antes que nada,
edificios que agrupan cuartos, vecindades con un número de
habitaciones mucho mayor al que caracteriza a una casa
unifamiliar. Respecto de las dimensiones de los cuartos, es
preciso señalar que hay una gran variedad dentro de cada
conjunto habitacional, además de las diferencias que hay entre
un conjunto y otro.
Aunque algunos conjuntos contaban con pasillos, que debieron
ser bastante oscuros, la clave para comunicar un grupo de
habitaciones con otro estaba en el uso de los patios. Cada patio
daba acceso, ventilaba e iluminaba un grupo de tres o cuatro
habitaciones, y bastaba con un estrecho paso o con abrir un
segundo vano a cualquiera de estas habitaciones para acceder a
otro patio y a un nuevo grupo de cuartos. Además de los patios
mayores, es frecuente encontrar pequeños patios en las esquinas
o en los bordes de los conjuntos; estos patiecillos funcionaban
como cubos de luz, de manera que las habitaciones cuya puerta
no daba a un patio de distribución sino a otro cuarto podían
contar con algo de iluminación natural. Los recubrimientos de
estuco bruñido que tenían, en muchos casos, los patios de los
conjuntos incrementaban la cantidad de luz reflejada y ayudaban
a resolver el problema creado por la ausencia de las ventanas.
Esta ausencia de ventanas es un rasgo difícil de explicar pero
«No solamente se vive por el tiempo, no nace el día tan sólo por el
sol. La flor no aroma los prados ni la brisa, todo es en vano si no
tienes amor.»

característico de la mayor parte de la arquitectura


mesoamericana.
No podemos asegurar que conocemos la rutina seguida por los
teotihuacanos para deshacerse de la basura; tampoco está claro
cuál era el procedimiento para evitar que el excremento y la
orina de los habitantes de cada conjunto se convirtiera en un
problema de salud. Tienen que haber existido basureros y
probablemente letrinas fuera de los conjuntos habitacionales, en
areas que no formaran parte del «primer cuadro» de la ciudad;
es difícil pensar que una urbe de las dimensiones de Teotihuacán
no contemplara una solución a largo plazo para el problema de
los desechos.
Un sistema de drenaje circulaba debajo de cada conjunto para
recoger el agua que caía en los patios. El desagüe de cada
conjunto se conectaba con el sistema general de la ciudad que
iba paralelo a las calles y que a veces circulaba bajo el suelo y
otras veces en acequias.
La vida de las familias de artesanos, y quizá en su mayor parte la
vida de las mujeres y niños de los barrios de agricultores y
mercaderes, transcurría en los conjuntos habitacionales.
Diferentes tareas artesanales tenían lugar en los patios y en los
pórticos. En postes de madera colocados alrededor de los patios,
y quizá también en los pilares de mampostería, deben haberse
atado los telares de cintura en los cuales las mujeres de todos los
conjuntos habitacionales tejerían las telas para el vestido de la
familia.
En los espacios interiores se almacenaba comida, se cocinaba, se
comía y, por supuesto, se dormía. En las habitaciones mayores
deben haber tenido lugar las reuniones del jefe del conjunto
habitacional con los demás jefes de familia, y quizá algunos ritos
religiosos, si bien los principales ritos comunitarios deben de
haber ocurrido en los patios centrales de los conjuntos, alrededor
de los altares.
Texto íntegramente extraído del libro «Mesoamérica y los
ámbitos indígenas de la Nueva España (escalante Gonzalbo).
«No digo lo que digo porque soy maistro o que me sobra ciencia; lo
mesmo es criollo el que puntea la tierra que el que hace un libro
con criolla concencia.»

Antecedentes de la voz:

"Mate" es la voz castellanizada, del quechua "mati", que signi-


fica vaso o recipiente para beber. Pero se ha generalizado, desde
el Perú hasta el Río de La Plata, como nombre vulgar del fruto de
la calabacera -lagenaria vulgaris- y de esta misma planta, que se
llamó "puru", es decir, calabaza, en la lengua general del imperio
de los Incas. No es difícil descubrir la razón del tránsito
semántico: desde hace siglos, el fruto de esa cucurbitácea -en
sus distintas variedades o tamaños y cortado de diferentes
maneras- ha proporcionado toda la vajilla doméstica a las clases
pobres, antes indígenas y hoy criollas. Y, desde luego, les ha
provisto el recipiente de uso más obligado o común: el vaso, la
copa o taza para beber.
En su acepción quechua original, con el significado de vaso, la
registran corrientemente los antiguos cronistas e historiadores de
Indias: Oviedo, Cobo, Cieza, etc.
El escritor peruano Arturo Jiménez Borja, contemporáneo nuestro
que se ha ocupado del tema, recuerda que en la relación de los
primeros religiosos Agustinos sobre el Perú se puede leer esta
referencia: "Hacen también otra manera de mocha y adoración a
Ataguju, y es que ordinariamente el Cacique y principales salen a
comer en la pampa o plaza y allí beben; y antes que comiencen a
beber, derraman un poco de chicha del macte o vaso en que
beben, mochando y adorando a Ataju y a la Tierra". En un exceso
de fineza, como suele decirse, los primitivos Agustinos escriben
"macte" y no mate...
Con esa misma acepción de vaso, Barco Centenera la emplea en
su poema histórico "Argentina", editado en Lisboa en el año
1602, cuando describe el consejo de indígenas convocado por
Ibitupuá para considerar la proposición de Diego de Mendoza, en
«Pa´ usté, que cuando llega una fiesta, de esas fiestas gloriosas de
mi tierra, o simplemente una "doma" que le llaman y que de doma
señor, no tiene nada, porque el que sabe le llama jineteada.»

ocasión del levantamiento de este último contra el Virrey Toledo,


del Perú. El consejo se celebra con randes libaciones de chicha,
de modo que, según Barco Centenera:

"Las tazas andan y los mates,


que el acuerdo se vuelve en vocería."

Posteriormente, según ya dijimos, la palabra mate se ha


vulgarizado como nombre del fruto de la calabacera o lagenaria
vulgaris y aún de la misma planta. En el Perú, mate es designa-
ción genérica de las distintas variedades de esa cucurbitácea y de
sus frutos. Por lo tanto, es sinónimo de calabaza, aunque cada
una de sus variedades reciba nombre propio o particular, de
acuerdo con su tamaño, forma y aplicación o uso. Debía de serlo
desde los días del Inca Garcilazo, puesto que en sus "Comenta-
rios Reales", editados en 1609, ya nos dice al respecto:

"Calabazas de que hacen vasos, las hay muchas y muy buenas:


llámanlas mati".

En el Río de la Plata, en cambio, el uso de esta voz es más res-


tringido, en su acepción de fruto, pues con el nombre de mate
sólo se designa la variedad empleada para preparar y servir la
infusión de yerba, variedad que se llamó "caiguá" en guaraní. Las
otras variedades, de mayores dimensiones, son llamadas
"yervá", en guaraní, y "porongo", en quechua. Entre nosotros,
por lo tanto, la palabra mate, en su acepción botánica, es un
nombre específico, pues designa sólo una variedad de lagenaria y
su fruto: el destinado a cebar mate. "Poro" y "galleta" son deno-
minaciones particulares de esa misma variedad de fruto, según
su forma.

El nombre guaraní de esta calabacita es exactísimo, pues


"caiguá" significa "recipiente para el agua de la yerba". Pero
"mate" es la palabra que se ha vulgarizado y universalizado en
«Por oficios hay miles pa´ nombrar, y van todos trenzados con el
criollismo. No pretenda buscarle diferencia, unifique, es ley de
patriotismo.»

castellano. Y, por extensión, designamos con ella cualquier reci-


piente que reemplaza a la calabacita natural.

Después, por la relación de continente a contenido, la palabra


"mate" ha pasado a designar también la infusión de yerba. Y,
según sea la manera en que se prepare esta infusión, se la
distingue con nombres propios: mate amargo, verde o cimarrón
es el cebado sin azúcar y cualquiera de estos adjetivos se
sustantiva para designarlo; mate dulce, o simplemente, el dulce,
es el preparado con azúcar; tereré, el mate amargo cebado con
agua fría; mate cocido o yerbeao, el que se prepara más o menos
a la manera del té y que primitivamente fue llamado "té de los
jesuitas", por ser éstos quienes introdujeron ese estilo de infu-
sión con respecto a la yerba.

Finalmente, también por extensión, la palabra adquiere su acep-


ción más general, como sinónimo de infusión, cuando se emplea
vulgarmente para designar cualquier tisana hecha con yuyos o
hierbas medicinales, en que no intervienen para nada la yerba ni
la calabaza, pero si la bombilla, pues se la bebe sorbiendo por
ésta el contenido de la taza o pocillo: un mate o matecito de
cedrón, de menta, de poleo, etc.

Además, volviendo a la calabaza en sí, es corriente llamar mate,


en forma figurada y despectiva, a la cabeza humana, con alusión
humorística a su oquedad.

Como si tan profusa proliferación semántica no bastara, en el


pasado, algunos hombres de ciencia y viajeros europeos contri-
buyeron a hacer más confuso el significado de la palabra mate,
en el orden universal, pues la usaron para designar al "ilex
paraguariensis" o árbol que produce la yerba, y a la misma
yerba, es decir, también al producto industrializado de las hojas
del "ilex", que se emplea para preparar la infusión. Su error
derivó, evidentemente, del hecho de haber entrado en conoci-
«Yo anduve por todo el mundo, en este mismo lugar, tal vez de
andar tan dispacio, ninguno me ha visto andar.»

miento de la yerba (del árbol y del producto preparado con sus


hojas) a través de nuestra secular costumbre del mate: de ahí
que tomaron el continente por el contenido, el recipiente por la
cebadura, la "lagenaria" por el "ilex". Y de ese error foráneo
deriva el hecho consecuente de haber llegado a denominar
"yerba-mate" -para evitar confusiones al extranjero- al producto
de las hojas del "ilex paraguariensis", que siempre se conoció
entre nosotros con la llaneza de la palabra yerba, como lo sigue y
lo seguirá llamando el pueblo.
La Real Academia Española contribuyó al mantenimiento de tal
error hasta no hace muchos años, pues su diccionario registraba,
como primeras acepciones del sustantivo "mate", el árbol de "ilex
paraguariensis" y el producto elaborado con sus hojas o yerba.

Resumiedo, en el Río de La Plata, llamamos "mate" a la calabaza


en que se ceba la infusión de yerba y, por extensión, a la infusión
misma. La voz, originaria del Perú, fue introducida por los espa-
ñoles, que reemplazaron con ella el nombre guaraní "caiguá" de
dicho recipiente o calabaza. El conquistador conoció primero la
voz quechua. Pero no sólo esta razón de prioridad informa el
reemplazo de "caiguá" por "mate": Al adoptar que le fueran
indispensables, en esta zona continental, el peninsular dio su
preferencia a las de origen quechua, por avenirse mejor éstas a
la prosodia grave del idioma castellano, no así las guaraníes,
normalmente agudas. De este modo, la costumbre indígena de
beber la infusión de yerba perdió definitivamente su denomina-
ción guaraní original y su conocimiento se universalizó a través
de una palabra quechua.

Extraído del libro «El Mate. El arte de cebar y


su lenguaje» 1ªed. de Amaro Villanueva.
Buenos Aires:R.P. Centro Editor de Cultura:
Edicol Ltda, 2008. (Páginas 37-41)
«La pucha que hay que ser macho pa´ vivir a lo ñandú sin recularle
al pampero con los alones en cruz.»

El Loco:

No recuerdo bien cuando te conocí, pero lo que sí sé


positivamente es que por vos me hice hincha de Boca.
Es famosa tu anécdota de la escoba. Recorrió el mundo y te
hizo sobresalir como un tipo distinto, alguien que rompió el molde
para el puesto; una persona que se destaca entre millones. Te
tiraron la escoba y vos no te enojaste, parsimoniosamente la
levantaste y en medio del partido te pusiste a barrer el área. Primero
el área chica y después seguiste por el área grande, como si no
hubiese nadie en la cancha. El gesto despectivo de tirarte un
elemento de limpieza, trocó en una ovación cargada de simpatía y
en un generalizado gesto de aprobación frente al ingenio cargado
de espontaneidad.
Otra vuelta, ya estaba yo en la cancha, te subiste al travesaño.
Caminaste por él y simplemente te sentaste a ver el partido, ante
los aplausos de la hinchada propia y ajena.
El arco de Casa Amarilla era tu casa. A él llegabas con la
toalla, la vincha, el limón… Todo lo acomodabas con meticulosidad;
la toalla colgada de la red, del lado del palo derecho, el limón,
cortado al medio detrás del mismo palo y la vincha, que luego de
verificar que la red estuviese tirante, te la ponías al cuello y recién
te la ibas a acomodar justo antes de empezar el partido.
Antes de verte a vos, no recuerdo que me interesase el fútbol.
Después de verte, quería ser arquero…
Le diste un valor distinto al puesto más ingrato; solamente el
árbitro es más odiado dentro de una cancha que el arquero. Pero
vos lograste que yo, como tantos otros, te fuésemos a ver a vos,
sabiendo que seguramente vos no ibas a hacer un gol, que
probablemente te hiciesen un gol boludo, que además nos pusieses
al borde del infarto con un achique tuyo o con las veces que «hacías
vista» y la pelota besaba escandalosamente algún ángulo de tu
«Con un poco de amor serás muy fuerte,y si ese amor suplanta lo
imposiblevencerás con el tiempo toda suerte
y serás en la lucha lo invencible.«

arco… Y vos después de eso, te dabas vuelta, mirabas a la hinchada


y te reías.
Hugo, recuerdo tu buzo rosa con alguna publicidad. Si hasta
en eso fuiste pionero…
También recuerdo como le tocabas el culo a los delanteros y
cuando éstos se enojaban, vos simplemente te reías y te escondías
detrás de la pelota que habías descolgado con una mano, luego de
un centro cruzado. También te escondías detrás de la pelota cuando
el árbitro te venía a reprender por tus gestos y más de uno tuvo
que darse media vuelta porque no podía aguantar la risa ante tus
irreverencias.
Me hiciste navegar hasta Montevideo… Fue mi primer viaje
en barco.
Me hiciste conocer el Centenario y
allí en medio de una noche helada de julio, sentí
el calor de mis lágrimas de emoción cuando
Boca salió campeón de América por primera
vez. Le habías atajado el penal a Vanderley y
le diste todo a Boca al mismo tiempo que le
quitaste todo a Cruzeiro. ¡Qué frío hacía esa
noche en Montevideo y qué calor empecé a
sentir en ese momento! Te juro que quería
saltar de la tribuna y correr a darte un
abrazo.
Por vos me hice hincha de Boca y vos me dabas esa alegría
que se repetía domingo a domingo. Era un placer ir a verte y con la
portátil pegada a la oreja escuchar el relato del Gordo Muñoz que
decía…»sale Gatti y controla…» y efectivamente era así, eras el
patrón del área sin ser prepotente.
Me hiciste llorar otra vez cuando fuiste a jugar a Alemania y
bajaste en Karlsruhe un centro con el pecho y en el área grande
empezaste a hacer jueguitos ante la mirada atónita de propios y
contrarios. Yo lo miraba a la distancia por televisión y cuando vi
que saliste jugando, que pusiste un pase filoso para Mastrángelo –
que era un especialista en hacer la diagonal sin pelota – creí que
«El que no sabe dónde anda que no agarre una guitarra.«

eso no estaba sucediendo… y se convirtió en el primer gol de Boca


contra el Borussia Mönchengladbach… y nada menos que jugando
afuera de casa y por la Copa Intercontinental.
Pocos tipos me dieron tantas alegrías como vos, Hugo, y lo
curioso es que en noventa minutos alternabas cal con arena y nos
hacías putear, pero cinco minutos más tarde, nos desdecíamos de
los improperios vertidos a tu pobre madre y te aplaudíamos hasta
casi llagarnos las manos… Con jugadas simples como «La de Dios»
o bajar un centro con una mano o descolgarla de un ángulo o
«hacer vista»… Ni te cuento cuando lo primereabas a Alzamendi
y, anticipando sus movimientos le robabas la pelota… ¡Por Dios,
cómo se enojaba ese uruguayo! Sobre todo porque cuando
abandonaba tu territorio no salía indemne y se llevaba de regalo
un abrazo o un beso o una tocada de culo.
Con vos la cancha ardía… Se pasaba del llanto de bronca por
el gol estúpido al llanto de emoción por la genialidad de una atajada
tuya fenomenal. El aplauso de la tribuna hacía tronar la Bombonera
cuando te dabas vuelta y hacías una reverencia a la hinchada, a tu
público, a quien te debías. Ahí se sentía verdaderamente temblar a
la cancha de Boca.
Con vos sentí que uno se podía divertir viendo fútbol, que
valía la pena ir a la cancha.
Tus saques de meta eran precisos, de costadito, con una
patadita corta, lo que te permitían tus bermudas ajustadas de
ciclista.
¡Qué payaso, Loco! Si hasta le indicaste al canchero de la
Bombonera que te haga las marcas de los palos en las líneas de las
áreas para saber dónde estabas cuando salías.
¡Qué tipo genial que sos Gatti! Hay pocos como vos, hay
pocos que la mayoría de los amantes del fútbol, sin importar los
colores, recuerden con tanto cariño.

Autor: Rubén Boisserene.


«...pero el hombre en cambio nace con clases y diferencias y ya
desde la inocencia dentra a ver con espanto que unos cuentan con
el cuanto y otros con la indiferencia.«

Algo muy grave va a suceder en este pueblo:

Imagínese usted un pueblo muy pequeño donde hay una señora


vieja que tiene dos hijos, uno de 17 y una hija de 14. Está sir-
viéndoles el desayuno y tiene una expresión de preocupación.
Los hijos le preguntan qué le pasa y ella les responde:
-No sé, pero he amanecido con el presentimiento de que algo
muy grave va a sucederle a este pueblo.
Ellos se ríen de la madre. Dicen que esos son presentimientos de
vieja, cosas que pasan.
El hijo se va a jugar al billar, y en el momento en que va a tirar
una carambola sencillísima, el otro jugador le dice:
-Te apuesto un peso a que no la haces.
Todos se ríen. Él se ríe. Tira la carambola y no la hace. Paga su
peso y todos le preguntan qué pasó, si era una carambola senci-
lla. Contesta:
-Es cierto, pero me ha quedado la preocupación de una cosa que
me dijo mi madre esta mañana sobre algo grave que va a suce-
der a este pueblo.
Todos se ríen de él, y el que se ha ganado su peso regresa a su
casa, donde está con su mamá o una nieta o en fin, cualquier
pariente. Feliz con su peso, dice:
-Le gané este peso a Dámaso en la forma más sencilla porque es
un tonto.
-¿Y por qué es un tonto?
-Hombre, porque no pudo hacer una carambola sencillísima
estorbado con la idea de que su mamá amaneció hoy con la idea
de que algo muy grave va a suceder en este pueblo.
Entonces le dice su madre:
-No te burles de los presentimientos de los viejos porque a veces
«No mendigues jamás calor y abrigo, que la lástima
no llegue hasta tu puerta, el afecto prestado es
el castigo que la vida por fácil siempre oferta.«

salen.
La pariente lo oye y va a comprar carne. Ella le dice al carnicero:
-Véndame una libra de carne -y en el momento que se la están
cortando, agrega-: Mejor véndame dos, porque andan diciendo
que algo grave va a pasar y lo mejor es estar preparado.
El carnicero despacha su carne y cuando llega otra señora a
comprar una libra de carne, le dice:
-Lleve dos porque hasta aquí llega la gente diciendo que algo
muy grave va a pasar, y se están preparando y comprando
cosas.
Entonces la vieja responde:
-Tengo varios hijos, mire, mejor déme cuatro libras.
Se lleva las cuatro libras; y para no hacer largo el cuento, diré
que el carnicero en media hora agota la carne, mata otra vaca,
se vende toda y se va esparciendo el rumor. Llega el momento en
que todo el mundo, en el pueblo, está esperando que pase algo.
Se paralizan las actividades y de pronto, a las dos de la tarde,
hace calor como siempre. Alguien dice:
-¿Se ha dado cuenta del calor que está haciendo?
-¡Pero si en este pueblo siempre ha hecho calor!
(Tanto calor que es pueblo donde los músicos tenían instrumen-
tos remendados con brea y tocaban siempre a la sombra porque
si tocaban al sol se les caían a pedazos).
-Sin embargo -dice uno-, a esta hora nunca ha hecho tanto calor.
-Pero a las dos de la tarde es cuando hay más calor.
-Sí, pero no tanto calor como ahora.
Al pueblo desierto, a la plaza desierta, baja
de pronto un pajarito y se corre la voz:
-Hay un pajarito en la plaza.
Y viene todo el mundo, espantado, a ver el
pajarito.
-Pero señores, siempre ha habido pajaritos que bajan.
-Sí, pero nunca a esta hora.
Llega un momento de tal tensión para los habitantes del
pueblo, que todos están desesperados por irse y no tienen el
«Porque uno, uno no sabe nada pero de algo sí que sabe, morir
cualquiera se muere y es razón pa no amargarse, pero morir sin
sentido por haber nacido en balde es casi peor, si no le erro, que
tener rabia y callarse.»
valor de hacerlo.
-Yo sí soy muy macho -grita uno-. Yo me voy.
Agarra sus muebles, sus hijos, sus animales, los mete en una
carreta y atraviesa la calle central donde está el pobre pueblo
viéndolo. Hasta el momento en que dicen:
-Si éste se atreve, pues nosotros también nos vamos.
Y empiezan a desmantelar literalmente el pueblo. Se llevan las
cosas, los animales, todo.
Y uno de los últimos que abandona el pueblo, dice:
-Que no venga la desgracia a caer sobre lo que queda de nuestra
casa -y entonces la incendia y otros incendian también sus casas.
Huyen en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de
guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio,
clamando:
-Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que
estaba loca.

FIN.

Autor: Gabriel García Márquez.

Este es un ‘cuento contado’ de Gabriel García Márquez, que


no aparece en el libro “Todos los cuentos”. En 1972 Gabo
obtuvo el premio Rómulo Gallegos y un periodista le preguntó
sobre el futuro de la literatura latinoamericana (vaya pregun-
ta) y él narró este cuento. Extraído de la página :
http://www.ddooss.org/articulos/cuentos
«Y en los postes del hambre viá cortar el alambre pa que naides se
sienta acorralao.»

El Simulacro:

Y si -dijo, tomando aire y disponiéndose a contarnos una historia


lejana, pero de importancia en su vida. Y si -repitió-, yo tendría
once años, soy del 39, cuando una vuelta el intendente del
pueblo, Duarte, así se llamaba, Antonino Duarte, cuando ya tenía
encima las elecciones y había robado tanto que si no lo reele-
gían, lo metían preso, había dicho para darse importancia que
era el primo de Evita Duarte; anunció en un acto que su querida
prima y el Coronel Perón iban a visitar en gira proselitista
Caimancito.
Este Antonino Duarte era dueño de medio pueblo, tenía almace-
nes en los obrajes y la fábrica de hielo. Todos le debíamos, hacía-
mos cola para comprar con la libreta.
-Bueno- continuó, se sirvió otra copa de ginebra que apenas
probó-, Don Antonino tenía un ladero con fama de matón, un tal
Chumbita. El día anunciado de la visita, desde la mañana, estaba
la gente en la Intendencia. En medio de una nube de tierra,
abriendo paso, aparecieron dos motociclistas y un Packard negro
limpísimo que manejaba un chofer de uniforme y al lado, son-
riente, Chumbita; atrás, Evita, con tapado de piel, y el Coronel
Perón.
La gente los conocía por las fotos nomás y estábamos tan emo-
cionados con tantas horas de espera, meta discursos de Perón y
chamamé, que la vimos a Evita más linda y jovencita, como si
fueran el padre y la hija.
Tomó de un trago la copita de ginebra y continuó -Don Antonino
estaba radiante, dijo que éramos protagonistas de un día históri-
co en Caimancito: "un día gloriosos para la argentinidad", emo-
cionado miró al cielo y lo comparó con los colores de la bandera
que estaría flameando en la escuela que construirían en el pueblo
y de las viviendas que levantarían para los sacrificados trabaja-
dores de los obrajes.
Después dijo: "Mi querida prima Eva Duarte de Perón" y señalan-
do al Coronel, emocionado, agregó: "el padre de los pobres, el
«nunca me gustó el palenque ni la manea ni el freno no se si me he
equivocáu, tampoco me importa saberlo de tanto saber tan poco,
soy sabio pa´ mis derecho.»

primer trabajador, el compañero Juan Domingo Perón".


Ahí fue que ella me dió un beso. Estaba transpirando la pobre
con ese tapado de piel en medio del monte. Y bueno, la cosa no
duró más de diez minutos. El Coronel Perón aconsejó votar a Don
Antonino: "Mi pariente y representante en Caimancito" y alzando
los brazos, exclamó: "Me despido porque tenemos que visitar a
los compañeros de Fraile Pintado y Colonia Guayacán".
A todo esto, el chofer y chumbita repartían paquetes de fideos y
pan dulce, como si fuera fin de año.
Se fueron nomás, en medio de la tierra, después de las
motocicletas, todos aplaudían, algunos lloraban.
Don Antonino ganó por robo las elecciones y meses después nos
enteramos que, en la misma época, Evita estaba en España.
Se dan cuenta -nos dijo sonriendo-, el hijo e´puta había manda-
do a Chumbita a Rosario con mucha guita y se trajo dos actores
y a los motociclistas. -Repitió- Que hijo e´puta, como se nos
cagó de risa. -Y agregó- pero siempre quedó la duda, la gente ve
lo que quiere ver.
Después Don Antonino se acomodó con los milicos, y fue inten-
dente otra vez con los radicales; pero, en el 70 apareció tirado en
el monte con el Chumbita, como con veinte tiros cada uno y un
cartelito que decía "con Evita no se jode". Nunca se supo quién
fue.

Autor: Marcelo Constant.

Extraído de la Revista Sudestada:


www.revistasudestada.com.ar
«¡Que se va el botellero! De pelo largo, barba crecida
gritaba a todo pecho, nadie lo oía.»

Los Buscadores de Idilios:

Tan sólo ellos mismos, sabios y meticulosos, han caído en su


propia trampa: encerrados en sentimientos confusos, sufren por lo
que fue y no fue al mismo tiempo, y siguen sin advertir el carácter
de una relación que los vincula a una dama cuyo rol, más que
misterioso, termina siendo indefinido.
Aman lo que no tienen por el sólo hecho de no tenerlo, y recurren
al olvido como medio de resurrección. Muchas veces se los ha
escuchado, por la noche, tratando de buscar respuestas completas
de absolutos fundamentos terrenales.
Mientras siguen lo que ellos mismos consideran su camino, el
amor que tanto esperan permanece ausente, casi escondido entre
los susurros de sus propias voces que lo invocan con tenue
desesperación.
Hay una teoría que, en su momento, ha despertado una gran
polémica entre los Buscadores de Idilios: se ha llegado a plantear
la posibilidad de que, incomprensiblemente, estos particulares
personajes se nieguen a amar aduciendo siempre motivos poco
convincentes.
Pretenden «el» idilio, sin conformarse con las oportunidades
concretas que se le presenten. Buscan una mujer que ni siquiera
ellos soñaron, e imploran al destino para que la vida los cruce con
un amor que sea único en todo sentido, para sentirse bien ellos,
con la clara convicción de que sus deseos de considerarse seres
diferentes encuentren su premio con la compañera «única» en su
especie.
Es sabido que los Buscadores de Idilios, a menudo, incurren en
ingenuas contradicciones que desembocan en discusiones de alto
voltaje, pero los ánimos vuelven a calmarse cuando olvidan el origen
del debate ya extinguido.
En sus sueños, anhelan a la mujer que no nació: aquella que no
tenga ojos de color celeste, verde, o marrón; aquella con una dulzura
infinita que sea un arma poderosa para matar a los diabéticos de
sentimientos; aquella en cuyo interior encuentren la respuesta a
«Pa que guardar patacones si el saco tiene un aujero,
yerba, tabaco y fideo, la paga de un mes entero.»

todas sus dudas. Pero, vaya paradoja, si la duda es la sangre que


circula por sus venas, será imposible el amor que ellos pretenden.
«¿Pero cómo que no existe?. Si nosotros la vimos», dirán al no
poder distinguir que todas las cualidades que buscaron en su amante
están dispersas en tantas almas como mujeres hayan conocido.
Y cuando caen en la cuenta de que su amor no tiene existencia
en la vida real – aunque sí en la vida imaginativa – se deshacen en
un mar de confusiones para luego, creyéndose sanos de toda
desilusión, centralizar su atención en personas que conozcan pero
que tengan apenas un detalle distintivo.
Teniendo en cuenta la anterior consideración, es posible que se
puedan sentir atraídos por una mujer, por ejemplo, no vidente.
Llegado el caso, en sus posteriores anécdotas, dirán que fueron de
la mano de una mujer que «miraba de otra manera», que se
abrazaron en alguna esquina «percibiendo el mundo desde otro
punto de vista», y que tuvieron el enorme privilegio, cosa que
cualquier hombre no puede vivir, de haber besado «envueltos en
una catarsis que no se puede explicar». Y al momento de
preguntárseles por qué razón no pudieron continuar con esa relación,
la respuesta siempre aludirá a la ausencia de lo que el ser que
pretenden no les puede brindar: «Y si esa mujer no me pudo ver...».
Marcharán siempre de la misma manera por la vida, rogando
encontrar un ámbito en donde contar, con lujo de detalles, todos
aquellos hechos que, ¿lamentablemente?, no pudieron ser.
El repudio a los Buscadores de Idilios motivó a que los Arquitectos
de Ciudades, amparados en una ordenanza sin precedentes,
remodelaran las plazas, dotándolas de una geografía que promovía
los vínculos amorosos en sentido «amplio y restringido, según la
naturaleza de la relación concebida entre las partes».
Fue así que los lugares verdes fueron más verdes aún. Muchos
árboles quedaron ubicados en lugares estratégicos, cercanos a
paredes oscuras donde los desenamorados podían siempre buscar
revancha.
«Por perder siempre se ganó una risa, le dieron calle, pero se cayó
mala costumbre de juntar paliza sin decir nunca que lo reparió...«

Los bancos anchos y descascarados fueron reemplazados por otros


muchos más angostos y más pequeños en longitud, para que las
parejas pudieran sentarse de costado o de frente.
Las fuentes dejaron de tirar agua hacia arriba. Algunos dicen que
fue una decisión destinada a recortar gastos, mientras que la versión
más firme que se maneja es que quieren darle a ese sitio un aroma
a crucero, para lo cual ya se están construyendo unos botecitos de
goma que pronto podrán ser testigos de las nuevas parejas que
vayan naciendo.
También los canteros lucen más oscuros que de costumbre y se
les cambia la tierra cada tanto, para brindar más comodidad y
privacidad.
El sector de los menores de edad, pese a las quejas de los
involucrados, permanece muy alumbrado, con pocos árboles y
muchos bancos en donde es imposible permanecer en compañía
de un amor ya que cuentan con un cuidador personal que tiene la
atribución de «echar de su sitio a las parejas sólo en el caso de
percibirse muestras de cariño desmedidas para los parámetros
estipulados en ese sector».
Y hablando de cariño, la labor de los Arquitectos de Ciudades no
sólo se limita a la remodelación de las plazas, sino que también
involucra a todos los sectores estratégicos fomentadores de idilios.
Su obra se ha expandido por todos los recovecos oscuros y
aparentemente desconocidos. Han remodelado los puertos,
brindándoles una apariencia que permite trazar una analogía entre
el beso prometedor y el murmullo de las olas.
Estas decisiones, motivadas en callar las quejas de los Buscadores
de Idilios, dieron lugar, a su vez, a importantes cambios en las
distintas industrias.
Ya las bicicletas no vienen como antes, con un asiento de mala
muerte atrás. No, ahora esos asientos no los tienen más. La
estructura del cuadro de las bicis hacen que su anatomía sea más
robusta, pudiendo los hombres llevar en el caño que une al manubrio
con el asiento a la mujer pretendida, la cual quedará encerrada en
medio de ambos brazos del conductor. Vale aclarar que una queja
«¿Pa´ qué llorar?,si la distancia no es olvido, ¿pa´ qué llorar?, si de
la ausencia yo he venido. ¿Pa´ qué penar?, si hasta en tu pena hay
un camino, yo entré por él, y me crucé con el destino.»

del gremio de las mujeres con cola no redonda, ha hecho que se


construyeran bicicletas playeras, en cuyo amplio volante suelen
descansar traseros generosos.
También las motocicletas potentosas han sufrido modificaciones.
Ahora si dos personas se suben a una de ellas, el que maneja irá
con el torso inclinado a cuarenta y cinco grados, mientras que la
persona que vaya atrás, ya no se podrá tomar de la pequeña manijita
que había en la parte final de la moto. Desaparecida esa manija, no
queda más remedio que las personas que vayan detrás deberán
amarrarse enlazando sus brazos alrededor de la cintura de quien
se encuentre manejando. Ante este acuerdo estipulado, algunos
motoqueros, aprovechándose de la situación, se manifestaron en
una huelga para dejar de conducir, ya que pretenden, de ahora en
más, ser transportados por alguna mujer que los lleve a toda
velocidad.
Siguiendo con la industria, hay un lenguaje universal destinado a
los generadores de momentos. Por las noches, todos los sitios
admitirán, en su mayoría, dos focos de colores: uno blanco y uno
amarillo. El primero alumbrará a los lugares donde las fiestas sean
proclives a permitir el mal comportamiento, mientras que el segundo
encandilará a quienes se apasionen en lugares públicos.
No obstante, la preocupación sigue. Ya no hay tema de debate
que no involucre a la antinatural manera de concebir la vida que
tienen los Buscadores de Idilios, quienes permanecen siempre
ocultos, manifestándose de manera indirecta, tratando de encontrar
algún eco en una sociedad que lejos está de comprender su fino
intercambio de confusiones permanentes. Su modo de proceder ha
sido motivo de estudio por varios sectores especializados; desde
los Fomentadores de Ilusiones hasta los Sabios Ignorantes, pasando
por la crítica minuciosa de los Complicados y Aturdidos, quienes
sostuvieron que los Buscadores de Idilios tienen la autoestima por
el suelo porque son irresistibles ante la presencia venenosa de una
mujer encomendada a seducirlos ante la negativa de su propia y
débil voluntad. Sin llegar a crear una polémica, los Rechazados por
la Noche manifestaron, pancartas y bullicio mediante, la negativa
«tengo amigos en el gobierno, tengo amigos en la zanja, entre el
arriba y abajo que grande se ha hecho la franja. Qué grande se ha
hecho la franja entre el arriba y abajo, unos se van pal Miami, otros
se van pal´ carajo.»
ante el «ataque que, injustamente, sufrían los que no quieren lo
que quieren».
Los Estudiosos de Vínculos Sentimentales, han ido mucho más
lejos aún: afirmaron, con discreta seguridad, que los Buscadores
de Idilios aman a quien no los ama, y no aman a quien los ama. Los
damnificados, ante tal acusación, salieron como una tromba a dar
la cara y desmentir todo tipo de versiones, considerándose víctimas
de un complot que no fue tal. Casi sin proponérselo, se encontraban
ante un argumento con connotaciones infantiles: «ah, ahora que
toda la sociedad nos ha dado un espacio para que podamos amar
tranquilos, no...no queremos amar. Nos empacamos».
El Artista de las Desgracias los retrató brindándoles el lugar central
de una plaza que tanto detestaban. Con más dedicación que
inspiración, los retrató de rodillas, con los brazos abiertos en signo
de resignación y un trozo de corazón en cada mano, sonriendo de
oreja a oreja ante una cachetada de una mujer sin rostro.
Lo que no sabía este peculiar artesano, es que, por las
madrugadas, los Buscadores de Idilios fantasearon una y otra vez
con aquella mujer de delicada silueta y belleza inconfundible. Se
acercaron uno por uno para, de a poco, ir destrozando el molde del
hombre derrotado. Y entonces ocuparon su lugar. Uno tras otro,
sintiéndose rechazados siempre, y comentando la hazaña de la
adversidad devenida en mito del rechazo.
Cuentan que ya no están solos. Que siempre habrá alguien que
los acompañe. Será interesante y hasta dudoso, pero dicen que
cambiaron. Que se dieron cuenta de que ir contra la corriente no
tiene sentido. Que ya es hora de amar.
Los escépticos ya no les creen. Y más aún cuando se enteraron
de que ahora se autodenominan Buscadores de Buscadores de
Idilios. Sin dudas, no será éste el final de la soledad, sino más bien
el principio.

Autor: Adriano
«Milonga brava, galpón de ayer, olor a cuero, cuchillo fiero que
tiene sed. Pilchaje pobre, cinto pesao, baraja y hueso y un medio
rezo pa algún finao. Milonga brava, yo fui también, cardo y gramilla,
de las orillas del tiempo aquel.«

El monstruo del Lago Puelo:

ESCENA 1:
MOVILERA:- Probando uno, dos, tres. Tita ¿me copiás? OK.
(Imposta la voz) -Transmite FM del Puelo, desde el Parque Nacional
Lago Puelo para toda la Comarca Andina. (Pausa)
BASE:- Auspicia el móvil de FM del Puelo, Veterinaria «Lago Puelo»;
con su compra de una bolsa de alimento para perros, se lleva un
gatito de regalo. Adelante móvil.
MOVILERA:- Nos encontramos a orillas del lago con don Fermín,
vecino de nuestra localidad que, según me comentó, tiene una
noticia muy importante para darnos. Don Fermín, muy buenos días,
¿cómo está usted?
DON FERMÍN:- Muy bien, ¿cómo está tu padre?
MOVILERA:- Bien, lo operaron, pero anda muy bien, gracias. Don
Fermín, cuéntenos: ¿cuál es la noticia tan importante que tiene
para darnos?
DON FERMÍN:- Te cuento (hace una pausa). Primero quiero aclarar
que hace una semana que no tomo y de la vista ando muy bien.
MOVILERA:- Don Fermín, usted es una persona digna de confianza.
¡Es nacido y criado aquí! Cuente nomás.
DON FERMÍN:-Mirá, yo estaba antes de ayer por allá, ¿ves? (señala
con la mano hacia el lago) como yendo para el Turbio. Estaba en
mi bote pescando, como siempre. Y…bueno, cuando se
empezó a ir el sol me puse a guardar todo. En eso
viene una ola que me hizo caer y (riendo) casi me
hace comer los pescados crudos. Me levanto y
no podía creer lo que estaba viendo. No
sabés, saltó del agua una cosa enorme,
un bicho espantoso, era como un
«Lo único que tiene es el silencio, y porque no da leche se lo dejan.
Los tiempos cambian, los recuerdos quedan, los hombres mueren
cuando no hay vergüenza.«

dinosaurio, o una ballena o no sé…, como una serpiente. No llegué


a verlo entero porque enseguida se metió en el agua, pero yo juro
que lo ví, lo juro por lo que sea.
MOVILERA:-¿Está seguro Don Fermín? Mire que lo que está diciendo
es muy serio.
DON FERMÍN:-Mirá, mi padre me contó que hace muchos años
apareció un dinosaurio en una laguna de Epuyén, yo ni había nacido,
fue en 1928, la hija de Martín Sheffield es la que lo vio. En ese
momento se armó un revuelo bárbaro y… después no se habló más
del tema. Yo pienso que puede ser la cría de aquel animal.
MOVILERA:- ¿No habrá sido un salmón? Mire que el año pasado,
Ruppel sacó uno como de 15 Kg.
DON FERMÍN:- (arrogante) Yo pesco siempre salmones de más
de 15 Kg y no hago ningún espamento, pero esto no era un pez, ni
pesaba 15-20 Kg, era una bestia gigante de varias toneladas. Mirá
yo lo ví con mis propios ojos, hace dos noches que no duermo, no
me lo puedo olvidar…
MOVILERA:- (en tono miedoso) Y cuéntenos, ¿cómo era?
DON FERMÍN:- Era inmenso, medio entre colorado y amarillo,
casi color suela, con pelos en todo el lomo, no te puedo decir más
porque se estaba haciendo de noche, me movió todo el bote, tiene
una fuerza impresionante. Yo no sabía a quién contarle, no sabía si
contarle a los vecinos o preguntarle primero a mi hijo, pero me
dije: - antes de que me hagan decir lo mismo veinte veces, lo
cuento en la radio y no gasto saliva de más.
MOVILERA:- ¡Es lo mejor que pudo haber hecho! Gracias por su
testimonio y por confiar en FM del Puelo. Adelante base, ¡estoy
muy conmocionada!
BASE:- ¡Atención a la audiencia! No queremos causar pánico ni
preocupación, todos sigan con su vida normal. Aquí solamente
apareció un monstruo de características dinosáuricas, muy peligroso
y, por lo que pudimos determinar de acuerdo a información
suministrada por el testigo, es carnívoro.
POLICÍA:- (irrumpe en el micrófono de la periodista del móvil)
Atento base, aquí agente cañete. ¿Me copia?
«Me miré los pieses y me dio vergüenza, de ensuciar la tierra con las
alpargatas. No sé si me entiende, pero no me arrime leña yo tengo
la mía. Me suebra un invierno, p´arder todo un año.«

BASE:- Auspicia los caso policiales «Metalúrgica Arroyo» ¡un fierrazo


en la cordillera!
POLICÍA:- Soy el efectivo policial a cargo del operativo. Por ubicarse
el caso del presunto monstruo del lago en nuestra jurisdicción, la
comisaría de Lago Puelo está a cargo de la investigación. Por el
momento no voy a dar más información; el juez dictaminó el secreto
de sumario. El que tenga algo para declarar debe hacerlo en la
comisaría. Y, a partir de este momento, se prohíbe hablar del tema.
El comisario pide que este asunto no salga de nuestra localidad.
(Se retira)
BASE:- Gracias agente. Bueno, para distender un poco la atmósfera
vamos a escuchar un tema del gran compositor y cantante Enrique
Iglesias. (Suena un tema de Enrique Iglesias. La locutora lo disfruta)

ESCENA 2:
BASE:- Nos informan desde Gendarmería Nacional que el locro
previsto para este sábado será pospuesto para el próximo fin de
semana. Además, el escuadrón 35 de El Bolsón nos informa que el
tránsito en la ruta 40 es a paso de hombre. El 99 % de los
automovilistas que están transitando en este momento se dirigen
a Lago Puelo para ser testigos directos del monstruo del lago.
Tomamos contacto nuevamente con nuestro móvil. ¡Adelante móvil!
MÓVIL:- Nos encontramos ahora en el centro de nuestra localidad
para hablar del tema del que ya habla toda la Comarca: el monstruo
del Lago Puelo. Estamos con entendidos en la materia.
BASE:- Auspicia el móvil «Corralón Río Azul»- contra viento y
marea-.
MÓVIL:- Nos acompaña el paleontólogo Dino Sapiens. Dr. ¿cuál va
a ser su aporte en nuestra localidad?
PALEONTÓLOGO:- Tengo autorización del Ministerio de Cultura y
Educación de la Nación para efectuar rastreos en la zona, utilizar
explosivos para abrir caminos y lograr la captura y sacrificio de la
bestia. Lo vamos a trasladar a Buenos Aires donde será estudiado,
«Por eso, si abarco ancho ¿qué hay?¿me va a decir que está mal
porque a Usté no le gusta?A mi tampoco me gusta el frío y lo mesmo
caen unas machazas heladas Y me las aguanto, Porque sé que sirven
aunque...aunque yo tirite.«
descuartizado, rearmado, embalsamado y expuesto en el Museo
de Ciencias Naturales para deleite del mundo de la ciencia.
MOVILERA:- Usted, ¿cómo se enteró del descubrimiento?
PALEONTÓLOGO:- ¡Por favor!, es de público conocimiento.
Además, estuve interrogando al testigo, es de absoluta confianza.
¡Es nacido y criado aquí!
MOVILERA:- También nos acompaña la Sra. Margarita Doberman,
presidenta de la Sociedad Protectora de animales de la Comarca
Andina. – Sra. Doberman, nos interesa su opinión con respecto al
hallazgo del animal que supuestamente se encontraría en el Lago
Puelo.
PRESIDENTA:-Yo quiero decir que prohíbo el sacrificio del animal
por ser una especie protegida por la institución que presido. Estoy
aquí para defender sus derechos. Pero lo más importante es que en
representación de la Sociedad Protectora de Animales de la Comarca
Andina, ofrecemos, en caso de que sea capturado, la castración
gratuita.
MOVILERA:- Llegó también a nuestro móvil la concejal Marita
Politis. Sabemos que en el Consejo Deliberante de nuestra localidad
están tratando el tema. ¿Cómo está usted? Sra. Politis.
CONCEJAL: - Estoy muy bien, me acerqué al móvil de FM del
Puelo para informar que la Comisión de Fauna, la cual presido, se
reúne la próxima semana para recabar más información y poder
así legislar como es nuestro deber de funcionarios públicos. Por el
momento, y en vista de los recientes acontecimientos y del reclamo
de la sociedad por una ley que nos ampare, el Honorable Concejo
Deliberante de Lago Puelo, en sesión extraordinaria, se reunió el
pasado viernes y determinó: -Les leo- «El HCDLP declara con fuerza
de ordenanza municipal que: art 1) no se llegó a un acuerdo entre
los distintos bloques en cuanto a la aprobación o no de la captura
del monstruo del lago ni a su estudio. (Aclarando y en tono de
queja) Como siempre, la oposición poniendo palos en la rueda; art
2) el tema será tratado nuevamente en 60 días; art 3) por
unanimidad, se convino que el monstruo del Lago Puelo sea
declarado de interés municipal».
«Recuerdo en una matiada conversamos medio largo y
usté sabe que de encargo no me gusta decir nada.
El burro da la patada cuando lo cree necesario.»

MÓVIL:- Contamos también con la presencia de la guardaparque


Rosa del Bosque. Licenciada del Bosque, ¿qué tiene para decir en
representación del Parque Nacional?
GUARDAPARQUE:- Quiero decir que todo lo ocurrido sucedió en
áreas del Parque Nacional, por lo que les informo que es un área
natural protegida, por lo tanto, no se puede tocar ni extraer
absolutamente nada, sólo se permite mirar. Está prohibida la caza
de animales y siendo el Parque un Organismo Nacional, ningún
otro ente tiene autoridad sobre éste, y en cuanto a escalafones, les
informo que, primero está el Presidente de la Nación y después
estoy yo. (Hablándole al paleontólogo) –No sé si me entendió, del
Parque para allá (señala hacia pueblo) todo, a partir del Parque,
¡nada!
PALEONTÓLO, PRESIDENTA, CONSEJAL Y GUARDAPARQUE
(discusión entre todos)
MOVILERA:- (Se retira un poco de la discusión para poder
transmitir) Los ánimos se están caldeando cada vez más, les pido,
por favor, que nos respetemos, que respeten la libertad de prensa.
¡Urgente base, una pausa!
BASE:- Un cable de último momento nos informa que la capacidad
de hospedaje ha sido colmada en todo Lago Puelo, la mayoría de
los turistas se allegan hasta nuestra localidad con fines de estudio
e investigación. Ahora continuamos, a pedido de la audiencia, con
otro temazo de Enrique Iglesias.

ESCENA 3:
DON FERMÍN:- Te juro que lo vi.
ANCIANA:- Quiero que me expliques por qué me abandonaste.
DON FERMÍN:- Necesito que me ayudes (mostrándole una cámara
fotográfica), quiero que aprietes acá cuando lo veas y que yo también
salga obvio.
ANCIANA:- Creí en vos, pensé que tus palabras eran auténticas,
yo dejé todo por seguirte.
DON FERMÍN: (Señalando un botón en la cámara de fotos) Éste
es el flash, tratá de que la luna quede detrás de mí.
«¿Cuanto tiempo se precisa pa saber cada vez menos? ¿En qué lugar
de la vida nace la resignación? Solamente el miedo incuba
diferencias. Y solamente desde desdichado miedo ajeno se nutren
los enfermos autodiferenciados de potencia.»
ANCIANA:- Yo nunca te olvidé Fermín.
DON FERMÍN:- (Deja la cámara, le toma las manos y la mira a los
ojos) Mirá, me arrepiento de todo lo que no fue, pero no puedo
cambiarlo. Hoy estamos acá después de tantos años y juntos vamos
a ver a una maravilla de la naturaleza. Yo te elegí a vos para que
me acompañes, te elijo como debí hacerlo hecho hace 40 años.
ANCIANA:- ¡Cuando fui joven y bonita me abandonaste y ahora
que estoy en la tercera edad querés que un monstruo me devore!
DON FERMÍN:- Tal vez el monstruo nos devore a los dos, pero si
voy a morir quiero que sea a tu lado. (Se están por besar)
GUARDAPARQUE: -(Interrumpe con una linterna) ¿Quién anda
ahí? ¡Mamá!, ¡Don Fermín! ¿Qué hacen acá?
ANCIANA: -Hijita…
DON FERMÍN:- (A la guardaparque) Yo vi a la bestia y la vamos a
cazar. No te preocupes, no la vamos a matar; tengo dardos para
anestesiarla.
GUARDAPARQUE:- Usted está loco, no existe ningún monstruo
en el lago.
DON FERMÍN:- Yo lo vi.
GUARDAPARQUE:- ¡Le habrá parecido! Pero… ¿qué hacen ustedes
dos juntos?
ANCIANA:- Fermín me pidió que lo acompañe.
GUARDAPARQUE:- Mamá, de ninguna manera. Es de noche, hace
frío. Pero además… ¿por qué te pidió que lo acompañes? (Los mira
que están tomados de la mano)
ANCIANA:- No sé para qué…No me
digas nada, ya perdí demasiados
años.
GUARDAPARQUE:- ¡Entonces era
cierto lo de ustedes! Yo nunca lo quise
creer, siempre defendí tu honor
mamá. (Llora) – Yo voy con ustedes.
DON FERMÍN:- (Apunta con la
escopeta a la guardaparque) Si tengo
«Del vale del capataz al vale del encargao y al pueblo con el
recao pa´cobrar en la oficina después el hijo y la prima
y la nuera del cuñao. Mas problemas que en la escuela
pa´cobrar dos pesos locos... «
que dormirte a vos antes que al monstruo lo voy a hacer.
(DON FERMÍN Y LA ANCIANA CAMINAN HACIA EL LAGO, SUBEN A
UN BOTE Y SE DIRIGEN HACIA EL TURBIO)

ESCENA 4:
MOVILERA:-1,2,3 probando. Tita, ¿me escuchás? Desde el paralelo
42 transmite FM del Puelo para toda la Comarca Andina.
BASE:- Auspicia el móvil de FM del Puelo «Juliar Iluminación», una
luz en el camino. La información regional nos indica que
comerciantes de la vecina localidad de El bolsón están, en este
momento, cortando las rutas 16 y 258 a la altura del paralelo para
impedir que los turistas avancen hacia Lago Puelo. Toda la
información la tiene el móvil. Adelante móvil 2.
(Ruidos de bombos, cacerolazos y bocinas en la zona del paralelo)
MOVILERA: (agitada)- Me encuentro en el límite interprovincial
sobre la ruta 16 con prestadores de servicios de hotelería y
restaurantes de la localidad de El Bolsón. En este mismo instante
se encuentran desviando el tránsito, haciéndolo retomar
nuevamente por la Av. San Martín, no entendemos qué está
pasando. (La movilera busca a un manifestante) A ver, usted señora:
¿qué está pasando? ¿Por qué desvían el tránsito?, ¿por qué pusieron
esas vallas?
PRESTADORA TURÍSTICA: (con tono muy suave) – Lo único que
estamos haciendo es informar adecuadamente al turista porque
hubo un error; el monstruo no está en Lago Puelo, tenemos testigos
de que fue visto esta mañana en la Cascada Escondida, aquí en El
Bolsón, en el circuito de Mallín Ahogado y, por supuesto, queremos
evitar que NUESTROS turistas sean confundidos y engañados.
(Cacerolazos de fondo)
BASE: (interrumpiendo al móvil 2)- Noticia de último momento,
nos llama el móvil 1 desde el muelle de Lago Puelo. ¡Adelante
móvil!
MOVIL 1: (muy agitada y conmocionada)- Gracias base. Nos
encontramos a orillas del Lago Puelo. Lamentablemente ocurrió
una desgracia, el monstruo del lago atacó a dos ancianos, viejos
«Déle abrigo al que precisa que su padre precisó, No olvide que si
nació y una mujer fue su madre, Sabe bien que por su sangre usted
recibió calor.«

pobladores, como les decía ¡es carnívoro! – Don Fermín, para FM


del Puelo: ¡Cuéntenos! ¿Qué les pasó? (Don Fermín y la anciana
llegaron con las ropas desgarradas) (Don Fermín guarda silencio)
– ¡Don Fermín se ha quedado sin palabras, impactado por la
apariencia y ferocidad de la bestia! Afortunadamente, no hay
víctimas fatales, hasta el momento.
BASE: (indignada)-¡Cómo puede ser que nadie atienda a esta gente!
¡Alguien que llame al hospital!
MÓVIL 1: En este momento llega una doctora del hospital. Ponemos
la cucaracha a la doctora.
MÉDICA: (A don Fermín)- ¿Se dio la vacuna contra la gripe? (a la
anciana)-¿cuánto hace que no se realiza un chequeo? (les ausculta
el corazón a ambos). Ajá, ¡es terrible! Sus corazones laten a un
mismo ritmo. Es un clásico caso de amor incurable. (Los ancianos
bajan la vista y se toman de las manos)
BASE:- Nos llama urgente el móvil 2 desde el paralelo. ¿Qué está
pasando?
MÓVIL 2: (Agitada)- Tita, la gente derribó las vallas, una avalancha
de turistas se dirige a Lago Puelo, luego de la información
proveniente del muelle, por supuesto, ofrecida por FM del Puelo.
(Sonriente y contenta) Estamos muy felices, gracias a todos por
confiar en nosotros.
DON FERMÍN: (levanta su cabeza y sorprendido grita) ¡Allá!...les
dije. ¡El monstruoooooooooooooo!
PALEONTÓLOGO, MOVILERA, GUARDAPARQUE, ANCIANA, MÉDICA
Y MILES DE TURISTAS: (todos sorprendidos ven a monstruo aparecer
desde el lago)
Aparece el monstruo en escena, es un barco con forma de
plesiosaurio con la leyenda: «AUSPICIA EL MONSTRUO DEL LAGO:
DIRECCIÓN DE TURISMO DE LAGO PUELO»
Suena un tema de Enrique Iglesias…

Autora: Gabriela Martinez


«No entiendo porque ha de haber tanta cosa que no entiendo. ¿Por
qué se vive sabiendo que nunca se ha de saber?. Profecía que al
nacer se dictamina muriendo.«

Por una nueva Edad Media:

En términos generales y teniendo en cuenta el uso abusivo


que de "lo medieval" realizan, principalmente, los medios de
difusión masiva, se podría afirmar que las mayores atrocidades y
tormentos se dieron "allá lejos y hace tiempo", durante la
denominada "Edad Media"... Los titulares de diarios y revistas
no dudan en catalogar de tal época el uso de grilletes en las
cárceles, la supervivencia de privilegios en algunos sectores
sociales o las pésimas condiciones de la salubridad pública de
algunos países periféricos. Que no decir de los integrismos y de
"la barbarie" de algunas costumbres, también tildados como
propiamente "medievales".
Cabe preguntarse, entonces, ¿qué es la Edad Media? O
bien, ¿cuándo se forjó dicho concepto? y ¿cómo tomó cuerpo tal
caracterización?
La expresión "Edad Media" resulta ser una expresión
familiar, que forma parte de nuestro vocabulario casi cotidiano,
de nuestro universo mental, aunque su aplicación diste de ser
precisa en término históricos e historiográficos. Por lo general -y
como he señalado-, se asocia a los tiempos medievales con un
período de oscurantismo, opresión y crueldad, derivados del
accionar de la Iglesia y de los señores feudales.
Imagen difundida y reconocida que resulta ser falsa, forjada a
propósito por numerosos escritores e historiadores en los últimos
tres siglos. Entonces, ¿por qué esta desvirtuación histórica? Las
respuestas, sin duda, son diversas: del "necesario dominio de la
razón sobre la fe" al "progreso entendido como adelantos
«Trate de ser llegador con palabras decidoras, Las cosas más
entradoras son las que el pueblo compriende Y sepa que no se vende
la idea que se atesora.«

técnicos cuasi revolucionarios", pasando por la consideración de


"la burguesía como sinónimo de libertad", muchas fueron las
razones esgrimidas para denostar mil años de historia y
homogeneizarlos como "oscuros".
Los orígenes de esta desvalorización se remontan a los
humanistas italianos del siglo XIV. Estos hombres subrayaron la
negatividad de los recientes tiempos idos tanto desde una
perspectiva cultural como religiosa.
Desde la perspectiva cultural, los literatos y eruditos de la
lengua encontraron un latín original en la Roma clásica, en tanto
consideraron a sus continuadores meros "glosistas de poca
monta". Cicerón y Virgilio se expresaban en un latín puro, en
tanto la escritura de san Isidoro constituyó una degeneración
propiamente "medieval".
En cuanto al aspecto religioso, los críticos y pensadores se
esforzaron por reformar una Iglesia católica, cuestionada por su
mundanidad, por ser cada día más terrenal. Había que volver la
mirada a Eusebio de Cesárea y a san Agustín para encontrar una
actitud digna de imitar, en tanto el comportamiento de monjes,
clérigos, obispos y papas era cuestionado por sus formas de vivir
y actuar "medievales", tan alejadas de la rectitud y pureza
cristianas originarias.
En este contexto, Francesco Petrarca acuñó la
denominación de medium tempus, que logró gran desarrollo
entre los eruditos alemanes y franceses de mediados del siglo
XVII: en 1676, Christopher Keller publicó la primera historia
medieval en latín y en 1688, Charles du Cange editó su famoso
Glossarium ad scriptores mediæ et infimæ latinitatis. Para estos
mismos años, los historiadores galos y germanos relacionaron los
comienzos de la "Edad Media" con la crisis y la caída del Imperio
romano, en tanto fijaron su declinación de una manera algo más
laxa, dado que señalaron, indistintamente, el desarrollo del
Renacimiento y el dominio turco del oriente griego.
«...total la bosta está hecha, va tener buena cosecha
quien clasifique finaos.«

En el siglo XVIII, la división tripartita de la historia –


Historia Antigua, Edad Media, Tiempos Modernos- se consolidó,
así como la visión negativa de la "época intermedia", que fijó sus
límites entre 476 -caída de Roma en manos de los hérulos- y
1453 –toma de Constantinopla por los turcos otomanos-. A la
publicación, en 1756, de la obra de Voltaire Essai sur les mœurs,
debemos el triunfo del Iluminismo y el profundo cuestionamiento
a los tiempos medios por "oscurantistas, clericales e
irracionales".
Sin embargo, entre tantas miradas despectivas, surgió una
diferente, aunque no menos falsa: la de los románticos
decimonónicos. Con el Romanticismo de la primera mitad del
siglo XIX, la Edad Media vivió su "edad de oro", al transformarse
en origen de los nacionalismos. Reyes, escritores, bandidos y
poetas se exaltaron como "nuevos símbolos" de las naciones
europeas. Personajes como William Wallace o Juana de Arco
encontraron su lugar en el panteón de los próceres, que con el
paso del tiempo dieron lugar al surgimiento de un héroe
romántico como Robin Hood.
Hacia fines del siglo XIX, la enseñanza de la historia en las
escuelas, liceos y universidades adoptó un estricto criterio
cronológico, basado en la división cuatripartita: Edad Antigua,
Edad Media, Edad Moderna y Edad Contemporánea. En este
contexto, "los tiempos del medio" no fueron valorados. El
positivismo y el racionalismo se impusieron tanto al idealismo
como a la realidad histórica.
El siglo XX cuestionó profundamente estas maneras de
"hacer la historia", en particular la consideración períodos o
personajes en términos de claridad-oscuridad, bondad-maldad.
Nuevos enfoques y perspectivas pusieron en evidencia la
variedad de matices ofrecidos por la Edad Media, que desde
mediados de dicha centuria asistió a "una rehabilitación", en
palabras del historiador francés Henri Marrou.
«Lo primero en aprender es no dejarse pisar la prudencia y la
verdad son cosas que van parejas, pero si sufre y se queja hay que
saberse quejar.»

Esta "rehabilitación" implicó, también, una revisión


profunda de sus límites cronológicos, tanto externos –cuándo
comienza y cuándo termina esta Edad- como internos –qué
subperíodos establecer para los mil años medievales y por qué-.
En este sentido, autores como Furio Colombo o Umberto Eco
propusieron «una larga Edad Media» hasta bien entrado el 1800,
dado que recién con el auge de la industrialización podría
hablarse de "modernidad".
En la actualidad, son pocos los que cuestionan o ponen en
duda que toda época histórica ofrece tanto aspectos positivos
como negativos, que conforman una unidad, "como las dos caras
de una moneda". Depende "el cristal con que se mire" la
valoración que se tenga de algo. Verdad y subjetividad se
complementan, para dar paso a la complejidad de "la
multiperspectiva".
Esta apreciación supone, como complemente, reconocer que
el presente es, en gran parte, fruto del pasado. En ese sentido se
puede afirmar que la construcción de identidades es sinónimo de
conocimiento histórico.
En estos términos, la Europa de hoy no podría comprenderse
sin la explicación de esos momentos medievales: ¿cómo
entender las fronteras y la distribución política de Occidente a
principios del siglo XXI?, ¿cómo comprender los movimientos
actuales del Islam?, ¿cómo explicar las supervivencias artísticas,
tanto sea en monumentos de época como en sucesivos retornos
–algo nostálgicos y siempre consideramos neo-?, ¿cómo justificar
la organización de los estados e, incluso, dar cuenta de la historia
de muchos de ellos?, ¿dónde buscar las fuentes de muchos
idiomas, de la toponimia, de gran parte de las construcciones
psicolingüísticas colectivas?. En el mismo sentido ¿por qué
opinamos que "cualquier tiempo pasado fue mejor"?, ¿por qué
decimos "ojalá"? o ¿por qué exclamamos invocando a Dios?.
Asimismo ¿cómo no reconocer al sistema bancario, a las
«Soná guitarra pampera que preciso tu tristeza,
encerrame en la tibieza de tu embrujo celestial,
que en esta gota de sal es un gaucho el que te besa.»

organizaciones gremiales y a las universidades como


propiamente medievales?
¡Cuántos cómo y por qué del más rabioso presente se
explican en términos de historia medieval! Es hora, pues, de
comenzar a cambiar "las cosas dichas", revisar el contenido que
le asignamos a las palabras.
Esto, claro está, sin caer en el extremo opuesto de considerar
a la Edad Media como sinónimo de valentía y de ser cortés. No es
de extrañar que, desde esta postura, lo "medieval" aparezca
como la suma de elementos fuera de contexto y sin ninguna
pretensión cronológica, tal como lo reflejan varias películas o
bien diversos juegos virtuales.
A comienzos del siglo XXI "¿cuál es el futuro de un pasado
aún incierto?". Mientras la ciencia histórica avanza en la
búsqueda del conocimiento genuino, la realidad cotidiana
muestra una valoración mayoritariamente negativa de los
tiempos medievales, complementada con otra, mágica y
fantástica. De los bárbaros a Tolkien, todo pareciera ser
medieval. Pero... ¿medieval?
Nada de eso. Los mil años medievales constituyen una
amalgama de actitudes valientes y crueles, de luces y sombras,
de esperanzas y desasosiegos propios de toda época. Por ser el
período más manipulado de la historia, ofrece atractivos
insuperables para la construcción del conocimiento. Frente a la
Edad Media imaginada se yergue la realidad de la investigación
histórica, que nos pone frente a una rica cantera en la que nos es
dado observar las estructuras y los hombres en un juego abierto,
complejo y fascinante.
Entonces ¿es la Edad Media "un fantasma vivo"? La
respuesta es negativa desde la perspectiva científica y
académica, pero afirmativa desde el conocimiento vulgar. Es esta
imagen la que es necesario modificar. Ese es el desafío.
«perdone el palabrerío es mi forma de espresión, pero teniendo
razón yo las mando derechito, y aunque no canto bonito, canto con
inspiración.»

Desafío que implica desterrar mitos y prejuicios en pos de


una "modernidad" compleja y madura, que asuma la herencia
"medieval". Pero, como sostiene Jacques Le Goff, sería mejor
hablar en términos de vejez y actualidad, dado que la historia es
una fuerza hacia delante. Tal como afirmaba san Bernardo de
Claraval, "el presente es un enano que marcha en hombros de
una gigante, que es el pasado". Nuestra mirada se extiende cada
vez más a medida que nuestra experiencia histórica es conocida
aprehendida.
Esta no es ni una cuestión menor ni propiamente europea.
Todo lo contrario, nos concierne a todos en tanto y en cuanto
formas parte de un Occidente forjado en los comienzos de la
Edad Media, momento que se funden los legados judeocristiano,
grecolatino y germánico, dando origen a lo que José Luis Romero
denominó "la cultura occidental".
Por ello, la Edad Media debe entrar en las aulas, dado que,
generalmente, los prejuicios se fundamentan en el
desconocimiento. Aún más, en las aulas, la Edad Media puede
contener elementos atractivos para plantear problemáticas
candentes. Aquí entran en juego valores específicos,
procedimientos particulares y contenidos concretos.
Una sociedad que anhela referentes, para contribuir a dar
cohesión a la pluralidad cultural, étnica y social buceará en la
Edad Media en busca de estos valores constitutivos de la noción
de ciudadanía.
Los tratamientos transversales favorecen motivos de enlace
tanto en el recorrido histórico como con otras área de
conocimiento, con un amplio abanico de guías de conducción: la
situación de la mujer, la tecnología, las modificaciones en la
naturaleza, los temores sociales, las epidemias. Georges Duby
señaló un camino posible con un Año mil. Año dos mil. Las
huellas de nuestros miedos.
La Edad Media ofrece posibilidades tanto para el
conocimiento áulico como para la comprensión del devenir
«Nadie sabe más que yo con mi defecto y virtú
adonde llega la luz y adonde no ha de llegar,
quien no me quiera escuchar me ayudará con la cruz.«

histórico global. De este modo, el conocimiento de la Edad Media


no sólo enriquece nuestro presente sino que incide en nuestra
capacidad de reflexión, desde el convencimiento de que se
estudia historia para entender el mundo en que vivimos y para
poder actuar en él con espíritu crítico.
Sin duda, muchas alternativas son posibles, a la vez que
superadoras de las visiones negativas o idealistas de "lo
medieval". Como diría Fernand Braudel la cuestión central radica
en la interpretación, "en la escritura de la historia".

Autor: Gerardo Rodríguez.

Gerardo Rodríguez es Doctor en Historia - Especialista en


Historia Medieval - Universidad Nacional del Sur - Univer-
sidad Nacional de Mar del Plata.
Mail:gerodri@sinectics.com.ar
«Muéstrese siempre sencillo, sin gritar ni hacer alarde, la humildá
no es ser cobarde, es muestra de educación y no espere una ocasión
pa´sacar trapos al aire. No hay cosa más repunante
que el comentario viajero...«

José Larralde nació un 22 de octubre de 1937 en Huanguelén,


Provincia de Buenos Aires - Argentina.
Escribió sus primeros versos a los siete años de edad, iniciando
así un camino vasto y fecundo que lo llevaría inexorablemente al
corazón de los Argentinos. Descendiente de vascos y árabes, don
José ha sido trabajador rural, tractorista, albañil, mecánico,
soldador y, como él mismo se define, guitarrero y cantor. Vivió
frente a la casa de don José Dip y allí escuchaba continuamente
a Jorge Cafrune.
Un día le pidió a don José Dip que le presentara a Jorge Cafrune.
Durante una noche de 1966, en un asado en casa de don Eduar-
do Saad , tío de Larralde, don José Dip le dice que allí le presen-
tará a Jorge Cafrune. Allí, José le pasa a Jorge los temas que
había compuesto, el último de los cuales, era "Sin pique". Luego
de escuchar la interpretación de Larralde de "Sin Pique", Cafrune
quedo prendado del tema y le pide a don José Dip que al día
siguiente llamara a Hernán Figueroa Reyes, director de grabacio-
nes de CBS, porque quería grabarlo en esa semana. Hernán le
dice a don José Dip que ello es imposible porque estaba listo para
salir el LP "Yo digo lo que siento". Pese a todo, Jorge se empecina
y lo graba enseguida. Conjuntamente con "Permiso", "Sin Pique"
apareció en el siguiente LP de Jorge, titulado "Jorge Cafrune"
(CBS 8745), en 1967.
Veinte días después, Cafrune regresa a Huanguelén pues tenía
que actuar en una localidad cercana, muy pequeña, llamada
Girodías. Jorge hizo invitar a "Pepe" Larralde para que le acom-
pañe. En aquella oportunidad, Cafrune interpretó tres temas,
presentó a Larralde y ya no cantó más. Toda la noche quien
cantó fue Larralde. Desde entonces, en todas sus actuaciones,
Cafrune siempre mencionaba "a un chango de Huanguelén",
promocionando a Larralde.
«A lo mejor ya lo he dicho y caigo en la redundancia,
pero con mucha constancia y repitiendo se saca;
redundanciando las vacas se engrandecen las estancias.»

En el año 1967, José Larralde grabó el primero, de una serie de


treinta y un discos editados en la Argentina. Su intensa actividad
discográfica sufrió interrupciones sobre todo por el contenido
crítico de la mayoría de sus canciones. En todas ellas, están
presentes las vivencias de oficios, situaciones y personajes que
conoció y vivió a lo largo de su vida. Personalmente, además,
ejercicio las más diversas ocupaciones en el medio rural. A sus
versos, tal vez por desconocimiento del medio geográfico y social
en que nació y creció, suele endilgárseles cierto hermetismo y
rebuscamiento.
No obstante ello, si se analiza globalmente toda su producción,
es fácil entender el porqué de la adhesión y
fidelidad del público. Este quizás, valorice el
desprecio del intérprete hacia la maquinaria
comercial que, las mayoría de las veces, ha
sido principal causante del bastardeo y
desvirtuación del género.
En efecto, Larralde, desde hace años, desarro-
lla su labor artística lejos de los circuitos
comerciales masivos de festivales y casi sin
apoyo promocional y publicitarios de las
grandes empresas de comunicación. Ello no le impidió, no le
impide, ni le impedirá seguir concitando la atención y el apoyo de
nutridos núcleos de seguidores en cada uno de sus recitales.
Su canto trascendió nuestras fronteras para llegar a países como
Alemania, Australia, México, Brasil, Colombia, Venezuela, Uru-
guay, Paraguay, Chile y España entre otros. Como dato elocuente
de su popularidad, baste decir que las ventas de sus discos han
superado largamente los doce millones de unidades y que su
obra más popular "Herencia Pa´ un Hijo Gaucho", lleva vendidas,
ya, más de cinco millones de placas.
Fue uno de los pioneros en difundir los loncomeos y cordilleranos
de origen y ambientación patagónica recopilados y/o compuestos
por los hermanos Berbel. Ocasionalmente abordó canciones del
Litoral y Cuyo, o rescató viejos valses criollos como "Temblando"
«Antigua forma de andar recostao pa´no caerse el hombre por no
atreverse se atreve a cosas tremendas. A veces los hace a sabiendas
y sin saberlo otras veces. Y de puro acostumbrao camina sin saber
donde y casi siempre responde al primer grito de alerta.»
(Alberto Acuña - Gualberto Márquez "Charrúa"); "Cardo" (Pedro
Noda - Enrique Uzal),etc.
Recientemente lo han reivindicado, como modelo, algunos músi-
cos del rock pesado local, en particular Ricardo Iorio, ex líder del
grupo Hermética.
En 1995 se le otorgó el premio Konex al mejor cantante masculi-
no de música de raíz folklórica, y en 1995 y 1996 obtuvo sendos
premios ACE (Asociación de Cronistas del Espectáculo).
Como compositor, tiene en su haber mas de seiscientas obras,
trescientas de las cuales no han sido editadas hasta el momento.
Cantor orillero, tal como él gusta que le llamen, exhibe hoy una
trayectoria tan notable como digna, pues se ha alejado volunta-
riamente del consumismo perverso tan característico de nuestra
sociedad. Sin embargo, y a pesar de ello, su gente no lo olvida.
Así lo demuestran la concurrencia a cada una de sus presentacio-
nes y las sostenidas ventas de sus discos. Su éxito artístico esta
bien sustentado en la auténtica y sincera expresión campera
tanto como por el permanente testimonio que ha dado, a lo largo
de toda su obra, de sus convicciones.
En 30 años, José Larralde, ha forjado una mística acaso única en
el folklore argentino. Su clara y potente voz y su estampa de
patriarca contrastan respecto de su obra, que siempre recurre
sólo a lo imprescindible para mostrar las cosas más comunes de
la vida cotidiana.
Larralde dice sus verdades (dice verdades), y las dice con una
convicción tal que las mismas trocan en universales. Canciones
como "A las once menos cuarto", "Patagonia", "Y otras cosas
fuleras" o sus monólogos, que regala entre tema y tema, mues-
tran un Larralde sagaz, agudo y atento observador de la realidad
del hábitat circundante. Pero Larralde no se queda allí, también
es testimonial (muy testimonial), cuando arremete denunciando
las desigualdades entre pobres y ricos, entre peones y patrones o
entre los "todopoderosos" señores instruidos de la ciudad y los,
aún hoy, desprotegidos trabajadores rurales.
Capaz de cantarle una bella despedida al cigarrillo (o al mate)
«Nadie me puede juzgar si no tiene un buen derecho
que valga por lo que ha hecho y esté bien reconocido.
No acepto que un comedido me dé aserrín por afrecho.»

como narrar poéticamente la envidia del pájaro preso ante la


algarabía de los gorriones libres, Larralde observa, escribe y
canta aquellas cosas que, en la premura por "vivir" lo nuestro,
pasamos por alto.
Allí, en sus canciones y en su poesía de neta y auténtica raigam-
bre campera, está el secreto de este autor de obras que recorren
el país de punta a punta dejando, en cada pueblo, un poco del
hombre que les dio vida.
José Larralde es, hoy en día, el único compositor del folklore
nacional capaz de mostrar bellamente la esencia del hombre de
nuestras llanuras.

La biografía se extrajo íntegramente de la siguiente web:


www.donjoselarralde.com.ar
El retrato fue sacado de la siguiente página web:
http://retratosmoni.blogspot.com
Los Círculos en el Agua:

Más de una vez, por curiosidad, miramos atentamente los círcu-


los que se forman al tirar a una piedra sobre el agua en reposo.
No es difícil de explicar este fenómeno de la naturaleza: la per-
turbación se extiende desde un punto central en todas las direc-
ciones con la misma velocidad; por eso en cada momento la
perturbación se extiende con igual intensidad por todos los
puntos ubicados a igual distancia del sitio donde se presenta la
perturbación, es decir, sobre una circunferencia.
¿Pero qué pasa en agua corriente? ¿Las olas que se originan al
tirar una piedra tienden a formar un círculo o un óvalo?
En primer lugar, pareciera que en el agua corriente las olas
deberían alargarse y tomar el sentido del río: la perturbación del
agua es más veloz en el sentido en que corre esta, que en los
sentidos laterales.
Por eso, las perturbaciones de la superficie del agua, formarán
una línea curva larga y cerrada, pero nunca una circunferencia.
Realmente no es así. Al arrojar piedras a un río que corre rápida-
mente, podemos asegurar que se formarán olas circulares, igual
que las que se forman en aguas en reposo. ¿Por qué?

Las Huellas de mis Ruedas:

Los policías encontraron el cuerpo de una víctima de asesinat y


notaron un par de huellas de ruedas que iban hacia y desde el
cuerpo. Siguiendo el rastro de las huellas llegaron hasta una casa
cercana donde dos hombres y una mujer estaban sentados en el
porche. No había ningún automóvil en la casa y ninguno de los
tres sabía conducir. La policía arrestó a la mujer. ¿Por qué?

«Los círculos en el agua» fue extraído del libro «Geometría


Recrativa» de Yakov Perelman. «Las huellas de mis ruedas» del libro
«105 desafíos de pesamiento lateral» de Sloane y Hale. Las solucio-
nes en el próximo número de «La Comuna...»
GRITO CHANGA

Me ofrecieron conchabo
para ir tirando, para ir tirando,
el trabajo anda escaso,
la paga estrecha
y el lomo es ancho.
Porque tengo a mis hijos
que a puro brazo los estoy criando,
me priendo a cualquier cosa,
el hambre es mucho y el pan escaso.
Clavo el hacha en el árbol,
saco los yuyos, armo el andamio,
no tengo oficio fijo,
de muy chiquito, viví cinchando.
Hoy no tengo derecho
ni pa embromarme dentro el salario.
El patrón ya me dijo
que si me enfermo no se hace cargo.
¡La pucha! Que valgo poco,
si no me alcanza ni pa cigarro,
y el hueso que llevo a casa
dentro del pecho me está golpeando.
Si me agarra la rabia
y pego el grito, me estoy pensando,
que mis pobres cachorros,
no tienen culpa pa darles cargo.
Que venga el sabio y diga
si mi trabajo no vale de algo.
Que el sabio me conteste,
si pa tranquiarla no soy un galgo.
Si el sabe todo eso,
sabe de sobra que es poco el pago.
Por saber tantas cosas,
hacen que el pobre reviente de asco.
¡La pucha! Que valgo poco,
si no me alcanza ni pa cigarro,
y el hueso que llevo a casa
dentro del pecho me está golpeando.
Si me agarra la rabia
y pego el grito, me estoy pensando,
que mis pobres cachorros,
no tienen culpa pa darles cargo.

Autor: José Larralde

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