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15/03/2011

Ambito Financiero
OTRO ROUND ENTRE ECONOMISTAS
Rumbo a industrializar
En esta oportunidad un representante de la línea heterodoxa sale a dar su visión sob
re el «modelo» y los beneficios que aportó a la industria. Repite críticas a ortodoxos y
, fiel al discurso oficial, a lo acontecido en los 90.
Por: Matías Kulfas (*)
Director del Banco Nación; presidente de AEDA.
En su nota del 11 de marzo, los economistas de FIEL persisten en presentar datos
de manera parcial con el objeto de impugnar o relativizar los avances en materi
a de reindustrialización que han tenido lugar a partir de 2003. Caracterizan a la
Argentina como una economía cerrada y de alto proteccionismo industrial, apoyándose
en que la suma de exportaciones e importaciones respecto del PBI sería muy baja. S
in embargo dicho indicador se ha ubicado en el período 2003-2010 en cuatro puntos
porcentuales por encima de los años 90, período en que se implementaran todas las re
formas aperturistas y desregulatorias por las que la gente de FIEL clamara duran
te años.
También es importante destacar que la cantidad de ocupados industriales formales s
e ubica en torno de los 1.200.000 obreros, un 31% más alto que a mediados de los 9
0 y un 20% por encima de 1998.
El desempeño manufacturero argentino mostró resultados superiores a los asociados al
tan mentado viento de cola con el que se lo pretende relativizar. Argentina fue
el único país de la región que no primarizó sus exportaciones y el crecimiento de su pr
oducción industrial duplicó a Brasil (4,6%) y superó a Colombia (6,2%), Chile (5,2%) y
México (3,8%). Asimismo, se quebró la dicotomía entre mercado interno y externo: las
industrias destinadas a ambos mercados crecieron de manera equilibrada.
Debo reconocer que en algo tienen razón los economistas de FIEL: el libro en que p
resentaron sus propuestas de reforma del Estado y modificación de la política económic
a no fue publicado en 1984 sino en 1987.
Ejes centrales
Sus ejes centrales eran la privatización de todas las empresas públicas, la desregul
ación económica, el desmantelamiento de los organismos estatales, la privatización del
sistema previsional y la conformación de un sistema de capitalización, la reducción d
e aranceles y la apertura comercial y financiera.
Deberían estar orgullosos: nada de lo que pidieron quedó afuera de las políticas imple
mentadas por Carlos Menem. Las reformas destinadas a «reducir los costos que se le
generaba al erario público» llevaron a una de las fases más agudas de endeudamiento e
xterno. Vaya manera de reducirle costos al erario público.
Los economistas de FIEL muestran un alto grado de inconsistencia cuando señalan qu
e criticaron la tendencia a la apreciación cambiaria, pretendiendo desconocer que
las políticas que ellos mismos propugnaban, como la atracción de flujos de capitales
externos, el desfinanciamiento del Estado, la reducción de aranceles y el abarata
miento de importaciones como mecanismo antiinflacionario, entre otras, estimulab
an dicha tendencia.
Hay que reconocerle a la gente de FIEL su buen sentido del humor y de la comicid
ad al denominar como «crítico» de las privatizaciones a su libro de 1999, el cual no sól
o fue realizado con el auspicio de todas las empresas privatizadas sino que se o
cupó de presentar las supuestas maravillas de las mismas, omitiendo las graves fal
las regulatorias del período y las severas inconsistencias co-mo, por ejemplo, el
rebalanceo tarifario telefónico que les regaló a las empresas telefónicas un alza de l
as entonces monopólicas tarifas locales a cambio de una baja en las tarifas intern
acionales, que ya no eran monopólicas (contradicciones de los liberales vernáculos q
ue en ocasiones se olvidan de las condiciones de competencia, en particular si h
ay un sponsor).

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