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Contemplemos el alborear del día cuando el sol está surgiendo tras la montaña lejana.

Al
principio, el firmamento está limpio. Poco después, aparecen unas nubes que ocultan el sol.
Pero, gradualmente, las nubes toman a pasar y vuelve a verse el sol que ya se remonta en el
espacio más brillante y poderoso que antes. El crecimiento espiritual es prueba segura de la
presencia de vida espiritual. Se nos dice que el recién convertido es como un niño recién
nacido. Su vida espiritual comienza en un determinado momento de tiempo. Al principio es
como un bebé; luego, un niño; hasta que finalmente, llega a la madurez a la medida de la
estatura de la plenitud de Cristo. "Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del
conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud
de Cristo; " (Efesios 4:13)

Del crecimiento espiritual se dice también que es como "fuente de agua, que salta para vida
eterna. " (Juan 4:14) Job dice, "El justo proseguirá su camino, y el limpio de manos aumentará
la fuerza. " (Job 17:9) Esta es la característica principal del convertido: "proseguirá su camino".
"Los muchachos, dice en la Biblia el profeta Isaías, se fatigarán y se cansarán; los jóvenes
flaquearán y caerán; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas
como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán y no se fatigarán. "

Sin embargo, la certeza de este progreso espiritual no está en el vigor del creyente mismo.
Dice el apóstol Pablo: "no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo
como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios" (2 Corintios 3.5)

El creyente es sostenido durante toda su vida por la gracia de Dios. Adán cayó en el pecado;
también cayeron los ángeles, y la persona más santa volvería a caer en el pecado si se le
abandonara a sus propias fuerzas, porque el corazón humano es malvado por naturaleza.
Pero, cuando Dios ha comenzado su obra impartiendo la vida espiritual a una persona,
continúa suministrando el vigor espiritual hasta el fin. "Estando confiado de esto, que El que
comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo. " (Filipenses
1:6)

un cristiano verdadero, Cuanto más conoce de la naturaleza divina, tanto más se deleita en la
revelación que Dios hace de su propia gloria: "Como el ciervo brama por las corrientes de las
aguas, así clama por ti, Oh Dios, el alma mía. " (Salmo 42: 1) No se satisface con probar una
sola vez la bondad del Señor, sino que estará insatisfecho hasta poder alcanzar la cascada en
que se despeña el torrente, y beber a borbotones del "río del agua de la vida, que fluye del
trono de Dios y del Cordero. "

Hay ciertos signos que denotan el crecimiento espiritual que experimenta la vida de los
creyentes: 40
1. Primeramente, van perdiendo confianza en sus propios méritos y son conscientes de
que dependen en todo de Jesú s. Han aprendido a través de amargas experiencias, la
necesidad de no confiar en sí mismos. Así sigue día tras día, el consejo bíblico: "Reconoce
a Dios en todos tus caminos, y El enderezará tus veredas. " (Prov. 3 :6)

2. Se vuelven má s pacientes en medio de los sufrimientos. Cuanto má s sufren, menos se


quejan.

3. Su amor por los demá s creyentes va en aumento. Aprenden a criticar menos a sus
hermanos en Cristo.

También van controlando mejor sus emociones. Van siendo "tardos para airarse"
(Santiago 1: 19)

5. Son má s puntuales en el cumplimiento de sus deberes para con los demá s. Los recién
convertidos son propensos a descuidar esto, convencidos de que han de consagrar a Dios
el tiempo que habrían de dedicar a sus semejantes. Pero conforme van creciendo
espiritualmente, se tornan má s equilibrados y cumplen con todos sus deberes igualmente.

6. Quizá la señ al que mejor denota el crecimiento espiritual es el cará cter consistente sin
tantos altibajos, que tanto falta en los recién convertidos.

Quizá él no se sienta como "que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que
prosiguió , por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesú s. "
(Filipenses 3: 12) y prosigue Pablo: "Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya
alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrá s, y
extendiéndome a lo que esta delante, prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesú s" (Filipenses 3:13-14). Nadie que haya comenzado a
correr la carrera celestial puede estar satisfecho con la posició n que actualmente ocupa; la
má s evidente señ al de estar espiritualmente vivo es el afá n por avanzar; un verdadero
cristiano siempre anhela poseer má s y má s el cará cter de hijo de Dios.

"Examinaos a vosotros mismos si está is en la fe; probaos a vosotros mismos, " aconseja el
Apó stol. (2 Cor.13: 5) La mejor evidencia de que somos cristianos de verdad, está en que
crezcamos espiritualmente.

CRECER NOS DESAFIA A:

SER LIBRES DE LA MEDIOCRIDAD.

SER LIBRES DE LA PASIVIDAD Y NEGLIGENCIA

SER LIBRES DEL LEGALISMO Y TRADICIONALISMO ENFERMIZO. (Mateo 12:1-8)

SER LIBRES DE LA HOLGAZANERIA.


SER LIBRES DE LA APATIA Y CONFORMISMO.

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