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I.- INTRODUCCION.
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IHERING, Rodolfo. La Posesión. (versión española de Adolfo Posada), Madrid 1926.
Editorial Reus S.A. p. 485.
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Históricamente la posesión surge en momentos en que la "la figura de
la propiedad no estaba perfilada, la ocupación de las tierras que dejaron de ser comunes o
la tenencia de las cosas muebles, era defendida por cada cual contra los ataques, repeliendo
la fuerza con la fuerza. La defensa privada y la actitud de recuperar lo que había sido
materia de substracción o despojo, merecieron paulatinamente el amp aro social y surgió así
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la posesión con los medios legales tendientes a protegerla" .
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VALIENTE NOAILLES, Luis M. Derechos Reales. Roque Depalma Editor, Buenos Aires,
1958. p. 35.
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VALIENTE. Loc. Cit. p. 36.
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DIEZ PICAZO, Luis y GULLON, Antonio. Sistema de Derecho Civil. Tecnos, Madrid,
1987. p. 102.
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calificar una situación como posesoria. En esta aventura académica no podemos perder de
vista que en definitiva lo que se pretende con la posesión es dar una respuesta adecuada a
una necesidad social concreta.
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Al respecto puede verse: AVENDAÑO VALDEZ, Jorge. Derechos Reales-Materiales de
Enseñanza, Fondo Editorial de la PUC, Lima, 1988. p. 111.
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AVENDAÑO. Loc. Cit. p. 114
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Utiliza por ejemplo un pasaje de Paulo en el que establece que "no es necesario tomar la
posesión corporalmente y con la mano, sino que también se toma con la vista y con la intención ..."
Paulo, Digesto, Libro XLI, título II, Nº 21.
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propiedad" .
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IHERING Ob. Cit. p. 211.
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IHERING Ob. Cit. p. 195
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IHERING Ob. Cit. p. 195
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IHERING Ob. CIt. p. 195
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Ihering acusa a los juristas romanos y a algunos como Savigny que recrean sus enseñanzas,
el hecho de que tratan de justificar toda decisión legislativa como teóricamente necesaria, llegando
asi a establecer sistemas sin coherencia científica. Asi se expresa Ihering refiriéndose a los juristas
romanos: "No recuerdo haberles visto jamás sacar consecuencias prácticas de un punto de vista
puramente constructivo: su fino tacto les preservaba de este escolllo. Sus construcciones, como tantas
otras cosas, corresponden a la gimnástica de la enseñanza; su destino es modesto: un destino
simplemente académico. Varias de ellas han sido hechas para los principiantes; parécense a las
explicaciones que damos a los niños cuando no podemos mostrarles claramente el verdadero estado
de las cosas o las desconocemos; explicaciones para ellos suficientes, porque no pueden penetrarse
de la falta de consistencia de las mismas". En: IHERING Ob. Cit. p.481
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necesidad de este elemento subjetivo, como consecuencia de tr atar de justificar la
imposibilidad legal existente en el derecho romano, de que una persona que no tuviera
actitud de propietario pueda ser calificada como poseedora.
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IHERING Ob. Cit. p. 472
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Comentando este fundamento decía Manuel Augusto Olaechea ante la Comisión
Reformadora del Código Civil de 1852: "Esta idea de mirar en la posesión un señorío, una
exteriorización de la apropiación económica de las cosas, justifica mejor si cabe la protección
posesoria. Dentro de este concepto no se trata únicamente del poder material sino también del poder
moral sobre la cosa". En: GUZMAN FERRER, Fernando. Código Civil T.II. Cuarta Edición.
Cultural Cuzco, Lima, 1982. p. 871.
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CASTAÑEDA, Jorge Eugenio. Los Derechos Reales. T.I Cuarta Edición, Talleres Gráficos
Villanueva, Lima 1973. p. 100.
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El artículo 896 del Código Civil de 1984 establece que "La posesión
es el ejercicio de hecho de uno o más poderes inherentes a la propiedad". Por su parte el
artículo 923 del mismo código dice que los atributos del derecho de propiedad son: usar,
disfrutar, disponer y reivindicar el bien. Si queremos comprender adecuadamente los alcances
que entre nosotros tiene la posesión, debemos tener cuidado al interpretar las normas antes
referidas.
Para culminar esta parte debemos advertir que para nuestro país el
tema de la posesión, tiene singular importancia , pues la propiedad en el Perú, como
titularidad protegida por el ordenamiento jurídico, está afectada por una serie de
distorsiones que la convierten en un derecho difícil acceso efectivo para un sector
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importante de la población .
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Al respecto debemos llamar la atención de que es posible que en determinadas situaciones
una conducta normal de propietario o de persona con derecho sobre el bien, puede no ubicarse
perfectamente dentro de lo que es el ejercicio de algunos de los atributos típicos de la propiedad.
Esto se explica perfectamente porque la enunciación que contiene el artículo 923 del Código Civil,
no es limitativa sino simplemente enunciativa de lo que normalmente identifica el actuar de un
propietario. De manera que si en algún caso nos encontramos con circunstancias que identifican al
sujeto en una relación normal con la cosa, pero que no parece encuadrar en algunos de los atributos
típicos de la propiedad, dicha situación seguirá siendo posesoria.
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En efecto, para nadie es un secreto que la mayoría de bienes inmuebles en el Perú carecen de
una titulación adecuada que permita a sus propietarios explotarlos eficientemente. Por ejemplo, si un
inmueble no está titulado y registrado en los Registros Públicos no es posible que sea otorgado en
garantía para la obtención de créditos. El centralismo estatal, la falta de recursos y la miopía de las
autoridades para ver en este tema un factor importante en el desarrollo del país, han determinado que
incluso hoy nuestro país sea un lugar básicamente de poseedores y no de propietarios.
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Creemos, sin embargo, que pese a su brevedad merece un acápite propio.
Sólo de los 27 artículos con los que cuenta el Título I (la posesión)
de la Sección Tercera del Libro de Derechos Reales del Código Civil, se desprenden una serie
de consecuencias importantes que afectan a quien sea calificado como poseedor de un bien.
Evidentemente existen muchas otras normas especiales que tienen que ver con diversas
materias (tributaria, administrativa, penal, etc.) a las cuales también l es interesa la
condición posesoria como objeto de regulación.
Sin duda alguna se trata de un derecho peculiar pues, como dice Puig
Brutau, depende de la voluntad del poseedor. Hasta cierto punto se trata de un derecho
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Somos concientes de la crisis que existe en la diferencia clásica entre los derechos reales y
los derechos personales. Sin embargo, esta no es la oportunidad para ocuparnos del tema.
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PUIG BRUTAU, José. Fundamentos de Derecho Civil. T. III, Segunda Edición, Bosch.
Barcelona, 1978. p. 46.
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frágil, transitorio, que sólo tiene sentido en tanto se verifique el hec ho que sustenta su
existencia. Así, en un instante una persona es poseedora de un bien porque se comporta
respecto de él de la manera como lo haría un propietario u otra persona con derecho sobre
él, y luego de un momento ya no lo es porque ha dejado de te ner esta conducta.
Así pues, la conducta necesaria del sujeto respecto del bien puede
ser variable. La normalidad puede verse alterada por diversas razones y circunstancias. La
conducta que originariamente podría haber sido normal y dar lugar a la posesión, puede dejar
de serla y no servir más para identificar a una situación posesoria. A la inversa, una
conducta que originalmente no hubiese dado lugar a la posesión, puede luego, al cambiar las
circunstancias, merecer dicha calif icación.
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Ihering cuestionó profundamente la tesis de Savigny, pues este último decía que la posesión
se mantiene mientras subsistiera la posibilidad de reproducir cuando se quiera el estado originario.
Es decir, para Savigny se perdía la posesión cuando esta posibilidad se convertía en imposibilidad.
Ihering, coherente con su tesis inicial establece que el estado originario puede variar dependiendo de
la conducta que de lugar al hecho razonable que equipara el actuar posesorio con el de una persona
con derecho sobre el bien. No se trata pues de un aspecto que pueda ser apreciado uniformemente
durante todo el devenir de la posesión, sino que debe ser apreciado atendiendo a las circunstancias
vigentes en cada momento concreto, con relación al bien y a la persona. En: IHERING. op. cit. p.
196.
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posesión aunque su ejercicio esté impedido por hechos de naturaleza pasajera".
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Sobre los alcances del artículo 904 del Código Civil, puede verse: OQUENDO, Sergio.
Impedimento Pasajero del Ejercicio de la Posesión. En: Themis Revista de Derecho Nº 21. Lima,
1992. p. 45.
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contratos, no utilizamos la clasificación tan interesante de la doctrina que se refiere al
objeto de los mismos. Como sabemos ésta última tiene connotaciones especiales.
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Mediante la Ley 26366 se creó el Sistema Nacional y la Superintendencia de los Registros
Públicos. Esta ley unificó al Registro Predial con los otros registros especiales referidos a inmuebles,
en un Registro de Propiedad Inmueble.
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Tal vez el estudio que sintetiza más adecuadamente el fenómeno al que nos referimos es: DE
SOTO, Hernando. El Otro Sendero. Instituto Libertad y Democracia. Sexta Edición. Lima, 1987.
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de este fenómeno, la evidente fuerza del mismo llevó a que se regulara paulatinamente un
procedimiento para hacer que aquellos que originalmente fueron calificados como usurpadores,
al invadir ilícitamente predios que no les pertenecían, fueran considerados luego como parte
de un procedimiento administrativo tendiente a otorgarles la propiedad de los lotes que
ocupaban. A este procedimiento se le conoce como Saneamiento Físico Legal.
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Debemos mencionar que la expropiación ya no es un mecanismo válido como parte del
Saneamiento Físico Legal, pues la Ley excluyó de las causas habilitante de la expropiación a los
fines de vivienda.
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Es claro que los ocupantes de terrenos, al tomar un espacio por la via de los hechos y vivir en
él, desarrollaron conductas similares a las que habría tenido el propietario del bien o la persona con
derecho sobre el mismo. En este sentido son poseedores.
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de los ocupantes, su derecho sobre el bien sólo se convierte una vez que se extiende en su
favor el título de propiedad y puede registrar tal condición en los Registros Públicos.
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La exposición de motivos oficial del Libro de Registros Públicos del Código Civil,
publicada en el Diario Oficial "El Peruano" el 19 de julio de 1987, establece que la razón de la
prohibición contenida en el artículo 2021 del referido Código se encuentra fundamentalmente en el
hecho de que la posesión no requiere del registro para publicitar su existencia. La publicidad del
Derecho de Posesión -dice- se encuentra en el ejercicio mismo de los hechos propios de la posesión.
Finalmente agrega que no existe razón alguna para la inscripción de la posesión, por cuanto no va a
significar ninguna mejora a este derecho, ni le va a otorgar una publicidad que por sí tiene. La razón
expresada por el legislador guarda coherencia en sí misma, sin embargo no descarta que si existiera
alguna otra razón para que la posesión fuera inscribible, este hecho deba admitirse.
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recibirá de aquel que aparece como poseedor ante el Registro Predial, pese a que en la
"realidad" ya no lo sea.
Esto quiere decir, por ejemplo, que una persona que tiene inscrito su
derecho de posesión podrá plantear un interdicto para desalojar al ocupante inesperado,
exhibiendo simplemente la inscripción de su derecho, aun cuando ya no hubiese sido poseedor
al momento de producirse la intromisión del tercero.
Tal vez pueda decir que ésta suerte de posesión especial, una vez
inscrita, no se pierde por las formas ordinarias (abandono, despojo). Esta solución
indudablemente trastoca la concepción general de la posesión, pero es necesaria para
instrumentalizar la hipoteca popular.
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Al respecto puede verse AVENDAÑO VALDEZ, Jorge. El Registro Predial y la Seguridad
Jurídica en los Predios Rústicos. En: Themis - Revista de Derecho Nº 26. Lima, Julio de 1993. p. 63.
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guardando coherencia interna deben servir fundamentalmente a la solución de problemas
sociales. Si los problemas exigen la modificación de las instituciones, debemos ceder ante
tal requerimiento; un ejemplo de ello es sin duda la hipoteca popular.
ARTIC\ARTI.HEC