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FACULTAD DE EDUCACIÓN
PROGRAMA DE MAESTRÍA EN EDUCACIÓN
SEMINARIO: MEMORIAS DE LOS LUGARES, INTERCULTURALIDAD Y
PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO
¿QUÉ ME DICE EL RETRATO DEL COLONIZADO?
POR: JAVIER ULISES FLÓREZ HERRERA
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MEMMI, Albert. El retrato del colonizado. De la Flor: Buenos Aires. 1969. p. 15
de poco reconocimiento. Además porque ellos cuestionan:
independencia de qué, “descubrimiento” de qué, si todavía sus
derechos siguen siendo vulnerados y desconocidos en la actual
sociedad.
Otra pregunta que surge desde otro ámbito ¿Qué tanto de estos
colonizadores del ayer encontramos en nuestras sociedades? ¿Será
que estas historias sólo pertenecen al pasado? Bien se dice, el que no
conoce la historia está condenado a repetirla, ya sea con sus logros y
miseria y de esto no se escapa la mayoría de nuestras sociedades
postmodernas. Cuantos hoy en día frustran el futuro de generaciones
motivados por políticas económicas y sociales que sólo favorecen a
unos pocos, alimentando de este modo las brechas entre grupos
humanos, estratificando la sociedad y haciéndola más desigual.
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Ibíd. p. 18
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Ibíd. P. 20
Este contraste de realidades entre el que tiene el poder y el carente
de ello, irá marcando otra paradigma en la vida del colonizado, donde
además de ser desposeído de sus bienes, también empobrecido en su
dimensión ontológica e histórica, la cual es reducida a la mínima
expresión. Su ser es de segunda categoría, es un perezoso, débil,
ignorante y perverso, de malos instintos, ladrón y un poco sádico. Por
tanto, todos los actos que deriven de ello en comparación con los del
colonizador pertenecen o no tienen el mismo valor. Podrá ser
ingeniero, tener la mejor preparación, realizar la misma labor que sus
colegas colonizados, pero ellos tendrán otros privilegios y devengarán
más salario. Todo esto en el fondo, gracias a la institución establecida
por el poder colonizador, “nunca se caracteriza al colonizado de un
modo diferencial; no tiene derecho sino a la sumersión dentro del
colectivo anónimo.”4
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Ibíd. p. 23
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Ibíd. p.23
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Ibíd. p.25
Debido a que no han alcanzado la mayoría de edad, no son
ciudadanos, no se gobiernan, por eso se le niegan acceder a
puestos del gobierno, son excluidos de esta realidad, ellos “no
gozan de ningún atributo de la nacionalidad: ni de la propia,
que es dependiente, discutida, reprimida, ni seguramente de la
del colonizador. No [pueden] en absoluto estar unido a la uno y
reivindicar la otra”7. Ni que decir del niño, el cual debería ser
considerado la esperanza del colonizado, pero al vivir en este
contexto alienante, se alimenta de ello y los reproduce, dado
que el mundo colonizado es una sociedad malsana donde la
dinámica interna no es creativa, no genera nuevas estructuras,
sino un sistema que se ahoga lentamente, ayudado por las
instituciones que patrocinan los valores-refugio como la familia
colonizada y la religión del colonizador.
7
Ibíd. p. 29
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Ibíd. p. 33
otros que no pudieron son catalogados como analfabetas y
atrasados, simplemente porque no dominan o no alcanzaron
toda el prototipo o parte de ello, del poder colonizador, todo el
andamiaje social y económico que lo pueda categorizar como
parte del mundo civilizado.