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I. Verdad y comunicación.
exclusivamente– por las formas cognitivas que son propias de su especie. Dentro de la
paranormales, estas formas cognitivas sólo son agrupables en dos layas: racionales y
sensoriales. Por ello, y tomando en cuenta la disparidad que existe entre capacidades de
marcan nuestra vida particular, resulta que cualquier afirmación proveniente de un sujeto
que pretenda contener una relación de identidad entre el mundo exterior y el interior de
simples, nadie puede afirmar, sin resultar sospechoso a la mirada crítica, que lo
tiene que ser distinguido de otros en virtud de tal situación. (…) Un criterio
universal de verdad sería aquel que tuviera validez para todos los conocimientos,
criterio hace abstracción de todo contenido del conocimiento (de la relación con su
que sea, a la vez, suficiente y universal. (…) por lo que a la materia concierne, no
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puede exigirse ningún criterio general sobre la verdad del conocimiento, puesto
Toda afirmación que de cualquier cosa se haga no resulta sino una consideración.
Qué tan cercana esté alguna de estas consideraciones a LA realidad, es algo que no se
puede determinar con certeza. Si hay una real identidad entre concepto y objeto será sólo
mera coincidencia en el más puro de los sentidos. Todo esto se podría resumir en un
simple principio: la perfección de una idea nada nos dice sobre el contenido de la misma
la verdad ni la ilusión se hallan en el objeto en cuanto intuido, sino en el juicio sobre éste
en cuanto pensado”2. El camino a seguir para encontrar lo que LA verdad es nos debe
es ella – la comunicación – lo que nos permite acordar y con ello formar estructuras de
acción de LA verdad, pues, finalmente, si no fuera para interactuar, de nada serviría tener
o pretender tenerla, mientras que su búsqueda sería hasta inconcebible, en tanto que
dicha empresa comienza en el preciso instante en que hay desacuerdo entre sujetos que
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En el original: “Wenn Wahrheit in der Übereinstimmung einer Erkenntniß mit ihrem Gegenstande
besteht, so muß dadurch dieser Gegenstand von andern unterschieden werden;(...) ein
allgemeines Kriterium der Wahrheit dasjenige sein, welches von allen Erkenntnissen ohne
Unterschied ihrer Gegenstände gültig wäre. Es ist aber klar, daß, da man bei demselben von allem
Inhalt der Erkenntniß (Beziehung auf ihr Object) abstrahirt, und Wahrheit gerade diesen Inhalt
angeht, es ganz unmöglich und ungereimt sei, nach einem Merkmale der Wahrheit dieses Inhalts
der Erkenntnisse zu fragen, und daß also ein hinreichendes und doch zugleich allgemeines
Kennzeichen der Wahrheit unmöglich angegeben werden könne. Da wir oben schon den Inhalt
einer Erkenntniß die Materie derselben genannt haben, so wird man sagen müssen: von der
Wahrheit der Erkenntniß der Materie nach läßt sich kein allgemeines Kennzeichen verlangen, weil
es in sich selbst widersprechend ist”, Idem, p. 79.
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En el original: “Daher sind Wahrheit sowohl als Irrthum, mithin auch der Schein als die Verleitung
zum letzteren nur im Urtheile, d. i. nur in dem Verhältnisse des Gegenstandes zu unserm Verstande
anzutreffen“. KANT, I. idem. 297.
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las conclusiones de sus sujetos conformantes fueran idénticas, no podría siquiera haber
concepción de verdad o mentira, realidad o irrealidad. Pero el día a día nos confronta con
convertir esta confirmación en la piedra de donde se aferra junto con otros náufragos para
reconocer los resultados del accionar comunicativo humano al consensuar. Kant por su
comprobar su validez para toda razón humana. En este último caso parece al
objeto.”3
sujeto hace de las cosas la que lleva a la verdad, sino el acuerdo encontrado por
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En el original: “Der Probirstein des Fürwahrhaltens, ob es Überzeugung oder bloße Überredung
sei, ist also äußerlich die Möglichkeit, dasselbe mitzutheilen, und das Fürwahrhalten für jedes
Menschen Vernunft gültig zu befinden; denn alsdann ist wenigstens eine Vermuthung, der Grund
der Einstimmung aller Urtheile ungeachtet der Verschiedenheit der Subjecte unter einander werde
auf dem gemeinschaftlichen Grunde, nämlich dem Objecte, beruhen“. KANT, I., idem. p. 532.
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posibilidad el lenguaje. Encuentro claro entonces que el resultado del accionar
aquello que llamamos objetividad, muy similar a la verdad, pero ahora ya escrita esta
palabra en minúsculas.
mayor o menormente excluyentes, crean por medio de su imaginación todo tipo de grupos
y subgrupos de verdad que terminan generando lazos de identidad, tanto en lo interno –al
especie de teoría de conjuntos social. Hay, por lo tanto, clasificaciones para todo, siempre
entiende como siendo de aquello que, una vez hecho cuadro de imagen mental, concibe
causal o teleológica), y por lo argumentado en el punto I. se puede afirmar sin temor que
aquello que hemos clasificado como locura junto con todas sus manifestaciones no es
sino la incapacidad, sin importar aquí las causas, de comunicar nuestra subjetividad al
los miembros de alguna comunidad de habla que ya haya, para fines prácticos,
establecido ciertos criterios de verdad tanto instrumentales como normativos, mismos que
serán punto de anclaje clasificatorio. A contrario sensu, un sujeto normal es alguien cuyas
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capacidades discursivo-descriptivas y cuyas acciones de transformación del mundo
externo son objetivas tanto intelectual como políticamente4. Ahora bien, si se es capaz de
lo primero, pero no de lo segundo, los epítetos que juzgan al sujeto serán sólo: neurótico,
etc.. ¿Qué pasa, sin embargo, con aquel sujeto quien sin poder formar parte de la
comunidad en primera instancia termina, por el medio que sea, transformando el discurso
vel las tradiciones, usos y costumbres de la colectividad? Ese sujeto es clasificado como
dada dicha clasificación, de punto de partida para la emisión de juicios normativos que
encargado tanto de describir, como de normar la sexualidad creando así una especie de
aparece ya en la historia desde los primeros textos descifrados: los Vedas y los Sudras
indios. Desde entonces y hasta el día de hoy, sin que esto sea una hipérbole, las
entonces será clasificada como normal, mientras que si cae fuera de ese campo y dentro
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No se comenta el error de entender aquí lo político de ninguna otra manera ajena al sentido
amplio de la palabra, esto es, a aquel que nos indica cualquier tipo de relación entre seres
comunitarios.
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de lo juzgado indeseable, será nombrada perversión, desviación o, más políticamente
correcto, parafilia.
firmes y seguros. Egon Schiele, el alumno destacado y protegido de Gustav Klimt. Egon
Schiele, el soldado que fue eximido de ir a la Gran Guerra. Egon Schiele, el viudo de su
esposa embarazada (viudez que duró sólo tres días). Egon Schiele, una víctima más de la
influenza española.
Lewis Carroll, el preceptor hijo de obispo anglicano. Lewis Carroll, el alumno genio y
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posteriormente profesor de matemáticas de Oxford. Lewis Carroll, el tratadista de lógica.
Lewis Carroll, el fotógrafo. Lewis Carroll el escritor de Alicia en el país de las maravillas.
propia hermana. Egon Schiele, centro principal de los constantes menage a trois que
jóvenes venesianas y checas menores de 15. Egon Schiele, el procesado. Egon Schiele
el convicto de los 24 días. Lewis Carroll, el fotógrafo de niñas desnudas, Lewis Carroll, el
combatirla. Lewis Carroll, el paidófilo. Egon Schiele y Lewis Carroll, los genios del
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Todo lo arriba descrito y los eventos que le dieron origen a sus respectivas
historias sigue siendo algo controversial. Lo es no sólo porque Egon Schiele fue
amantes, sí, sin duda, menores de edad, capaces de volición consciente, sino porque el
cargo por el que se le encontró culpable fue el de mostrar pornografía (sus obras) a
menores de edad. Es controversial no sólo por las más de tres mil fotos que Lewis Carroll
de datos de la vida del autor inglés, a quien, súbitamente, le fue prohibido el contacto con
Alice Liddell, tras, se dice, haber pedido su mano, cuando esta tenía alrededor de diez u
diversidad sexual todo aquel acto que, empleando al menos el cuerpo propio y
entiendo por perversión sexual toda aquella realización de un gusto tal que, utilizando
contra su voluntad el cuerpo ajeno como un objeto, y teniendo como uno de sus medios
imagen mental que presenta la real dominación de la libertad del Otro como algo
deseable. Las diferencias entre ambos, aunque la práctica en el mundo externo fuera
conceptos, medios y fines. Si bien ambos, y ya que los humanos sólo actuamos en
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diversidad sexual tiene como fin el placer de todas las partes involucradas mediante el
acto, el cual sólo se puede dar teniendo el acuerdo como condición de posibilidad. Se
establece, pues, una verdad objetiva en una comunidad de lenguaje que puede ser tan
reducida como uno o dos participantes. En una práctica de diversidad sexual, tras
haberse dado la fantasía como incitadora de una emoción que promueve la realización del
cuadro de imagen mental a través del acto, se entienden todos los actores como fines en
sí mismos. De esta manera, una vez alcanzado el consenso, la práctica se puede llevar a
cabo sin ningún tapujo moralino reconociéndose las partes mutuamente en total libertad y
por lo tanto dignificándose con su realización. Por el otro lado, el acto de perversión
medio y por lo tanto en un objeto cuya voluntad es ignorada, trayendo como consecuencia
autoestima de aquel cuya voluntad fue desconocida dependerá de muchos factores aquí
sometimiento5. Encuentro fútil dar ejemplos e invito al lector a que, a partir de las
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Con base en ello, un sujeto que, como Egon Schiele, es paidófilo declarado no
tiene por qué ser entendido como un abusador sexual infantil. Mucho menos Lewis
Carroll, de quien no se tiene ninguna prueba de realización de acto sexual con menor
extenso, cuestión muy argumentable, por un menor de edad–. La clave, por todo lo dicho,
perpetración del acto sexual le perteneciera también como un cuadro de imagen mental
propio y éste le resultara tan atractivo que le motivara y decidiera realizarlo, estaríamos en
presencia de una práctica claramente legítima. Considerar el llano deseo sexual por un
menor junto con su realización como una perversión sexual, nos haría caer
los países del mundo, así como culturas enteras, como la griega clásica y la india
sempiterna, tendrían que ser consideradas pervertidas por sus prácticas internas, lo cual,
por lo definido en el primer punto de este ensayo sería en su propia esfera socio-
existencial una contradicción insalvable. Por el otro lado, un agresor sexual de infantes no
fantasía que tenga como víctima a un ser indefenso. La calidad de ser menor de edad
sería, pues, sólo una contingencia. Colocar a Jeffrey Dammer o a delincuentes que
trafican sexualmente con niños al mismo nivel que a personas como Egon Schiele, Lewis
Carroll y muy seguramente varios de los lectores de este texto es un claro y peligroso
abuso que puede llegar a niveles tales de legalismos y exacerbada protección como los
y se les retira la patria potestad a padres que fotografían a sus hijos mientras los bañan o
se encarcela a todo mayor de edad que haya tenido coito, aun consentido, con menores
de 17 años 11 meses.
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