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La Economía social y solidaría: ¿mito o realidad?

Social and Solidary Economy: Mith or Reality?


Luciano Martinez Valle

Profesor e investigador de FLACSO-Ecuador

Correo electrónico: lmatinez@flacso.org.ec

Fecha de recepción: marzo 2009


Fecha de aceptación y versión final: marzo 2009

Resumen
Este artículo busca abrir la discusión sobre el tema de la economía social y solidaria, precisar
algunos equívocos y esbozar algunas de las limitaciones y potencialidades que tiene esta pro-
puesta. Se analizan las contradicciones o dificultades presentes en el concepto para finalmente
cuestionar algunos de los aspectos de su teoría: su utopismo, la beterogeneidad productiva que
encierra, los distintos objetivos desde donde se piensa y bacia dónde se dirige esta otra econo-
mía, así como su relación con la economía mercantil y la pública. Finalmente se discute las difi-
cultades que se desprenden de las experiencias concretas analizadas en los artículos presentados
en el dossier anterior de esta revista (Iconos N° 33).

Palabras clave: economía social, economía solidaria, tercer sector

Abstract
Tbis article examines the social and solidary economy with a view to clarifying misunderstand-
ings and outlining some of its limitations. The article begins by analysing the contradictions
and difficulties included in the term "solidary economy" itself. Then it questions some of the
elements presents in this theory: its utopianism, productive heterogeneity, the distinct perspec-
tives from which it can be understood, and the ultimate economic objectives it seeks to attain,
and the way in which the social and solidary economy relate to the mercantile and public
economies. The article will revisit some of the obstacles that have emerged out of the concrete
case studies examine in the articles included in the previous dossier of Iconos (N° 33).

Keywords: social economy, solidary economy, third sector

iconos. Revista de Ciencias Sociales. Num. 34, Quito, mayo 2009, pp. 107-113
© Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales-Sede Académica de Ecuador.
ISSN: 1390-1249
Luciano Martínez Valle

Introducción modelo económico, especialmente para las or-


ganizaciones sociales.
a economía social y solidaria es todavía En estas breves notas, se reflexiona sobre la

L una teoría en construcción, la cual re- economía social y solidaria a partir de la lectu-
coge la vertiente teórica que pone de re- ra del dossier de la revista iconos, N° 33, de
lieve las limitaciones de la teoría del desarrollo enero de 2009, dedicado a este tema; con la
centrada únicamente en el crecimiento econó- única pretensión de abrir la discusión, precisar
mico y que plantea un nuevo rol de la econo- algunos equívocos y esbozar algunas de las
mía como ciencia, más articulada con la socie- limitaciones y potencialidades que tiene esta
dad y en diálogo fructífero con otras ciencias propuesta.
sociales. Esta teoría compite con otros plante-
amientos recientes como el del "decrecimien-
to" de Serge Latouche (2007) o el de la "eco- Los equívocos del concepto
nomía participativa" (parecon) de Michael
Albert (2005) y seguramente, con otros que De acuerdo a José Luis Coraggio (2009:30),
van surgiendo en la medida en que se consta- los elementos constitutivos de la economía
ta un agotamiento y crisis del modelo de eco- social y solidaria son los siguientes: a) consoli-
nomía capitalista. Todas estas teorías tienen un dar comportamientos solidarios, b) una eco-
denominador común que es importante men- nomía incluyente, c) centrada en el valor de
cionar: la falacia del crecimiento económico uso, d) que no excluye al estado ni al mercado.
como sinónimo de desarrollo y la necesidad de Como se puede colegir, los tres primeros ele-
reinsertar a la economía en la sociedad, una mentos tienen una estrecha relación con la
idea que proviene del trabajo seminal de Karl construcción de una economía basada en prác-
Polanyi (2000), La Gran Transformación. ticas de solidaridad, que de alguna manera es-
La discusión sobre economía social y soli- tarían presentes entre los productores más
daria se abre en el Ecuador en un momento pobres de nuestra sociedad. Pero la última, en-
crucial de cambio de modelo político y de tra en contradicción abierta con las anteriores,
búsqueda de alternativas económicas al mode- salvo que esto quiera significar la construcción
lo neoliberal que ha predominado en los últi- desde dentro de una economía basada en las
mos 20 años. No es por azar que en la nueva anteriores tendencias y que el mercado sea el
Constitución del país se la mencione en nu- resultado de estas prácticas solidarias; con lo
merosos párrafos, sobre todo en relación con cual estamos en presencia de otro tipo de so-
las actividades económicas de los pequeños y ciedad, no precisamente de la capitalista.
medianos productores'. Una idea que es repe- Se supone —y esto estaría por comprobar-
tida en múltiples foros y que se ha convertido se- que los sectores populares o, en el caso
en una especie de paradigma para el cambio de ecuatoriano por ejemplo, las comunidades in-
dígenas tendrían comportamientos solidarios;
en otras palabras, que su economía estaría re-
1 Este énfasis está presente, por ejemplo, en la Ley gida por prácticas de solidaridad, reciprocidad
Orgánica del Régimen de Soberanía Alimentaria que y redistribución. Ahora bien, recientes investi-
acaba de ser aprobada el 17 de febrero del 2009. En el
artículo 3. Deberes del Estado, literal c, pág. 4, se dice: gaciones muestran que estas prácticas están en
"Impulsar, en el marco de la economía social y solida- crisis, justamente por una mayor inserción de
ria, la asociación de los microempresarios, microem- estos grupos en la economía capitalista. Mu-
presa o micro, pequeños y medianos productores para
su participación en mejores condiciones en el proceso
chas comunidades ya no disponen de la mano
de producción, almacenamiento, transformación, con- de obra necesaria para practicar estas relacio-
servación y comercialización de alimentos". nes, debido a la migración o la inserción sala-

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rial (Martínez 2002). Frente a esta situación, contra el medio ambiente y los recursos natu-
más bien lo que habría qué plantear es cómo rales en forma por demás peligrosa'.
se pueden recuperar esas prácticas para que se Jean Marie Harribey (2002), por otro lado,
conviertan en la base de la construcción de recogiendo la experiencia francesa, ubica a la
una economía social y solidaria. economía social y solidaria en el denominado
En el fondo, el desafío está en cómo conci- "tercer sector" de la economía que, según este
liar varios principios que tienen lógicas econó- autor, constituye una modalidad sui generis
micas y sociales diferentes: mercado-autar- para apoyar aquellas actividades que no son de
quía-reciprocidad-redistribución-planificación interés del mercado; es decir, que no son ren-
(Coraggio 2009:30). ¿Es posible conjugar tan- tables para la economía capitalista y tampoco
tos elementos dispares que han surgido en mo- para el estado, debido a las fallas del sector pú-
mentos históricos concretos y que han cam- blico, sobre todo cuando éste toma el atajo
biado a lo largo del tiempo? ¿Basta con la soli- neoliberal. De esta forma, la economía tendría
daridad para armonizar estos principios tan tres polos: "la economía de mercado, la econo-
contradictorios? mía no mercantil en la cual predominan las
De allí que tenga mucha razón Latouche relaciones monetarias y la economía no mone-
(2003), cuando critica el concepto de econo- taria basada en la reciprocidad" (Haribey
mía solidaria y lo califica de "oximoron"^ es 2000:46). Es muy difícil conceptualizar estos
decir, un concepto contradictorio: puesto que tres polos dentro de un plan de igualdad, por-
la economía* por principio es individualista y que el polo mercantil necesariamente impri-
está fundada sobre el egoísmo del homo oeco- mirá su lógica de rentabilidad al conjunto de
nomicus, lo cual no tiene nada que ver con la la sociedad. Para este autor, la economía social
solidaridad, que incluye una visión colectiva y solidaria significa "reconciliar lo económico
antes que individual. Los objetivos de la eco- y lo social [...] un tema tan ideológico como
nomía buscan en el modelo capitalista la acu- la reconciliación del capital y el trabajo" (ibí-
mulación de capital, lo que parte de decisiones dem:47).
individuales y no sociales. Por eso, este autor La formación del denominado "tercer sec-
plantea la teoría del "decrecimiento" (Latou- tor", suscita intensas polémicas en los países
che 2006) como una estrategia para salir de la desarrollados, pues su conformación oculta las
"economía", lo que significa, "poner en duda relaciones sociales conformadas en torno al
la dominación de la economía sobre el resto de trabajo asalariado y estaría generando un mer-
la vida, en la teoría y en la práctica, pero sobre cado de trabajo sui generis con actores preca-
todo en nuestras cabezas" (Latouche 2004: rios, en una sociedad donde el estado ha per-
96). Se trata de crear una respuesta al desarro- dido su capacidad para generar empleos esta-
llo "realmente existente", es decir, al basado en bles (Hely 2008). El tercer sector aparece, en-
el crecimiento económico que ha conducido al tonces como una alternativa "benévola", que
incremento de la pobreza, del desempleo, de incluso genera asociaciones con fines no lucra-
los niveles de desigualdad social y que atenta tivos que facilitan tener una "buena imagen" a
empresas capitalistas duras (muchas de ellas
2 Según el diccionario de la Lengua Española: contaminantes, que emplean trabajadores pre-
"Combinación en una misma estructura sintáctica de
dos palabras o expresiones de significado opuesto, quecarios, con salarios bajos, etc.). Este tema, por
originan un nuevo sentido; p. ej., un silencio atrona-
dor\ 3 No es este el espacio para abrir una discusión sobre este
* "Economía" como se entiende desde el siglo XVIII y importante planteamiento que cuestiona radicalmente
en especial desde los importantes trabajos de Adam el concepto de desarrollo basado en el crecimiento eco-
Smith (1776). El concepto aquí no incluye una visión nómico, pero es importante revisar las publicaciones
antropológica-histórica del término. N. del E. de este autor. Véase Latouche (2004, 2006, 2009).

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supuesto, tiene más implicaciones en los países La economía social y solidaria en Brasil,
desarrollados en la medida en que efectiva- como lo señala Singer (2009), es una respues-
mente, este sector asociativo constituye una ta a la contradicción entre democracia y capi-
alternativa real de obtención de empleo para talismo, lo que implica un rol importante del
las jóvenes generaciones. estado, no solo como "redistribuidor", apo-
Además de estas críticas, aparece otra fre- yando a los pequeños productores de mercan-
cuente, que considera la economía social y cías, a la economía doméstica, a las asociacio-
solidaria como un verdadero "cajón de sastre", nes de productores; sino también, en la
que incluye una variedad de formas de pro- "gobernanza", esto es, en las negociaciones en-
ducción que perteneciendo a la economía tre los empresarios y los movimientos sociales,
capitalista, funcionan sin llegar a conformarse Sin embargo, la institucionalización de la eco-
bajo las relaciones capital-trabajo asalariado, nomía solidaria ba generado tanta expectativa
Esta mixtura de maneras de producir ba entre los varios tipos de beneficiarios (un con-
demostrado en la economía real una persisten- junto altamente beterogéneo de productores),
cia bastante sorprendente, pues se reproduce que actualmente, tal como lo señala este autor,
aún en espacios económicos considerados pie- se ba convertido en un mecanismo de presión
ñámente capitalistas. Esta situación muestra sobre los recursos públicos, dentro de una ver-
que las relaciones de producción capitalistas dadera maraña burocrática en la cual se encon-
puras, solo existen en la teoría y lo que encon- traríá atrapada la economía solidaria,
tramos en las sociedades concretas es una mez- De la lectura del caso brasileño no queda
cía abigarrada de formas de producción, una muy claro si la economía solidaria es una real
gran parte de las cuales se mueven en una lógi- alternativa a la economía capitalista, y si lo que
ca de sobrevivencia y están muy lejos de ser se busca es substituir la competencia por la
consideradas como capitalistas. Pero esto no cooperación sin necesariamente eliminar el
puede llevar a incluirlas en un sector de econo- mercado, o al contrario, lo que sucede es que
mía "social y solidaria", porque ciertamente no la gobernanza se torna mucbo más práctica en
tienen ni la supuesta base solidaria, ni la torno a la disputa de recursos. Tampoco queda
misma ñnalidad (producción de valor de uso o claro cómo se va a lograr substituir, como se-
de cambio), ni los intereses entre todos estos ñaia este autor, la competencia por la solidari-
productores son similares (cooperativas, pro- dad, de tal forma que la economía solidaria
ductores familiares, comunidades, micro pueda gradualmente remplazar al capitalismo
empresarios, medianos productores y basta (Singer 2009:65).
ONG). En el caso argentino, no existe una econo-
mía social y solidaria institucionalizada como
en Brasil, sino experiencias puntuales que son
Las experiencias en América Latina muy interesantes, en la medida en que permi-
ten abrir la reflexión sobre las iniciativas im-
El dossier recoge algunas experiencias de la re- plementadas y sus limitaciones dentro del
gión para ilustrar la importancia de la econo- contexto de una sociedad capitalista en la cual
mía social y solidaria. Destaca sobre todo la están inscritas.
experiencia de Brasil, en donde se ba logrado El caso analizado por Deux y Vázquez
ya institucionalizar la economía social y soli- (2009) sobre los emprendimientos asociativos
daria; así también, la experiencia argentina, y las empresas recuperadas, se centra en las ini-
que como sabemos responde más a una ciativas tanto de pequeños productores inde-
coyuntura de crisis económica que afectó a ese pendientes como de asalariados sin trabajo;
país sobre todo a fines de la década de los 90. iniciativas que buscan crear empleos a través

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de modalidades que pueden asimilarse a lo que munidades rurales. Asunto que merece una
se entiende en el dossier como economía social. investigación detenida para no partir de visio-
Según lo mencionan los mismos autores, los nes románticas sobre la vigencia de irelaciones
emprendimientos asociativos no han logrado sociales comunitarias. Algunas ONG en el
resultados económicos importantes, en la país, mantenían esta visión e incluso preten-
medida en que son actividades de "baja com- dieron impulsar procesos de producción co-
plejidad", que utilizan trabajo "poco califica- munitarios sobre tierras que habían sido com-
do" y tienen que competir en el mercado con pradas por los mismos campesinos. No obs-
empresas capitalistas mucho más rentables**. tante, cuando se terminó de pagar la tierra, los
Igual sucede con las empresas recuperadas que campesinos presionaron por su división en
adoptan la forma de "cooperativas de trabajo" fincas familiares'. Esto no quiere decir que no
pero que se enfi'entan a problemas de "obsoles- existan estas relaciones, lo que hay que inves-
cencia tecnológica", lo cual les impide compe- tigar es en qué esfera son más factibles de con-
tir en el mercado capiralisra, dado que la cretarse o recrearse, si en la productiva o en la
mayoría de ellas se dedica a la producción comercialización, asunto que depende mucho
manufacturera (ibídem:99-100). A pesar del de la dinámica económica de los territorios y
entusiasmo en sacar adelante la experiencia del grado de apropiación social de los merca-
asociativa es muy difícil competir en el merca- dos por parte de los productores locales''.
do actual con una tecnología diseñada para el Un segundo aspecto es la alta "heterogenei-
proceso de industrialización por sustitución de dad" de las formas productivas que pertenecen
importaciones (ISI) de antes de los años 70. a la economía solidaria. En Brasil, por ejem-
Exisre no obstante un "efecto social" impor- plo, pertenecen a este sector las cooperativas,
tante que parte de la revalorización del trabajo el sector informal, los pescadores, las comuni-
de los sectores populares, de las experiencias dades indígenas y los quilombos (Singer
de solidaridad horizontal y de modalidades de 2009). En el caso francés, las cooperativas, las
participación más democrática (ibidem: 101). mutuales, los bancos cooperativos, cooperati-
¿Pero alcanzará esto para competir en el mer- vas de seguros, asociaciones y fundaciones^.
cado y crear un núcleo alternativo a la econo- Muchas de estas empresas funcionan bajo la
mía capitalista? lógica del mercado y son más eficientes que las
mismas empresas capitalistas, mientras que
otras ven en la economía social y solidaria un
Interrogantes y más interrogantes
5 Esta fue la experiencia, por ejemplo del Fondo
Ecuatoriano Populorum Progressio (FEPP) en la pro-
Uno de los aspectos que atraviesa la teoría de
vincia de Chimborazo en los años 90 (Navarro et al.
la economía social y solidaria es cierto utopis- 1996).
mo sobre la vigencia de las relaciones de reci- 6 Un caso interesantísimo a investigar, es por ejemplo, el
procidad entre los sectores populares y las co- éxito de la Cooperativa de Ahorro y Crédito "Mushuc
Runa" formada por indígenas chibuleos en la provin-
cia de Tungurahua, un grupo étnico con alta experien-
4 Algunos estudios sobre las Cooperativas de Trabajo cia en el mercado y que en cierta forma ha logrado
Asociado en Colombia (CTA), que experimentaron un capitalizar los pequeños ahorros de productores y
gran desarrollo en cuanto al número de cooperativas y comerciantes indígenas y no indígenas.
de trabajadores desde el 2000, señalan no obstante que 7 La pregunta de Motchane es muy pertinente: "¿Que
"desde diferentes campos de las ciencias sociales se ha tienen en común el Crédit Agricole, banco que admi-
demostrado que la mayoría de ellas constituyen meca- nistra alrededor de un billón de francos, con sus 15.5
nismos de autoexplotación, disciplinamiento y preca- millones de cuentas y el Teatro del Sol de Ariane
rización del trabajo, además de ser los instrumentos Mnouchldne, cuyos efectivos ascienden a 49 personas?
por excelencia para burlar las leyes laborales" (Muñera Nada, salvo que pertenecen a un mismo sector, el así
y Nanteuil 2008 :s/p). llamado economía social" (2001:15).

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espacio económico para luchar contra el capi- gunta en este caso es, ¿de dónde surgiría esa
talismo. Aquí vale la pena recuperar la diferen- intervención que impulse otra ética diferente a
cia señalada por Caillé, entre aquellos para los la del capitalismo? Del estado, poco probable;
cuales la economía solidaria "busca reemplazar del mercado, nada probable,
integralmente el capitalismo y aquellos para Un cuarto aspecto que se torna estratégico
quienes representa una forma de economía es la importancia de leer las tendencias que se
mixta" (2003:218). Tal parece que las pro- dan en aquellos países donde la economía soli-
puestas latinoamericanas, caminan por el daria está más implantada. Y necesariamente
segundo andarivel, es decir, lo que se busca es hay que mirar hacia Europa* o la región de
crear un sector que pueda coexistir con la eco- Quebec en Canadá. Para los analistas de las
nomía capitalista y el estado. Para una pers- sociedades desarrolladas, la economía social y
pectiva ubicada más a la izquierda, se crearían solidaria, desempeña un rol muy eficaz en
las condiciones para generar una dinámica menguar los efectos de la crisis capitalista. Para
interna que, partiendo desde la base y apoyada unos sería una "prótesis social eficaz, que per-
por prácticas mayoritariamente solidarias, per- mite que una sociedad de mercado amortice
mita construir una economía alternativa al los prejuicios de la mundialización, del desem-
capitalismo; pero en este caso, no se puede po- pleo y la exclusión, para otros, es la coartada
ner en el mismo saco a una pequeña coopera- de un liberalismo que tolera, por el momento,
tiva artesanal rural con un "mamut" financie- que entre el 6 y el 10% de la economía, esca-
ro por más que se trate de una ONG solidaria, pe a la dictadura de los mercados" (Motchane
La economía social y solidaria no puede ser el 2001:17). Fácilmente las iniciativas de econo-
ámbito para agrupar experiencias que apuntan mía social y solidaria pueden tener éxito eco-
a consolidar el rñercado capitalista, para las nómico, pero también fácilmente pueden ser
que pretenden "humanizar" el mercado y tentadas a entrar en modelos eficientes de ges-
aquellas que buscan construir espacios alterna- tión económica de corte capitalista,
tivos al mercado capitalista. La falta de identi- Finalmente, en el contexto actual de la cri-
dad y claridad en su propuesta conduce a in- sis capitalista, es importante aprovechar esta
numerables malentendidos y posiblemente a coyuntura para repensar la realidad en forma
crear demasiadas expectativas como forma creadora y utópica, dado que los modelos del
alternativa al mercado capitalista. centro se encuentran también en crisis. Al
Un tercer aspecto es el mencionado por parecer, es el tiempo de la formulación de uto-
Caillé cuando señala que: "antes que insistir pías que puedan reemplazar el pensamiento
sobre la idea de que la economía solidaria único y desde esta perspectiva, son importan-
podría constituirse en otra economía, los tes todos los esfuerzos encaminados a abrir las
defensores de la esperanza económica solidaria discusiones sobre las alternativas a la economía
deberían interrogarse más radicalmente sobre de mercado. Pero también es necesario que a
la elección política que defienden y sobre la partir de una reflexión profunda sobre nuestra
democracia a la que aspiran"(2003:234). Si se heterogénea realidad seamos capaces de elabo-
considera que en la sociedad actual, la mayo- rar respuestas adecuadas y sustentadas para
ría de productores solidarios o no producen superar el costoso mal hábito latinoamericano
para el mercado, el cambio no puede provenir de aplicar mecánicamente las recetas que nos
del mismo mercado, sino de la "intervención vienen del norte.
de un principio político, religioso o ético que —
permita subordinar el interés individual a los ^ ? ^ '°^ 370 niillones de habitantes de la Unio'n
Europea, mas del 30 % de la población es miembro de
mtereses de grupos o de aquellos del conjunto ^„^ organización o de una empresa de economía
de la colectividad" (Caillé 2003:234). La pre- social" (Motchane 2001:1).

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