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Es un producto blanco y casi mágico que sirve para multitud de cosas (limpieza,
higiene, belleza...).Es extremadamente barato - alrededor de los 5 euros el Kg -, fácil de
encontrar ya que se vende en supermercados, farmacias, droguerías. Se conserva a la
sombra, lejos de sitios húmedos y en su paquete original. Estamos hablando del
bicarbonato.

 
  

 

Generalmente conocido como un blanqueante de dientes el bicarbonato sirve también
para mantener un aliento fresco. Reduce el sarro y ayuda a luchar contra la caries.

 

 
Hacer gárgaras con bicarbonato (una cucharilla de café en un vaso de agua) permite
eliminar el temido mal aliento.

 


Añade una cucharilla al champú cuando te estés lavando el pelo y fricciona el cuero
cabelludo. Te quedará el pelo más suave, fácil de desenredar y sobre todo ayudará a que
disminuya tu caspa.

  
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De los pies, la cara... se puede utilizar el bicarbonato para aliviar la piel, para cerrar los
poros del cutis y para hidratar. La mitad de un vaso en el baño permite tonificar la piel,
hidratarla y suavizarla. El bicarbonato tiene también virtudes relajantes. Y ¡no sólo eso!
sino que además deja tu bañera limpia.





 
La más económica de las mascarillas tiene como ingrediente principal el bicarbonato de
sodio. Sólo necesitas humedecer tu cara y cubrirla con una fina capa de bicarbonato.
Déjala de 1 a 2 minutos y si tienes granitos unos 5. También sirve como agente de
abrasión y regenera la piel.

)





 
El cuerpo o los pies... los olores corporales pueden ser molestos...¡utiliza bicarbonato!.
Frotando las axilas con un poco de bicarbonato reducirás el olor corporal y para que no
te huelan los pies, basta con echarle una pequeña cantidad a tus zapatos todas las
noches.