yo vi pasar a un viajero No entiendo cuando dicen que está muerto humilde, manso y sincero, Si aún su voz se escucha en el misterio valientemente profeta, de la fragancia limpia de los cerros que se enfrentó a los tiranos Y en medio de la milpa y del incienso. para acusarles el crimen de asesinar a su hermano, Supongo que no debo preguntarme pa’ defender a los ricos. Por qué si ha fallecido no lo entierran Por qué sigue gritándome al oído (CORO) Por qué me vuelve duros los caminos Podrán matar al profeta pero su voz de justicia no y le impondrán el silencio Pregunto por qué si amó le desgarraron sus vestidos pero la historia no callará Y lo elevaron a las cumbres del suplicio Es como si la tierra le arrebatara la vida Con su evangelio en la mano Para verlo en el futuro renacer. Monseñor Romero quiso hacer justicia y la hizo Lo veo en el encanto de los llanos pero no gustó al villano, Por qué sembró semilla arando heridas porque su voz fue el aliento Lo veo caminando por los pueblos que defendió al campesino Gritando como voz en el desierto. iluminando el camino la libertad de este pueblo. Lo veo acariciando a los desvelos Desvelos que alimentan su cerebro (CORO) De sol a sol mirar hacia los cielos Lo siento como ruego en el silencio. Su pecado fue querer que los obreros comieran, Le escucho por más que quieran taparme los oídos que un padre nuestro tuvieran Siento su vida derramada por los siglos para rezarlo comiendo. Demuestra su sotana que la noche entre más negra Cuando Dios no hace justicia Avisa que vendrá el amanecer. porque no entienden los ricos de los pobres sale el grito que aprendieron del profeta.
(CORO)
Su muerte no es coincidencia deben temblar los tiranos, son ellos los que en sus manos llevan la mancha del crimen, y toda la oligarquía, torpes de tanta demencia, han firmado su sentencia comienza ya su agonía.