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Vestidos de Gracia:

Vestiduras figuradas
en la Biblia
Guía de Estudio
de la Biblia CONTENIDO
(Lecciones de la Escuela Sabática)

In­tro­duc­ción............................................................. 2
Edición pa­ra adultos 1 En el telar del cielo..................................................5
2 De exaltado a abatido......................................... 12
Abril - junio de 2011 3 Vestidos de inocencia.......................................... 19
Autor 4 La túnica de colores............................................. 26
Personal de la Guía de 5 Las vestimentas sacerdotales de la gracia....... 33
Estudio de la Biblia 6 El manto de Elías y Eliseo................................... 40
7 A la sombra de sus alas....................................... 47
Dirección general 8 Vestiduras de gala................................................. 54
Clifford Goldstein 9 Un tizón arrebatado del incendio..................... 61
Dirección editorial 10 La ropa nueva del hijo pródigo.......................... 68
Marcos G. Blanco 11 El vestido de bodas.............................................. 75
12 Más imágenes de vestiduras............................... 82
Traducción y 13 Vestidos de Cristo................................................ 89
redacción
Rolando A. Itin
Las Guías de Es­tu­dio de la Bi­blia son pre­pa­ra­das por la ofi­ci­
Diseño de tapa na de las Guías de Es­tu­dio de la Bi­blia pa­ra Adul­tos de la Aso­cia­
ción Ge­ne­ral de los Ad­ven­tis­tas del Sép­ti­mo Día. La pre­pa­ra­ción
Bruce Fenner de es­tas guías ocurre ba­jo la di­rec­ción ge­ne­ral de una co­mi­sión
mun­dial de eva­lua­ción de ma­nus­cri­tos pa­ra la Es­cue­la Sa­bá­ti­ca,
Ilustraciones cu­yos miem­bros ac­túan co­mo con­sul­to­res. Las lec­cio­nes pu­bli­ca­
das re­fle­jan las su­ge­ren­cias de la co­mi­sión, de mo­do que no re­pre­
Lars Justinen sen­tan ex­clu­si­va­men­te la in­ten­ción del au­tor de ellas.

Colección Guía de Estudio de la Biblia


GUÍA DE ESTUDIO DE LA BIBLIA PARA LA ESCUELA SABÁTICA EDICIÓN PARA ADULTOS (Sabbath School Les-
sons), (USPS 308-600). Spanish-language periodical for second quarter, 2011. Volume 116, No. 2. Published quarterly
by the Pacific Press® Publishing Association, 1350 North Kings Road, Nampa, ID 83687-3193, U.S.A. Subscription
price, $10.20; single copies, $3.99. Periodicals postage paid at Nampa, ID. POSTMASTER: Send address changes to
GUÍA DE ESTUDIO DE LA BIBLIA PARA LA ESCUELA SABÁTICA EDICIÓN PARA ADULTOS, P.O. Box 5353, Nampa,
ID 83653-5353. Printed in the United States of America.

TEXTO Y DIAGRAMACIÓN: CASA EDITORA SUDAMERICANA.


IMPRESIÓN Y DISTRIBUCIÓN: PACIFIC PRESS® PUBLISHING ASSOCIATION.

DERECHOS RESERVADOS.
COPYRIGHT © 2011, BY PACIFIC PRESS® PUBLISHING ASSOCIATION.
SE PROHÍBE LA REPRODUCCIÓN TOTAL O PARCIAL DE ESTE FOLLETO SIN EL PERMISO DE LOS EDITORES
INTRODUCCIÓN

Palabras más grandes que ellas mismas


Estamos saturados de símbolos. Nuestro lenguaje (y, por
ello, nuestros pensamientos) y nuestras palabras son símbolos,
representaciones de cosas diferentes a ellas mismas. Las letras de la
palabra perro no son un perro ni cualquier perro. Son un símbolo,
compuesto por letras sobre una hoja, constituido por letras y sonidos
que, no importa cómo se los interprete, nunca pueden ser lo que
representan. La palabra perro, en cualquier idioma o escritura,
representa algo más grande que ella misma.
El lenguaje, la cultura, la sociedad, la política –todo en cierto
grado– nos llega filtrado por medio de símbolos: banderas, íconos,
figuras, consignas, expresiones idiomáticas, arte, poesía, esculturas,
danza, arquitectura, ritos y costumbres, con significados que a
menudo varían de un lugar a otro. Muchas cosas significan más de
lo que son en sí mismas y por sí mismas.
Tal vez por eso la Biblia también está saturada de símbolos.
En Génesis 2, Dios hizo que el séptimo día fuera un símbolo de
todo lo que sucedió antes de él, los seis días de la creación. La
primera promesa del evangelio, la primera promesa de la salvación
para la raza caída, se reveló en símbolos: simiente, cabeza, talón
(Gén. 3:15), y todo se refería a una realidad mucho mayor que la
simiente, la cabeza y el talón. Además, cuando Dios le dijo a Caín,
el homicida, “La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde
la tierra” (Gén. 4:10), él mismo estaba hablando en símbolos.
Por toda la Biblia, aparecen símbolos –representaciones de cosas
e ideas mayores que ellos mismos–: el arco iris después del diluvio
(Gén. 9:13), los sueños de José (Gén. 37:1-11), los tres ángeles de
Apocalipsis 14 (Apoc. 14:6-12), todos los ritos del Santuario del
período del Pacto antiguo (Heb. 9), el pan y el vino en la Cena del
Señor (Mar. 14:22-25). Todos apuntan a realidades y verdades que
están más allá de ellos mismos.
Por supuesto, como adventistas del séptimo día, todos estamos
familiarizados con el simbolismo profético de Daniel: un león con
alas (Dan. 7:4), una bestia con dientes de hierro (Dan. 7:7), un
macho cabrío que venía “sin tocar tierra” (Dan. 8:5), una estatua

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INTRODUCCIÓN

con pies de hierro y barro (Dan. 2:33). Otra vez, todos estos son
símbolos de realidades mayores.
Además, está el poderoso simbolismo de la poesía bíblica:
“¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y los cielos con
su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la tierra, y pesó los
montes con balanza, y con pesas los collados?” (Isa. 40:12). O
algo tan sencillo como: “Manzana de oro con figuras de plata es la
palabra dicha como conviene” (Prov. 25:11).
¿Y las parábolas que contó Jesús? La oveja perdida (Luc. 15:1-
6), el hombre rico atormentado en el infierno (Luc. 16:22-31), la
cena de bodas (Mat. 22:1-13) y las diez vírgenes (Mat. 25:1-13), son
todas representaciones simbólicas de conceptos que, en su esencia,
tienen poco o nada que ver con esos símbolos. (Cristo vino para
dar vida eterna a la raza caída, no a encontrar animales de granja
perdidos.)
Las lecciones de este trimestre se concentran en un simbolismo
bíblico de cierta clase: las imágenes que tienen que ver con la
vestimenta. (Agradecemos en forma especial a Myrna Tetz, por este
concepto. Myrna, ahora jubilada, fue editora administrativa de la
Revista Adventista en inglés.) Consideraremos la ropa que usaba
la gente de la Biblia y lo que realmente significaba esa ropa, qué
verdades simbolizaba, a qué grandes verdades señalaba y qué
lecciones podemos aprender de ello. Desde el adorno maravilloso
de Lucifer en el cielo hasta los trapos de inmundicia de nuestra
propia justicia, desde las túnicas de pieles para Adán y Eva en el
Edén hasta las “vestiduras de esplendor” que menciona Isaías, la
Biblia usa las vestimentas y las imágenes de vestiduras para describir
verdades acerca del pecado, el orgullo, la justicia, la salvación, la
justificación, la resurrección y la vida eterna en Cristo.
Por supuesto, aunque no somos lo que vestimos, aquello con
que nos vestimos puede decir mucho acerca de quiénes somos;
en ese sentido, como con todos los símbolos, la vestimenta puede
señalar algo más grande que ella misma.

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CLAVE DE ABREVIATURAS

AFC A fin de conocerle


ARSH Adventist Review and Sabbath Herald
CBA Comentario bíblico adventista, 7 tomos
CC El camino a Cristo
DTG El Deseado de todas las gentes
HR La historia de la redención
JT Joyas de los testimonios, 3 tomos
MC El ministerio de curación
MeM Meditaciones matinales (1953)
MS Mensajes selectos, 3 tomos
MSV Maranata, el Señor viene
NVI La Biblia, Nueva Versión Internacional
OE Obreros evangélicos
PP Patriarcas y profetas
PR Profetas y reyes
PVGM Palabras de vida del gran Maestro
SDG Sons and Daughters of God
SP Spirit of Prophecy, 4 tomos
VM La Biblia, Versión Moderna
YI The Youth’s Instructor

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Lección 1 Para el 2 de abril de 2011

En el telar del cielo

Sábado 26 de marzo

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Isaías 64; Romanos


3:21-31; 4:1-7; 6:1-13; Filipenses 3:3-16.

PARA MEMORIZAR:

“Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y


cuyos pecados son cubiertos” (Rom. 4:7).

“CRISTO ES EL SUSTITUTO Y LA GARANTÍA DEL PECADOR.


Él obedeció la Ley en lugar del pecador, para que este crea en él y crezca
en todas las cosas hasta la plena estatura de un hombre en Cristo Jesús,
y así sea completo en él. Cristo hizo la reconciliación por los pecados
y cargó toda su ignominia, oprobio y castigo; y, mientras cargaba el
pecado, trajo la justicia eterna, para que el creyente esté sin mancha ante
Dios. Un día se preguntará: ‘¿Quién acusará a los elegidos de Dios?’, y
la respuesta será: ‘Es Cristo el que murió, y también el que resucitó’.
Aquel que tiene el manto inmaculado de justicia, tejido en el telar del
cielo, en el cual no hay ni un solo hilo que la humanidad pecaminosa
pueda reclamar, está a la diestra de Dios, para vestir a sus hijos creyentes
con la ropa perfecta de su justicia. Los salvos en el Reino de Dios no
tendrán nada de qué jactarse; la alabanza y la gloria todas volverán a
Dios, el Dador de la salvación” (YI, 6 de diciembre de 1894). Nota las
imágenes: un manto inmaculado de justicia, tejido en el telar del cielo y
sin un solo hilo humano en él. Qué imagen maravillosa de la justicia de
Jesús, que cubre a todo los salvos en su Reino.

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Domingo 27 de marzo Lección 1
MIRANDO EN EL ESPEJO

Los policías de tres patrulleros siguieron a una mujer que conducía


un vehículo y la obligaron a salir de la ruta. Se acercaron con sus armas
en la mano. La mujer estaba horrorizada al bajar, con los brazos en alto.
–¿Qué hice? –dijo ella, temblando.
Ellos le pidieron sus documentos, y pronto todos se relajaron y
bajaron las armas.
–Por favor, ¿qué hice de malo? ¿Por qué me hicieron detener? –clamó
ella.
–Bueno –dijo uno de los oficiales–, la vimos manejar alocadamente y
haciendo gestos obscenos a los demás conductores.
–Y ¿por eso me detienen con sus armas en la mano?
–No, señora, es que vimos en el parachoques trasero algunos símbolos
del cristianismo, y supusimos que el auto era robado.
Esta historia ilustra un punto triste: no todos los cristianos, o los
que profesan a Cristo, viven a la altura de su fe. Algunos lo hacen mejor
que otros, pero todos quedamos cortos. ¿Qué cristiano, al mirarse en el
espejo, ve el rostro de alguien que refleja perfectamente el carácter de
Jesús? ¿Qué cristiano, no importa cuán fiel sea, al mirarse en el espejo,
puede pretender alguna clase de justicia para sí mismo? ¿Qué cristiano,
si se observa en el espejo, no se horroriza por lo que él sabe que yace bajo
la superficie?

Lee Isaías 64. ¿Qué mensaje se proclama allí? ¿Qué imágenes


relacionadas con la vestimenta describen la justicia humana, y qué
significa eso? ¿Qué esperanza se presenta, también, en este capítulo?
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La frase “trapos de inmundicia” significa una ropa manchada por


la menstruación. ¿Qué imagen más poderosa podría dar la Biblia para
describir la justicia humana después de la caída? Pablo retoma este tema
en Romanos 3, donde se afirma que tanto los judíos como los gentiles
están en la misma posición ante Dios: pecadores, que necesitan la gracia
divina. Isaías 64 puede considerarse como un precursor, del Antiguo
Testamento, de Romanos 3, que señala nuestro dilema como pecadores,
pero nos deja una esperanza.

¿Cuándo fue la última vez que te miraste a ti mismo, tus pensa-


mientos, tus motivos interiores y tus deseos? ¿Qué viste? ¿Cuán
atemorizadora fue esa visión? ¿Cuál es tu única esperanza?
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Lección 1 Lunes 28 de marzo
JUSTICIA IMPUTADA

No hay dudas: cualquier cristiano honesto que se mire a sí mismo, en


contraste con la justicia de Dios como fue revelada por medio de Cristo,
verá algo muy atemorizador. No hay mucho allí que nos recomiende
ante Dios. De hecho, no hay absolutamente nada fuera de “trapos de
inmundicia”.
Entonces, ¿qué esperanza tenemos? Una gran esperanza, realmente,
y el término teológico para esa esperanza es justicia imputada. ¿Qué
significa esto? Muy sencillamente, es la justicia perfecta de Jesús, “tejida
en el telar del cielo” y que nos fue otorgada por fe. “Justicia imputada”
significa la sustitución de su vida sin pecado por nuestra vida pecaminosa.
Se nos acredita, desde fuera de nosotros, y nos cubre completamente. A
los ojos de Dios, es como si nunca hubiésemos pecado, como si siempre
hubiéramos sido completamente obedientes a los mandatos de Dios,
como si fuéramos tan santos y justos como Jesús mismo.

Lee Romanos 4:1 al 7. ¿De qué modo la confianza de Abraham en


Dios ilustra la justicia imputada?
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Pablo dijo, en Romanos 4:2, que si Abraham hubiera sido justificado


por obras, podría haberse jactado. Sin embargo, creyó a Dios y, por lo tanto,
fue contado como justo. Jesús nos invita a ir a él creyendo sencillamente,
aunque somos pecadores, y él nos proveerá su manto de perfección, la
perfecta justicia que él vivió en su vida mientras estuvo en la carne. Eso se
conoce como “justicia imputada”, y es la única solución al dilema que tan
gráficamente está descrito en Isaías 64 y en Romanos 3.
Imagínatelo de este modo: Jesús te quita tus vestidos viejos y
manchados, tus trapos inmundos, y te envuelve con el manto de su
justicia perfecta, su perfecta santidad, su registro de obediencia perfecta.
Te rodea con él y luego te susurra al oído: “Ahora eres perfecto. Te he
dado mi perfección. Por favor, usa este manto, y no te apartes de él”.

¿Cuál es el mayor regalo que alguien te ha hecho? ¿Cómo te


hizo sentir ese regalo, especialmente si no hiciste nada para
merecerlo? ¿Cuánto más agradecidos deberíamos estar, en-
tonces, por el regalo de la justicia de Jesús, que él nos ofrece?
7
Martes 29 de marzo Lección 1
SIN LA LEY

Un predicador declaró ante su congregación: “Jesucristo cambió mi


vida. Soy una persona nueva y diferente de lo que era antes.
“Sin embargo, después de 25 años de ser cristiano, una verdad que
mi experiencia me ha enseñado –una experiencia probada por la Palabra
de Dios– es que si al fin soy salvo, si en verdad ‘persevero hasta el fin’
y llego al Reino de Dios, no tengo dudas de que será solamente porque
estoy cubierto por el manto de la justicia de Cristo, tejido en el telar del
cielo y que me cubre completamente. Puedo vencer el pecado, y por la
gracia de Dios he tenido muchas victorias; puedo vencer los defectos de
carácter, y por la gracia de Dios lo he hecho; y puedo aprender a amar a
toda clase de personas, aun a mis enemigos, y por la gracia de Dios estoy
aprendiendo a hacerlo.
“Habiendo dicho todo esto, yo sé que nada de eso es suficientemente
bueno. A menos que esté cubierto por la justicia de Jesús, que me es
acreditada por fe aparte de mi obediencia a la Ley, al fin de los mil años,
podrán ustedes estar sobre el muro de la Santa Ciudad, mirándome allá
abajo, porque no estaré entre ustedes. No podré estar allí con ustedes”.

Lee Romanos 3:21 al 31. ¿Qué quiere decir Pablo aquí, y de qué
manera las ideas presentadas en esos versículos reflejan lo que el
predicador dijo arriba?
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Aunque Pablo hablaba a un grupo específico con un problema


específico, su punto es relevante para todos: judíos y gentiles. Hoy, para
los que creemos en la perpetuidad de la Ley, es muy importante. La
justicia nos salva, necesitamos que nos cubra como un vestido; es una
justicia que se ha manifestado “sin la ley”. Es decir, es la justicia de Jesús,
que nos trae “la redención que es en Cristo Jesús”. La redención está en
él, no en nosotros o en nuestra obediencia a la Ley, y esta redención llega
a ser nuestra por la fe.

¿Cuál ha sido tu experiencia con la observancia de la Ley? ¿Has


sentido, alguna vez, que tus mejores esfuerzos por obedecer
te estaban haciendo justo ante Dios? ¿Qué implicaciones tiene
tu respuesta? Lleva tu respuesta a la clase el sábado y defiende
tu posición.

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Lección 1 Miércoles 30 de marzo
LA ROPA HACE AL HOMBRE

Un autor escribió un relato breve acerca de dos ladrones que trataban


de cometer un asalto. El plan era que uno de ellos se vestiría con un
uniforme de policía y estaría frente al lugar que robarían. Estando él
allí, nadie sospecharía nada mientras su compañero realizaba el asalto.
Sin embargo, la historia terminó con el otro socio, también vestido de
policía, arrestando al primero. ¡Vestido como policía, comenzó a actuar
como uno de ellos!
Este relato tiene un punto relevante para nuestro tema. Por fe,
estamos cubiertos por la justicia de Cristo, su “manto de justicia”.
Hemos nacido de nuevo y tenemos una vida nueva en Cristo. Entonces,
nuestras vidas reflejarán la ropa que vestimos.
Al recibir el manto de la justicia de Cristo, hemos hecho un
compromiso total de permitir que él obre sus atributos de carácter en
nuestras vidas. Estamos totalmente justificados por la gracia, la obra de
un momento, y también se nos ha dado el poder para obedecer, que fue
asimilado con el tiempo y forjado durante una vida entera. ¿Por qué
pediremos más? “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil. 4:13).
Ciertamente, esto significaría el poder de obedecer su Ley.

Lee Romanos 6:1 al 13. ¿Qué enseñan estos textos acerca de la clase
de vida que hemos de vivir, ahora que estamos cubiertos, “vestidos”, por
la justicia de Jesús?
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Pablo, aquí, es muy claro acerca del impacto radical, que cambia la
vida, que le sucederá a alguien que ha sido “crucificado” con Jesús. Nota
las imágenes de vida y muerte aquí; no hay nada a medias. Nuestro viejo
ser, la persona vestida de trapos inmundos, ha muerto; nació una persona
nueva, vestida con la justicia de Jesús, una justicia que se manifiesta
de tal modo que ahora podemos caminar “en novedad de vida”. Esta
novedad significa que ya no permitiremos más que el pecado reine en
nosotros. Se nos han dado muchas promesas de victoria; la pregunta es:
¿las reclamaremos para nosotros mismos?

¿Qué aspectos de tu vida normal revelan la realidad de tu


experiencia con Dios? ¿Con qué áreas estás luchando? ¿Cómo
puedes hacer la elección diaria de morir al yo y vivir la nueva
vida en Cristo, que él nos ofrece?

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Jueves 31 de marzo Lección 1
LA GRACIA BARATA Y EL LEGALISMO

En toda la Biblia, los escritores inspirados enfatizaron la necesidad


de obedecer. Pensar que no importa lo que hagamos si Cristo vive
en nuestro corazón es falso; pues, si Cristo vive en nuestro corazón,
el resultado serán las buenas acciones. Tampoco debemos pensar que
podemos ser salvos por nuestras propias obras de obediencia.
Pablo describió su vida antes de encontrarse con Jesús: circuncidado
al octavo día, descendiente de Israel, fariseo, celoso y sin faltas. Eso es
legalismo. Después de su conversión llamó basura a todas esas cosas
comparadas con conocer a Cristo. Obtuvo la justicia al aceptar la justicia
de Cristo, y quiso ser igual a él.

Lee Filipenses 3:3 al 16. ¿Cómo expresa Pablo la verdad de la


salvación por la fe y qué significa en la vida del que fue salvado?
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Teológicamente, la justicia imputada de Cristo –la justicia que nos


justifica– es distinta de la obra del Espíritu Santo que nos transforma.
Pero, nunca debemos separarlas. Necesitamos ambas tareas. Tener la
primera sin la segunda es como tener una moneda con un solo lado, y
eso no existe.
Comprender que la obediencia viene como un regalo nos impide
caer en la gracia barata o en el legalismo. Primero, creeremos en
la importancia de obedecer; y segundo, nuestra obediencia no será
meritoria, porque es un regalo. Dependemos de Cristo para obedecer
la Ley y ser santificados, y para ser justificados y perdonados. Dios no
solo está dispuesto a justificarnos sino también desea darnos la victoria
sobre el pecado y el yo. Depende de nuestra voluntad. ¿Estás dispuesto
a entregarle diariamente el yo a fin de “conocerle [a Cristo], y el poder
de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a
ser semejante a él en su muerte” (Fil. 3:10)?

Lee de nuevo los textos elegidos para hoy. ¿Dónde ves la


realidad de la libre voluntad humana? ¿Qué quiere decir Pa-
blo, en el versículo 16, cuando exhorta “vivamos de acuerdo
con lo que ya hemos alcanzado” (NVI)? ¿Qué elecciones pue-
des hacer que te permitirán lograr precisamente eso?
10
Lección 1 Viernes 1º de abril
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “La prueba”, Joyas de los
testimonios, t. 1, pp. 478, 479; “La justicia por la fe”, Obreros evangélicos,
p. 169; “Fe y aceptación”, El camino a Cristo, pp. 49-55.

“La Ley requiere justicia, una vida justa, un carácter perfecto; y esto no
lo tenía el hombre para darlo. No puede satisfacer los requerimientos de
la santa Ley de Dios. Pero Cristo, viniendo a la tierra como hombre, vivió
una vida santa y desarrolló un carácter perfecto. Ofrece estos como don
gratuito a todos los que quieran recibirlos. Su vida reemplaza la vida de
los hombres. Así tienen remisión de los pecados pasados, por la paciencia
de Dios. Más que esto, Cristo imparte a los hombres atributos de Dios.
Edifica el carácter humano a la semejanza del carácter divino y produce
una hermosa obra espiritualmente fuerte y bella. Así, la misma justicia de
la Ley se cumple en el que cree en Cristo. Dios puede ser ‘justo, y el que
justifica al que es de la fe de Jesús’ (Rom. 3:26)” (DTG 710, 711).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Lee otra vez la cita de Elena de White provista para el sábado.
Escribe una paráfrasis de lo que ella está queriendo decir, y llévala a la
clase el sábado. Escucha las versiones de los demás alumnos y comparte
la tuya. ¿Cuáles son los puntos principales que surgen?
2. En la clase, analicen las respuestas que dieron a la pregunta final
de la sección del martes.
3. Cuando nos ponemos el manto de la justicia de Cristo, “mirando
[...] la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la
misma imagen” (ver 2 Cor. 3:18). Describe qué significa “mirando... la
gloria del Señor”.
4. A lo largo de los años, algunos feligreses han luchado con el
tema de la seguridad de la salvación. ¿Cómo hemos de entender lo que
significa tener esta seguridad? ¿Dónde se encuentra esa seguridad? ¿De
qué modo la imagen de un manto de justicia tejido “en el telar del cielo”,
sin un hilo de fabricación humana, nos ayuda a comprender de dónde
viene nuestra seguridad? ¿Cómo podemos saber si es ser presuntuoso
tener esta seguridad?
5. ¿Por qué es tan importante mantener una distinción teológica
entre lo que Cristo ha hecho por nosotros, ya que él nos justificó y
nos perdonó en el momento en que lo reclamamos por fe, y lo que él
obra en nosotros a lo largo de nuestra vida? ¿Qué peligros surgen si no
mantenemos clara esta distinción?

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Lección 2 Para el 9 de abril de 2011

De exaltado a abatido

Sábado 2 de abril

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Juan 1:1-3; Colosen-


ses 1:16, 17; Ezequiel 28:12-19; Deuteronomio 8:1-18; Isaías 14:12-14;
2 Corintios 11:14.
PARA MEMORIZAR:

“Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste crea-
do, hasta que se halló en ti maldad” (Eze. 28:15).

ESTE TEXTO ES UNO DE LOS MÁS PROFUNDOS en toda la Re-


velación. Dos palabras se destacan: perfecto e iniquidad; y la última
(iniquidad) está encerrada en la primera (perfecto). Es decir, en la idea
de ser perfecto –¡aun en el cielo!– está el potencial para la iniquidad.
¿Cómo podría encontrarse la iniquidad en un ser creado “perfecto” a
menos que la “perfección” lo permitiera? La iniquidad no podría surgir
en un ser creado perfecto a menos que ser “perfecto” incluyera la posibi-
lidad de ello, y eso sucedió.
Este texto muestra que el concepto de “perfecto” incluye la libertad
moral, la capacidad de elegir el bien y el mal. ¿Cómo podría no incluirlo,
y que los seres humanos todavía sean morales y libres? Se podría preparar
un programa de computación que impidiera que los usuarios accedieran
a la pornografía por Internet o a otros sitios inmorales. Pero, ninguno
podría llamar a ese programa “moral” o “libre”.
Lucifer, un ser tan exaltado que aun sus vestidos se observaron en las
Escrituras, abusó de la libertad que le fue dada y cayó, alejándose de Dios.
¿Qué podemos aprender de este trágico error?

12
Lección 2 Domingo 3 de abril
EL CREADOR DE TODO LO HECHO

Nuestro Dios es el Creador. Juan 1:1 al 3 aclara muy bien que


cualquier cosa creada; es decir, cualquier cosa que una vez no existía,
llegó a existir solo por medio de la acción del Señor.

Alguien formuló una vez esta pregunta: “¿Por qué hay algo en vez de
nada?” Tal vez es uno de los interrogantes más básicos de todos los que
se podrían preguntar. Lee Juan 1:1 al 3. ¿Cómo respondes la pregunta?
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Esta idea es también interesante, a la luz de lo que se conoce como


la teoría del Big Bang, que enseña que nuestro universo, en lugar de
ser eterno, como muchos creyeron a través de los milenios, realmente
llegó a la existencia hace miles de millones de años. Si la teoría resulta
verdadera o falsa, muchos la han visto como una evidencia en favor de
un Dios, un Creador, porque mucho de la ciencia, mucho de la física y
muchas ecuaciones de las matemáticas se necesitaron para que pudiera
ocurrir el Big Bang. Y, como preguntó un científico: “¿Quién le puso
fuego a las ecuaciones?”
Nosotros sabemos la respuesta, ¿verdad?
Los científicos, hoy, especulan también que hay enormes secciones
del universo que no podemos ver, que están llenas de lo que llaman
materia oscura y energía oscura. Esto debería decirnos, aunque no dijera
nada más, que estamos muy limitados en nuestro concepto de lo que es
la realidad allá afuera, en el espacio.

Lee Colosenses 1:16 y 17. ¿Qué otra cosa –o a quién o a quiénes


otros– creó Dios que, por lo menos en su mayor parte, está más allá
de lo que podemos ver cada día? ¿Qué lecciones deberíamos obtener
de esto acerca de cuán humildes debemos ser con respecto a nuestro
conocimiento de la realidad?
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Nota también, en estos versículos, que no solo todas las


cosas fueron creadas por Dios, sino también fueron creadas
“para él”. ¿Qué podría significar esto? ¿Cómo podemos en-
tender esto? ¿Qué debería significar para nosotros el saber
que también fuimos creados “para él”?

13
Lunes 4 de abril Lección 2
UN SER PERFECTO Y HERMOSO

Entre lo creado por Dios, entre lo que una vez no existía pero luego
llegó a existir, estaba la hueste angélica. El principal ser creado en esa
hueste fue conocido como Lucifer, cuya caída registra Ezequiel 28 bajo
la figura del rey de Tiro.

Lee Ezequiel 28:12 al 19. ¿Qué descripción se brinda aquí de


Lucifer? ¿Qué clase de ropa tenía él, y que podría representar eso?
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Designando a Lucifer como “hijo de la mañana”, Isaías 14:12 registra


cómo Dios lo describió en su condición no caída. En Ezequiel 28:12,
Dios lo describe como “el sello de la perfección”; la palabra sello podría
ser traducida como “diseño” (4 CBA 705).
Lucifer también fue descrito como “lucero”. En hebreo, helel (“el que
brilla”) y sus equivalentes en los otros idiomas semíticos se aplicaban
comúnmente al planeta Venus cuando aparecía con brillo sin igual,
como estrella matutina.
Imagínate vistiendo una ropa hecha tal vez de rubíes, diamantes,
topacios, berilos, jaspe, y otras joyas engarzadas en oro. Aunque
intentáramos visualizar los colores de la ropa de Lucifer (rojo, amarillo,
verde, azul, turquesa, verde oliva), nuestra visión terrenal de las joyas
celestiales y de los colores majestuosos nunca nos permitiría admirar el
manto como lo podrían hacer los ángeles. Como ser celestial, adornado
con tal esplendor y con la posición más elevada entre ellos, Lucifer
seguramente debió haber tenido el respeto y el afecto de todos los
demás ángeles.
Los ángeles deseaban hacer lo que se les pedía. Reflejaban la belleza
de su Creador y lo alababan por el privilegio de vivir en un paraíso
de armonía celestial. Su constante alabanza a su Hacedor inspiraba un
amor abnegado de los unos por los otros y, mientras ese era su único
deseo, vivieron en un ambiente inigualado, amante y constante.

¿Cómo podríamos imitar el ambiente celestial en la armonía,


la perfección y el amor en nuestros hogares, lugares de trabajo
e iglesias? Analiza maneras específicas en que nuestra existencia
terrenal podría reflejar mejor la gloria y el amor de nuestro Dios.

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Lección 2 Martes 5 de abril
LA CAÍDA DE UN SER PERFECTO

Por difícil que sea para nosotros imaginarlo con nuestro concepto
limitado de la realidad, Lucifer debió haber sido un ser increíble de
contemplar. Considera la descripción que da Ezequiel 28: sabio,
hermoso, vestido con todas esas piedras majestuosas. ¡Debió haber sido
algo digno de ver!
Si consideramos cuidadosamente Ezequiel 28:13, podemos notar un
punto interesante. Después de haber hablado acerca de todas esas joyas
preciosas que lo cubrían, el texto dice: “Estuvieron preparados para ti
en el día de tu creación”. La ropa de Lucifer, sus vestiduras, reflejaban su
posición exaltada. Como veremos durante este trimestre, la ropa revela
mucho acerca de nuestra condición social y posición. De este modo, si
la vestimenta sugiere algo, vemos que Lucifer era un ser exaltado, con
poder e influencia.

Lee Ezequiel 28:17. De acuerdo con este texto, ¿qué produjo la caída
de Lucifer? ¿Qué mensaje importante hay en esto para nosotros?
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La ironía de todo esto es que, por maravillosa que fuera la ropa de


Lucifer, por sabio que él fuera, ¿de dónde provenía todo? Por supuesto,
todo lo que Lucifer tenía, toda la “ropa” maravillosa que lo cubría,
todo procedía solamente de Dios. Lucifer era un ser creado: su ropa,
su belleza, su sabiduría, eran todos regalos de Dios. Sin el Señor, él no
habría tenido nada y no habría sido nadie.
Y no obstante, ese ser, que vivía muy cerca de Dios, se olvidó de este
punto importante.

Lee Deuteronomio 8:1 al 18. ¿Qué principio se encuentra aquí que


refleja lo que le sucedió a Lucifer?
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Qué fácil es olvidarse de cuán dependientes somos de Dios


para todo, especialmente en tiempos de prosperidad y rique-
za. ¿Qué cosas diarias y prácticas podemos realizar para no
caer en la trampa de mirar nuestra “hermosa ropa” (nuestra
sabiduría, nuestro éxito, nuestra prosperidad) y olvidarnos de
cuán dependientes somos de Dios para todo?

15
Miércoles 6 de abril Lección 2
QUERER SER DIOS

“En el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de


fuego te paseabas” (Eze. 28:14).

Ezequiel usó una figura de lenguaje que representa la ubicación del


gobierno de Dios, o el cielo mismo. Cuando Ezequiel describió a Lucifer
en el monte de Dios, sus palabras mostraban la elevada posición que
Dios le dio a este ser creado y los privilegios que le otorgó.
Otros casos en la Biblia indican que una experiencia en un monte
tenía mucho significado. Por ejemplo, Moisés subió al monte para
encontrarse con Dios (Éxo. 19:20), y Jesús y tres de sus discípulos
se encontraban sobre un monte alto cuando el Señor experimentó la
transfiguración (Mat. 17:1, 2).
En la expresión “En medio de las piedras de fuego te paseabas” (Eze.
28:14), el profeta Ezequiel usa el simbolismo para indicar la presencia
de Dios: “piedras de fuego”. El Señor apareció a Moisés, a Aarón y a los
otros líderes de la siguiente manera: “Y vieron al Dios de Israel; y había
debajo de sus pies como un embaldosado de zafiro, semejante al cielo
cuando está sereno” (Éxo. 24:10).
A pesar de todos sus privilegios, Lucifer permitió que pensamientos
equivocados entraran en su mente, que finalmente lo llevaron a su
rebelión y ruina.

Lee Isaías 14:12 al 14, otro informe de la caída de Lucifer. ¿Qué


principios están aquí en juego, y qué podemos aprender de ellos en
nuestras tentaciones y luchas?
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Los antiguos romanos a menudo creían que, cuando un emperador


moría, llegaba a ser un dios, lo que explica las últimas palabras de
Vespasiano: “Oh, me parece que me estoy convirtiendo en un dios”.
La tentación de jugar a ser Dios puede ser más sutil de lo que nos
damos cuenta. Cuando juzgamos los motivos de otras personas, cuando
asumimos prerrogativas que no nos corresponden, cuando procuramos
controlar a otros en formas que son inapropiadas, ¿no estamos, en cierto
modo, procurando jugar a ser Dios?

Medita en las formas sutiles en que todos podemos estar en


peligro de ponernos en el lugar de Dios. ¿Cómo puedes haber
hecho lo mismo? ¿Cuál es, realmente, la única cura para este
engaño peligroso, pero a menudo sutil?

16
Lección 2 Jueves 7 de abril
SATANÁS SOBRE LA TIERRA

“Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel


de luz” (2 Cor. 11:14).

Como todos sabemos, la caída de Satanás no solo afectó al cielo


sino también a la tierra, y su caída y rebelión en el cielo se manifestó
aquí sobre la tierra, en lo que llamamos “el Gran Conflicto”. Es real, es
amargo, y nos involucra a todos.

Lee Apocalipsis 12:7 al 12. ¿De qué está hablando este pasaje, y qué
advertencia –y al mismo tiempo, esperanza– podemos obtener de estos
versículos?
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Afortunadamente, por causa de la cruz, por lo que Jesús completó allí


para nosotros, sabemos cómo resultará al final. La victoria está asegurada
para todos los que están cubiertos por el manto de la perfección de
Cristo. Por ello, Satanás obra con diligencia para tratar de que tantos
como sea posible no descubran la justicia salvadora que les garantiza un
lugar en la eternidad.

Lee otra vez 2 Corintios 11:14, prestando atención al contexto en el


cual escribe Pablo. ¿Qué mensaje importante deberíamos obtener de
este pasaje para nosotros mismos?
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Satanás trabaja de diversas maneras para engañarnos, para apartarnos


de una relación salvadora con Cristo, y no se opone a usar a otros
cristianos profesos para hacer precisamente eso. De hecho, esa puede, a
menudo, ser la treta más efectiva.
El peligro espiritual acecha alrededor de nosotros (1 Ped. 5:8). Sin
embargo, es importante que todos recordemos que estamos tratando
con un enemigo vencido: el diablo ha perdido, su ruina es segura, su
reino terminará. No obstante, por nosotros mismos no podemos pelear
contra él y ganarle. Nuestra única esperanza y fortaleza se encuentra
en aquel que ya lo ha derrotado, y ese es Jesús. Su victoria es nuestra,
mientras la reclamemos para nosotros con fe y obediencia.

¿Cuáles son las maneras sutiles en que el diablo puede, lento


pero seguro, paso a paso, socavar nuestra fe si no somos cui-
dadosos? ¿Qué elecciones diarias podemos hacer para asegu-
rarnos de que él no tenga éxito?

17
Viernes 8 de abril Lección 2
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “El origen del mal” y “El
tabernáculo y su servicio”, Patriarcas y profetas, pp. 11-23, 360, 361; “La
luz de la vida”, El Deseado de todas las gentes, p. 429. Lee también, si está
a tu alcance, el Comentario bíblico adventista, t. 4, pp. 705, 706.

“Cuando Satanás trata de cubrir al pueblo de Dios con negrura, y


arruinarlo, Cristo se interpone. Aunque han pecado, Cristo ha tomado
la culpabilidad de su pecado sobre su propia alma” (PVGM 133).
“El pecado entró en el mundo por la deserción de uno que estuvo
a la cabeza de los santos ángeles. ¿Qué produjo un cambio tan grande,
transformando a un súbdito real y honrado en un apóstata? Se da la
respuesta: ‘Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste
tu sabiduría a causa de tu esplendor’. Si Dios no hubiese hecho tan
hermoso al querubín cubridor, tan parecido a su propia imagen, si Dios
no le hubiera otorgado honores especiales; si algo se hubiera dejado sin
hacer en el don de la belleza, y el poder y el honor, entonces Satanás
podría haber tenido alguna excusa”.–E. G. de White, The General
Conference Daily Bulletin, 2 de marzo de 1897.

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Medita más en la idea de la moralidad y la libertad. ¿Será cierto que
puede haber verdadera moralidad separada de la libertad? ¿Hay actos
que se consideran realmente “morales” si son forzados, si no proceden de
una elección libre? Analiza.
2. No importa cuánto tenía Satanás, para él no era suficiente. ¿De
qué maneras te encuentras manifestando la misma actitud? ¿Cómo
podemos detenernos en este sendero descendente y ruinoso?
3. En la clase, lean Apocalipsis 12:7 al 12, y analicen lo que esos textos
significan a la luz de cómo debemos vivir nuestras vidas, particularmente
el versículo 11: “Y ellos le han vencido por medio de la sangre del
Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus
vidas hasta la muerte”.
4. Medita más en la idea de cómo podemos hacernos como Dios.
¿Qué significa esto? ¿De qué modo este rasgo puede manifestarse en
nuestra vida sin que nos demos cuenta de ello?
5. Lee otra vez la primera cita de Elena de White copiada arriba,
acerca de que Cristo tomó sobre sí nuestra culpa. ¿Qué significa esto
exactamente? ¿Qué esperanza nos brinda esta promesa a nosotros
mismos? ¿Qué sucederá a quienes rehúsen creer que esta promesa se
aplica a ellos personalmente?

18
Lección 3 Para el 16 de abril de 2011

Vestidos de inocencia

Sábado 9 de abril
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 2 Timoteo 3:16, 17;
Lucas 21:36; Génesis 2:15-17; 2:20-25; 3:6-11, 21.

PARA MEMORIZAR:

“Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó;


varón y hembra los creó” (Gén. 1:27).

COMO HEMOS ESTUDIADO, LA CAÍDA DE LUCIFER no se


limitó al cielo. Trajo sus engaños y sus tretas también a la tierra. Lo que
también asombra es con cuánto éxito ha pervertido las verdades más
obvias de la Palabra de Dios y ha hecho creer a millones lo opuesto a
esas verdades.
Por ejemplo, el Génesis es muy claro: los seres humanos comenzaron
en la cima de la “cadena de la alimentación” de la tierra. Fueron creados,
desde el principio, a la “imagen de Dios”. Esta imagen no es algo que
evolucionó durante miles de millones de años por procesos naturales.
El evolucionismo enseña lo opuesto: que los humanos comenzaron a un
nivel bajo (como microbios) y, finalmente, por medio del proceso brutal
de la violencia y la muerte, treparon con las uñas hasta subir al tope de
la cadena de la alimentación. Las Escrituras, en contraste, enseñan que
los seres humanos comenzaron en la cima, siendo imagen de Dios, y por
causa del pecado viven una caída constante.
Esta semana, con algunas imágenes de vestiduras que aparecen en el
Génesis, consideraremos cómo comenzó ese descenso y cuál es la única
solución para ello.

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Domingo 10 de abril Lección 3
LOS PRIMEROS DÍAS

Repasa los dos primeros capítulos del Génesis. Imagínate cómo


debió de haber parecido esta tierra, recién salida de las manos del
Creador, sin manchas de pecado. ¿De qué manera nuestro mundo de
hoy difiere de aquel?
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Adán y Eva fueron puestos en un ambiente que sobrepasa nuestra


imaginación más atrevida: un hermosísimo hogar, en un precioso jardín,
con animales y otras criaturas como amigos leales. Se gozaban en las
escenas espectaculares, las flores fragantes, las aves y los animales, y
con el amor de Dios y del uno por el otro. No querían ni necesitaban
ninguna otra cosa, y cuidaban del jardín como Dios les había indicado.
Adán y Eva seguramente esperaban las visitas de su Dueño mientras
paseaban juntos por el jardín, y activamente se comunicaban con él.
Sabían que él los amaba y, a su vez, el amor de ellos por Dios aumentaba
cada día.

La conexión de Adán y de Eva con su Hacedor se desarrollaba y crecía


con esos esperados contactos diarios, en un mundo que no conocía el
pecado ni la decadencia y la devastación que el pecado trajo consigo.
¿Cómo podríamos tener una relación similar con nuestro Creador,
ahora, en un mundo corrompido por largo tiempo por el pecado? Ver 2
Tim. 3:16, 17; Luc. 21:36; Mat. 6:25-34; Juan 17:3.
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Adán y Eva tenían comunión cara a cara con Dios, un privilegio


que no tenemos ahora. Sin embargo, tenemos el privilegio de vivir en
constante conexión con el mismo Dios de Adán y de Eva. Claro, el
pecado estorba el camino, pero, por medio de Jesús, quien conectó el
Cielo con la tierra con lazos que nunca se quebrarán, se ha preparado
un camino para que vivamos tan cercana e íntimamente con nuestro
Creador como es posible hacerlo ahora.

¿Cuán íntima y estrechamente caminas con Dios? Mientras


piensas en tu respuesta, pregúntate: ¿Qué cosas hago que for-
talecen esa intimidad, y qué cosas la destruyen? ¿Qué eleccio-
nes tengo que hacer si quiero caminar más cerca del Señor?

20
Lección 3 Lunes 11 de abril
DESNUDOS, PERO NO AVERGONZADOS

Es muy difícil, para nosotros, imaginarnos plenamente la condición


moral de Adán y de Eva en el Edén, ya que nuestro concepto del mundo,
de la realidad, de todo, está filtrado, teñido y distorsionado por el
pecado. Ellos no conocían el dolor, ni el sufrimiento, ni el engaño, ni la
traición, ni la muerte, ni la pérdida, ni la vergüenza, especialmente la
vergüenza sexual (que tal vez sea la más generalizada en un mundo tan
compenetrado hoy con las consecuencias del pecado).

Lee Génesis 2:20 al 25. ¿Qué clase de relación de estrecha intimidad


entre Adán y Eva se revela en estos textos?
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Como “una carne” (ver Gén. 2:24), Adán y Eva eran íntimos,
entonces, no solo con Dios sino también el uno con el otro. El texto es
muy claro, sin ambigüedades: estaban desnudos y no se avergonzaban
(vers. 25). ¡Eso es pureza e inocencia!
“La inmaculada pareja no llevaba vestiduras artificiales. Estaban
rodeados de una envoltura de luz y gloria, como la que rodea a los
ángeles. Mientras vivieron obedeciendo a Dios, este atavío de luz
continuó revistiéndolos” (PP 26).
No se nos dice exactamente cómo se veía esta luz, cómo actuaba, cuál
era su propósito. Solo que, aun con ella, se consideraban “desnudos”.
El hecho de que no se avergonzaran debió haber significado que esa
cubierta de luz no ocultaba completamente su desnudez, pero en ese
ambiente sin pecado no importaba, porque no existía la vergüenza.
En un sentido, el énfasis en la desnudez parece revelar la clase de
cercanía física que gozaba la pareja sin pecado. Había una franqueza,
una transparencia, una inocencia acerca de ellos y de todo lo que
ellos hacían que permitía este estado de cosas. Vivían en completa
honestidad, sinceridad y libertad el uno ante el otro, y ambos ante Dios.
Era, después de todo, como Dios lo había ordenado. ¡Cuán bueno debió
haber sido!

¿Cuánta transparencia y franqueza existe en tu propia vida?


¿O estás constantemente escondiendo cosas, tomando atajos
morales, disfrazándote con vestiduras que no revelan lo que
está sucediendo? (Ver Mat. 10:26.) Si sucede esto último, ¿qué
aspectos de tu vida tienes que comenzar a cambiar?
21
Martes 12 de abril Lección 3
LA PRUEBA

La lección de la semana pasada hablaba de una verdad vital: la libertad


que Dios permite a todos los seres morales. Otra vez, sin esa libertad,
podrían hacer obras “morales”, del mismo modo que la alarma de una casa
que protege del crimen a la gente a veces hace algo “moral”; no obstante,
¿quién llamaría a la alarma misma algo “moral”? Del mismo modo, los
seres que no pueden elegir nada, sino hacer lo recto, no son “morales”
tampoco. Solo los seres libres pueden ser morales.
A Adán y a Eva, Dios les dio una prueba sencilla, para ver si –en su
libertad– lo obedecerían. En un sentido, era un tiempo de prueba para
estas criaturas libres. La libertad significa precisamente eso, libertad, y
ellos tenían que demostrar que harían lo recto con la libertad que se les
había dado.

Lee Génesis 2:15 al 17, la prueba que fue dada a Adán (y


oportunamente, también a Eva). Piensa en el ambiente en el que se
realizó esta prueba. ¿Por qué ese ambiente hacía que su transgresión
fuera más extraordinaria?
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Lee Génesis 3:1 al 4. Considera cuidadosamente lo que Satanás le


dijo a Eva. ¿Qué verdad desafortunada mezcló con todas sus mentiras?
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Es interesante notar que el árbol era “del bien y del mal”. Dios,
obviamente, no quería quitar de Adán y Eva lo bueno. De hecho, todo
el mundo que Dios había creado, incluyéndolos a ellos, era bueno y,
más aún, “bueno en gran manera” (Gén. 1:31). Dios quería evitarles el
conocimiento del mal.
Esto no es difícil de comprender, ¿verdad? Aun en nuestro mundo
caído, ¿qué padre no quiere proteger a sus hijos del conocimiento del
mal? Cuánto más, entonces, Dios quiso proteger a Adán y a Eva del mal,
del conocimiento de aquello que les haría perder sus vestiduras de luz,
y conocer la vergüenza, el sufrimiento y la muerte.

El mal no siempre viene con manifestaciones vociferantes, que


son muy fáciles de ver, de detectar y, a menudo, de evitar (des-
pués de todo, ¿cuántas personas hay que son asesinos seriales
o algo similar?) Sin embargo, hay manifestaciones muy sutiles
del mal. ¿Cuáles podrían ser estas? ¿Cómo podemos aprender a
identificar estas formas del mal, y luego protegernos de ellas?
22
Lección 3 Miércoles 13 de abril
NUEVAS VESTIDURAS

Como todos sabemos demasiado bien, Adán y Eva fracasaron en


la prueba, aun una prueba sencilla como esa. Llamar trágicos a los
resultados es, por supuesto, exageradamente modesto en la historia
humana. Trágico difícilmente transmite los horribles resultados de la
desobediencia de nuestros padres.

Lee Génesis 3:6 al 11. ¿Qué fue lo primero que les ocurrió a Adán y
a Eva después de que cayeron (que era exactamente lo que Satanás, en
el versículo 5, había dicho que sucedería), y qué significa eso? ¿Cuáles
fueron los resultados de sus transgresiones?
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Se abrieron sus ojos, así como Satanás dijo que sucedería, solo que
ahora veían el mundo y la realidad en forma diferente de lo que los
habían visto antes. En todos estos versículos, el tema de la desnudez
reaparece. Es el hilo conductor de la sección. Su caída de la inocencia,
su transgresión, y su nueva relación con Dios y del uno para con el otro,
todo se expresó en el tema de que sabían que estaban desnudos.
Nota, también, la pregunta que les hizo Dios: “¿Quién te enseñó
que estabas desnudo?” (vers. 11). Implicaba que, en su inocencia, nunca
se dieron cuenta de su desnudez; que solo les parecía la forma natural
de ser, de modo que ni pensaron en ello. Sin embargo, ahora, no solo
pensaron en ello, sino también quedaron dominados por la vergüenza
que eso les trajo.

¿Cuál es el significado de la respuesta de Adán y de Eva a su desnudez?


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Imagínate a Adán y a Eva escondiéndose detrás de unos arbustos,


mirándose con la boca abierta e intentando cubrirse ante el Señor.
Examinando las posibilidades que tenían para cubrirse, debieron de
haber decidido que las hojas de higuera eran las mejores. De este modo,
aquí tenemos la primera lección de salvación por las obras, según la
cual los seres humanos intentan resolver el problema del pecado con sus
propias obras y actos. Tan patéticos como fueron sus intentos son los
nuestros hoy en día.

23
Jueves 14 de abril Lección 3
PIELES DE ANIMALES

“Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los


vistió” (Gén. 3:21).

Ya vimos la respuesta de Adán y de Eva a su pecado; hoy veremos la


de Dios. En un sentido, aquí está el evangelio prefigurado.
Primero, la cubierta de hojas de higuera de Adán y Eva no era
adecuada. Si lo hubiera sido, no habría sido necesario matar animales
inocentes para vestir a la pareja caída. Del mismo modo, tanto nuestros
esfuerzos para guardar bien la ley de Dios como para ser salvos son
inadecuados. Si trabajar para nuestra salvación fuera adecuado, entonces
Cristo no hubiera tenido que morir. Así como las hojas de higuera
hubieran sido más baratas y menos traumáticas que la muerte de
animales inocentes, también nuestras obras habrían sido más baratas
que la muerte de Jesús. Nuestras obras, o las hojas de higuera, no son
suficientes; por eso animales inocentes tuvieron que morir; por eso Jesús
tuvo que morir por nosotros. No podía ser de otra manera. (Gál. 3:21;
Rom. 3:21-28.)
Segundo, ¿cuál es la diferencia entre hojas de higuera y pieles de
animales? ¿Qué tienen los animales que no tienen las hojas? Por
supuesto, la sangre. Eso nos dice cómo aparece el evangelio en Génesis
3:21 (ver Lev. 17:11; Apoc. 12:11; 1 Ped. 1:18, 19; Heb. 9:22).
Tercero, tal vez la parte más notable del texto sea la última, en la que
se dice que “los vistió” (Gén. 3:21). El hebreo es claro: Dios puso las
pieles de animales sobre Adán y Eva. Fue un acto de Dios lo que cubrió
la vergüenza de su desnudez. La consecuencia inmediata de su pecado
fue la desnudez; pero Dios mismo resuelve el problema vistiéndolos,
con una ropa hecha de animales inocentes que fueron degollados. El
texto dice solamente que los cubrió con “pieles”; no nos dice de qué
clase. Tal vez no es muy difícil de adivinar, ¿verdad? (Ver Gén. 22:8;
Juan 1:36; 3:16.)
Así, desde el mismo principio, Dios reveló el plan de la salvación.
Nunca deberíamos olvidar que, por horrible que haya sido el pecado de
Adán y de Eva, la gracia de Dios para salvarlos de él fue mayor.

Medita en la promesa de la salvación por la fe en Jesús, y en


la promesa de que nuestra salvación se encuentra en lo que él
hizo por nosotros, y no en lo que alguna vez podamos hacer.
¿Cómo podemos aprender a hacer de la promesa del evangelio,
de la justicia de Dios como nuestro manto, el centro y el funda-
mento de nuestra vida y de nuestro caminar con Dios?

24
Lección 3 Viernes 15 de abril
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “La creación”, “La tentación y la
caída”, y “El plan de redención”, Patriarcas y profetas, pp. 24-57.

“La ropa blanca de la inocencia era llevada por nuestros primeros


padres cuando fueron colocados por Dios en el santo Edén. [...] El
hombre no puede idear nada que pueda ocupar el lugar de su perdido
manto de inocencia. [...] Únicamente el manto que Cristo mismo ha
provisto puede hacernos dignos de aparecer ante la presencia de Dios.
Cristo colocará este manto, esta ropa de su propia justicia, sobre cada
alma arrepentida y creyente. [...] Este manto, tejido en el telar del cielo,
no tiene un solo hilo de invención humana. Cristo, en su humanidad,
desarrolló un carácter perfecto, y ofrece impartirnos a nosotros este
carácter” (MSV 76).
“El Señor Jesucristo ha preparado una vestidura, el manto de su
propia justicia, que él pondrá sobre toda alma arrepentida y creyente
que por fe quiera recibirla. [...] Entonces, cuando el Señor mire al
pecador creyente, él verá, no la vestidura de hojas de higuera sobre él,
sino su propio manto de justicia” (ARSH, 15 de noviembre de 1898).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Lee Génesis 3:6. ¿Cuáles fueron las avenidas del alma de Eva que
el diablo aprovechó al querer hacerla caer? ¿De qué modo las mismas
cosas lo ayudan a él hoy?
2. Medita más en la centralidad del tema de la desnudez en la
narración del Edén. ¿Qué otro elemento podemos obtener, de esta idea,
que podría ayudarnos a entender lo que estaba pasando allí?
3. Lee las dos citas en la sección del viernes. ¿De qué modo la
maravillosa verdad del evangelio se revela en esas palabras?
4. Considera Hebreos 5:14. “Pero el alimento sólido es para los que
han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos
ejercitados en el discernimiento del bien y del mal”. Medita más en
el tema del mal. ¿Qué queremos decir con el término “mal”? ¿Es algo
absoluto y que no cambia? ¿O el mal es un término relativo, por el
cual algunas culturas consideran malo lo que otras culturas consideran
bueno? ¿Cuánto influye la cultura misma sobre nuestro concepto de
lo que es malo o lo que no lo es? ¿Cómo podemos mirar más allá de
nuestra cultura, y saber con seguridad qué es bueno y qué es malo?
¿Cómo debemos entender Isaías 5:20: “¡Ay de los que a lo malo dicen
bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas
luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!”

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Lección 4 Para el 23 de abril de 2011

L a túnica de colores

Sábado 16 de abril

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 29:21-30:24;


34; 37; 42:13; 1 Corintios 9:24-26.

PARA MEMORIZAR:
“Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había
tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores” (Gén.
37:3).

EL NÚCLEO DE TODA ESTA HISTORIA comenzó en Génesis 29,


con Jacob con sus esposas y sus concubinas. Un padre, cuatro madres y
una docena de hijos entre ellas: no se necesitaba ser profeta para saber
de antemano cómo sería esta familia disfuncional y fría.
Cuánto mejor habría sido si Jacob hubiera seguido el ejemplo básico
del Edén: un esposo y una esposa. Punto. Este era el modelo ideal para
todos los hogares, para todos los tiempos.
Pero, hemos visto que Dios nos creó como seres libres, y esa libertad
incluye la libertad de cometer errores. Tal vez como símbolo de los
errores que cometió Jacob, la famosa “túnica de diversos colores” revela
cómo un error conduce a otro y a otros, con consecuencias mucho más
allá de nuestro control.
Cuánto mejor sería, entonces, cortar el pecado cuando es pimpollo,
antes de que nos devore a nosotros y a quienes amamos.

26
Lección 4 Domingo 17 de abril
EL COMIENZO DE UN DESASTRE FAMILIAR

La vida, como todos sabemos, no viene en categorías o secciones


separadas y distintivas. Cada cosa impacta sobre casi todo lo demás. De
hecho, la teoría de Einstein de la relatividad general enseña que toda
la materia del universo ejerce una atracción gravitatoria sobre el resto
de la materia. Es decir, tu cuerpo ejerce una atracción gravitatoria no
solo sobre tus vecinos, sino también sobre el sol y todo lo demás en el
universo creado.
Por supuesto, no necesitamos una lección de física para reconocer
la realidad de cómo los actos y las acciones de una persona pueden
impactar radical, y aun trágicamente, en otros, e incluso en generaciones
más tarde. Quiénes somos, dónde estamos, por qué estamos donde
estamos: todo ha sido afectado hasta cierto punto por las acciones de
otros, completamente fuera de nuestro control. De este modo, cuán
cuidadosos debemos ser con respecto a las cosas que decimos y hacemos,
porque ¿quién sabe qué impacto a corto o a largo plazo, para bien o para
mal, tendrán nuestros actos y nuestras palabras sobre otros?

Lee Génesis 24 y 29:21 al 30. ¿Qué clase de familia se está creando


aquí? ¿Qué lección debería revelarnos acerca de cómo el seguir las
costumbres del mundo, especialmente cuando van en contra de los
principios de la verdad, puede conducir al desastre?
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“El pecado de Jacob y la serie de sucesos que había acarreado no


dejaron de ejercer su influencia para el mal, y ella produjo amargo fruto
en el carácter y la vida de sus hijos. Cuando estos hijos llegaron a la
virilidad, cometieron graves faltas. Las consecuencias de la poligamia
se revelaron en la familia. Este terrible mal tiende a secar las fuentes
mismas del amor, y su influencia debilita los vínculos más sagrados. Los
celos de las varias madres habían amargado la relación familiar; los niños
eran contenciosos y contrarios a la dirección, y la vida del padre fue
nublada por la ansiedad y el dolor” (PP 208, 209).

¿Qué cosas has recibido que estaban más allá de tu control?


Mucho, ¿verdad? Ahora mismo, piensa acerca de algunas de-
cisiones importantes que estás por tomar. Pregúntate de
qué modo ellas pueden impactar en otros, y si es eso lo que
realmente quieres que suceda.
27
Lunes 18 de abril Lección 4
JOSÉ Y SUS HERMANOS

La rivalidad entre los hermanos, aun en los hogares más tradicionales,


puede ser suficientemente mala. Pero, en esta mezcla, se convirtió en un
caldo maloliente, porque en él había ingredientes tales como odio, celos,
favoritismo y orgullo, que condujeron, con el tiempo, al desastre.
Para comenzar, los hermanos de José no eran exactamente los
muchachitos más dulces, ¿verdad?

Lee Génesis 34. ¿Qué indica este capítulo acerca del carácter de los
hermanos?
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Además, estaba el tema de los sueños de José (Gén. 37:5-11), en los


que toda la familia se inclinaba en homenaje hacia él. Si los hermanos
no lo querían mucho desde el principio, estos sueños solo aumentaron
su antipatía. De hecho, eso es exactamente lo que dice Génesis 37:8.
Pero, hay más todavía.

Lee Génesis 37:2. ¿De qué modo esto solamente empeoró la relación
de José con sus hermanos?
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A nadie le gusta ser objeto de chismes y, no importa cuán mala


fuera la conducta de sus hermanos, seguramente no apreciaron el hecho
de que José los denunciara ante su padre. Aunque el texto no dice
específicamente lo que estaban haciendo, considerando su conducta
pasada, muy probablemente era algo que necesitaba ser atendido antes
de que trajera aún más vergüenza sobre sí mismos y su familia.
Finalmente, tal vez el problema mayor era que, como dice la Biblia:
“[...] amaba Israel a José más que a todos sus hijos” (Gén. 37:3). Los
hermanos no eran tontos; seguramente, basados en la actitud de su
padre, pudieron haber hecho, de una mala situación, una aún peor.
Por eso, por inexcusables que hayan sido los actos de los hermanos
hacia José, este trasfondo nos ayuda a comprender mejor lo que los
condujo a obrar así.

Todos nosotros, hasta cierto punto, estamos atrapados en


nuestras circunstancias. Suceden cosas que están fuera de
nuestro control. Las preguntas deberían ser siempre para no-
sotros: ¿Cómo debo responder a esas circunstancias? ¿Me do-
minarán hasta el punto de comprometer principios o permiti-
ré que mis principios me guíen en medio de mis circunstancias?
28
Lección 4 Martes 19 de abril
LA TÚNICA DE DIVERSOS COLORES

El mal carácter de los hermanos se destaca aún más en contraste con


el carácter de José.
“Sin embargo, hubo uno de carácter muy diferente; a saber, el hijo
mayor de Raquel, José, cuya rara hermosura personal no parecía sino
reflejar la hermosura de su espíritu y de su corazón. Puro, activo y
alegre, el joven reveló también seriedad y firmeza moral. Escuchaba las
enseñanzas de su padre y se deleitaba en obedecer a Dios. Las cualidades
que lo distinguieron más tarde en Egipto, la benignidad, la fidelidad y la
veracidad, aparecían ya en su vida diaria. Habiendo muerto su madre,
sus afectos se aferraron más estrechamente a su padre, y el corazón de
Jacob estaba ligado a este hijo de su vejez. ‘Amaba[...] a José más que a
todos sus hijos’” (PP 209).

Lee Génesis 37:3 y 4. ¿De qué modo este acto de su padre empeoró
la situación?
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La costosa túnica, dada a José por un padre excesivamente cariñoso,


estaba hermosamente tejida con una variedad de colores; ciertamente
era más fina que cualquiera de los mantos de sus hermanos, y era de una
clase que generalmente vestían personajes distinguidos. Los hermanos,
sin duda, supusieron que su padre le daría todavía más honores, y que
eso podría significar que él recibiera la primogenitura. Ellos fácilmente
pudieron imaginar, por ello, que José recibiría la herencia mayor. Sea
lo que fuere lo que el padre tuviera en mente al darle a José la túnica,
aunque podría haber sido sencillamente una demostración de amor y
nada más, fue un grave error, porque excitó aún más las llamas de odio
por José en el corazón de sus hermanos.
En un sentido, el manto simbolizaba honores terrenales, distinción y
favores temporales y, por ende, superficiales. Al escribir este incidente,
Moisés puso el manto de colores en el contexto de la actitud de Jacob,
que amó más a José que a los otros hijos, y eso fue el centro del problema,
en el trasfondo de su odio hacia él, y a lo que el odio los llevó.

¿Te han dado alguna vez honores mundanos? ¿Cuán bien te sen-
tiste en el momento? ¿Cuánto tiempo pasó hasta que la euforia,
o el sentido de satisfacción, o el buen sentimiento que tuviste se
desvanecieran, y el honor llegara a significar poco o nada? ¿Qué
lección deberíamos obtener de eso? Ver 1 Cor. 9:24-26.
29
Miércoles 20 de abril Lección 4
LE QUITARON LA TÚNICA

Lee Génesis 37:12 al 25. ¿Qué contraste entre el bien y el mal se


nota aquí; entre la inocencia y la traición?
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No solo los hermanos de José maquinaron su muerte, también


planearon por adelantado lo que le dirían a su padre. Oh, padre. Lo
lamentamos mucho. Encontramos este manto. ¿Es el de José? Si es así, un
animal feroz debió haberlo devorado. Es difícil imaginar cómo alguien
podría estar tan lleno de odio contra su propio hermano que pudiera
hacer algo así.

Lee Génesis 37:23. ¿Qué hecho importante sucedió allí?


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Lo primero que recordaron los hermanos, cuando vieron a José a la


distancia, fueron sus sueños, que hacían que su odio hacia él creciera.
Ahora podrían ver qué resultaría de sus sueños. Es interesante notar que
el primer acto de sus hermanos, contra José, fue quitarle su manto. En
el texto hebreo, resulta claro que era el tan odiado manto que el padre
había hecho para él. El texto enfatiza que lo tenía “sobre sí”. Junto con
todo lo demás, verlo acercarse usando esa túnica, solamente debió haber
añadido más motivos a su enojo.
De este modo, vemos a los hermanos intentando deshacerse de todo
lo que les provocaba tanto odio e ira. Para ellos, la túnica simbolizaba lo
que ellos odiaban acerca de su hermano, tanto las cosas buenas acerca
de él como las malas acerca de sí mismos. Debió haber sido con mucha
alegría, regocijo y satisfacción que le quitaron el manto. Ahora, de
repente, sin la hermosa ropa, que simbolizaba lo que ellos temían que
fuera la superioridad de José sobre ellos, José estaba impotente ante
quienes, de acuerdo con los sueños de José, un día se inclinarían ante él.

Considera cuán irracionales fueron las acciones de los herma-


nos, como resultado de sus emociones. ¿Cuán a menudo per-
mitimos que nuestras emociones nos conduzcan a realizar ac-
tos irracionales? ¿Cómo podemos aprender a guardar nuestras
emociones bajo el poder de Dios y ahorrarnos así, a nosotros (y
a menudo a otros también), las terribles consecuencias de he-
chos que se hicieron bajo arranques de emociones profundas?
30
Lección 4 Jueves 21 de abril
“LA TÚNICA DE TU HIJO”

“Entonces tomaron ellos la túnica de José, y degollaron un cabrito


de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre; y enviaron la túnica de
colores y la trajeron a su padre, y dijeron: Esto hemos hallado; reconoce
ahora si es la túnica de tu hijo o no” (Gén. 37:31, 32).
¿Cómo pudieron ellos, los hijos de un padre amante, caer tan bajo
como para darle al padre el manto que él le había dado a su hijo, ahora
manchado con sangre, y pedirle que lo identificara? Tal vez, incluso
un día antes de cometer este crimen, esto ni habría entrado en sus
mentes. Pero, una vez que se comienza el camino del pecado, ¿quién
sabe adónde llevará?

Lee Génesis 37:26 al 36. ¿Qué revela el lenguaje que los hermanos
usaron ante el padre?
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Nota que los hermanos no se referían a la “túnica de nuestro hermano”,


sino a la “túnica de tu hijo”. La frialdad de ellos es asombrosa. Tal vez,
era un mecanismo de defensa inconsciente para ellos, una manera de
limitar, en sus propias mentes, el mal que habían cometido.
Así, el manto tuvo un lugar tanto en el comienzo como en el fin.
Ese símbolo de la relación entre Jacob y José ahora estaba cubierto
de sangre; un símbolo de la “muerte” de José y de toda la animosidad
de ellos contra él. Sin duda, este acto “resolvió” un problema, pero
solo generó una cantidad de otros. Seguramente los hermanos debieron
haber sentido pena por el dolor de su padre. Seguramente, viendo
lamentarse a Jacob cada día, estos hombres debieron haber luchado con
la culpa y el remordimiento.

Lee Génesis 42:13, 21 al 23 y 32; y Génesis 44:28. ¿Qué nos indican


estos versículos acerca del impacto de largo alcance que los actos de los
hermanos tuvieron sobre sí mismos y sobre sus familias?
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Al fin, el Señor sacó algo bueno del mal que los hermanos habían
hecho, pero eso difícilmente justifica lo que ellos realizaron. Por
extremas que fueran sus acciones, esta historia debería recordarnos
cuán rápidamente los pecados pueden cegarnos y conducirnos a cometer
hechos que muy a menudo llevan a la tragedia y el sufrimiento.

31
Viernes 22 de abril Lección 4
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “El regreso a Canaán”, “José en
Egipto”, y “José y sus hermanos”, Patriarcas y profetas, pp. 203-245; y el
Comentario bíblico adventista, t. 1, pp. 439-444.

“José, sin sospechar lo que le sucedería, se acercó a sus hermanos con


alegría de corazón, para saludarlos después de su largo y cansador viaje.
Sus hermanos, rudamente, lo rechazaron. Les dijo cuál era su mensaje,
pero ellos no le contestaron. José se alarmó por sus miradas airadas.
[...] Lo acusaron de hipocresía. Mientras expresaban sus sentimientos
envidiosos, Satanás controlaba sus mentes, y no tenían sentido de piedad
ni sentimientos de amor por su hermano. Le quitaron la túnica de
diversos colores que vestía, que era una muestra del amor de su padre, y
que había excitado sus sentimientos de envidia” (SP 1: pp. 128, 129).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. ¿Qué otras clases de “túnicas de muchos colores” existen? ¿Cuáles
son las cosas del mundo que codiciamos, que más temprano o más tarde
pueden fácilmente sernos quitadas y manchadas con sangre? ¿Qué clase
de honores mundanales parecen significar tanto y, no obstante, al final,
realmente no significan nada?
2. Piensa en el contexto de la lección de esta semana y luego lee
Génesis 45:22. ¿Qué ironía se encuentra aquí?
3. José, a menudo, ha sido considerado un tipo de Cristo. Repasa
la historia de José y considera qué similitudes puedes encontrar entre
Cristo y José. Comparte tus respuestas con tu clase.
4. Probablemente haya pocas dudas de que los hermanos sintieron
gran remordimiento por sus acciones. No sabemos qué hizo el padre
con la túnica ensangrentada. Tal vez la guardó como un recuerdo de
su amado hijo. Imagínate cómo se habrán sentido los hermanos cada
vez que veían ese manto, que una vez fue un símbolo de su envidia,
y ahora era un símbolo de su culpabilidad. ¿Cómo podemos aprender
a pensar antes de actuar, y no hacer cosas precipitadamente? ¡Cuán
diferente podría haber sido esta historia si los hermanos hubieran
conocido al Señor, a quien servía su padre! Si los hermanos hubieran
sabido cómo orar, cómo morir al yo, cómo entregarse al Señor con fe
y obediencia, nada de esto habría ocurrido, y se habría evitado mucho
dolor y sufrimiento. ¿Cómo podemos aprender a no caer en la misma
trampa en la que cayeron estos hombres?

32
Lección 5 Para el 30 de abril de 2011

Las vestimentas sacerdotales


de la gracia

Sábado 23 de abril

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 32:1-6; Levítico


21:7-24; 22:1-8; Éxodo 28; Apocalipsis 21:12-14; Hebreos 4:14, 15.

PARA MEMORIZAR:
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa,
pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel
que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Ped. 2:9).

UNO DE LOS GRANDES TEMAS de la Reforma Protestante es lo que


se ha llamado “el sacerdocio de todos los creyentes”, una idea derivada
especialmente (pero no solamente) del texto para memorizar: que todos
los cristianos actúan como “sacerdotes” ante Dios y que, porque tienen
a Jesús, no necesitan mediadores terrenales entre ellos y el Señor (como
en algunos sistemas religiosos). “Porque hay un solo Dios, y un solo
mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Tim. 2:5).
Después de la vida, la muerte, la resurrección y el ministerio
sumosacerdotal de Jesús, el antiguo sistema hebreo que Dios había
iniciado se había cumplido en Cristo. El sacerdocio levítico fue
reemplazado por un nuevo orden establecido, en el que todos formamos
parte del “real sacerdocio”.
Esta semana, al estudiar las vestimentas que usaban los sacerdotes
del antiguo sistema, podemos aprender acerca de lo que significa ser
“sacerdotes” en el nuevo.

33
Domingo 24 de abril Lección 5
LA GRACIA DEL PACTO ANTIGUO

Jesús lo dijo de una manera sumamente clara: “A todo aquel a quien


se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya
confiado, más se le pedirá” (Luc. 12:48). Este es un principio sólido
que, como adventistas, con lo mucho que se nos ha dado, haríamos bien
en tomar seriamente. Basta comparar las verdades que recibimos con
algunas de las otras doctrinas que hay por allí (el tormento eterno en
el infierno, el sábado cambiado al domingo, los 144.000 vírgenes judíos
que predicarán el evangelio cuando la iglesia haya sido secretamente
raptada durante el reinado del anticristo) para comprender todo lo que
se nos ha confiado.
Este principio hace que el pecado de Aarón en relación con el becerro
de oro fuera mucho más grave.

Lee Éxodo 32:1 al 6. ¿Qué excusa podría haber tenido Aarón para
participar en esta flagrante apostasía?
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La apostasía misma era muy mala, pero que Aarón condescendiera


en ella parece increíble. Piensa en todos los privilegios que tuvo Aarón.
Estuvo con Moisés desde el mismo comienzo (Éxo. 4:27-30); fue el
portavoz de Moisés ante Faraón (Éxo. 7:1); su vara se convirtió en
serpiente, delante de Faraón (vers. 10); las aguas que se volvieron sangre
mediante el golpe de su vara (vers. 20); y fue parte de un selecto grupo
que pudo acercarse a Dios de manera muy especial (Éxo. 24:9, 10). En
resumen, Aarón recibió muchos privilegios y, no obstante, cuando vino
una prueba grande, falló miserablemente.
Sin embargo, Dios no solo le perdonó a Aarón su pecado, sino
también le permitió vestir las vestiduras sagradas como el primer sumo
sacerdote, un tipo del ministerio sumosacerdotal de Jesús mismo (Heb.
8:1). Aunque Aarón fue culpable de un gran pecado, también recibió la
gracia redentora de Dios, gracia tan grande que no solo lo perdonó sino
también le permitió asumir un oficio sagrado que tiene que ver con la
gracia, la misericordia y el perdón de Dios. Así, la vida de Aarón es un
ejemplo especial de la misericordia y la redención disponibles para todos
en Cristo.

¿Has fracasado alguna vez, aun miserablemente, al no vivir a


la altura de lo que recibiste? ¿Cómo puedes obtener esperanza
para ti mismo del ejemplo de Aarón, creyendo que no todo
está perdido, aun a pesar de tus equivocaciones?

34
Lección 5 Lunes 25 de abril
EL SACERDOCIO

“Harás llegar delante de ti a Aarón tu hermano, y a sus hijos consigo,


de entre los hijos de Israel, para que sean mis sacerdotes; a Aarón y a
Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar hijos de Aarón” (Éxo. 28:1).

El sacerdocio levítico se estableció durante la peregrinación de los


hijos de Israel por el desierto (Éxo. 28) (ver un antecedente en Gén.
14:18) y había de durar más de mil quinientos años. Aunque el concepto
de un sacerdocio para el Señor ya había existido por largo tiempo, el
establecimiento del sacerdocio levítico proveyó una visión más clara de
sus funciones.
Como ya vimos, a pesar de la enormidad de su pecado, Aarón fue
escogido por Dios para ser el primer jefe del nuevo sacerdocio. Esto
muestra que los sacerdotes necesitaban ser capaces de relacionarse con
la gente a la que representaban ante Dios, porque eso era exactamente lo
que estaban haciendo: actuar como representantes, mediadores entre la
humanidad caída y un Dios santo. Aarón, como ser humano caído, podía
relacionarse con los seres humanos caídos, a quienes debía representar.
¿Quién sería él para juzgar a otros en sus pecados no siendo él mismo
inocente?
Al mismo tiempo, el sacerdocio era un honor sagrado, y los sacerdotes
habían de representar la santidad y la pureza. Después de todo, ellos eran
los que estaban delante de Dios en lugar de la gente. Ellos tenían que
ser “santos”; de otro modo, ¿por qué habría un sacerdocio? Tenían que
ser diferentes, no de una manera arbitraria, sino diferentes en un sentido
sagrado, un sentido que –mientras reconocían su cercanía con los que
representaban– los diferenciara claramente de las masas como un todo.

¿Cuáles eran algunos de los requisitos que se exigían de los


sacerdotes, y qué crees que esos requisitos debían representar? Lev.
21:7-24; 22:1-8.
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Por difíciles que sean algunos de estos conceptos para nosotros


hoy, la idea debería ser clara: el sacerdocio debía ser algo diferente,
sagrado, especial. Los sacerdotes eran símbolos de Jesús, y su obra debía
simbolizar, en sombras y en tipos, lo que Jesús haría en nuestro favor.

¿Deberíamos ser diferentes del mundo que nos rodea? Si es


así, ¿por qué, y de qué maneras?
35
Martes 26 de abril Lección 5
VESTIMENTAS SACERDOTALES

“Las vestiduras que harán son estas: el pectoral, el efod, el manto,


la túnica bordada, la mitra y el cinturón. Hagan, pues, las vestiduras
sagradas para Aarón tu hermano, y para sus hijos, para que sean mis
sacerdotes” (Éxo. 28:4).

Cuando uno estudia el modelo del Santuario terrenal, es claro que


no quedaba nada librado al azar. Dios dio a los sacerdotes instrucciones
explícitas sobre lo que debían hacer y sobre las vestiduras que debían
usar. Todo fue hecho de acuerdo con instrucciones exactas.

Lee, en Éxodo 28, la descripción de las vestiduras que debían hacerse


para Aarón, el sumo sacerdote, y para los sacerdotes en general. Sin
enredarnos en detalles complejos, ¿qué lecciones espirituales podemos
obtener de esto?
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“El diseño de los mantos sacerdotales fue dado a conocer a Moisés en


el monte. Se especificó cada artículo que debía vestir el sumo sacerdote,
y la forma en que debía hacerse. Estas vestimentas eran consagradas a
un propósito muy solemne. Con ellas, se representaba el carácter del
gran antitipo, Jesucristo. Cubrían al sacerdote con gloria y belleza, y
evidenciaban la dignidad de su cargo. Cuando estaba vestido con ellas,
el sacerdote se presentaba como un representante de Israel, mostrando,
por su vestimenta, la gloria que Israel debía revelar al mundo como el
pueblo escogido de Dios” (YI, 7 de junio de 1900).
Se ha escrito mucho acerca del significado y del simbolismo de cada
color, y de cada tela y piedra, y de otros elementos. Juntos, representaban
la perfección, la santidad, la belleza y la dignidad del “gran Antitipo”,
Jesús, nuestro verdadero Sumo Sacerdote, que ministra en el Santuario
en los cielos (Heb. 8:1, 2).
Nota, también, la idea de que los sacerdotes llevaban diversas cosas
(Éxo. 28:12, 29, 30, 38, 42). Esto es un tema vital en todo el plan de
salvación, simbolizado por el sacerdocio y el Santuario: la idea de Jesús,
nuestro Sustituto, que lleva sobre sí nuestros pecados y carga en sí el
castigo por ellos. Todo esto estaba anticipado por los ritos del Santuario
y la ropa de los sacerdotes, llenos de simbolismo que representaba el
carácter y la obra de Jesús en nuestro favor.

36
Lección 5 Miércoles 27 de abril
EL PECTORAL DEL JUICIO

De todas las vestiduras que usaban los sacerdotes, el pectoral del


juicio (Éxo. 28:15) era el más elaborado. Las otras vestiduras eran como
un telón de fondo para esta parte de la vestimenta sacerdotal. Se usaron
dos tercios del capítulo (Éxo. 28:15-30), para describir la construcción
de este ornamento. Eso ya debería indicar cuán importante era para el
ministerio de los sacerdotes.

Lee Éxodo 28:15 al 30. ¿Cuál es el significado de todas esas piedras


preciosas? ¿Qué significa que el sacerdote debía llevar “los nombres de
los hijos de Israel [...] sobre su corazón?” (vers. 29; ver también Apoc.
21:12-14).
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Vemos otra vez el tema del sacerdote como símbolo de Jesús. La


palabra hebrea para “llevar” es común en el Antiguo Testamento para
“llevar el pecado”, cosa que los sacerdotes hacían como parte de su
ministerio (Lev. 10:17; Éxo. 28:38; Núm. 18:1, 22). Pero ahora indica
que el sumo sacerdote “llevará” los nombres de Israel: el pueblo de Dios
debe estar completamente dependiente de Dios, quien lo perdona, lo
sostiene y le ofrece el poder para vivir la vida santa que él demanda de
su pueblo (Fil. 4:13).
Nota que el sacerdote debía llevar los nombres de la gente sobre su
corazón. El texto menciona la ubicación: un símbolo común en la Biblia,
que revela el amor y el tierno cuidado que Dios tiene por sus hijos.
Otro punto importante es que cada tribu tenía una joya diferente,
con cualidades diferentes, lo que simbolizaba lo distintiva que era cada
una de ellas (ver Gén. 49). Es una manera de destacar las diferencias
distintivas, no solamente entre las doce tribus, ni entre los doce
apóstoles (Apoc. 21:14), sino también en la iglesia como un todo, que
está compuesta de diversas “piedras vivientes” (1 Ped. 2:5). No importa
cuán diferentes seamos todos en personalidad, carácter y dones, estamos
unidos en propósito, bajo la gracia y el señorío de nuestro gran Sumo
Sacerdote, Jesús.

¿De qué maneras experimentaste el amor de Dios? ¿Cómo te


ha mostrado que te tiene cerca de su corazón? ¿Por qué es im-
portante meditar en esas experiencias, y cómo puedes obte-
ner fuerzas de ellas, también en tiempos de pruebas?

37
Jueves 28 de abril Lección 5
JESÚS, NUESTRO SUMO SACERDOTE

“Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos,
Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos
un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,
sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin
pecado” (Heb. 4:14, 15). ¿Qué esperanza y promesa encuentras aquí
que puedes aplicar en tu propia vida y en tus luchas con la tentación?
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Siendo que Cristo reside hoy como nuestro Sacerdote en el Santuario


celestial, en un sentido él viste el pectoral sobre su corazón. Y, siendo
que él está “viviendo siempre para interceder” (Heb. 7:25) por nosotros,
deberíamos encontrar consuelo al saber que nuestro Sumo Sacerdote
se emociona con nuestros problemas, dolores y tentaciones. Al igual
que Aarón, Jesús ha sido un ser humano que conoció las pruebas y
las tentaciones de la humanidad; a diferencia de Aarón, Jesús fue “sin
pecado”, y por ello podemos reclamar dos promesas maravillosas: 1)
el manto de su justicia puede ser nuestro por fe, y así sabemos que
somos perfectos ante Dios; y 2) podemos tener el poder para vencer las
tentaciones así como Jesús lo hizo.

Lee Hebreos 8:10 al 13. ¿Qué promesas hay aquí para nosotros, y
cómo esas promesas afectan nuestras vidas?
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Vemos ambos aspectos de la salvación en Cristo y el hecho de estar


cubiertos por su justicia. Cuán maravillosa es la promesa de que dice:
“[...] nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades” (vers.
12). Está hablando acerca de quienes, por la fe, se han entregado a
Jesús y han reclamado sus promesas del Nuevo Pacto, quienes tienen
sus leyes escritas en sus corazones y las obedecen, no para alcanzar la
salvación sino porque ya la tienen. Vestidos con el manto de su justicia,
viven ahora la justicia en sus propias vidas. Ese es el corazón y el alma
del Nuevo Pacto.

38
Lección 5 Viernes 29 de abril
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “El tabernáculo y sus servicios”,
Patriarcas y profetas, pp. 358-360; “Un mensaje a la iglesia moderna”,
Palabras de vida del gran Maestro, pp. 230, 231; “Destruido por falta de
conocimiento”, Profetas y reyes, p. 219; “El santuario”, Primeros escritos,
pp. 250-253; “El templo de Dios”, “La liberación del pueblo de Dios”, El
conflicto de los siglos, pp. 468, 469, 704.

“Cristo es el Ministro del verdadero Tabernáculo, el Sumo Sacerdote


de todos los que creen en él como un Salvador personal; y ningún otro
puede tomar su oficio. Es el Sumo Sacerdote de la iglesia” (AFC 76).
“Deberíamos ejercitar diariamente la fe; y esa fe debería crecer
diariamente al ser ejercitada, al darnos cuenta de que no solo nos ha
redimido, sino también nos ha amado, y lavado de nuestros pecados en
su propia sangre, y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y el Padre”
(SDG 287).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Lee Apocalipsis 1:5 y 6, donde Jesús nos presenta una descripción
de su tarea y luego nos brinda lo que podríamos llamar “una promesa
ansiosamente esperada”. Analiza qué quiere decir el versículo 6, donde
se menciona que nos ha hecho “reyes y sacerdotes” a fin de servirlo a él
para siempre.
2. Repasa algunas de las otras vestiduras usadas por los sacerdotes,
como se muestra en Éxodo 28. ¿Qué lecciones y verdades espirituales
pueden encontrarse también allí?
3. Se nos ha advertido acerca del peligro de pretender ponernos el
manto de justicia pero no vivir realmente una vida justa. Conversen
acerca de maneras en que pueden evaluar sus propios motivos y acciones.
¿Cómo podemos saber si realmente estamos vistiendo su manto de
justicia o si apenas nos engañamos a nosotros mismos? ¿Cuáles son
algunas formas de saber si estamos cubiertos o si realmente estamos
andando por allí en la vergüenza de nuestra desnudez?
4. Analiza algo más la idea de la sección del domingo acerca de la
gracia y el perdón extendidos a Aarón. Este hombre, al que se le había
dado una muy elevada responsabilidad, no vivió a la altura de ella y, como
resultado, siguió una tragedia. No obstante, Aarón oportunamente recibió
una responsabilidad aún mayor. ¿Hay alguna enseñanza que podamos
obtener de este incidente para nosotros mismos, como iglesia, cuando una
persona con grandes responsabilidades también falla en vivir a la altura de
ellas? Analiza el tema.

39
Lección 6 Para el 7 de mayo de 2011

El manto de Elías y Eliseo

Sábado 30 de abril

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: 1 Reyes 19:1-19; 2


Samuel 10:3, 4; Ezequiel 16:15, 16; 1 Reyes 21:21-29; 2 Reyes 2:1-18.

PARA MEMORIZAR:
“Porque la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento
para salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del
mundo produce muerte” (2 Cor. 7:10).

POCOS PERSONAJES BÍBLICOS han tenido una vida más pintoresca


que el profeta Elías: una historia de fe, de pruebas, y del abrumador
poder de Dios en este mundo.
Hoy, en el judaísmo, todavía es un gran personaje. De hecho, en la
tradición judía, él ha sido glorificado tal vez más que cualquier otro
personaje bíblico.
Cada Pascua, por ejemplo, los judíos practicantes llenan una taza
especial con vino y la ponen sobre la mesa pascual. Durante la fiesta
misma, se abre la puerta de la casa, y todos se ponen de pie para permitir,
simbólicamente, que Elías el profeta entre y beba. En ocasión de una
circuncisión, una silla, “la silla de Elías”, es puesta aparte como parte de
la ceremonia. También, al terminar el sábado, los judíos cantan acerca
de Elías, esperando que venga “rápidamente... junto con el Mesías, el
hijo de David, para redimirnos”.
Un ejemplo de su importancia en el pensamiento judío se encuentra
en el Evangelio, cuando Pedro dice que algunos pensaban que Jesús
mismo era Elías (Mat. 16:14).
Ahora consideraremos a Elías y el manto que usaba, y veremos qué
lecciones espirituales podemos obtener de ellos.
40
Lección 6 Domingo 1º de mayo
“UN SILBO APACIBLE”

La vida de Elías, registrada en 1 y 2 Reyes, incluye casos en que


valientemente afrontó reyes y sus amenazas de muerte. Sin embargo,
hubo una excepción notable: la ocasión cuando, asustado por las
amenazas de una reina malvada, escapó por su vida.
En 1 Reyes 18, hizo descender fuego del cielo sobre el monte
Carmelo, hizo matar a los profetas de Baal y advirtió a Acab de la lluvia
que se aproximaba. El poder de Dios vino sobre él y, después de que se
ciñó su manto con su cinturón, corrió delante de Acab los 36 km que
distaba Jezreel.
En el capítulo siguiente, sin embargo, el mismo hombre de Dios
aparece en otra posición.

Lee 1 Reyes 19:1 al 4. ¿Qué lecciones podemos obtener de este pasaje


con respecto a que, no importa cuál haya sido nuestra relación con Dios
antes, no importa cuán grandes triunfos de fe hayamos experimentado,
ninguno de nosotros es inmune a tener bajones espirituales?
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Sin embargo, Dios no había terminado con Elías, ni siquiera después


de su oración más bien desesperada y algo patética. Todavía le dio sólidas
evidencias de su amor por él y de su interés en su vida.

Lee 1 Reyes 19:5 al 19. ¿Cuál es el significado de que Elías haya


envuelto su rostro en el manto?
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Es fascinante el hecho de que, aunque Elías sintió un fuerte viento, un


terremoto y un fuego, ninguna de esas cosas le hizo cubrirse el rostro con el
manto. Fue solo la presencia de Dios, en “el silbo apacible y delicado”, lo que
motivó esa reacción: una respuesta de temor, respeto y protección propia.
Lo que Elías necesitaba aprender era que, por poderosas y activas
que fueran esas fuerzas, en sí mismas no retrataban un cuadro real del
Espíritu de Dios. Elías oyó la voz de Dios en una tranquila y sutil forma
que le dijo lo que debía hacer, y él obedeció a esa voz.

¿Cómo podemos aprender a reconocer la voz de Dios, que nos


habla? Más importante todavía es la siguiente pregunta: ¿Obe-
deces lo que escuchas o apagas ese “silbo apacible y delicado”
que te habla al alma? ¿Qué te dice tu respuesta de ti mismo?

41
Lunes 2 de mayo Lección 6
EL CAMBIO DE VESTIDURAS

Después de la magnífica demostración del poder de Dios en el monte


Carmelo, Elías se quejó de que era el único que quedaba de los que
amaban al Señor. Parece como si Dios hubiese ignorado el gemido de
Elías; pero, cuando terminó su presentación, Dios le dio instrucciones:
debía ungir a dos reyes y a Eliseo.
Siguiendo las indicaciones de Dios para encontrar un sucesor, Elías
se fue a la granja de Safat, el padre de Eliseo, y encontró a Eliseo arando
con bueyes. Tal vez Elías saludó con la mano para llamar la atención de
Eliseo, y Eliseo detuvo su trabajo y esperó a escuchar el mensaje de Elías.

Lee 1 Reyes 19:19. ¿Cómo fue el llamado de Eliseo en el campo?


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No se nos dan las palabras exactas de Elías, o la respuesta de Eliseo


al llamado de Elías, pero sabemos que respondió positivamente. Elías
ahora arrojó su manto, un símbolo de sus responsabilidades como siervo
de Dios, sobre los hombros de Eliseo (ver Núm. 20:28). El simbolismo
es bastante obvio. Eliseo recibía, ahora, un llamamiento sagrado.

En otros incidentes de la Biblia, no siempre se usó un manto como


una indicación de la invitación de Dios a servirlo. ¿Cómo se usa la idea
de un “manto” en los siguientes versículos?: Job 1:20; Sal. 109:29;
Judas 22, 23; 2 Sam. 10:3, 4; Eze. 16:15, 16.
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El manto de Elías, aquí, significaba devoción, compromiso y


dedicación. “Cuando Elías, divinamente dirigido en la búsqueda de un
sucesor, pasó al lado del campo en el cual Eliseo estaba arando, echó
sobre los hombros del joven el manto de la consagración. Durante el
hambre, la familia de Safat se había familiarizado con la obra y la misión
de Elías; y ahora el Espíritu de Dios impresionó el corazón de Eliseo
acerca de lo que significaba el acto del profeta. Era, para él, la señal de
que Dios lo llamaba a ser sucesor de Elías” (PR 164).

Piensa acerca de que un solo objeto puede tener connotaciones


buenas y malas, dependiendo de cómo se use. ¿Qué estás hacien-
do con las cosas que hay en tu propia vida? ¿Qué clase de signifi-
cado les estás dando, por tus acciones? ¿Qué llegan a simbolizar
para ti, y por qué?

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Lección 6 Martes 3 de mayo
VESTIR UN SACO DE CILICIO

En la narración de Elías, las vestiduras también afectaron a otros


personajes.
Acab, el rey de Israel, deseaba comprar una viña que estaba junto a
su palacio. Pertenecía a Nabot, un jezreelita, quien se rehusó a venderla.
Jezabel oyó de ello, se enfureció y, astutamente, tramó un complot
para hacer desaparecer a Nabot. Después de la muerte de Nabot, Acab
tomó posesión de la viña, sin saber que Elías había sido instruido para
encontrarse con él allí.
“Y le hablarás diciendo: Así ha dicho Jehová: ¿No mataste, y también
has despojado? Y volverás a hablarle, diciendo: Así ha dicho Jehová: en
el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros
lamerán también tu sangre, tu misma sangre” (1 Rey. 21:19).
La misión de Elías de enfrentar a Acab sobre varios problemas serios
debería haberle producido una buena cantidad de estrés, pero él pareció
fuerte y dispuesto, por lo menos allí, a seguir las instrucciones de su
Señor aun cuando él sabía que su vida podía estar en peligro. Ahora
debía comunicar Acab las denuncias que Dios había pronunciado sobre
él además de aquella acerca de que los perros lamerían su sangre.

Lee 1 Reyes 21:21 al 29. ¿Cómo entendemos la respuesta de Acab,


especialmente a la luz de lo que dicen esos versículos acerca de la clase
de hombre que era él?
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Cuando Acab oyó estas palabras, se presentó a Dios de una manera


sumamente humilde (1 Rey. 21:27), que incluyó rasgar sus vestidos,
poner cilicio sobre su cuerpo, y aun rehusó comer. El resto del capítulo
implica que su arrepentimiento y humillación debieron haber sido
genuinos. El rasgar las vestiduras, una acción común en ese tiempo,
representaba horror y tristeza, lo que reveló que realmente aceptaba la
verdad que Elías le había dicho. Cuán profundo y cuán duradero fue ese
arrepentimiento, el texto no lo dice; lo que dice es que rasgar la ropa
revelaba la sinceridad de su corazón en ese momento.

“La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para


salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del
mundo produce muerte” (2 Cor. 7:10). Lee el contexto inme-
diato de ese versículo. ¿Qué está enseñando Pablo, y cómo
podemos aplicar esta advertencia a nuestras propias vidas?

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Miércoles 4 de mayo Lección 6
LA ASCENSIÓN DE ELÍAS

Sea lo que fuere lo que se pueda decir de Elías, ciertamente tuvo años
dramáticos e interesantes en su vida (aunque, sin duda, ahora estará
más contento). Segundo de Reyes 1 cuenta una historia fascinante que
conduce a otra aún más fascinante en el capítulo siguiente. Se podría
decir que Eliseo salió con una llamarada de gloria.

Lee 2 Reyes 2:1 al 18, y responde las siguientes preguntas:


1. ¿Qué razones podría haber usado Eliseo para rehusar separarse
de Elías, a pesar de los tres pedidos del profeta de que hiciera
precisamente eso?
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2. ¿Por qué Eliseo rasgó su vestido en dos partes? ¿Era por duelo, o
por alguna otra causa? Si es así, ¿cuál habrá sido esa razón?
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Sin duda, la respuesta de Eliseo era de enorme excitación y gratitud.


Sí, él vio el carro y los caballos. Sí, él tendría una doble porción del
poder de Elías. Aunque generalmente rasgarse las vestiduras significaba
duelo, esta vez Eliseo pudo haber estado tan abrumado que rompió sus
vestidos por gratitud. Tenía en sus manos el manto de Elías. Rasgar su
ropa también pudo haber sido un símbolo de echar fuera todo lo propio,
y ponerse las vestiduras de Elías.
Cuando Elías puso su manto al principio sobre el agricultor Eliseo,
ambos sabían que ese acto simbolizaba un llamado a trabajar para Dios
(aunque Eliseo debió haberlo devuelto a Elías en algún momento).
Eliseo, ahora, tenía esta prenda especial en su posesión, lo que indicaba
que él debía llevar adelante las responsabilidades del liderazgo como
Elías lo había hecho.
Considera también el pedido de Eliseo a su mentor (¿qué pedido
te recuerda esto?). Las palabras de Eliseo revelan algo de su carácter,
mostrando que él era un sucesor digno de vestir el manto del gran
profeta que estaba a punto de ser “sacado” de este mundo.

¿Qué cuadro más amplio de la existencia nos presenta esta


historia? Es decir, ¿cuán a menudo tendemos a mantener
ideas estrechas y materialistas del mundo, olvidando la reali-
dad siempre presente del ámbito sobrenatural, que también
existe en este mundo y que interactúa con nosotros?
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Lección 6 Jueves 5 de mayo
EL MANTO DE ELISEO

“Alzó luego el manto de Elías que se le había caído, y volvió, y se paró


a la orilla del Jordán. Y tomando el manto de Elías que se le había caído,
golpeó las aguas, y dijo: ¿Dónde está Jehová, el Dios de Elías? Y así que
hubo golpeado del mismo modo las aguas, se apartaron a uno y a otro
lado, y pasó Eliseo” (2 Rey. 2:13, 14). ¿Qué historia nos recuerda este
incidente? ¿Qué simbolismo importante se ve allí?
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Lee 2 Reyes 2:15 al 18. Trata de ponerte en el lugar de estos profetas


de Jericó. ¿Por qué habrán reaccionado como lo hicieron, tratando de
encontrar a Elías, aun cuando sabían que había sido llevado?
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Es obvio, por los textos anteriores, que los profetas sabían que Elías
sería llevado. El texto no dice si ellos mismos vieron el evento. Pero, esto
realmente no importa, porque ellos sabían que el “Espíritu de Jehová” lo
había llevado. Hacia dónde era otro tema. Por alguna razón, ellos creyeron
que Elías todavía podría ser encontrado “en algún monte o en algún valle”
(vers. 16). Tal vez no estaban preparados para la idea de que alguien
pudiera ser arrebatado al cielo de ese modo, por lo que supusieron que
Dios había hecho otra cosa con él. Y, aunque tenían la palabra de Eliseo
de no molestarse en buscarlo, ellos insistieron. Tal vez, después de no
hallarlo, se dieron cuenta de lo que había sucedido. No obstante, aun
entonces podían dudar. Desde su perspectiva, tal vez Dios lo había dejado
sobre un monte o un valle que no habían revisado.
Al fin, no importan las experiencias o los milagros que hayamos
visto, todavía necesitamos ejercer fe, porque más temprano o más tarde
entrará la duda y desafiará seriamente nuestra experiencia cristiana.

Piensa en alguna experiencia impactante que tuviste con


Dios. Sin duda, en ese momento tu fe estaba fuerte. Sin em-
bargo, con el tiempo, ¿qué sucedió, especialmente cuando la
experiencia misma entró en la cámara del olvido? Así, ¿por
qué es importante, para ti, hacer cosas diariamente que te
ayuden a mantener fuerte tu fe?

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Viernes 6 de mayo Lección 6
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “Set y Enoc”, Patriarcas y profetas,
p. 76; “De Jezreel a Horeb”, “¿Qué haces aquí?”, “En el Espíritu y poder
de Elías”, Profetas y reyes, pp. 114-141.

“Elías, que había sido trasladado al cielo sin ver la muerte, representaba
a aquellos que estarán viviendo en la tierra cuando venga Cristo por
segunda vez, aquellos que serán ‘transformados, en un momento, en
un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta’; cuando ‘esto mortal se
vista de inmortalidad’, y ‘esto corruptible se vista de incorrupción’ (1
Cor. 15:51-53). Jesús estaba vestido por la luz del cielo, como aparecerá
cuando venga ‘por segunda vez, sin relación con el pecado [...] para
salvar’. Porque él vendrá ‘en la gloria de su Padre con los santos ángeles’
(Heb. 9:28; Mar. 8:38)” (DTG 390).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. ¿Qué cosas prácticas podemos hacer para ayudarnos a escuchar “el
silbo apacible”? ¿De qué manera hacemos cosas que lo dificultan, o lo
hacen imposible? ¿Cómo el pecado voluntario nos hace “duros de oír”,
por así decirlo?
2. Cuando experimentas angustia y desánimo que casi son más de lo
que puedes soportar, ¿cómo sabes que Dios está cerca y te está cuidando,
como lo supo Elías?
3. El manto de Elías simbolizaba el traspaso o la sucesión de su
ministerio a Eliseo, lo que plantea la pregunta de la sucesión en la iglesia
hoy. ¿Cómo actúa el proceso, y cómo podemos estar seguros de que las
personas adecuadas “reciben el manto”, por usar una expresión de la
vida de Elías?
4. “La tristeza que es según Dios produce arrepentimiento para
salvación, de que no hay que arrepentirse; pero la tristeza del mundo
produce muerte” (2 Cor. 7:10). En la clase, conversen sobre lo que
significa este texto y qué debemos aprender de él acerca de lo que es
el verdadero arrepentimiento, en oposición al arrepentimiento del que
necesitamos arrepentirnos.
5. En las lecciones de este trimestre sobre vestiduras y ropa,
estamos tratando con muchos símbolos. ¿Qué son los símbolos, cómo
se interpretan, qué significado les damos a ellos y qué nos dicen esos
significados acerca de nosotros mismos?

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Lección 7 Para el 14 de mayo de 2011

A la sombra de sus alas

Sábado 7 de mayo

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Éxodo 19:4; 2 Samuel


11 y 12; Salmo 17:8; 32:1; 36:7; 51:2; 57:1; 61:4; 63:7.

PARA MEMORIZAR:
“Porque has sido mi socorro, y así en la sombra de tus alas me
regocijaré” (Sal. 63:7).
“Tres cosas me son ocultas; aun tampoco sé la cuarta: el rastro del
águila en el aire...” (Prov. 30:18, 19).

EL ÁGUILA ES COMO UN AVIÓN DE CAZA VIVIENTE. Armada


con un pico curvo y garras afiladas como navajas, está pertrechada como
si fuese un avión de caza. Es viento y ala, huesos, tendones y sangre. Se
alimenta de carroña, es pescadora y ladrona. El águila se lanza desde
las nubes hacia el agua con la velocidad de un ciclón. Cojea sobre su
nido con las garras en forma de puño, para no cortar en pedazos a sus
pichones. Es majestad, poder y gracia. Es todas esas metáforas, pero es
más que la suma de ellas. No sorprende, entonces, que el escritor bíblico
haya dejado de comprender la fiera belleza del vuelo del águila.
David mismo usó una imagen similar, en sus salmos, acerca de estar
protegido bajo las alas de Dios. Esta semana, meditaremos con David en
sus salmos acerca de cómo Dios nos protege y cubre nuestros pecados.
Pero, primero, miremos los eventos que inspiraron su necesidad de esta
cubierta, y luego procuraremos comprender por qué también nosotros
necesitamos ser cobijados bajo esas mismas alas.

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Domingo 8 de mayo Lección 7
LA VERDAD DESNUDA

Las águilas pueden elevarse hasta más de tres mil metros. Como el
águila, David se remontó muy alto: alcanzó alturas de grandeza que pocos
reyes alcanzaron; vestido con despojos de victorias militares y lleno de
honor y gloria. Pero David olvidó que sus vestimentas eran un don de Dios.
No podían esconder los pecados de un hombre de la vista de Dios.
La ropa de David, en un sentido espiritual, era sacerdotal y real. Sus
pecados mancharon esa ropa e inspiraron los Salmos 32 y 51. Para apreciar
las imágenes de las alas de Dios y de la divina cubierta en otros Salmos,
necesitamos ver los eventos que los inspiraron. Cuán irónico y trágico es
que, en un estudio dedicado a las lecciones espirituales de la vestimenta,
la historia de la caída de David haya comenzado con la falta de ropa.
En el pináculo de su grandeza, David afrontó su batalla más feroz:
no se peleó en el campo de batalla de Rabá, sino en un pequeño espacio
que se encontraba detrás de su lóbulo frontal. Satanás elige bien sus
“armas”. Lo que Goliat con su lanza no pudo hacerle a David, una mujer
que se bañaba lo consiguió. David olvidó la lección de su honda: cuán
fácilmente se derriba a un “gigante” con una piedrecita, o aquí, con una
pequeña mirada.

Una piedra pequeña, y cae un gigante. Una mirada pequeña, y cae


un rey. David hizo muchas cosas para “cubrir” su adulterio y evitar que
se supiera. ¿Cuáles fueron? Lee 2 Samuel 11. ¿Por qué los intentos de
cubrir el pecado, para que no se detecte o castigue, conducen solo a
cometer mayores pecados? ¿De qué modo los detalles de la historia de
David refuerzan este punto?
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Una mirada prohibida terminó en asesinato y casi llegó a una guerra


civil. La historia de David es de un encubrimiento tras otro. La realidad
es que un pecado sin confesar y abandonar lleva a otro mayor para
esconder el anterior. David cometió adulterio y asesinato bajo el manto
del poder real. Pero, los ojos de Dios ven debajo de la vestidura exterior
y desnudan el corazón.

Se ha dicho: “Si la adversidad ha asesinado a miles, la pros-


peridad ha asesinado a diez miles”. Recordando la vida de Da-
vid, ¿a qué peligros expone la prosperidad al alma? ¿Por qué la
adversidad a menudo nos acerca más a Dios? ¿Cómo podemos
evitar las trampas de la prosperidad?
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Lección 7 Lunes 9 de mayo
NATÁN DESTAPA TODO

David ocultó durante un año su pecado con un velo de engaño, y


tapó el asesinato. El pecado endureció el corazón de David. Pero Dios
envió a Natán para quebrantarlo. En lugar de exponer el pecado de
David, Natán vistió la verdad con una parábola.

Lee esa parábola y su interpretación, en 2 Samuel 12:1 al 12. (Jesús


también usó parábolas.) ¿Cuáles son las ventajas de usar parábolas?
¿Por qué decirle la verdad a David con una historia fue tan efectivo?
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La parábola de Natán alcanzó el corazón duro de David. Primero,


Natán no lo acusó, sino que, con tacto, pidió la ayuda de David. Su
corazón estaba endurecido, pero su sentido de justicia no estaba muerto.
Segundo, con una parábola, Natán penetró las defensas de David.
Tercero, Natán invitó a David a escuchar sin sentirse juzgado. ¿El
resultado? David se condenó a sí mismo.

El veredicto de Natán: “Tú eres aquel hombre” penetró el velo de


engaño que rodeaba a David. La respuesta de David: “Pequé contra
Jehová” se encuentra con: “También Jehová ha remitido tu pecado” (vers.
13). ¿Por qué Dios perdonó, o cubrió, el pecado de David? Ver 1 Juan 1:9.
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El pecado de David estaba cubierto, pero el niño murió. Para David,


esta tragedia fue muy amarga. Se quitó su ropa real y vistió vestidos
de humillación. Se postró ante Dios arrepentido, rogando por su hijo.
Es irónico: un año antes, cubierto por la oscuridad, David se encontró
secretamente con Betsabé, la noche en que su hijo fue concebido. David
reaccionó ante la muerte del niño y dejó perplejos a sus consejeros. Se
levantó. Se bañó. Cambió su ropa. Se ungió de nuevo y adoró a Dios.
Esto muestra cómo los que lloran por sus pecados dejan que Dios los
restaure: Primero, Dios levanta al pecador y lo atrae. Luego, lava la culpa
de su pecado y lo viste con su justicia. Lo unge con su Espíritu, para que
pueda adorarlo.
La caída de David comenzó y terminó con un baño. Este lavado final
no es un preludio para el pecado sino una señal de un corazón limpio.

¿Qué esperanza nos da el hecho de que David se haya baña-


do, se haya cambiado de ropa y se haya ungido? ¿Por qué los
que hemos sido lavados por Jesús podemos ir a adorar a Dios?

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Martes 10 de mayo Lección 7
BIENAVENTURADO AQUEL CUYO PECADO
HA SIDO CUBIERTO

“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y


cubierto su pecado” (Sal. 32:1).

Durante un año entero después de que pecó contra Urías heteo y


Betsabé, David rehusó confesar su pecado. Pero, como nos dice el Salmo
32, él sufrió gran agonía en su mente y en su cuerpo debido a su silencio.

Lee Salmo 32:3 al 5. ¿Qué imágenes poéticas y lenguaje simbólico


usa David para describir lo que sucede a quien rehúsa confesar su
pecado? ¿Cómo termina David su sufrimiento (vers. 5)?
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Con mentiras y derramamiento de sangre, David cubre su pecado


de adulterio, pero el peso de su culpa lo aplasta. Como muestra el
Salmo 32, David se arroja con humildad y arrepentimiento sobre
la misericordia de Dios. En su clamor por perdón, David hace varias
cosas que son instructivas para los que buscan que Dios los cubra con
el perdón: 1) David no presenta ninguna excusa por su pecado; 2) No
intenta justificarse; 3) No echa la culpa a la ley de Dios por condenarlo;
4) Solo se echa la culpa a sí mismo por su pecado; 5) Genuinamente,
odia el pecado que lo separó de Dios y se aparta de él. Y Dios lo cubre.

David oculta su pecado (Sal. 32:3, 4); Dios lo cubre (vers. 1, 2).
¿Cuál es la diferencia entre que nosotros ocultemos y que Dios nos
cubra? Antes que la justicia de Cristo pueda cubrir nuestro pecado,
¿qué debemos hacer con él?
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Dios no pasa por alto el pecado. Pero el pecado queda cubierto por
Dios, lo que significa que la culpa ya no le es imputada al pecador cuando
se arrepintió. La confesión sola es incompleta sin el arrepentimiento.
Debemos no solo estar tristes por nuestro pecado, sino también
apartarnos de él con el poder de Dios. Dios perdona y cubre toda maldad.
¡Su gracia acepta al pecador arrepentido como si nunca hubiera pecado!
Ese es Jesús, nuestro Sustituto, sobre quien Dios depositó el pecado. De
este modo la justicia de Cristo es imputada al pecador arrepentido.

¿Reconoces ante Dios tu pecado y tus equivocaciones? Si no,


¿estás engañando a Dios o solo a ti mismo? Medita en las im-
plicaciones de tu respuesta.

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Lección 7 Miércoles 11 de mayo
MÁS BLANCO QUE LA NIEVE

En los Salmos penitenciales, el Salmo 32 alude a vestiduras, para


señalar que Dios cubre el pecado; y en el Salmo 51 hay imágenes de ropas
que cubren el pecado. Pero aquí el énfasis está en los agentes para lavar y
blanquear, y en su significado espiritual. Aquí David, metafóricamente,
hace su “lavado de ropa sucia”.

En el Salmo 51:2, David le pide a Dios que lo lave completamente.


¿Qué involucra este lavado? ¿De qué manera las imágenes de
“purifícame con hisopo” y “seré más blanco que la nieve” (vers. 7) nos
ayudan a comprender la naturaleza de esta purificación?
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La palabra que usa David aquí para lavar se utiliza en otras partes
para el lavado de una vestidura (ver Gén. 49:11; Éxo. 19:10). Purifícame
sugiere la idea de hacer expiación por el pecado. El hisopo, una planta,
era nutritivo y un agente sanador. El hisopo tenía una larga historia en
Israel. Se usó en el rito original de la Pascua (Éxo. 12:22), en la limpieza
de un leproso o de una casa (Lev. 14:6, 49) y en la ofrenda de un becerro
rojo para la purificación de personas o de cosas impuras. Moisés usó
hisopo en la ratificación del pacto (Heb. 9:19, 20).
Estos usos muestran que el hisopo era un buen agente limpiador.
David usó el hisopo porque comprendía que solamente el mayor poder
purificador podría limpiarlo de la mancha de su pecado: la sangre
expiatoria de nuestro Salvador.

En Salmo 51:10, David ora pidiendo que Dios cree en él un corazón


limpio. ¿Qué significa tener un “corazón limpio”?
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Dios no solo limpia la iniquidad del corazón; crea en su hijo


perdonado un corazón nuevo. Pablo nos exhorta: “No os conforméis
a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro
entendimiento” (Rom. 12:2) “por el lavamiento de la regeneración y por
la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5, 6). La oración pidiendo
perdón siempre debe estar unida a la oración por la renovación del
corazón y una vida santa. David deseaba ser vestido con una nueva
naturaleza mental y moral. Ora para perseverar en la obediencia y no
ser privado de la conducción del Espíritu Santo.

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Jueves 12 de mayo Lección 7
EN EL SANTUARIO DE SUS ALAS

“Yo habitaré en tu tabernáculo para siempre; estaré seguro bajo la


cubierta de tus alas” (Sal. 61:4).

Algunas águilas tienen grandes alas, bajo las cuales pueden proteger
a sus pichones. La misericordia de Dios, como las alas del águila, abriga
a quienes abandonan sus pecados, no importa cuán profundamente
hayan caído. Nuestro pecado puede ser borrado, pero las consecuencias
del pecado a menudo no pueden ser eliminadas. David experimentó la
realidad de esta verdad, con la muerte de tres de sus hijos y la violación
de su hija Tamar por su medio hermano, Amnón.

¿Qué buscó David a la sombra de las alas de Dios? ¿De qué nos
ofrecen cubrirnos? Sal. 17:8; 36:7; 57:1.
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Bajo las alas de Dios se encuentran la misericordia, la longanimidad y


un abrigo. Las águilas amplifican esta verdad en una forma espectacular:
un águila padre enseña a un aguilucho a volar llevándolo sobre la espalda
hasta una gran altura. Luego inclina sus alas, y el aguilucho comienza a
caer hacia la tierra, moviendo sus alas y dando volteretas. Antes de que
el aguilucho llegue al suelo, el águila padre se pone debajo del aguilucho
y lo toma sobre sus alas, llevándolo de nuevo al nido. No importa cuánto
caigamos, Dios vuela más rápido que nuestra caída. Él usa nuestra caída
para enseñarnos a volar. Como David, si nos arrepentimos, estaremos más
cerca de Dios después de que él nos tome que antes de caer.
Tal vez este conocimiento del vuelo de las águilas haya inspirado a
David acerca de las alas protectoras de Dios en el Salmo 61. Es probable
que lo haya compuesto en el exilio, cuando Absalón usurpó el trono.
Declara confianza en la misericordia protectora de Dios, refiriéndose tal
vez al Propiciatorio, en el Santuario. Aquí estaba el Arca del Pacto de
Dios con su pueblo, con sus querubines protectores, cuyas alas extendidas
protegen la Ley, la transcripción del carácter del Dios de amor. David
pudo haber estado expresando el deseo de morar, por fe, con Dios en su
Santuario; su alma vestida con la luz transformadora de ese amor.

Tal vez ahora, aunque hayas dedicado tu vida de nuevo a


Dios, estás sufriendo las consecuencias del pecado: separa-
ción, malestares físicos, dolor emocional. ¿Qué esperanza de
sanidad ofrece el abrigo de las alas de Dios?

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Lección 7 Viernes 13 de mayo
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “El pecado de David y su
arrepentimiento”, Patriarcas y profetas, pp. 775-786; “Biografías
bíblicas”, La educación, p. 157.

“El arrepentimiento de David fue sincero y profundo. No hizo


ningún esfuerzo para aminorar su crimen. Lo que inspiró su oración no
fue el deseo de escapar de los castigos con que se lo amenazaba. Pero
vio la enormidad de su transgresión contra Dios; vio la depravación de
su alma, y aborreció su pecado. No oró pidiendo perdón solamente, sino
también pidiendo pureza de corazón. David no abandonó la lucha en su
desesperación. Vio la evidencia de su perdón y aceptación en la promesa
hecha por Dios a los pecadores arrepentidos. [...] Aunque David había
caído, el Señor lo levantó.
“Quienquiera que bajo la reprensión de Dios humille su alma con
la confesión y el arrepentimiento, tal como lo hizo David, puede estar
seguro de que hay esperanza para él. Quienquiera que acepte por la
fe las promesas de Dios hallará perdón. Jamás rechazará el Señor a un
alma verdaderamente arrepentida. Él ha dado esta promesa: ‘Echen
mano [...] de mi fortaleza, y hagan paz conmigo. ¡Sí, que hagan paz
conmigo’ (Isa. 27:5, VM). ‘Deje el impío su camino, y el hombre inicuo
sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia,
y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar’ ” (Isa. 55:7) (PP
785,786). (La cursiva es de la autora.)

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Como clase, analicen la inutilidad de cubiertas de nuestro propio
diseño, comparadas con lo que Jesús nos provee gustosamente. ¿Qué
nos provee, y por qué es la única cubierta para el pecado que puede
sanar y salvar?
2. Trata de escribir un salmo acerca de la misericordia y el amor
de Dios. Como David, escribe desde tu propia experiencia personal.
Llévalo a la clase y comparte lo que has escrito.
3. Los anuncios de detergentes con agentes blanqueadores para lavar
ropa prometen blanquear y suavizar la ropa. Eliminar una mancha sin
suavizarla podría ser demasiado severo para la tela. Suavizar una tela sin
ocuparse de la mancha la deja sucia. ¿Por qué, entonces, necesitamos
tanto el poder blanqueador de la justicia de Dios como el poder
suavizante de su misericordia, para limpiar la vestimenta del alma?
4. El pecado perdonado puede hacernos sentir mal, pero no debemos
olvidar que está perdonado. ¿Cómo podemos aprender que vivir con las
consecuencias de nuestro pecado no significa que nuestro pecado no ha
sido perdonado?

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Lección 8 Para el 21 de mayo de 2011

Vestidur as de gala

Sábado 14 de mayo

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Isaías 1-5; 6:1-8; 51:6-


8, 61; Lucas 4:16-20.

PARA MEMORIZAR:
“En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi
Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me rodeó de
manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia adorna-
da con sus joyas” (Isa. 61:10).

VIVIENDO DURANTE LOS REINADOS DE UZÍAS, JOTAM,


ACAZ Y EZEQUÍAS, Isaías predicó durante más de cuatro décadas,
en las que produjo algunos de los textos más ricos de la Biblia. Escrito
durante un tiempo de agitación política, moral, militar y económica,
el libro de Isaías está saturado, no solo con advertencias de lobreguez y
condenación sobre los que no se arrepientan, sino también con temas de
la salvación, la liberación y la esperanza que se encuentran en “Jehová,
Redentor tuyo, el Santo de Israel”, el que dice: “Yo soy Jehová Dios tuyo,
que te enseña provechosamente, que te encamina por el camino que
debes seguir” (Isa. 48:17).
Isaías animó a la gente a ponerse las gloriosas vestiduras de justicia y a
aceptar la salvación de Dios. Las ilustraciones que describen vestiduras,
cubiertas y sacos de cilicio enseñan grandes verdades espirituales a través
de las edades. Para ellos y para nosotros, la pregunta es: ¿Reclamamos
esas vestiduras para nosotros mismos o continuamos en la vergüenza de
nuestra propia contaminación y desnudez?

54
Lección 8 Domingo 15 de mayo
NO TRAIGAN MÁS SACRIFICIOS INÚTILES

“Aquel día quitará el Señor el atavío del calzado, las redecillas,


las lunetas, los collares, los pendientes y los brazaletes, las cofias, los
atavíos de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y los
zarcillos, los anillos, y los joyeles de las narices, las ropas de gala, los
mantoncillos, los velos, las bolsas, los espejos, el lino fino, las gasas y los
tocados” (Isa. 3:18-23).

Los capítulos iniciales de Isaías presentan un cuadro más bien


sombrío de la condición espiritual del Reino del Sur. Con el tiempo,
los descendientes de quienes habían presenciado los increíbles milagros
del Éxodo habían caído en la complacencia, y ¡peor aún! Sin duda, la
mayoría de ellos creía que todas esas cosas maravillosas habían sucedido,
pero la pregunta que podrían haberse hecho es: ¿Y qué? ¿Qué tiene que
ver eso con nosotros hoy? ¿Por qué lo que sucedió a nuestros antepasados
hace mucho es relevante para nosotros en la actualidad?

Repasa someramente los cinco primeros capítulos de Isaías. ¿Cuáles


eran algunas de las cosas que hacía la gente, o las actitudes que tenía, que
provocaban una advertencia tan severa sobre ellas? ¿Qué similitudes
puedes encontrar con nuestra iglesia hoy?
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Nota lo que se encuentra en el primer capítulo, donde el Señor


desprecia todas sus observancias y sus prácticas religiosas. En otras
palabras, estas eran personas que profesaban servir al Señor y que
cumplían las formas de la adoración. Pero ¿qué dice el Señor acerca de
ellas y de su adoración? (Ver Isa. 1:11-15.)
Como siempre, el Señor está lleno de gracia; y está buscando salvar a
todos los que pueda. La cruz es toda la prueba que alguna vez tendremos
acerca de cuánto quiere Dios que tengamos salvación. Así, aun en estos
capítulos iniciales, vemos a Dios llamando a su pueblo, ofreciéndole un
camino para evitar el desastre.

¿Cómo adoras al Señor? ¿En qué estás pensando cuando


lo haces? ¿Cuánto es show, y cuánto es sumisión, alabanza y
arrepentimiento profundamente sentidos, y cómo puedes
conocer la diferencia?

55
Lunes 16 de mayo Lección 8
LABIOS INMUNDOS

En el contexto del triste cuadro presentado en la sección de ayer,


el profeta Isaías recibió su llamado. Sucedió por el año 739 a.C., el
año en que murió el rey Uzías de Israel. Uzías comenzó bien, pero
finalmente cayó en la apostasía (2 Crón. 26) y sufrió un final terrible.
En ese momento, Isaías comenzó su ministerio pero no antes de tener
una poderosa visión de Dios.

Lee Isaías 6:1 al 8. ¿Qué clase de reacción tuvo Isaías? ¿Por qué es
tan importante, especialmente para nuestra comprensión del plan de
salvación?
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“¡Ay de mí! Que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios,
y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos” (Isa. 6:5).
Nota, la respuesta de Isaías no fue acerca del poder y la majestad
de Dios en contraste con su propia debilidad; ni fue acerca de la
eternidad de Dios en contraste con su propia temporalidad. En cambio,
la respuesta trató con la moralidad. Isaías, viendo esta visión de Dios,
viendo las “orlas de su manto” (Isa. 6:1, NVI) que llenaban el templo,
fue abrumado por el contraste entre la santidad de Dios y su propia
condición pecaminosa. En ese momento, se dio cuenta de que su gran
problema era moral, y que su naturaleza caída y su corrupción podían
ser su ruina. Además, ¿cómo podría él, “hombre inmundo de labios”
hablar en nombre de Jehová de los ejércitos?

¿Cuál fue la solución a este problema? (vers. 6, 7).


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El acto simbólico de tocar sus labios con un carbón encendido


revela la realidad de la conversión de Isaías. Ahora sus pecados estaban
perdonados; tenía una vida nueva en el Señor, y el fruto de esa conversión
se vio en el versículo 8, cuando clamó: “Heme aquí, envíame a mí”.
Sabiendo que su pecado había sido purificado, ahora avanzaba por fe,
confiando en la justicia y la santidad del Dios revelado a él en esa visión.

La culpa de Isaías fue quitada; su pecado, expiado. Era “nacido


de nuevo”, y el fruto inmediato fue su disposición de responder
al llamado: “¿A quién enviaré?” Pregúntate ahora: ¿Qué clase
de fruto se manifiesta en tu vida después de tu conversión?

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Lección 8 Martes 17 de mayo
VESTIDOS QUE NO PERMANECEN

Como ya vimos, Isaías pasó mucho tiempo advirtiendo acerca de


juicios, pero entrelazó esas advertencias con promesas animadoras de
Dios. Después de explicar la devastación de la tierra que haría Dios, Isaías
habló a quienes en Israel habían esperado sinceramente el cumplimiento
de todas las promesas, pero que habían olvidado las circunstancias en las
que el Señor había dirigido a su pueblo a través de momentos difíciles.

Lee Isaías 51:6 al 8. ¿Qué mensaje está dando Dios al pueblo? ¿Qué
contraste se presenta? Y también ¿qué esperanza?
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¿Quién no ha visto cuán fácil y rápidamente la vestimenta puede


dañarse o gastarse? No se necesita mucho para arruinar el traje más rico y
fino. Qué comparación adecuada para este mundo y la gente que está en
él. Cuán rápidamente estamos aquí, cuán rápidamente desaparecemos.
Santiago, en el Nuevo Testamento, compara nuestra existencia con
un “vapor” o una “neblina” (Sant. 4:14). Podemos enojarnos todo lo
que queramos, pero más temprano o más tarde, como una vestidura,
desapareceremos.
Y, no obstante, observa de qué otra cosa habla Isaías allí: de la salvación
de Dios, la justicia de Dios, el vestido de la justicia de Cristo, que solo
trae la salvación, una salvación que dura para siempre. El Señor, aquí, nos
señala las únicas dos opciones que afrontan los humanos: la disolución y la
muerte eterna, o la vida eterna en una tierra nueva, que no se “envejecerá
como ropa de vestir” (vers. 6) sino que permanecerá para siempre.
Desde Adán y Eva, en el Edén, hasta el día de la venida de Cristo, estos
fueron y siguen siendo los dos destinos finales de toda la humanidad.
Son mutuamente excluyentes; es decir, es lo uno o lo otro. Cuál de ellas
tendremos, solo nosotros, como individuos, podemos decidirlo.

Lee Isaías 51:7, palabras dirigidas a quienes saben lo que es


recto, que tienen la ley de Dios en su corazón. ¿Qué debería
significar eso para nosotros hoy? ¿De qué modo el tener la ley
en nuestros corazones nos ayuda a saber lo que es recto? ¿Es
suficiente saber lo que es recto para llevarnos a hacer lo rec-
to, o se necesita algo más? Si es así, ¿qué es eso?

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Miércoles 18 de mayo Lección 8
VESTIDOS DE GALA

Al leer el Antiguo Testamento, es fácil ser atrapado por las


advertencias de castigos. Los críticos de la Biblia destacan estas cosas y
afirman: “¿Quién desearía adorar o amar a un Dios así?”
Esto es leer en forma selectiva. Pero Dios, en medio de las
advertencias, ofrece también una salida del castigo. La rebelión y la
desobediencia producen frutos de destrucción. Pero Dios anuncia a su
pueblo que eso no necesita ser así: la salvación, la justicia y la seguridad
están disponibles, si las reclamamos en el nombre del Señor.

Lee Isaías 52. ¿Cuál es el mensaje aquí y qué esperanza se ofrece?


En ese contexto, ¿cuál es el significado de “tu ropa hermosa” (“vestidos
de gala”, NVI) que la gente debe vestir?
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Otra vez Dios llama a su pueblo a que regrese al arrepentimiento, a


la obediencia y a la salvación. “Tus vestidos de gala” son las vestiduras de
justicia, la cubierta que tienen todos cuantos se han entregado a Dios, y
que viven por fe y en obediencia a sus mandamientos. Desde el Edén en
adelante, todo lo que Dios ha pedido a su pueblo es que viva, por fe, en
obediencia a él.
Lo que fascina en Isaías 52 es cómo termina y lo que viene después.
No es coincidencia que, después de llamar al pueblo a ponerse “su ropa
hermosa”, Isaías comience la mayor descripción profética del Antiguo
Testamento de la muerte sustitutiva de Jesús, el acto mismo que pone
a disposición, de todos los que lo deseen: esos “vestidos de gala”, o “ropa
hermosa”. Solo por medio de la vida y la muerte de Cristo, y de todo lo
que eso involucra, puede la humanidad ser salva de la ruina que trajo el
pecado.
También es interesante que, en Isaías 52:3, se aluda al don de la
salvación como algo que no podemos ganar o comprar. “Porque así
dice Jehová: De balde fuisteis vendidos; por tanto, sin dinero seréis
rescatados”. Cuán cierto es: nos vendemos por nada, por cosas de este
mundo, un mundo que perecerá como un vestido. Y esto nos crea un
dilema, porque es una situación en la que no podemos comprar nuestra
salida, o salir de ella por nosotros mismos. Es solo por la gracia de Dios
que somos salvos, una gracia revelada por medio del increíble sacrificio
hecho por nosotros en la cruz.

58
Lección 8 Jueves 19 de mayo
VESTIDOS DE SALVACIÓN

Algunos de los textos más famosos en toda la Biblia aparecen en


Lucas 4:16 al 20, cuando Jesús se levantó en la sinagoga de su pueblo
natal y leyó del libro de Isaías, el capítulo 61. Luego, para gran asombro
de los oyentes, declaró: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de
vosotros” (Luc. 4:21).

Lee todo Isaías 61. ¿Cuál es el tema del capítulo? ¿Cómo se


presenta el evangelio aquí? ¿Qué temas presentados aquí son escogidos
y explicados en el Nuevo Testamento? Ver, por ejemplo, el versículo 6.
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Estos versículos son muy ricos, llenos de toda suerte de imágenes del
Antiguo Testamento que llegan al Nuevo. El centro de nuestro interés
es el versículo 10: “En gran manera me gozaré en Jehová, mi alma se
alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de salvación, me
rodeó de manto de justicia, como a novio me atavió, y como a novia
adornada con sus joyas”.
“La provisión hecha es completa y la justicia eterna de Cristo
es acreditada a cada alma creyente. El manto costoso e inmaculado,
tejido en el telar del cielo, ha sido provisto para el pecador arrepentido
y creyente, y él puede decir: ‘En gran manera me gozaré en Jehová,
mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con vestiduras de
salvación, me rodeó de manto de justicia’” (MS 1: 461).
El verbo traducido “me atavió” viene de una palabra hebrea que
significa “hacer la obra de un sacerdote”, una profecía de la comprensión
del Nuevo Pacto de todo el pueblo de Dios, los que están vestidos con
las vestiduras de salvación y que actúan como “sacerdotes”. Actúan, no
como mediadores, como hacían los sacerdotes del Antiguo Testamento
o Jesús, sino más bien en el sentido de testificar a otros acerca de la
misericordia, la gracia y la salvación de Dios.

Repasa Isaías 61 otra vez. ¿Qué promesas puedes obtener


de esos versículos para ti mismo? ¿Cómo puedes aplicar esas
promesas a tu vida; es decir, qué prácticas en tu vida debes
cambiar a fin de que estas promesas se cumplan en ti y para
ti?

59
Viernes 20 de mayo Lección 8
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “La rehabilitación del hombre”,
Palabras de vida del gran Maestro, pp. 162, 165; “Instruidos en la ley de
Dios”, Profetas y reyes, pp. 492, 493; “El Calvario”, El Deseado de todas
las gentes, p. 702; “Una obra de reforma”, El conflicto de los siglos, p. 513.

“La vestidura blanca es la pureza de carácter, la justicia de Cristo


impartida al pecador. Es, a la verdad, una vestidura de tejido celestial,
que puede comprarse únicamente de Cristo, para una vida de obediencia
voluntaria” (JT 1:479).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Medita más en el tema que se encuentra en los primeros capítulos
de Isaías con respecto a la adoración, aun las formas verdaderas de
adoración que son inaceptables para Dios. ¿Qué clases de adoración se
ofrecen hoy, y aun las ofrecemos nosotros, que podrían ser inaceptables
para Dios? El problema ¿es de la adoración misma o es otra cosa, como
lo que hacen los adoradores cuando no están adorando? Analiza.
2. Isaías 61:3 dice: “A ordenar que a los afligidos de Sion se les dé
gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría
en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia,
plantío de Jehová, para gloria suya”. ¿Qué significa esto? ¿Cómo
podemos experimentar las promesas que se dan aquí?
3. Delmore Schwartz escribió un cuento breve acerca de una
nevada en la ciudad de Nueva York, que había creado, milagrosamente,
hermosas estatuas por toda la ciudad. La gente estaba asombrada. Toda
la ciudad estaba paralizada. Su personaje principal estaba especialmente
emocionado, y hasta abandonó el trabajo a fin de poder tener tiempo para
mirar fijamente las estatuas, que parecían haberle dado un significado
y propósito a la vida que no obtuvo de ninguna otra cosa. Entonces, de
acuerdo con el cuento, cayó una lluvia inacabable y miserable, y todas
las estatuas desaparecieron de la noche a la mañana. Se habían ido,
y las cosas volvieron a donde habían estado antes de que las estatuas
aparecieran. Al terminar el cuento, el personaje principal cayó o saltó
frente a un tren, y murió. El punto era que al poner las esperanzas en
cosas de este mundo estamos destinados al chasco o al fracaso, porque
la tierra se gasta como “una vestidura”. ¿Cuáles han sido tus propias
experiencias con las cosas de este mundo, que fácilmente chasquean, y
qué aprendiste de esas experiencias?

60
Lección 9 Para el 28 de mayo de 2011

Un tizón arrebatado
del incendio

Sábado 21 de mayo

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Zacarías 1-3; Apocalipsis


12:10; Éxodo 3:2-14; Efesios 2:8-10; Juan 14:15.

PARA MEMORIZAR:
“Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas
de gala” (Zac. 3:4).

AUNQUE ES FÁCIL OLVIDARLO, la gran controversia entre Cristo


y Satanás es la fuerza motivadora detrás de la realidad. Las guerras, los
crímenes, la violencia y todo el hirviente caldero de la tragedia humana
son solo manifestaciones superficiales del conflicto comenzado en el
cielo (Apoc. 12:7), una lucha universal que impacta a todo humano y a
toda la creación (Rom. 8:20-22).
Sin embargo, no debemos olvidar que el gran conflicto no tiene que ver
con el petróleo de Medio Oriente, o con los cambios geopolíticos militares
o económicos. Tiene que ver con la salvación de la raza humana, un alma
por vez. Las naciones y las estructuras de poder vienen y van, los grandes
temas de la historia y las ideologías vienen y van; solo los salvados, los
que están cubiertos con el manto de la justicia de Cristo, permanecerán
para siempre. Satanás no se interesa por el dinero, el poder o la política,
sino por las almas: cómo llevar a la ruina a tantas como pueda. Cristo,
por medio de su muerte, ha hecho posible salvar a todos de esa ruina. La
esencia de la gran controversia es, en el fondo, que las personas elijan la
ruina eterna o la vida eterna. Todo el resto es solo espuma.

61
Domingo 22 de mayo Lección 9
CELOSO POR JERUSALÉN

Lee Zacarías 1 y 2. Aunque puedas no comprender todos los detalles


y los símbolos, ¿cuál es el mensaje que Dios está dando aquí a su pueblo?
¿Cuál es el trasfondo de estos eventos? ¿Qué claros principios bíblicos
se ven en estos capítulos, qué promesas se hacen, qué esperanza se
ofrece al pueblo de Dios, y bajo qué condiciones? ¿Cómo se manifiestan
esos mismos principios entre nosotros hoy, sin tener en cuenta cuán
diferentes son nuestras circunstancias inmediatas en contraste con la
situación descrita en Zacarías?
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Aunque Jerusalén yacía en ruinas por causa de la conquista de los


babilonios setenta años antes, Dios dio esperanza para el futuro de la
ciudad. Zacarías recibió el mensaje de Dios de que no solo el Templo
sería reedificado sino también Jerusalén.
Zacarías comenzó declarando a sus oyentes que Dios se había
enojado “en gran manera” con sus padres. Pero Zacarías inmediatamente
dio ánimo a los que escuchaban, al asegurarles que, si se volvían a Dios
con humildad y arrepentimiento, él se volvería a ellos (Zac. 1:1-3). Las
visiones de Zacarías tenían el propósito de dar fortaleza e inspiración
para continuar la edificación del Templo de Jerusalén, a fin de adorar a
Dios.
Después de la primera visión de Zacarías, relatada en el capítulo 1,
Dios le dio un ánimo increíble al decir: “Celé con gran celo a Jerusalén
y a Sion” (vers. 14).
Y luego esto: “Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo me he vuelto a
Jerusalén con misericordia; en ella será edificada mi casa, dice Jehová de
los ejércitos, y la plomada será tendida sobre Jerusalén” (vers. 16).
El hombre con la plomada describió los planes para la reconstrucción
de la ciudad de Jerusalén y del Templo en tiempos de Zacarías. La
construcción del Templo parecía como una imposibilidad, porque solo
tenía puesto el fundamento.
Justo antes de la visión de Zacarías de las vestiduras viles de Josué,
él recibió un mensaje de promesa para comunicar a los judíos. Está
registrado en Zacarías 2:10 al 13. Dios les dijo: “Canta y alégrate”, y
luego les prometió vivir con ellos. Cuán animador debió haber sido este
mensaje para el pueblo de Dios, que intentaba unirse para adorarlo.

62
Lección 9 Lunes 23 de mayo
EL ACUSADOR Y EL ACUSADO

“Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel
de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle” (Zac.
3:1). ¿Qué verdades importantes, en el contexto del gran conflicto (y
en el contexto de la visión misma) se revelan aquí?
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Unos pocos puntos vitales se presentan sólidamente aquí. Primero,


el acusado es Josué, el sumo sacerdote, que está como un representante
de todo el pueblo de Dios. Descrito en esta visión como un sacerdote
que se enfrenta a Dios, Josué representa a Israel con todas sus faltas,
limitaciones y pecados. No hay dudas: el pueblo no es inocente, no
merece la restauración que Dios le ofrece y que él reclama para sí con fe
y arrepentimiento.
Y Satanás está allí para acusarlos, para alegar contra su
arrepentimiento, y contra su deseo de encontrar la misericordia y la
gracia de Dios. ¿Qué mejor manera de desanimar a la gente, en la
gran controversia, que hacerle pensar que sus pecados son demasiado
grandes para que Dios los perdone? ¡Cuántas almas, a lo largo de la
historia, y aún hoy, han caído presas de este malvado ardid de Satanás!
Esta amenaza tiene tanta fuerza porque no tiene que mentir acerca
de nuestros pecados. Solo tiene que recordarlos y, si no supiéramos
acerca de la gracia de Dios, quedaríamos aplastados con un sentido de
desesperación. Aun sin un acusador que los eche en cara ante Dios,
nuestros pecados son más que suficientes para condenarnos.
El verbo hebreo traducido aquí como “acusar” viene de la misma
palabra que “Satán”; son las mismas tres consonantes hebreas, que
forman la base de ambas palabras. No hay dudas, Satanás es el acusador:
“Oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el
poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha
sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba
delante de nuestro Dios día y noche” (Apoc. 12:10).

Aunque no es bueno meditar en nuestros pecados, a veces


es necesario mirarlos seria y honestamente. ¿Qué cambios
debes hacer en tu vida, y qué promesas bíblicas puedes recla-
mar para que esas promesas sean reales y efectivas? Piensa
en lo que está en juego si permites que el pecado te domine.

63
Martes 24 de mayo Lección 9
EL ÁNGEL DE JEHOVÁ

Hasta aquí, en Zacarías 3, nos hemos concentrado en dos personajes:


Satanás y el sumo sacerdote Josué. Pero hay un tercer personaje, que es
la figura central en la narración: “el ángel de Jehová”.

¿Quién es “el ángel de Jehová”? Ver Éxo. 3:2-14; Zac. 3:1, 2.


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Lo que vemos aquí, en forma gráfica, es un microcosmos del gran


conflicto, una batalla que se pelea por cada alma que ha entregado
su vida en las manos de Jesús con fe y arrepentimiento. Recuerda el
contexto: Israel, severamente castigado, “se humilló delante de Dios,
y se volvió a él con verdadero arrepentimiento” (JT 2:171). Fue en ese
tiempo que se reveló la obra de Satanás como acusador. No se nos dice
qué dijo; pero, según la historia bíblica, y dado lo que sabemos acerca de
la naturaleza humana, probablemente no era un cuadro muy hermoso.

Lee Zacarías 3:1 al 3. ¿Qué nos indica la realidad de las vestiduras


de Josué?
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El hecho de que Josué, como sumo sacerdote, haya sido considerado


como si tuviera vestiduras viles solamente subraya la profundidad
del pecado. Desde los primeros días del pacto entre Dios e Israel, el
sacerdocio como un todo, los levitas, y el sumo sacerdote en particular,
fueron especiales en la nación escogida, llamados por Dios para una
función singular en Israel, una tarea y una función santas (Éxo. 38:21;
Núm. 1:47-53; 3:12). Ellos, de todo Israel, deberían haber tenido,
simbólicamente, las vestiduras más limpias.
El resto del capítulo deja bien en claro que, a pesar de su pasado y de
sus falencias, “el ángel de Jehová” estaba allí para defenderlos contra las
acusaciones de Satanás, sin tomar en cuenta cuán ciertas o falsas fueran
esas acusaciones. “El ángel de Jehová”, Jesús, está allí para salvar y redimir.
Esto es, sin excepción, la verdad más importante de toda la Escritura.

¡Cuán vital es que nunca olvidemos, sin importar nuestra


indignidad, la función del “ángel de Jehová” en nuestro favor!
¿Cómo podemos recordar esta verdad en todo momento, y
no engañarnos a nosotros mismos llegando a falsas conclusio-
nes? ¿Cuáles podrían ser algunas de esas falsas conclusiones?
Prepárate para analizar tu respuesta en clase el sábado.
64
Lección 9 Miércoles 25 de mayo
CAMBIO DE VESTIMENTA

Lee con cuidado y oración todo el capítulo 3 de Zacarías; observa los


pasos del proceso. El pueblo de Dios, aunque es pecador, se salva. ¿Qué
puedes aprender acerca del plan de salvación por medio de esta visión?
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En los versículos 3 al 5, antes de poner ropas nuevas sobre Josué, se le


quitan las vestiduras viejas y viles. El texto indica que Dios ha “quitado
de ti tu pecado” (vers. 4). Sin embargo, ¿qué significa eso en la vida de la
persona redimida? ¿Estaba Josué sin pecado, perfecto de corazón, alma
y mente, para nunca caer o pecar otra vez? ¿Era ese el estado que debía
alcanzar Josué antes de que se pusieran sobre él las vestiduras nuevas?
Si es así, ¿qué esperanza tendría cualquiera de nosotros?
En cambio, lo que significa es que la culpa y la condenación que le
correspondían habían sido quitadas. Hablando de Josué aquí, Elena de
White declaró: “Sus propios pecados y los de su pueblo fueron perdonados.
Israel había de ser revestido con ‘ropas de gala’, la justicia de Cristo que
le era imputada. La mitra, puesta sobre la cabeza de Josué, era como
la que llevaban los sacerdotes, con la inscripción ‘Santidad a Jehová’, lo
cual significaba que, a pesar de sus antiguas transgresiones, estaba ahora
capacitado para servir delante de Dios en su Santuario” (JT 2:172).

¿Qué le dice “el ángel de Jehová” a Josué en el versículo 7 después


del cambio de vestimenta, y por qué es tan importante esa orden?
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Solo después de que se le dio esa ropa especial, Josué recibió la


amonestación de obedecer al Señor y de andar en sus caminos. Eso no
debe ser pasado por alto: la justicia de Cristo le fue otorgada por fe,
le fue acreditada aparte de andar en “mis caminos” o de guardar “mi
ordenanza”. Estos mandamientos vinieron después porque, si hubieran
venido antes, habrían sido inútiles. Aparte de ser cubierto con esa “ropa
de gala” (Zac. 3:4), todos sus esfuerzos lo hubieran dejado solo con las
mismas vestiduras viles con que había comenzado.

65
Jueves 26 de mayo Lección 9
“UNA INTERCESIÓN EFICAZ”

Hay muchos cristianos que no han experimentado el manto de la


justicia y no comprenden su potencial. Sin embargo, esta experiencia es
vital para quien desee tener paz y gozo en su relación con su Señor.
Muy a menudo somos motivados para hacer el bien a fin de que
“podamos ser salvos”. El mensaje aquí, en Zacarías, debería mostrarnos
que no es así como puede operar. Otra vez, Elena de White dice lo
siguiente acerca de lo que pasaba en la visión:
“Pero, aunque debemos comprender nuestra condición pecaminosa,
debemos fiar en Cristo como nuestra justicia, nuestra santificación y
redención. No podemos contestar las acusaciones de Satanás contra
nosotros. Solo Cristo puede presentar una intercesión eficaz en nuestro
favor. Él puede hacer callar al acusador con argumentos que no están
basados en nuestros méritos, sino en los suyos” (JT 2:174, 175).
Esa última oración debería quedar grabada en el corazón del pueblo
de Dios, una verdad que debemos conocer y experimentar, aprendiendo
a depender, momento tras momento, no de nuestras buenas obras, sino
solo de los méritos de Cristo. O, para ponerlo en las palabras de David:
“Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto
su pecado” (Sal. 32:1).

Recordando lo que hemos visto en Zacarías 3, lee Efesios 2:8 al 10;


Juan 14:15; y Romanos 6:1 al 4. ¿De qué modo estos versículos nos
ayudan a comprender todo lo que está involucrado en lo que hemos
visto en Zacarías acerca de lo que significa vestir “ropas de gala”?
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Ahora que Josué estaba cubierto con la ropa de santidad, su vida debía
reflejar esa santidad. Debemos ejercer todo el poder dado por Dios, que
se ofrece al alma, para tener la victoria sobre el pecado. Ningún pecado
debería ser tolerado o excusado en nuestras vidas, ya que hay tantas
promesas de victoria para aquel que se ha entregado a Cristo. La vida
de Cristo demostró que podemos vivir en obediencia a la ley de Dios.
Cuando pecamos, estamos eligiendo pecar. Cuán importante es que
siempre pensemos seriamente en las implicaciones de nuestra elección.

¿Cuáles son los pecados con los que luchas tú, especialmen-
te? ¿Qué promesas puedes reclamar, que te fueron prometidas
por Cristo, a fin de que puedas tener la victoria sobre ellos?

66
Lección 9 Viernes 27 de mayo
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “Comentarios de Elena G. de
White”, Comentario bíblico adventista, t. 4, pp. 1.199, 1.200; “Josué y
el ángel”, Profetas y reyes, pp. 427-435; “La fuente del poder vencedor”,
Palabras de vida del gran Maestro, pp. 133, 134; “Josué y el ángel”, Joyas
de los testimonios, t. 2, pp. 170-179.

“Cuando Satanás trata de cubrir al pueblo de Dios con negrura y


arruinarlo, Cristo se interpone. Aunque ha pecado, Cristo ha tomado
la culpabilidad de su pecado sobre su propia alma. Ha arrebatado a la
especie humana como tizón del fuego. Por su naturaleza humana, está
unido al hombre, mientras que por su naturaleza divina es uno con el
Dios infinito. La ayuda está puesta al alcance de las almas que perecen.
El adversario queda reprendido. [...]
“No obstante los defectos del pueblo de Dios, Cristo no se aparta de
los objetos de su cuidado. Tiene poder para cambiar sus vestiduras. Saca
sus ropas contaminadas y pone, sobre los que se arrepienten y creen, su
propio manto de justicia, y escribe ‘Perdonado’ frente a sus nombres en
los registros del cielo” (PVGM 133).
“Mientras el pueblo de Dios aflige su alma delante de él, suplicando
pureza de corazón, se da la orden: ‘Quitadle esas vestimentas viles’ y se
pronuncian las alentadoras palabras: ‘Mira que he hecho pasar tu pecado
de ti, y te he hecho vestir de ropas de gala’ (Zaca. 3:4). Se pone sobre los
tentados y probados, pero fieles, hijos de Dios el manto sin mancha de la
justicia de Cristo. El remanente despreciado queda vestido de gloriosos
atavíos, que nunca han de ser ya contaminados por las corrupciones del
mundo” (PR 434).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Como clase, repasen las respuestas que dieron a las preguntas
finales de la sección del martes.
2. Medita más sobre el hecho de que fue solo después del cambio de
vestiduras que Josué recibió la orden de obedecer. ¿Por qué eso es tan
importante para que lo recordemos? ¿Qué nos indica esto sobre en qué
está basada nuestra salvación, a diferencia de cuáles son los resultados
de la salvación?
3. Piensa en las buenas noticias de que, sin tomar en cuenta cuán
contaminadas estén nuestras vestiduras, se nos puede dar una vestidura
nueva. ¿Qué debería significar esto en tu propia vida, en tus actitudes,
en tu manera de mirar el mundo y a otros, sabiendo que se te ha otorgado
esta ropa completamente nueva, que revela la vida nueva que se te ofrece
en Cristo?

67
Lección 10 Para el 4 de junio de 2011

L a ropa nueva del hijo pródigo

Sábado 28 de mayo

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Génesis 4:1-8; 25:25-


34; Lucas 15:4-32; Juan 11:9, 10; Romanos 5:12-20.

PARA MEMORIZAR:
“Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu her-
mano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado” (Luc.
15:32).

SOMERSET MAUGHAM ESCRIBIÓ UN CUENTO corto llamado


“Lluvia”, acerca de un misionero en los Mares del Sur que “convirtió” a
una prostituta al evangelio. Se entregó de todo corazón para convertirla,
aunque a veces sus métodos parecían severos y no perdonadores. Él
insistía en que ella regresara a los Estados Unidos (de donde ella huía),
para completar una sentencia en prisión, a pesar de las desesperadas
súplicas de ella para evitar la tortura y la ignominia que la esperaban en
la cárcel. El misionero insistía en que completar su período en prisión era
una parte del proceso de arrepentimiento que ella necesitaba atravesar,
y que por ello debía regresar.
La historia terminó inesperadamente. El misionero se mató; su
cuerpo mutilado fue encontrado en la playa. ¿Qué había ocurrido?
Aparentemente, después de tanto tiempo con la prostituta, cayó en
pecado con ella e, incapaz de perdonarse, se suicidó.
Lo que esos personajes necesitaban era lo que todos necesitamos
como pecadores: una experiencia personal de la gracia y la seguridad
que Jesús reveló en la parábola del hijo pródigo.

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Lección 10 Domingo 29 de mayo
LOS MISMOS PADRES, LA MISMA COMIDA

“Un hombre tenía dos hijos” (Luc. 15:11). En esta parábola, los dos
hijos, nacidos del mismo padre, representan dos rasgos de carácter.
El hijo mayor, aparentemente, demostraba lealtad, perseverancia y
laboriosidad. El menor, sin duda, no estaba dispuesto a trabajar, ni a
rendir cuentas, ni a tomar parte en las responsabilidades. Ambos tenían
la misma herencia. Ambos, probablemente, recibieron idénticos amor y
dedicación del mismo padre. Un hijo parecía fiel; el otro, irrespetuoso.
¿Qué produjo la diferencia?

¿Qué otras historias te hace recordar esta parábola? Gén. 4:1-8;


25:25-34.
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Es un fenómeno extraño, que se ve todo el tiempo: dos (o más) hermanos


de los mismos padres, que vivieron en el mismo hogar, que recibieron
las mismas enseñanzas, el mismo amor, y aun la misma alimentación, y
uno llega a ser espiritual, fiel y decidido a servir a Dios, mientras que el
otro, por la razón que fuere, va en la dirección opuesta. Por difícil que sea
comprenderlo, nos muestra la poderosa realidad del libre albedrío. Alguno
puede ver algo importante en el hecho de que fue el menor de los dos
hermanos el que se rebeló, pero ¿quién sabe la razón de su rebelión?

Lee Lucas 15:12. ¿Qué lección podemos aprender de cómo


reaccionó el padre al pedido del hijo? ¿Qué nos dice eso acerca de
cómo se relaciona Dios con nosotros?
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El texto no dice qué clase de diálogo hubo entre el padre y el hijo, o


si el padre lo reconvino solicitándole que reconsiderara su pedido, que
no fuera apresurado, pidiéndole que pensara lo que estaba por hacer.
Lo más probable es que lo haya hecho; pero, al fin, le dio al hijo la
parte de los bienes que le correspondía, y él se fue. A través de toda la
Biblia, podemos ver este mismo principio: Dios permite que los seres
humanos ejerzan la libertad de tomar sus propias decisiones, que sigan
sus caminos, que vivan como desean. Por supuesto, como sabemos muy
bien, nuestras elecciones producen consecuencias, consecuencias que no
siempre podemos imaginar o prever.

¿Cuáles han sido los resultados de algunas de tus propias


elecciones libres últimamente? No es fácil volver atrás el re-

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Lunes 30 de mayo Lección 10
loj, ¿verdad?
EXTENDIÓ SUS ALAS

Imagínate al padre mientras veía a su arrogante hijo juntar las cosas,


listo para dejar el hogar. Tal vez le preguntó al hijo hacia dónde se dirigía,
cuáles eran sus sueños para el futuro. Quién sabe qué respuestas dio el
hijo. Tal vez no fueron muy animadoras para el padre. El hijo, entretanto,
probablemente pensaba en los buenos tiempos que lo esperaban.
Era joven, aventurero, tenía dinero y un mundo que ver. La vida en la
chacra familiar probablemente parecía monótona en contraste con todo
lo que el mundo le ofrecía.

Lee Lucas 15:13 al 19. ¿Qué clase de arrepentimiento vemos aquí?


¿Parece un arrepentimiento verdadero; es decir, tristeza por lo que
había hecho, o estaba triste solo por las consecuencias de lo que había
hecho? ¿Qué indicios hay, en el texto, que podrían darte una respuesta?
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Es difícil saber cómo podría haberse desarrollado la historia si las cosas


le hubieran ido bien al pródigo. ¿Qué hubiera sucedido si encontraba
maneras de conseguir que el dinero continuara fluyendo, para continuar
con los buenos tiempos? No es probable, al menos por lo que vemos
aquí, que él hubiera vuelto “sobre sus rodillas”. ¿Quién entre nosotros,
a veces, no estuvo realmente triste, no tanto por nuestros pecados sino
por las consecuencias de ellos, especialmente cuando nos descubrieron?
Aun el pagano más empedernido estaría triste por cometer adulterio
si, en el proceso, se contagiara de herpes, gonorrea u otra enfermedad
transmitida sexualmente.
No hay duda de que las tristes circunstancias en las que se encontró le
produjeron un cambio de actitud que no hubiera ocurrido de otro modo.
Los textos muestran un sentido de verdadera humildad y comprensión
de que pecó tanto contra su padre como contra Dios. El discurso que
preparó en su corazón muestra la sinceridad de su arrepentimiento.

A veces despertamos a la realidad de nuestros pecados so-


lamente después de que el sufrimiento nos llega por nuestras
acciones, y realmente nos arrepentimos de ellos, no solo por
los resultados. ¿Qué sucede contigo y con las situaciones que
afrontas cada día? ¿Por qué no elegir evitar el pecado, y aho-
rrarte toda la tristeza y el arrepentimiento que luego siguen?

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Lección 10 Martes 31 de mayo
PUEDES VOLVER A CASA

En la primera parte del siglo XX, el novelista Thomas Wolfe escribió


un clásico literario, You Can’t Go Home Again [No puedes volver a casa],
acerca de un hombre que abandona sus humildes orígenes familiares en
el sur de los Estados Unidos y va a Nueva York, se hace conocido como
escritor, y luego procura regresar a sus raíces familiares. No le resultó
fácil; de allí el título del libro.

En la historia del hijo pródigo, ¿quién es el que hace el largo viaje


para reunirse con su padre? Contrasta eso con, por ejemplo, la parábola
de la oveja perdida y la moneda perdida (Luc. 15:4-10). ¿Cuál podría
ser la diferencia importante aquí?
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En las otras dos parábolas, los objetos perdidos no sabían que estaban
perdidos (es el caso de la moneda), y no podían volver aunque hubieran
querido. En el caso del pródigo, él se alejó de la “verdad”, y solo después
de que estuvo en la oscuridad (ver Juan 11:9, 10) se dio cuenta de cuán
perdido estaba. A lo largo de toda la historia de la salvación, Dios tuvo
que tratar con los que, teniendo luz, intencionalmente se alejaron de
ella y fueron por su propio camino. La buena noticia, en esta parábola,
es que aun a aquellos que le dan la espalda a Dios, incluso después de
saber de su amor y bondad, Dios todavía está dispuesto a restaurarlos a
la posición que una vez tuvieron en su familia del pacto. Aun cuando el
joven eligió irse por su libre voluntad, por su propia libre voluntad eligió
volver. Lo mismo sucede con nosotros.
Lo interesante de estas parábolas es el contexto en el que fueron
relatadas. Lee Lucas 15:1 y 2. Considera las diferentes personas que
escuchaban a Jesús. Qué mensaje poderoso es para todos nosotros el
hecho de que en lugar de darnos advertencias acerca de los eventos
apocalípticos del fin del tiempo o acerca del juicio sobre los no
arrepentidos, Jesús presenta parábolas que muestran el ferviente amor y
cuidado del Padre por todos los perdidos, no importa qué los llevó a esa
situación.

¿Has conocido a personas que se alejaron de Dios? ¿Qué espe-


ranza puedes encontrar, en esta historia, de que no todo está
perdido? ¿Cuán importante es que todos oremos por quienes
no han aprendido la dolorosa lección que el pródigo aprendió?

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Miércoles 1º de junio Lección 10
EL MEJOR VESTIDO

Como vimos, el hijo mismo tomó la decisión de regresar. No hubo


presión de parte del padre. Dios no fuerza a nadie a ser obediente; si
él no forzó a Satanás a ser obediente en el cielo, o a Adán y a Eva a ser
obedientes en el Edén, ¿por qué hacerlo ahora, mucho después de que las
consecuencias de la desobediencia hicieron estragos en la humanidad?
(Rom. 5:12-21).

Lee Lucas 15:20 al 24. ¿De qué modo reaccionó el padre ante la
confesión del hijo? ¿Cuántas penitencias, obras o actos de restitución
demandó del hijo antes de aceptarlo otra vez? ¿Qué mensaje hay allí
para nosotros? Ver también Jeremías 31:17 al 20.
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El hijo hizo una confesión a su padre, pero al leer el texto podemos


tener la impresión de que el padre casi no la oyó. Observen el orden:
el padre corrió al encuentro del hijo, cayó sobre él y lo besó. Claro, la
confesión estaba bien, y probablemente le hizo más bien al hijo que al
padre, peo en ese momento las acciones del hijo hablaban más alto que
sus palabras.
El padre ordenó que trajeran “el mejor vestido” y se lo pusieran al
hijo. La palabra griega traducida “mejor” (de protos) a menudo significa
“primero” o “principal”. El padre le estaba dando lo mejor que tenía.
Piensa en el contexto también: el hijo había estado viviendo en la
pobreza por quién sabe cuánto tiempo. Probablemente no vino vestido
con la mejor ropa. Después de todo, había estado alimentando cerdos
hasta esos días. El contraste, sin duda, entre lo que vestía cuando el padre
lo abrazó (nota, el padre no esperó que se hubiera lavado antes de arrojarse
sobre él) y el manto que le puso no podría haber sido más grande.
Lo que esto muestra es que la restauración, por lo menos entre el
padre y el hijo, fue completa. Si consideramos “el mejor vestido” como
el manto de la justicia de Cristo, entonces todo lo que necesitaba fue
provisto allí mismo. El pródigo se había arrepentido, había confesado y
se había vuelto de sus caminos. El padre proveyó el resto. Ese es un gran
símbolo de la salvación.

Es fascinante que no haya un “Te lo dije” de parte del padre.


No había necesidad de ello. El pecado cosecha su propio sala-
rio. Cuando tratamos con personas que vuelven al Señor des-
pués de apartarse, ¿cómo podemos aprender a no arrojarles
sus pecados en la cara?
72
Lección 10 Jueves 2 de junio
EL MANTO DEL PADRE MISMO

Elena de White añade, a la historia, un detalle interesante en Palabras


de vida del gran Maestro, que no se encuentra en los textos mismos. Al
describir al padre que se acerca al hijo mientras este vuelve al hogar,
escribe: “El padre no había de permitir que ningún ojo despreciativo
se burlara de la miseria y los harapos de su hijo. Saca de sus propios
hombros el amplio y rico manto, y cubre la forma exangüe de su hijo, y
el joven solloza arrepentido, diciendo: ‘Padre, he pecado contra el cielo
y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo’. El padre lo retiene
junto a sí, y lo lleva a la casa. No se le da oportunidad de pedir el lugar
de un siervo. Él es un hijo, que será honrado con lo mejor que dispone la
casa, y a quien los siervos y las siervas habrán de respetar y servir.
“El padre dice a sus siervos: ‘Sacad el principal vestido, y vestidle;
y poned un anillo en su mano, y zapatos en sus pies. Y traed el becerro
grueso, y matadlo, y comamos, y hagamos fiesta: porque este mi hijo
muerto era, y ha revivido; habíase perdido, y es hallado. Y comenzaron
a regocijarse” (p. 160).

¿Qué indicio nos da esta historia acerca del carácter de Dios?


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El Padre quiere cubrir la vergüenza de los errores del hijo. Qué


mensaje para nosotros acerca de aprender a permitir que el pasado
desaparezca, a no insistir en los errores pasados de otros o nuestros.
Como Pablo, necesitamos olvidar lo que es pasado y seguir adelante (Fil.
3:13, 14).

Lee Lucas 15:24. ¿Qué quiere decir el padre cuando declara que
el hijo estaba muerto y ha revivido? ¿Cómo hemos de entender esas
palabras?
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Al fin, no hay término medio en los temas de la salvación. Cuando la


gran controversia haya terminado (Apoc. 21:5), todos los seres humanos
estarán vivos para siempre o muertos por la eternidad. No hay nada
entre esas dos situaciones.
Ciertamente esto es algo para pensar mientras hacemos nuestras
decisiones diarias, tanto buenas como malas, como lo hizo el hijo pródigo.

73
Viernes 3 de junio Lección 10
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “La rehabilitación del hombre”,
“Cómo se decide nuestro destino”, Palabras de vida del gran Maestro, pp.
156-166, 204; “El último viaje desde Galilea”, El Deseado de todas las
gentes, pp. 457-459; “Parábolas de los perdidos”, Joyas de los testimonios,
t. 1, pp. 304-309.

“Notemos cuán tierno y misericordioso es el Señor en su trato con


sus criaturas. Él ama a su hijo errante, y le ruega que vuelva a él. El
brazo del Padre está puesto en derredor de su hijo arrepentido; las ropas
del Padre cubren sus andrajos; el anillo está puesto en su dedo como
señal de realeza. Y, sin embargo, ¡cuántos son los que miran al pródigo
no solo con indiferencia, sino también con desprecio! Como el fariseo,
dicen: ‘Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres’ (Luc.
18:11). Pero ¿cómo os parece que considera Dios a aquellos que, al
par que aseveran ser colaboradores con Cristo, ven al alma que lucha
contra el desbordamiento de la tentación, y se mantienen alejados como
el hermano mayor de la parábola, tercos, voluntariosos, egoístas?” (OE
147).
“Cristo ha provisto fuerza y gracia para que los ángeles ministradores
las lleven a toda alma creyente. Ninguno hay tan malvado que no
encuentre fuerza, pureza y justicia en Jesús, que murió por los pecadores.
Él está esperándolos para cambiarles los vestidos sucios y corrompidos
del pecado por las vestiduras blancas de la justicia; les da vida y no
perecerán” (CC 53).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Analiza un poco más el tema de cómo hermanos de los mismos
padres, del mismo hogar, del mismo ambiente, pueden ir en direcciones
espirituales tan diferentes. ¿Cómo entendemos esto?
2. ¿Cómo puedes ayudar a los que, habiéndose apartado de Dios,
yendo al mundo, y habiéndose dañado a sí mismos y a otros en el
proceso, quieren poner el pasado atrás, y no pueden, porque no importa
en qué dirección se muevan, los resultados de sus elecciones pasadas
están siempre delante de ellos? ¿Qué esperanza, qué promesas, qué
ayuda les puedes dar?
3. Algunos saben que han arruinado todo, como lo hizo el pródigo.
¿Qué sucede con los que “se fueron de la casa del padre”, por así decirlo,
y las cosas les han ido muy bien? Seamos honestos: no todo el que deja
al Señor termina cuidando cerdos. ¡Algunos terminan como dueños de
los cerdos! ¿Qué puede hacerse para ayudarlos a darse cuenta de que, a
pesar de las circunstancias, han hecho una elección equivocada?

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Lección 11 Para el 11 de junio de 2011

El vestido de bodas

Sábado 4 de junio

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Mateo 21; 22:1-14;


Apocalipsis 21:2, 9; Eclesiastés 12:14; Daniel 7:10; Génesis 3:9-19.

PARA MEMORIZAR:
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cris-
to Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al
Espíritu” (Rom. 8:1).

LA HISTORIA CRISTIANA TIENE MUCHAS PÁGINAS OSCURAS.


Profesos seguidores de Cristo han hecho cosas horribles y la profecía
indica que se hará todavía más mal, en el nombre de Cristo, antes de que
él retorne.
Las parábolas que consideraremos esta semana son fascinantes, y
revelan la triste verdad de que no todos los que profesan seguir a Cristo
lo hacen. Por supuesto, ¿quién puede juzgar entre los fieles y los infieles?
¿Quiénes somos para mirar “la paja que está en el ojo de tu hermano,
y no [...] ver la viga que está en tu propio ojo”? (Mat. 7:3). Solo Dios
puede hacer ese juicio.
“Los convidados a la fiesta del evangelio son aquellos que profesan
servir a Dios, aquellos cuyos nombres están escritos en el libro de la vida.
Pero no todos los que profesan ser cristianos son verdaderos discípulos.
Antes de que se dé la recompensa final, debe decidirse quiénes son
idóneos para compartir la herencia de los justos. Esta decisión debe
hacerse antes de la segunda venida de Cristo en las nubes del cielo;
porque, cuando él venga, traerá su galardón consigo, ‘para recompensar
a cada uno según sea su obra’ (Apoc. 22:12)” (PVGM 251, 252).

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Domingo 5 de junio Lección 11
DÍAS DE FERVOR

Mateo 21, al contar algunos de los últimos días del ministerio de


Jesús, está lleno de drama, tensión y excitación. También revela la
alarmante capacidad de nuestros corazones de engañarnos, y el poder
del mal para cegar nuestras mentes aun a las verdades más obvias. Es
fácil, ahora, mirar hacia atrás y pensar: ¿Cómo pudieron esos líderes ser
tan duros, tan ciegos, frente a toda la evidencia que Jesús les había dado?
Sin embargo, no debemos engañarnos. ¿Hay alguna razón para pensar
–aun con tanta luz– que somos muy diferentes? ¿No mostramos, a
veces, una indiferencia obstinada hacia la verdad, especialmente cuando
ella interfiere con nuestros pecados favoritos y nuestra mundanalidad?
Claro, Cristo murió por nosotros, y el perdón está disponible para
todos. Pero, esas mismas palabras también pueden decirse de las
personas que aparecen en este capítulo, los que le dieron las espaldas a
Jesús y actuaron contra él. Cuán cuidadosos debemos ser, porque nos
engañamos a nosotros mismos al pensar que no podemos ser engañados.

Lee Mateo 21 completo, que es la espina dorsal de la parábola del


capítulo siguiente. ¿Cuál es el tema básico del capítulo? Si tuvieras que
dar un resumen de él en pocas palabras, ¿qué dirías? ¿Qué lecciones
espirituales podemos obtener para nosotros mismos?
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Las últimas dos líneas son las más fascinantes de todo el capítulo.
No importa cuán endurecidos estuvieran los corazones del pueblo hacia
Jesús, algo de su mensaje les llegó, porque sabían que él había estado
hablando de ellos. Una cosa hubiera sido si no captaban nada, pero no
fue así. Ese era el problema: parecieron haberlo entendido lo suficiente
para querer sacar a Jesús del camino. Cuán fascinante era el hecho de
que las multitudes judías atraídas a Jesús refrenaban a los líderes para
no arrestarlo. Cuán triste es que quienes deberían haber sido maestros
de los demás eran quienes tenían más que aprender y, en muchos casos,
nunca lo aprendieron. Cuando finalmente lo hagan, será demasiado
tarde (Rom. 14:10).

76
Lección 11 Lunes 6 de junio
LA INVITACIÓN DEL REY

Una cosa es tener un casamiento. Otra cosa es que un rey tenga un


casamiento. Y ser invitado a un casamiento celebrado por un rey para su
propio hijo debió haber sido realmente un gran honor. Las imágenes de
unas bodas aquí, específicamente del hijo, son una referencia obvia a la
relación entre Jesús y su iglesia (Apoc. 21:2, 9; Efe. 5:21-23).

Lee Mateo 22:1 al 8. ¿Cuál es la relación de esta parte de la parábola


con lo que vimos en el capítulo anterior? ¿Qué tema aparece aquí?
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Nota, también, que el rey hizo todos los preparativos: arregló el


casamiento, preparó la cena, hizo matar a los animales. De hecho, el
mensaje era: “Todo está listo; vengan a las bodas”. Al final, todo lo que
la gente debía hacer era aceptar lo que se le ofrecía.
Además, nota los factores que hicieron que la gente despreciara
la invitación. Algunos no la tomaron en serio, no creyeron que era
importante. Eso podría simbolizar a los que hoy no toman en serio las
demandas de Dios, que por diversas razones no se abren a la verdad.
Otros “se fueron”. Jesús dijo que el camino a la salvación es angosto
(Mat. 7:14); la gente encuentra toda suerte de excusas para evitar y
rechazar la invitación. Para otros, el atractivo fueron sencillamente las
cosas materiales. Y, finalmente, mientras algunos simplemente ignoraron
la invitación, otros hasta persiguieron a los que la daban. Cualquiera que
haya sido la razón, todos quedaron afuera. Piensa, además, acerca de las
palabras del rey, que dijo que los que habían rechazado la invitación “no
eran dignos”. ¿Cómo entendemos esto, a la luz de la universalidad de
todos los pecados humanos y su condición pecaminosa? ¿Hay alguno de
nosotros que realmente sea digno de ser invitado a la fiesta del rey? Al
final “ser digno”, en el sentido bíblico, proviene de lo que Cristo hace por
nosotros; nuestra dignidad no está en nosotros mismos sino en lo que
permitimos que Dios haga por nosotros y en nosotros.

De las razones que dieron los que rechazaron la invitación,


¿cuál encuentras más difícil de manejar en tu propia vida?
¿Qué promesas puedes reclamar que te permitirán resistirla?
77
Martes 7 de junio Lección 11
LOS QUE FUERON A LA FIESTA

Después de que fueran rechazadas dos llamadas, el rey envió ahora


otra: esta vez a “cuantos halléis” (Mat. 22:9), y ordenó a sus siervos
que los invitaran a las bodas. Sin embargo, esta vez, la recepción fue
diferente porque, de acuerdo con el texto, ellos salieron y “juntaron a
todos los que hallaron” (Mat. 22:10).

Lee el resto de la parábola (Mat. 22:9-14). ¿Quiénes vinieron


a la fiesta de bodas? ¿Qué significa que fueron “juntamente malos y
buenos”?
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¿Notaste alguna vez que algunas de las personas más detestables,


más mezquinas y más odiosas son profesos cristianos? ¿O que algunas
de las personas más criticonas, hipócritas y malvadas son las que van a la
iglesia, que reclaman las promesas de salvación y que profesan la certeza
de la salvación?
Esto no es nada nuevo. ¿Cómo entendemos, por ejemplo, la fe de los
Cruzados, tan dedicados al Señor Jesús que saquearon y despojaron a
los que encontraban en su camino a la Tierra Santa? Un testigo ocular
informó que “nuestras tropas hirvieron a adultos paganos en grandes
vasijas. Empalaron a niños en palos agudos y los devoraron asados”.
¿Cómo pudieron esos horrores hacerse en el nombre de Jesús?
Es fácil (dices tú): Esta gente no eran cristianos reales. Pero ¿cómo
lo sabes? ¿Cómo puedes juzgar sus corazones, qué se les enseñó, qué
oportunidades tuvieron de saber mejor? ¿No podría ser que algunos más
tarde se hayan arrepentido, reclamando las mismas promesas de perdón
y gracia que nosotros reclamamos? ¿Qué dices acerca de los horrendos
actos de quienes resultaron ser, al parecer, almas muy piadosas?
¿Quiénes somos nosotros para juzgar los corazones?
No deberíamos juzgar, pero Dios lo hace, debería hacerlo y lo hará
(Rom. 14:10; Heb. 10:30; Ecl. 12:14; Dan. 7:9, 10). Los Adventistas del
Séptimo Día llamamos a esto el “juicio investigador”, y se revela en esta
parábola.

Piensa en algunas de las cosas que han sido hechas por pro-
fesos cristianos a lo largo de la historia y, a veces, en el nom-
bre de Jesús. ¿Cómo nos ayuda esta parábola a comprender la
manera en que Dios los tratará con justicia?
78
Lección 11 Miércoles 8 de junio
SIN EL VESTIDO

¿Qué representa el vestido de bodas en la parábola? ¿Por qué el


rechazo del vestido es, literalmente, un asunto de vida o muerte eterna?
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A menos que uno crea en “una vez salvo, siempre salvo”, ¿cuál es
el problema con la idea de que Dios, en algún momento de la historia,
en forma final y definitiva, separará el trigo de la cizaña (Mat. 13:24-
30); los prudentes, de los insensatos (Mat. 25:1-13); los fieles, de los
infieles (Mat. 25:14-30); y los que realmente están cubiertos por su
justicia, de los que no lo están (Mat. 22:1-14)? ¿Los separará de entre
los que han profesado seguirlo, especialmente cuando algunos de ellos
hicieron y podrían todavía estar haciendo cosas horribles, tal vez aun en
su nombre?
¿No habrá algún tipo de arreglo de cuentas, al final, entre los
verdaderos y los falsos que reclaman las mismas promesas de salvación
que nosotros siempre hacemos, especialmente en una religión cuya base
es que eres salvo por lo que otro hizo por ti?
Piensa: si la salvación fuera puramente por nuestras obras, sería fácil;
basta hacer la suma de todas ellas. Pueden alcanzar el nivel o no. Punto.
Pero, en una fe donde la salvación descansa en los méritos de lo que
algún otro ha hecho por nosotros, una fe en la cual la justicia necesaria
para la salvación existe en otro fuera de nosotros, el problema llega a
ser más sutil, más lleno de matices. Por eso, el juicio de Uno que nunca
comete errores parecería más necesario aquí que en una religión en la
que las obras son la norma.
Y ¿acerca de qué trata esta parábola? De entre los que han profesado
seguirlo, Dios separa lo verdadero de lo falso. Y ¿cuál es el factor
decisivo? Es si ellos han sido revestidos con la maravillosa vestidura de
justicia que Cristo ha ofrecido gratuitamente a todos.

Esta parábola hace una distinción importante entre ser


miembro de una iglesia y ser un pecador salvado por la justi-
cia de Cristo. Claramente no son lo mismo. Considera tu vida,
tus actos, tus acciones, tus palabras, tus pensamientos, tus
actitudes hacia amigos y enemigos. ¿Reflejan si estás vistien-
do el manto de justicia o si eres alguien que solo ha venido a
la fiesta?

79
Jueves 9 de junio Lección 11
LA INVESTIGACIÓN

Como ya se dijo, a menos que creas que una vez que la persona es
“salvada” nunca puede caer, es difícil imaginar que Dios no hiciera una
separación final entre los que están vestidos con su justicia y los que
solo pretenden estar vestidos así. De eso se trata esta parábola. Otra
vez, para una religión basada no en nuestras obras sino en las obras de
algún otro por nosotros (que reclamamos por fe), ¿cómo no habría una
separación divina final?

Lee Eclesiastés 12:14 y 1 Corintios 4:5 a la luz de Mateo 22:11.


¿Cuál es el punto que tienen en común, y por qué eso es importante?
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Como adventistas del séptimo día, sabiendo de la gran controversia


(Apoc. 12:7-9; 1 Ped. 5:8; Job 1, 2) y del interés del universo entero
en este gran conflicto (Dan. 7:1-9; 1 Cor. 4:9; Efe. 3:10), fácilmente
podemos rechazar el argumento –tomado de 2 Timoteo 2:19, “Conoce el
Señor a los que son suyos”– usado contra la idea de que una investigación
de las obras es bíblica. El Señor conoce a los suyos, pero el resto del
universo, incluyéndonos a nosotros mismos, no.
Debemos recordar el cuadro grande: el interés de todo el universo
en lo que está sucediendo aquí con el pecado, la rebelión, la salvación
y el plan de Dios para tratar con todos de una manera abierta, justa y
equitativa.
La idea de un juicio presupone una investigación. Considera Génesis
3:9 al 19: desde el primer momento después de que entró el pecado,
Dios se involucró directamente, haciendo preguntas para respuestas que
él ya conocía. Así como esta “investigación” no era para sí mismo (ayudó
a Adán y a Eva a comprender la gravedad de lo que habían hecho), lo
mismo puede decirse del “Juicio Investigador”: no revela nada nuevo
para Dios; es para el beneficio de otros.
Así como en Génesis, donde la gracia de Dios predominó sobre
la sentencia de muerte (ver Gén. 3:15), su gracia hace lo mismo para
todos los verdaderos seguidores de Dios, ahora y en el Juicio, ¡cuando lo
necesitan más!

¿Una investigación de tus obras? ¿Sorprende que necesites


que la justicia de Cristo te cubra todo el tiempo, o que la sal-
vación tenga que ser por gracia y no por obras? ¿Qué esperan-
za tendrías si, cuando todas tus obras sean investigadas, no
tuvieras el manto de Cristo cubriéndote?
80
Lección 11 Viernes 10 de junio
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “Ante el tribunal supremo”,
Palabras de vida del gran Maestro, pp. 249-260.

“Pero el plan de redención tenía un propósito todavía más amplio y


profundo que el de salvar al hombre. Cristo no vino a la tierra solamente
por este motivo; no vino meramente para que los habitantes de este
pequeño mundo acatasen la ley de Dios como debe ser acatada; sino
también vino para vindicar el carácter de Dios ante el universo” (PP 55).
“Sin embargo, Satanás no fue destruido entonces. Los ángeles
no comprendieron ni aun entonces todo lo que entrañaba la gran
controversia. Los principios que estaban en juego habían de ser
revelados con mayor plenitud. Y, por causa del hombre, la existencia de
Satanás debía continuar. Tanto el hombre como los ángeles debían ver
el contraste entre el Príncipe de la luz y el príncipe de las tinieblas. El
hombre debía elegir a quién quería servir” (DTG 709).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Piensa en la historia cristiana, piensa en las cosas terribles
realizadas por cristianos profesos y, a menudo, en el nombre de Jesús.
Piensa en cómo las personas usaron su fe como cubierta, como manto,
como justificación de algunos crímenes horribles. ¿De qué modo este
hecho desafortunado nos ayuda a comprender mejor la necesidad de
separación entre los profesos seguidores de Jesús, como se revela en esta
parábola y en otros textos de la Biblia?
2. Elena de White aclara bien que el manto de Cristo representa
la justicia de Jesús que no solo nos cubre, o justifica, sino también nos
cambia a su imagen y nos permite reflejar su carácter en nuestras vidas.
¿Cómo debemos entender las diferencias entre estas dos verdades
esenciales, y por qué es importante que lo hagamos?
3. Reflexiona sobre la realidad de la gran controversia y cuánto
impacta e influye sobre nuestra teología como Adventistas del Séptimo
Día. Abre tu Biblia y reúne todos los textos que puedas encontrar que
muestren cuán bíblico e importante es este tema.
4. Jesús terminó su parábola del vestido de bodas con estas palabras:
“Porque muchos son llamados, y pocos escogidos” (Mat. 22:14). ¿Qué
piensas que quiso decir con esa afirmación, dado el contexto de la
parábola?

81
Lección 12 Para el 18 de junio de 2011

M ás imágenes de vestidur as

Sábado 11 de junio

LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Marcos 5:24-34; Lucas


8:43-48; Juan 13:1-16; 19:23, 24; Mateo 26:59-68; 27:27-29.

PARA MEMORIZAR:
“Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva” (Mar.
5:28).

EN UN SENTIDO, NO DEBERÍA SORPRENDERNOS que podamos


captar tantas lecciones de las vestiduras en la Biblia. Después de todo,
la ropa es una parte de nosotros; la ropa puede decir mucho acerca de
nosotros y de quiénes somos, aun cuando no se diga una palabra. En
forma correcta o equivocada, a menudo abrimos juicios sobre otros por
lo que visten o cómo lo visten.
La lección de esta semana considerará el tema de la vestimenta en el
contexto de la vida de Jesús. Estudiaremos acerca de la mujer que creyó
que todo lo que tenía que hacer era tocar la ropa de Jesús, y se sanaría.
Luego está Jesús, poniendo a un lado su manto con el fin de lavar los
pies de sus discípulos. También consideraremos al sumo sacerdote que,
estando delante del Señor, rasgó su propio manto en un acto que selló la
suerte del arrogante líder. Luego, está Jesús vestido con la ropa ridícula
que le pusieron los soldados romanos. Y, finalmente, veremos a los
soldados echando suertes sobre el manto de Jesús, cumpliendo así una
antigua profecía.
Solo ropa, sí; sin embargo, realmente llena de simbolismo y
significado.

82
Lección 12 Domingo 12 de junio
“¿QUIÉN HA TOCADO MIS VESTIDOS?”

Marcos 5:24 al 34 y Lucas 8:43 al 48 cuentan la historia de la mujer


que “desde hacía doce años padecía de flujo de sangre”. Además de ser
una condición de salud peligrosa por sí misma, esta enfermedad, en esa
cultura, resultaba en un estigma de impureza ritual, lo que sin duda añadía
a su miseria. Entretanto, los médicos no pudieron hacer nada; estaba tan
desesperada que gastó todo su dinero en ellos, y solo se enfermaba más, lo
que no es sorprendente considerando el tipo de tratamiento médico que se
hacía en ese entonces. Apenas podemos imaginarnos cuánto sufrimiento
y vergüenza soportó ella por su enfermedad.
Y luego vino Jesús, aquel que hacía todos esos milagros increíbles.

Lee Marcos 5:24 al 34 y Lucas 8:43 al 48. ¿Qué importancia puede


encontrarse en el hecho de que la mujer creía que todo lo que tenía que
hacer era tocar las vestiduras de Jesús para sanarse?
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Esta mujer tenía mucha fe en Jesús, la suficiente para creer que, si


pudiera solamente tocar sus vestidos, ella sería sanada. Por supuesto, no era
la ropa misma lo que la curó, ni siquiera el tocarla. Era solamente el poder
de Dios que obraba en alguien que, por desesperación, vino al Señor con
fe, conociendo su propia impotencia y necesidad. El que tocara las ropas de
Jesús era fe revelada en obras, que es de lo que se trata el cristianismo.

¿Por qué Jesús preguntó quién había tocado sus vestidos?


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Al hacer esta pregunta y lograr que el acto de esta mujer fuera público,
Jesús la usó para ayudar a testificar a los que lo rodeaban. Ciertamente
quería que otros supieran lo que había sucedido, y probablemente quería
que ella también supiera que ningún poder mágico de su ropa la había
sanado sino el poder de Dios, que obró en ella por medio del acto de fe
de su parte. Por embarazosa que hubiera sido su condición, ella ahora
estaba sana y podía dar testimonio de lo que Cristo había obrado en ella.

¿Cómo podemos aprender a ir al Señor, como lo hizo la mujer,


con fe y sumisión, conociendo nuestra impotencia? Más aún,
¿cómo podemos mantener fe y confianza en él cuando la cura-
ción que pedimos no se produce como queremos?

83
Lunes 13 de junio Lección 12
“SE QUITÓ SU MANTO”

En los últimos días de la vida de Cristo, se encontró con sus discípulos


en el aposento alto para la Pascua, la celebración nacional de Israel,
recuerdo del éxodo de la esclavitud. no obstante, no todo andaba bien.
La atmósfera, en el aposento alto, debió haber estado espesa de tensión
y mala voluntad. No mucho antes, los discípulos habían discutido sobre
quién tendría el lugar más elevado en el Reino. Ahora se habían reunido
para celebrar la Pascua, que debería haberles hablado acerca de su
gran necesidad de la gracia salvadora de Dios en sus vidas, y de cuánto
dependían de Dios.

Lee Mateo 20:20 al 28. ¿Qué lección importante no habían captado


todavía los discípulos, aun después de todo ese tiempo con Jesús?
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Como si las actitudes de los discípulos no hubieran sido suficientemente


malas, para rematar allí estaba Judas, el traidor, actuando como si no pasara
nada malo. En medio de todo esto, cuando Jesús tenía todo el derecho de
estar disgustado con todos ellos, ¿qué hizo?

Lee Juan 13:1 al 16. ¿Qué lección está dando aquí Jesús? ¿Por qué
esto es, de diversas maneras, una clave para ver lo que significa ser un
seguidor de Jesús?
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Era costumbre que los discípulos hicieran provisión para lavar los
pies debido a la suciedad de la calle. Esta tarea era la de un esclavo o un
siervo. Pero los discípulos no tenían siervos. Y ninguno de ellos quería
rebajarse a realizar esta tarea humillante y servil. Cuando Jesús se quitó
la ropa exterior y comenzó a lavar sus pies, sus corazones se ablandaron.
Habían declarado que él era el Hijo de Dios. Que el Hijo de Dios se
rebajara a realizar la tarea de un esclavo los avergonzó. El texto dice que,
antes de hacerlo, Jesús se quitó el manto, mostrando su disposición de
rebajarse y humillarse todo lo necesario para alcanzar a sus seguidores.
Y entonces, por si eso no fuera suficiente, sabiendo plenamente lo
que había en el corazón de Judas, también le lavó los pies.

¿Cuán bajo estás dispuesto a ir por el bien de otros? ¿Cuándo


fue la última vez que te “sacaste el manto” a fin de ministrar
a las necesidades de quienes te rodean?
84
Lección 12 Martes 14 de junio
“NI RASGARÁ SUS VESTIDOS”

“Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue


derramado el aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las
vestiduras, no descubrirá su cabeza, ni rasgará sus vestidos” (Lev. 21:10).

Lee Mateo 26:59 al 68. ¿Qué entendemos del hecho de que el sumo
sacerdote rasga sus vestiduras en respuesta a la contestación de Jesús?
Ver también Mar. 15:39; Heb. 8:1.
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El sumo sacerdote rasgó sus vestiduras para simbolizar que Jesús


debía ser muerto. Rasgar sus vestiduras simbolizaba la “justa” indignación
de Caifás por la afirmación supuestamente blasfema de Jesús de ser el
Hijo de Dios. La ley mosaica prohibía al sumo sacerdote rasgar sus ropas
eclesiásticas (Lev. 10:6; 21:10), porque ellas simbolizaban la perfección
del carácter de Dios. Rasgar esas vestiduras era profanar y mancillar el
carácter de Dios. La ironía es que Caifás quebrantó así la ley que él estaba
defendiendo. Más grave aún era que el castigo por rasgar sus vestiduras
era la muerte. La gran ironía es que Jesús, que no había hecho nada malo,
debía morir por instigación del sumo sacerdote quien, por sus actos,
merecía la muerte.
El simbolismo de rasgar las vestiduras es profundo. Este era el
comienzo del fin de todo el sistema terrenal de sacrificios y del sacerdocio.
Uno nuevo y mejor sería inaugurado pronto, con Cristo como el Sumo
Sacerdote que ministra en el Santuario celestial.
Las vestiduras del sumo sacerdote, llenas de simbolismo y significado,
pronto serían un símbolo de un sistema que estaba a punto de terminar.
Los líderes religiosos estaban tan cegados por el odio, los celos y el
temor, que cuando Cristo vino –aquel a quien señalaba todo su sistema
religioso–, muchos de esos líderes dejaron de verlo, y fue la gente común
la que aceptó a Jesús como el Mesías y tomó la obra que estos sacerdotes
deberían haber hecho.

¿De qué maneras podríamos quedar tan atrapados por


nuestro sentido de justicia propia, o de superioridad moral y
espiritual, que pudiéramos estar ciegos a las verdades impor-
tantes que el Señor quiere que aprendamos?
85
Miércoles 15 de junio Lección 12
VESTIDURAS DE BURLA

“Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio,


y reunieron alrededor de él a toda la compañía; y desnudándole, le
echaron encima un manto de escarlata, y pusieron sobre su cabeza una
corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la
rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos!”
(Mat. 27:27-29). Piensa acerca de lo que sucede en estos versículos.
¿Qué terrible ironía percibes? ¿Qué nos dicen estos versículos acerca
de la ignorancia, la crueldad y la necedad humanas? ¿De qué modo
estos versículos simbolizan lo que el mundo hace aún hoy a su Creador
y Redentor? Ver también Luc. 23:10, 11; Mar. 15:17-20.
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Desnudaron a Jesús y lo vistieron con un manto escarlata o púrpura.


Este manto pudo ser el de un soldado o un manto viejo de Pilato. El
púrpura era el color de la realeza. Este manto fue arrojado en son de
burla sobre los hombros del Hombre que pretendía ser Rey.
Por supuesto, ningún rey es completo sin su corona. Los
atormentadores de Jesús fabricaron una de espinas, de los espinosos
arbustos que crecen en la región de Palestina, y pusieron en sus manos
una caña, imitando un cetro real. Se inclinaron burlonamente ante él,
saludándolo como el Rey de los judíos. Pero, mientras la burla de los
sacerdotes consistía en un ataque a la autoridad espiritual de Cristo, los
soldados se mofaron de su soberanía política. El verdadero Rey debió
desfilar en ceremonia burlesca, vistiendo ropa que lo ridiculizaba. El
que ofreció vestir a un mundo pecaminoso con su propia ropa de justicia
y perfección estaba ahora vestido con vestiduras de burla.
Y, no obstante, lo increíble es que Jesús soportó esto por causa
de su amor por aquellos que lo trataban así. Cuántos de nosotros,
en el momento en que alguien nos trata mal o aun nos mira con ira,
reaccionamos con enojo y procuramos devolver el gesto. Observa el
ejemplo que nos dejó Jesús, aquí, con respecto a cómo respondió a este
tratamiento.

¿Cómo respondes cuando te tratan injustamente? ¿Qué pue-


des tomar como ejemplo que podría ayudarte a actuar en
forma diferente la próxima vez que eso te suceda?

86
Lección 12 Jueves 16 de junio
“REPARTIERON ENTRE SÍ MIS VESTIDOS”

“Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes”


(Sal. 22:18).

Es difícil imaginar la humillación que Jesús había de soportar.


Después de la ceremonia burlesca de los soldados, fue llevado a la cruz y
entonces, allí, le quitaron el último vestigio de sus posesiones terrenales,
la ropa que llevaba. Golpeado, rechazado, humillado, burlado, y ahora
desnudado y crucificado. Jesús, realmente, bebió la amarga copa que,
desde “el principio del mundo” (Apoc. 13:8) había de ser suya.

Lee Juan 19:23 y 24 (ver también Mat. 27:35). ¿Qué importancia


profética le da la Biblia a lo que sucedió allí, y por qué es importante?
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Estaba desarrollándose delante de ellos el mayor acto en toda la


historia cósmica, y ¡estos soldados estaban tratando con algo tan banal
como dividir las ropas de una de las víctimas!
Y, no obstante, su acto mismo no es tan trivial, porque la Biblia
muestra que lo que hicieron los soldados era el cumplimiento de la
profecía. Juan lo vincula directamente con los Salmos, diciendo que
todo ocurrió “para que se cumpliese la profecía” (Mateo también lo
dice), dándonos más evidencia para nuestra fe.
Piensa, además, lo que esto pudo significar para Jesús. El peso del
pecado del mundo cae sobre él, la separación del Padre pesa sobre él, y
Jesús ve entonces a los soldados, a su lado, repartiéndose la ropa y echando
suertes, todo en cumplimiento de la profecía. Esto fácilmente pudo
haberle dado algo más de valor para soportar lo que estaba afrontando
en esa cruz. Estas acciones de los soldados eran más evidencias de que,
no importaba cuán terrible fuera su prueba, o cuán doloroso fuera el
sufrimiento, la profecía se estaba cumpliendo, su ministerio terrenal
estaba acercándose a su gran clímax y la provisión quedaba hecha para
dar la salvación a cualquier ser humano que la reclamara por fe. De este
modo, Jesús tenía que soportar, y lo hizo.

¿Cuáles profecías bíblicas son las que más afirman tu fe, es-
pecialmente en momentos de necesidad, particularmente en
tiempos cuando las pruebas sacudieron tu fe?

87
Viernes 17 de junio Lección 12
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: Lee “El toque de la fe”, El ministerio
de curación, pp. 38-41; “El toque de la fe”; “En el tribunal de Pilato”; “El
Calvario”, El Deseado de todas las gentes, pp. 310, 311, 676-680, 695.

“Los enemigos del Señor aguardaron su muerte, entonces, con


impaciente esperanza. Creían que esos acontecimientos eliminarían para
siempre los rumores de su poder divino y la maravilla de sus milagros.
Se complacían en pensar que entonces no necesitarían temblar más por
causa de su influencia. Los indiferentes soldados que extendieron el
cuerpo de Jesús en la cruz se repartieron sus ropas y contendieron por
una prenda tejida pero sin costura. Finalmente, decidieron el asunto
echando suertes. La pluma movida por la inspiración describió con
exactitud esta escena cientos de años antes de que ocurriera: ‘Porque
perros me han rodeado; me ha cercado cuadrilla de malignos; horadaron
mis manos y mis pies. [...] Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi
ropa echaron suertes (Sal. 22:16, 18)” (HR 231, 232).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. En la clase, repasen profecías bíblicas animadoras que cada
participante encontró. ¿Cómo nos revelan estas profecías el hecho de
que Dios realmente nos ha dado muy buenas razones para creer?
2. Repasa los últimos días de la vida de Cristo y la increíble
humillación, abnegación propia, y sufrimientos que él tuvo que soportar.
¿Qué lecciones podemos obtener de ellas para nosotros mismos? ¿Cómo
podemos aprender a morir al yo de la manera en que Jesús nos lo reveló
aquí?
3. Piensa en la total ignorancia de los soldados que se burlaron de
Jesús con el manto escarlata y la corona de espinas. O de los que se
dividieron los vestidos de él bajo sus pies, sin darse cuenta de lo que
realmente estaba sucediendo. O aun del sumo sacerdote, que rasgó su
propio manto, en supuesta indignación justa por la respuesta de Jesús a
él. Todos estos hombres actuaron en completa ignorancia y, no obstante,
todos tomaron parte en la realización de un crimen horrible. Ignorar lo
que estaban haciendo ¿es una buena excusa para sus acciones? ¿Crees
que deberían ser castigados por hacer algo sin saber exactamente lo que
era? Analiza estas preguntas.

88
Lección 13 Para el 25 de junio de 2011

Vestidos de Cristo

Sábado 18 de junio
LEE PARA EL ESTUDIO DE ESTA SEMANA: Gálatas 3:26-29;
Romanos 6:1-6; Colosenses 3:1-10; Efesios 4:22-24; 1 Corintios 15:49-55;
2 Corintios 5:1-4.
PARA MEMORIZAR:
“Sino vestíos del Señor Jesucristo, y no proveáis para los deseos de
la carne” (Rom. 13:14).

¿HAS VISTO CÓMO, CUANDO cae un huevo al suelo se rompe


en muchos pedazos? Pero, una cosa nunca viste: ¡tomar los pedazos,
dejarlos caer y que se vuelva a formar el huevo entero! En la realidad,
esto no ocurre.
Una ley fundamental de nuestro mundo natural, este mundo caído,
es que los objetos tienen la tendencia a destruirse, a desordenarse. Las
cosas por sí solas ¿qué hacen? ¿Aumentan su energía, su orden y su
estructura o disminuyen, decaen y se desordenan? La respuesta es
obvia. Vemos esto a todo nuestro alrededor, y aun en nosotros mismos
(p. ej., nuestros cuerpos envejecen).
Para explicar este fenómeno, se necesita mucha ciencia compleja, pero
no se necesita mucho conocimiento para verlo. Para citar un texto de una
lección anterior: “Y la tierra se envejecerá como ropa de vestir” (Isa. 51:6).
No obstante, en medio de todo esto, tenemos el evangelio, el plan de
salvación que, en su esencia, se relaciona con la restauración, con tomar
lo viejo, lo quebrado, lo decadente, y hacerlo nuevo.
Esta semana veremos algunas imágenes especiales de vestiduras de la
Biblia que revelan estas promesas de renovación y restauración.

89
Domingo 19 de junio Lección 13
HEREDEROS CONFORME A LA PROMESA

Una de las grandes luchas de la iglesia cristiana desde los primeros


días, una lucha que estaba en el corazón de la Reforma Protestante (y
una que de diversas maneras continúa hoy, aun en nuestra iglesia), trata
con la cuestión del evangelio, de la salvación, de cómo somos salvos.
Pablo tuvo que tratar directamente con este problema, en la iglesia de
Galacia, donde había penetrado una falsa teología y había amenazado la
integridad del evangelio mismo.

Lee Gálatas 3:26 al 29. ¿Cuál es el punto principal que enfatiza


Pablo?
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En el versículo 27, Pablo dice que todos los que fueron bautizados
en Cristo “de Cristo estáis revestidos”. Aunque todos eran pecadores,
sus pecados habían sido lavados, sus vestiduras viejas y sucias habían
desaparecido, y ahora estaban “vestidos”, cubiertos por la justicia de
Jesús. Ellos podrían reclamar su vida, su perfección, su carácter, como
de ellos. Todas las promesas del Pacto habían sido cumplidas en Jesús,
y ahora, vestidos de Cristo, podrían reclamar esas promesas para sí
mismos. Eran herederos de la promesa hecha antes a Abraham (Gén.
12:2, 3), no por causa del estatus, el género o la nacionalidad, sino solo
por medio de la fe en Cristo.

Lee Romanos 6:1 al 6. ¿Qué dice aquí Pablo que debería ayudarnos
a comprender lo que significa ser “revestidos de Cristo”?
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Estar vestidos de Cristo es más que solo una situación legal ante
Dios. Los cristianos están unidos con Cristo, se han entregado a él y,
por medio de él, se están renovando, rejuveneciendo y restaurando. Los
cristianos que rehúsan cambiar sus viejos caminos, sus viejos hábitos y su
antiguo estilo de vida necesitan mirarse en el espejo para ver realmente
de qué están vestidos.

¿Qué estás vistiendo tú? Lo que vistes en público ¿es diferen-


te de lo que vistes cuando piensas que nadie te está mirando?
¿Qué dice tu respuesta acerca de ti mismo?
90
Lección 13 Lunes 20 de junio
NINGUNA PROVISIÓN PARA LA CARNE

A pesar de la profunda teología de Pablo, él puede ser muy práctico.


Cualquier teología o versión del “evangelio” que se concentre en la
salvación solo en fríos términos legales, no da en el blanco. El cristianismo
es todo acerca de Jesús, pero no aisladamente. Es acerca de Jesús y de lo
que ha hecho por nuestra raza caída a través de su vida, su muerte y su
ministerio sumosacerdotal. No es solo acerca de un cambio en nuestra
situación legal ante Dios; es acerca de un cambio, una renovación, un
nuevo nacimiento en nosotros; es acerca de una nueva vida en Cristo.

Lee Romanos 13. Concéntrate en los puntos prácticos que Pablo


trata aquí para los cristianos.
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Este capítulo trata de lo que se consideraría ser un buen ciudadano y


un buen vecino. Se reiteran los principios de la ley, y se culmina con las
famosas palabras: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (vers. 9).
En los versículos 11 al 14, sin embargo, el tono cambia. Pablo comenzó
el capítulo hablando de obedecer a los poderes políticos contemporáneos,
y luego pasa a enfatizar lo “tardío” del tiempo. Considerando el tiempo
en que vivían los romanos, necesitaban ponerse serios en su conducta.
Al fin del capítulo, dice: “vestíos del Señor Jesucristo” (vers. 14). Allí
usa la misma raíz griega que en Gálatas 3:27. De este modo, ambos
versículos dicen cosas similares.
El contexto en Romanos 13 aclara bien lo que Pablo quiere decir:
estar vestidos de Cristo significa vivir una vida de fe y obediencia.
La misma raíz griega para “vestidos” aparece en el versículo 12, en el
contexto de vestir “las armas de la luz”. Cristo es la luz del mundo; los
que andan en él no andan en la oscuridad. Han desechado “las obras de
las tinieblas” y ahora andan en la luz. Estar “vestidos” de Cristo refiere
a la edificación del carácter, a la conducta, a amar como Cristo amó y a
reflejar su imagen. Mientras que todas las cosas que nos rodean tienden
a empeorar, los que están vestidos de Cristo deberían volverse mejores
y mejores (ver 2 Cor. 3:18).

¿Cuán diferente sería tu vida si estuvieras completamente


vestido de Cristo? Es decir, ¿qué partes de tu vida has retenido
sin entregar ni morir al yo para que el Señor actúe en ti? ¿Cuán
diferente sería tu vida si hicieras una entrega completa?
91
Martes 21 de junio Lección 13
DESPOJARSE, VESTIRSE

Lee Colosenses 3:1 al 10. Nota que en el versículo 10 el verbo


es revestido, el mismo que apareció en los versículos anteriores que
estudiamos. Recordando esto, ¿qué nos están enseñando estos textos?
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Los eruditos ven, en estos versículos, referencias a la idea del


bautismo. (¿Dónde, en los textos, ves un indicio de ello?) Resueltamente,
nos muestra otra vez la idea de renovación, de regeneración, de algo
mejor de lo que era antes. En Cristo, ya no somos las mismas personas,
viviendo como una vez vivimos. Aquí Pablo es muy claro en vincular
lo que ahora experimentamos en Cristo con lo que experimentaremos
cuando él retorne. De hecho, ¡nuestra respuesta a la primera venida de
Cristo decidirá qué ocurrirá con nosotros en su segunda venida!

Lee Efesios 4:22 al 24 (el verbo, en el versículo 24, es otra vez


vestíos) ¿Qué está enfatizando Pablo aquí?
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Nota el contraste entre el “hombre viejo” y el “hombre nuevo”. En


principio, el “hombre viejo”, el yo anterior, ha muerto (simbolizado
por el bautismo), y resulta un “hombre nuevo”, una nueva creación en
Cristo. La idea, aquí, de estar vestidos de Cristo o del “nuevo hombre”,
surge en el contexto de la conducta cristiana. Estamos tratando con una
transformación del carácter y de acciones de todo el ser moral de una
persona. Esta idea reaparece vez tras vez. Como cristianos bautizados,
somos personas nuevas en el Señor; estar “vestidos” de Cristo no es una
metáfora solo para la justificación, para recibir la justicia de Cristo sobre
nuestros pecados y darnos una situación legal ante Dios. Ser revestidos
de Cristo significa ser una persona nueva, “cread[a] según Dios en la
justicia y santidad de la verdad” (Efe. 4:24).

Busca, en los versículos que consideramos hoy, los mandatos


específicos con respecto a la conducta. ¿En qué áreas necesi-
tas cambiar? Si estás luchando, ¿por qué no buscas a alguien
en quien puedes confiar y les pides ayuda para vivir mejor los
principios que enseñan las Escrituras?
92
Lección 13 Miércoles 22 de junio
EN UN ABRIR DE OJOS

No hay duda, estar vestidos de Cristo es llegar a ser una persona


nueva en Jesús. Es estar restaurado, por lo menos en parte, a la “imagen
del que lo creó” (Col. 3:10). Incontables vidas dan testimonio de la
realidad de lo que Dios ha hecho en ellas y por ellas. Muchas de nuestras
propias vidas, sin importar nuestras faltas, luchas y caídas, testifican de
la realidad de lo que significa estar vestidos de Jesús.
No obstante, seamos honestos. Si lo que Cristo hizo por nosotros
terminó con su vida aquí, al fin –sea que estemos vestidos de Cristo o
no vestidos de él– el sepulcro todavía nos espera. Muchos han sufrido
mucho en esta vida por Jesús y por su fe. Cualesquiera que sean las
recompensas inmediatas, ¿cuáles son o podrían ser, en contraste con la
recompensa real que nos espera en la segunda venida?

Lee 1 Corintios 15:49 al 55. ¿Qué gran esperanza se presenta aquí?


Mientras lees el texto, adivina qué palabras vienen de la misma raíz
griega que vimos toda esta semana, “vestir” o “estar vestidos”.
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En los versículos 53 y 54, el verbo “se vista” es el mismo verbo que ya


hemos visto. No obstante, aquí el apóstol lo lleva a un nivel enteramente
diferente. Estar vestidos de Cristo no significa solo llevar la imagen moral
de Jesús, reflejar su carácter y vivir los principios que él nos enseñó. En
otras palabras, no es solo un cambio legal, no es solo un cambio moral:
también incluirá un cambio físico radical. Nuestra carne mortal, nuestra
dolorosa y moribunda carne, será vestida con la misma clase de cuerpo
inmortal que tuvo el Jesús resucitado. ¡Qué cambio de ropa, qué ropa
nueva! Esa es la esperanza definitiva que nos espera, la única esperanza
que realmente hace que nuestra fe valga la pena (ver 1 Cor. 15:12-19).

La mayoría de nosotros (especialmente al envejecer) nos


damos cuenta de la fragilidad y la falta de confiabilidad de
nuestra propia carne. Si no vemos la fragilidad en nosotros
mismos, la vemos en otros. Piensa acerca de la esperanza que
tenemos en Jesús, como lo revelan estos versículos. ¿Qué po-
dría este mundo ofrecernos para que valiera la pena perder la
promesa revelada aquí?

93
Jueves 23 de junio Lección 13
NUESTRA MORADA CELESTIAL

Lee 2 Corintios 5:1 al 4. ¿Qué nos enseña Pablo aquí? ¿Qué


esperanza se presenta otra vez aquí? ¿De qué manera encuadran aquí
las imágenes de vestiduras?
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Mientras estemos en este mundo, en este cuerpo, en esta “casa”,


estaremos “gimiendo” (una palabra que significa también “suspirar
profundamente”). ¿Quién no ha gemido mientras estuvo en esta
“morada terrenal”, que es nuestro cuerpo actual? Considera el capítulo
anterior (1 Cor. 4), hablando del mal que han encontrado los seguidores
de Jesús en esta existencia. Después de esta recitación, Pablo escribe los
textos que estudiamos hoy.
Es cierto, gemimos, sufrimos y morimos, pero esa no es toda la historia.
Tenemos la promesa de estar vestidos en “nuestra morada celestial”.

¿Qué dos metáforas, o imágenes, usa Pablo en estos versículos para


describir nuestra situación actual y la esperanza que nos espera?
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En algunos escritos antiguos, la idea de estar vestidos se veía como


similar a estar dentro de una casa. Ambas cosas son externas a nosotros,
y ambas presentan cierta protección y cubierta (en el tiempo de Pablo,
el nombre de la ropa exterior de las personas de la clase más pobre
venía de una palabra que significa “casita”). Cualesquiera que sean las
razones, Pablo usa diferentes imágenes para contrastar dos ideas básicas:
una vivienda terrenal temporaria en contraste con una celestial y eterna;
estar desnudos en contraste con estar vestidos; y la mortalidad (la
certeza de la muerte) en contraste con la vida, la vida eterna en Cristo.
Al fin, todas estas metáforas hablan acerca de lo mismo: la esperanza
que tenemos de estar vestidos o albergados en cuerpos inmortales al
regreso de Cristo. En otras palabras, estos textos son otra manera de
expresar la promesa de vida eterna que tenemos en Jesús.

Piensa acerca de la muerte, algo que es aparentemente irrevoca-


ble. Sin esperanza de algo más allá de la muerte, ¿qué esperanza hay
para cualquiera de nosotros? Medita en todas las razones que tene-
mos para albergar nuestra esperanza al decir que la muerte no tiene
la última palabra. Lleva tus respuestas a la clase y analízalas allí.
94
Lección 13 Viernes 24 de junio
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR: “El fin del conflicto”, El conflicto de
los siglos, p. 723.

“Todos serán una familia feliz y unida; todos estarán vestidos con
las vestiduras de alabanza y acción de gracias: el manto de la justicia de
Cristo. Toda la naturaleza, con su incomparable belleza, ofrecerá a Dios
un tributo constante de alabanza y adoración. El mundo estará bañado
de luz celestial. Los años pasarán alegremente. La luz de la luna será
como la del sol, y la de este astro será siete veces más poderosa que en
la actualidad. Frente a este cuadro, las estrellas de la mañana cantarán,
y los hijos de Dios clamarán de gozo; mientras Dios y Cristo se unirán
para proclamar: ‘No habrá más pecado ni muerte’” (MeM 359).

PREGUNTAS PARA DIALOGAR:


1. Como clase, repasen las respuestas que dieron a la pregunta final
de la sección del jueves. ¿Cómo puedes ayudar a otros a encontrar
esperanza en esta maravillosa promesa? ¿Cómo puedes ayudar a quienes
se encuentran luchando con la duda?
2. Muy a menudo, en nuestros días, la gente ha puesto mucha
esperanza en la ciencia. Muchos han visto la ciencia como el único camino
para conocer la verdad y como la única esperanza de la humanidad.
Medita por qué tal esperanza es una esperanza falsa, especialmente
en el contexto de las secciones de estos últimos días. ¿Qué esperanza
puede ofrecer la ciencia para el mayor problema que enfrentamos hoy, la
muerte? ¿Por qué nuestra esperanza debe ser algo “sobrenatural”, como
se describe en esas promesas?
3. Piensa en la pregunta de Pablo en Romanos 7:24, “¿Quien me
librará de este cuerpo de muerte?” (Una referencia a un castigo de
ese tiempo, cuando un criminal tenía que llevar un cuerpo muerto
encadenado a su cuerpo.) ¿Qué respuesta tenemos que toda la sabiduría
del mundo no puede suministrar?
4. Medita algo más en lo que significa estar “vestido” de Cristo en
términos de cómo hemos de vivir. Piensa en cómo estás viviendo: tus
prácticas, tus hábitos, tus pensamientos, tus actitudes hacia otros, etc.
¿Cuán bien reflejas la realidad de Cristo en estas áreas? Aunque todos
luchamos con tendencias cultivadas y heredadas hacia el pecado, ¿qué
elecciones abiertas y conscientes puedes hacer que te ayudarían mucho
para que vivas como sabes que deberías vivir? También, ¿cómo podemos
ayudarnos unos a otros, como comunidad, para vivir los ideales bíblicos
presentados ante nosotros?

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