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CRIMEN EJEMPLAR
es elástico y que cuando le dicen a uno a las siete y cuarto, lo mismo da que
sean las
siete y media. Tengo un criterio amplio para todas las cosas. Siempre he sido
un hombre
por muy liberal que uno sea. Que yo sea puntual a las citas no obliga a los
demás sino
hasta cierto punto; pero ustedes reconocerán conmigo que ese punto existe.
Ya dije que
siete y media, las ocho menos veinte, las ocho menos diez. Las ocho. Es
natural que
ustedes se pregunten que por qué no lo dejé plantado. La cosa es muy sencilla:
yo soy
pero cuando digo una cosa, la cumplo. Héctor me había citado a las siete y
cuarto y no
me cabe en la cabeza el faltar a una cita. Las ocho y cuarto, las ocho y veinte,
las ocho y
veinticinco, las ocho y media, y Héctor sin venir. Yo estaba positivamente
helado: me
dolían los pies, me dolían las manos, me dolía el pecho, me dolía el pelo. La
verdad es
Pero ésas son cosas del destino y les aseguro que a las tres de la tarde, hora
en que salí
de casa, nadie podía suponer que se levantara aquel viento. Las nueve menos
veinticinco, las nueve menos veinte, las nueve menos cuarto. Transido,
amoratado.
Llegó a las nueve menos diez: tranquilo, sonriente y satisfecho. Con su grueso
abrigo
-¡Hola, mano!
Así, sin más. No lo pude remediar: lo empujé bajo el tren que pasaba.
Max Aub
(1903-1972)
http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/TEXTOS_LITERARIOS/
CUENTOS/crimenejemplar.htm
Tal y como se describe, por muy arto que parezca estar a causa de las largas
horas de espera, no parece dar pie al desenlace que finalmente presenta.
Es muy probable que se trate de la segunda opción, ya que dice que Héctor
aparece con un grueso abrigo gris y unos guantes forrados.
Sobre el narrador
1.3. ¿En qué persona está narrado el texto? ¿A quién se dirige con
sus palabras el
Sobre el espacio
El narrador describe un día (parece que sea de invierno), dice que hace mucho
frío, y solamente son las siete y cuarto.
Sobre la estructura
1.6. Indica la estructura del relato
Aquel cuerpo noble y bien formado, dechado de tantas gracias y cifra de tantas
perfecciones, hacía tiempo que iba perdiendo la morbidez de sus formas y las
pálido de la cara se hacía más notable por el subido carmín que coloreaba una
que pinta, aun a los menos conocedores, que padecen el cuerpo y el espíritu a
un
y del espíritu.
viñedos del Bierzo. Comenzaban a volar las hojas de los árboles, las
golondrinas
delgadas por medio de las cuales se abría paso de cuando en cuando un rayo
de
sol, tibio y descolorido. Las primeras lluvias de la estación que ya habían caído,
por el viento y esparcidos entre las grietas de los peñascos y por la cresta de
las
del aire en medio de su rápida carrera. Los ríos iban ya un poco turbios e
hinchados, los pajarillos volaban de un árbol a otro sin soltar sus trinos
armoniosos, y las ovejas corrían por las laderas y por los prados recién
despedirse del tiempo alegre y prepararse para los largos y oscuros lutos del
invierno.
darle?