You are on page 1of 2

Análisis literario del cuento “Luvina”, de Juan Rulfo

I.- Ubicación general


Autor: Juan Rulfo Nacionalidad: mexicano
Género Literario: cuento erudito
Es un cuento porque:
1.- Es breve: se desarrolla en pocas páginas y su lectura dura apenas menos de una hora.
2.- Es narrativo: relata la vida de un profesor que ha viajado y vivido en Luvina, un pueblo fantasma.
3.- Pocos personajes: aparece el narrador de la historia (profesor retirado) y el viajero que va hacia Luvina (profesor que viaja al
pueblo). Además, el pueblo fantasma de Luvina puede considerarse un personaje más.
Es un cuento erudito porque:
1.- Tiene espacio y tiempo definidos: ocurre en el pueblo de San Juan Luvina, en la ruta hacia el pueblo; además, se cuentan hechos
del pasado y del presente.
2.- Los sentimientos y las cualidades de los personajes se parecen a los de la vida real: tienen virtudes, vicios, cualidades y defectos.
El viajero lleva en su haber la, ilusión del trabajo en un pueblo rural; el profesor retirado recuerda su paso por Luvina con tristeza y
desagrado.
3.- Se interesan por presentarnos el ambiente: presenta una descripción total del pueblo de Luvina.
Obra a la cual pertenece: El llano en llamas
Los cuentos de “El llano en llamas”, a los que pertenece “Luvina”, se dan después de la Revolución Mexicana (1910 – 1920)
la cual pretendía lograr para cada campesino un pedazo de tierra donde sembrar y vivir. Pero la reforma agraria empeoro las cosas,
fue muy desorganizada. La tierra, mas que entre los campesinos se, distribuyó entre los obrajeros, entre los carpinteros, albañiles,
zapateros, peluqueros. Eran los únicos que formaban comunidad. Para formar comunidad se necesitaban veinticinco personas. Se
reunían y solicitaban tierras. Los campesinos no las pedían. La prueba esta que hasta la fecha, los campesinos no tienen tierras. Es
que el campesino esta muy allegado al hacendado, al patrón. Había el sistema de “mediero”, es decir, se sembraba la tierra, el patrón
especulación. Método que sigue igual hasta ahora. Por otra parte, a raíz de este acontecimiento político, se dan una serie de problemas
sociales y de críticas veladas al sistema educativo en las zonas rurales mexicanas, particularmente al fracaso del proyecto educativo
del presidente Lázaro Cárdenas y la Revolución Cristera.
Movimiento Literario: Realismo Mágico
1.- Desplazamiento temporal: se muestra una predominancia del tiempo psicológico; el personaje principal basa su relato en
recuerdos y evocaciones del pasado: “Ya mirará usted ese viento que sopla sobre Luvina. Es pardo. Dicen que porque arrastra
arena de volcán; pero lo cierto es que es un aire negro. Ya lo verá usted. Se planta en Luvina prendiéndose de las cosas como si las
mordiera”.
2.- Desplazamiento espacial: se alude a dos espacios, uno del pasado (San Juan Luvina) y otro del presente (se sabe que es un lugar
en ruta hacia Luvina): “-¡Oye, Camilo, mándanos otras dos cervezas más! -volvió a decir el hombre. Después añadió: //-Otra cosa,
señor. Nunca verá usted un cielo azul en Luvina”.
3.- Uso del monólogo interior: pareciera que el narrador habla consigo mismo, pues el otro interlocutor ni siquiera habla: “Por
cualquier lado que se le mire, Luvina es un lugar muy triste. Usted que va para allá se dará cuenta”.
II.- Análisis de forma y contenido
1.- Argumento
Dos hombres se encuentran en una tienda y beben cerveza. Solo uno habla, para dar su parecer de lo que es Luvina, lugar hacia
donde se dirige el que guarda silencio. El relato de su permanencia en Luvina es desalentador, y quiere transmitirle esta sensación al
otro, quien aparentemente no desistirá de su viaje. El narrador había ido como profesor a la población; quiso ejercer su misión y
ahora reconoce su fracaso. Sin embargo, todo el cuento es la descripción del pueblo y las costumbres de sus habitantes. Ya casi
todos son viejos, y a los pocos que pueden salir de allí, no les interesa hacerlo. El profesor llegó con su mujer y sus hijos. El lugar
era tan triste, que el arriero que los acompañaba dio de inmediato la vuelta para regresar. Allí no existían ni fonda ni mesón. Les
tocó pasar la noche en una iglesia abandonada y solo vieron algunas mujeres tras las rendijas de una puerta. La primera noche en
Luvina fue siniestra, y al amanecer el narrador vio al fin a las mujeres ir en busca de agua. El pueblo solo era visitado por los
hombres de vez en cuando, para dejar provisiones para los viejos y plantar otro hijo en el vientre de las mujeres. El escepticismo de
los habitantes es irrevocable. Desconfían del gobierno, de quien se expresan de manera ultrajante. Pero la razón de más peso por la
cual no quieren abandonar Luvina, es que si se van “¿quién se llevará a nuestros muertos? Ellos viven aquí y no podemo0s dejarlos
solos”. El personaje terminó por desistir y salir de allí. Nunca más piensa volver, y ahora ve con ironía que el otro quiera emprender
el viaje, tal vez con las mismas ilusiones que a él lo llevaron quince años atrás.
2.- Narrador.
En este relato se leen, o escuchan, las voces de dos narradores: el narrador que interviene de primero en el relato (narrador
principal), denominado narrador testigo desde el punto de vista de la primera persona gramatical y sabe menos que los personajes:
“...Y la tierra es empinada. Se desgaja por todos lados en barrancas hondas, de un fondo que se pierde de tan lejano. Dicen los
de Luvina que de aquellas barrancas suben los sueños; pero yo lo único que vi subir fue el viento, en tremolina, como si allá
abajo lo hubieran encañonado en tubos de carrizo. Un viento que no deja crecer ni a las dulcamaras: esas plantitas tristes que
apenas si pueden vivir un poco untadas en la tierra, agarradas con todas sus manos al despeñadero de los montes”. Un segundo
narrador, el narrador observador, cuya voz e intervenciones breves enmarcan la situación y la escena en las cuales se lleva a cabo
el relato del narrador primero o “el hombre aquel que hablaba”. Se trata de una situación enmarcada en la denominada “tienda”, o
lugar de paso, al pie de la loma y la cuesta de la Piedra Cruda por donde se llega hacia el pueblo denominado Luvina: “El hombre
aquel que hablaba se quedó callado un rato, mirando hacia afuera. //Hasta ellos llegaba el sonido del río pasando sus crecidas
aguas por las ramas de los camichines, el rumor del aire moviendo suavemente las hojas de los almendros, y los gritos de los
niños jugando en el pequeño espacio iluminado por la luz que salía de la tienda”.
3.- Personajes.
El profesor: cuenta a un inter5locutor pasivo que se dirige a Luvina, los detalles de este pueblo singular y misterioso. Él ha fracaso
en su misión social allí, y todas sus palabras están dirigidas a disuadir del viaje a su compañero silencios
Agripina: mujer del profesor, quien lo acompaña a Luvina junto con sus hijos.
Camilo: cantinero del lugar donde se encuentran los dos hombres.
-2-
San Juan Luvina: es el pueblo fantasma del relato. En este pueblo todo es adverso al hombre, desolador hasta el punto de
adueñarse de sus habitantes y volverlos también negativos. Por eso se entiende que los pobladores continúen allí: si ellos no hacen
nada por liberarse de la negatividad que los va envolviendo, deben ser castigados y la sentencia consiste, precisamente, en continuar
viviendo en Luvina es decir, en seguir en el “purgatorio”.
4.- Espacio.
El pueblo de San Juan Luvina (Por cierto, un pueblo que existe realmente en la Sierra Juárez del Estado de Oaxaca, un lugar de
encinas y coníferas, de clima frío y lluvioso, que Rulfo conoció. El nombre le gustó y se lo aplicó al pueblo literariamente recreado
de su cuento, que nada tiene que ver con el Luvina real), se caracteriza como un especio intermedio entre la tierra y el cielo, un
lugar de paso también, en el que se vive un tiempo sin principio ni fin, como lo define la propia voz del narrador: “pero aquello es el
purgatorio”. Por otra parte, el lugar representado por la cuesta de la Piedra Cruda desempeña un papel importante porque es la vía que
comunica los dos espacios y ambientes: el ahora (presente) y el evocado (el pasado), el arriba y el abajo, el aquí y el allá. Esta cuesta
viene a servir de puente entre los dos espacios que sirven de nexo: “Dicen los de Luvina que de aquellas barrancas suben los
sueños; pero yo lo único que vi subir fue el viento, en tremolina, como si allá abajo lo hubieran encañonado en tubos de carrizo”.-
5.- Tiempo de la narración.
En cuanto al tiempo de la narración, se puede observar que el discurso de la voz narrativa principal se lleva a cabo en el tiempo
presente de la narración, mientras que lo narrado ocu8rre en el tiempo evocado, el pasado, con lo cual se puede evidenciar la
oposición ahora / antes: “Resulta fácil ver las cosas desde aquí, meramente traídas por el recuerdo, donde no tienen parecido
ninguno. Pero a mí no me cuesta ningún trabajo seguir hablándole de lo que sé, tratándose de Luvina. Allá viví. Allá dejé la
vida... Fui a ese lugar con mis ilusiones cabales y volví viejo y acabado. Y ahora usted va para allá...”. Tenemos entonces un doble
plano narrativo: el presente y el pasado, en orden perturbado (retrospección) y tiempo evocado (psicológico).
6.- Estilo.
Prevalece el estilo directo (los textos del narrador van entrecomillados), en forma de monólogo interior: “Aquella noche nos
acomodamos para dormir en un rincón de la iglesia, detrás del altar desmantelado. Hasta allí llegaba el viento, aunque un poco
menos fuerte. Lo estuvimos oyendo pasar encima de nosotros, con sus largos aullidos; lo estuvimos oyendo entrar y salir de los
huecos socavones de las puertas; golpeando con sus manos de aire las cruces del viacrucis: unas cruces grandes y duras hechas
con palo de mezquite que colgaban de las paredes a todo lo largo de la iglesia, amarradas con alambres que rechinaban a cada
sacudida del viento como si fuera un rechinar de dientes”.
7.- Lenguaje.
El lenguaje de la narración es sencillo, accesible al destinatario, pero a la vez tiene una gran fuerza lírica en sus imágenes literarias.
Aparrasen muchas figuras literarias, como metáforas (“es un lugar donde anida la tristeza”), símiles (“de modo que la tierra por allí
es blanca y brillante como si estuviera retorcida siempre por el rocío del amanecer”), hipérboles (“Un lugar moribundo donde se
han muerto hasta los perros y ya no hay ni quien le ladre al silencio; pues en cuanto uno se acostumbra al vendaval que allí sopla,
no se oye sino el silencio que hay en todas las soledades”) y prosopopeyas (“Dicen los de Luvina que de aquella barranca suben los
sueños”).
8.- Código apreciativo
El narrador, en el código apreciativo, expresa un sentimiento de desolación, tanto en lo físico como en lo espiritual: “San Juan
Luvina. Me sonaba a nombre de cielo aquel nombre. Pero aquello es el purgatorio. Un lugar moribundo donde se han muerto
hasta los perros y ya no hay ni quien le ladre al silencio; pues en cuanto uno se acostumbra al vendaval que allí sopla, no se oye
sino el silencio que hay en todas las soledades. Y eso acaba con uno. Míreme a mí. Conmigo acabó. Usted que va para allá
comprenderá pronto lo que le digo… ". Esta idea de que la tristeza del ambiente acaba por apoderarse de los habitantes, también se
reitera en varias ocasiones, lo cual configura de modo determinante el contenido del cuento: desolación por todos los lugares donde se
mire: “Por cualquier lado que se le mire, Luvina es un lugar muy triste. Usted que va para allá se dará cuenta. Yo diría que es el
lugar donde anida la tristeza. Donde no se conoce la sonrisa, como si a toda la gente le hubieran entablado la cara. Y usted, si
quiere, puede ver esa tristeza a la hora que quiera. El aire que allí sopla la revuelve, pero no se la lleva nunca”. Por otra parte, la
Naturaleza es un elemento adverso al hombre; en ocasiones, la fuerza de la Naturaleza actúa en contra del ser humano, sobre todo
cuanto este se halla impotente para combatirla. En Luvina, la Naturaleza tiene una connotación negativa, pero el hombre debe estar
agradecido con ella porque lo protege de un mal mayor: por ejemplo, el viento es un mal porque es demasiado fuerte y constante; pero
a la vez, el factor que contrarresta otro mal más grande: el sol sofocante: “-¿No oyen ese viento? -les acabé por decir-. Él acabará
con ustedes. //“-Dura lo que debe de durar. Es el mandato de Dios -me contestaron-. Malo cuando deja de hacer aire. Cuando eso
sucede, el sol se arrima mucho a Luvina y nos chupa la sangre y la poca agua que tenemos en el pellejo. El aire hace que el sol se
esté allá arriba. Así es mejor”.
9.- Comentario
Hay en este relato una crítica social y política, puesto que tanto el hombre que va a ir a Luvina como el que regresó de aquel pueblo
son maestros rurales llenos de las “ilusiones educativas” propias del gobierno mexicano de los años cincuenta. “En esa época tenía yo
mis fuerzas... Usted sabe que a todos nosotros nos infunden ideas. Y uno va con esa plasta encima para plasmarla en todas
partes”, comenta el maestro protagonista. Rulfo muestra el absurdo de la política educativa de un gobierno que desconoce la extrema
pobreza y abandono de muchos de sus gobernados. Las promesas que el gobierno mexicano ha hecho durante mucho tiempo,
promesas de prosperidad e igualdad para todos, los habitantes de Luvina ya hace mucho tiempo que no se las pueden creer.
“Luvina” es, tal vez, la más acertada expresión literaria, la más amarga y desolada, que pueda darse de un pueblo y unas gentes, de un
clima y un territorio. Y al finalizar la lectura nos damos cuenta de que todo el abrumador peso del relato cae implacable y únicamente
sobre la persona del maestro rural. Las últimas palabras que pronuncia este oscuro protagonista narrador, antes de caer definitivamente
derrumbado sobre la mesa de la cantina, son la patética y amarga aceptación del vacío y la destrucción de un hombre que ya no tiene
nada en qué agarrarse. Y esa misma derrota también se apoderará, inexorablemente, de ese otro personaje casi irreal, el nuevo maestro
que se dirige a Luvina.

You might also like