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Los otomíes son un pueblo indígena del centro de México.

Está emparentado
lingüísticamente con el resto de los pueblos de habla otomangueana, cuyos antepasados han
ocupado la Altiplanicie Mexicana desde varios milenios antes de la era cristiana.
Actualmente, los otomíes habitan un territorio fragmentado que va del norte de Guanajuato
al sureste de Tlaxcala. Sin embargo, la mayor parte de ellos se concentra en los estados de
Hidalgo, México y Querétaro. De acuerdo con las estadísticas de la Comisión Nacional
para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de México, la población étnica[2] otomí sumaba
646.875 personas en la República Mexicana en el año 2000, lo que les convierte en el
quinto pueblo indígena más numeroso del país. De ellos, sólo un poco más de la mitad
hablaban el otomí. Al respecto, cabe decir que la lengua otomí presenta un alto grado de
diversificación interna, de modo que los hablantes de una variedad suelen tener dificultades
para comprender a quienes no hablan otro dialecto. De ahí que los nombres con los que los
otomíes se llaman a sí mismos son numerosos: ñätho (valle de Toluca), hñähñu (valle del
Mezquital), ñäñho (Santiago Mezquititlán en el Sur de Querétaro) y ñ'yühü (Sierra Norte de
Puebla, Pahuatlán) son algunos de los gentilicios que los otomíes emplean para llamarse a
sí mismos en sus propias lenguas, aunque es frecuente que cuando hablan en español
empleen el etnónimo otomí, de origen náhuatlComo ocurre con la mayor parte de los
etnónimos empleados para referirse a los pueblos indígenas de México, el término otomí no
es nativo del pueblo al que hace referencia. Otomí es un término de origen náhuatl que
deriva de otómitl,[4] palabra que en la lengua de los antiguos mexicas quiere decir quien
camina con flechas,[5] aunque autores como Wigberto Jiménez Moreno lo hayan traducido
como flechador de pájaros.[6] También resulta plausible que el gentilicio sea derivado del
nombre de Oton, un caudillo de este pueblo que vivió en la época prehispánica. De acuerdo
con los miembros del pueblo a que refiere este término, otomí tiene un sentido peyorativo
porque está asociado con una imagen derivada de las fuentes coloniales y nahuas donde los
otomíes son presentados como indolentes y perezosos. Por ello, desde hace algunos años ha
habido un resurgimiento del empleo de los nombres nativos, especialmente en el valle del
Mezquital, Querétaro y el noroeste del estado de México; territorios con un alto porcentaje
de población étnica otomí. En cambio, en el oriente de Michoacán la recuperación del
gentilicio nativo no ha tenido el mismo auge.[7]
Matlatzinca o pirinda (Botuná en su lengua indigena) es el nombre usado para
referirse a distintos pueblos indígenas de México que habitan desde el valle de Toluca en el
Estado de México, localizado en la meseta central del país homónimo hasta el oriente del
estado de Michoacán. El término se aplica al grupo étnico que habita el valle y a su lengua.
Actualmente su lengua se restringe principalmente a San Francisco Oxtotilpan, poblado
perteneciente al municipio de Temascaltepec, Estado de México, México.

Cuando se usa como etnónimo, Matlatzinca refiere a la gente de Matlatzinco, el nombre


náhuatl dado por los aztecas al valle de Toluca. La capital política del valle también se
denomina Matlatzinco, una gran ciudad en su época cuyas ruinas se conocen como el sitio
de Calixtlahuaca.

Matlatzinca en náhuatl significa 'señores de la red' o 'los que hacen redes', y deriva de
matla- 'red', -tzin(reverencial) y -catl (gentilicio). Este exónimo les fue dado por los
mexicas, porque los matlatzincas poblaban regiones cercanas a áreas lacustres donde
practicaban extensivamente la pesca.

Los matlazincas habitaron principalmente el sur y el occidente del Estado de México, el


oriente de Michoacán y el norte de Guerrero y algunas localidades de Morelos y el Distrito
Federal, ubicándose el centro de su territorio en la antigua zona lacustre del Alto Lerma. De
hecho toda los estados de Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Morelos, Michoacán, Guerrero,
Jalisco y Colima predominanban pueblos de lengua otomangueana entre los que se
encuentran, además de los matlatzincas, los otomíes, los mazatecos y los mazahuas.

Los matlatzincas antiguos formaron poderosos señores que en la época prehispánica


construyeron importantes centros políticos y ceremoniales, integrantes también del señorío
que dominó el extenso territorio habitado por otomíes, mazahuas, ocuiltecas y nahuas;
conocido como Valle de Matlatzinco (hoy valle de Toluca).

Las lenguas matlatzinca-tlahuica son parte del grupo de lenguas otopames, subgrupo de las
lenguas otomangueanas que incluyen al otomi, pame, y chichimeca-jonaz

El idioma tiene dos subgrupos dialectales que son mutuamente ininteligibles: uno de ellos
llamado Ocuilteca o Tlahuica y el
Matlatzinca propiamente dicho. Se
considera que en una época eran un mismo
lenguaje que evolucionó en forma
divergente en dos grupos separados. El
idioma está en peligro de extinción, y en
nuestros días es hablado por no más de 100
personas, la mayoría de edad avanzada en
San Francisco Oxtotilpan, mientras que el
subgrupo Ocuilteca lo hablan entre 50 y 10
personas en los pueblos de San Juan
Atzingo y Santa Lucía del Progreso.
Los tlahuica fueron uno de los grupos aztecas que vivieron en el altiplano central de
México en el período inmediatamente anterior a la conquista Española (1521 AD).
'Aztecas' es un término general que engloba a varios grupos étnicos unidos bajo una
amplia cultura con un mismo lenguaje ( Nahuatl), con un común origen histórico, y
muchos otras características culturales; deidades, ceremonias, tipos de instrumentos y
moneda. Los tlahuica vivieron en un área que ahora es el estado de Morelos, sus ciudades
más grandes fueron Cuauhnahuac (Cuernavaca) y Huaxtepec (Oaxtepec). Los aztecas
mantuvieron cuidadosos registros de ciertos temas políticos, comerciales y religiosos. La
crónica de la historia de los aztecas comienza con la migración de varios diferentes grupos
étnicos desde la mítica Aztlan que no ha sido identificada con precisión, pero que se
encontraba en algún lugar del noroeste de mesoamerica. Cuando estos grupos llegaron al
altiplano central de México, fundaron nuevas ciudades y dinastías. Los logros e historia de
estas dinastías llenan muchos de los códices pictóricos que han sobrevivido. Ninguno de
estos códices dinásticos de las ciudades-estado Tlahuicas sobrevivió, pero los tlahuica se
encuentran mencionados en las historias de los mexica. El códice Mendoza y otros
documentos nos narran como los tlahuica fueron conquistados por los mexica en dos
ocasiones en tiempos de los tlatoanis Ixcoatl y Moctezuma Ilhuicamina y el tipo de tributo
que la gente de Morelos tenia que darle al Imperio Azteca. (ver Maldonado 1990)

Varias fuentes mencionan algunos nombres de la dinastía Tlahuica de Cuauhnahuac,


relacionados con los mexica y otros grupos del altiplano a través de matrimonios. Por
ejemplo, Tezcacohuatzin, el Tlatoani de Cuauhnahuac en el siglo XIV fue descrito como
uno de los más poderosos reyes aztecas de ese tiempo, y uno de los gobernantes Mexica.
Huitzilihuitl uno de los primeros
tlatoanis Mexica se casó con la hija
de Tezcacohuatzin para formar una
alianza política. La princesa
Tlahuica, Miahuaxihuitl, tuvo un hijo
de esta unión, Motecuhzoma
Ilhuicamina que se convertiría en el
más famoso de los Tlatoani Mexica.
(Motecuhzoma luego reconquisto
Cuauhnahuac para integrarlo de
nuevo al imperio azteca, quizá
olvidando sus raíces). El hermano
de Miahuaxihuitl, Cuauhtototzin
sucedió a su hermano como Tlatoani de Cuauhnahuac alrededor de 1400 AD. Estos
matrimonios estratégicos están elaborados en Smith (1986).

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