Algunos elementos sobre la expropiación petrolera.
La expropiación petrolera de 1938 la tenemos que ver en el contexto de la revolución mexicana y sobre todo en base a los postulados de la carta magna de 1917. En donde el articulo 27 constitucional jugo un papel importante. Pero fueron las movilizaciones de los trabajadores petroleros y del pueblo de México, las que determinaron la expulsión de las trasnacionales petroleras de nuestro país, al grito de ¡¡no volverán!! La expropiación de la industria petrolera. Después de toda una serie de huelgas y movimientos político sindicales impulsados por los trabajadores petroleros en contra de las trasnacionales petroleras, debido a toda una serie de injusticias, maltratos y discriminación. El 15 de agosto de 1935 los trabajadores petroleros lograron formar el sindicato nacional de industria, al cual denominaron Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la Republica Mexicana (STPRM). Poco tiempo después de su formación el STPRM, estaba listo para emprender la lucha por mejores condiciones de trabajo, para 1936 ya tenían la redacción de un proyecto de Contrato Colectivo de Trabajo, donde se solicitaba una jornada de 40 horas y el pago del salario completo en caso de enfermedad, se pedía aumento de salarios y prestaciones, que ascendían a unos 70 millones de pesos, las compañías ofrecían un máximo de 14 millones de pesos. Las partes no llegaron a ningún acuerdo, las petroleras son emplazadas a huelga, pero por intervención de Lázaro Cárdenas la huelga se fue posponiendo. Cárdenas propuso que se formara una mesa de trabajo, los trabajadores le propusieron a las trasnacionales el proyecto de CCT donde se señalaban toda una serie de prestaciones, las empresas estuvieron de acuerdo con el CCT, pero se manifestaron en contra de las prestaciones. En noviembre de 1936 estuvo a punto de estallar la huelga ya que no había acuerdo entre los trabajadores y las compañías. Lázaro Cárdenas intervino en este proceso y les propuso a las partes llevar acabo una convención obrero- patronal, durante 120 días, en dichas pláticas estuvieron presentes representantes del gobierno tratando de conciliar para que las partes llegaran a un acuerdo que resolviera de manera razonable el conflicto. Lo cual no se lograron. La convención se dio por terminada a principio de mayo de 1937. Y, el 27 de mayo estallo la huelga, los estragos en la sociedad y la industria no se hicieron esperar ya que al paso de los días, el combustoleo, la gasolina, en si los petrolíferos empezaron a escasear. Ante está situación las trasnacionales empezaron a atacar a los trabajadores en los medios, señalando que tenían buenos salarios y prestaciones. La actitud de los dueños y representantes de las petroleras en este conflicto siempre fue prepotente y altanera. Para ese momento Lombardo Toledano era dirigente de la CTM y les propuso a los petroleros un cambio de estrategia. Cambiando el problema laboral en un “conflicto económico”, este elemento suponía transformar el problema laboral y alejarlo de los tribunales laborales y llevarlo a niveles de decisión gubernamental. Los petroleros aceptaron está estrategia y levantaron la huelga bajo la condición de que la problemática se analizara como un conflicto económico, el gobierno nombro una comisión de 3 peritos, los cuales estudiarían la problemática. El 7 de junio de 1937 el STPRM interpuso la demanda de conflicto de orden económico y el 9 de junio levantaron la huelga. Con base en la ley los peritos tenían que presentar a la junta en un término legal de 30 días un informe del estado financiero de las empresas. Dicha comisión realizo un informe que constaba de 2,700 páginas, el cual fue resumido para su presentación en 100 páginas, dicho informe fue presentado el 3 de agosto de 1937. Más bien era un documento de corte político. En donde se hacia mención de toda una serie de anomalías cometidas por las empresas en contra de los trabajadores, del gobierno de México y de la nación. Señalando que las empresas solo veían por su interés propio. Uno de los elementos que agudizaron el conflicto fue que en su conclusión los peritos señalaron que las compañías petroleras establecidas en México producían rendimientos muy superiores a las de Estados Unidos.
El 18 de diciembre de 1937 los tribunales del trabajo emitieron su fallo,
condenaban a las empresas a pagar los salarios caídos por un monto de 26 millones 200 mil pesos y se les indicaba que tenían que pagar prestaciones similares a las propuestas por los peritos a sus trabajadores. Las compañías no aceptaron el fallo e interpusieron una demanda de amparo el 2 de enero de 1938 ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El cual les fue negado. El primero de marzo de 1938 el laudo a favor de los trabajadores fue ratificado en los tribunales del trabajo y se le informo a la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje para que cumpliera dicho laudo en un termino de 72 horas. A esas alturas del juicio las trasnacionales no podían hacer nada en el ámbito legal pero seguían en rebeldía. A solicitud del STPRM la junta declaro terminado el Contrato Colectivo de Trabajo entre los trabajadores y las empresas, posteriormente tubo que declarar a las empresas en rebeldía ya que se negaron a acatar el fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El 3 de marzo de 1938 la Suprema Corte de Justicia les negó el amparo a las trasnacionales, este hecho los obligaba a incrementar los salarios y mejorar las condiciones laborales de los petroleros. En ese contexto se señala que Lázaro Cárdenas participo en varias reuniones con los directivos de las compañías, cuando menos los días 3, 6 y 7 de marzo de 1938. El día 7 de marzo el presidente Lázaro Cárdenas les propuso a las empresas el pago de los 26 millones como garantía para que se resolviera el conflicto. “Uno de los dueños de una de las compañías preguntó "¿Y quién lo garantiza?". "El presidente de la República" contestó Lázaro Cárdenas, a lo cual el dueño respondió "¿Usted?". Lázaro Cárdenas dio por terminadas las pláticas”. Se dice que este incidente marco de manera decisiva la postura de Cárdenas en torno a la problemática que representaban las trasnacionales petroleras en nuestro país. Las cuales gozaban de muchos privilegios, no pagaban impuestos, los salarios que pagaban eran muy precarios, su ingerencia en la vida política y económica del país era muy activa, llegaron a derrocar presidentes etc., pero la gota que derramo el vaso fue la actitud prepotente y altanera que manifestaron en el conflicto obrero patronal. En donde no estaban de acuerdo a acatar las leyes de México.
El 18 de marzo de 1938, las compañías fueron advertidas que se planeaba algo
fuerte para ellas, y declararon que estaban dispuestas a pagar los 26 millones de pesos. Sin embargo Cárdenas ya había tomado la determinación y a las 8 de la noche, por la radio en cadena nacional, leyó un mensaje a la nación en el cual declaro la expropiación de la industria petrolera. Pasando a ser propiedad de la nación. Esta disposición se llevo acabo con base en la ley de expropiación del 23 de noviembre de 1936 y con la aplicación del artículo 27 constitucional. Las trasnacionales expropiadas fueron: Compañía Mexicana de Petróleo El Águila, (London Trust Oil-Shell), Mexican Petroleum Company of California (ahora Chevron-Texaco la segunda empresa petrolera global) con sus tres subsidiarias: Huasteca Petroleum Company, Tamiahua Petroleum Company, Tuxpan Petroleum Company; Pierce Oil Company, subsidiaria de Standard Oil Company (ahora Exxon-Mobil, la más grande empresa petrolera mundial); Californian Standard Oil Co. de México; Compañía Petrolera Agwi, SA., Penn Mex Fuel Oil Company (ahora Penzoil); Stanford y Compañía Sucrs. Richmond Petroleum Company of Mexico , ahora (ARCO); Compañía Exploradora de Petróleo la Imperial SA., Compañía de Gas y Combustible Imperio y Empresas; Mexican Sinclair Petroleum Corporation, sigue siendo Sinclair Oil; Consolidated Oil Companies of Mexico SA, Sabalo Transportation Company; y finalmente la Mexican Gulf Petroleum Company (luego llamada Gulf). El 21 de marzo de 1938 las trasnacionales fueron convocadas para que se pusieran de acuerdo con la Secretaría de Hacienda. Sobre la indemnización que recibirían por sus bienes. Pero las compañías no estaban de acuerdo con la nacionalización y señalaron que era un acto confiscatorio y el 22 de marzo apelaron al departamento de Estados Unidos, para que interviniera en está acción que consideraban violatoria. El 30 de marzo el secretario de Estado de USA Mr. Hull, declaro “que el gobierno de su país no ponía en duda el derecho de México en el ejercicio de su poder soberano, a expropiar bienes que estuvieran bajo su jurisdicción”. Cárdenas respondió de manera formal ante este hecho. “mi gobierno considera que la actitud adoptada por el gobierno de Estados Unidos en lo relativo a la expropiación de las compañías petroleras, reafirma una vez más la soberanía de los pueblos de este Continente, la cual ha mantenido tan entusiastamente el estadista del país más poderoso de América, su excelencia el presidente Roosevelt. Por este gesto Sr. Embajador su presidente y su pueblo han ganado la estimación del pueblo de México”. El 23 de marzo de 1938 la CTM convoco a una manifestación en apoyo a Lázaro Cárdenas, dicha manifestación pasó de ser una manifestación obrera a una manifestación popular de una gran magnitud, se calcula que más de 200 mil personas estuvieron desfilando frente a palacio nacional, durante gran parte del día para manifestar su apoyo por la expropiación petrolera. Hay que hacer el señalamiento que el apoyo de los trabajadores y del pueblo de México no solo quedo manifiesto en la concentración del 23 de marzo. Sino que el pueblo de México fue el que pago la indemnización a las trasnacionales. Durante los siguientes meses se hicieron colectas en donde el pueblo aporto lo que tenia, para pagarle a las trasnacionales, huevos, gallinas, lleves de cobre etc. Hace poco tiempo una señora me comento que cuando era niña ella contribuyo, dio su primer costura o su primer bordado “por eso yo también soy dueña de PEMEX”, dijo. A manera de conclusión. Lo que entendemos como expropiación petrolera. En realidad fue un acto de la aplicación de la ley y la justicia a las empresas trasnacionales. En donde simplemente les fueron retiradas las concesiones que se les habían otorgado. Dicha acción se hizo con base a derecho, fundamentada por el artículo 27 constitucional, el cual señala que “la riqueza del subsuelo pertenece a la nación.” El artículo 27 constitucional está aún vigente, sin embargo mediante una ley secundaria, los gobiernos neoliberales desde 1992 han estado otorgando conseciones nuevamente a las empresas trasnacionales para que hagan funciones que constitucionalmente le corresponden al Estado por medio de PEMEX.
En la actualidad el gas se ha privatizado, la industria petroquímica nacional no
funciona ni al 30%, los aceites de trasmisión y las grasas industriales son importados, el 42% de las gasolinas se importan, etc. A México lo han convertido en un productor y exportador de crudo. No es posible que se estén exportando las materias primas y posteriormente se importen productos transformados o ya elaborados y por supuesto más caros. El caso de la gasolina es muy ilustrativo. Somos un país petrolero y tenemos que comprar este producto a precios internacionales. Pero hasta el momento las autoridades de nuestro país no quieren entender o están mal informadas.