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DIOS NOS QUIERE SANOS

Objetivo: Mostrar la voluntad de Dios sobre el ser humano, Dios quiere la sanación integral
de la persona humana, en síntesis, comunicar el don maravilloso de la SALVACIÓN.
DIOS NOS QUIERE SANOS
- Al crear Dios al ser humano, a su imagen y semejanza lo creo, pero no lo creo enfermo y
en desarmonía (Gen 1,31), lo creo en amistad con Él y en armonía consigo mismo, los
demás y con toda la naturaleza. Lo creo sano y saludable.
- Fue por una decisión libre e equivocada, que el ser humano eligió el camino contrario a la
Voluntad de Dios. Ese camino errado es el camino de querer vivir sin importar lo que Dios
dice y hace, es tratar de vivir como si Dios no existiera, es básicamente no creerle ni
confiar en Él. Es la realidad humana de seguir los propios impulsos caminando en egoísmo
y soledad.
- Una vida sin Dios llevo a la humanidad, al pecado, y fue el pecado lo que trajo consigo el
dolor, la desarmonía, la enfermedad, el sufrimiento y la muerte. (Rm,3,23; 5,12; 6,23)
- Dios no envía o manda la enfermedad. La misma fue provocada por la desobediencia del
ser humano.
- Pero en toda enfermedad, Dios si tiene una palabra para la persona enferma, para su
familia, para sus seres queridos, aun hasta para sus compañeros de trabajo y conocidos.
- Por eso, hemos de preguntarnos en el momento de enfermedad, problema, necesidad,
dolor y tristeza. ¿Qué quiere decirme Dios al permitir que pase por esta enfermedad, esta
situación problemática, esta necesidad grave, esta angustia, etc?
- Cuántas personas, se han vuelto a Dios por medio de una enfermedad, de un desastre, de
una necesidad o de una angustia. A través de una enfermedad o una situación complicada
se han reconciliado con sus familia o seres queridos, han aprendido a respetar y valorar la
vida humana y han aprendido a orar y ha acercarse a Dios con fe y confianza.
JESÚS SALVADOR
- Jesús NO vino a curar enfermedades sino enfermos: Personas completas, por ello
podemos decir que la Salvación que trae la persona de Cristo es la sanación integral del ser
humano, la sanación de la persona completa. Él no quiso sólo suprimir los síntomas de un
mal, sino sanar la raíz que origina ese mal.
- Jesús no es una aspirina ni vino para darnos calmantes. Su misión no ha sido sanar partes
de nuestro cuerpo, sino darnos una Vida Plena, una Vida en abundancia, vino a este
mundo para darnos corazones nuevos, mentes nuevas, hacernos nacer de nuevo como
hijos de Dios, nos enseño a ser hermanos de los demás, y ser verdaderamente Templos del
Espíritu Santo. Cristo fue enviado por Dios para hacernos personas íntegramente sanas.
- Seria agotador ofrecer citas bíblicas sobre el ministerio sanador de Jesús. Todo el
Evangelio no es sino una interminable cadena de acciones misericordiosas de Jesús que
sanaba a todos los que acudían a Él con sus dolencias.
- En su presentación como Mesías, muestra claramente que su misión es la salvación de
todos los seres humanos, es decir la sanación integral: “El Espíritu de Dios está sobre mí,
porque me ha ungido para anunciar Buenas Nuevas a los pobres. Me ha enviado a
proclamar la liberación de los cautivos y dar vista a los ciegos, para dar libertad a los
oprimidos y proclamar un Año de gracia del Señor” Lc 4,18-19.
- La Misión de Jesús era sanar física como interiormente y liberar de toda atadura que
esclaviza al ser humano, especialmente del pecado. El nombre en español Jesús deriva del
nombre en latin Iesus el cual fue transliterado del nombre griego Ἰησοῦς (Iēsoûs), por
tanto, Yeshua significaría "Yahveh salva" en hebreo. Entendemos que esa salvación que se
hace referencia es integral y completa, es decir, tomando al ser humano en todas sus
dimensiones.
- Jesús sigue sanando hoy porque Él está vivo, y continua obrando por su acción salvadora.
- El pecado es la enfermedad básica, raíz de todos los demás males que hay en la
humanidad: Jesús ha venido a liberarnos de esa esclavitud, porque Él es, el Cordero de
Dios, que quita el pecado del mundo (Jn 1,29; Mt1,21)

- El Catecismo de la Iglesia católica en el N°1421 dice: “El Señor Jesucristo, médico de


nuestras almas y de nuestros cuerpos, que perdonó los pecados al paralítico y le devolvió
la salud del cuerpo (cf Mc 2,1-12), quiso que su Iglesia continuase, en la fuerza del Espíritu
Santo, su obra de curación y de salvación, incluso en sus propios miembros. Este es
finalidad de los dos sacramentos de curación: del sacramento de la Penitencia y de la
Unción de los enfermos”.

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