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LA CIENCIA POLITICA*
1
Índice Pag.
1. La formación económico-social 4
1.1 Concepto 4
1.2 La base económica y la superestructura 4
2. El Estado 8
2.1 Concepto de Estado 8
2.1 Origen del Estado 9
2.3 Funciones del Estado 10
2.4 Naturaleza del Estado 11
2.5 Tipos de Estado y formas de gobierno 11
2.6 Formas de gobierno en el tipo de Estado socialista 22
2.7 La extinción del Estado 23
3. El poder 26
3.1 El problema teórico 26
3.2 Concepción objetiva del poder 27
3.3 El poder del Estado. Aparato de Estado 28
4. La violencia 29
4.1 La praxis 29
4.2 Praxis productiva y praxis social 29
4.3 Los hechos violentos y la situación de violencia 31
4.4 La contraviolencia 32
4.5 El terror como forma de violencia 32
5. La ideología 34
5.1 El problema teórico de la ideología 34
5.2 Concepción objetiva de la ideología 36
5.3 La ideología y las clases sociales 38
5.4 La formación de la ideología 42
5.5 Los aparatos ideológicos 42
5.6 Principales corrientes ideológicas 43
6. Partidos políticos 46
6.1 Concepto 46
6.2 Origen y evolución de los partidos políticos 50
6.3 Régimen jurídico de los partidos políticos 55
6.4 Conformación y estructura de los partidos 58
6.5 Fines y actividades de los partidos 62
6.6 Sistemas de partidos 64
7. Grupos de presión 70
7.1 Concepto y tipos de grupos de presión 70
2
7.2 Factores de poder de los grupos de presión 76
7.3 Formas de actuación de los grupos de presión 77
7.4 Formas típicas de los grupos de presión 79
3
1. LA FORMACIÓN ECONÓMICO SOCIAL
1.1 CONCEPTO
El término "formación Económico Social" es utilizada por el materialismo histórico para
identificar a la sociedad. M.M. Rosental, citado por Carlos Noriega lo define así: "se
entiende por formación social o formación económico social a un tipo histórico de
sociedad, que se basa en un determinado modo de producción y constituye una etapa
del desarrollo progresivo de la historia mundial de la humanidad...". Es una sociedad
concreta. 1 De acuerdo a Ricardo Juárez, es "un conjunto de fenómenos y procesos
basados en un tipo históricamente determinado de relaciones de producción".
Históricamente debiera entenderse no sólo como el hecho de que las relaciones sociales
son transitorias, sino sobre todo, que se forman a través del tiempo. “Es un conjunto de
individuos que se relacionan de determinada forma, que basan su existencia en
determinadas relaciones de producción, que se forman a través del tiempo y que por ello,
toda sociedad es una formación económico social.” 2
A Marx se debe la creación del concepto formación económico social y se usan
indistintamente los términos formación social o formación económico social. Esta
categoría permite diferenciar los períodos históricos y estudiar a la sociedad humana en
cada uno de ellos como un todo, en su unidad orgánica e interacción entre sus partes.
El paso de una formación social a otra superior se da por medio de una revolución social,
pero no es el hecho político ni la vida política la que determina la naturaleza de la
formación económico - social, sino la naturaleza de las relaciones económicas
imperantes en la sociedad, no sólo porque la sociedad funda su existencia física en las
relaciones económicas, sino porque la vida política de la sociedad está orientada a
reproducir en determinada forma a la vida económica de la sociedad.3
1
Noriega Castillo, Carlos. F. Formación Económico Social y Estado. USAC Fac. CCEE. 1994 Pg. 1
2
Flores Palacios Carlos. La Formación Económico Social y el Positivismo y su Desarrollo. 1998. Pg. 5
3
Flores Palacios, Carlos. Op. Cit. Pg. 5
4
En la base económica de la sociedad se llevan a cabo los procesos de producción,
distribución, cambio y consumo de los bienes materiales.
La chispa inicial, el motor del desarrollo social es el desarrollo de las fuerzas productivas;
cuando en una sociedad se frena el desarrollo de las fuerzas productivas, se producen
cataclismos sociales, crisis, contradicciones, que conllevan a transformaciones
estructurales y superestructurales que tienden a eliminar los mecanismos de freno e
impulsar el desarrollo de las fuerzas productivas. Como se indicó, el modo de
producción es la unidad formada por las fuerzas productivas y las relaciones sociales de
producción, pero en el que las relaciones de producción son de un solo tipo: primitivas,
asiáticas, esclavistas, feudales, mercantiles simples capitalistas o socialistas. Cada tipo
de relaciones sociales engendra un modo de producción. La base económica la integran
las diversas relaciones de producción, y otros tantos modos de producción, pero, en ella,
un modo producción es dominante y subordina a los otros. Con el desarrollo de la
sociedad, diferentes modos de producción aparecen articulados entre sí en la base
económica de la sociedad. Esta es la razón por la que frecuentemente se subraya que la
base económica y la formación social son una imbricación o combinación de distintos
modos de producción. En el "Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía
Política", al referirse Marx a la base económica, únicamente menciona a las relaciones
de producción, porque como movimiento de las fuerzas productivas, considera a las
relaciones de producción como una forma de desarrollo de ellas, que también pueden
convertirse en su traba.
Lo que diferencia fundamentalmente a una formación económico - social de otra son las
relaciones sociales de producción, por ejemplo, lo que diferencia a una sociedad
socialista de una capitalista con similar grado de desarrollo de las fuerzas productivas
son las relaciones sociales de producción, vale decir, la propiedad sobre los medios de
producción; en una predomina la propiedad privada y en la otra la propiedad social y con
ello cambian también las instancias superestructurales. La principal relación social de
producción es la propiedad sobre los medios de producción y ésta tiene una expresión
jurídica, pues el derecho confirma y regula esta propiedad.
Cuando las relaciones de producción no corresponden a las fuerzas productivas, por el
contrario, embrecan su desarrollo, se provocan períodos de revolución social, se dan
transformaciones en la base económica que generan a su vez transformaciones en la
forma de normar y dirigir la sociedad así como en su manera de concebirla. Las
transformaciones afectan principalmente a las relaciones sociales de producción para
instaurar otras cualitativamente superiores en la interactividad humana y que se traduce
en el ascenso o desarrollo a una nueva formación económico social.
6
FORMACIÓN ECONÓMICO SOCIAL
S Conciencia Social
U
P
E Otras Relaciones Sociales
R
E
S Regulación Normación
T S
R
U Relaciones Sociales Morales
E
C
T
U R
Regulación Normación
R
A
Relaciones Sociales Jurídicas
S
O
C Dirección Dominación
I
A Relaciones Sociales Políticas
L S
O
B
A
C
S
E Producción Distribución I
E
A
C
O Cambio Consumo L
N
O
M
I Relaciones Sociales de Producción
C
A
7
2. EL ESTADO
10
19
papel global del Estado.
Las formas de gobierno responden, por su parte, a la forma particular en que cada
grupo gobernante ejerce el poder, según las condiciones concretas de cada país y las
condiciones internacionales, de manera que en cada tipo de Estado se dan diversas
formas de gobierno.
De acuerdo a Marta Harnecker, el carácter del Estado varía en relación con el carácter de
las relaciones de producción de una sociedad determinada. Lo que determina, por lo
19 Harnecker Marta y N. Poulantzas. Lucha de Clases, Poder Político y Estado. Bogotá Colombia. Edit. Platón Pág. 108
20 Konstantinov, citado por Ricardo Juárez, El Estado Pág. 2.
21 Flores P. Carlos A. La Formación Económico - Social. Y El Positivismo y su Desarrollo. Enero 1998, S.N.T., Pág.12
11
tanto, el tipo de Estado es la estructura económica sobre la que el Estado se erige. Es así
como se pueden distinguir distintos tipos de Estado en relación con las diferentes
relaciones de producción: esclavista, feudal, capitalista, etc. 22
Dentro del marco de cada uno de estos tipos de Estado pueden darse diferentes formas
de gobierno, por ejemplo, dentro del tipo de Estado capitalista o burgués pueden existir
formas de gobierno que van desde la república democrática hasta la dictadura militar.
Harnecker también hace distinción entre clase dominante y casta gobernante. Por clase
dominante se entiende aquella clase que impone sus intereses al resto de las clases de
una formación social dada. Por casta gobernante: aquel sector social en cuyas manos
están las riendas del Estado, es decir el poder político. 23
En cada tipo de estado se han dado y se dan distintas formas de gobierno o también
llamadas formas de Estado. Para Lenin. “Cada tipo de Estado tiene como propias,
diferentes formas de gobierno, es decir, diversas formas de orden y organización para el
dominio de la clase gobernante”.24.
12
25
tomaban hasta decisiones de naturaleza ejecutiva o legislativa.
Ya en el primer tipo de Estado que existió, en el esclavista, existieron diversas formas de
gobierno o de Estado, y, efectivamente, alrededor de estas formas hubo mucha discusión
entre los pensadores que se ocuparon de los asuntos del Estado en las civilizaciones
antiguas sobre todo en Grecia. Por eso se dice que el objeto de estudio de la ciencia
política en la antigüedad fue el Estado. Así, por ejemplo, en las ciudades estado que
conformaron la Liga Ateniense, predominó la democracia como forma de gobierno, en el
sentido de que hubo ciertas libertades, que propiciaron el desarrollo de la cultura, la
participación de los ciudadanos griegos (libres), para la elección de asambleas. Este
sistema fue criticado por Sócrates; al respecto se dice en el libro de Pokrovski:
“condenaba el sistema existente en la democracia ateniense de cubrir las vacantes para
funcionarios públicos mediante sorteo. también se pronunció negativamente con respecto
a la composición de la Asamblea Popular”. “Estas y otras opiniones análogas de
Sócrates sirvieron de base para acusarlo de que sus discursos despertaban entre la
juventud el menosprecio hacia el régimen de Estado establecido...”. 26 A esta forma de
gobierno también se le ha dado en llamar “república” o “democracia”
También existió la tiranía, en ella el poder estaba en manos de una sola persona, forma
que predominó en la liga espartana; al respecto el mismo autor alude: “No es difícil ver
en el proyecto de Platón los rasgos que los acercan al régimen social y político de la
antigua Esparta, en la cual,... la dominación sobre la masa de la población oprimida, los
ilotas, se ejercía mediante una dictadura militar abierta y un régimen militarista de vida de
la clase dominante”. A esta forma de gobierno también se le ha denominado “monarquía”.
También existió la aristocracia y se refiere al gobierno de los nobles. Esta es la forma
defendida por Sócrates y por Platón. Sócrates consideraba la aristocracia como una
forma de Estado en la que gobiernan unos pocos hombres competentes, preparados para
su dirección y que dominan el verdadero conocimiento. 27 Similares ideas se encuentran
en Platón: “Hace el papel de defensor del régimen aristocrático y, al tratar de presentar la
democracia como un Estado en el que gobierna gente no preparada para ello, proclama
que la dirección del Estado debe estar en manos de hombres competentes, que hayan
concebido las ideas, que hayan dominado la cima del conocimiento científico.”28
Otra forma de gobierno existente fue la oligarquía, que literalmente se refiere al gobierno
de pocos, éstos son los ricos. Al respecto, Pokroski cita a Aristóteles: “Aristóteles atribuye
gran importancia a la forma de Estado, ésta, según, es la organización de su poder, en
primer término el poder supremo. El ordenamiento del Estado es su forma. Esta es, al
mismo tiempo, su principio vital, que es distinto en la aristocracia, la oligarquía y la
democracia. El principio de la aristocracia es la virtud; de la oligarquía la riqueza; el de la
democracia, la libertad.” “... se proclama partidario de un régimen estatal medio, ....una
25 Sabine H. George. Historia de la Teoría Política. México, Fondo de Cultura Económica. Octava Reimpresión de la segunda
edición de 1982. Págs. 15 - 20
26 Pokroski V.S. y Otros. Historia de las Ideas Políticas. México, Editorial Grijalbo S. A. 1984. Págs 57 - 58.
27 Pokrovski S. V. y otros. Op. Cit. Pág. 57
28 IBID. Pág. 61
13
29
mezcla o unión de oligarquía y democracia.”
George Sabine, refiriéndose al libro de Herodoto, Historia, hace alusión a las formas de
gobierno: “Aun en este libro... hay una prueba bastante destacada de los extremos a que
había llegado el pensamiento popular griego en la teoría del gobierno. Se trata del pasaje
en el que presenta a siete personas discutiendo los méritos relativos de la monarquía, la
aristocracia y la democracia. Aparecen ya los argumentos corrientes: el monarca tiende a
degenerar en tirano, en tanto que la democracia hace a todos los hombres iguales ante la
ley. Pero la democracia se convierte con facilidad en el gobierno del populacho y es,
desde luego, preferible a ella el gobierno de los mejores. Y nada puede ser mejor que el
gobierno del mejor hombre.” Dice más adelante: Dentro de tiempos históricos la vida
ateniense - o incluso la vida griega - en ninguna época estuvo regulada de modo principal
por una costumbre indiscutida. Esparta podía presentarse como una maravilla de
estabilidad política, pero el ateniense tenía por fuerza que enorgullecerse del
progreso...”.30
Lenin al respecto de las formas de gobierno o de Estado de la sociedad antigua dice: “
Las formas de Estado han sido sumamente variadas. En la época de la esclavitud,
tenemos ya diversas formas de Estado. Ya entonces surge la diferencia entre la
monarquía y la república, entre la aristocracia y la democracia. La monarquía como poder
de una sola persona y la república como ausencia total de un poder que no sea electivo:
la aristocracia como poder de una minoría relativamente reducida, y la democracia como
poder del pueblo (la palabra griega democracia significa literalmente: poder del pueblo).
Todas esas diferencias surgieron en la esclavitud. Pero a pesar de estas diferencias, el
Estado del sistema esclavista era un tipo de Estado esclavista, cualquiera que fuese su
forma: monárquica, republicana aristocrática o republicana democrática. 31
15
mantuvo los privilegios de la nobleza feudal.
Al respecto de estas formas de Estado, Lenin dice: “ Para mantener su dominio y para
conservar su poder, el terrateniente necesitaba de un aparato que uniese y supeditase un
enorme número de personas, subordinándolas a ciertas leyes y normas, todas las cuales
se reducían, en lo fundamental, a un solo objetivo: mantener el poder del terrateniente
sobre el campesino siervo. Esto constituía precisamente el Estado feudal,... que tenía
formas distintas: era republicano o monárquico. Cuando el Estado era monárquico, el
poder pertenecía a una sola persona; cuando era republicano, se admitía más o menos la
participación de representantes elegidos por la sociedad señorial”.
17
separación de poderes sino más bien una fusión de poderes. El parlamento, de acuerdo
a algunos autores, engloba los tres poderes: “es un sistema político en el que el ejecutivo,
en un tiempo separado, ha sufrido el ataque de la Asamblea (cámaras legislativas y a
veces también judiciales), que ha terminado por transformarse en un Parlamento que
incluye tanto al Gobierno como a la Asamblea”39
2.5.3.3 El Populismo
Fue un movimiento político que se dio principalmente después de la segunda guerra
mundial en América Latina, políticamente trata de desplazar el centro del poder
oligárquico agroexportador hacia una industrialización y modernismo basado en el
crecimiento del mercado interno. Se trató de una alianza de clases y grupos compuesto
por sectores de la burguesía industrial, pequeña burguesía, profesionales, sectores
39 Análisis de los Sistemas Políticos Pág. 32
18
militares, trabajadores, campesinos.
Ideológicamente expresa un nacionalismo, antiimperialista, que pretende defender e
interpretar los intereses populares. Busca la justicia social, realizar reformas sociales.
Una de sus características es el liderazgo personal de un jefe, el caudillismo. El líder
populista se presentaba directamente como defensor del pueblo. En Guatemala, el
movimiento populista estuvo representado por los gobiernos de Juan José Arévalo y
Jacobo Arbenz Guzmán, de 1944 a 1954.
De acuerdo con Theotonio Dos Santos, en su artículo “La Superación del Populismo”, las
condiciones sociales que generaron el populismo están en franca descomposición por los
siguientes hechos:
La burguesía industrial ya no es una clase ascendente en lucha contra el gobierno
oligárquico, por el contrario es una clase en el poder que domina el sector dinámico más
fuerte de la economía. Además es una clase más homogénea y concentrada, formada
fundamentalmente por el gran capital internacional, representado por sus gerentes en el
país y que domina frecuentemente el aparato estatal, la mayoría de la opinión publica y la
vida política del país. En estas condiciones, no cabe ya interés alguno en un movimiento
popular progresista que lucha por el industrialismo (ya victorioso), por el nacionalismo
antimperialista (ya superado) y antioligárquico (dado que la oligarquía rural
agroexportadora se ajustó a las reglas del juego del gran capital y lucha por sobrevivir en
cuanto le es posible).
La clase obrera ya no es una clase en formación, recién venida del campo, sus sectores
de base están constituidos por una población urbana con cerca de treinta años de
tradición obrera, sindical y reformista. Se ha desarrollado por ello una concepción de una
clase obrera exclusiva, que lucha primordialmente por mantener sus derechos adquiridos
frente a la mayoría de la población no integrada al sistema.
2.5.3.4 El Fascismo
El fascismo es un fenómeno político que corresponde a la etapa imperialista del
capitalismo y constituye la dictadura terrorista de los sectores más reaccionarios y
agresivos de la burguesía. Los regímenes fascistas surgieron en ciertos países europeos
y Japón que tuvieron un desarrollo tardío en el capitalismo. Fue fundado en Italia por
Benito Mussolini en 1919, en una época de crisis económica después de la primera guerra
mundial; fue un movimiento organizado en forma militar. La organización militar y las
manifestaciones de fuerza, le daban al movimiento un aspecto impresionante de
suficiencia y la apariencia de ofrecer a los pueblos europeos en crisis, un porvenir de
estabilidad y seguridad inconmovible.
La palabra fascismo significaba fasci da combatimento: haces o grupos unidos para el
combate, el símbolo del fascismo italiano era un fascio littorio, que era un hacha rodeada
por un haz de varillas.
El fascismo nació invocando la grandeza de la Roma imperial. Estimulado por el triunfo
fácil de Benito Mussolini en Italia, Adolfo Hitler fundó el Partido Nacional Socialista o Nazi
19
en 1923 al estilo del fascismo italiano. Las características del fascismo clásico fueron: el
delirio de grandeza imperial; así como los italianos pretendían resucitar el imperio romano,
los nazis aspiraban a dominar al mundo durante mil años. El fascismo japonés quería
imponer su dominio en toda Asia, el movimiento falangista español soñaba restaurar el
imperio de los reyes católicos. El fascismo alemán le imprime un nuevo ingrediente: el
racismo, su dominio quería implantarlo a través de la raza aria pura. Otra característica
fue el nacionalismo intenso reforzado que insistía en valores tradicionales de comunidad
de raza, de sangre, de suelo. El nacionalismo se expresaba también a través de una
concepción ultraderechista autoritaria en el sentido militar del término.
El recurso emocional que más utilizaba el fascismo era el engrandecimiento de la patria
mediante la guerra; la demanda de territorios adicionales para cubrir el llamado espacio
vital requería una preparación y propaganda militar permanentes. Efectivamente el eje
nazi - fascista compuesto por Alemania, Italia y Japón, emprendieron la segunda guerra
mundial como una guerra imperialista que pretendía redistribuir el mercado mundial (ya
previamente distribuido) a favor de estos países que llegaron tarde al industrialismo
capitalista. Internamente para garantizar la voluntad nacional, el fascismo tiene que
eliminar toda oposición. El movimiento socialista, por su carácter internacionalista y
democrático, representa su principal enemigo
De acuerdo a Martha Harnecker, “los partidos fascistas son partidos de masas
fuertemente estructurados, cuya base de afiliados, militantes y electores residen
esencialmente en la pequeña burguesía.”43 Las fases del fascismo son las siguientes:
Primera; el fascismo se lanza al hostigamiento del movimiento obrero a través de bandas
armadas que actúan en la práctica como “milicias anti obreras”. Segunda; el fascismo se
decide a conquistar el poder y cuenta con el consentimiento de la fracción más poderosa
de la burguesía y se ha asegurado la complicidad de los jefes de ejército y la policía.
Tercera: una vez conseguido el poder, se instaura la dictadura y se emprende con
despiadada energía la liquidación del equilibrio de clases, destruyendo las organizaciones
de la clase obrera y persiguiendo a sus dirigentes. 44
El fascismo responde a un carácter de clase, es un brazo armado del capital financiero y
de los círculos más agresivos del capitalismo internacionales. El fascismo europeo toma
fuerzas apoyándose en la desilusión de las capas medias, en sectores atrasados del
proletariado y en la juventud sin perspectivas. Estas capas medias pauperizadas por el
desempleo y la inflación, se convirtieron en la fuente de una masa enorme de gente
desilusionada y optaron por el proyecto fascista que ofrecía oportunidades en la
burocracia, la estabilidad y seguridad económica y social.45
Según Marta Harnecker, la dictadura fascista no es una dictadura cualquiera, es una
dictadura terrorista que se mantiene en el poder gracias a su represión organizada. Se
trata de una nueva forma de Estado que se denomina Estado de Excepción. Se trata de
Estados autoritarios, al servicio de la clase o fracción de clase dominante en que el
43Harnecker, Marta "Una Aproximación al Fascismo". Introducción a la Ciencia política, Selección de lecturas. Pág. 335.
44 IBID. Págs. 336 - 337.
45 Juárez Ricardo. El Fascismo. Contenido Mínimo para Catedráticos, Ciencia Política 1979 Págs. 1 - 5
20
ejecutivo concentra en sus manos todo el poder, anulando la participación de la burguesía
en el poder político y sometiendo al resto de las clases a la voluntad del ejecutivo. Nicos
Poulantzas clasifica al Estado fascista como una forma de Estado perteneciente al tipo de
Estado capitalista, pero es una forma de Estado específica, una forma de Estado de
excepción, ya que corresponde a una crisis política. 46
53 Flores P. Carlos A. Marco Teórico Metodológico. Guatemala, julio de 1998. S.N.T. Pág. 46
54 V. I. Lenin. Op. Cit Pág. 68
24
tiempo se empleará para la formación cultural, científica, deportiva de los seres humanos.
Esta fase es todavía un planeamiento teórico y en cierto sentido, todavía es una utopía.
25
3. EL PODER
El aparato de Estado está formado principalmente por los cuerpos políticos (ejército y
policía), la burocracia, los funcionarios. El aparato de Estado es la máquina misma del
Estado compuesta por las instituciones centralizadas, descentralizadas, autónomas y
semiautónomas del Estado.
El Estado no tiene poder en sí mismo, cuando se habla de poder del Estado, se hace
referencia al poder que ejercen las clases a través del Estado. Las diversas instituciones
sociales y más particularmente el Estado, no tiene poder propiamente hablando. (Juárez
Ricardo). Las instituciones, no pueden sino ser referidas a las clases sociales que
detentan el poder.
Lenin hace una distinción entre poder del estado y aparato de estado. El aparato de
estado indica dos cosas: a) el lugar del Estado en el conjunto de las estructuras de una
formación económico social, en suma, las diversas funciones técnico - económica,
política, ideológica del Estado. b) el personal del Estado, los cuadros de la administración,
de la burocracia, del ejército, etc. Por poder del Estado, indica, la clase social o fracción
de clase que detenta el poder.61
28
4. LA VIOLENCIA
4.1 LA PRAXIS
Para poder comprender el concepto de violencia, primero se debe enfocar el tema de la
praxis, pues la violencia está inmersa en ella. La Praxis: es toda actividad humana que
transforma el mundo natural y social Toda praxis es un proceso de transformación de la
materia. 62 La praxis, como transformación o cambio, conlleva dos fases: 1) la alteración
del funcionamiento de un ente natural o social, la alteración de su legalidad, de su orden,
o su destrucción; 2) la creación de algo nuevo, aprovechando todo aquello que pueda
utilizarse y desarrollarse en un nuevo ente. El sujeto imprime una forma dada a la materia
(objeto) después de haberla desarticulado o violentado. De este modo, es arrancado a su
propia legalidad, a la ley que lo rige, para adaptarse a la que establece el sujeto con su
actividad. El objeto sufre así una imposición de una ley exterior y en la medida que la
acepta se transforma. Pero el objeto requiere de ciertas condiciones externas para ser
transformado, no cualquier objeto puede ser transformado, sino sólo aquel cuyas
condiciones se encuentran suficientemente maduras, de otra manera el esfuerzo sería
inútil y la acción se quedaría sólo en un hecho violento y no habría transformación.
62 Juárez Ricardo. La Violencia. Desarrollo del programa, Contenido Mínimo para catedráticos. S.N.T. Pág. 1
63 Sánchez Vásquez, A. “Praxis y Violencia”. Introducción a la Ciencia Política. Ricardo Juárez. Pág. 139 - 140
29
En la praxis productiva, primero se utiliza la violencia contra un ser natural, se altera su
legalidad, su curso normal, se destruye como tal y luego se construye un bien nuevo. Sólo
pueden ser objetos de transformación aquellos seres naturales ya maduros,
desarrollados, que ofrecen las condiciones para ser transformados, para servir de materia
prima para una nuevo producto. La constante violentación de la naturaleza por el hombre,
obedeciendo a la praxis productiva, ha generado hasta nuestros días una alteración
profunda de las leyes naturales, lo que a su vez puede incidir en la existencia misma de
las futuras generaciones humanas. La violencia está solamente de parte del sujeto, los
seres naturales no son violentos, los seres naturales son la fuerza en sí y la violencia es
el uso o la instrumentalización de esa fuerza. Los animales, por ejemplo, por muy
agresivos y crueles que parezcan, (como en el caso de los depredadores) no son
violentos, por cuanto no alteran la legalidad natural; por el contrario, sus actos obedecen
al orden natural en el ámbito de la evolución natural.
La praxis social es la actividad humana que transforma la sociedad. La praxis social se
lleva a cabo en el proceso social, en el cambio social, en el desarrollo social. Se
transforman las instituciones, las relaciones sociales, los modos de producción, las
formaciones económico sociales. En la praxis social tanto el sujeto como el objeto lo
constituyen los seres humanos y grupos humanos. La violencia social se manifiesta
cuando se truncan, se altera el funcionamiento de las instituciones y de las relaciones
sociales y se altera también el cauce de las ideas dominantes. En cualquier sociedad, lo
normal es que las fuerzas productivas avancen dentro del marco de las relaciones
sociales existentes. Pero llega un momento en que el desarrollo de las fuerzas
productivas se detienen y entonces se violenta el curso normal de las fuerzas productivas
y del desarrollo social, se manifiestan en la sociedad una serie de contradicciones y
conmociones de orden económico y superestructural, se afecta el desarrollo económico,
cultural, político, de los seres humanos y se instaura una situación de violencia. Las
fuerzas productivas han llegado a su máximo desarrollo dentro de los límites que permiten
las relaciones sociales de producción y eso implica que las condiciones han madurado
para que esa sociedad o los entes sociales sean transformados.
La violencia en la sociedad se manifiesta en la alteración del normal funcionamiento de
una institución, de una relación social o en la conducta, pensamiento y acción de los seres
humanos. Significa también la destrucción o uso de la fuerza contra un ente social o ser
humano, la alteración de la legalidad de un ente social. A diferencia de la praxis
productiva, en la sociedad si se suscita una oposición a la transformación, a la alteración
y destrucción; se da una antipraxis o sea una serie de actos tendientes a anular la
praxis, y estos actos también son violentos; la violencia acompaña tanto al sujeto como al
objeto de la praxis social.64
Para poder transformar el orden social, se tiene que alterar el normal funcionamiento de
las instituciones y relaciones económicas y de las instituciones y relaciones
superestructurales, de las ideas y de la conciencia social. “La praxis social tiende a la
destrucción o alteración de una determinada estructura social, constituida por ciertas
64 Juárez Ricardo. Op. Cit Pág. 4
30
65
relaciones o instituciones sociales”. Sobre todo aquello aprovechable y maduro de esa
sociedad, se crean nuevas instituciones, nuevas relaciones, una nueva formación
económico social, de calidades superiores. Por supuesto existen grupos humanos que se
oponen a esa transformación, porque la situación prevaleciente favorece a sus intereses y
desarrollan actos violentos, represivos contra la transformación, contra la praxis,
desarrollan una antipraxis.
La violencia se puede, pues, definir en sentido amplio y en sentido restringido: en
sentido amplio es la alteración o destrucción de un orden natural o social dado por
los seres humanos. En sentido restringido es la destrucción física o el uso de la
fuerza para lograr esa destrucción.66
31
68
las que han detentado el poder político.
4.4 LA CONTRAVIOLENCIA
Cuando se instaura una situación de violencia para favorecer determinadas relaciones
sociales y a determinados sectores sociales, se hace necesaria una actividad para anular
esa situación de violencia se desarrolla la contraviolencia, violencia de los oprimidos o
violencia revolucionaria, que es una serie de acciones que tienen como fin suprimir una
situación de violencia instaurada en una sociedad y es un medio para construir una
sociedad más justa y democrática. Estos actos que componen la contraviolencia pueden
ser violentos, no necesariamente en el sentido de usar la fuerza física, sino el hecho de
modificar una situación dada, tanto de orden económico como superestructural e
intelectual.
32
víctima y 3) el blanco.
La fuente o equipo del terror está constituido a su vez por dos elementos: a) el directorio o
hechores intelectuales, que está constituido por quienes planifican, definen, trazan,
diseñan, deciden, ordenan, justifican, dirigen el terror. b) los agentes o hechores
materiales: son los esbirros, verdugos, ejecutores que llevan a cabo las órdenes y
efectúan los actos de destrucción.
La víctima y el blanco son ambos objetos del terror, la víctima es la persona o personas
sobre la que recae directamente el hecho violento y que incluso puede perecer. El blanco
es la comunidad, la sociedad que se espera reaccione, y que efectivamente lo hace ante
el espectáculo o noticias de la destrucción con diversas formas de acomodación,
sumisión y conformismo. 70
34
registrable y sujeto a condiciones materiales. La moral, la religión, la metafísica y
cualquier otra ideología y las formas de conciencia que a ellas corresponden pierden así la
apariencia de su propia sustantividad.... Y si en toda ideología los hombres y sus
relaciones aparecen invertidos como en una cámara oscura, este fenómeno responde a
un proceso histórico de vida,... ” 75
Por ideología entendían estos autores todo soñar vacío, el alejamiento de la vida, la
concepción falsa o completamente abstracta de la historia y la tergiversación idealista de
las relaciones económicas en la Alemania de su tiempo. Los términos “ideólogo”,
“ideológico” lo emplearon Marx y Engels no menos despectivamente que Napoleón, pero a
diferencia de éste, su desprecio ya no se refiere a la impotencia práctica de los ideólogos,
sino a la inconsistencia de sus construcciones. En EL Capital, el término “ideológico” se
76
emplea como sinónimo de reflejo deformado de la realidad.
Por lo anteriormente expuesto pareciera que Marx y Engels le dan al término ideología una
connotación totalmente negativa, sin embargo, le dan ese sentido “bonapartiano” cuando se
refieren a la representación que tiene de la realidad la clase dominante, es decir como una
evaluación negativa de ciertas formas de pensar de la clase dominante.77
Yadov aclara que, si bien en Marx y Engels el término “ideológico” conllevaba un sentido
despectivo, posteriormente, este matiz se pierde en Lenin. Cuando Lenin se refiere a sus
adversarios ideológicos, el tono despectivo no recae sobre el concepto de “ideología” en
cuanto tal, sino sobre los calificativos correspondientes a “pequeño burguesa”, “burguesa”,
“filistea”, etc.78
Definiciones:
Marx y Engels: “Reflejo falso y deformado de la realidad”. Cuando los creadores del
socialismo científico (en La Ideología Alemana) se expresaban en esa forma de la
ideología, se referían a la ideología de la clase dominante, a la ideología burguesa. Se
nota en esta definición el sentido despectivo que se le había dado al término.
Marx: “forma mediante la cual los hombres toman conciencia de sus conflictos sociales y
luchan por resolverlos” (Prólogo de la Contribución a la Crítica de la Economía Política)
En esta definición se hace alusión a ciertas formas mediante las cuales los hombres
toman conciencia de su realidad o experiencia social y no está presente la connotación
peyorativa del término.
Es un conjunto de ideas, concepciones, en las que se reflejan, traducen o expresan
perspectivas, intereses o percepciones de clase o grupo social; es decir, determinadas de
un modo u otro por el sistema social o por el lugar que el enunciante ocupa en la
75
Marx y Engels. La Ideología Alemana. Colombia, Editorial Andreus,1979 Pág. 20
76 V. A. Yadov. " La ideología como Conciencia Teórica de Clase". Introducción a la Ciencia Política, Selección de Textos por
Ricardo Juárez Gudiel. Colección Ciencia Política No. 1. Departamento de Publicaciones, Facultad de Ciencias Págs. 165
76 IBID Págs. 165 - 166.
77 Juárez Ricardo. Op. Cit. Pág. 2
78 Iadov. Op. Cit. Pág. 167
35
estructura social. (Yadov)
El término ideología se refiere a proposiciones, se trata de juicios valorativos, prejuicios,
creencias, representaciones de la realidad (Juárez Ricardo)
El término ideología alude a ciertas formas mediante las cuales los hombres toman
conciencia de su realidad o experiencia social. Ideas en las que se reflejan, traducen o
expresan perspectivas, intereses, percepciones de clase: es decir determinadas de un
modo u otro por el sistema social o por el lugar que el enunciante ocupa en el sistema.
(Eugenio Trias).79
36
83
comunidad dada. Yadov afirma que en la psicología social de una clase social, las
relaciones económicas y político sociales se reflejan más directamente. Así, las
condiciones de vida de la pequeña burguesía determinan su individualismo y las del
obrero contribuyen a su sentimiento colectivista, la sensibilidad política y su espíritu
revolucionario84. Por otro lado, la ideología incluye también aspectos psicológicos, pues
se considera que los intereses causan una conducta de engaño o de mentira.85 Sin
embargo, existe diferencia entre la ideología y la psicología, puesto que alguien puede
tener una ideología que se considera “consecuente” y adoptar algunas veces una
conducta inapropiada.
Otra forma de la conciencia social es la cultura espiritual; en cuanto una esfera más
amplia y más desarrollada de la conciencia social comprende a la ciencia, la enseñanza,
la educación, las costumbres, tradiciones, creencias y también a la ideología.
El carácter específico de la ideología se manifiesta precisamente en que el ser social se
refleja desde el ángulo de los intereses de clase. La ideología se diferencia de las otras
formas de la cultura espiritual en la manera de reflejar el ser social. Refleja el ser social a
través del prisma de los intereses de clase. Por consiguiente por su esencia misma, no
puede dejar de ser cognoscitiva, aunque la función específica de la ideología, el acento
social de las concepciones ideológicas no consista en el conocimiento en cuanto tal, sino
ser una conciencia teórica de clase.86
“El concepto ideología refleja una de los descubrimientos que han surgido del conflicto
político, a saber, que los grupos dominantes pueden estar tan ligados en su pensamiento
a los intereses de una situación que, sencillamente, son incapaces de percibir ciertos
hechos que vendrían a destruir su sentido de dominación. La palabra ideología entraña el
concepto de que, en ciertas situaciones, lo inconsciente colectivo de ciertos grupos
obscurece el verdadero estado de la sociedad.”87
El carácter de clase distingue también a la ideología de la cultura espiritual, considerada
en su conjunto. La ideología es una parte importante de la cultura espiritual, pero por
supuesto, se halla lejos de agotar su contenido. La cultura espiritual engloba mayor
número de elementos no clasistas que la ideología o conciencia de clase. La ideología es
el sistema de ideas y concepciones de determinada clase o de cierto grupo social.
En la conciencia social se reflejan todas las relaciones sociales, no sólo las de clase, por
ejemplo, las reglas elementales de la convivencia humana, los rasgos nacionales del
modo de vida y la psicología de los individuos. Comprende no solamente las formas
ideológicas, sino la ciencia en su conjunto. La conciencia de clase en su forma ideológica
influye en todos los aspectos de la actividad espiritual de la sociedad, pero esto no
permite considerar toda ciencia –por ejemplo, la matemática- como ideológica. Por esta
razón, no se puede identificar la conciencia con la ideología. La ideología forma parte de
83 IBID Pág. 171.
84 IBIDEM
85
Mannheim, Karl. Op. Cit. Pág. 51
86
Iadov. Op. Cit. Pág. 180
87
Mannheim; Karl. Op. Cit. Pág.35
37
la conciencia social y es su elemento de clase La ideología es una forma de reflejar el ser
social. Las demás formas de la conciencia social -la psicología social y la cultura
espiritual- se diferencian de la ideología pero también contribuyen a su formación. De
acuerdo a ello se puede apreciar que la ideología es sólo una parte integrante de la
conciencia social; dicho con más exactitud, determinado nivel de la conciencia social. 88
38
90
cotidiana misma no implica mayores dificultades. ”
“Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o dicho en
otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es al mimo
tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para
la producción material dispone con ello, al mismo tiempo, de los medios de producción
espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo por término medio, las ideas de
quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente. Las ideas
dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las relaciones materiales
dominantes, las mismas relaciones materiales dominantes concebidas como ideas; por
tanto, las relaciones que hacen de una determinada clase, la clase dominante, son
también las que confieren el papel dominante de sus ideas.”91
La función de la ideología de la clase dominante es la justificación teórica de las
relaciones sociales existentes y su fin es mantener y reproducir esas relaciones, que
permiten prolongar el dominio de esa clase social. No es el fin el de la ideología
dominante, reflejar real y objetivamente la realidad. Pero dentro de la función de la
ideología no está solamente expresar los intereses de la clase dominante, sino que
integrar a ella a toda la sociedad. Que la clase dominada y todos los grupos y sectores
sociales aprecien la sociedad desde el punto de vista de la clase dominante y actúen
según esta ideología. 92 La clase dominante por el hecho de su relación con los medios
de producción, por la conciencia que se tiene de sus verdaderos intereses, por estar
claros de la posición dominante que se ocupa en la estructura social y actuar de acuerdo
a ello es una clase para sí. “ Los individuos que forman la clase dominante tienen
también, entre otras cosas, la conciencia de ello y piensan a tono con ello;”93
A la clase dominada le es difícil formar una ideología propia, por el mismo hecho de
subordinación con respecto a los medios de producción y los medios de control social, y la
situación de escasez con respecto a la apropiación de la riqueza material y espiritual.
“Para la clase dominada su realidad vivida pasa a ser la realidad de su conciencia en
fases avanzadas de su formación como clase. La realidad de la conciencia de la clase
dominada, no se forma con tanta facilidad”94
La clase social considerada como tal por el solo hecho de su relación con los medios de
producción y por ende de la apropiación de la riqueza social, pero que no tiene conciencia
de sus intereses ni del lugar que se ocupa en la estructura social, es una clase en sí.
“La ideología de cada una de las clases no se refiere solamente a su clase, sino a la
relación entre las clases. Así en la ideología de la clase dominante se expresa la realidad
de la relación clase dominante – clase dominada, desde el punto de vista de la clase
dominante”95.
90
Juárez Ricardo. La ideología Pág. 4
91
Marx – Engels. La Ideología Alemana. Pág.48
92 Juárez Ricardo. Op. Cit. Pág., 4
93 Marx – Engels. Op. Cit. Pág. 48
94
Juárez Ricardo. Op. Cit Pág.4
95
IBID
39
La clase dominada va estructurando una ideología propia en fases avanzadas de su lucha
y organización social. La clase dominada y los otras capas sociales se integran y reflejan
el ser social desde la perspectiva de la clase dominante. En la conciencia de estos
grupos se reflejan intereses ajenos; los patrones de consumo y de conducta también son
extraños a la posición social de estos sectores. A esta situación es lo que se le denomina
Alienación o Enajenación. (Alienación del latín alienus = extraño. Enajenación: hacer
ajeno)
“Desde un punto de vista económico la alienación es la transmisión de la propiedad de
una persona a otra”96
La alienación en el capitalismo proviene de la enajenación de los productos del trabajo en
el momento mismo de su producción: los artículos que elabora el productor directo no le
pertenecen, le pertenecen al dueño de los medios de producción; así como también le
pertenecen a éste los productos del trabajo, también le pertenecen y controla los medios
de producción espiritual. Por lo tanto las ideas predominantes son extrañas a los
trabajadores y capas medias de la población.
Serrano Caldera ofrece las siguientes explicaciones: “La enajenación, es el fenómeno
individual o colectivo que deshumaniza. El hombre ha padecido a lo largo de la historia
diferentes formas de enajenación. Desde aquella ocasionada por el proceso de
readaptación de la vida psicológica a las cambiantes condiciones materiales, hasta la
enajenación producida en el trabajo y en virtud de la cual el ser humano se encuentra
esclavizado por los objetos de su propia creación, es decir por la cultura que produce.
Esta idolatría caracteriza con más énfasis a la sociedad industrializada y se manifiesta
como un rasgo patológico en la sociedad tecnocrática y de consumo, y, en consecuencia
en las sociedades periféricas y dependientes, regidas por los patrones y valores del
sistema.”
“La enajenación es la conducta individual o colectiva que resulta de un sistema social y
modo de producción determinado, en el cual el hombre no se percibe a sí mismo por sí
mismo, sino en virtud de la dependencia que establece con los objetos de su creación” 97.
“La alienación del trabajador se da con relación a los productos de su trabajo los cuales
no sólo le son extraños y ajenos, sino también se erigen en mecanismos de dominación
que lo esclavizan”. 98
La clase dominada va formando su ideología a través de la estructuración de una
conciencia teórica de clase, de su organización y de su lucha; va ubicando y
descubriendo sus intereses mediatos y sus intereses cardinales como clase. Va
revelando su ubicación en la estructura social y cuáles son las acciones necesarias para
transformar la realidad social, para tener una mejor sociedad donde se le permita una
distribución más justa de la riqueza material y espiritual.
La función específica de la clase dominada es cuestionar la dominación.
96
Serrano Caldera, Alejandro. Op. Cit. Pág. 112
97
IBID: Pág. 67 - 77
98
Loc. Cit.
40
En el libro “Para Leer al Pato Donald” se lee lo siguiente: En el mundo de lo cotidiano se
verifica igualmente, el papel del andamiaje jurídico – institucional reproductor de la ideología
dominante, uno de cuyos instrumentos más eficaces lo constituyeron los medios de
comunicación de masas. En la frecuentación permanente con las ideas de la clase
hegemónica de la sociedad – la que posee materialmente los medios e impone el sentido de
los mensajes que emite - los hombres elaboran su manera de actuar, de observar la
realidad. Es preciso por tanto, escapar de ese orden y descodificarlo desde otra visión del
mundo, es necesario re-comprender la realidad para lograr modificarla.”99.
En la época actual de la globalización y transnacionalización, en contra de la tesis de las
ideologías opuestas, se presentan las tesis “del fin de la historia”, del “fin de la
modernidad” o el advenimiento de la “postmodernidad”. Francis Fukuyama a finales de la
década de los 80, en ese tiempo jefe de planificación de la política exterior del
Departamento de Estado en los Estados Unidos publicó, en el New York Times y ampliado
en la revista The National Interest, un artículo indicando no sólo el fin de la guerra fría, sino
del fin de la historia. La historia termina cuando se alcanza el modelo económico, social y
político en el que desaparecen las contradicciones de fondo. Es el momento de la
realización del liberalismo en lo político y del capitalismo en lo económico. Fukuyama
recurre a los escritos de Hegel y pasajes de la Fenomenología del Espíritu en la que se
plantea que el espíritu después de su recorrido que originó la naturaleza, la historia y el
Estado, regresa a sí y se repliega sobre su propio ser, poniendo fin a esa experiencia
humana que se denomina historia. En resumen esta tesis sostiene que la historia ha
concluido al llegar el espíritu al reino de la libertad y de la necesidad, el que históricamente
corresponde al Estado liberal y la economía capitalista.100 En lo que respecta a la ideología,
se considera que los intereses contrarios han llegado a su fin y por lo tanto también la
ideología.
En lo que concierne a la postmodernidad, planteada entre otros autores por Francis Lyotard,
Jacques Derrida, Gianni Vattino, se erosionan y fragmentan el mito, la utopía, la ideología, la
racionalidad histórica, los sistemas, las síntesis y todo aquello que conlleve la formación de
modelos, arquetipos, paradigmas, se trata de una modernidad diferente a la que hemos
conocido desde el renacimiento hasta nuestros días. “La postmodernidad no es solamente
la deslegitimación y desconstrucción de los modelos, paradigmas y relatos que dejarían a la
ideología, entre otras cosas, archivada en los museos del tiempo irremediablemente
pasado, sino que es la construcción de nuevos modelos a partir de una realidad globalizante
La postmodernidad para Lyotar es la deslegitimación del discurso especulativo y
emancipatorio. Para Jacques Derrida la postmodernidad parte de la desconstrucción de
los relatos, los sujetos y los paradigmas en el arte, la historia, la política y en la construcción
de una nueva forma de organización de la producción y de la economía mundial y en
general de la cultura y la vida social. Desde la perspectiva postmoderna, Vattimo afirma que
se pone en crisis la legitimación histórica y el concepto lineal - unitario del tiempo
histórico.101
99 Dorfman, Ariel y Armand Mattelart. Para Leer al Pato Donald. México. Editorial Siglo XXI, 22 edición 1972. Pág.5
100Serrano caldera, Alejandro. El Doble Rostro de la Postmodernidad. Págs. 188 y 189.
101 IBID Pág.190
41
5.4 LA FORMACIÓN DE LA IDEOLOGIA
Desde el punto de vista del modo de reflejar el ser social, la ideología es un proceso
complejo con múltiples mediaciones; en su desarrollo influyen tanto el régimen económico
de la sociedad como las ideas políticas determinadas por él, a la vez que todo el conjunto
de conocimientos teóricos acumulados en el período histórico anterior. 102 La ideología
tiene una base teórica, política y económica.
La base inmediata de la creación ideológica es el caudal teórico acumulado con
anterioridad, sujeto a una reelaboración y a un desenvolvimiento ulterior. (base teórica).
En este aspecto, se deja sentir la influencia directa de la base política: la orientación que
sigue en su desarrollo el material cognoscitivo que está a disposición de los pensadores
depende del carácter de las ideas políticas que el ideólogo sustenta. También influyen las
ideas jurídicas y morales. 103 El verdadero fundamento del proceso ideológico es, en
última instancia, la economía, pero la relación con ella tiene sus eslabones
intermediarios: las ideas políticas y las conquistas teóricas del período anterior. En toda
ideología se reflejan la situación histórica y las tradiciones culturales, y de clase. Etc. 104
42
precisamente el papel que desempeñan los aparatos ideológicos. El aparato de Estado
constituye la condición de existencia y de funcionamiento de los aparatos ideológicos en
una formación social.105
El Estado se compone también de instituciones y organismos muy importantes, que
actúan como “aparatos ideológicos”, (diferentes a los aparatos represivos que constituyen
su esencia), es decir que justifican y norman la vida social, por medio de acciones
dirigidas a la conciencia humana (propaganda, derecho, escuela, religión, etc.) Pero hay
autores como Luis Althusser que incluye en los aparatos ideológicos del Estado a las
familias, las iglesias, los partidos políticos, los sindicatos, la prensa, la radio, la TV, las
empresas, las artes, el deporte, etc. 106 Considera muy amplia la estructura del Estado
porque regula los aparatos privados con su estructura propia.
De acuerdo a Althusser, ninguna clase puede tener en sus manos el poder del
Estado en forma duradera sin ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en los
“aparatos ideológicos de Estado”. Todos los aparatos ideológicos del Estado concurren al
mismo resultado: la reproducción de las relaciones de producción. Cada uno de ellos
concurre a ese resultado de manera que le es propia. “El aparato de información atiborra a
todos los ciudadanos mediante la prensa, la radio, la televisión, etc. Lo mismo ocurre con el
aparato político, cultura. Etc. Agrega: “cada grupo está prácticamente provisto de ideología
que le conviene al rol que debe cumplir en la sociedad de clases: rol de explotado, rol de
agente de explotación, de agentes de represión107
En una formación social, no existe solamente una ideología dominante: existen varias
ideologías o subsistemas ideológicos contradictorios, referidos a las distintas clases en
lucha. La misma ideología dominante no se constituye como tal sino logrando dominar, de
manera especialísima esas ideologías y subsistemas ideológicos, lo cual se hace
precisamente por la vía indirecta de los aparatos ideológicos del Estado.108
43
Las cosas del mundo terrenal que perciben nuestros sentidos no tienen realidad auténtica,
sino sólo son un pálido reflejo del mundo real, el mundo de las ideas. El mundo terrenal es
de carácter imperfecto, aparente. El mundo de las ideas es perfecto. Para Platón, el
conocimiento no es otra cosa que la reminiscencia o recuerdo del alma, cuando habitaba el
mundo de las ideas.109 Esta corriente representa el idealismo por que considera como
primarias las ideas y la materia como derivada. En una parte de sus obras afirma: “Para ver
una cosa hace falta la idea; sin110
la idea de la cosa, ésta no es identificable. Las cosas son
porque participan en las ideas” Es objetiva por que las ideas no forman parte de la
conciencia humana sino que habitan un mundo distinto.
5.6.2 LA PATRÍSTICA
La teoría de los padres de la iglesia o patrística expuesta por San Ambrocio, San Agustín y
San Gregorio durante los primeros siglos del cristianismo, tiene como fin confirmar la
ascendencia del poder de la iglesia frente al decadente imperio romano y afirmar la
obediencia del pueblo cristiano.
5.6.3 LA ESCOLÁSTICA
Representada por Santo Tomás de Aquino (1225 – 1274), fue la corriente dominante en la
filosofía medieval, su objetivo principal era demostrar mediante un razonamiento lógico
formal la autenticidad de los dogmas cristianos. La filosofía debía desempeñar el papel
auxiliar en la fundamentación de los dogmas teológicos. Se utilizó para ello la teoría de los
pensadores antiguos, particularmente de Aristóteles.111 La teoría de Tomás de Aquino, trató
de fundamentar la inamovilidad del régimen feudal, instando a los ciudadanos a la
obediencia, 112
atribuyendo valor decisivo al principio de poder y exige que el Estado extermine
las herejías.
5.6.5 EL RENACIMIENTO
Las teorías políticas de principios de la etapa moderna, siglos XV y XVI están
comprendidas en un movimiento cultural, intelectual, científico y político que se conoce
con el nombre de renacimiento. En el plano ideológico y filosófico, constituye un
alejamiento de la escolástica, para estudiar la naturaleza. En los pensadores
renacentistas pasa a primer plano la atención de los intereses mundanos y de las
alegrías terrenales, y contiene un humanismo que resalta el valor de la persona humana.
109
Flores P., Carlos A. Op. Cit. Pág. 9
110
Beneyto, Juan, Op. Cit. Pág. 17
111
Pokrovski, V. S. Y Otros. Op. Cit. Pág. 103
112
Ibid. Pág. 105
44
Con el renacimiento se inicia la investigación científica basada en la observación de los
hechos. En el plano artístico y cultural constituye un renacer de la cultura grecorromana.
En el plano político constituye la tendencia a la separación de ideas políticas de la moral y
de la religión.
6.6 .6 LA REFORMA
Otro movimiento importante durante este período es la reforma, con el comienzo de la
desintegración feudal durante el siglo XVI, empieza a hacerse visible un gran movimiento
dirigido contra la Iglesia Católica feudal, por la creación de una nueva religión que une en
su seno a diversos círculos opositores. Se desencadena en una serie de países de
Europa Oriental: Alemania, Inglaterra, Holanda y otros; expresa la lucha de la burguesía y
otros elementos de la sociedad contra el feudalismo.
La reforma tiende ante todo a frenar los propósitos de la iglesia al dominio mundial, el
protestantismo proclama que el hombre es pecaminoso e impotente en sus actos y se
salva únicamente por la fe y no por las obras.
5.6.7 LA ILUSTRACIÓN
El movimiento filosófico, sociológico y político de la burguesía que se estaba preparando
para la toma del poder político y la supresión de la monarquía feudal absoluta, tuvo su
núcleo en Francia y se le conoce como “La Ilustración” o “El Iluminismo”, “El
Enciclopedismo” y al siglo XVIII se le llama “El Siglo de Las Luces”. Los representantes
de este movimiento parten del supuesto de que la razón humana es capaz de alcanzar
por sí sola la verdad. Proponían una nueva forma de Estado que garantizase la libertad, la
seguridad y la prosperidad y que en consecuencia fuese representativa y no
absolutamente dependiente de la voluntad del monarca. Defendieron la soberanía popular
y la idea que las relaciones entre los hombres debían estar basados en la tolerancia y en
la igualdad.
5.6.8 EL POSITIVISMO
Las ideas de la burguesía en el siglo XIX, están contenidas en el movimiento filosófico –
sociológico denominado el positivismo que constituye la negación del conocimiento
teológico y metafísico y sostiene que el conocimiento verdadero se obtiene a través de la
observación y la comprobación. El positivismo niega los prejuicios políticos e ideológicos
en las ciencias sociales y aboga por su imparcialidad. Recomienda que los métodos
utilizados en las ciencias sociales se apliquen al análisis social. Sostiene que la
convivencia social debe basarse en la armonía, en el orden, es decir, que prevalezca la
solidaridad entre las clases. También plantea que el movimiento de la sociedad tiende
hacia el progreso, la evolución.
5.6.9 El Marxismo
Es un movimiento político e ideológico que contiene un sistema de conocimientos
filosóficos y sociales que constituye la concepción del mundo de la clase obrera. Fundado
por Karl Marx y Federico Engels a mediados del siglo XIX.
45
6. PARTIDOS POLÍTICOS
6.1 Concepto
Para Edmund Burke (inglés), “Un partido es un grupo de hombres unidos para fomentar,
mediante sus esfuerzos conjuntos, el interés nacional, basàndose en algún principio
determinado en el que todos sus miembros están de acuerdo” 113.
Max Weber (alemán), por su parte, afirma que, “Llamamos partidos a las formas de
´socializaciòn´ que, descansando en un reclutamiento (formalmente) libre, tienen como fin
proporcionar poder a sus dirigentes dentro de una asociación y otorgar por ese medio a
sus miembros activos determinadas probabilidades ideales o materiales (la relación de
bienes objetivos o el logro de ventajas personales o ambas cosas)” 114.
Para Andrés Serra Rojas (mexicano), “Un partido político se constituye por un grupo de
hombres y mujeres que son ciudadanos en el pleno ejercicio de sus derechos cívicos y
que legalmente se organizan en forma permanente, para representar a una parte de la
comunidad social con el propósito de elaborar y ejecutar una plataforma política y un
programa nacional con un equipo gubernamental” 115.
Luis Sánchez Agesta (español) nos dice que por partidos políticos debe entenderse a
aquellos “grupos societarios y secundarios, cuyo fin inmediato es la posesión y el ejercicio
del poder político organizado para establecer, reformar o defender un orden como
articulación de los fines que responden a las convicciones comunes de sus miembros” 116.
113
Lenk y Neumann. Teoría y Sociología Críticas de los Partidos
Políticos. Editorial Anagrama, Barcelona, citado por Eduardo Andrade
Sánchez, Introducción a la Ciencia Política, Ed. Harla, S.A. de C.V.,
México, 1983, Pág. 86
114
Weber Max. Economía y Sociedad. Fondo de Cultura Económica, Tercera
Reimpresión. México 1977, citado por Eduardo Andrade Sánchez,
Introducción a la Ciencia Política, Ed. Harla, S.A. de C.V., México,
1983, Pág. 86
115
Serra Rojas, Andrés. Teoría General del Estado. Librería de Manuel
Porrùa, S.A., citado por Eduardo Andrade Sánchez, Introducción a la
Ciencia Política, Ed. Harla, S.A. de C.V., México, 1983, Pág. 87
116
Sánchez Agesta, Luis. Principios de Teoría Política. Editora
Nacional, Madrid, citado por Eduardo Andrade Sánchez, Introducción a la
Ciencia Política, Ed. Harla, S.A. de C.V., México, 1983, Pág. 87
46
Jesús Anlén (mexicano) declara, por su parte, que el partido político es la “asociación
legal creada por un grupo de ciudadanos, con carácter permanente, en torno a una
declaración de principios y un programa de acción para la conquista o conservación del
poder estatal” 117.
Almond y Powell (estadounidenses) sostienen que: “El partido político debe ser
considerado como la estructura especializada de integración (de intereses) en las
sociedades modernas” 118.
Como puede apreciarse, cada autor incluye los aspectos que considera determinantes del
concepto de partido político. No obstante, éstos difieren según el enfoque que se emplea
para el análisis.
En los conceptos citados podemos notar cómo algunos autores (Weber, Coleman y
Rosberg) acentúan la finalidad de alcanzar el poder como esencial, sin mencionar los
aspectos programáticos o la consecución de fines idealmente deseables para la
comunidad. En cambio, en Burke, la persecución del interés nacional es lo que aparece
como fundamental. Este autor está influido por las nociones de la época en la que vive
(fines del siglo XVIII), en la que parecía indispensable resaltar la supremacía del interés
de la nación frente a las tendencias que aparecieran como divisorias.
117
Anlén López, Jesús. Origen y Evolución de los Partidos Políticos en
México. Librería de Manuel Porrùa, S.A. México 1973, citado por Eduardo
Andrade Sánchez, Introducción a la Ciencia Política, Ed. Harla, S.A. de
C.V., México, 1983, Pág. 87
118
Almond y Powell. Comparative Politics. Little, Brown and Company.
Boston 1966, citado por Eduardo Andrade Sánchez, Introducción a la
Ciencia Política, Ed. Harla, S.A. de C.V., México, 1983, Pág. 87
119
Dowse y Hughes. Sociología Política. Editorial Alianza, Madrid 1975
120
Loc. Cit
47
característica esencial la finalidad de ejercer el poder.
Serra Rojas y Anlén estiman como indispensable la operación legal del partido, la
permanencia de la organización y la calidad de ciudadanos que deben tener sus
integrantes.
En realidad, ninguna definición que se intente puede satisfacer plenamente las múltiples
características que presenta el fenómeno del partido político en la actualidad, salvo que
fuese tan minuciosamente descriptiva que resultase demasiado amplia y poco útil para la
formación de un concepto preciso.
“Para lograr describir el concepto de partido político, debemos tomar en cuenta que se
trata, en principio, de agrupaciones organizadas con carácter permanente, cuyo
propósito es gobernar o participar en el gobierno mediante la proposición o
designación de personas para ocupar puestos públicos.
Este concepto, como cualquiera que pretenda tener la virtud de la concisión, es deficiente,
sin embargo, presenta a nuestro juicio, las siguientes ventajas:
121
Citados en Sociologie Politique de Schwartzenberg. Editions Montchrestein,
Collection Universitè Nouvelle. Pág.476
122
Friedrich, Carl. Gobierno Constitucional y Democracia. Instituto de
Estudios Políticos. Madrid 1975. Tomo II, pág. 358
48
Los grupos de presión, por otro lado, también tratan de obtener poder, aunque no
por la vía formal de asumir el control de los órganos gubernamentales. No
ponemos en duda la vocación fundamental de poder que debe tener todo partido
para ser considerado como tal, pero ésta aparece también en otras agrupaciones
que no son partidos. Sin embargo, su propósito de integrar el gobierno o participar
en él es lo que caracteriza al partido. No importa que la estructura de gobierno que
proponga sea radicalmente distinta a la existente o que actúe en la clandestinidad.
3. Especifica la función partidista, por virtud de la cual los individuos pasan a ocupar
puestos públicos. El partido, cuando gobierna, no lo hace de manera abstracta y
general, sino mediante la colocación especifica de individuos como funcionarios.
No necesariamente, como se señala en algunas definiciones, son los dirigentes de
los partidos los que ejercen la función pùblica. En algunos casos ni siquiera sus
miembros, ya que puede ocurrir que postulen a personalidades destacadas que por
su popularidad pueden atraer votos.
Debe indicarse también que los partidos políticos no solamente proponen candidatos para
cargos de elección popular, sino que la militancia en ellos puede determinar la
designación para cargos no electorales por parte de funcionarios que tengan la facultad
de realizar dicha designación.
Esta última característica alienta, sin duda, la participación en el seno de los partidos y ha
dado lugar al denominado spoils system que consiste en el otorgamiento de puestos en la
administración pública a los seguidores de los candidatos triunfantes.
Queda también comprendida en esta parte del concepto, la función de los partidos como
entidades a través de las cuales se recluta al personal político y se satisface la posibilidad
de otorgar satisfacciones ideales o materiales a sus miembros a través del acceso de
éstos al poder gubernamental. Al respecto, dice Julien Freund: “Un partido que
renunciara de golpe a la conquista del poder dejaría muy pronto de ser una organización
política, ya que, al no poder prometer empleos o prebendas a sus miembros, su
capacidad de reclutamiento se agotaría rápidamente.
49
En la noción de partido que proponemos, hemos eliminando toda referencia a elementos
formales, ya que no los consideramos indispensables desde el punto de vista de la ciencia
política. Así, por ejemplo, el reconocimiento legal no es indispensable para la acción
política de una organización y tampoco es indispensable que sus miembros sean
ciudadanos con capacidad para ejercer sus derechos cívicos. Muchos partidos incluyen
movimientos juveniles cuyos elementos no tienen todavía la condición de ciudadanos y
puede darse el caso de que un individuo, por encontrarse en reclusión carcelaria, tenga
suspendidos sus derechos políticos sin que por ello deje de tener carácter de miembro de
un determinado partido.
No obstante debe reconocerse que, desde un punto de vista jurídico, los elementos
formales pueden resultar indispensables como lo veremos más adelante.
“El surgimiento de los partidos como actores en el escenario político, está íntimamente
vinculado con el desarrollo del parlamentarismo como forma de gobierno. En las primeras
asambleas parlamentarias se inició la formación de grupos de diputados unidos por su
afinidad ideológica; como cada uno de ellos contaba con simpatizantes y activistas que
actuaban en sus respectivas circunscripciones electorales, se produjo la unificación de los
comités de campaña en concordancia con la reunión de los diputados en grupos
50
parlamentarios. Así, el agrupamiento de un determinado número de miembros de la
asamblea, correspondía el agrupamiento de sus respectivos seguidores, que empezaron a
formar organizaciones políticas estables”123.
En los primeros tiempo de la democracia representativa, no era muy bien visto el espíritu
partidista. David Hume (1711-1776) decía al respecto: “Así como a los legisladores y
fundadores de Estados habría que honrarlos y respetarlos, habría que detestar y odiar a
los fundadores de sectas y facciones, porque la influencia de las facciones es
directamente opuesta a la de las leyes. Las facciones subvierten el gobierno, hacen
impotentes las leyes y suscitan la más fiera animosidad entre los hombres de una misma
nación, que debía prestarse asistencia y protección mutua. Y lo que debía hacer más
odiosos a los fundadores de partidos, es la dificultad de extirpar esta mala hierba una vez
que han echado raíces en un Estado” 124.
Sobre este tema, es clásica la opinión de Madison, que suscribía en El Correo de Nueva
York, en 1787: “Por facción entiendo cierto número de ciudadanos, estén en mayoría o
minoría, que actúan movidos por el impulso de una pasión común o por un interés
adverso a los derechos de los demás ciudadanos o a los intereses permanentes de la
comunidad considerados en conjunto. Hay dos maneras de evitar los males del espíritu
de partido: consiste una en suprimir sus causas, la otra en reprimir sus efectos. Hay
también dos métodos para hacer desaparecer las causas del espíritu de partido: destruir
la libertad esencial a su existencia, o dar a cada ciudadano las mismas opiniones, las
mismas pasiones y los mismos intereses”125.
Es necesario distinguir entre el surgimiento histórico del partido político como una forma
institucionalizada de participación en los procesos electorales o en la toma de decisiones
en el seno de los parlamentos, del origen especifico de cada partido político en particular.
Duverger hace una distinción entre los partidos políticos de origen electoral y
parlamentario y los de “origen exterior”, queriendo significar con esta expresión que se
forman fuera del sistema parlamentario. Esta clasificación parece poco útil y su autor
123
Duverger, Maurice. Los Partidos Políticos. Fondo de Cultura Económica,
Séptima Reimpresión. México 1980, Págs. 16 y ss.
124
Lenk y Neumman. Op. Cit. Pág. 79
125
Hamilton, Madison y Jay. “El Federalista” Fondo de Cultura Económica.
Primera Reimpresión. México 1974. Ver también Tocqueville, Alexis de. “La
Democracia en América”. Fondo de Cultura Económica. Segunda Reimpresión,
México 1873. Pág. 192
51
reconoce que no es rigurosa y que resulta difícil distinguir con precisión entre unos y otros.
Esto se debe a la confusión que se establece entre la aparición de los partidos en el
marco de los sistemas políticos, que es simultánea al desarrollo del parlamentarismo y
que ya antes hemos descrito brevemente, con la génesis especifica de distintas
organizaciones políticas partidistas.
Para algunos, los partidos surgen con ocasión de los procesos de modernización de los
Estados, que incorporan a las masas a la vida política haciendo a ésta más compleja. En
estas condiciones, quienes desean llegar al poder o mantenerlo, deben asegurarse un
determinado grado de apoyo popular. Pantoja Morán, refiriéndose a la opinión de La
Palombara acerca de esta necesidad de apoyo público, indica que el autor mencionado en
último término “señala dos condiciones para que esto ocurra: a) Debe haber un cambio
tal, en las actitudes de los individuos frente a la autoridad, que prevalezca la creencia en
el derecho que aquéllos tienen de influir en el ejercicio del poder político. b) Una porción
importante de la élite política dominante o una élite aspirante debe tratar de ganar el
apoyo público a fin de apoderarse del poder político o mantenerse en él, aunque la gran
mayoría no participe en la vida política.
Algunos sociólogos de la política acentúan la importancia que tienen las crisis sociales en
la formación de los partidos políticos. Dowse y Hughes analizan las crisis de legitimidad,
de participación y de integración como causas de la formación de los partidos. La crisis
de legitimidad supone la necesidad de allegarse apoyos populares para justificar una
posición contestataria del orden vigente. Así, por ejemplo, los revolucionarios franceses
del siglo XVIII buscaban legitimizarse mediante el apoyo de grupos que hasta entonces no
habían tenido participación política, tales como los campesinos, los artesanos y la
burguesía. En el mismo caso se encuentran, en opinión de estos autores, los
movimientos nacionalistas que luchan contra regímenes coloniales que buscan legitimar
su acción mediante un apoyo masivo de la población autóctona.
“La crisis de participación aparece cuando nuevos grupos sociales formulan demandas
que no son suficientemente atendidas, provocándose así la necesidad de crear
organizaciones políticas que canalicen esta participación y hagan posible que dichas
demandas sean escuchadas. Tal es el caso de la integración de sindicatos en
126
Para ejemplos concretos de cómo estas diversas organizaciones han dado origen
a partidos políticos, ver M. Duverger. Op. Cit. Págs. 22 a 26
52
organizaciones políticas partidistas.
127
Dowse y Hughes. Op. Cit. Pág. 421
53
6.2.2 Función actual de los partidos
Abstracción hecha de sus orígenes históricos o sociológicos, los partidos políticos son una
realidad en los sistemas políticos contemporáneos, tanto que no concebimos la
organización estatal de nuestra época sin su presencia, ya sea con carácter exclusivo en
una función organizadora de la sociedad al estilo de los sistemas comunistas o como
entidades competitivas que se disputan el poder mediante las más variadas técnicas en
los estados pluralistas occidentales. Almond y Powell explican la presencia universal de
los partidos en función de las necesidades que tiene el Estado moderno de contar con un
amplio apoyo para sus actividades políticas, de crear nuevas bases de legitimidad no
tradicionales, de proveer nuevos esquemas de valores para iniciar y mantener la
modernización económica. Los mismos autores destacan la necesidad que tienen los
sistemas políticos de realizar, a través de ellos, diversas funciones: “las sociedades
totalitarias, utilizan los partidos como medio para movilizar apoyo; las sociedades
democráticas, como un canal para articular e integrar demandas; y las sociedades en
transición, como agencias para crear y estructurar nuevas normas de conducta”.
El desplazamiento de los poderes institucionales del Estado a los partidos, que a nuestro
juicio, debería denominarse en español partidocracia,129 puede producir, según el citado
autor, dos consecuencias: la sustitución de los partidos en el papel del Estado o la
desintegración de éste. El primer caso presenta las siguientes características: pérdida
de la independencia de los diputados; sacrificio de la capacidad de los representantes en
busca de una mayor disciplina de partido; transferencia de la voluntad popular a la
voluntad partidista; deshumanización del diputado que se convierte en un mero
instrumento de votación para el partido; devaluación política de la asamblea legislativa;
desarrollo del proceso real de legislación fuera del parlamento; falta de control real sobre
el gobierno; confusión de los poderes del Estado; pérdida de funciones reales del
parlamento; deterioro de la vida política local por la imposición de criterios partidistas;
monopolización de la actividad política que impide la creación de nuevos partidos y
consolidación monolítica de la administración del Estado que impide el pluralismo efectivo.
128
Fernández de la Mora, Gonzalo. La Participación. Instituto de Estudios
Políticos. Madrid 1977. pág. 153
129
El término partitocracia se ha tomado del italiano partitocrazia, derivado
del sustantivo italiano partito que en español es partido.
54
En el otro extremo, caracterizado por un pluripartidismo desquiciante en el que no se logra
una coalición mayoritaria, el resultado es la paralización de la acción del gobierno, el vacío
de poder, la carencia de un proyecto definido y un proceso legislativo fragmentado y
caótico. Entonces, dice Fernández de la Mora “los partidos no sustituyen al Estado en el
ejercicio de la soberanía, sino que, al disputárselo, lo invalidan o lo descuartizan”. A este
fenómeno, afirma, debería llamársele, con propiedad, partitocaos.
Durante mucho tiempo los partidos políticos no fueron objeto de ningún tipo de regulación
jurídica. Se consideraba que su constitución y actividades pertenecían a la esfera privada
y se aceptaba que no tenían relación alguna con las instituciones estatales. La doctrina
vigente a principios de este siglo convalidaba dicha postura. Así, Jellinek, en su Teoría
General del Estado, nos dice que: “en el orden de la vida del estado no hay lugar alguno
para el concepto de partido político; incluso, cuando los partidos deben ejercer y ejercen
un influjo sobre aquél, sólo son considerados en cuanto mayorías y minorías.
A principios del siglo los partidos empiezan a cobrar vida en el mundo del Derecho,
aunque no por su carácter de organizaciones políticas, sino, particularmente, por su
representación parlamentaria. Los reglamentos de las asambleas legislativas,
paulatinamente van otorgando ciertos derechos a los grupos parlamentarios que se
identifican por su pertenencia a un partido, pero éste, como agrupación cuya finalidad es
participar en la vida política, no es objeto de ninguna regulación específica y sólo se hacen
referencias a él en las normas electorales, sobre todo por la necesidad de admitir que los
partidos son las organizaciones que presentan las listas de candidatos, indispensables en
los sistemas de representación proporcional.
55
textualmente: “Los ciudadanos más activos y más conscientes, pertenecientes a la clase
obrera, a los trabajadores campesinos y a los trabajadores intelectuales, se unen
libremente en el seno del partido comunista de la U.R.S.S., vanguardia de los
trabajadores en su lucha por la construcción de la sociedad comunista y núcleo dirigente
de todas las organizaciones de trabajadores, tanto de las organizaciones sociales como
las organizaciones estatales”.
Una excepción a esta regla general, fue la constitución uruguaya de 1917, que parece
haber sido la primera en el mundo en emitir previsiones para la participación de los
partidos polìticos en el gobierno 136.
Los partidos políticos, como toda organización, no son informes y desarticulados, sino que
requieren de una estructura jerárquica y de una organización. El partido actúa en una
realidad social organizada de múltiples maneras. En tal organización existen
agrupaciones de diversa índole y variados objetivos que se asientan de acuerdo con una
determinada distribución territorial, según la forma como esté organizado el Estado de que
se trate. Así, la organización del partido queda condicionada por todos esos factores.
Podemos resumir diciendo que la conformación tiene una raíz de contenido social, en
tanto que la estructura tiene una base territorial-electoral.
Los partidos pluriclasistas, en cambio, tratan de conseguir a sus partidarios entre diversas
clases sociales, los cuales se identifican por propósitos comunes y comparten ideas
similares con relación a los problemas nacionales. Este es el caso de muchos partidos
que se orientan por un fuerte ideal nacionalista, que propugna como básica la cohesión
nacional para la realización de un proyecto común. Estos partidos pueden trabajar a
través de varias organizaciones sociales, obreras, campesinas, profesionales, etc.
Tanto los partidos de clase como los pluriclasistas tienen intimas relaciones con diversas
organizaciones sociales. Estas relaciones pueden desenvolverse de distintas formas.
Cuando el partido admite en su integración a organizaciones completas, estamos en
presencia de partidos de conformación indirecta 138. Esto se debe a que la relación
entre el partido y sus miembros individuales se realiza de manera indirecta a través de
una organización intermedia. El individuo pertenece indirectamente al partido al cual se
encuentra afiliada la agrupación, como podría ser el caso de la Confederación de
Trabajadores de México, que a su vez se encuentra afiliada al Partido Revolucionario
Institucional.
En ellos las organizaciones no se afilian con el carácter de tales, sino que cada individuo
debe manifestar expresamente su intención de integrarse al partido. De cualquier modo,
aun estos partidos suelen tener ligas estrechas con organizaciones con cuyos intereses
están identificados y entre las cuales buscan a sus miembros individuales.
Debemos señalar que, en la práctica, estos tipos de partido no se dan con absoluta
pureza y hay muchos de conformación mixta, que admiten las dos formas de integración
señaladas. Podemos afirmar en términos generales que aquéllos que se conforman a
través de la afiliación indirecta suelen también admitir la incorporación directa, tal es el
caso del Partido Laborista de la Gran Bretaña o el Partido Revolucionario Institucional de
138
Duverger, Maurice, Op. Cit. Págs. 35 y ss.
139
Duverger llama estructura a la que yo prefiero denominar conformación. Vèase
Duverger, M. Op. Cit. Págs. 35 y 55
59
México. En cambio hay otros que solamente se conforman por afiliación directa, como el
Partido Comunista de la U.R.S.S.
Los partidos de masas o de membrecía, por el contrario, intentan reclutar gran cantidad
de miembros, si es posible a través de la afiliación indirecta que ya explicamos. Animados
por una ideología específica, buscan difundirla entre sus seguidores y por ello su actividad
adquiere mayor permanencia y no se limita a la lucha electoral. Suplen la falta de
financiamiento que se derivaría de fuertes aportaciones de miembros que disponen de
muchos recursos, con módicas cuotas que recaban entre numerosa membrecía.
140
Duverger, Maurice. Los Partidos Políticos, Op. Cit. Págs. 35 y ss.
141
Deutsch, Karl. Política y Gobierno. Fondo de Cultura Económica. México 1976. Págs.
77 y 78.
142
Citado por Schwartzenberg, Roger-Gerard. Sociologie Politique. Editions
Montchrestien. Colletion Universitè Nouvelle. París. 1977 pàgs. 515 y 518
60
6.4.4 Estructura de los partidos
Estas unidades básicas de organización pueden ser de diversa índole. Duverger distingue
el comité, la sección, la célula y la milicia. El comité es el grupo más reducido de
miembros, que se asientan en una extensión territorial pequeña, la cual corresponde
normalmente a la circunscripción electoral mínima, y se presenta en los partidos de
cuadros. Es importante no confundir esta noción de comité con la que hemos venido
mencionando y que corresponde a los órganos directivos. Lo que sucede es que los
partidos de cuadros este grupo mínimo de miembros dirige y a la vez protagoniza las
actividades del partido en el territorio que le corresponde; sin embargo, puede haber en
los partidos de masas comités que sean los órganos de dirección de una sección
entendida como unidad territorial de integración de miembros o como ya dijimos pueden
existir comités directivos de las actividades en un estado, una región o todo el país. Así,
la palabra comité tiene una doble connotación en la terminología partidista: la de órgano
directivo de una circunscripción territorial, que puede ser todo el país y, la de unidad
mínima de organizaciones de los miembros.
61
La milicia aparece como unidad básica de los partidos fascistas, aunque no es la única.
Se caracteriza por su similitud con la organización militar; sus miembros reciben
entrenamiento periódico y obedecen a una disciplina y a una jerarquía equiparables a las
del ejército, incluyendo, en muchos casos, los uniformes y distintivos. Se encargan de
actividades ilegales y violentas que tienden a lograr los objetivos de sus partidos mediante
la intimidación y el terrorismo.
La finalidad esencial que define a la figura del partido político es la de alcanzar el ejercicio
del poder público mediante su acceso al gobierno. Sin embargo, todos los partidos
políticos no pueden ejercer el poder simultáneamente y, en muchos casos, no existe la
posibilidad inmediata de acceder a él. No obstante los partidos políticos ejercen cierta
influencia sobre el gobierno con el objeto de que se tomen medidas que beneficien a los
intereses que representan.
Los partidos de expresión, por otra parte, parecen conformarse con plantear sus
exigencias y, si bien no ejercen el poder directamente, pueden, mediante coaliciones con
otros partidos mayores, lograr ciertos beneficios para los intereses que representan. En
ocasiones, esas coaliciones suelen darse con grupos insatisfechos de lo que pueden
ofrecerles los partidos más grandes y se manifiestan a través de estos partidos de
expresión. Con tales coaliciones se obtienen, por lo menos, recompensas psicológicas y,
en alguna medida, no tienen que transigir en cuanto a cuestiones de principio que
consideren intocables.
Entre las actividades de los partidos presentan particular importancia los pactos y
alianzas. Estos permiten agrupar fuerza con tendencia semejantes para asegurar triunfos
electorales. Se dan con mayor vigor en los sistemas multipartidistas y, en ocasiones, han
generado críticas severas, pues afirman algunos autores que la decisión política se
traslada en esos casos, del electorado a la dirección de los partidos, que deciden dichas
alianzas sin contar con la opinión de los electores.
62
En el Derecho mexicano las formas de unión de los partidos están reguladas por la
LOPPE de manera precisa. Este ordenamiento distingue entre fusión, frente, coalición e
incorporación.
El frente es una unión de varios partidos con propósitos de lucha política no electoral, es
decir, para propugnar la adopción de ciertas medidas, hacer declaraciones políticas
relativas a acontecimientos nacionales o internacionales, realizar manifestaciones, etc.
(art.56).
La coalición es una alianza entre partidos cuya finalidad es estrictamente electoral, esto
es, la de presentar conjuntamente candidatos a las elecciones. Debe aclararse que este
concepto de coalición es el que adopta la ley mexicana que, por su sistema
presidencialista, no conoce la figura de la coalición gubernamental típica de los sistemas
parlamentarios multipartidistas.
Los partidos no actúan aislados, ni de otros partidos ni en general del medio económico,
político, social y cultural en el que se desenvuelven. Estas relaciones dan por resultado
un esquema específico de actuación de los partidos en el marco político-social al que se
denomina sistema de partidos. En la politología contemporánea se suelen distinguir dos
grandes grupos de sistemas partidistas, según que se basen en la competencia de varias
formaciones políticas que se disputan el favor del electorado, o bien que admitan
solamente la existencia de una agrupación política que por definición legal representa los
intereses de toda la colectividad nacional. A los primeros se les llama sistemas
competitivos y a los segundos sistemas no competitivos.
64
6.6.1 Sistemas competitivos
6.6.2 Multipartidismo
Sin embargo, el Partido Liberal (FDP) tiene una fuera considerable, tanto que, al no
alcanzar ninguna de las dos grandes formaciones la mayoría absoluta requiere de la
coalición con los liberales para poder integrar una mayoría que elija al gobierno. En los
años posteriores a la Segunda Guerra Mundial los liberales se mantuvieron aliados con la
CDU, pero a partir de la década de los sesenta establecieron una coalición con los
socialdemócratas que se mantuvo en el poder hasta octubre de 1982, cuando los liberales
volvieron a pactar con la CDU, provocando la caída del gobierno del Canciller Helmut
Schmidt y elevando al poder al líder de los Demócrata cristianos, Helmut Kohl.
Los sistemas de partido dominante se caracterizan, según este autor, por el hecho de que
un partido obtiene durante un largo período de tiempo una constante ventaja electoral
68
sobre todos los demás participantes. Aunque no alcance la mayoría absoluta de los
sufragios, su condición de partido que cuenta con una considerable mayoría relativa de
los sufragios, le permite prácticamente determinar la orientación del gobierno. Indica el
autor que venimos citando, que para que un partido se pueda considerar dominante debe
obtener aproximadamente entre el 30 y el 35 por ciento de los votos emitidos, aunque no
considere indispensable que logre determinar la formación de un gobierno estable. Desde
nuestro punto de vista, la existencia de un partido dominante sólo puede ser determinada
por la capacidad de dirección gubernamental y no simplemente por un porcentaje de
sufragios obtenidos durante un largo período de tiempo, dado que, si un partido no logra
estabilizar y controlar la dirección gubernamental, no se le puede atribuir plenamente el
carácter de dominante.
69
7. GRUPOS DE PRESIÓN
7.1.1 Concepto
Al igual que en otros temas de nuestro estudio, existen múltiples definiciones en los textos
con respecto a los grupos de presión. Podríamos decir, sintetizando, que un grupo de
presión es un agrupamiento de individuos, con cierto grado de organización, que realizan
acciones dirigidas a los mecanismos formales de decisión gubernamental con la intención
de que tales decisiones sean favorables a sus intereses o pretensiones.
David Trumann define al grupo de interés como cualquier grupo que, basàndose en una o
varias actitudes compartidas, lleva adelante ciertas reivindicaciones ante los demás
grupos de la sociedad, para el establecimiento, el mantenimiento o la ampliación de
formas de conducta que son inherentes a las actitudes compartidas 143.
Como puede apreciarse, la noción de Trumann se funda en el interés compartido más que
en el hecho de que el grupo ejerza presión sobre la autoridad. Paul Noack sostiene que
es preferible la denominación grupo de interés porque la presión es solamente un
síntoma de la actividad de una asociación de intereses.
144
A nuestro juicio es acertado el punto de vista de Jean Meynaud , según el cual las
denominaciones de grupo de presión y grupo de interés designan dos realidades
distintas o, si se quiere, dos momentos diferentes de una misma realidad.
Como hemos visto, todo grupo de interés puede convertirse en un momento dado en un
grupo de presión. Existen grupos que se constituyen con una finalidad específica que
originalmente se encuentra prácticamente desvinculada de las acciones políticas, y que,
sin embargo, pueden ejercer en ciertos momentos, una presión con respecto a una
decisión gubernamental. Meynaud cita el caso de la Academia Francesa, cuyos
propósitos habituales son de carácter científico y que, sin embargo, realizó en ciertas
circunstancias una acción presionante con respecto a la aplicación de tasas impositivas a
las publicaciones escritas. En cambio, existen grupos que se constituyen con el propósito
específico de intentar influir en las decisiones gubernamentales. En este caso, hablamos
de grupos permanentes de presión, puesto que su finalidad principal es el ejercicio de
dicha presión. Cuando el grupo tiene otras finalidades principales, pero ocasionalmente
pretende influir en las decisiones políticas, le denominamos grupos de presión eventual.
Según nuestro punto de vista, derivado del análisis de la realidad mexicana, pensamos
que puede introducirse una tercera categoría: la de grupos sociales de presión. Este
tercer tipo nos permite resolver la preocupación manifestada por Meynaud cuando
escribe: Se dice frecuentemente que si bien es posible que los sindicatos obreros y los
patronales sean igualmente grupos de presión, nadie podría poner en el mismo plano,
dentro de su conciencia, al trabajador que defiende su derecho de vivir y al director de
71
empresa que lucha por mantener sus beneficios.
Por otro lado, la división tripartita que proponemos permite emplear la categoría de grupos
de presión en todos los sistemas socioeconómicos vigentes y superar la noción de que
sólo pueden existir grupos de presión en las sociedades capitalistas organizadas bajo los
principios de la ideología democrático-liberal. Se afirma a favor de esta tesis que el
carácter pluralista de estas sociedades es el único que permite la constitución de grupos
de presión, los cuales no pueden concebirse en las sociedades de economía centralmente
planificada por el Estado, puesto que en éstas no existen intereses privados que puedan
organizarse. Esta afirmación es sólo parcialmente cierta ya que, por un lado, en un sector
público tan amplio y diversificado como el que existe en estos países, no puede evitarse la
aparición de intereses encontrados que, aunque no siempre alcanzan un grado de
organización formal, si se manifiestan de manera que producen tensiones dentro del
propio sistema de decisiones del Estado. Así, por ejemplo, los dirigentes de las diversas
ramas de la industria soviética luchan entre sí para colocar a la suya entre las prioridades
del partido, lo cual les rinde beneficios en su carácter de grupo de funcionarios.
Estaríamos aquí en presencia de un grupo de presión de carácter público, catalogado no
tanto por el tipo de intereses que defiende, que pueden no necesariamente vincularse al
interés público de la economía. Este fenómeno se presenta también en las sociedades
capitalistas en que algunas ramas de la producción se manejan públicamente. Es
conocido el hecho de que grandes industrias paraestatales, aun en los regímenes
capitalistas, ejercen presión sobre el gobierno para obtener decisiones favorables.
Los grupos sociales de presión son los que se constituyen en el sector social, cualquiera
que sea el tipo de economía predominante. El grupo característico en este sector es el
sindicato. Quizá en cierto sentido, es más característico como grupo de presión en las
economías socialistas que en las capitalistas, pues en éstas se manifiesta originalmente
como grupo de interés que, al reivindicar aspiraciones económicas, se enfrenta primero al
patrono privado y, en una segunda instancia, presiona al poder político para conseguir
decisiones favorables; en tanto que en la economía socialista su actividad se da siempre
frente al Estado como patrón y en consecuencia está interesado en la obtención de
decisiones políticas adecuadas a los intereses que representa. Es ilustrativo el fenómeno
polaco generado en la década de los 70 y que ha hecho crisis a principios de la presente
72
década, caracterizado por la presión de grupos de trabajadores organizados en el
sindicato “Solidaridad” que reivindican conquistas del proletariado frente a una dictadura
burocrático-militar, supuestamente instaurada en su beneficio.
Duverger145 traslada esta clasificación desde el ámbito del estudio de los partidos
políticos. Sin dejar de reconocer que parece un poco artificial aplicada a los grupos de
presión, es interesante considerarla porque explica algunas modalidades del proceso de
integración de estos grupos. Así, los que hemos llamado grupos sociales, se nos
presentan como grupos de encuadramiento masivo, que buscan atraerse un número
considerable de adeptos de forma que la cantidad de sus miembros sea un elemento de
apoyo considerable cuando ejerce presión; tal es el caso de los sindicatos o de los
movimientos étnicos, feministas, ecologistas o pacifistas.
Otra distinción importante es la que separa a los grupos que persiguen un beneficio
concreto para sus integrantes, de aquellos que defienden un interés general. “Algunos
autores llaman a los primeros grupos, de interés y a los segundos, de ideas. A nuestro
juicio, esta terminología no resulta adecuada porque hemos partido de la base de que
todos los agrupamientos de esta naturaleza se identifican por un interés, aunque es cierto
que no es lo mismo pugnar por medidas que benefician directamente a los miembros del
grupo, como lo hacen las asociaciones patronales o los sindicatos, que interesarse en
medidas que busquen un beneficio que rebasa al de los miembros del grupo, como
pueden ser los casos de los grupos que buscan la supresión de las armas nucleares o la
conservación del medio ambiente” 146.
Debe admitirse que esta distinción, como cualquiera de las otras, sólo tiene un valor
relativo para permitirnos ubicar la tendencia manifiesta o principal de los grupos, pero que
no pueden establecerse fronteras precisas que separen a unos de otros. Es muy
145
Duverger, Maurice. Sociología Política. Ed. Ariel. Colección Demos,
Barcelona, 1975, citado por Eduardo Andrade Sánchez, Introducción a la Ciencia
Política, Ed. Harla, S.A. de C.V., México 1983, Pág. 142
146
Eduardo Andrade Sánchez. “Introducción a la Ciencia Política”. Ed. Harla,
S.A. de C.V., México, 1983, Pág. 143
73
frecuente que bajo la cobertura de la defensa de valores generales se encuentren
intereses materiales concretos, como sucede cuando se busca el reconocimiento de
valores, como la igualdad social o entre los sexos, o cuando se argumenta a favor de la
ecología, pues los interesados en estos valores pueden también obtener mejores
condiciones de empleo en los casos étnico o sexológico o bien la preservación de sus
tierras cultivables amenazadas, por ejemplo, por la construcción de un aeropuerto o una
presa.
Igualmente los intereses materiales concretos pueden vestirse con un manto de defensa
de valores generales, como ocurre en las campañas patrocinadas por los empresarios a
favor de la libre empresa.
La existencia de estas realidades políticas han dado lugar a juicios valorativos con
relación a su papel en los procesos políticos. Se argumenta a favor de la existencia de
estos grupos: 1. Que estimulan la discusión pública de los asuntos que requieren de una
decisión política; 2. Que emplean métodos no siempre legítimos como el chantaje o la
corrupción, deteriorando el sistema político; 3. Que permiten la acumulación de un
excesivo poder en manos de los dirigentes de los grupos, cuyos intereses pueden acabar
oponiéndose a los de las colectividades que dicen representar (la ley de hierro de la
oligarquía parece operar también en el grupo de presión); 4. Que su multiplicación en
defensa de muy variados y encontrados intereses concretos, dificulta la negociación y la
147
adopción de medidas generalmente aceptables.
Como puede apreciarse, los grupos de presión se mueven en el terreno político con el
objeto de lograr ventajas para sus agremiados. En este sentido, su función parece
confundirse con la de los partidos políticos a la que ya nos hemos referido. Se dice que
una diferencia importante la constituye el hecho de que los grupos de presión se
especializan en la articulación de intereses, y los partidos en la agregación de los mismos.
“Entiendo por articulación la expresión pública de las aspiraciones de quienes integran los
grupos representados, y por agregación, la conciliación y estructuración de las demandas
así expresadas para formular líneas de acción política concretas. Esta distinción parece
insuficiente, pues lo mismo existen grupos de presión que reclaman decisiones políticas
precisas como resultado de la agregación de los intereses que representan; como partidos
políticos que formulan solamente demandas específicas de los grupos que los integran”
148
.
147
Ebenstein, William, Pritchett Herman, et.al. American Democracy in world
perspective. Ed. Harper and Row, Publishers. New York. 1980. Fifth Edition,
citado por Eduardo Andrade Sánchez, Introducción a la Ciencia Política, Ed.
Harla, S.A. de C.V., México, 1983, Pág. 144
148
Eduardo Andrade Sánchez, Op. Cit. Pág. 145
74
Un criterio más preciso de distinción es el que formula Noack al sostener que “la
diferencia fundamental entre partidos y grupos de interés es que los partidos influyen
directamente sobre la formación de la voluntad política y la ocupación de puestos
políticos, y las asociaciones, indirectamente.
Esta distinción entre acción directa e indirecta se explica por una diferente actitud frente a
la decisión política. Los grupos de presión desean que se tomen ciertas medidas,
independientemente de quien lo haga; de allí que, frecuentemente, presenten sus
demandas de igual manera frente a distintos partidos políticos en pugna, en tanto que los
partidos buscan el ejercicio directo del poder, de modo que sean las personas por ellos
propuestas quienes tomen las decisiones.
Esta distinción se expresa por dos funciones que son exclusivas de los partidos políticos y
que los grupos de presión no realizan: la intervención en la contienda electoral y la
administración directa del poder como grupo. Debe precisarse el énfasis que hacemos en
estas dos últimas palabras: como grupo, pues si bien los grupos de presión no
intervienen directamente como tales en las elecciones, sí suelen lograr que los partidos
políticos designen como candidatos a personas propuestas por ellos, con lo cual, en
muchos casos sus integrantes llegan también a ser administradores directos del poder.
Otra relación importante entre los partidos políticos y los grupos de presión es que éstos
suelen colaborar en gran medida a financiar las campañas de aquéllos y de sus
candidatos. En Estados Unidos se estima que los grupos de presión aportaron 35
millones de dólares para las campañas de los congresistas en 1978. 149
La imagen que el grupo proyecta sobre la sociedad en general puede determinar también
la efectividad de su presión. Si el grupo disfruta de prestigio entre el público en general,
puede mover amplios sectores de la opinión de éste a favor de sus demandas, lo cual
será, sin duda, tomado en cuenta por los órganos decisorios del gobierno.
Collection Universitè Nouvelle, París 1977, citado por Eduardo Andrade Sánchez,
Introducción a la Ciencia Política, Ed. Harla, S.A. de C.V. México, 1983, pág.
146
76
7.2.4 Eficiencia de la organización
Las relaciones personales de los miembros destacados o de los dirigentes del grupo de
que se trate, con los funcionarios gubernamentales, puede resultar decisiva para el logro
de los objetivos propuestos. Un grupo con escaso reconocimiento público puede, sin
embargo, contar con miembros que tengan estrechas relaciones familiares o de negocios
con funcionarios colocados en posiciones claves para la toma de decisiones en las que el
grupo está interesado.
La manera de actuar de los grupos de presión puede ser muy variada. El concepto de
presión implica no tanto “la posibilidad de tener acceso al poder político, como la
posibilidad de recurrir a sanciones negativas –castigos- o positivas-premios- con el fin de
influir en la asignación imperativa de los valores sociales a través del poder público” 151.
Esto quiere decir que la presión es ejercida por un grupo no sólo por el hecho de ser
capaz de formular una demanda, sino, particularmente, por su capacidad para ofrecer a
cambio de la decisión favorable una posible ventaja para aquéllos que tomen dicha
decisión o la posibilidad de crearles problemas específicos.
La presión que ejercen los grupos puede manifestarse en diversos grados, los cuales
pueden ir desde una persuasión comedida hasta las manifestaciones violentas. Estas
distintas técnicas de actuación pueden combinarse y los grupos recurren a ellas según las
circunstancias. El “catálogo” que se presenta a continuación, nos ofrece algunas de las
principales.
7.3.1 Persuasión
7.3.2 Lobbying
Para Eduardo Andrade Sánchez este término deriva de la palabra inglesa lobby, que
designa el pasillo o vestíbulo de los edificios gubernamentales y se refiere al trabajo de
convencimiento hecho sobre los parlamentarios o los funcionarios que trabajan en dichos
edificios, no de manera oficial, mediante peticiones dirigidas a ellos en su carácter de
funcionarios, sino de manera más o menos discreta y realizada en los “pasillos” más que
en las oficinas; dicho esto de una manera figurada.
Las oficinas de lobbying pueden servir también para la entrega de fondos destinadas a las
campañas de candidatos, o para hacer investigaciones acerca de la vida privada de los
funcionarios cuyos resultados pueden servir para ejercer presión por medio del chantaje.
Es interesante observar que en Estados Unidos existen, además, oficinas de lobbying que
operan a nombre de gobiernos extranjeros que, independientemente de las vías
152
Ebenstein, William, et. Al. Op. Cit. Pág. 114
78
diplomáticas ordinarias, emplean el mecanismo de cabildeo para ejercer presión respecto
a decisiones que en política exterior debe tomar el Congreso.
Según Eduardo Andrade Sánchez ésta se conforma por la asunción de actitudes efectivas
que tienden a generar conflictos sociales que el gobierno está interesado en evitar. Tales
acciones pueden ser de índole diversa, de acuerdo con los diferentes grupos
involucrados.
Los sindicatos pueden recurrir a huelgas más o menos generalizadas para lograr que se
tomen las decisiones que pretenden. En ocasiones, se puede recurrir a la resistencia
pasiva mediante fórmulas como “tortuguismo en el trabajo” o falta de colaboración de los
empresarios privados en relación con las acciones que emprende el gobierno. Otras
veces se acude al expediente de retirar efectivamente los capitales del país, con el fin de
provocar una situación económica crítica. Esta técnica fue empleada con singular eficacia
en México en 1976 con la finalidad de que el gobierno abandonara los propòsitos
reformistas que había puesto en marcha y también fue intentada por los capitalistas
franceses a raíz de la victoria del partido socialista, encabezado por Francois Miterrand.
Los intereses de los productores del campo suelen también dar lugar a la constitución de
grupos de presión, En Estados Unidos existen tres agrupaciones principales: la de los
patrones agrícolas, la Unión Nacional de Granjeros y el Buró de Granjeros. En Francia, la
Federación Nacional de los Sindicatos y Empresarios Agrícolas. En Alemania, la Unión
Nacional de los Campesinos. En Italia existen tres organizaciones: la Confederación
General de la Agricultura, la Confederación Nacional de los Cultivadores Directos y la
Federación de la Tierra. En México, la Confederación Nacional de la Pequeña Propiedad
“CNPP”, en Guatemala UNAGRO.
En algunos países este tipo de agrupaciones tiene una muy considerable relevancia. Por
ejemplo en Estados Unidos, la Asociación Médica Americana (AMA) se ha constituido a lo
80
largo de los años en un importante grupo de presión que se ha opuesto con éxito a
determinados programas de seguridad social que han pretendido ser implantados por el
gobierno. En México, la agrupación profesional de los economistas se ha constituido en
los últimos años como grupo de presión, particularmente por el prestigio intelectual de sus
miembros. En Guatemala diversos colegios de profesionales.
Éstas constituyen también grupos de presión en diversos países. En Polonia, por ejemplo,
se ha constituido tradicionalmente en grupo opositor a las políticas gubernamentales. En
Italia y en España ha sido dinámica su actividad en contra de la adopción de medidas
como la regulación legal del divorcio o del aborto. En México llegó a generar una
insurrección civil en contra de los gobiernos revolucionarios.
7.4.6 Ejército
Estos constituyen grupos particulares de presión sobre todo en los casos en que son
administrados privadamente. Un congresista estadounidense afirma que todos los
miembros del Congreso dependen, en buena medida, del vigor que les otorga la
televisión, de sus apariciones en la pantalla. “Es extremadamente difícil ser un crítico de
las cadenas de televisión”. Los periódicos, estaciones de radio y de televisión suelen
ejercer una presión sobre el gobierno por su capacidad de influir en la opinión del público.
En ocasiones, como el caso de los periódicos pertenecientes a sindicatos, se expresan
públicamente como medios al servicio de ciertos grupos, pero en otras, su influencia es
oculta pero no por eso menos efectiva.
81
Es curioso señalar que en Estados Unidos, recientemente, se han llegado a formar grupos
cuya finalidad es oponerse a la actividad especializada de los grupos de presión, es decir,
grupos de presión que buscan la desaparición de los grupos de presión.
82
8. América Latina. Movimientos sociales y Representación
política
(Autora: Isabel Rauber)*
Carlos Marx
Miseria de la Filosofía
83
8.1 PALABRAS INTRODUCTORIAS
Nuestros paradigmas de vida y nuestra cultura están en crisis y también los paradigmas
emancipatorios precedentes. Las transformaciones ocurridas en el sistema-mundo
[Samir], la radicalidad y velocidad de las mismas, se suman a la crisis actual y reclaman
de nosotros, para enfrentarlas, un profundo cambio de mentalidad. La posibilidad de
sobrevivencia se anuda a la conformación de un mundo basado en la armonía de la
dimensión cósmica-humana. En este contexto, la transformación social deviene radical-
integral, es decir, se trata de un proceso de transformación social, cultural, política, y –
aunque parezca un sinsentido decirlo- humana, que resulta impostergable pensar,
construir, transitar.
Otro mundo será posible si se transforma de raíz, desde el interior de nosotros mismos y
el de nuestras organizaciones sociales y políticas, y desde ahora. Lo cultural, las
subjetividades, afloran a un plano primero y todo ello nos obliga a concentrar nuestras
miradas y reflexiones en los protagonistas de pensar y realizar las transformaciones.
153
Como señala Leonardo Boff, “...Bush apunta a establecer la "pax americana" y uniformizar el mundo bajo los
moldes del estilo de vida norteamericano. Después del 11 de septiembre decidió que eso se hará utilizando la fuerza.
Nadie podrá desafiar esta pretensión, de lo contrario conocerá, de inmediato, el poder avasallador de Estados Unidos.
De este modo, Bush prolonga y lleva hasta las últimas consecuencias la marca intrínseca del paradigma occidental: la
voluntad de someter a todo el mundo, vale decir, de implantar un imperio universal. En concreto, la así llamada
globalización, no es otra cosa, sino la occidentalización, u occiintoxicación del mundo.” ¿Choque de civilizaciones?,
ALAI, versión digital, abril 2003.
84
8.2 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La entrada veloz del neoliberalismo globalizador del poder del Norte en Latinoamérica, se
produjo en un período de desorientación, perplejidad y confusión abierto por la
conjugación histórica del fracaso de procesos de lucha revolucionaria, en medio de
dictaduras militares que se imponían mediante el terrorismo de Estado, y el derrumbe del
sistema socialista mundial. Pero en pocos años la desorientación del campo popular ha
ido modificándose sustantivamente y hoy vivimos –diferenciadamente en los distintos
países-, una época de ampliadas y crecientes resistencias sociales a la implantación del
modelo neoliberal y sus consecuencias, agudizadas por la necesidad vital de frenar (e
impedir) la firma del ALCA (Área de Libre Comercio de Las Américas), que –de
consumarse en el 2005- abriría las puertas de nuestros territorios y recursos naturales a la
voracidad anexionista del poder imperial estadounidense.
Todo ello reclama hoy superar las barreras culturales 155 predominantes acerca de quién
es (o debe ser) el sujeto de los cambios, acerca de cuál es la relación entre los
movimientos sociales y los partidos políticos de izquierda, acerca del tipo de organización
política que reclaman los tiempos actuales, acerca de lo que significa conducir. Se impone
superar las posiciones reformistas, vanguardistas y elitistas que actúan como una retranca
ante las nuevas realidades sociales, económicas, políticas, históricas, culturales. El
debate de las relaciones entre movimiento social y organización política resume otros
interrelacionados e intercondicionantes, en primer lugar –y de mayor alcance-, expresa
condensadamente un punto de vista acerca de las relaciones entre sociedad civil y política
en el contexto del capitalismo, donde la sociedad civil es, por un lado, el ámbito en el que
se genera la alineación fundada en el mundo del trabajo regido por la lógica del capital,
que la afianza y multiplica universalizando -por medios políticos, sociales, culturales, etc.-,
154
El proyecto hace al sujeto en tanto es el sujeto el que -en su articulación y constitución- va definiendo su
proyecto; sujeto y proyecto están íntimamente imbricados, son inseparables; no se lo puede concebir desde la
lógica que supone un emisor que sabe y decide, y un receptor que –no sabe- recibe y ejecuta.
155
El análisis de los contenidos ideológico-culturales de esas barreras resulta central para la comprensión de las clave
teórico-prácticas que ayudarán a avanzar en el proceso de búsqueda colectiva de alternativas, de nuevas opciones
organizativas y políticas para contener y conjugar a las nuevas y numerosas expresiones de actores sociales con
identidad propia y protagonismo pleno.
86
su dominación hegemónica y, por otro, el ámbito donde brota y se multiplica también la
rebelión ante ello, en primer lugar, por parte de los que están en el centro mismo de la
producción de la base de esa enajenación política, económica, cultural y social: los
trabajadores.
Esta re-articulación debe encontrar también una nueva expresión orgánica –de hecho la
realidad política latinoamericana actual lo reclama y anuncia con creces-, cuyo núcleo
constitutivo arranca por entender (y practicar) a la representación políticosocial de un
modo radicalmente diferente al actual, como pivote de interactuación participativo-
empoderadora de los actores sociopolíticos, en tanto son actores-sujetos representantes y
representados. La unidad radical entre lo social, lo político y sus actores, resume uno de
los ejes centrales de este trabajo; el otro -convergentemente con este, imprescindible de
abordar por tanto-, es el referido al proceso de articulación-constitución de la clase y el
pueblo en sujeto popular de la transformación social. Y todo ello enlaza con lo que sería
un tercer eje, abordando lo relativo a las formas de surgimiento y organización de ese
156
Falsa en el sentido de no “natural”, no propia de la organización de la sociedad. La división entre partido y sindicato
respondió y responde a la lógica del desarrollo ampliado del capital y su modo político de organización de la sociedad
que impide la participación y expresión política directa de los trabajadores en los ámbitos del poder político (del capital).
157
Ver, parte II de este libro, “Un nuevo tipo de conducción política”, epígrafe 2.
158
Mészáros, István, The alternative to capital‟s social order, K P Bagchi & Company, Kolkata, 2001, p.67. [En
inglés]
87
sujeto políticosocial.
Podría decirse que –en ese sentido, y en relación con los partidos políticos de izquierda
actualmente existentes-, se trata de pensar y construir (o re-construir) un nuevo tipo de
organización política de izquierda, que solo puede ser tal si –a partir de reconocer su raíz
sociopolítica-, es capaz de proponerse su rearticulación con lo social sobre bases
diferentes, y romper la cadena fragmentadora y verticalista-subordinante entre partido-
clase-movimiento-pueblo, entre lo reivindicativo, lo político y lo social, 161 entre vida
159
Algunos autores distinguen varios tipos o categorías de sujetos: sujeto social, sujeto social de la revolución,
sujeto histórico y sujeto político. Según esa lógica, sujeto social sería el conjunto de clases y sectores sociales
objetivamente interesados en las transformaciones revolucionarias; sujeto social de la revolución, sería la reunión de
una especie de vanguardia de cada uno de los sectores del sujeto social; el sujeto histórico sería la
vanguardia del conjunto del sujeto social de la transformación, por ser el portador de la misión histórica; y el
sujeto político sería la vanguardia de esa sujeto histórico y, por tanto, de los “otros” sujetos, que quedarían organizados
de mayor a menor, sujetados verticalmente de y por ese sujeto político.
160
“Si por política se entiende “(...) al espacio en el se realizan las práctica políticas (...), la política es básicamente un
espacio de acumulación de fuerzas propias y de destrucción o neutralización de las del adversario con vistas a alcanzar
metas estratégicas.” [Gallardo, Helio, Elementos de política en América Latina. Editorial DEI, San José. 1989, pp. 102-
103.] Práctica política, por tanto, es aquella que tiene como objetivo la destrucción, neutralización o consolidación de la
estructura del poder, los medios y modos de dominación, o sea, lo político. (...) Así como la política ha sido
transformada por el mercado, que ha penetrado sus espacios, sus contenidos y sus modos de acción borrando las
fronteras de lo económico y lo político, también lo político se ha modificado, ha salido de su esfera tradicional para
ocupar (compartir, estar presente en) los espacios de la economía, es decir, del amplio espectro de las relaciones
sociales que en ella se originan. Lo político ha penetrado como nunca antes en el mundo del mercado, mezclándose
con un espacio antes reservado casi exclusivamente a la economía. // Esto permite replantear los nexos entre lo
político, la política y el poder (objetivo último de la acción política), sin reducir a éste al poder político, concepción
tradicional y frecuente entre sectores de la izquierda latinoamericana, que sirvió de base a estrategias de confrontación
social directa por la conquista del poder político, y que entendía por lucha política popular solamente a aquella dirigida
directamente a golpear el poder político de la dominación y a conquistarlo o „tomarlo‟.” (Rauber, Isabel, Actores sociales,
luchas reivindicativas y política popular, UMA, Buenos Aires, 1997 (segunda edición), pp. 8-9. Actualmente puede
encontrarse en edición digital en: www.rebelión.org,)
161
“Asumir lo político y la política con sentido amplio y popular supone reconsiderar lo que se entiende por escena
política, tradicionalmente considerada como el campo de acción abierta de las fuerzas sociales mediante su
representación en partidos. Si se toma en consideración que la <reducción, congelamiento o anulación de la esce na
política no disuelve como por arte de magia ni el campo de la dominación ni la existencia de oposiciones,
88
cotidiana, sociedad y política, entre lo público y lo privado, cadena que constituye a su
vez, un importante eslabón en la producción y reproducción ampliada de la enajenación
política, de la clase y el pueblo todo, vitales a la continuidad de la lógica del capital. El
caso es comprender que La rebelión de los trabajadores en contra del capitalismo no es
reductible a la lucha de clases en el marco del modo del modo de producción capitalista,
por importante que ésta sea; es (o puede ser) también rechazo a la enajenación (1968 lo
ilustra) e invita con ello a salir del marco de la reproducción capitalista. 162
Son muchos y positivos los esfuerzos por encontrar alternativas a una situación que
mayoritariamente se visualiza como insostenible; hay sin duda cimbronazos que –como
campanadas- ayudan a que la venda –para los que aún la llevan- caiga de sus ojos. En
primer lugar, el Foro Social Mundial, capaz de movilizar a miles y miles de luchadores
identificados en la necesidad de conformar, al menos, un movimiento antiglobalización-
neoliberal de alcance mundial. En segundo lugar -y articulado a lo anterior-, el propio Foro
de Sao Paulo que nuclea a la gran mayoría de partidos de izquierda y centroizquierda
latinoamericana, y que así lo ha reconocido implícita o explícitamente. El volante que
distribuyeron en el FSM 2002, es una muestra de ello.
Vale recordar también el Seminario anual “Los Partidos y una Nueva Sociedad” que
organiza el Partido del Trabajo, de México, que hace años –entre variadas temáticas- se
preocupa por avanzar en las reflexiones sobre las experiencias de lucha de los
movimientos sociales, sin prejuicios, buscando vías para superar dialécticamente –de eso
se trata- la situación de fractura entre los movimientos sociales populares y los partidos
políticos de la izquierda. Considero que, en este sentido, estaríamos entonces en una
etapa de maduración y, a la vez, de transición, donde quizá el paso siguiente radique en
identificar la dimensión local (nacional, regional) de la fractura histórica y actual entre lo
social y lo político, entre los movimientos sociales y los partidos políticos de izquierda, y –
sobre esa base- trazarse objetivos concretos para ir construyendo inicialmente ámbitos de
desplazamientos y asimetrías entre las fuerzas sociales>, y que <la desaparición de los partidos no supone, pues, la
desaparición de lo político y de la política> [Gallardo, Op. Cit., p.16], resulta evidente que la escena política comprende
al conjunto de fuerzas sociales actuantes en el campo de la acción política en un momento dado, independientemente
de que éstas se hallen organizadas o no en estructuras político-partidarias. Respetando todo lo que son o puedan llegar
a ser las opciones partidarias, la participación política de la ciudadanía, de hecho, reclama la incorporación de los
diversos actores a una discusión y a un escenario más amplio que el de los partidos.” (Rauber, Isabel, Idem, pp. 7-8).
162
Amín, Samir, Crítica de nuestro tiempo, Siglo XXI, México, 2001, p. 60.
89
163
diálogo entre organizaciones sociales y políticas. En realidad, si tenemos en cuenta las
experiencias y los esfuerzos concretos realizados en Latinoamérica al respecto, estas
intenciones resultan todavía un poco idílicas porque hay marcadas resistencias a abrir los
espacios. Estas provienen tanto de los partidos políticos que, aparentemente, serían los
que deben compartir “su espacio” político, como de los movimientos sociales que –aunque
de un modo menos visible-, igualmente deberían compartir lo que consideran “su espacio”
social o sociopolítico. Intervienen aquí factores culturales, en primer lugar, el peso de lo
viejo, el creer “saber cómo son las cosas”, el elitismo, el vanguardismo, el creer “no saber”
cómo construir sobre bases diferentes, cómo fundar una representación distinta, redefinir
la militancia, cambiar las estructuras, estatutos, modos de funcionamiento, el pensar en
acto y no en proceso (entender a los fenómenos sociales como algo dado, y a las
propuestas de transformación como algo que debe darse y no como algo que hay que
construir), etcétera.
Obviamente, nada de ello se logrará de la noche a la mañana; 164 tampoco se trata de eso,
pero es necesario empezar por tomar algún hilo de la madeja, y desovillarla en la misma
medida en que se teje en otro sentido y de un modo diferente. Es en ese caminar, en ese
proceso que se irán definiendo las nuevas formas orgánicas; será la actitud colectiva ante
la necesidad políticosocial misma, las tareas a cumplir y los momentos en que las mismas
se desarrollen, la que irá haciendo posible imaginar e inventar un modo u otro de construir
orgánicamente los nodos de articulación sociopolíticos. Influyen aquí también la historia
de lucha de cada pueblo, las experiencias acumuladas, los acervos culturales del pasado
anterior y reciente, etcétera. La constante composición y recomposición de los consensos
ante cada nuevo reto darán la línea de acción y una nueva experiencia colectiva, un nuevo
aprendizaje; no hay recetas.
90
fragmentación) que hay que reinventar sobre bases radicalmente diferentes, en camino a
transformaciones ulteriores tendencialmente orientadas al socialismo como perspectiva
estratégica mayor.
Y todo ello interpela doblemente a la clase obrera, que no puede liberarse sin desempeñar
un papel transformador radical de la sociedad, y sin convocar -para ello- a los diversos
sectores populares, haciendo de esto un proceso abierto de diálogo y construcción entre
todos, a riesgo -en caso contrario- de convertirse en excluyente. No estamos en cero; las
experiencias de resistencias y luchas populares encierran y muestran -como avances-
muchos elementos de lo nuevo. Resulta imprescindible avanzar en la proposición de
nuevos caminos o en la profundización de los ya iniciados. Se necesitan también
precisiones conceptuales que contribuyan al esclarecimiento de las certezas posibles en
medio de las incertidumbres y múltiples tendencias yuxtapuestas del sentido histórico que
conviven con nosotros. Y todo ello nos lleva nuevamente a la discusión acerca del sujeto
sociopolítico de la transformación.
165
Mészáros, István, Op. Cit., p. 79. [Cursivas del autor]
91
SUJETO HISTÓRICO, SUJETO SOCIAL, SUJETO POLÍTICO, SUJETO POPULAR
Una mirada desde Latinoamérica
Sobre la base de una fractura originaria entre clase y partido de la clase, importada y
heredada de la tradición política hegemónica del pensamiento de la izquierda europea,
que a su vez reducía la clase (el proletariado) a la clase obrera industrial y consideraba a
ésta como el único sujeto (histórico) de la revolución social, en nuestras latitudes –salvo
excepciones- se ignoraron las realidades socioculturales, económicas y políticas, que se
correspondían a nuestra diversidad étnica y de desarrollo, adoptándose mayoritariamente
una postura doctrinaria que -contrariamente a los llamamientos de Carlos Mariátegui-, fue
“calco y copia” en lugar de creación heroica.
92
Federico Engels, estudioso de la realidad de la clase obrera en Inglaterra, quien se
preocupó en su época de aclararlo, posiblemente previendo miradas reduccionistas:
Ahí el sentido cabal del concepto de “centralidad de la clase” que empleo para referirme a
uno de sus principales roles políticosociales. Y esto es clasismo hoy: ser coherentes con
las responsabilidades y las tareas históricas de la clase hoy, generar un polo o núcleo de
articulación y organización del tejido social y sus actores proyectándolos hacia metas
superiores de transformación radical de la sociedad, sobre la base del cumplimiento inicial
de urgentes tareas de sobrevivencia, a la vez que remontándose sobre ellas en
proyección hacia la construcción –en plenitud de capacidades- del ser nacional que
reclama, en primer lugar, la defensa de la vida y también -encadenada a ella-, la
liberación.
Es decir que, en este sentido, cuando se habla de sujeto sociopolítico de los cambios, se
hace referencia, en primer lugar, a una articulación que –conteniendo a la clase, a partir
167
Engels, Federico, “Principios del comunismo”, Obras Escogidas en tres tomos, Editorial Progreso, T1, Moscú, 1976,
p. 82.
93
de ella- abarca al conjunto de sectores oprimidos, explotados, discriminados y excluidos
por el sistema, considerándolos también potencialmente capaces de constituirse en
sujetos a partir de su intervención en el proceso de resistencia y lucha por la
sobrevivencia, que se anuda radicalmente con la transformación del sistema que
estructura las actuales sociedades latinoamericanas.
--En segundo lugar, esto se relaciona de modo directo con las problemáticas y tareas que
ese sujeto en proceso de constitución tiene que enfrentar, que lo lleva a tomar conciencia
de la necesidad de cambiar integralmente la realidad en la que vive, y a proponer nuevas
bases sobre las cuales va a reorganizar la sociedad en la que desea vivir.
94
transformaciones profundas en el sistema productivo, en el modo de vida y organización
social y en la cultura.170 Hoy puede notarse nítidamente la existencia de un quiebre
profundo del modo de ser y de vivir de nuestras sociedades, que se expresa en la
destrucción del sentido mismo de sociedad y de Nación.
Con la atomización explosiva y centrífuga de las sociedades se inicia una época de crisis
social generalizada y creciente que se instala con fuerza, en primer lugar, en el seno
familiar, donde la carrera por la sobrevivencia quiebra los roles tradicionales adjudicados
culturalmente (por el poder) al ser hombre y al ser mujer, impactando de múltiples formas
sentidos a la vida familiar y social.171
95
trabajadores con nuevo régimen de contratación, a los trabajadores “en negro”,
semiocupados, a los subcontratados, a los trabajadores por cuenta propia expulsados del
sistema productivo, y a los desocupados por esta situación, considerados -en tal sentido
por nuevas organizaciones sindicales,174 como trabajadores sin empleo.175
Los movimientos barriales populares de las zonas urbanas tienen entre sus mayores
referentes fundacionales o activos a hombres y mujeres con experiencia de lucha y
organización sindical correspondiente a su “época de trabajadores” con empleo, que –
reivindicándose como trabajadores- hacen del territorio donde viven su nuevo ámbito de
resistencia, lucha, organización y propuesta de transformación de la sociedad. De ahí que
no resulte extraño escuchar entre ellos, por ejemplo, que hoy “la nueva fábrica está en el
barrio”.177 La defensiva ante la impronta de la lucha por la vida se combina
necesariamente con la cada vez más necesaria ofensiva dirigida a transformar desde la
raíz su situación de exclusión o quedar entrampados en ella. (Los trabajadores urbanos
174
La Central de Trabajadores Argentinos se cuenta entre las primeras organizaciones sindicales –quizá por ser parte
ya de una respuesta organizada de la clase a la irrupción devastadora del neoliberalismo-, que reconoce por igual
como trabajadores, a los trabajadores que tienen empleo y a los que no lo tienen, y sella esto en sus bases
fundacionales y en sus estatutos, mediante la afiliación directa y plena de todos y cada uno de los trabajadores,
independientemente de su condición laboral actual. Como señala Víctor De Gennaro, su Secretario General: “No será la
patronal la que decida quienes son trabajadores y quienes no, quienes nos representan y quienes no; ese es nuestro
derecho y debemos ejercerlo.”
175
Desempleo no estructural, según el economista argentino Claudio Lozano, porque no se corresponde con
deficiencias estructurales, sino con modificaciones externas al desarrollo productivo que –sin responder a la lógica
propia de su desarrollo, por el contrario, lo han atrofiado, desarticulando, desintegrando y desregulando lo que
quedaba, destruyendo lo que –según esa lógica se consideraba “población obrera sobrante”, es decir,
desocupados, trabajadores sin empleo.
176
Manuel Morales, integrante del Equipo Económico del MAS, Instrumento Político para la Soberanía de los
Pueblos. Entrevista realizada por mí en 2003. Inédita.
177
Ver, Rauber, Isabel, La Argentina de los piquetes, Documentos desde abajo, Colombia, 2003, p.16.
96
en lucha por un empleo estable y la refundación de una estructura productiva que lo haga
posible; los campesinos bolivianos, por el derecho al cultivo de la hoja de coca –tradición
cultural de los pueblos indígenas de la zona andina-, que supone también la lucha contra
la injerencia norteamericana en la región (“Plan Dignidad”); los campesinos sin tierra de
Brasil, en busca de una reforma agraria que ponga fin a los grandes latifundios
improductivos y entregue esas tierras a los trabajadores sin tierra, con lo cual intervienen
también nacionalmente convocando a una discusión nacional sobre la tierra; los indígenas
ecuatorianos y los sectores populares urbanos, en lucha por su derecho a ser –
colectivamente-, protagonistas de su historia; igual los pueblos de Chiapas, de Perú, de
Guatemala, etcétera).
En procesos de resistencia a las políticas de muerte, en lucha por la vida -que significa
trabajo, pan, salud y educación-, han emergido problemáticas específicas de los distintos
sectores (fragmentos) sociales y ellos mismos se han constituido y han sido visualizados
socialmente como actores sociales.
Estrictamente hablando, cada uno de los actores, aisladamente, no puede llegar a ser
sujeto. El concepto sujeto, en este sentido, en tanto sujeto de la transformación del todo
social, presupone la articulación de los distintos actores comprometidos en ella (además
de las articulaciones que tienen lugar al interior de cada sector social o movimiento); es,
por tanto, plural y múltiple. Replantea los criterios tradicionales en cuanto a su
organización interna, en el desarrollo de nuevas relaciones entre sus miembros: no
jerárquico-subordinantes sino horizontales; exige el respeto a las diferencias y, todo esto,
la profundización de la democracia sobre la base del protagonismo y participación plena
de cada uno. Por ello, lejos de aceptar el divorcio entre lo social y lo político, afirma su
indisoluble nexo constituyéndose como sujeto (y actores) sociopolítico(s). 178
97
179
medida en que van asumiéndose como protagonistas conscientes de su historia.
Y todo esto pone en tela de juicio, una vez más, la concepción o el paradigma instalado
en el pensamiento marxista predominante acerca del sujeto (social y político) del cambio.
Las interrogantes colocadas serían: ¿Se puede hablar de sujeto del cambio en
sociedades tan fragmentadas socialmente? ¿Hay un sujeto o son varios?, ¿quién o
quiénes lo representan o referencian? ¿Cómo recomponer el sujeto fragmentado?¿Qué
relación guardan los actores sociales con los partidos políticos de izquierda?, ¿se trata de
un sujeto social diferenciado del sujeto político?, ¿son dos sujetos o uno solo?
98
181
instrumentos orgánicos mediante.
Cuando se habla de sujeto popular del cambio se alude a un sujeto sociopolítico múltiple y
diverso, unificado a través de un proceso de articulación (y re-articulación) orgánica que
potencia el proceso de constitución de los actores sociopolíticos en sujeto popular,
categoría que da cuenta precisamente de esa su condición plural (articulado). Esto habla
de su carácter doblemente heterogéneo, por un lado, en lo que hace a su constitución,
sobre la base de la articulación de diferentes actores, clases, sectores sociales; y por otro,
porque esa articulación ocurre también –y se asienta- al interior de cada uno de los
fragmentos, sectores, clases, etc., tal como he explicado, por ejemplo, en el caso de la
clase obrera. Y esta heterogeneidad no es un fenómeno cuantitativo y formal, al contrario,
expresa condensadamente las huellas de la crisis en las subjetividades de cada cual, en
sus identidades, llamadas también a ser articuladas. Y esto habla de respeto a las
diferencias, de tolerancia y de democracia entendida como pluralidad y –sobre esa base-
participación.
“En esta perspectiva la liberación llega a ser la recuperación del ser humano
182
comosujeto.” Y esto implica participar en la definición del rumbo y el alcance de esas
transformaciones, y también de las vías y caminos de acercamiento a los objetivos, en la
medida en que vayan construyendo las soluciones, construyendo y acumulando poder, y
organización colectiva capaz de conducir al conjunto a la vez que construyen el proyecto y
181
Esto es importante porque el criterio de que política es relación entre clases, se redujo tanto que se dejó de lado el
hecho de que la política –como actividad política- impregna todo el tejido social. Se desconoció la amplitud de su
independencia relativa.
182
Hinkelammert, Franz, Op. Cit., p. 348.
99
183
se autoconstituyen como sujetos.
184
Esto es asunto clave. El afán de lucha por el todo subordina el hoy de los propios luchadores no logra acumular
fuerzas, y termina engrampado en la lógica del todo o nada que –según enseña nuestra experiencia se tradujo en nada.
Como reflexiona Nicolás Guevara: “...el todo o la nada es una abstracción; es la utopía global a la que se lleva el sueño
por conseguir y, por conseguir el sueño, nunca se avanza en algo concreto. Se desprecia la cotidianidad, olvidando que
el ser humano vive de la solución de su problema cotidiano. (...) hay que avanzar desde la cotidianidad, partir de ella
para construir el sueño, y para que sintamos todos que vamos avanzando, que no nos frustremos como la generación
del setenta y parte de los ochenta. (...) Lo que no se entendió es que la utopía se construye día a día y que cada día
hay que ganar algo para concretarla. Y eso implica confrontar, negociar y avanzar paso a paso junto con la gente.”
[Construyendo poder desde abajo, Op.Cit., p. 25.]
185
Esto no niega la posibilidad o necesidad de hacerse del poder político en determinado momento de la lucha, si la
acumulación de fuerzas lo permite y la dinámica del proceso de transformación lo reclama para dar un salto en el
proceso. No resulta posible en este trabajo detener la mirada analítica sobre este tema; lo menciono a sabiendas de
que frecuentemente suele llevar a confusiones, que no es posible analizar en este estudio.
186
Por su relación específica con el tema, se tomó sólo este nuevo tipo de conducción política (No. 7),de los siete
contenidos en la obra original.
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Las prácticas específicas y las posibilidades concretas de avanzar y construir
colectivamente la dirección políticosocial de los procesos de transformación en cada lugar,
irán enriqueciendo, profundizando, mejorando, modificando o ampliando estos elementos
iniciales acorde con las condiciones particulares concretas de cada lugar.
Identidad alude a lo que define a un colectivo humano como tal colectivo y no otro, es
decir, a lo que lo unifica, lo cohesiona en su interior a la vez que lo diferencia de todo lo
exterior a él (en diferentes grados). O sea, que, si toda identidad alude a una diferencia
respecto de otros, el reconocimiento y respeto de las identidades no es otra cosa que el
reconocimiento y respeto de esas diferencias. Es esto lo que está en la base de la
posibilidad de establecer relaciones horizontales en la articulación de los diversos actores
sociopolíticos.
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“En esta relación conflictiva, en las luchas, es donde se van perfilando las identidades de los diversos actores. (Esto
implica) que las identidades se van construyendo en relación con otras; ellas no existen a priori y la lucha es „sobre la
formación misma de los sujetos, lucha por determinar-articular los límites sociales‟” Sojo, Ana, Mujer y Política, Editorial
DEI, San José, 1988, p. 34.
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--Promover y desarrollar relaciones horizontales entre los diversos actores sociopolíticos.
--Articular los distintos espacios de luchas respetando las decisiones de cada sector y
también sus ritmos.
.
Esto es particularmente notorio para las organizaciones sociales campesinas, y aquellas
asentadas en barrios populares. Estas funcionan a partir de lo cotidiano en un ámbito
territorial definido, tienen muy presente que,
188
Guevara, Nicolás, tomado de: Construyendo poder desde abajo, Op. Cit., p. 41.
102
De ahí que el objetivo fundamental de estos planteamientos –lejos de pretender presentar
un conjunto acabado de pasos que habría que dar para resolver el actual y antiguo y
radical divorcio entre los partidos de izquierda y las organizaciones y movimientos
sociales-, sea el de contribuir -sobre la base de las enseñanzas actuales y las que vayan
surgiendo de las experiencias concretas de resistencia y lucha de los distintos actores
sociopolíticos latinoamericanos-, a una reflexión profunda sobre las prácticas, a una
revisión crítica y autocrítica del modo en que se ha trabajado durante muchos años en uno
y otro sector y en las relaciones entre ambos y, a la vez –sobre esa base-, a un replanteo
de la concepción con la que se ha llevado y se lleva adelante ese trabajo y esa relación.
103