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La España de Franco (1939- 1975)

La Autarquía
(1939-59)
Dictadura personal y de arbitraje. Concentración casi absoluta del poder. Cierto carácter providencialista.
Cierto “pluralismo ideológico” sin un cuerpo doctrinario elaborado
Antimarxismo y antiliberalismo/antiparlamentarismo (rechazo de los partidos políticos)
Fundamentos ideológicos Nacionalcatolicismo (control social e ideológico de la Iglesia)
Centralización del poder: jerarquía y unidad de la Patria. Estado fuerte y centralizado.
Defensa de un orden social conservador: familia y propiedad. Tradicionalismo
Gran capacidad de adaptación a la coyuntura nacional e internacional
Represión y papel destacado del ejército (recuerdo permanente de la Guerra Civil: militarismo)

Monárquicos: carlistas y partidarios de don Juan de Borbón


Las bases políticas del régimen: las Falangistas
familias políticas Católicos: los Propagandistas y el Opus Dei. El clero
El ejército

Organización política del Las “Leyes Fundamentales” (Fuero del Trabajo de 1938, Ley de Cortes de 1942, Fuero de los Españoles de
régimen 1945, la Ley de Referéndum Nacional de 1945, La ley de Sucesión de 1947, la Ley de Principios del
El nuevo estado: la democracia orgánica
Movimiento Nacional de 1958)
Los sindicatos verticales (Fuero del Trabajo)

El régimen “totalitario”: el auge de la hegemonía falangista (1939-1945)


La evolución política El apogeo de los católicos en el poder (1945-1955)
El declive de la política de los católicos (1956-57)
La democracia orgánica es un sistema político en el que la representación
popular no se ejerce a través del sufragio universal sino a través de las
relaciones sociales naturales como la familia, el municipio y el sindicato.
Rechaza los principios liberales, el parlamentarismo y los partidos políticos
siendo una forma bajo la que presentar una dictadura bajo un cariz
aparentemente democrático, respetando, en el mejor de los casos, los
aspectos formales de la democracia
La relación con las “potencias del Eje” durante la II Guerra Mundial: entre neutralidad (1939-junio 1940;
octubre 1943-45) y “no beligerancia” (1940-1943): entrevista Franco-Hitler en Hendaya (1940) y envío de
Aislamiento (1939-50)
la “División Azul”
El aislamiento internacional: la resolución de la ONU de 1946

Relaciones exteriores: del


aislamiento a la apertura a
Occidente
 

El cambio de la situación internacional (Guerra Fría)


Ingreso de España en la ONU y sus organismos (1950) y fin de la retirada de embajadores
Apertura (1950-59) Tratado con Estados Unidos (1953): instalación de bases a cambio de ayuda económica
Concordato con el Vaticano (1953)
Admisión en instituciones internacionales: ONU (1955), Banco Mundial y FMI (1958), OECD (1959)
A) Por su origen, naturaleza, estructura y comportamiento general, el régimen de
Franco es un régimen fascista, organizado e implantado en gran parte merced a la
ayuda de la Alemania nazi y de la Italia fascista de Mussolini.
B) Durante la larga lucha de las Naciones Unidas contra Hitler y Mussolini, Franco
prestó una ayuda muy considerable a las potencias enemigas, a pesar de las continuas
protestas de los aliados. [...]
La Asamblea General, convencida de que el Gobierno fascista de Franco en España [...]
no representa al pueblo español [...], recomienda que se prohíba al Gobierno de
Franco pertenecer a los organismos internacionales creados por las Naciones Unidas, o
relacionados con ellas, y participar en conferencias y otras actividades que puedan
concertar las Naciones Unidas, o dichos organismos, hasta que se forme en España un
gobierno nuevo y adecuado.
Además [...], recomienda que, si dentro de un plazo razonable, no se establece en
España un gobierno cuya autoridad proceda de sus gobernados y que se comprometa
a respetar la libertad de expresión, de religión y de reunión, y a celebrar cuanto antes
elecciones en las que el pueblo español pueda expresar su voluntad, libre de coacción
y de intimidación, y de coacción de partido, el Consejo de Seguridad estudie las
medidas para remediar tal situación.
Asimismo, la Asamblea recomienda que todos los Estados miembros de las Naciones
Unidas retiren inmediatamente los embajadores y ministros plenipotenciarios que
tienen acreditados en Madrid. [...]

Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Nueva York, 12


de diciembre de 1946.
Frente al peligro que amenaza al
mundo occidental, los gobiernos de los
Estados Unidos y de España, deseosos
de contribuir al mantenimiento de la paz
y de la seguridad internacional con
medidas de previsión que aumenten su
capacidad y la de las demás naciones
que dedican sus esfuerzos a los
mismos altos fines, para poder
participar eficazmente en acuerdos
sobre la propia defensa, han convenido
lo siguiente:
1.° En consonancia con los principios
pactados en el convenio relativo a la
ayuda para la mutua defensa, estiman
los gobiernos de los Estados Unidos y
de España ( ... ) que sus relaciones se
desenvuelvan sobre la base de una
amistad estable, en apoyo a la política
que refuerza la defensa de occidente.

Convenio entre España y Estados


Unidos. (1953)
La difícil situación internacional (Guerra Mundial y aislamiento)
El fuerte intervencionismo estatal (producción, precios, salarios, consumo) para conseguir la “autosuficiencia
económica”
La creación de empresas estatales (INI)
La nacionalización de sectores clave (RENFE, Telefónica)
La autarquía (1939-50)
Un acentuado proteccionismo y una fuerte reglamentación del comercio exterior
El fracaso de la autarquía: falta de materias primas básicas (petróleo, caucho, algodón), malas cosechas y
hambre (“cartillas de racionamiento”), aparato burocrático corrupto, excesiva regulación, desarrollo del
“mercado negro”, desfase entre salarios y precios
Las difíciles condiciones sociales: los “años del hambre” y ruralización del país

La evolución económica:
de la autarquía a una
cierta liberalización

Importante crecimiento de la renta nacional


La ayuda norteamericana (1.200 millones $) que permitió el aumento de las importaciones
La nueva política económica del gobierno de 1951: eliminación paulatina de los utópicos planes de
El inicio de la liberalización económica
autoabastecimiento, incremento de las importaciones, menor control de los precios, fin de la “cartilla de
(1950-1959)
racionamiento” por el paulatino desarrollo agrario (Ley de concentración parcelaria, política de colonizaciones
y regadíos)
Desequilibrios: agotamiento de las reservas, fuerte inflación, constante gasto público
Existe un estudio efectuado por el médico
Pedro Blanco Grande referido  a lo que
fue la alimentación en Madrid a lo largo
de 1941 que pone de manifiesto la
carencia de todo en la población, pese a
tener en cuenta la cantidad de toda clase
de alimentos suministrados mediante
cartilla de racionamiento, así como los
consumidos procedentes de la venta
libre. El resumen del contenido en
elementos nobles procedentes de todos
los alimentos ingeridos (carnes, verduras,
pescado, huevos, leche, etc.) los
comparó con el valor estimado para una
dieta normal, valor que según la
Comisión Consultiva de Alimentación del
Ministerio Británico de Higiene se sitúa
en 100.
De esta comparación resultó:

Alimentos Debían tener Tenían Déficit


Albúminas 100 55,40 44,60
Grasas 100 38,50 61,50
Hidr de carbono 400 135,17 264,83
Calorías 3.000 1.002 1.938
 
Mortalidad infantil (en %o)

1941 1942 1943 1944


151 143 131 91

Año Tuberculosis pulmonar Tuberculosis meníngea Total


1940 23.871 5.665 29.536
1941 26.633 6.147 32.780
1942 26.062 6.012 32.074
1943 26.530 6.225 32.755
1944 26.850 6.084 32.934
1945 27.050 6.100 33.150
1946 27.100 6.650 33.750
1947 27.250 6.721 33.971
La oposición internacional El aislamiento internacional del régimen
  Los exiliados

La fuerte represión: Ley de responsabilidades políticas (1939)


La oposición en el interior La resistencia guerrillera: el maquis
La oposición al régimen y
Las primeras huelgas y la labor del PCE
la represión de posguerra
 

Manifiesto de Lausana de 1945


Los intentos de restauración monárquica
Pacto de San Juan de Luz en 1948: acercamiento entre monárquicos y socialistas. Finalmente fracasado.

 
Españoles:

Conozco vuestra dolorosa desilusión y comparto vuestros temores (…) Desde abril de 1931 en que el Rey, mi Padre, suspendió
sus regias prerrogativas, ha pasado España por uno de los periodos más trágicos de su historia. Durante los cinco años de
República, el estado de inseguridad y anarquía, creado por innumerables atentados, huelgas y desórdenes de toda especie,
desembocó en la guerra civil que, por tres años, asoló y ensangrentó la patria. El generoso sacrificio del Rey de abandonar el
territorio nacional para evitar el derramamiento de sangre española, resultó inútil.

Hoy, pasados seis años desde que finalizó la guerra civil, el régimen implantado por el General Franco, inspirado desde el
principio en los sistemas totalitarios de las potencias del Eje, (…) es fundamentalmente incompatible con las circunstancias que
la guerra presente está creando en el mundo. (…)

Corre España el riesgo de verse arrastrada a una nueva lucha fratricida y de encontrarse totalmente aislada del mundo. El
régimen actual, (…) provoca este doble peligro; y una nueva República, por moderada que fuera en sus comienzos e
intenciones, no tardaría en desplazarse hacia uno de los extremos, reforzando así al otro, para terminar en una nueva guerra
civil.

Sólo la Monarquía Tradicional puede ser instrumento de paz y de concordia para reconciliar a los españoles (…) . Millones de
españoles de las más variadas ideologías, convencidos de esta verdad, ven en la Monarquía la única institución salvadora.

Desde que por renuncia y subsiguiente muerte del Rey Don Alfonso XIII en 1941, asumí los deberes y derechos de la Corona de
España, mostré mi disconformidad con la política seguida por el General Franco. En cartas dirigidas a él y a mi representante
hice constar mi insolidaridad con el régimen que representa, y por dos veces, en declaraciones a la Prensa, manifesté cuán
contraria era mi posición en muy fundamentales cuestiones.

Por estas razones, me resuelvo, (…) a levantar mi voz y requerir solemnemente al General Franco para que, reconociendo el
fracaso de su concepción totalitaria del Estado, abandone el poder y dé libre paso a la restauración del régimen tradicional de
España, único capaz de garantizar la religión, el orden y la libertad.

(…)Fuerte en mi confianza en Dios y en mis derechos y deberes imprescriptibles, espero el momento en que pueda realizar mi
mayor anhelo: la paz y la concordia de todos los españoles.

¡Viva España!

JUAN
Del desarrollismo a la crisis final del régimen
(1959-1975)
Liberalización del comercio exterior y la economía interna
Favorecer la inversión extranjera
Plan de Estabilización (1959) Equilibrio de la balanza de pagos y reducción del déficit: recorte del gasto público, restricción del crédito,
congelación de los salarios y devaluación de la peseta
Protección arancelaria discriminada

Una planificación económica indicativa


Planes de Desarrollo
La creación de los “polos de desarrollo”

La planificación del desarrollo


(1959-1973) Aumento de la renta per cápita (x2, 1960-70) y del PNB (casi x3, 1960-70). Crecimiento de un 7% anual
entre 1960-75
Desarrollo del sector industrial (160% entre 1965 y 1973) y terciario (turismo)
La lenta transformación de la agricultura: escasa modernización alterada por el éxodo rural (subida
salarios, mecanización, cierre de pequeñas explotaciones)
Modernización tecnológica
El crecimiento del consumo interno
El “milagro económico español” La favorable situación internacional: divisas de emigrantes, inversión extranjera (en torno al 20% del total
para la industria; 1956-58, 3 millones $, 1959-74, 6.000 millones $) y turismo (principal equilibrador de la
deficitaria balanza comercial; de 7 millones en 1961 a 24 en 1970; consecuencias económicas, sociales y
medioambientales)
Los elementos negativos del “milagro”: bajos salarios, desequilibrios regionales, emigración (en su
momento culminante, tal vez el 10% de la mano de obra con sus graves traumas sociales), falta de control
en el gasto público, problemas medioambientales y de infraestructura urbana, falta de cumplimiento de los
Planes
Desde mediados de los cincuenta, se hizo
evidente que el modelo autárquico de
desarrollo económico español de postguerra,
no era viable. El crecimiento económico de
España necesitaba del exterior: España
necesitaba importar productos energéticos y
bienes de equipo. La industrialización era
imposible sin una creciente importación de
estos productos.

Como consecuencia de estas importaciones, la


balanza comercial española tuvo un saldo cada
vez más negativo, al tiempo que la inflación se
situaba en niveles muy elevados y los recursos
financieros eran cada vez más escasos.

Para resolver esta situación, se planificó el


cómo terminar con la autarquía liberalizando la
economía española, reduciendo o eliminando
la intervención del Estado en la misma.
En 1957 se empezaron a tomar las primeras
medidas y en 1959 se formuló un Plan de
Estabilización
El Plan Nacional de
Estabilización Económica fue
un conjunto de medidas
económicas aprobadas por el
Gobierno español, en 1959. El
objetivo del plan fue la
estabilización y liberalización
de la economía española,
supuso la ruptura con la
política de autarquía del
franquismo y posibilitó el El Plan de Estabilización permitió, tras
inicio de una época de una breve recesión de dos años, un
crecimiento espectacular de la
crecimiento económico en el economía española.
país durante los años sesenta. Entre 1960 y 1973 la economía española
registró un nivel de crecimiento que
sólo
fue superado por Japón.
Los Planes de Desarrollo Económico y Social fueron tres
planes de planificación indicativa que se llevaron a cabo en la
entre 1964 y 1975. Provocaron un potente crecimiento
económico, con una tasa media acumulativa del 7,2% anual en el
aumento del PIB. A esos años se les conoce como
desarrollismo. Buena parte del éxito de los planes estuvo
basado una balanza comercial estructuralmente desequilibrada,
cuyo déficit se compensaba con las remesas de la emigración
española a Europa y con los ingresos por turismo. La
industrialización contó con la existencia de los denominados
polos de desarrollo: zonas de preferente instalación de
empresas industriales, como Valladolid y Vigo (donde se
instalaron fábricas automovilísticas de Renault y Citroen
respectivamente), Puertollano (refinería), etc.

Con la finalidad de su correcta aplicación se creó un ministerio, el


Ministerio de Planificación y Desarrollo, que desde 1967 a 1973
ocupó Laureano López Rodó, personaje destacado de los
llamados tecnócratas y del Opus Dei, grupo que actuaba como
la familia del franquismo con mayor control sobre el área
económica, al menos hasta el estallido del escándalo Matesa
(1969).

Se dejaron de aplicar a partir de los nuevos problemas surgidos


con la crisis del petróleo, que coincidió con la agonía y muerte de
Franco y el cambio de régimen conocido como Transición
Española.
La modernización demográfica: descenso de mortalidad y más lento de la natalidad. País más joven que el
Hacia una sociedad de clases medias
entorno europeo
(54% en 1970)
Unas nuevas clases medias: oficinistas, técnicos de grado medio, comerciantes

Crecimiento de la población urbana (éxodo rural): 44% de la población en sólo 8 provincias


La nueva sociedad urbana y de consumo
La creación de una sociedad de consumo de masas (TV, teléfonos, coches, vivienda, etc.)

Las grandes transformaciones


sociales

La migración interior (éxodo rural): población rural del 42% al 25% entre 1960 1970
El fenómeno migratorio
La migración exterior

Establecimiento del salario mínimo interprofesional (1963)


Las mejoras sociales: Seguridad Social y
La Ley de Bases de la Seguridad Social de 1963
desarrollo educativo
La Ley General de Educación de 1970
La era de los tecnócratas del Opus Dei Miembros del Gobierno cada vez más técnicos que políticos

El inmovilismo político (1959- La definitiva institucionalización del La Ley Orgánica del Estado de 1966
1973) régimen La designación de Juan Carlos como sucesor en 1969

La Ley de Prensa de 1966


El tímido y aparente aperturismo
La Ley de Libertad religiosa de 1967

La creación de Comisiones Obreras y el aumento de las huelgas


La conflictividad laboral y estudiantil
Pérdida del control sobre la Universidad

El Concilio Vaticano II
La oposición de un sector de la Iglesia
La oposición al régimen Las organizaciones católicas de base

PCE, PSOE, nacionalismos (PNV, ERC, Convergencia), los moderados (Izquierda Democrática, PSI)
Los grupos y partidos políticos ilegales
El “contubernio de Munich” de junio de 1962
La Ley de Sucesión a la Jefatura del Estado de 1969:

Por todo ello, estimo llegado el momento de proponer a


las Cortes Españolas, como persona llamada en su día a
sucederme, a título de Rey, al Príncipe don Juan Carlos
de Barbón y Barbón, quien, tras haber recibido la
adecuada formación para su alta misión y formar parte de
los tres Ejércitos, ha dado pruebas fehacientes de su
acendrado patriotismo y de su total identificación con los
Principios del Movimiento y Leyes Fundamentales del
Reino. (. .. )
Art.2.º
2. Aceptada la sucesión a título de Rey por el designado
en el artículo anterior, las Cortes Españolas (. .. ) le
recibirán el juramento que preceptúa el artículo 9.° de la
Ley de Sucesión (. .. )
3. La fórmula del juramento será la siguiente: "En nombre
de Dios y sobre los Santos Evangelios, ¿juráis lealtad a
Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los
Principios Fundamentales del Movimiento Nacional y
demás Leyes Fundamentales del Reino? ( ... )
Art.4.º
Vacante la Jefatura del Estado, el Príncipe don Juan
Carlos de Borbón y Borbón prestará juramento y será
proclamado Rey por las Cortes Españolas. ( ... )

Ley 62/1969 concerniente a la sucesión en la Jefatura del


Estado.
La visita de Eisenhower (dic. de 1959)
La relación con Estados Unidos
El incidente de Palomares (1966)

Las relaciones exteriores (1959-


73)
La descolonización de Marruecos (1956)
 
y Guinea (1968)

El intento de integración en la CEE El Acuerdo Preferencial de 1970


La muerte de Carrero Blanco (dic. 1973) y la incapacidad de regeneración interna (fracaso del espíritu del
12 de febrero): la división entre “aperturistas” y “continuistas”
La enfermedad de Franco y la parálisis política
La crisis política interior
El aumento de la oposición (huelgas, manifestaciones, declaraciones desde la prensa y la Universidad,
Junta Democrática y Plataforma de Convergencia Democrática) y el terrorismo (ETA inicia sus acciones en
1967, y el GRAPO en 1973)

La crisis final del régimen (1973-


75)

La revolución de los claveles en Portugal (abril de 1974) y el fin de los coroneles en Grecia (junio de 1974)
La crisis política exterior Las sentencias a muerte de septiembre de 1975 (FRAP y ETA) y la oposición internacional
La cuestión del Sahara: la “Marcha Verde” marroquí

La crisis del petróleo de 1973


La crisis económica
Los límites del desarrollismo
«Españoles: Al llegar para mí la hora de rendir la vida ante el Altísimo
y comparecer ante su inapelable juicio pido a Dios que me acoja
benigno a su presencia, pues quise vivir y morir como católico. En el
nombre de Cristo me honro, y ha sido mi voluntad constante ser hijo
fiel de la Iglesia, en cuyo seno voy a morir. Pido perdón a todos, como
de todo corazón perdono a cuantos se declararon mis enemigos, sin
que yo los tuviera como tales. Creo y deseo no haber tenido otros que
aquellos que lo fueron de España, a la que amo hasta el último
momento y a la que prometí servir hasta el último aliento de mi vida,
que ya sé próximo.
Quiero agradecer a cuantos han colaborado con entusiasmo, entrega
y abnegación, en la gran empresa de hacer una España unida, grande
y libre. Por el amor que siento por nuestra patria os pido que
perseveréis en la unidad y en la paz y que rodeéis al futuro Rey de
España, don Juan Carlos de Borbón, del mismo afecto y lealtad que a
mí me habéis brindado y le prestéis, en todo momento, el mismo
apoyo de colaboración que de vosotros he tenido. No olvidéis que los
enemigos de España y de la civilización cristiana están alerta. Velad
también vosotros y para ello deponed frente a los supremos intereses
de la patria y del pueblo español toda mira personal. No cejéis en
alcanzar la justicia social y la cultura para todos los hombres de
España y haced de ello vuestro primordial objetivo. Mantened la
unidad de las tierras de España, exaltando la rica multiplicidad de sus
regiones como fuente de la fortaleza de la unidad de la patria.
Quisiera, en mi último momento, unir los nombres de Dios y de
España y abrazaros a todos para gritar juntos, por última vez, en los
umbrales de mi muerte, 
"¡Arriba España! ¡Viva España!".»
Madrid, 22 de noviembre de 1975
En esta hora, cargada de emoción y esperanza, llena de dolor por los acontecimientos que acabamos de
vivir, asumo la Corona del Reino con pleno sentido de mi responsabilidad ante el pueblo español y de la
honrosa obligación que para mí implica el cumplimiento de las leyes y el respeto de una tradición
centenaria que ahora coinciden en el Trono.
Como Rey de España, título que me confieren la tradición histórica, las Leyes Fundamentales del Reino y
el mandato legítimo de los españoles, me honro en dirigiros el primer mensaje de la Corona que brota de lo
más profundo de mi corazón (…)
Hoy comienza una nueva etapa de la historia de España. Esta etapa, que hemos de recorrer juntos, se
inicia en la paz, el trabajo y la prosperidad, fruto del esfuerzo común y de la decidida voluntad colectiva. La
Monarquía será fiel guardián de esa herencia y procurará en todo momento mantener la más estrecha
relación con el pueblo.
La institución que personifico integra a todos los españoles, y hoy, en esta hora tan trascendental, os
convoco porque a todos nos incumbe por igual el deber de servir a España. Que todos entiendan con
generosidad y altura de miras que nuestro futuro se basará en un efectivo consenso de concordia nacional.
El Rey es el primer español obligado a cumplir con su deber y con estos propósitos. En este momento
decisivo de mi vida, afirmo solemnemente que todo mi tiempo y todas las acciones de mi voluntad estarán
dirigidos a cumplir con mi deber. (…)
Juan Carlos I

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