Los interrogantes principales que plantea la política son:
¿Quién manda? ¿Cómo manda? ¿Para qué manda?
¿QUIEN MANDA?
El quién manda se refiere a la titularidad del poder, a quiénes
son los que ejercen el poder. Abarca las formas de gobierno, al modo de organización estructural del poder, de sus titulares. Poder: se conoce como la potencialidad de hacer que un tercero realice lo que se le solicita u ordena. Una persona tiene poder, cuando puede, mediante cualquier fin, lograr que otros cumplan sus imperativas. El poder es la base de lo que se conoce como autoridad. El mandatario es un hombre extraordinario en el Estado, en todo sentido. No sólo por su talento sino por su desempeño en el cargo de poder. Este hombre, no debe salirse de su rol de mandatario y debe cumplir con las obligaciones que el cargo le exige. Sus miras particulares no pueden alterar la santidad de su obra.
Formas de gobierno
El régimen político es definido como el conjunto de las
instituciones que regulan la lucha por el poder y el ejercicio del mismo, así como de los valores que orientan la vida de esas instituciones. Las instituciones pueden ser estudiadas en dos aspectos:
a) constituyen la estructura organizativa del poder político,
seleccionando a la clase dirigente y asignando su papel
a los diversos individuos comprometidos en la lucha política.
b) son un conjunto de normas y procedimientos que
garantizan la repetición de determinados comportamientos y hacen posible el desempeño ordenado de la lucha por el poder y el ejercicio del mismo.
Los regímenes antes mencionados fueron objeto de
diferentes estudios, a saber: Monarquía: gobierno de uno solo, la titularidad del poder se adquiere hereditariamente, se la conserva de por vida y no se tiene responsabilidad política en su gestión. En la actualidad existen además del monarca, que es el jefe del Estado, un jefe de Gobierno o Primer Ministro, que sí responden políticamente.
Aristocracia: gobierno de pocos
República (politeia): gobierno de la mayoría, en esta forma
de gobierno, el jefe del Estado es elegido por el pueblo, ya sea en forma directa o indirecta, dura temporalmente en su cargo y es politicamente responsable.
Existían diferentes formas de gobierno, las puras y las
impuras. Las primeras definidas como en las cuales el gobierno, vela por el bien común y las otras como aquellas en las que el gobierno ejerce el poder en beneficio de quienes lo tienen. A cada forma pura le corresponde una impura: Cabe destacar que para ese pensamiento la Democracia era conside-rada como la menos mala, de las formas corruptas.
República: a su vez subdividía este concepto en:
a) Aristocrática
b) Democrática: gobierno por asamblea
Despotismo: gobierno de uno solo, sin leyes ni frenos
También se puede clasificar a los regímenes políticos desde
un punto de vista sociológico:
Materialismo Histórico: es cuando se establece una
relación entre el modo de producción y la organización política. El desarrollo del Capitalismo implicó el surgimiento del trabajador libre como figura social dominante, esto hizo posible la irrupción de la Democracia representativa, que nació cuando la burguesía y todo el pueblo tomaron conciencia de ser los protagonistas del desarrollo económico y pretendieron influir en él, participando en el control del poder. Otra distinción posible de establecer en las formas de ejercer el poder político es la de gobiernos Autocráticos y Democráticos:
Gobiernos Autocráticos: son aquellos que pueden derivar
en el AUTORISTARISMO, suele llamarse así a los regímenes que privilegian el aspecto del mando y menosprecian la participación, concentrando su poder político en un solo hombre o un solo órgano, restando poder a las instituciones representativas. Y TOTALITARISMO, son aquellos en los que la ideología totalitaria, el partido único, el dictador y el terror son sus elementos constitutivos de poder. La ideología totalitaria proporciona una explicación indiscutible del curso histórico, una crítica radical de la situación existente y una guía para su transformación igualmente radical. Gobiernos Democráticos: son aquellos que pueden asumir diferentes formas: a) Democracia Directa: es donde el pueblo ejerce por sí mismo la soberanía, ejemplo Atenas. b) Democracia Semidirecta: es donde el pueblo delega el
ejercicio de la soberanía en sus gobernantes, pero se
reserva el ejercicio de otros, ejemplo plebiscito. c) Democracia Representativa: es donde el pueblo delega
la soberanía en autoridades elegidas en forma periódica
y esas autoridades son políticamente responsables.
¿COMO MANDA?
El cómo manda se refiere al modo en que se ejerce el poder,
al contenido justo o injusto de lo mandado. El poder puede tener una legitimidad de origen cuando el título del gobernante deriva del acceso legal al poder, pero puede incurrir en ilegitimidad de ejercicio cuando, pese a ese origen, la forma de gobernar es ilegal por violar el derecho o la justicia. Quien se atreve a instituir un pueblo debe sentirse de tal manera que pueda cambiar, en cierta forma, la naturaleza humana:
a) para así transformar a cada individuo, que por sí mismo es
perfecto y solitario, en la parte de otro del cual recibirá, en cierto modo, la vida y el ser, b) para alterar la constitución del hombre a fin de fortalecerla, c) para sustituir la existencia física e independiente que todos hemos recibido de la naturaleza, por una existencia parcial y moral. En resumen, debe quitarle al hombre su propia fuerza para darle otras que le sean ajenas y de las cuales no pueda hacer uso sin el auxilio de los demás. El que redacta las leyes no debe tener ningún derecho legislativo, y el pueblo aunque quiera, no puede despojarse de este derecho intransferible, ya que según el pacto fundamental, sólo la voluntad general obliga a los particulares y no se puede estar seguro de que una voluntad particular es conforme a la voluntad general hasta tanto se la haya sometido a la libre votación del pueblo. Para que un pueblo en proceso de formación pueda querer la sanas máximas de la política y seguir las reglas fundamentales de la razón de estado, sería preciso que el efecto se convirtiera en causa, que el espíritu social presidiera a la institución misma y que los hombres fuesen, antes de las leyes, lo que han de llegar a ser por medio de ellas. El mandatario no pudiendo emplear ni la fuerza ni la razón, es indispensable que recurra a una autoridad, de un orden diferente, que pueda arrastrar sin violentar y persuadir sin convencer. La autoridad puede basarse en distintas razones, la más conocida es la violencia, el uso de la misma es conocido como coerción, esta coerción dio paso a la coacción que es la situación en donde el tercero realiza lo ordenado por el individuo poderoso no porque este lo obligue mediante la violencia, sino simplemente intimidado por la potencialidad del uso de esa violencia. Esta coacción hizo que el individuo poderoso ya no tenga que asumir un papel activo (ordenar y hacer cumplir) sino parcialmente activo (sólo ordenar). La coacción se fundamenta en el temor de un daño seguro en caso de incumplir lo ordenado. Esta forma de ejercer el poder ha ido evolucionando a tal punto que llevó a que el individuo poderoso cuide a sus súbditos de tal manera que estos desarrollen a la par del temor una cierta lealtad que evite que ellos se dirijan a otro individuo poderoso que podría ser quizá, menos severo. Es así que sin los súbditos el poderoso perdía poder y por ello los protegía. El súbdito sin la protección del poderoso corría el peligro de sufrir todas las violaciones posibles. En la antigüedad al poderoso se lo veía vinculado a la religión y la divinidad, era un ser distinto, superior y ligado a los dioses. Dios le enviaba su poder y este era responsable sólo ante Dios (teoría descendente del poder). Los excesos de la monarquía francesa demostraron que el poder no puede ser absoluto y que siempre debe estar controlado para que el poderoso no se olvide de dónde obtuvo su poder.
¿PARA QUE MANDA?
El para qué manda se refiere a los fines del Estado, se
manda para obtener un fin. El único fin del Estado es la obtención del bien común y la justicia. Son los ciudadanos quienes eligen a sus representantes para que ellos logren cumplir con lo que se cree es bueno, con aquello que el pueblo demande. Para ejercer ese mandato de debe tener poder, como así también para lograr lo que se necesita o se proyecta. En el Leviathan, THOMAS HOBBES considera el poder que alguien tiene como sus medios presentes para obtener algún futuro y aparente bien. En esta perspectiva lo que interesa es el ejercicio del poder potencial o efectivo: tener la capacidad o la potencia para hacer algo, ejercer el poder para realizarlo. Este poder pertenece al grupo, cundo decimos que alguien tiene poder o se encuentra en el poder, en realidad decimos que su investidura de poder proviene de un cierto números de personas que se lo dan a esta persona y lo autorizan a actuar en el nombre de ellos. Existe el poder porque se cree en el poder.
JOHN LOCKE considera que el poder se le ha dado al
mandatario en forma condicionada, sólo tiene justificación si mediante esta forma se les asegura la propiedad y la libertad a los individuos de una sociedad. Para HOBBES el objetivo del pacto es la seguridad y la protección de los individuos, en cambio para LOCKE los derechos individuales están por sobre dicho pacto, y sólo tiene validez si este justifica y asegura el ejercicio de dichos deberes. ROUSSEAU entiende que las sociedades civiles tienen su origen en un contrato social, que sólo puede hacerse contando con el acuerdo de todos los contratantes y acto mediante el cual un pueblo se convierte en tal. Mediante este contrato cada participante pone en común su persona y todo su poder bajo la suprema dirección de la voluntad general, aceptando a cada miembro como parte indivisible de un todo. Así se da forma a u cuerpo moral formado con tantos miembros como votos tiene la asamblea. De este contrato emana el poder. Y de él, las leyes bajo las que vive la sociedad. Siguiendo este pensamiento, no se considera al mandatario como una entidad superior al pueblo, sino como su servidor. Las concepciones contractualistas se vinculan históricamente al constitucionalismo, es decir a las corrientes políticas que plantean la necesidad de limitar el ejercicio del poder por medio de un documento que establezca los derechos y deberes de gobernantes y gobernados. La historia muestra que el contrato social es pura teoría pero ha sido la forma más convincente de ordenar la convivencia y legitimar la autoridad. Bibliografía:
- "Sociedad, Estado, Nación: Una aproximación
conceptual", Jorge Saborido, Editorial EUDEBA (2004) - Enciclopedia Multimedia Encarta, de la empresa Microsoft (2009) - Diccionario Filosófico Español
Introducción al derecho internacional privado: Tomo III: Conflictos de jurisdicciones, arbitraje internacional y sujetos de las relaciones privadas internacionales