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Enciclopedia del Disefio Dirigida por Joan Costa wo \ Peri, 164 - 08020 Barcelona (Espana La Enciclopedia del Diseto es el resultado del encuentro entre un editor técnico y un especialista de la comunicacién visual, identificados por una misma vocacién didactica y de difusién de aspectos determinantes de nuestra civilizacién técnica: en este caso, el Disefio, en sus variadas vertientes, Diserto es, para nosotros, todo el conjunto de actos de reflexi6n y formalizacién material ue intervienen en el proceso creativo de una obra onginal (gréfica. arquitecténica, objetal, ambiental) Ia cual es fruto de una combinatoria particular ~mental y técnica~ de planificacién, ideacién, proyeccién y desarrollo creativo en forma de un modelo © prototipo destinado a su reproduccién/produccién/difusién por medios industriales, Esta Enciclopedia dectara su internacionalismo de principio. poniendo de relieve ‘que, aunque las grandes escuelas mundiales de disefio ~ Estados Unidos, Japén, Europa— tienen unos mismos problemas técnicos, por otra parte poseen raives y estructuras culturales diferentes que definen Ia especificidad de sus identidades, Pensamos que nuestras raices culturales, constituyende la tradicion europea y su cristalizaci6n actual, mas que manifestar una “escuela europea” historica de disefio, revelan la existencia de una serie de hitos que son los fermentos de una cierta personalidad continental multiforme, la cual no es sino la emergencia actual de tuna forma de pensar y hacer disefio. Estan en una parte de este substrato cultural, las grandes conquistas europeas de las técnicas basicas de comunicacién, de Gutenberg a Marconi —evocando las “galaxias” macluhanianas—, Niepce y Lumiere: la imagen técnica, Por otra parte, las conquistas del espintu: la creacion fantéstica del Modérnismo (Art Nouveau, Die Stil), Gaudi, Mucha: la creacién racionalista de Le Corbusier, Walter Gropius, Josep Lluis Sert: la creacidn heterodoxa de Ricard Bofil La conceptualizacién precisa. asimismo, del Arte Grafico alemdn, la Bauhaus y la ‘escuela tipografica suiza. El funcionalismo depurado de Van der Rohe, el diserio danés. del automovilismo italiano, Olivetti, Braun. La tipogratia de Garamond, Bodoni Morison. Bauer, Rainer. Zapf, Frutiger. La creacion grafica genial del Dadaismo, Klee. Picasso, Dall, Mird, Tapies. El grafismo de Breadsley, Toulouse-Lautrec. Ramon Casas, Cassandre, Lenica, Savignac, Josep Renau y los fotomontadores de la satira politica. Cieslewicz, Artigas, Giralt Miracle, Vignell, Grignani, Aicher y una plétora de valores contemporanéos, muchos de ellos préximos a la celebridad. Una de las razones de esta Enciclopedia es, pues, la voluntad de recuperar la herencia de una cultura plural en funcién de una destilacion del espiritu europeo en la fuente espafiola, para la exportacion al mundo. La incorporacién de nuestro pais ‘a la comunidad europea sanciona una nueva originalidad cultural en este contexto. Otro de los objetivos de la Enciclopedia es el de constituir un corpus doctrinal y pragmatico que oftezea a los lectores de habla hispana una clarificacién precisa de los conceptos una exposicion metodolagica y técnica acompariada de los mejores ejemplos en su mayoria inéditos—. que en conjunto faciten una comprension correcta de los recursos de comunicacion por el disefio y estimulen el potencial creativo individual José Menal Joan Costa ¥yAslcaciones de la Comunicacién, CIAC Colecoién dingide por Joan Costa CColeccién disenads por Albert Culleré Colaboradores: Daniel Panicello Director vsuaisia Joan Ribé ‘usiraién porteda Esperanza Gonzalez Coordinacién Rosa Soler Documentalsta Josep Ballester Jorge Martinez Pere Virgil Graistas ‘Miguel Cazcarro Joan Ribé Fotogratos Albert Vidal Director ettona Josep M- Barrera Procucersn Asesores cienticos Georges Beaupré (Canscs) Dyector de Comunieacin del Gobiemo de Quebec Gill Dortles (rata) Unworsdad de hién Jorge Glusberg /Argenina) Conta de Ane y Comumcneén Buenos Aires Peter Kneebone Francia) ExcPresdente de COGRADA ‘Wladimir Krysinski (Canada) Universidad de Monro! Robert McMahon (usar Communeaton Insttute ofthe ‘Amencas Cabtora Abraham A. Moles (Francia) Universe de Esrasbirg0 Roland Posner (Aleman) Universidad Técnica Bern Elisabeth Rohmer (Fanci) Consejo de Europa Esrasturgo Peeter Tooming (URS) Universe de Tor. Estonia Katsuhiro Yarnaguchi ‘dep Univers de Tsokuta. Toto Walter Zanini (asi) Unwersidlad de Séo Paulo i mig Senalética Joan Costa Qvedanngurosament pronase ia autoeacén exerts tye eos tures det -Copyngh 99 bs sanconee ‘sabes on fs eyes reproduc para! 00 de ‘st ora por caver mecoo procedmiena. comprenidos ‘Growrogratay a tater miormanc ye asreucon : ie jonpares oe ee mediante alte o presto publcos. j Copyright© 1987 FEdiconcs ceac, 5.2 ora, 164 - 08020 Bareslona (Espara) 2 eis diciembre 1909 ISeN-84-929:5612.0 Depésitologal B 43:206-1988 IAC. Cento itersaciona de Investigacin y Apkcaciones de la Comunicain Tener Vita, 4» 08021 Barcelona (Espa) Impreso por Gayban Gratic ‘Almirante Oquendo, 1 - 08020 Bareolona Ipreso en Espana Frntod mn Span epee Senalética De la sefializacién al disenio de programas Joan Costa Profesor de Imagen y Comunicacién, Universidad Auténoma de Barcelona CENTROSISTEMAS | BIBLIOTEC \ \ Enciclopedia del Diserio. Senalética «Sefaletican es la parte de la ciencia de la co- municacion visual que estudia las relaciones funciona- les entre los signos de orientacion en el espacio y los ‘comportamientos de los individuos. Al mismo tiempo, es la técnica que organiza y regula estas relaciones. ‘Sin embargo, para algunos —pocos— «sefialé- tica» puede aparentar una sofisticacion técnico-lin- gliistica del acto elemental de «sefializar». Para otros significa efectivamente una disciplina mas desarrolla- da. Algunos piensan que se trata de un sistema de ‘comunicaci6n inductivo, autoritario e incluso totaltario —y por tanto, alienante— de influir sobre las conduc- tas. Para otros constituye una forma discreta de guia a la atencidn y a la decision optativa de los individuos: Un gfafismo de utiidad publica Pero lo que no ha sido considerado en su justa medida es el potencial didactico, y mas exactamente ‘autodidactico, de la sefalética como modo de relacion Con los individuos y su entorno cotidiano, La sefialética nace de la ciencia de la comunica- cin social 0 de la informacién y la semidtica. Consti- tuye una disciplina técnica que colabora con la inge- nieria de la organizacién, la arquitectura, el acondicio- namiento de! espacio (environment) y la ergonomia bajo el vector del diseno grafico, considerado en su vertiente mas especificamente utlitaria de comunics cion visual. La sefalética responde a la necesidad de informacion 0 de orientacion que esta provocada, y multiplicada al mismo tiempo, por el fenémeno con- ‘temporéneo de la movilidad social y la proliferacion de servicios, publicos y privados, que ella genera tanto en el ambito civico y cultural como en el comercial: transportes, seguridad, sanidad, circulacion, anima- idn cultural, ocio y tantos otros. La sefialética se aplica, por tanto, al servicio de los individuos, a su orentacién en un espacio 0 un lu- He aqui una palabra técnica extendida en Europa, de aparicion apenas incipiente en el drea idiomatica espaniola y sin su correlativo especifico en Ia terminologia anglosajona. Qué es la sefialética, de dénde nace, para qué sirve y a quiénes sirve: son las primeras cuestiones a las que debemos responder. ‘gar determinado, para la mejor y més répida accesibi- lidad a los servicios requeridos y para una mayor segu- ridad en los desplazamientos y las acciones. La movilidad social supone el flujo de grupos de individuos, de diferentes procedencias geograficas y distintos caracteres socioculturales, que se despla- zan de un punto a otro por motivos muy diversos — ‘que no es objeto de la senalética estudiar—. Esta di- namica social implica la idea de circunstancialidad, es decir, que el paso por determinados espacios y la per- manencia en determinados lugares es esporddico, como efecto de una actividad itinerante por naturale- za. Por tanto, ello comporta situaciones «nuevas», desconocimiento morfoldgico y organizacional de es- tos lugares, y por consiguiente, suponen un alto grado de ininteligibilidad 0 de indeterminacién, todo lo cual suscita a los individuos dilemas en sus necesidades de actuaci6n, e incluso riesgos. é Y sin embargo, ese entorno debe ser descifra- do, comprendido y utlizado por gran numero de indi- viduos en la misma medida que implica un entorno oferente de servicios, algunos de ellos a veces peren- torios: {Donde esta el dispensario en un aeropuerto?, ga donde recurrir cuando he extraviado mi equipaje?, @qué hacer cuando llego de noche a una ciudad des- Gonocida y no dispongo de alojamiento? Estas microsituaciones de la vida cotidiana con- temporanea plantean otros. problemas adyacentes que derivan especialmente de la promiscuidad social de los grupos itinerantes concentrados ocasional- mente en un lugar determinado: aeropuerto, centro meédico, almacenes, administracion publica, etc. Esta promiscuidad, y su dimensién cuantitativa, introducen 2 la funci6n sefalética variables tan determinantes y complejas como las derivadas de las diferentes nacio- nalidades, con su diversidad linguistica y cultural; los grados de alfabetizacién de los usuarios; los compo- 9 néntes psicolégicos: circunstancias todas elias que exigen un lenguaje sefialético universal La senalética responde pues, a estas necesida- des de conacimiento. De hecho se trata de un cono- cimiento superficial —aunque utiltario—, evidente- mente provisional y, por tanto, efimero, pero en cam- bio se requiere univoco, preciso y seguro para todos los usuarios, e inmediato: aqui y ahora. La sefalética 5 «existencial» por naturaleza Asi, breveriente esbozado el campo de accion de la sefalética —que, como se ve, es un campo cus- jado de constrefimientos para el disehador de infor- ‘macién espacial—, se comprenderd que la exigencia rigurosa de sus funciones esenciales sea la instanta- neidad informativa y la universalidad, Estas exigencias fundamentales definen la naturaleza y el objeto de la ‘comunicacion sefialética en tanto que sistema de se- frales visuales 0 mensajes espaciales de comporta- ‘miento. Analicemos punto por punto esta definicion: a) Sistema, como un todo organico, 0 conjunto de partes coordinadas entre si segun leyes precisas que seran establecidas y explicitadas funcionalmente por medio de un programa b) Sefales, es decir, estimulos breves, percutan- tes, que inciden en la sensacién inmediata {acceso a la percepcién} ¢) Visuales, porque la visiin es el érgano receptor gestéltico por naturaleza, esto es, que tiene la capac dad de registrar instanténeamente configuraciones globales; la comunicacion visual es ademas discreta silenciosa (lo que Alberto Tonti llamo «las senales ™mudas»), lo cual constituye un factor importante del medium sefalético ) Mensajes 0 contenidos informativos, en tanto que resultado inmediato de la percepcién; las sefiales comportan elementos cognoscitivos de «novedad» ; en el acto de la percepcién cristaliza, pues, el «senti- do» (semiosis) implicito en las sefales, 0 en términos de la urgencia pragmatica, /a respuesta a mi necesi- dad de orientacion como receptor-usuario e) Espaciales, porque los sistemas de «sehales- mensaje» no sélo implican la superficie material que los soporta (como es el caso del objeto-lbro, el objeto- disco, etc.), sino que se incorporan al entorno, como el cartel, pero que a diferencia de éste se situa estra- tégicamente en el espacio, en los puntos precisos de incidencia de una circunstancia previsible —prevista por la sefialética— que seria efectivamente dilematica ara el usuario, o que podria inducirle a error | Comportamentales, porque en la misma medi- da que la sefalética orienta, también propicia, propo- ne, determina comportamientos de los individuos: ac- Ciones, actos, actuaciones; la sehalética, por tanto, di- fiere de otros modos de comunicacién que desenca- denan procesos de persuasién, procesos reflexivos, © reacciones que son expresadas por medio de men- sajes (opiniones) por parte del receptor; para él, la se- jalética conileva procesos dinémicos de componente energética o motriz He aqui los rasgos principales que caracterizan @ la sefialética como un sistema y un medio de comu- niicacién social. Asi, pues, podemos definir también la sefialética como el sistema instantdneo e inequivoco de informacion por medio de senales visuales 0 men- sajes espaciales de comportamiento, En estas definiciones de «sefialética» esta im- plicita una condicién esencial que todavia no hemos ‘mencionado: la idea de comunicacién o informacion automatica. Por supuesto que la nocién de instantaneidad es proxima a la de automaticidad, pero sin embargo, tuna y otra no son sinénimas. Instantaneo es el feno- meno que se produce con ausencia de un intervalo de tiempo entre la causa y el efecto (aunque «el ins- 10 tante» es una nocién psicolégica y en modo alguno matematica). Automético es, por otra parte, el modo ‘como este fendmeno instantaneo se produce, es de- Cir, la clase de relacion que existe entre la causa y el efecto. En la comunicacién sefialética, esta relacién, o esta reaccién, es de carécter mecanico 0 semi-refle- jo, es decir, que funciona sin ser dirigida por la volun- tad, aunque si con su consentimiento. Por consiguien- te, la comunicacion sefialética no exige esfuerzos de localizacion, de atencién ni de comprensién. El sistema de mensajes senaléticos no se im- pone, no pretende persuadir, convencer, inducir o in- fluir en las decisiones de accidn de los individuos. Sirve a éstos para orientar-se, esto es, para que cada uno se oriente a si mismo en funcién de sus motiva- jones, sus intereses, sus necesidades particulares. Estas observaciones son fundamentales para com- prender la especificidad de la sefaletica como sis- ‘tema de informacién frente a otros medios y sistemas de comunicacién colectiva. La sefalética tampoco pretende «dejar una huella en la memoria de los individuos, como es el caso de la propaganda y la publicidad, 0 de la pedago- gia. Ya hemos dicho que la sefalética es discreta, Pero no solo porque se presenta de modo puntual para uso individual y no masivo, sino porque sus men- ajes 30 ofrecen optativamente al interés do los indi- viduos y, después de cumplir su cometido orientativo, se borran inmediatamente del campo de consciencia. Esta es exactamente su mision En este sentido, puede hablarse de una comu- hicacién incluso de cuno humanistico y no alienante. Otra cosa serén las aplicaciones comerciales, propa- gandisticas 0 ideolégicas de la sefialética, de las que trataremos mas adelante. Pero estas aplicaciones in- teresadas no niegan la raz6n original, el principio sefia- \ético como un sistema especifico de ofientacion ver- tido al servicio de los individuos, tal como veremos en el capitulo dedicado a los inicios histéricos de esta disciplina. En la misma medida, pues, que la senalé- tica hace el mundo més inteligible, mas asequible y comprehensible, més simple y, por todo ello, mejor utilizable; que hace asimismo mas y mejor asequibles los servicios ofrecidos a los individuos en una socie~ dad afluente, que es de mas en més compleja, dind- mica y confusa, puede considerarse a la senalética como un factor potencial de calidad de vida Tal como han demostrado una serie de estu- dios llevados @ cabo por iniciativa del Consejo de Eu- ropa”, la calidad de vida no es solamente la disminu- cién de la contaminacion ambiental, la recuperacion de recursos naturales para los seres vivos 0 el des- censo de los ruidos industriales y urbanos. Es tam- bién, y de modo claramente expresado por los ciuda- danos entrevistados en estas investigaciones, la facil accesibilidad a los servicios que la sociedad debe uti- lizar. Tan necesaria como la existencia misma de es tos servicios (administracion publica, seguridad social, transportes publicos, por ejemplo) es su accesibilidad para los individuos. De modo que un servicio dificil- mente asequible es dificiimente utilizable, y esta difi- cultad, o inversamente, facilidad, es un elemento per- cibido por la sociedad ‘como indicador de calidad de vida. En la medida, pues, que ésta se asocia a la au- sencia de problemas, no es en absoluto abusivo otor- gar a la sefialética el estatuto de un coadyuvante a la calidad de vida. Finalmente, y para completar una definicion mas amplia de wsefialétican, evocaremos los casos de (1) Abraham Moles, L‘anaiyse et le groupement des indices de qué- Ite de vie en fonction des besoins des indivious. Consel de Euro- pe, Estrasburgo 1980. "1 las nuevas tecnologias, como la informatica, la roboti- ca, la burética (en espanol xofimaticas), como siste- mas y procedimientos modernos de automatizacién de las operaciones. Es en este sentido que antes he- mos hecho referencia a la comunicacién instanténea y automatica, caracteristica de la sefalética, Esta puede también ser definida —en tanto que proceso u Operacién de auto-orientaciin— como el funciona- miento instanténeo y automético de la informacién por sefiales Gpticas con relacién a los individuos. Hemos dado hasta aqui diferentes aproxima- ciones @ una definicién de nuestro sujeto, el cual, como se ve, presenta facetas diversas, todas ellas im- portantes. A modo de una conclusién de lo que lleva- mos dicho, podemos proponer ahora una sintesis desde el punto de vista de la comunicacién social: Se- fialética es la ciencia de las seniales en el espacio, que constituyen un lenguaje instanténeo, automético y universal, cuyo fin es resolver las necesidades infor- mativas y orientativas de los individues itinerantes en situacion. El potencial autodidactico de la senalética La sefalética es una de las formas mas especi: ficas y evidentes de la comunicacién funcional. Su ‘campo de accién es un didactismo inmediato en el flujo de los actos de la vida corriente: cruzar una calle, localizar un servicio asistencial, utilizar el metro. In- cluso puede pensarse con razén, mas que en un di- dactismo, en una autodidaxia, que es la forma mas creativa de la didactica por lo que comporta de partic- acién activa del propio individuo. La caracteristica sefalética como sistema de mensajes, es la «puntualidad»:: actua exactamente en puntos definidos del espacio de accién de los indivi- duos. Estos puntos coinciden con las necesidades de informacién que suscita una situacién ambigua: por ejemplo, cuando ya he entrado en un gran parking, gpor donde seguir ahora ante tres posibles opciones? Liamamos a estas situaciones «dileméticasn porque plantean de inmediato una interrogacién, una duda, un momento de incertidumbre, Cuando la solucién a una situacion dilemética ha sido perfectamente indicada —sefializada— y propone varias opciones (diferentes posibilidades de eleccion) aparece mas claramente la funcién autodidactica. No sélo porque uno elige y de- cide el préximo paso que va a dar, lo cual supone un auto-dirigir sus actos, sino que todavia hay ocasiones ‘aun mas evidentes de autodidactismo, por ejemplo, ‘cuando se trata de una Secuencia de actos que habré que desarrollar en el curso de un itinerario con abun- dantes y variados servicios optativos. El individuo va encadenando sus actos sucesivos a partir de su pro- pio hilo conductor, esto es, seleccionando entre el Conjunto de opciones que le ofrece la informacién es- pacial, aquellas que corresponden a su propia motiva- ion, @ su interés 0 a sus necesidades, Esta seleccion de los datos informativos utiles para Id toma de deci- siones comportamentales supone a su vez un aban- dono de los datos que son inutiles, pero este proceso no siempre es rigido: lo es cuando la secuencia de actos @ desarrollar debe ser respetada, por ejemplo, la secuencia que va desde la llegada a un aeropuerto hasta el momento de embarcar; si esta secuencia de microactos debe desarrollarse con el tiempo minimo porque se va a cerrar el vuelo, el rol de las sefiales esté doblemente determinado: por el itinerario —que no admite otras opciones diferentes— y por el apre- mio del tiempo. Pero sino existe este imperativo tem- poral, ja secuencia se desarrollaré de manera comple tamente diferente; entonces, podemos constatar la presencia de una libertad verdaderamente marginal, que se manifiesta por la incorporacion de acciones 14 que son secundarias por relacién a la secuencia priv legiada, y que precisamente porque inciuyen este margen de libertad, resultan ser las acciones verdade- ramente creativas. Esta nocion de wfragmentos de ‘ocio» es aqui evidente, y es entonces cuando cada individuo, en sus tiempos de espera, «organiza» estos fragmentos de acuerdo con sus impulsos, su proyecto consciente 0 su proceder esponténeo, sirviendose para ello de los mensajes de la senaletica. A menudo '50N estos mismos mensajes los que le sugieren op- clones para rellenar esos tiempos vacios. Asi, compo- riiendo sus actos, jugando con estas informaciones, el individuo realiza una especie de aprendizaje por me- dio de datos de conocimiento que él mismo asume o rehuye, 0 combina, en una actitud que es finalmente autodeterminada. La sefialética se instaura asi como una forma medistica de la praxeologia o ciencia de los actos uti- litarios. Es de hecho una proxémica finalista y, por tan to, no precisamente sometida a la ley perspectivista implicita en la proxémica: aqui lo que es mas proximo fisicamente no es lo que determina las reacciones del individuo. Ya no son las relaciones de proximidad 0 distancia con las cosas las que desencadenan com- portamientos energéticos del ser, sino sus propias motivaciones, sus necesidades 0 simplemente su li- bertad de escoger. Precisamente por esta libertad ‘marginal que suscita decisiones de accion de los indi- viduos en el espacio, éstos componen sus comporta- mientos en un aprendizaje instantaneo de la arganiza- cion de este espacio de decisiones —que es el espa- cio sefalético—, y de ahi la autodidaxia propiciada por esta clase de informacion. Caracteristicas de ta comunicacion sefialética Finalidad Funcional-Organizativa Orientacién Informativo-Didéctica Procedimiento Visual coaigo Signos simbdlicos Lenguaje icénico Universal Estrategia de! contacto Mensajes fijos in situ Presencia Discreta, puntual Percepcién Selectiva Funcionamiento ‘Automatico-Instantaneo Espacialidad Secuencial, discontinua Persistencia memorial Extincion instanténea Mas adelante desarrollaremos los conceptos indicados en esta tabla resumen, 15 Etimologia La palabra no es la cosa por ella designada, ero la cosa que se designa precede siempre a la pa- labra. Por eso vamos a tratar del significado del tér- mino sefalética, al que hay que buscar, primero: en las acciones empiricas de los individuos: poner sefa- les, hacer sefiales con el fin de orientar y orientarse; segundo: en la transformacién de esta practica en una forma de comunicacién social, y tercero: en el cuadro de la lingidistica —etimologia— Poner sefiales a las cosas es, de hecho, sefia- lar: el origen de «sefalizar». Poner una sefie! en un libro, por ejemplo, con el fin de retener el punto donde oncluyé la lectura, implica por un lado, emplear una cosa como sefial. Por otro lado esta la idea de punto, untuaci6n, puntualidad: cosa utilizada para un fin en lun instante y lugar preciso. Este uso de «cosas» como sefal posee en su origen dos caracteristicas evidentes: 1), la utilizacién es absolutamente conven cional, y Ia cosa en si es ajena a la funcién de sefali- zaciin (al libro y a la lectura, como la piedra que sefiala el camino es ajena a esta significacién); 2), la cosa con que se sefala ya existia antes de la nécesidad de se- falar y fuera de ella: espontaneismo del acto de tomar esta cosa como sefal Es por esta misma convencién de la-cosa-que- se-aplica-como-senal-de-otra-cosa, que si yo estoy le- yendo en el campo y no dispongo de algo para sefalar el punto de lectura, utilizo una hoja seca que hay en el suelo; si estoy en mi estudio uso un pedazo de pa- pel cualquiera; si viaio en el ferrocarril o en el metro, Uso el billete como sefal. * Si sefialar con cosas es un modo de la sefiala- cién, hacer sefiales a las cosas es otro modo de sefa- lar. Por ejemplo, doblar la punta superior de la pagina del libro, marcar con un trazo una fecha en el calenda- rio, hacer un nudo en el pafuelo, etc. En estos actos Ya no se utiliza una cosa para sefalar otra, sino que 1 individue produce la sefial en la misma cosa En principio, estos pequefios actos insignifican- tes de la vida cotidiana pertenecen al dominio perso- nal o privado. En él se establece un cédigo mnemo- técnico sencillo: la serial puesta en el libro indica que es aqui donde debo seguir leyendo; un trazo alrede- dor de una fecha en el calendario indica algo especial que _debo hacer este dia; un nudo en el pafiuelo es sefial de algo que debo recorder —aunque luego se olvide qué era ese «algo» por el hecho de que no esta implicito en la cosa sefialada—. Estos actos no impli- can, por tanto, una intencién o una funcion de comu- nicacién propiamente dicha (comunicar es poner en ‘comin, hacer saber a otros, compartir). Cuando el ob- jeto de la sefal se dirige a otros individuos —el signi- ficado convenido— emerge la nocién de cddigo. En la vida social son muchas, y crecientes, las necesidades de comunicacién, de intercambiar informaciones en- {re individuos 0 entre instituciones e individuos. En- tonces, la cantidad de informacién crece con la com- plejidad de la organizacion social. La frecuencia con ‘que las sefiales son utilizadas por la poblacién au- menta cuando ésta deviene més heterogénea, mas densa, més movil Asi, el paso de una sefalizacién personal o pri- vada @ una magnitud social, implica la necesidad de tun cédigo complejo, un verdadero sistema de len- guaje que sera tanto mas universal cuanto mas este lenguaje deba ser utiizado por un conglomerado nu- meroso de grupos étnicos e idiomaticos diversos. Los codigos de sefiales maritimas y ferroviarias fueron en efecto sistemas muy especializados, exclu- sivamente compartidos entre los responsables de la Circulacién. Mas tarde, cuando el transporte personal, se independiz6 con ia bicicleta y el automovil, el 16 mundo se dividié entre peatones y motorizados. Am- bos debian compartir, pues, un codigo comun de se- fiales de seguridad, en la misma medida que devenian sujetos de una organizacién itinerante del espacio (de esto trataremos con detalle en el capitulo dedicado a los origenes de la sefalética) El cédigo de la circulacién vial copid las sefales maritimas y ferroviarias, a las que sucesivamente tuvo que ir afadiendo nuevas sefiales como consecuencia del aumento de a velocidad, de la densidad del trafico rodado, de la complajidad urbanistica y administrativa de las grandes ciudades. Al mismo tiempo, la organi- zacién social en conjunto no cesa de desarrollarse, y les necesidades de desplazamiento por otros medios, ‘asi como las muy variadas formas de atencién social, servicios administrativos, centros de asistencia y de ocio, organismos e instituciones, zonas publicas, etc., fomentan un entorno de mas en més estructurado, or- ganizado y también complejo —a veces incluso labe- Tintico—, que se constituye en el verdadero germen de una disciplina de comunicacién, la cual se desarro- lla con la sefalizacién itinerante y se expansiona en otras dreas diversas de la vida: la sefialética. Asi se genera un verdadero lenguaje simbélico que combina el signo alfabético (discurso) y el signo cromatico (se- jial Optica) dando preferencia, por su universalidad e inmediatez, al siano icénico: el pictoarama. El lenguaje senalético es de hecho un modo de notacién icénica de enunciados verbales, que precisa mente por ser verbales se diversifican extraordinaria- mente segun las variaciones idiométicas. Torcer a la derecha, no pasar, no estacionar los coches, paso para peatones, aseos, subida por la escalera mecéni- ©, etc,, son enunciados que el lenguaje sefalético ‘raducira en figuras signicas concentradas, especial ‘mente monosémicas, y por es0 mismo, répidamente comprensibles. EI desarrollo de la sefalética implicaré la substituci6n sistemética de referencias verbales en la sefalizacién por signos icénicos. Pasemos ahora al principio etimolégico de la formulacion de enunciados en el orden fonico: fono, del griego: phone que significa «voz», la voz humana. Son formas prefijadas de fono: fonacién, fonologia, fo- nografia, fonograma, fonética, etc. Asi, la notacidn fo- nética es el sistema de escritura —alfabética— en el que cada sonido oral es representado por un simbolo. En 1933 y 1954, Bloomfield y Pike, respectivamente, separaron del vocablo «fonética» el sufiio ética y lo utiizaron para describir los sistemas de signos no lin- Quisticos ®. Asi, el vocablo serialética significa el sis- tema de signos pictogréficos en que cada enunciado es representado por una serial. Cada sefial se situa en un punto del espacio al cual puntua; puntuar seria aqui, metaféricamente, im- poner un sentido inteligible y preciso al discurso ambi- guo del entorno como continuum, para hacerlo utiliza- ble conforme a las necesidades de orientacién de los individuos para actuar. Sefal y signo coinciden aqui como siendo el «todo» de! acto perceptivo. Seal, en el sentido ins- tanténeo de un estimulo que apela a la sensacion vi- sual. Signo como la parte de este estimulo que es por- tadora de comunicacién, significado, mensaje, infor- macion, que sera comprendida por el individuo. En tanto que sistema de mensajes visuales ins- tanténeos, el lenguaje Sefialético toma la forma breve y concentrada del signo gréfico (del griego graphein, que significa escritura, dibujo, trazo). Sefalética es, pues, etimolégicamente, sistema de escritura por me- dio de signos orientativos de sefalacién. (2) Roland Posner, La syntactique. Sa relation & la sémantique et ls ‘pragmatique, 2 18 morphologe et la syntaxe, et la syntagmetique ft a Progmatique, Technische Universitit Beri, 1985. 7 La sefialética en el contexto de los medios de comunicacion social Vivimos en un mundo que deviene mas y mas complejo y saturado: la ciudad, las organizaciones so- ciales, la burocracia administrativa, los transportes, ol consumismo, los objetos industriales... Y estamos obligados a vivir en él sin que esta complejidad trepi- dante permita discemir sus propios limites. Todo el sistema de comunicaciones, desde los desplazamientos y sus medios de transporte, hasta la difusién de informaciones por los medios de masas —prensa, radio, television y paneles publcitarios, so- bre todo— constituye una inmensa red en la que el individuo se ve a menudo atrapado y aturdido, Cabe preguntarse entonces, jen qué medida los medios de comunicacién contribuyen a simplificar el mundo y hacerlo mas inteligible y utilzable por la sociedad, 0, a la inversa; incorporan todavia mas com plejidad y confusién 2 nuestro entorno vital? ¢Cual es el rol de la comunicacién sefalética en este universo de signos, sefales y simbolos que invaden los ya dificiles laberintos de la vida cotidiana. Y cual es su especificidad como lenguaje y como me- dio de comunicacién?. Cada sistema de comunicacién es altamente especializado y, precisamente por eso, deviene en si mismo un modo de expresion: un lengugje. Esta es- pecializacion intrinseca hace que cada modo de len- ‘guaje sea particularmente apto para comunicar un de- terminado aspecto del mundo —que siempre sera parcial—, y en cambio no sea apto —0 no lo sea con igual propiedad— para comunicar otros de estos as- ectos que definen en conjunto la riqueza esencial de nuestro entomo vital Detectar, pues, aquellos rasgos que caracteri zan la naturaleza y particularidades de cada sistema de comunicacién, supone descubrir su entidad pro- funda y su especificidad como instrumento de interre- lacién e interaccién humana. Sefalética es una técnica y un lenguaje de ‘comunicacién. Sin embargo, no ha sido estudiado como tal de igual modo que lo han sido los demas ‘media como la radio, la prensa, el impreso, el cine, la television, la fotografia o el cartel. En este capitulo se analiza la sefialética por ‘comparacion con las caracteristicas y funciones comunicacionales de los demas media Comunicar equivale a formalizar (poner en forma transferible a otros) un contenido por medio de un lenguaje expresivo que lo vehicula. En la comunica- cién «medidticay —es decir, aquella que no es ni in- terpersonal, directa, ni inmediata— el contenido y su lenguaje necesitan un canal técnico, el cual a su vez incide en la expresion con que el mensaje se mani- fiesta. Por este hecho, la naturaleza técnica de cada ‘medium y sus caracteristicas propias determinan en gran medida el lenguaje y la expresion comunicativa, tanto por las. capacidades particulares del medium como por los constrefimientos expresivos que impo- ne, esto es: su especificidad como medio técnico. De este mode, el lenguaje hablado se traduce a otro su- blenguaje (la escritura), y a otro «lenguaje» tecnico (el teléfono, 0 Ios utiles ‘de la grabacién sonora). Asi, mensaje y medio son una misma cosa comunicacional inseparable, El famoso axioma macluhaniano wel me- dio es el mensaje» no es sino una sobrevaloracién del elemento técnico en detrimento del elemento inten cional: el contenido. Lo exacto es decir que «el medio es el lenguajer La sefalética, como lenguaje de comunicacin de informaciones y como medio técnico, supone pues un modo y un funcionamiento absolutamente dife- rente de los demas lenguajes y medios. Es por eso que la aptitud del lenauaje sefalético es tan perfecte- mente determinada y adaptada a su fin. Pero este mismo sistema (llamaremos «sistema» a la conjun- ion funcional del contenido, lenguaje y medio) es in- capaz de resolver otros problemas de comunicacién para los cuales no fue creado en principio. Reciproca- mente, los otros diferentes sistemas tampoco son ap- tos para desarrollar las funciones sefialéticas. De modo que existe un perfecto acuerdo entre la necesi- dad y el sistema comunicacional que deviene de esta necesidad. 18 ‘Yo hemos indicado, aunque brevemente, que la sefalética ha nacido como tal sistema comunicacio- ‘nal —si bien no deja de estar entroncado con otras disciplinas, como veremos—, de las necesidades de informacion que son el efecto de la movilidad social, fen tanto que uno de los rasgos mas caracteristicos de la vida contempordnea. Entonces, este mismo ori- gen y necesidad —que no son en absoluto los de los demas medios de comunicacion— son los que han determinado la naturaleza y las funciones de la sefia- letica. Sin duda alguna, la necesidad crea la funcién y esta a su vez la forma. Por consiguiente, la especific dad senaletica es absolutamente el efecto de la nece- sidad que la ha creado, He aqui su esencia en tanto que sistema de comunicacién. Sera uti, pues, analizar la sefalética dentro de tun cuadro general por relacién a otras formas mas co- rrientes —o mas corrientemente estudiadas— de co- municacion. A propésito de esto, no deja de ser cu- riosa la escasa atencién que los teéricos y sociologos de la comunicacién han dedicado a este medium, en contraste con la cantidad de literatura cientifica que ha provocado, por ejemplo, ya no solo el fenémeno de los grandes medios de masas como la prensa, e! cine, la radio y la television, sino también otros media menos masivos, como el cartel, el libro, la fotografia, el poster, el comic, ol toléfono 0 la tarjeta postal. Es igualmente curioso, por otra parte, que los trabajos existentes sobre sefalética —en todo caso articulos esporddicos en revistas especializadas de grafismo y arquitectura, y salvo poquisimas excepciones en forma bibliogratica—, ponen el acento en el punto de Vista gréfico, en el arquitecténico y acondicionamiento del espacio, y en el técnico-constructivo, y sin em- argo no se haya estudiado desde el punto de vista sociolégico de la comunicacion. Recordemos, en el primer caso, los nombres ya clasicos de Gui Bonsiepe y Carlos Méndez Mosquera, Toms Maldonado, Wal ter Diethelm y Martin Krampen, y los trabajos menos divulgados de Frantisck Sedlaceck, Dieter Urban, Ba- try Drake, Ota Yukio, Jan Rijlich, Attilio Marcoli, Rado- mir Viskovie y Francesc d'A. Valls. Y en el punto de vista de la arquitectura, acondicionamiento de! espa- cio y ergonomia, citaremos los nombres de estudio~ sos como Philippe Serre, Fred H. Colvin, Frank A. Stanley, Ginette Bléry, Kurt Weidemann, Rafael Carre- ras, Gilles de Bure, Hesley E. Woodsen, Dieter Boe- minghaus, M. Vinterova, J. Strakova, Alice Listowski, Peter von Kornatki y sobre todo Peter Kneebone. Des- taca un libro de inspiracién cibernética: Automat und Mensch, de Karl Steinbuch (1971), que conjuga antro- pologia informatica, que roza muy vagamente el contexto sefalético. Un trabajo dirigido especialmente 2 disefiadores graficos —y s6io parciaimente senaléti- Co, porque incluye las inscripciones murales y la deco- racion urbana, comercial y de inmuebles— es el libro de J. Folis yD. Hammer, Architectural Signing and Graphics (1979) ‘Sin embargo, y como hemos indicado mas arri- ba, la sefalética no ha despertado el interés de los socidlogos y tedricos de los mass media —sino exclu- sivamente desde el angulo grafico y semidtico—, que parecen no otorgarle el estatuto de un medio mas de eomunicacién. 2Por qué? Por un conjunto sutil de cau- sas que han pasado inadvertidas: la discrecion de la sefialética y su falta de espectacularidad; por otra par- to, su cardcter tan estrictamente funcional que rehuye toda justificacion emocional o estética. La sefalética es todo lo contrario de la televisién, la radio, el cine 0 el comic. La sefalética es un medio nada «brilante» ostentoso, ni por supuesto, masivo ni vicarial. Fun- ciona, a la inversa, selectivamente, silenciosamente, discretamente por e! principio de pequenas causas, grandes efectos. 19 Sorprende este deslizamiento de la sefalética fuera del campo cientifico de la comunicacion social, Precisamente cuando constituye el «lenguajen mas representativo —y el menos banalizado— de nuestro tiempo, siempre mas apresurado y progresivamente plagado de toda suerte de estimulos sensoriales. Las coordenadas comunicacionales En este capitulo estamos tratando de analizar el conjunto de rasgos que definen la especificidad de la disciplina senalética por relacion a los demés siste- mas y medios de comunicacién. Para eso establecere- mos un cuadro comparativo o una matriz de andlisis ‘que nos facilte este conjunto que podemos llamar e! contexto comunicacional en el que la sefalética se inscribe. La comunicacién es inter-accién, inter-cambio de mensajes y actos. «interactuar» € «intercambiar» significa, en sintesis, una cierta transaccion que esté implicita en las relaciones entre individuos y tambien entre individuos y mensajes técnicos. En este senti- do, Ia interaccién sefalética supone la emision de un mensaje y su recepcién efectiva manifestada por me- dio de actos. Recordemos a este respecto que la co- Municacion se realiza a través de estas cuatro varia- ciones: Mensajes —» Mensajes Mensajes —» Actos Acciones Reacciones Actos —m Actos Actos —m» Mensajes Inducciones Hay mensajes emitidos que desencadenen ‘otros mensajes en respuesta: el didlogo, la correspon- dencia escrita, Hay mensajes que determinan actos de! receptor: la orden del jerarca a quien la obedece, y —en el otro extremo de este totalitarismo— la infor- macién sefialética orientando las acciones de los indi- viduos. Hay actos que desencadenan otros actos en reaccién: el arte de la guerra, el lenguaje gestual, el juego de ajedrez. Hay finalmente actos que determi han respuestas en forma de mensajes: la noticia pe- riodistica acerca de una invasion bélica, el discurso del politico frente a la manifestacién de estudiantes. Estamos tomando como modelo la intercomu- nicacién humana, que es el paradigma de todos los sistemas de comunicacion. En ella se pone clara- mente de manifiesto que toda accidn —y también los ‘mensajes, como resultado de una «accion emisoran— suscita una re-accidn; es el principio mismo de la co- Municacién en tanto que proceso, el cual se reali menta a si mismo por acciones y reacciones sucesi- vas (feed back) Pero si pasamos de la comunicacién interper- sonal a la comunicacién colectiva por el intermediario del instrumental técnico, el modelo no varia y el pro- ‘eso es el mismo, aunque los efectos son cierta- mente distintos, El cambio de una mini-escala a una macro-escala. de una dimensién de mini-gruna de in- dividuos conectados directamente a una magnitud de Personas que se ignoran entre si pero que estén vica- rialmente conectadas a distancia por medios técnicos, no altera este mecanismo esencial de la comunica- cién como intercambio en el tiempo de actos y men- sajes, de cuyo funcionamiento la sefalética constituye una variante muy particular. En estas coordenadas de la comunicacién hay que insertar ahora la dimension temporal y la dimen- si6n espacial. De ello tratamos acto seguido. 20 La comunicacién temporal y la duracion Hay aqui, por consiguiente, un factor intrinseco que es fundamental: la secuencialidad, la cual aparece de modo evidente en el didlogo y la conversacién. El ‘componente de le secuencia comunicacional es el tiempo, en tanto que soporte de la duracién. La carac- teristica de la relacion interpersonal es precisamente esta capacidad de los comunicantes para alternar su- cesivamente sus roles, esto es, el hecho de devenir ambos comunicantes emisores y receptores, 0 en otros términos, participantes activos en un proceso si- métrico, La comunicacion interpersonal conserva este esquema idéntico, también cuando intervene un me- dio tecnico entre emisor y receptor a través de la dis- tancia: el correo, el telégrato 0 el teléfono, por ejem- plo, donde la alternancia de los roles de emisor y re- ceptor en ambos comunicantes mantiene, 0 puede mantener, la forma del disiogo. El contacto de un solo emisor con un gran nd- mero de receptores no siempre conserva este mo- delo fundamental, ya que generaimente no hay pro- piamente dislogo’ es el caso de las ordenes militares a los soldados 0 el sermén frente a los fieles. La co- municacién aqui suscita en todo caso reacciones en. forma de actos mas que en forma de mensajes (es decir, comportamientos mas que expresiones verba- les u opiniones directas). Por tanto, se puede observar en estos casos la forma de reaccién, que es la res- puesta a los mensajes unidireccionales por medio de actos. Y otra variable importante: la reaccién diferida, tode vez que las «respuestas» no siempre se mani- fiestan de inmediato, a la inversa del didlogo. Hasta aqui hemos examinado los caracteres de la comunicacién interpersonal y unidireccional cara a cara y también con intervencién de medios técnicos a través de la distancia (correo, teléfono). Veamos ahora el modelo de Ja comunicaci6n emitida por un ente social hacia los receptores humanos. Por wente social» entenderemos cualquier organismo u organi- zacién que fabrica un mensaje técnico, 0 es responsa- ble moral y factual del mismo, y permanece en el ano- nimato 0 por lo menos permanece ausente en el mo- mento de la transmision. Los ejemplos mas inmedia- tos son la comunicacién radiofonica, cinematografica, impresa, videogréfica o televisiva. En estos casos la comunicacién se realiza indirectamente, no hay «cara ‘a cara» porque ha desaparecido la relacion interindivi- ‘dual, y si hay interface técnico, que es el «cara a cara» de cada individuo receptor con la terminal del. me- dium: pantalla del cine 0 del televisor, receptor de ra- io, diario, libro, revista. En su mayoria son mensajes preelaborados que toman vida con la ejecucién: guién Tadiofénico 0 grabacién sonora, como dos formas de la temporalidad: emision en tiempo real o emisién en tiempo diferido; reportaje televisual en tiempo real 0 iferido;, proyeccién cinematografica, produccién im- presa o imagen fotogréfica como ejemplos de mensa- jes necesariamente transmitidos en diferido. He aqui ues, la variedad de los mensajes técnicos que ya son prefabricados y conservados a disposicién de los pit blicos receptores: pelicula cinematogréfica, disco, re- gistro videografico, En estos casos Is relacién emisor- receptor cambia radicalmente, puesto que el primero toma la iniciativa y la actitud activa de comunicar, mientras que el segundo adopta una actitud de recep- tor pasivo. Los grandes medios de masas se constitu- yen en las fuentes por las cuales se realiza la difusion desde un emisor técnico central a la poblacion. La reaccién a los mensajes enviados no siempre es en estos casos verificable si no es —artificialmente y en tiempo diferido— por medio de la investigacion social, que no es sino la busqueda forzada —provocada— de feed back 24 Todas estas formas de comunicacién se desa- rrolian en el tiempo —excepto la mencién que hemos hecho del libro, el periédico y Ia revista, de los que trataremos acto seguido desde otro punto de vista— Dentro de esta dimensién temporal, que es la cuarta dimension implicita en todo «discurso» (didlogo, reci- tacion, ejecucion musical, cine, televisién, radio, tea- ‘ro, danza, lectura), cabe considerar todavia los aspec- tos —sin embargo secundarios para nuestro objeto— que determinan la extensién temporal. Para decirlo ‘sumariamente, hay mensajes de duracién muy breve, por ejemplo, los 15 segundos de un spot televisivo: los tres minutos aproximadamente de un disco co- mercial; la hora y media promedio de una pelicula se- giin el cédigo comercial; las tres horas de una «super- Produccién» cinematogréfica, como por ejemplo, «Roma», de Fellini. Por otra’ parte, esta dimension temporal de ciertos sistemas de comunicacién, expe- Fimenta a veces una modificacién substancial por lo ‘que se refiere al modo de producirse: es la nocién de discontinuidad 0 de intermitencia. Puede hablarse en- tonces de «continuidad relativay, de modo que el pro- ‘ceso se presenta como una sucesién de mensajes in- terrumpidos entre si. Por ejemplo, un concierto o una proyeccién cinematografica tendrén una duracién total de X tiempo, mientras que una representacion escé- nica (teatro, pera, ballet) consta generalmente de tiempos intermitentes, que por una parte son los «ac tos» de que consta y por otra parte son los «entre-ac- tos»; el mensaje sers, obviamente, el que se da en la suma de los mensajes parciales. La diferencia entre luna proyeccion cinematografica y un serial televisivo, como procesos temporales, esta en la continuidad de la primera y la discontinuidad de la segunda. Conviene sefialar, sin embargo, y a pesar de que hemos plan- teado la cuestién de la «extension temporal» como secundaria, que para e! cuadro comparativo que esta- ‘mos trazando tomando como punto de referencia la comunicacién sefalética, el fendmeno de la continu dad, la intermitencia y la puntualidad no esta nada le- jos de nuestras coordenadas, como veremos mas adelante. Como minimo se trata de dimensiones que tienen relacion con la comunicacién sefalética, la cual se produce instanténeamente, pero también’ en se- cuencias discontinuas. He aqui, en sintesis, las diferentes magnitudes del mensaje 0 de la comunicacién que se desarrolla en el tiempo, a través de las variables de la relacion interpersonal cara a cara y a distancia, con interpo: cldn del elemento técnico; la comunicaci6n de un in- dividuo a un grupo; la comunicacién anénima a través de un mensaje prefabricado y la difusin por el enorme aparato de los mas media; y asimismo, las diferentes magnitudes de la duracién. La comunicacion espacial y la secuencia Pasemos ahora de la dimension temporal a la dimension espacial, esto es, de las dos dimensiones del plano a las tres dimensiones del volumen: la For- ma. Las dos dimensiones del plano y su ortogonali- dad, constituyen el soporte universal del mundo de la Inscripcion y de la Imagen: la hoja del libro y del papel fotogréfico, el soporte de la impresién o de escritura, la tela del pintor, el soporte lapidario, la superficie, en fin, y el panel senalético. La comunicacién que se desarrolla en el Espa- cio es radicalmente diferente de la comunicacion que se desarrolla en el Tiempo. En esta segunda, la dura- Cin esta predeterminada en el mismo mensaje (salvo en la conversacién informal que es particularmente esponténea), a través de un «modelo» escrito: obra teatral 0 partitura musical 0 guién radiofonico, cuyas 22 BIBLIOTECA CENTROSISTF Duracién relativa. Secuencialidad Ejemplo——Fim Caracteristicas Variable en la duracién total: intermitencia Ejemplo— Serial TV Tempo A. Emisor-+-> Receptor interpersonal, bidieccionl PEE wssen Ae. Didogs tctsnce AE Dito coon B. Emisor —» Receptor (uniaireccional) B. Discurso policy B. Orden autoridad BC. Radio BE Cine €. Variable: medios intermeciarios técnicos, BE. Television B.C. Prensa Sentido de la ‘comunicacion Bidimensionalidad de! mensaje. Globalidad perceptiva Espacio grafico A. Emisor —m Receptor (unidieccional) Caracteristicas Ejerplos: A Pita . Fotogratio | jm Sentido de la & tstacin imagen s Cart aan A. Panel seniético D. Variable: secuencialidad (la sucesion) AD. Comic \D. Fotonovela 1. Espacio grafico 2. Tiempo > 3. Entorno espacial — Caracteristicas Eiemplo. 123. htinerario sefialético Sentido dela ‘comunicacion Emisor ——» Receptor -—-» Actos 23 duraciones diferirén ligeramente en funcion del tiempo real de cada ejecucién. Es obvio, pues, que toda comunicacién de este tipo conileva una porcion de tiempo latente; el espectador debe dedicar esta misma porcion de su tiempo si quiere recibir el men- saje en su integridad. Todas estas variaciones en las diferentes clases de comunicacién en secuencia son las que definen, de hecho, la especificidad del men- saje temporal versus el mensaje espacial La comunicacién por mensajes espaciales (1 escrito, y més particularmente, las imagenes), se ca- racteriza porque conserva una cierta libertad temporal pera el receptor. Contemplar un cuadro, hojear una re- vista 0 repasar el élbum familiar de fotografias, son acciones que en si mismas no estén supeditadas a tuna inversién en tiempo por parte del receptor, prefi- jado por el emisor, sino que el tiempo esta determi- nado por el grado de interés 0 de fascinacion moti- vado en el espectador. Un grabado se puede ver de Un vistazo, lo cual supone fracciones de segundo, o se puede recorrer minuciosamente con la mirada, i y venir sobre él siguiendo los itinerarios —aparente- mente esponténeos— de la fruicién estética. Esto mismo sucede con una escultura 0 una maqueta — imagenes tridimensionales—, donde el espectador participa de la configuracién del mensaje con el reco- rrido de sus ojos y desplazandose de un punto de ob- servaci6n a otro en busca de los éngulos mas signifi cativos de la Forma en el espacio. Pero si antes nos hemos referido a la duracién de un mensaje que en si mismo comporta una magni- tud temporal condicionante, y si ahora acabamos de esbozar los caracteres dei mensaje cuya magnitud es ‘s6lo espacial, queda por observar otro sistema inter- medio (que es a su vez un sistema intermedia), se- gun el cual las imagenes —fragmentos espaciales— Se presentan en sucesién —dimensién temporal— es el ejemplo de la fotonovela, el comic, el montaje ‘audiovisual: multiproyeccién 0 proyeccién coordinada de diapositivas sonorizadas. Aqui el «dircurso» propio de cada imagen se incorpora a —y lo constituye— un discurso mayor, que es exactamente «el mensaje» en el tiempo. En estos casos, el relato es una sucesion encadenada en secuencia, y de este modo, el men- saje global no es sino la percepcién del conjunto de imagenes parciales. Ahora bien, en la medida que es- tas imagenes sucesivas deben ser registradas por el ojo segun un orden impuesto, el espectador no es li- bre de escoger su propio orden ya que ello supondria renunciar a la recepcidn del mensaje. Si esto no es practicamente posible en la proyeccién de un film, la Fepresentacion teatral 0 el montaje audiovisual, por- ‘que son modos de comunicacién esencialmente tem- poral, si es posible en la fotonovela o el cémic, por {ratarse fundamentalmente del modo de comunica- cin espacial. Esta es, en cierta forma, una de las li- bertades principales que ofrece la comunicacién sena- \ética: la capacidad de escoger cada uno su itinerario, dentro de la estructura morfolégica y organizativa del espacio de accion. Hay que destacar también, dentro de la comu- nicacién espacial, la evidente funcionalidad del medio sefialético, el cual no esté hecho para la fruicién esté- tica que hemos evocado en el caso del grabado, 0 para el deleite sentimental implicito en el repaso del album fotografico familiar, o la fascinacién provocada Por ciertas figuras Opticas, barrocas, manieristas, etc. La sefalética rehuye cualquier astucia de retencién de la mirada; se dirige a la estructura cognoscitiva —y no emocional— del cerebro a través de la vision, que ‘es especialmente apta para registrar conjuntas signifi- cativos, y le evita cualquier esfuerzo suplementario que seria preciso para descifrar las partes; la sefialé- tica funciona y desaparece de inmediato de la memo- 24 fia. Esta renuncia a incidir sobre la atencién visual, so- bre la inversion temporal, la percepcién estética y el recuerdo, define explicitamente el carécter funcional y autodidactico, especifico del sistema sefalético, que lo hace substancialmente ciferente de los demas sis- temas y medios de comunicacion. Las orientaciones de la comunicacion Examinemos ahora este otro aspecto impor- tante que esta constituido por las diferentes orienta- ‘ciones de la comunicacién. La orientacién es la inten- cionalidad fundamental del emisor en relacion con los efectos esperados. La orientacién es de hecho un vector. La orientacién es de carécter general; de ella derivan —o a ella se adaptan— las diferentes estrate- gias, lenguajes, medios y técnicas. Distinguiremos las, siete orientaciones principales: — La comunicacion injuntiva, que esta ejem- plificada por la orden que dicta el jerarca a sus subor- dinados, la apelacién perentoria que impone la accién de obediencia, de ser cumplida sin dilacién ni discu- sién (la Autoridad: administrativa, policial, militar, pa- terna, moral, legal, etc.) — La comunicacion persuasiva, cuyos ejem- plos més evidentes son la propaganda, la publicidad y la seduccién amoros, en la comunicacion persua siva hay ciertamente una participacion mas 0 menos voluntaria, 0 una connivencia, entre quienes se comu- nican, a diferencia de la relacion injuntiva o de poder ¥y subordinacion. En la comunicacion persuasiva siem- pre se halla oculto el factor carismético, estético y emecional y la estrategia de la fascinacion, — La comunicacién distractiva que llena los tiempos de ocio 0 simplemente las pausas en que la atencién se relaja; es el caso del espectaculo y el en- tretenimiento ofrecidos por los concursos radioféni- cos y televisuales, los cuentos, chistes y relatos in- trascendentes que a menudo abundan en las reunio- nes mundanas y en los espectéculos — La comunicacion pedagégica cuyo fin es la transmision de elementos de conocimiento por medio de la lectura, la demostracién, el razonamiento, el dis- curso didactico, el documento y los esquemas e ilus- traciones. — La comunicacién informativa —que esta presente, al menos tedricamente, en todas las formas de la comunicacién—, aporta datos utilitarios de la praxis, de conocimiento de novedades, noticias, ad- vertencias, indicaciones. — La comunicacién identiticativa, cuyo fin principal es el reconocimiento de aquello que se trans- ite; el retrato, el documento fotografico policial, asi como los signos de identidad en el campo individual: la foto de identidad, la firma, la huella digital. (En el mundo comercial, las marcas, ensefas y signos de identidad corporativa, implican una orientacion inten- cionadamente persuasiva). — La comunicacién autodiddctica, que mas exactamente es una reaccién del receptor frente a da- tos dé caracter informativo. Mientras que la didactica 5 una intencién del emisor de mensajes, la autodida- xia depende del individuo y de su capacidad por ex- iraer datos de conocimiento (experiencias, significa- dos, informaciones). Pero hay mensajes de sentido to- talitario y mensajes que se basan en conseguir la con- viccion 0 la seduccién; otros dejan un margen mas o menos notable a la libertad de interpretacién y tam- bién de decision de los receptores: por ejemplo, el arte, y en el otro extremo, Ia sefalética (ejemplos de ‘gratuidad» y «funcionalidad») Por supuesto que volveremos sobre estos pun- tos y especialmente sobre este ultimo, pero en princi pio hemos querido dejar anotado otro de los grandes 25 a ral KAS > PS rs AA) 161 km 100 millas a7 How to Travel to and from Glasgow Airport vectores de la comunicacién: el «sentido» que ad- quiere su orientacién intencional, Para comprender la naturaleza y el funciona miento de la sefialética sera util considerar el conjunto de caracteristicas comunicacionales de la orientacién que acabamos de examinar en este capitulo. Dentro de este cuadro general podremos ubicar con precisién los principios, tanto como las técnicas, de la sefialé- tica en tanto que un sistema perfectamente caracteri zado y altamente especializado de comunicacion En resumen, pues, la sefalética es un sistema de mensajes que desencadenan actos, generaimente voluntarios 0 relativos @ acciones voluntarias, Es un modo técnico de comunicacion. Un lenguaje predami- nantemente visual que constituye una puntuacién del espacio. Es un modo que funciona selectivamente por el receptor. Es un sistema comunicacional discreto y puntual, y opera in situ con un cometido informativo- didéctico preciso. Estas caracteristicas propias del sistema senia- lético quedan expresadas, comparativamente con los demas medios de comunicacién, en la tabla de la pé- gina siguient 29 En este cuadro se muestran los caracteres especiicos de Is Seralétice, marcados en roo, dentro de! conjunto de los rasgos que. dofinen fos diferentes sistemas de comunicscién soci. Asi la seflétca se diferencia de los demas sistemas de ‘cornunicacisn porque constituye un medio tecnico, transmisor de ‘Mensajes Visuales fy también Téctles, como en la percepcion ‘boda, de la que hemos trtado en este capitulo) de contenido Informatva, ls cuales determinan 0 corresponden @ Actos de los indwiduos en su deamtular por el medio Espace! —publico 0 ppv, interior 0 exterior. La informacién sefaltica es Drrecta y ‘su percepcién es Selectiva ¥ Puntuat, porque corresponde a ecesidades especiicas de orientatin.qye se producen puntualmente, in Situ . Mensajes Mensajes ‘Actos —__—»"Mensajes Actos ———————» Actos Interpersonal Grecries Gap Sonora Cespaca> Temporal Omnipresente scrap Continua Discontinua Cara a cara Adistancia Persuasiva Informativa Conclusiones sobre la especificidad y funciones de la sefialética Dentro del conjunto de sistemas que compo- nen el contexto comunicacional social —mass me- dia—, el sujeto que estamos tratando en este libro presenta unos rasgos muy precisos que determinan su especificidad, tanto en su misma naturaleza, sus funciones y su lenguaje, como en su técnica. A modo de una recapitulacion, recogemos aqui los datos prin- cipales de medium senalético: — La comunicacién sefalética es efecto de la ‘movilidad social, de la complejidad implicita de nues- tra época y de la profusion de servicios que ello ge- nrera en funcién de los individuos. — La sefialética es una disciplina técnica que se aplica @ la morfologia espacial, arquitectonica, urba- nna, y @ la organizacién de los servicios —sobre todo publicos y semi-piblicos— y del trabajo. — Su finalidad es la informacién, la cual se quiere inequivoca e instanténea. — Su funcionamiento implica la interaccién au- tomatica de mensajes visuales que atectan a indivi- duos, y actos de comportamiento en reaccién a estos mensajes, — ‘Su sistema comunicacional se compone de un cédigo universal de sefales y sianos Isimbolos ic6- nicos, linglisticos y crométicos) y un procedimiento técnico que se establece previamente por medio de tun programa (diseno). — Su estrategia comunicacional es la distribu- Cién logica de mensajes fijos 0 estaticos ubicados in situ, dispuestos a la atencién voluntaria y selectiva del usuario en aquellos puntos-clave del espacio que plan- tean dilemas de comportamiento. — La sefalética rehuye imponerse a la aten- cién del piblico, provocar impacto, recurri a la atrac- En la pigina siguiente sistema de signos para senalzacién © ‘denticacion de Jos ceniros escolares. Ministerio de Eaucacion y Ciencia, Mai. Diseno Integral Barcelona, cién estética, Es tal vez el ejemplo més significativo de comunicacién funcional — Su lenguaje es especialmente monosémi- co, no discursivo, y evita toda retorica visual. — Su principio es el de la economia generaliza- da: maxima informacién con los minimos elementos y con el minimo esfuerzo de localizaci6n y compren- sién por parte del receptor. — Su presencia es silenciosa; su espacialidad © secuencialidad es discreta; su utilizacion es optat va; su condicion: funcionar y borrarse de inmediato - del campo de consciencia de los individuos. = Sus disciplinas y técnicas implicadas son: el disefo grafico de programas, la planificacién, la arqui- tectura, la ergonomia, el entorno o medio ambiente, la produccién industrial Otros rasgos que definen a la sefalética, y se- ran estudiados en los proximos capitulos, no pueden quedar al margen de estas conclusiones: — La sefialética es una evolucién de la préc- tica de sefializacién, aplicada a problemas particulares de informacién espacial — La senalética se integra al espacioam- biente y contribuye a promocionar una imagen de marca — Los programas sefialéticos a menudo se in- corporan a otra clase de programas: la identidad cor- porativa, 31 || VALENTIN ‘@ Los origenes de la sefalética El utiitarismo mas precario y urgente —al que hay que incluir la magia ritual como una pragmatica, y no solo el funcionalismo més inmediato y elemen- tal— provocé la necesidad de «poner sefiales» a las cosas con el fin de procurar una lectura del entorno, tuna puntuacion referencial de! mundo, los hombres, las cosas, los objetos y los espacios, por medio de ‘marcas convencionales que son hoy el objeto de estu- dio de la simbdlica 0 ciencia de los simbolos. Sefalizar deviene asi de un impulso intuitivo y més tarde se convierte en una practica empirica, uiada por la experiencia, que se desarrolla progresi- vamente y se perfecciona en la medida que crece el nlimero de personas itinerantes, la necesidad, des- pués la facilidad y finalmente el placer de desplazarse, junto con la aparicion de la bicicleta, la irrupcion del automéxil y el aumento’ creciente de la velocidad. De estas urgencias emerge la presencia de un alenguaje» simbdlico, que deberia ser captado auto- maticamente y comprendido por todos los individuos. Asi cristalizan las primeras tentativas de normaliza- ‘ion, es decir, la busqueda de un sistema légico de informacion espacial, que fuera generalizable —omni- presente—, sistematico y por tanto, universal Los origenes remotes de la disciplina sefalé- tica son tan antiguos seguramente como ia misma hu- ‘manidad y obodecen al acto instintivo de orientarse a si mismo y a otros, por medio de objetos y marcas que uno deja a su paso o sobre las cosas materiales de uso. Sefiaizar es el acto de incorporar sefales a las cosas del entorno —referenciarlas—, ya se trate de objetos naturales 0 artificiales, el propio cuerpo, el espacio vital que uno ocupa, un camino 0 una ruta in- trincada. La sefialética tiene sus inicios remotos en el marcaje. Se funcionaliza y se estandariza con la com- plejidad del entorno y la movilidad social. Hasta que se adapta a problemas de informacion espacial Marcar, sefialar y sefializar no son exactamente sinénimos, pero sus practicas coinciden en acciones comunes, todas ellas derivadas del marcaje en funcién de la informacion. éCOmo se desarroll6 el marcaje y la sefalizacién de cosas y objetos, y la sefializacion de los espacios itinerantes, hasta llegar a constituirse en un lenguaje universal y una disciplina de disenio? La sefalizacién y el marcaje ‘Aunque «sefializarn y umarcar» pueden consi- derarse sinénimos, como acciones fisicas y como re- sultado, es posible establecer algunas diferencias, las, cuales provienen sobre todo de la intuicién y de los fines a los que se apiicara originariamente la sefaliza- cion y el marcaje. El hombre prehistorico ya imponia sefiales y marcas a las cosas de uso, aunque esta practica parece corresponder a intenciones magicas mas que utilitarias —si es que en efecto las practicas magicas pueden considerarse faltadas de alguna util- dad-—: se trata de una «simbolizacién, 0 el acto de infundir significados, ideas y conceptos ausentes a las cosas presentes, es decir, transmutar los objetos y las cosas materiales en vehiculos intermediarios entre lo real evidente y lo oculto, con la incorporacion de mar- cas y sefiales a estos objetos, que ejercian por si mis- mas (y las proyecciones mentales de los hombres) este poder de transmutacién. Por supuesto que los datos aportados en este sentido por los estudios de la antropologia y la etnologia, se centran en los obje- tos y las inscripciones de las cavernas, esto es, los medios materiales de la supervivencia: utensilios y al bergue. Por tanto, los rastros de los primeros marca- jes y sefalizaciones funcionales de! espacio abierto constituyan un campo difciimente penetrable, sobre todo por la desaparicion de estos rastros. Especialis- tas tan destacados como Siegfried Giedion, el abate Breuil, el candnigo A. Lemozi y el profesor A. Leroi- Gourhan, han desarrollado sus estudios en especial sobre los ritos, la magia y los vestigios de lo que fuera el nacimiento del arte, pero estan précticamente au: sentes de sus investigaciones estos aspectos preci: sos de la sefializacién de los objetos y espacios, con- siderada como un sistema de lenguaje funcional, en el sentido que estamos tratando en este libro, 34 Desde siempre, el hombre se marca a si mis- mo, se autosefala agregando signos tribales, magi- cos, rituales 0 jerarquicos a su cuerpo. Asi, esta prac- tica abarca desde los tatuajes, pinturas corporales, de- formaciones y mutilaciones hasta la ornamentacion con plumas y pieles, e! distintivo capilar codificado y las condecoraciones, los signos indicadores de casta y ottas sefalizaciones que denotan autoridad, rango social, adscripcion a una ideoiogia o a una organiza- cién, 0 propiedad (se marcaban ios esclavos como se marcan las posesiones materiales). También el comercio, desde sus primeras ma- nifestaciones, impuso el marcaje de objetos en las so- ciedades productoras y mercantiles: se marcaban las anforas que servian pata el transporte y aimacena- miento de vinos y aceites, del mismo modo que se marca el ganado, los productos naturales como una fruta, y los productos industriales, desde un tractor hasta una computadora. En el mundo comercial, el marcaje tiene las funciones de identificacién (que es la primera funcién sefalizadora), 0 de diferenciacion de unos determinados productos en relacién con ‘otros que los puedan substituir; la marca es senal de autoria, de procedencia, de propiedad y de garantia frente a imitaciones, y lega, con el marketing, a cons- tituir un «valor afiadido» en las sociedades de consu mo, para los productos que ampara. Por tanto, entre los actos mismos de marcar y sefalar no hay diferencias esenciales, puesto que una accién incluye en cierto modo a la otra y obedecen a tuna funcién basicamente identificadora. Marcar equi- vale mas precisamente a acufar, transferir una im- pronta, imprimir, estampar un sello indeleble en una superficie determinada; sin embargo, lo que se marca se marca con una seal —un simbolo, siempre un simbolo—, igual que lo que se serializa. La diferencia, no obstante, se encuentra en que aquello que se marca (sefal indeleble) siempre son objetos fisicos, superficies, soportes materiales, mientras que lo que se sefaliza (seal movible) son’ més corrientemente espacios, lugares, itinerarios, recorridos. La sefalizacién es en principio —y sigue sién- dolo— el marcaje de los itinerarios, de los caminos, de las rutas, y también el marcaje de los lugares: iden- tificacion y quia al mismo tiempo, orientacién en defi- nitiva. El trazado mismo de los caminos constituye ya lun marcaje en la medida que «marcan implicitamente la ruta a seguir. «El camino» es a la vez una idea filo- séfica y funcional, @ incluye siempre la nocién de buena direcciénn, de «ruta segura» 0 «direccién con- venienten. La sefializacion marcaba los caminos en los tiempos en que éstos no existian. Los caminos tra- zados en la superficie de la tierra son obra de los hom- bres en su necesidad de adaptarse a su medio vital, reducir su complejidad y actuar sobre él. En aquellos, tiempos, pues, los caminos trazados eran incipiente- mente substituidos por piedras indicadoras y peque- fias montanas de piedras. En los albores del homo sa- piens, y con la intuicion de la geometria, es posible que ya se utiizaran piedras con el fin de guiar con se- guridad los pasos; las primeras sociedades agricolas las utiizarian para marcar los limites de la propiedad territorial, que no deja de ser un modo referencial o de sefialacién del espacio privado, Las piedras, pues, parecen Ser los primeros uti- les sefializadores. Un viejo cuento infantil relata la his toria de unos nifios que salieron a pasear por el bos- que, se adentraron en él y luego no supieron encon- trar la salida que les llevara a sus casas. Las familias, los buscaron dia y noche desesperadamente hasta que dieron con ellos. Por segunda vez los chiquillos volvieron al bosque —tal habia sido su atraccion— pero pensaron que deberian marcar el camino reco® rrido con el fin de reencontrarlo y poder regresar a 35 casa faciimente. Para dejar rastros de su paso em- plearon migas de pan que echaban de distancia en distancia. Pero los pajaros y el viento se llevaron las migas, y los nifios perdieron asi la orientacion y no pu- dieron regresar a sus hogares, Otra vez el pueblo en- tero acudié en su busqueda y ya llegaba la noche cuando lograron encontrarlos. Los sermones —y tal vez los coscorrones— se repitieron, pero los mucha- chos no escarmentaron. De nuevo marcharon al bos- ‘que, pero esta vez fueron conscientes de que habia que buscar algo mas sdlido, que ni los pajaros ni el Viento pudieran borrar; asi que tomaron las piedras ue iban encontrando a su paso, con las cuales resi- guieron el recornido hasta el bosque. De este modo, €l itinerario fue reencontrado y los ninios regresaron felizmente a sus hogares. Cuando explicaron a los ma- yores el sistema que habian seguido para no perder- se, éstos celebraron con alegria tan ingeniosa idea y quedaron de una vez tranquilos y confiados porque sus hijos habian encontrado el mado de no perderse jams. Este cuento es de hecho una metatora, pero lo cierto es que las primeras senalizaciones que se co- nnocen tenian come fin serializar rutas y fueron hechas con piedras. Obsérvese que la idea del cuento valida tres as- pectos esenciales: a, la necesidad de marcar el ca- ino para dirigirse @ un lugar y para faciltar su reer cuentro, ya sea por uno mismo o para otros (principio de la sefalizacion); b), la conveniencia de que las mar- cas 0 sefiales permanezcan (piedras); c), la nocién im- plicita de «cédigo» en el acto de situar las sefales, es decir, que la sucesién de piedras debia ser percibida ‘no como una disposicién casual o en desorden —con lo cual no existiria informacion—, sino como una dis- Posicion convencional, atificialmente ordenada sobre @l espacio maternal Cabeza tatuata macri (Nueva Zelande) entre la senalzacion y el marcaje. Los signos imagicos, rtuales, de perteneneia 0 de erargia no Son so ingicadores de informaciones., ‘ino también determinantes de las conductas fen las relaciones entre grupos sociales. Seales de pista de los piles rojas, indicadores de dreciones. Aqui no se tata e incorporar sefales 2 las cosas, sno de ‘crear sefales con cosas. La aisposicion de las rames obedece a codigos compartiios entre quienes se sirven de elas. Signos de pista de direccidn (Alaska) marcados sobre roncos de madera o sobre preares. 37 38 Antes que los griegos dieran a sus doses ‘una figura humana, ios representaban por ‘medio de simbolos. Asie dos Hermes era venerado unas veoes bajo forma de un ‘montén de piedras situadas en el camino, otras veces bajo la forma de un fal. La ‘alusion face ea indicative de dieccion a seguir Mas tarde, la columna falica fue remetada oon una cabeza humana Hermes (Museo Nacional de Atenas) La seni acién en la Antigdedad Cuando los griegos empezaron a dar a sus dio- ses una figura humana —anteriormente los represen- taban por medio de signos ¥ figuras simbdlicas~ Her- mes era venerado ya sea bajo la forma de una mon- taiia de piedras, de una columna de tosca piedra 0 bajo la forma de un falo. (E| miembro erecto simboli- zaba con Hermes [a direccién). Estos fueron los vesti- gios de un tiempo en que, a falta de caminos traza- dos, el viajero no tenia otra cosa para guiarse que es- tas piedras sefializadoras (a las que a Su vez afadia la suya), situadas a distancias més 0 menos regulares: Estas pilas y columnas de piedra no trabajada experi mentaron con el tiempo una transformacién: se les afadio como remate una cabeza de forma humana, el simbolo convencional se convirtié asi en idolo semi- antropomérfico. Mas adelante, estos «hermes» fue- ron bicefalos en las bifurcaciones, tricefdlos en los ca- minos de triple direccion, tetracéfalos en las encrucija- das. En los pueblos, Hermes se irguié como protector de los mercaderes, del comercio y de los vigjeros, a los cuales y para ofreceries algun provecho en sus al- tos en el camino, tenia grabada en la piedra una sen- tencia condensada en un verso. Griegos y romanos utilizaban los mismos obje- tos para el jalonamiento itinerario —columnas y bor- nes de piedra—; los primeros, mas simbolistas, les daban el significado de un dios tutelar; para los segun- dos, eran elementos de estrategia para sus conquis- 1as.\A estas funciones de orientacién espacial se unio la de sefalizar las distancias, de modo que se impuso la medida en millas y mas tarde en leguas! En el afio 29 antes de Cristo, cuando Augusto hizo elaborar con ayuda de Agripa el mapa del mundo romano, fue ele- vada en el forum una piedra inicial que recibié el nom- bre de umilla de oro» 40 a i Varios documentos de piedras «milaresn usadas en ls Antiguedad para sonaizar las 1. Bore miliay de Pops 2 thay (Bouts) 6 7, ingen (Suiza) 8 Borne milar de Claucho ec ee ie celina s 41 A partir del siglo Ill, en lugar de plantar nuevos bornes 0 mojones cuando se reparaba una ruta, $e uti lizaban las antiguas, llenando con cemento las inscrip- ciones en honor de los emperadores anteriores y gra- bando encima nuevas inscripciones que parecian in- formar mas especialmente al viajero; de este modo se avanzaba lentamente hacia una mayor funcionaliza- cin de las sefales. Junto con las columnas, mojones, obeliscos, pirdmides y pilastras —tal era la variedad de la sefializacién pétrea—, se emplearon también placas rectangulares de cerémica con un agujero para ser colgadas en los muros —de las que se conservan algunas en Espafia—; estas placas contenian indica- ciones sobre distancias, que eran grabadas durante la coccién. Une de las plaquetasitinerarias 6 Astorga (Espana) La sefalizacién en la Edad Medi En la Edad Media, y con la evangelizacién admi- nistrativa, los nedfitos mutilaron sistematicamiente las obras de arte constituidas por columnas falicas, obe- liscos y jalones paganos con el fin de eliminar su in- fluencia. Los emblemas que figuraban en las cimas de las columnas indicadoras y las estelas de las encruci- jadas, el cristianismo los substituyé por cruces de la nueva religion, tan pronto por una tosca cruz de piedra como por una modesta cruz de madera que llevaba grabado generalmente un nombre. Es la época en que la tierra se puebla de monasterios y los vestigios de las rutas antiguas se animan al paso de los fieles: Pie~ rre-Paul Darigo, que ha desarrollado un interesante es- tudio sobre la ‘historia de la sefalizacion caminera y automovilistica, sefala en este momento que: «un dia, el flujo de peregrinos, orientado desde centenares de afos a Roma y Tierra Santa, dirige su marcha hacia tn santuario nuevo: Santiago de Compostela, Las vias abandonadas fueron entonces restauradas por la Igle- sia, y Compostela se convierte en la cita Unica de la cristiandad. Desde 1139 existe una guia para los pere- grinos que indica el trazado de las rutas, la cuenta de las etapas, los nombres de pueblos y burgos que se encuentran al paso, la lista de los rios de agua potable, el emplazamiento de los santuarios y las reliquias ve- neradas».” Una verdadera anticipacion de las actuales guias y mapas de carreteras. (3) Ver Pierre-Paul Darigo. Des signaux et des homes. Pétole Pro- tres, Edicion de Esso Standard, SAF, 1971-72-73, Paris, nims. 57, 69, 90, 92, 93 y 94. De estos articulos entresacamos algunos Je los datos principales. 42 45 La sefializacion vial. Primeros intentos de normalizacion Puede decirse que con la administracién napo- leGnica se inicia formaimente en Francia la normaliza- ion de las sefales itinerarias, cuyos origenes, se en- cuentran en las reglamentaciones incipientes de 1607. Un decreto de 1811 clasifica y numera las «ru- tas imperiales» (que se convertiran después en rutas nacionales), y un decreto del 11 de enero de 1813 ti- pifice las medidas para los bornes y mojones. La circu- lar del ministerio de Obras Publicas dei 20 de junic de 1853 estipula que los mojones kilométricos, hectomé- tricos y decamétricos seradn ejecutados en piedra dura del pais y se situaran a la derecha de la ruta; la parte visible sera pintada en blanco y las inscripciones en. negro, las cuales serén més tarde grabadas cuando se esté seguro de que no habré variaciones. Se estipuld el uso de tablas indicadoras para la entrada y salida de los lugares habitados y asimismo se normalizé el Uso de pilastras y postes indicadores los cuales serian, construidos en hierro. La identificacién de las calles y las casas se convertira en la base de nuestra sefalizacién urbana, con lo cual se inicié el sistema de nomenclaturas de las calles y de la numeracion de las casas; de este modo 61 uso de las placas prolifer6 y se impuso hasta nuestro dias. Uno de los elementos que ha devenido mas indiscutiblemente universal en la sefalizacion es, la flecha; sus origenes estan en el gesto indicative de la mano con e! dedo indice tendido. De hecho el gesto ‘es un medio de comunicacion mas antiguo y mas uni- versal que el lenguaje; su funcion es evidentemente la de desencadenar una accién; en este sentido, el dedo indice tendido tiene un significado claro y conci- so. Parece que fueron los mongoles, que sabian sacar gran partido de su sorprendente organizacion militar, 46 Placa de la calle Desirée. Placa de 1619, Enseras romanas. Placa de entradas y sais de Giudades (1835) Tabla indicadore que se stuaba en entradas y salidas de los lugares habitade Bornes del sistem Perronet, 1768. Is, euarto de mila, media tres cuartos de mila, mila nreputicane» rtamental tipo (1913). DT de la SARTHE ECOMOY |REREISS LE MANS! Ki hie lames SEINE| foes SEINE] ET OISE Juco] |PARIS} per — tx | 45% PINE Oy fy LLEJUIF Ss) RIS O's l SAUMUR Ki Ki THOUE —| Scat Pasta indicadora fen intersecerones y ‘encruciadas. Poste de hierro fundioo, indicador en las intersecciones y bafureaciones de las rutas quienes concedian una consideracién téctica muy no- table a sus armas y una importancia psicol6gica a sus, flechas, porque ellas prolongaban el brazo y el indice tendido, creando asi una similitud visual y simbolica entre el dedo indicador y la flecha, (Ya sabemos que la historia se mezcla a veces con las leyendas una vez, institucionalizadas, por lo cual no parece muy seguro que la flecha senalética fuera una herencia de los mongoles). «En Europa —describe P-P. Darigo— es. ia imprenta de libros y mapas la que redescubre el uso de estos signos: la mano con su indice sefialando, di- bujada en los manuscritos religiosos para atraer la atencién sobre los pasajes importantes; la flecha, re- forzando el lenguaje de los gedgrafos para dar, desde €l siglo XVIll, la direccion a los cursos del agua, de las corrientes marinas y de los vientos. También los obje- tos de orientacién como la brijula, comportaban une flecha que marcaba la direccién de! Norte y de los vientos. Sin embargo, estos signos tomardn una pre- sencia excepcional en las placas indicadoras de las, ciudades... Faltara esperar la multiplicacion de los me- dios de transporte y la complejidad de los itinerarios, uurbanos para que la flecha se convierta en el simbolo, casi obsesivo de la circulacién». E| mundo comercial desarrolla paralelamente sus sistemas de sefiaizacién pubiicitaria y los estable- cimientos se adornan con una especie de herdldica funcional que reproduce emblematicamente los obje~ tos de cada actividad mercantil. Es un lenguaje rea- lista e inmediato, en absoluto simbélico, sino repre- sentativo: gafas gigantes, violines, paraguas, enor- mes pipas, pies y otros objetos-reclamo se incorporan, al paso por las viejas calles y plazas de las ciudades, cconstituyendo una singular decoracién urbana todavia presente. Parece como si la logica mercantil quisiera mostrar directamente y sin ambigiedad aquello que hace 0 vende, siguiendo la norma de! endoctrina- 48 aq s a 50 POS ies pape. El 25 de noviembre de 1889, Pierre-Benjamin Brousset publicaba en Francia, una monografia pi nera de 30 paginas: La circulation humaine par les sig- naux 4 terre. Este fasciculo contenia todas las innova~ Giones de la senalizacion que todavia hoy se aplican «El principio de ‘sefiales en el suelo’ —escribio— es. el de no imponerse al publico y dejar toda la libertad de accion individual en las diversas circunstancias de la vida privada, y ayudar a faciitar la decision de la ‘masa en todos los lugares sometidos a una reglamen- tacidn de orden interior y de seguridad general... En nombre del orden, la seguridad y la celeridad pubiicas, las ‘sefales en el suelo’ deben ser proclamadas e im- uestas por la ley para la unidad francesa». Con mayor precision la monografia descomponia la circulacién hu- mana en tres elementos: la Direccién sobre la que Uno se mueve, la Indicacién del recorrido seguir, y el Destino a alcanzar. Inspirados por las sefales mari- timas, las «sefales en el suelo» comportaban colores, formas e inscripciones cuyas combinaciones, simples, respondian a todas las exigencias de transmision de informacion que el progreso impondria — Los colores principales, que fueron pedidos en préstamo.a la marina, eran el verde, el rojo y el amarillo, junto con otros a titulo accesorio como el ne- gro y el blanco que, combinados entre si, definian la direccién en las situaciones mas ambiguas. — Las formas basadas en el uso de la flecha y de las manos seftalando, eran el elemento indicador, y presentaban ocho posiciones naturales por relacion 2 un punto dado, designadas normaimente por el gesto del brazo. Ademas, cada color tenia su forma propia para el uso de los dalténicos = Las inscripciones servian para precisar el destino, con la ayuda de abreviaturas convencionales, letras, flechas y dibujos: de dia en signos blancos so- bre fondo de color, de noche en forma luminosa Finalmente, la monografia clasificaba en «dos ‘grupos y cinco categorias las ‘senales en el suelo": las permanentes, las temporales, las circunstanciales, las ambulantes y las garantes; la racionalizacion y la esté- tica no eran extranas a esta codificacion... Veinte afios después, siguiendo la ley, este lenguaje visual de la circulacién caia en el dominio publico... y Pierre-Benja- min Brousset, en el olvido A principios de siglo, las diferentes necesida- des de sefializacién que hoy son tan evidentes, no ha- bian sido impuestas todavia a la atencién de las auto- ridades encargadas de la construccién y manteni- miento de los caminos y carreteras; fue la iniciativa privada la que tuvo el mérito de captar la necesidad de soluciones nuevas que eran suscitadas por el desa- rrollo rapido y el progreso del automévil (con lo cual desapareceria progresivamente el paraiso de los pea- tones ¥ ciclistas). Asi, las organizaciones donantes de sefales: Michelin, Renault, Citroen y el Touring Club, en Francia, igual como Pirelli y el Touring Club en Ita- lia, incorporaron sus firmas comerciales y sus marcas a los paneles y con ello la publicidad entraba modes- tamente en el campo de la sefalizacién a través de estos soportes de servicio publico, En 1904, y continuando el camino de la norma- lizacion, el Touring Club de Francia mandaba colocar los primeros paneles de prescripcion para automovilis tas y ciclistas, situandolos a 200 metros del punto a sefialar, El primero de diciembre de 1908, en el Ter. Congrés Intemational de la Route, se adoptarian cua tro sefales de obstaculos: vado, viraje, paso a nivel y cruce. Los indicadores serian situados a la derecha de la ruta, en la direccion del obstaculo, en los paises donde se circula por la derecha, y a la izquierda en los paises donde la circulacién se hace por la izquierda (4) Op cit, 54 1 Partie - Direction Couleurs. ‘2 Partie - Indication, Formes. - Bt attendee, nsritons, 3 Pas 4 Partie - Abréviations. ‘Te Parti Lew Signaus de grande datance, 5 Partie - Couleurs accessoires. 6 Partie - Couleurs c: Les couleurs par les formes. Scz 55 Los discos estarian enclavados a 250 metros del obstaculo, perpendiculares al eje de la ruta, y la base, a 2,75 m del suelo. Para las sefiales de obstacu: los 0 de peligro se determinarian tres sistemas infor- macionales: ia designacién en lengua vulgar. el signo simbélico 0 pictografico reprodu ciendo la figura del objeto o causa del — la sefal de advertencia pura y simple, como ung flecha, anunciando la proximidad al lugar del peli gro, y el propio peligro, La inscripcion sera blanca sot Las placas de obstaculos seran circulares, para distin: guirlas de las placas rectangulares de direccion. Asi Por medio de la forma misma comprendida como signo de circulates ya son ellas mis: mas una advertencia, Las pancartas nacieron de la necesidad ribir los nombres de las poblacion dencia con los mapas y guias automovilsticas. Una placa inglesa: Drive Slowly - Th dio la idea de afiadir la expresidn Reducir al nombre de la localidad, que seria situado a la entrada, y Gracias que seria re- servado @ la salida. Para reforzar todavia la invitacion con una llamada a la sensibilidad, se afadia la men- cién: i6n a los ninos. La Sociedad de las Nacio- nes habia pro onstituyé el p ier esfuerzo de unificacion de las senales de peligro y en 1931 consiguid en Ginebra la firma de un conv: nio internacional sobre la unificacién de la sefializacion vial. Esta preveia esencialmente tres tipos de sefiales. las sehales de peligro, triangulares y de color amarilo, las sefales de prescripciones absolutas, circ de color rojo, y las sefiales de indicacién, re res y de color azul. En 1934 se prohibid ia publicidad en los paneles de tréfico, prohibicion que persiste e la actualidad, si bien los dorsos de los paneles har de in en cortespon: 56 [eon oF wicneum ) Sera rer NUR RCT y sido motivo de expl en det Nn publicitaria recientemente El considerable aumento del numero de vehicu: los en circulacién en las grandes ciudades hizo nece. sario el estudio de medios propios para asegui desplazamiento de los usuarios en las mejores ciones de seguridad durante el dia y tambi De aqui derivé el uso de senales luminosas {De dénde proc: n de los colore: Sefializacién luminosa? Esencialmente, en princip la marina; en el Mediterraneo todos los pueblos 2 guos han tenido su marina, y muy pronto tuvieron ne- cesidad de establecer convenios para navegar y com: battr: velas tenidas, luces de alarma, seméforos, faros verdes a estribor y rojos a babor. En 1818, Inglaterra, potencia reinante en los mares, habia tomado la inicia: tiva de codificar todas las sefiales marinas, y més tar de, con el advenimiento del ferrocarrl, adopt una aplicacién simplificada: la seleccién de tres colores para las sefiales ferroviarias. Los primeros ensayo! efectuados en Londres en 1838 consistieron en la ins: talacion de un semaforo actogonal equipado con un parabélico para enviar sefiales luminosas a lo: ervicio nocturno. Est propuesto por el ingeniero John Knight para la seguridad ferrovis ta constabe dels colores oj, verde y blanco, y con tribuyé notablemente, por su eficacia, al éxito de este medio de transporte. No es extrano que esta solucion a los problemas de la segur foviaria fuera ap! cad: 1868 a la circulacién confusa y agresiva de Londres. En 1914, América, en plena expansién de la in dustria automovilistica, redescubre a su vez el uso de las luces bicolores en Cleveland, y después tricolore: en New York. En Paris (1926) se instalaron los prime- ros semaforos de un sola color: rojo, que eran dirig dos por un simple interruptor rotativo manual. Se trenes sist & BatCaNzA =a 87 comprobé muy répidamente que este procedimiento era peligroso, y ademas, la regulacién del tréfico re- queria el control de un agente policial. Nuevos ensa- yos tuvieron lugar en 1926 en Inglaterra y Alemania, y se lego finalmente a la conclusion de yuxtaponer Una luz verde a la roja; [a alterancia de los dos colo- res indicaba sin error si el paso estaba libre. Pero la ssbita aparicion de la luz roja de prohibicién y despues el verde de autorizacién obligaba a paradas brutales que causaron numerosos accidentes. Entonces se imaginé la conveniencia de anteponer a la luz roja, du- rante dos 0 tres segundos, una luz amarilla que adver- tia reduccion de velocidad. La luz roja fue, en principio, acompanada del funcionamiento de un timbre sonoro que, gracias a las quejas de los vecinos —pues era notabiemente escandaloso—, fue reemplazado por un gong, el cual 2 su vez pronto fue suprimido. De todos modos se imponian necesidades cre- cientes debido al auge del automévil y al desarrollo de los transportes por carretera, lo cual obligaba a constantes esfuerzos para dotar, a los automoviistas especialmente, de todas las informaciones que eran requeridas, asi como las normas para la maxima efica; cia ¥ seguridad. Desde 1936, la Asamblea de la Socie- dad de las Naciones habia reconocido que la Conven- ion de 1931 no respondia con exactitud a las necesi- dades de la circullacién y debia ser objeto de una revi- sién. Los trabajos de esta Asamblea, retomados por la Comisién de Transportes y Comunicaciones de la ONU desembocaron con la firma, en Ginebra, el 19 de septiembre de 1949, de un protocolo sobre la se- fializacién de carreteras destinado a substituir la Con- vencién de 1931. Mientras que ésta no era sino un primer ensayo de unificacién de los principios y las se- fales esenciales, el protocolo es una verdadera ins- truccién detallada que fija para todo el mundo las for- mas, las dimensiones, los colores y las condiciones de implantacién, no solamente para las sefales ya empleadas hasta entonces, sino tambien para aque- llas que podrian ser necesarias en el futuro. Establecia la preeminencia de los simbolos, y las eventuales ins- cripciones no tendrian mas que el caracter de indica- iones adicionales. Este texto prevela ademas la limi- tacién del numero de sefiales al minimo necesario. A medida que la circulacién vial se desarrollaba en los diferentes paises sobre todo de Europa y que, parale- lamente, el turismo intemacional y los intercambios econémicos tomaban una importancia creciente, apa- recid la necesidad de establecer regias comunes que ‘se encontrarian obligatoriamente en los diferentes c6- digos de la circulacion. Este fue el objeto de la Confe- rencia de las Naciones Unidas sobre la Circulacién por Carretera (Viena 7 de octubre al 8 de noviembre de 1968), en la que se tomaran importantes acuerdos so bre dos grandes capitulos: Convencian sobre la circu- Jacién vial y Convencion sobre la sefializacion vial, que constan literalmente asi en el Acta final: «Hecha en Viena el dia ocho de noviembre de mil novecientos sesenta y ocho, en un soio ejemplar en chino, espa- fol, francés, inglés y ruso, siendo los cinco textos igualmente autenticos» La Convencion sobre la circulacién vial regulaba la circulacién por medio de 56 articulos que integraban 6 capitulos y se acompafaban de 7 anexos. Dichos capitulos se referian a: Generalidades, Reglas aplica- bles a la circulacién vial, Condiciones que han de reu- nir los automeviles y los remolques para ser admitidos en circulacién internacional, Conductores de automé- viles, Condiciones que han de reunir los ciclos y los ciclomotores para ser admitidos en circulacion interna- ional, Disposiciones finales. La Convencion sobre la sefializacién vial cons- taba de 48 articulos y 9 anexos, los cuales integraban a su vez 6 capitulos: Generalidades, Sefales viales, 58 60 Seméforos, Marcas viales, Varios, Disposiciones fina- les y conclusiones. Tal conjunto de normas asegura, por supuesto, la universalidad de los sistemas de sefalizacién, los cuales se basan tanto por lo que afecta a las disposi- ciones de circulacion y los emplazamientos de marcas Sefiales, como por lo que respecta a las marcas y sefales, én un empirismo notablemente pragmético y en una redundancia esencial, tanto de las situacio- res (totalmente previsibles) como de las sefiales (to- talmente institucionalizadas) En esta misma Convencién de Viena se pusie- ron también de manifiesto una serie de dificultades casi insuperables. En efecto, el continente americano no podia aliarse a la senalizacion europea tal como se habia venido desarrollando desde sus origenes (Con- venciones de 1909, 1926, 1931 y protocolo de 1949), puesto que los americanos habian adoptado una seria~ lizacién diferente en todos sus puntos: formas, colo: res, inscripciones en las sefales en lugar de los sim- bolos previstos en las Convenciones europeas. Euro- a, por su parte, no podia abandonar la forma triangu- lar de las senales de peligro que, durante muchos afios, habian condicionado los reflejos de los conduc: tores: reciprocamente, el continente americano no ha podido aceptar su adopcion ya que toda su sefaliza- Gién de peligro estaba inscrita en un recuadro asen- tado sobre uno de sus vértices. La misma oposicion tuvo efecto para las sefales stop, aunque éste no se- ria un obstaculo grave para la seguridad. La Conven- cién dejé, pues, la facultad de adoptar una u otra de las soluciones propuestas. Por contra, el resultado mas importante que se obtuvo en Viena fue el aban- dono, por parte del continente americano, de la ins- cripcién en las sefales de indicaciones en la lengua nacional, y la adopcién en su lugar de los simbolos de la sefalizacion europea. Por otra parte fue admitido que deberia realizarse una uniformizacién total de las, sefiales por continente. Los Estados europeos se reu- nirian, por tanto, para realizar un cédigo europeo de la circulaci6n y sefializacién. La Convencion de Viena so- bre la sefalizacion es una verdadera carta internacio- nal que deberia evitar en el futuro todas las diferen- cias lamentables que han sido instauradas, a pesar del acuerdo de 1949, y facilitar una unidad por continente @ falta de una unificacion mundial A partir de 1971 se amplia la sefializacién viaria con ayuda de la sefalizacion perpendicular, la sefaliza- cién aérea para las direcciones, y la sefializacion hori zontal para el marcaje y el balizaje. Las caracteristicas de la circulacion por carretera (alta velocidad, volumen del parque de automéviles, aumento de las autopis- tas, relajamiento posible de la atencidn y fatiga de los, conductores, debido a la monotonia de los largos re- corridos) hacen de la sefalizacion, y més todavia en carretera, un elemento esencial de seguridad y de fa- Gllidad de circulacion. La visibilidad de un panel de- pende de su implantacion; por eso la seleccién de su ‘emplazamiento esté condicionada por la disposicion de los lugares. La sefalizacion aérea instalada en por- ticos por encima de las autopistas, y todas las prese- fializaciones, devienen de este principio. La legibilidad de los paneles de direccién se asegura por medio de na ampliacion de las dimensiones de las sefales, Una simplificacién de los colores (fondo azul para las, autopistas, fondo blanco para las carreteras), una codi- ficacion para los caracteres de inscripcién, flechas di- reccionales, simbolos y siluetas, la iluminacién y la re- flectorizacion de las inscripciones y marcas blancas 0 amarilas. Las marcas en las calzadas son abundante~ mente utilizadas para regular la circulaci6n, guiar o ad- vertir a los usuarios de las rutas. Las flechas y simbo- los en el suelo son anamorfoseados con el fin de alar- gar las inscripciones en el sentido de la direccion a a seguir y hacerlas legibles a pesar de! angulo muy débil desde el cual son percibidas por el conductor. A través, pues, de esta larga evolucién de las sefalizaciones —es decir, el uso de determinadas se- ales que ya forman parte de la cultura cotidiana, y de la progresiva formalizacion de un.sistema que ya constituye una normativa practicamente internacio- nal—, se ha ido instaurando un lenguaje que podria- mos calificar de planetario, o casi, y que se extiende bordeando todo el tejido de las rutas que cruzan el mundo e incorporandose a la piel de las carreteras, Las sefales perpendiculares y las senales marcadas en el suelo configuran en sintesis los dos grandes so- portes de la sefializacion vial En las paginas que siguen se ilustra el desarro- llo de la senalizacion vial a partir de los intentos mas consistentes de codificacion y. normalizacién en el sentido mas completo, TTOURING-CLUB_DE FRANCE CYCLISTES, ATTENTION 1 . DESCENTE RAPIDE velocipédica de! TOURNANT DANGEREUX Testo Gane i Fo 62 Sistema df alon Club de Francia 1902), ee) miento del Touring RALENTIR PARIS. BORDEAUX CHATEAUDUN [Fourisecivewrrance) frogs . FC ATTENTION! i) [sears | Wee 4 Easy IEE. MK. ©99000 99008 — AAAAAAAA AAAAAAAAA AMAAAAAA ai ECOUEN 6 _PARIS 26 be THIS 15 r= Bi END 7, PLAINFIELDJSOMERVILLE, 9 THE AUTOMOBILE CLUB OF PHILADELPHIA. 7 BELLYMO RE [34 L4 ATH LUAIN 27 ATHLO! 68 Lela NO PASSING| SPEED) & NO QUIET, picycles| | ZONE otter CaP FAR ICOn 75 SR 7B | 17 ® ATAMI | km 22 2 KF MB iS! '8, ae or ow i a La Conferencia de as Naciones Unidas Las aisposiciones y los documentos que alll Este pliego de documentos tiene le ‘sobre le crculacién por carretera, que se se aprotaron concernientes 2 la condicin de ser une recopiscion historia ‘elebro en Vien del 7 d0 octubre al 8 de Senalzacion consttuyan Un total de 270 de serales de interés para el grafsta, rnoviembre de 1968, emitié una Acta final figuras, de las cuales, 34 son diagramas {que trataba de la Convencion sobre la __normativos para le aplicacion de seftales en Gireulacion y la Convencion sabre Gl suelo, La 176 restantas 809 Sefalzacion En esta Conferencia repreducciones de las sefales, simbolos y testuviron representados los Gobiernos de places que fueron asimismo vaidadas 71 Estados de todo el mundo, or la Conferencia, Diagrams 21 78 sprobades en aquela Convencién ignfcatvas dosde ni de los anexos 1a) 79 Normas recomendadas para él tazado en perspectiva de las flechas que den a la vez la indicacion de continuar en Ninea recta y la Ge Birr 80 81 ROvO AZUL AMARILLO VERDE SIMBOLOS DE COLORES 5 4, 4, 10° 4,13 4,12 apie 5 O@O A,16° angola sere fo 2" Sage AGN EE sss a eZ A 25 A, 26 dye A, a, 29% A, 29 A, 29 86 are By 8, 7° OD: @ @: 6: @). 649): ©): (%): @® @ @ oO! 1300 Me Gi 130 i 1352 c C, 14 DOUANE im ZOLL C, 16 c, 17° 9 0, 19 pb, 1? 93 Lomal Dul n[42] Kronland @ Potten End 2 Gaddesden 3% Ashridge 4 See 17 Stockholm 7%; 50 = TEJERIAS 7 © 5! E, 6 96 “m= TEJERIAS -+ B, 6° E, 10 £, 13° 97 E,19 E,20 m F,6 7, F, 10 Fu 100 ee] 401 De la sefializacion a la sefalética La movilidad social no se manifiesta solamente fn las autopistas; la complejidad de la vida contempo- ranea no esté presente exclusivamente en la circula- ciaon rodada y peatonal. Es la misma organizacién so- cial, con sus instituciones, sus comercios y con la can- tidad y variedad de servicios que ofrece, la que inter- one una serie de wescenarios» sucesivos en la trama de la vida cotidiana, que los individuos estan obligados a atravesar, a circular en ellos y realizar acciones y operaciones diversas y no siempre sencilas. ‘Asi nacen, por necesidad, una serie mas evolu- ionada de sistemas de informacién y orientacién en, el espacio y en las cosas: la serialética. Estas necesi- dades son las que definen su naturaleza, sus caracte- risticas y sus funciones, las cuales serén estudiadas tomando como referencia su prictica antecesora: la sefializacién vial El curso de las evoluciones que ha experimen- tado la sefializacién cuando todavia no se llamaba asi, esto es, desde la Antigledad hasta el desarrollo alcan- zado en nuestros dias, muestra claramente una ten- dencia progresiva que va de la intuicién que llevo los individuos a «poner seftales» donde todavia no ha- bia caminos —sefializar equivalia entonces a «trazar ‘caminos» para orientacién de los viajeros—, a la acti- tud empirica fundada en la observacién directa de los hechos, la experiencia y la préctica —que continua a través de los siglos hasta la Edad Media—, hasta los primeros intentos de la mentalidad racionalista para reglamentar la circulacién, en 1607, y la voluntad cre- ciente de normalizar y sistematizar los procedimientos de la informacion por sefales. La linea de universo de esta evolucién presenta una inflexién evidente con el crecimiento de las ciudades y los pueblos, y de la in- dustria automovilistica junto con la progresion y el per- feccionamiento de las redes viales, el desarrollo de la industria turistica y de la movilidad social La sefalizacion vial —una practica tan empirica en el fondo y tan redundante en Ia forma y la técnica de su utilizacién— evolucioné més tarde con la aplicacién del principio de «senalizary, a necesidades menos genéricas y més particulares de informacién instantanea. La proliferacion de la movilidad social, de los servicios publicos y privados, y del sistema de ‘consumo de libre concurrencia, llevaron el principio de sefalizar a desarrollar programas para necesidades especificas que son el objeto de la senalétic ismo y redundancia de la sefializacién Sin embargo, el fundamento de la sefializacion es y sigue siendo empirico. La observacién de los he- hos diarios, la experiencia basada en los hechos pre- cedentes y la préctica, ayudados por el control esta- distico, son las bases que han dado lugar a las suce- sivas Convenciones, Comisiones y acuerdos interna- cionales, relativamente recientes (principios de siglo), los cuales han desembocado en el sistema vial actual Este apenas sufre variaciones conceptuales y técni- cas, y si bien la informatica ha sido aplicada a la ges- tion reguladora de los flujos, esto no modifica de he- cho el «sistema de sefializacion» propiamente dicho, que conserva los criterios, los c6digos, el lenguaje y las normas, practicamente sin cambios. Si en la sefalizacion los problemas son conoc- dos previamente gracias a la observacién empirica, también lo son las sefiales y sus cédigos, esto es, las soluciones. Los signos han sido ya aprendidos y me- morizados por los usuarios, y asi institucionalizados, forman parte de la cultura visual de nuestro tiempo. (EI aprendizaje, no obstante, deberia hacerse desde las escuelas primarias y no cuando se alcanza la edad reglamentaria para conducir un vehiculo; el razona- miento pedagégico tradicional es erréneo en este sen- tido, va que el cédigo de la circulacién no es exclusive para una parte solamente de sus usuarios: los que cir- culan sobre un motor, sino también para los peatones, que es la condicién elemental del homo erectus que somos todos antes de ser conductores) La necesidad de alternar los fiujos de peatones y de vehiculos es una necesidad universal, como la de regularlos en un cruce, advertir de un peligro 0 de la urgencia de reducir la velocidad en determinados lugares. Todas estas situaciones son perfectamente previstas por la sefializacién; hasta localizar los pun- 402 tosclave en el espacio real y situarlos sobre el plano © el mapa de la ciudad 0 de carreteras, y aplicar el elemento sefializador que le corresponde, de acuerdo a unas normas estrictas de implantacién. Estos ele- mentos, que constituyen un catalogo de objetos per- fectamente definido, estén ya previamente construl- dos y disponibles para su instalacién: son los semafo- ros, paneles, discos, etc. Sus tamarios, escalas, mate- Tiales, los métodos de fabricacién, los sistemas de ilu minacion y de montaje, han sido definidos con preci sién en un pliego de condiciones técnicas que, a su vez, incluye todo el conjunto de reglas para el enclava: miento de cada sefal: distancias del punto que se anuncia 0 del peligro préximo, alturas, fijacion, instala cin, posicién de las sefiales en relacion con el peaton y el automovilista, funcionamientos automaticos, not mas para el mantenimiento. Por consiguiente, el sis. tema de senalizacion vial es un sistema cerrado, inva: riante, concluso practicamente —salvo nuevas necesi dades, que siempre serdn variables del sistema exis: tente— y dispuesto para su uso. En definitiva, «sefalizar no es sino la accién de aplicar sefiales existentes a priori, a problemas siempre repetidos. Es obvio que estas situaciones problematicas son bien canocidas y estan tipificadas en un listado estadistico de problemas que se repiten indefinidamente: paso de peatones, stop, precaucién, virgjz, bus, peligro, etc. Sun situaciones absoluta: mente presentes en la circulacion viaria mundial. He ‘aqui, pues, el empirismo y la redundancia, dos facto- res implicitos en la sefalizacién y que difieren de la sefalética, sena ad Pa 4 La sefializacién y el entorno Por otro lado conviene examinar, ademas de lo anterior y de las relaciones de las sefales con los au- tomovilistas y los peatones —cuestion que ya hemos considerado—, sus relaciones con e! espacio exterior: el entorno. Todo el conjunto de elementos y operacio- nes de sefalizacion, asi como su resultado, compo- rnen una especie de «balizacién» del mundo, una pun- tuacién del espacio circulatorio, los itinerarios y el pai- saje (rural y urbano, carretera y autopista). De este ‘modo, el entorno permanece como un telon de fondo indiferente, sin que al ser funcionalizado por secuen- cias de sefales, sufra ninguna modificacién esencial en el sentido topolégico ni ecoldgico. La sefializacion no altera la configuracion del entomo ni se supedita a él, puesto que es concebida y percibida como un afia- dido necesario, y por ello justificado, Esto recuerda bastante claramente la idea de un escenario (el medio ambiente) y, por otra parte, las escenas que en él se desarrollan: la circulacién vial. La sefalizacion solo se interesa —comprensiblemente— por esta itima. Sefalizar, por tanto, no requiere una adaptacién especial a la morfologia del paisaje 0 del entorno, ni Su «estilon; el centro de una gran ciudad, un barrio industrial 0 una zona residencial, antigua o monumen- tal, 0 una urbanizacin moderna, emplean indistinta- mente los mismos signos y los elementos fisivus, y los mismos principios de sefializacion. Por eso mis- mo, ésta no altera el aspecto general del entorno, y menos atin, puede imprimirle un cardcter 0 reforzar su propia personalidad. La sefalizacién urbana o vial incorpora elementos que, por ser estandarizados, crean un efecto uniforme, indiferenciado ¢ incluso despersonalizado desde el punto de vista de la identi- dad y la imagen propia de cada ciudad y de cada pai- saje, como un tributo que debe rendirse a la funciona- lidad y a la seguridad®. La sefializacion, junto con el amueblamiento urbano —semaforos, postes, farolas, fuentes, bancos, papeleras, cabinas telefénicas, pane- les publicitarios, etc.—, constituye un surtido de obje- tos a menudo extranios al paisaje, cuya presencia con- tribuye a diluir el cardcter particular de pueblos y ciu- dades. En las poblaciones que son consideradas mo- numentos histéricos y artisticos, y que cuentan con Un contro! administrativo que tipifica las clases de r6- tulos y ensefas permitidos y regula su proliferacién, la sefalizacién vial, no obstante, no esté afectada por 50, y seria itrealista pensar que, por razones pura- mente estéticas, debiera crearse una sefializacion es- pecial para estos casos —que se resuelven, en parte, ‘con la supresion del trafico rodado—. No es imagina- ble un sisterna de sefializacion especial para cada pais, cada region, cada ciudad, cada pueblo, enfren- tando el razonamiento estético a la razon de ser de la sefializacién. Ninguin organismo o autoridad ha discu- ‘ido su cometido, que es esencialmente la orientacion y la Seguridad de los individuos. Las microextensiones de la sefializacion ‘Ya hemos subrayado las dos facetas principa~ les de la sefializacién: su normalizacién —universal dad— y su empirismo. Este empirismo implicito en la accidn de sefdlizar se exlivnde 2 su vee, CUIIU UI fe flgjo de su omnipresencia en el espacio, a otros cam- os sociolégicamente menos relevantes: la vida cot diana de los grupos humanos y de los individuos. Si bien estas extensiones de la sefalizacion en los mini y microgrupos sociales y la privacidad de los indivi- (5) Enese sentido constituyen excepciones interesantes las aports- Clones de Canduro y Martino, por elemplo, en la sefalzacion de la Avenida Paulista, en el centro de Séo Pauio, 104 duos, son cualitativa y cuantitativamente desdefia- bles, no podemos dejar de mencionarios en este estu- dio, donde pretendemos incluir todos los desdobla- mientos de la sefializacién como referencia para exa- minar después, comparativamente, las facetas que constituyen la disciplina sefalética Se trata en primer lugar de las necesidades que sienten los grupos y organizaciones, de poner sefiales identificadoras e indicadoras a los objetos y los espa- cios de su entomno inmediato en una actitud pragma- tica que casi roza la banalidad; son las indicaciones, mas 0 menos normalizadas, que encontramos en la vida diaria, en las oficinas, los comercios, los locales semipiblicos: empujar, tirar, lavabos, teléfono, no fu- mat, perros no, etc. La industria ha desarrollado para ello una serie de productos en forma de letras transfe- ribles y rotulos adhesivos que reproducen los picto- gramas mas extendidos de la sefalética (no furnar, no pasar, perros no, teléfono, lavabos mujeres, lavabos hombres, etc.), y se encuentran abundantemente a la venta en papelerias, drugstores, supermercados. Ob- sérvese como persiste aqui el empirismo sefalizador y [a exigencia a priori del cédigo y de los elementos fisicos de ese cédigo —si bien se han tomado presta- dos los pictogramas pertenecientes a la sefalética, de lo cual trataremos con mas detalle después— En Ultimo témino evocaremos ahora otra di- mensién de esta practicidad, conoretamente en el te- rreno familiar y personal, Desde la etiqueta que se ad- hiere sobre el tarro de mermelada y la rotulacion del tipo Dymo para usos burocraticos y caseros, hasta la Clasificacién de cajones, carpetas y dossiers, surge todo el universo do it yourself de la seftalacién y el marcaje. Ultimo reducto de una practica universal. He aqui, pues brevemente consideradas, las microexten- siones de la sefialzacion en la vida cotidiana de los ‘grupos y los individuos. Lo més importante a efectos de caracterizar la sefalizacién por relacion a la senalética como dos practicas en parte semejantes y en gran parte diferen- tes, serd recordar los rasgos que hasta aqui hemos mencionado y que sera practico resumir asi: © Empirismo # Cédigo preexistente Sofalizacion © Sefales preexistentes ‘© Normalizacién de los casos © Uniformizacién del entorno Sin embargo, esta practica tan enormemente extendida como acabamos de ver, no significa el paso de la sefalizacion a la sefaletica, ya que la segunda no es exactamente una continuacion técnica de la pri- mera, sino que mas bien ésta delimita ambos campos ‘como areas substancialmente diferentes, aunque su- perficialmente pueden aparecer como equivalentes & incluso idénticas. Para el usuario itinerante de espa- ios —abiertos y cerrados— que somos todos, ¢qué diferencia hay entre un prohibido el paso para los vehi- culos que circulan por la ciudad, y un prohibido el paso situado en los pasillos de unos grandes almacenes? Cuando el signo que indica prohibido estacionarse y €! que indica prohibido fumar, parten del mismo (cit- ‘culo en rojo con una barra inclinada en su interior), s6lo que se cambia el objeto de la prohibicién: silueta de un coche o cigarrilo humeante, {qué nos indica en- tonces que en un caso se trate de seftalizacién y en el otro de sefalética? Las similitudes —parciales— enmascaran lo esencial, que no esta precisamente tanto en lo que se ve como en lo que no se manifies- ta, es decir, el concepto, el programa, el disefio de cada caso especifico como punto basico de la disci plina senalética. Esto es lo que vamos a analizar @ con- tinuacién 105 Podemos hablar, en efecto, de las ‘mioroextensiones dela senalizacion, que es una senalétice ela vida cotciana de fos Indwiduos en su lugar de trabajo: oficinas, omercas, locales sempubicos y pubiicos Para cubvi estas pequefas necesidades de |a funcionalidad en sus niveles mas ‘omentes, fg industria ha desarolado una Sere do Soluciones sabre matenales ‘iversos de fi apicacion que se ‘encuentran disponibles en los comercios. Foto: Antonio Blanco PROHIBIDO NS Los dominios de la senalética Sigamos_considerando por el momento el mundo de la circulacién y los transportes. Este se puede clasificar en cuatro grandes areas: ~ irculaci6n de superficie: a), terrestre, que est constituida por los desplazamientos horizontales de peatones, vehiculos motorizados (privados y pabl cos}, vias férreas, y b), naval, representada por el ‘transporte maritimo; — circulacién aérea, que incluye las redes de! ‘transporte por avion — circulacion subterrénea, que esté consti- tuida por el transporte en metro; — circulacion vertical, ejemplificada por las es- caleras, ascensores y escaleras mecénicas. Todo este conjunto de redes, itinerarios y me- dios materiales comporta dos clases de circulacion: en exteriores @ intenores. También abarca, en su or- . ry ‘ ane i one or, Q Gir g@ ~ 2 175 as Aiete ute En rigor no es posible afirmar que exista una tipografia especifica y exclusivamente sefalética. Lo que si existe son unas determinadas condiciones practicas que hacen que no todos los caracteres tipo- agraficos sean aptos para la funcién sefialética. ¢Cuales son estas condiciones? Obviamente, se encuentran en el origen mismo de los principios de esta ciencia de las sefales visuales en el espacio; principios que, aunque han sido citados con frecuencia en esta obra, es necesario retener (brevedad informativa, claridad, sencillez formal, sintesis, comunicabilidad instants. Nea), principios que han de transferirse asimismo al Uso de la tipografia Las tipografias utilizadas en sefalética corres- ponden, pues, a las premisas de visibilidad e inteligibi- lidad inmediatas. Si existiera, por tanto, una tipografia sefialética, ésta seria la mas apta para cumplir con la mayor eficacia tales premisas de funcionalidad. Es de- ci, seria la que ofreciera una mayor legibilidad a dis- tancia —habida cuenta el tamafo de la letra en fun- cién de la distancia de lectura—, sin ambigdedad \la letra a y la 0 de la Futura tienen el riesgo de ser con- fundidas) y con el minimo tiempo. Si procediéramos, pues, por exclusién en la se- leccién de caracteres tipogréficos sefialéticos, recha- zariamos, en primer lugar, los caracteres menos nor malizados, es decir, aquellos que tienen los trazos mas libres y que imitan la espontaneidad irregular de la escritura manual. En segundo lugar serian excluidos los caracteres de fantasia, en los cuales, la anécdota y la edoble lectura» predominan sobre ia pureza del trazo, También serian rehusados los caracteres orna- mentales y ornamentados, ya que el ormamento es siempre un afadido gratuito, si no es por la intencion estética, y dificilmente justificable desde un criterio estrictamente utiitarista: es el principio mismo que suprime los detalles accesorios con el fin de privilegiar la estructura esencial, el esquema icénico. Conti- huando asi una clasificacién tipografica basada en la mayor simplicidad formal y la maxima inteligibilidad, se suprimiran sucesivamente los caracteres cuyos ter- minales presenten adomos; los que poseen poca mancha, 0 demasiada mancha; los excesivamente abiertos y los excesivamente cerrados y compactos; los que solamente poseen letras mayusculas, pues sabemos que, en las frases largas, son menos legi- bles que las minusculas. Por este proceso de seleccién se llega necesa- riamente a los caracteres lineales, de trazo practica- mente uniforme. La Univers, disefiada por Adrian Fru- tiger, se considera la tipografia que mejor cumple los requisitos de la sefialética, aunque también es notable el alfabeto Roissy que el mismo Frutiger disefié para el aeropuerto Charles de Gaulle o la que bauti26 con Su propio nombre, A veces hay una modulacién del ‘azo, como en la Optima la Antigua Oliva, por ejem- Plo, lo cual, al tiempo que no afecta negativamente la legibilidad, aporta a la letra un rasgo de elegancia (An- tigua Oliva) y de refinamiento (Optima). Estas tipogra- fias mencionadas son las de uso mas frecuente en se- falética, especialmente por el equilibrio de las relacio- nes entre el grosor del trazo, el disefiolimpio y propor- ionado, y la abertura del ojo» tipogréfico. A propo- sito de estas consideraciones sobre la seleccién de los caracteres mas aptos para la funcién sefalética, seré instructivo consultar el volumen de esta Enciclo- Pedia, dirigido por Gérard Blanchard, sobre la Tipogra- fia: en él se encuentran consideraciones de utilidad para el disenador de programas. Las variaciones formales que presenta cada fa- milia tipogréfica, son la estructura (redonda, estrecha, anchal, la orientacién (recta, cursiva) y el valor (fina, 176 sefelsteo son aquilles que offecen, an primer lugar, un ince mas alto de fegibisad, y por tanto, una mayor concrecién formal y rapidee de lectura, ‘gracias a! equiévio adecuado entre [as roporciones de sus trazos i obertura de) estilstcas y expresionistas Univers Antigua Oliva Frutiger Optima Univers Antigua Oliva Frutiger Optima seminegra, negra, supernegra, ademas de la caja (alta y baja). Estas variaciones ofrecen recursos combinato rios sobrados para utilizar una familia tipogratica Unica —imprescindible en sefalética— incluso cuando con: viene establecer una jerarquizacién de los items infor macionales textuales. Por ejemplo, en un directorio general donde debe incluirse toda la informacion, de bidamente estructurada, de modo que queden dife- renciados los capitulos principales: plantas del edif cio, departamentos, secciones, servicios generales, servicios especificos, etc. Este problema —que asi- mismo admite otra clase de soluciones no tipograti cas, sino crométicas, por ejemplo, 0 ambas— ad- Quiere una dimensién mas compleja cuando se trata de informaciones expresadas en diferentes idiomas. Por consiguiente, la disponibilidad de las variaciones tipograticas facilita una organizacion eficiente de los textos numerosos o plurlingues. Otro aspecto importante que debe tenerse en cuenta en la eleccién de la tipogratia sefalética es el de las connotaciones o la psicologia y la estética de la letra. La connotacién no es pues un factor de legi- bilidad, sino de significacién; una significacién que la tipografia superpone al valor semantico de la palabra escrita. Por consiguiente, si éste no es un elemento de legibilidad, es, por supuesto, un factor de comuni cacién. No tanto de la comunicacién directa y eviden- te, como por ejemplo, la que contiene la palabra Bi. biioteca, pero si de la informacion indirect, solapada ue es transmitida por una gratia que puede, ademas acentuar la idea de cultura Podemos decir, en principio, que toda tipagra- fia utiizada en senalética connota funcionalidad y, por supuesto, evoca més facilmente modernidad que cla- sicismo. La claridad y ausencia de adomos se asocia al cometido utiltario, También incide, reciprocamente, en esta connotacién de funcionalidad, la propia final 17 Hotetica Helvetica Heleica Notvetien Helvetica Helvetica Heveica Helvetiea Helvetica Helvetica Helvetica Helvetica Helvetica Helvetica Helvetica Helvetica Helvetica HelveticaHelveticaHelvetica HelveticaHelvetica HelveticaHelvetica HelveticaHelveticaHelvetica HelveticaHelveticaHelvetica Helvetica elvetica Helvetica Helvetica Helvetica Helvetiostelvetica Helvetica Helvetica Helvetica Helvetica Helvetica Helvetica Helvetica Helvetica 178 dad sefalética, ya que la misma tipogratia, incorpo- rada a otto contexto —por ejemplo, a la etiqueta de Un producto de perfumeria— recibiria, por transferen- cia, otras connotaciones diferentes. Sin embargo, esta funcionalidad implicita en las tipografias sefaléticas supone una cierta impersonali- dad a causa de su «neutralidadn esencial. Y es esta neutralidad, precisamente, la que hace que estas tipo- grafias sean tan adaptables a los programas senaléti- Cos. Por esta razon de impersonalidad, ciertos progra- mas como el del Centre Georges Pompidou, de Paris, han adoptado una tipografia diferenciada de la utili zada mayoritariamente en sefalética. Es el caso tam- bién del programa sefalético para interiores de ofici- rnas del Banco Hispano Americano, que ha «innovadon la tipogratia Univers aplicéndole un tratamiento textu- rado, el cual la integra al estilo de la identidad corpo- rativa de dicho banco, Conviene afiadir que, en estos casos, la necesi- dad de una lectura instantanea es menos imperiosa —la informacion se busca menos apresuradamente— yesta circunstancia permite determinadas variaciones ¥ tratamientos gréficos que, en el caso de unos gran- des almacenes, por ejemplo, donde predomina la pro- fusion de estimulos visuales, no serian viables debido a la conveniencia de que la informacién sefialética sea perfectamente localizable —por lo cual debe ser mas pregnante— y destaque taciimente del resto de solic taciones visuales, tan variadas y abigarradas en un gran centro comercial Vamos a tratar ahora de otro aspecto impor- tante concerniente a la utiizacién dela tipografia: ol problema redaccional y semédntico a él vinculado, y el Critetio grafico. En primer lugar debe huirse del uso de abrevia- turas, sobre todo cuando pueden inducir a error. Por ejemplo, la letra P seguida de un punto, y situada an- tes de un nombre propio (P. de! Carmenl, puede sig- hificar Puerta, Paseo, Plaza, Puente, Paso o Puerto. Tampoco deben utlizarse abreviaturas cuando es irre- levante el espacio que con ello se ganaria. Por ejem- plo, Pza. = 4 espacios y Plaza = 5 espacios. La inte- ligibilidad es evidentemente mayor en este ultimo caso con un sélo espacio més. Por otra parte, hay que tener en cuenta que no siempre son, seménticamente, tan elementales las palabras que se abrevian, aunque la sefializacion calle- Jera cuenta ya con un cédigo muy comun. Mucho peor es cuando las: abreviaturas son poco 0 nada corrien- tes, puesto que entonces se incorporan elementos précticamente desconocidos 0 nuevos, lo cual com- Porta siempre ambigiiedad 0 desinformacién, Otro principio tipografico es el de no cortar pa- labras cuando falta espacio. Una palabra fragmentada es mas dificil de captar que una palabra integra, ya {que la misma grafia ayuda a descifrar el sentido (per- cepcién gestiltical, Aparte de esta razon funcional fundamental puede afadirse la consideracién estética. Precisamente para evitar cortar las palabras, predo- mina en sehalética la composicién tipografica en ban- dera 0 con caja por la izquierda solamente. Por las observaciones relativas a las abreviatu- ras y a la no fragmentacion de las palabras —ambas vinculadas directamente a la cantidad de espacio dis- porible en la sefial—, se comprendera que debe bus- carse siempre la expresion verbal m&s corta, Frases cortas y palabras cortas es la regia. Cuando una infor- macién pueda transmitirse con una sola palabra, se ‘optaré por esta solucién. Y cuando para ello se dis- ponga de dos o mas palabras sindnimas, se elegiré siempre la mas corta. Sin embargo, esta norma no substituye al test experimental de comprension. Hay que incluir a esta regla el principio de se- leccionar las palabras de mayor uso por el publico, es 179 decir, la mas conocidas, y rehuir las expresiones exce- sivamente técnicas 0 burocraticas Sobre el uso de las mayusculas es preciso de- tenerse asimismo. Cuando se procede a la redaccion definitiva de los textos para todas las sefiales, hay que determinar el uso de las letras mayusoulas y explicitar el razonamiento de tal regia. La formula que se adopte contara para la totalidad del programa. Existe la opinién de que los usuarios de los sis- temas de informacion visual captan las palabras dele- tredndolas. En este caso seria indicado el uso de ma- yuisculas, ya que individualmente, cada letra posee una forma particular que la diferencia claramente de las demas. Sin embargo, parece demostrado que una palabra formada por letras miniisculas se asimila con mayor rapidez. Las miniisculas se agrupan mejor for- ‘mando conjuntos diferenciados, es decir, formando la imagen de la palabra por su grafia, y esto faciita una percepcién mas inmediata Cuando la mayuscula aparece como inicial de una palabra, facilita la introduccién en el texto. Los nombres de ciudades, empresas y los nombres pro- pios se len mejor de este modo. Otro aspecto que reviste una cierta importancia es el del tamano de las sefiales, el cual viene determi nado por el tamafio de las letras, y éste determina asi mismo el tamafo de los pictogramas. O sea que la visibilidad-legibilidad del texto es el principio que de- termina, en general, el tamario de las senales. Asi, pues, el tamano de {a letra varia con la dis- tancia de lectura. Pero esto no significa que cada se- fal vaya a tener unas medidas diferentes segun sean las distancias de vision en cada caso concreto. Depen- diendo de las proporciones y la estructura del espacio objeto del tratamiento sefalético, se estableceran las medidas de [a letra que, en general, serén las mismas para todo el proyecto. Se trata, pues, de definir una distancia promedio, Si las distancias entre los puntos- clave son largas y ello imposibilta la lectura de las se- fales mas distantes, se introduciran sefiales presinfor- mativas antes de la sefal que se utiliza para identificar el punto-clave Puede ser necesario, en algunos casos en que se requiera una jerarquizacion, aplicar mas de un ta- mafo de letras —y, eventualmente, de senales— pero siempre sera aconsejable establecer el minimo nimero de variantes. Si conviene definir dos tamarios generales para paneles murales, colgantes y bandero- las. —al margen de senales mas particulares como di- rectorios, subdirectorios, placas de puertas e informa- ciones de sobremesa, cuyos tamafos serdn invaria- bles— se procederé a una precisa jerarquizacion de ambos tamafios. De este modo, la adopcién de dife- rentes tamanos de plafones se decidiré segun los si- guientes criterios: a) necesidad de jerarquizar ciertas informaciones en grandes espacios, en relacién con el conjunto de sefiales, y b) conveniencia de cubrir Ciertas distancias de visién que no podrian ser cubier- tas de otro modo. Excepcionalmente pueden adoptarse tamarios mas grandes para casos especiales donde sea nece- sario concenttar varias informaciones, esto conside- rado aparte —0 coincidentemente— con la convenien- cia de jerarquizacién. Sin embargo, la tendencia sera siempre la de homogeneizar los tamarios de letras y sefiales, con el objeto de evitar la sensacion de desor- den y obtener una presentacion coherente que facili taré notablemente la percepcion del sistema sefalé- tico por su estabilidad, y la informacion vehiculada por cada sefial La medida de las letras en funcién de la distan- cia de lectura no supone que se proponga una medida por cada distancia posible, lo cual produciria una im- presion caética, Se trata de determinar la medida-dis- 180 tancia obligada_o la medida-distancia promedio, y adoptar el tamaho de letra mas pertinente para asegu- rar la legibilidad Naturalmente que el tamafo de las letras no es el Unico valor que determina la legibilidad. Hay que considerar también otras variables decisivas: e! con- traste tonal entre figura y fondo y el peso 0 mancha de la letra. El contraste blanco sobre negro faciltara obviamente a visibilidad-legiblidad de un texto mucho mas que el contraste blanco sobre gris, por ejemplo. Por tanto, el valor tonal 0 cromético de la relacién fi- qure-fondo, es una variable que incide claramente en la mayor o menor facilidad perceptiva. Por la misma razén, una letra de trazo débil presentard inevitable- mente un menor indice de visibilidadegibilidad que una letra de trazo grueso (tipografia fina versus tipo- grafia supemegra), a pesar de que ambas tengan la misma altura, En sintesis, tanto el contraste como el peso ti pogrético son dos magnitudes de potencial pregnante. Por este motivo, el cardcter tipografico que se selec- cione en cada caso deberd ser verificado por medio de un test experimental comparativo. En esta prueba se tendran, pues, en cuenta: la relacién tamafio-dis- tancia, los valores de contraste y peso, y la vision obli- cua de las sefales, que es en muchos casos inevita- ble, lo cual infiuye en la eleccién de la tipogratia. Sélo después de esta prueba podra decidirse con garantia de acierto el tamatio de las letras, el grueso, el con- traste cromético y, consiguientemente, el tamafo de los pictogramas y flechas, y el tamario, en fin, de las mismas senales Una Ultima consideracién es necesaria para completar las observaciones relativas a la tipografi © mas concretamente a la visibilidad, percepcién jerar- quizada de los elementos informacionales y legibili- dad. Nos referimos a la cuestién sutil de las distancias entre los diferentes elementos textuales icdnicos que se combinan en el interior de las sefales for- mando el mensaje = distancias entre letras, — distancias entre palabras, distancias entre lineas, — distancias entre texto y pictogramas, — distancias entre éstos y los mérgenes de la sefial 0 del panel. Es bien sabido que le distancia entre la letra M y la | no sera la misma que entre la letra M y la O, or ejemplo; o que la Ay la T requerirén una distancia diferente de la que medie entre la O y la C. Si toma- mos como referencia la letra O y la encerramos den- tro de un cuadrado, observaremos que este mismo cuadrado no admite encerrar en él, con el mismo ajuste entre letra y cuadrado, la letras |, V. M, L, ete. En la medida, pues, que no todas llenan por igual el modulo cuadrado, esta ley obliga a establecer una re- particién variable de las letras. Las telaciones de distancia entre letras son un factor que influye en la legibilidad, porque incide en la configuracién misma de la palabra: su grafia, Sabe- mos que nunca acabamos de deletrear las palabras al leerlas, porque existe un determinismo, derivado de la probabilidad de ocurrencia, que hace que las prime- ras letras induzcan a la conclusién de una palabra. Ello supone que la atencién es mayor en las primeras le- tras y més débil en las siguientes, por el hecho de que hay una probabilidad definida de que, en un deter- minado contexto, tales primeras letras corresponde- ran a tales palabras, del mismo modo que una deter- minada palabra comporta en si misma la virtualidad de cual serd la siguiente. Ahora bien, si as distancias en- tre letras son irregulares y no arménicas, este proceso intuitivo —0 reflejo— de la percepcién textual se ve afectado por una sutil aproximacién y/o separacién de 181 ciertas letras, constituyendo asi subgrupos dentro de la palabra, haciéndola mas lenta de discifrar. Esta alte- racién de la grafia es verdaderamente un ruido visual, un factor de disociacion. Lo mismo ocurre con las dis- tancias entre palabras y entre lineas. Cuando los espa- ios externos al texto no poseen las proporciones Op- timas de aislamiento de cada elemento integrado en la sefal, se produce asimismo el fenmeno de impre- cisi6n que crea una micro incertidumbre perceptiva y, or tanto, cognitiva. El texto debe constituir una uni- dad dentro del conjunto, adecuadamente aislada de — pero coordinada con— los demas elementos de la se- fial, sean éstos flechas, pictogramas o el mismo rec- t4ngulo que define la sefial: el espacio grafico const derado como elemento atencional y soporte de la in- formacion. Hay que insistir en estas relaciones de los es- pacios intertextuales @ intericénicos, y entre los gru- pos.de elementos graficos y su continente —la di- mension ortogonal de la serial—, puesto que constitu- yen factores fundamentales de la inteligiblidad de la informacion’ Cromatismo sefialético El uso del color en los sistemas de sefiales de ofientacién obedece a diferentes criterios: criterio de identificacion, de contraste, de integracién, de conno- tacion, de realce, de pertenencia a un sistema de la identidad corporativa 0 de la imagen de marca. Los colores sefialéticos constituyen un medio privilegiado de identificacion. En los transportes publi- ‘608, por ejemplo, los colores funcionan generalmente junto con los textos para distinguir cada linea de trafi- co. El sistema senalético de la red de trafico de Paris (RER), utiliza los siguiente colores para identificar las cuatro lineas de transporte: Rojo, linea A — para la linea mas reciente {rojo brillante) Azul, linea 8 para la linea que comunica ‘con el aeropuerto {azul como el cielo) para la linea sin posibilidad de trasbordo para la linea mas larga que ‘conduce al bosque (verde). Amarillo, ines — Verde,lineaD — La eleccién de estos colores se ha basado en tuna asociacién de ideas, excepto en la linea C, donde el significado es convencional Los edificios, jos espacios publices, las distin- tas zonas de las instalaciones, las partes diversas de que éstas se componen son faciles de diferenciar por medio del uso de cédigos cromaticos, los cuales pue- den alcanzar no s6lo los paneles sefaléticos, sino que ‘como una extension de éstos, pueden crear un am- biente cromético general: un macro cédigo. En ese caso, el color es un factor de integra- ci6n entre senalética y medio ambiente, pero la inte- gracion tiene diferentes matices. Otro de estos me- dios es la armonizacién del sistema cromatico sefialé- tico al medio ambiente, interiorismo, estilo de la deco- racién especialmente en lugares donde se debe res- petar el cardcter institucional, artistico, cultural, etc... ‘como un museo, un palacio, un edificio noble (Museo Picasso 0 Fundacién Miré, en Barcelona). Es obvio que aqui el color sefialético tiene una funcién més dis- creta ya que debe incorporarse al medio ambiente sin estridencias, sin perturbar la funcién esencial del es- pacio de accion, Otras veces, la funcién del color es destacar de modo evidente la informacién, como en un aeropuerto ‘© un complejo deportivo, con el fin de hacerla inme- diatamente perceptible y utiizable. Pero no siempre 182 se trata de destacar las sefiales; a menudo se re- quiere de! disefiador que el sistema sefalético realce aspectos endégenos, como por ejemplo, el cardcter especifico del espacio a sefalizar, que esta determi- nado por la actividad que alli se desarrolla. También es recomendable el uso del color para realzar la ima- gen de marca, es decir, el aspecto diferencial de una organizacién concreta dentro de una actividad comtn: el servicio asistencial como sector, y el hospital X ‘como entidad personalizada. He aqui dos niveles que coinciden en la personalidad cromética requerida para cada programa sefialético, La identided corporativa es un factor directa- mente determinante del uso del color toda vez que éste debe incorporarse a un programa que lo precede. También aqui se trata de realzar una personalidad y, asimismo, de integrar el espacio de accién a un con- junto de otros soportes de comunicacién que definen, en suma, el alcance y la cobertura del manual de iden- tidad corporativa Hemos visto que los vectores de estas varia- bles cromaticas en sefialética son diversos: asociacio- nes de ideas, en las necesidades de identificacién; adaptacién al medio cuando es precisa la integracién: inmediatez de la informacidn; realce de la imagen de marca; explotacién de la identidad corporativa. Todas estas variables no se dan en la practica como casos perfectamente aislados, sino que algunas de ellas Coinciden y se combinan en la mayor parte de las oca- siones en proporciones diferentes, De un modo general, el factor determinante de las combinaciones de colores del panel informativo es el contraste, el cual se obtiene de dos modos: por la alta saturacion del color y por el contraste entre colores. En todos los casos es imprescindible un claro con- traste entre las figuras (caracteres, pictogramas, fle- cchas) y el fondo del soporte informative, En la seftalizaci6n cromética de las salidas de emergencia, extintores de incendios y aparcamientos, se recomienda utilizar los colores normalizados inter- acionalmente: verde para salidas de emergencia, rojo para extintores de incendios, azul para aparca- mientos El color sefialético puede abarcar todo un con- cepto de planificacién y constituir —tal como se ha dicho mas arriba— un aspecto importante de la ima- gen visual de toda une ciudad, una urbanizacién, un servicio pablico, una empresa, un edificio. La funcion ‘nformacional de los colores sefialéticos viene deter- minada en parte por la complejidad organizacional y/o arquitecténica del espacio en cuestién: departamen- tos, secciones, plantas y subpiantas, etc., que hemos evocado al inicio de este capitulo. El color sefialético, en su funcién informacional, ya hemos visto que no esta determinado, sin embar- go, por un sélo criterio. La saturacion del color seria el criterio senalético propiamente dicho, fundado en el razonamiento éptico. El razonamiento psicolégico considera los colores no por su impacto visual, sino por sus connotaciones; asi el color-ambiente de la se- fialética de un hospital seré distinto del de unos gran- des almacenes o de un jardin zooldgico. El razona- miento de la imagen de marca o de la identidad corpo- rativa considera los colores por su asociacion a la marca oa la identidad visual; en este caso, una sefia- \ética para Kodak, por ejempio, exigira la inclusién de! color amarillo de la marca, Otros criterios son, todavia el estilo arquitecténico 0 morfolégico del espacio a tratar; el estilo ambiental; la clase e intensidad de la iluminacién ambiente; el colorido dominante en el en- tomo y la profusion relativa de estimulos contextua- les, Esta ultima situacién exige particularmente la apli- cacién de un notable contraste cromético entre los pa- neles y el medio ambiente. 183 EI Manual de normas sefialéticas Existe una clase de programas sefaléticos cuya explotacién y funcionamiento comporta una no- table envergadura, mucho mas allé de lo corriente en, programas comunes. Su envergadura depende de la complejidad intrinseca, la magnitud y la importancia internacional que son inherentes al proyecto. Pero no s6lo es esto, sino que depende también de la dura- ci6n 0 el tiempo —breve o indefinido— durante el cual el programa seré explotado. Y de las adaptaciones ul- teriores cuando el programa se aplicara a otros espa- ios y problemas diferentes, ya sean derivados 0 no de los que —y por los que— el programa fue creado originalmente. Estas dos grandes caracteristicas se definen, pues, por las variables siguientes — la complejidad del programa y su magnitud en los grandes proyectos internacionales, que com- portan por otro lado una breve explotacion temporal; es el caso de grandes instalaciones como las ferias y exposiciones internacionales y los juegos olimpicos, y en sentido exactamente opuesto: — la complejidad, 0 simplicidad, del programa, su modesta envergadura y su ambito local, pero a la vez su larga explotacién temporal y su flexibilidad im- plicita para ser adaptado @ sucesivas ampliaciones y modificaciones del espacio senalético. En estos casos precisamente, el trabajo del i- sefiador conocerd una expansién notable, ya sea por la trascendencia internacional del programa 0 por la extension de su explotacién aunque sea en dmbitos locales y que, a causa de este largo funcionamiento, el programa tendra que ser continuado en nuevas de- pendencias. Es en estos casos opuestos donde la idea de programa, en su rigor y versatlidad, adquiere toda la plenitud de su significacion. Debido a las caracteristicas de ambos casos, és- tos implican la necesidad —mas que otros casos co- rrientes— de definir, explicitar y ejempiificar en un Manual de normas sefaléticas de qué manera las di- ferentes intervenciones de otras personas (en un caso de envergadura internacional aunque de breve dura- ion, y en un caso de larga explotacién aunque de ém- bito local), podran interpretar correctamente y cont nuar aplicando las soluciones sefaléticas definidas a problemas futuros con la seguridad de que el espiritu del programa original sera perfectamente respetado. ‘Asi, la funcidn de los Manuales de Disefo constituyen por una parte, una informacion precisa sobre la cons- truccion del programa. Por otra parte, propician una funcién de comunicacion entre los expertos, que utili zarén e! Manual con la misma eficacia, aunque sin ha- berse conocido los unos los otros. Es asi que la rea- lizacién de programas complejos y de gran envergadu- ra, como los de los juegos olimpicos, hacen posible Su organizacion y puesta en practica. Y del mismo modo, la realizacién de programas de larga explota- cién temporal, pero sujetos a modificaciones, como los de una administracion publica, podrén asegurar su correcta operatividad en todo momento. Entonces el programa tiene que estar perfecta y exhaustivamente planificado y normalizado; explici tado con detalle y claridad; acompafiado de ejemplos demostrativos que garanticen una comprensién univo- ca. He aqui porque disefiar programas implica un tra- bajo suplementario, especialmente técnico y didécti- co, para el disefiador, de quien se exije un notable es- fuerzo de formalizacion y explicitacion. La edicién del Manual de normas sefaléticas es en general reducida, a excepcién de los grandes acontecimientos internacionales que hemos comenta- do, Sin embargo, como es obvio, la mayor o menor tirada, los mayores 0 menores recursos financieros in- 184) lez de su presenta. vertidas, ls mayor 0 menor cior fador del progra: ma. El rigor tecnico y a del programa es independiente 10 en todas las variantes del disefto industrial— de su publicacion y difusion. Pro- amas como el de k s de Montreal 76, dirigido por mi amigo uel, han sido am pliamente difundidos, Ot nor difusion pero de mucha mayor vigencia a lo largo 10, como el que hen gido nosotro ia Diputacion Foral de Guipuzcoa, en San Se stian, ejemplifican los dos extremos de la problema: tica senalética. Nos referiremos en primer lugar a es programa, que hemc ‘ado precisamenté sus especiales caracter El Palacio de la Excma, D Wizcoa es un edificio r tacion Foral de Gui le; Su construccién (1883) no habia sido concebida, por supuesto, para las fun: ciones publicas que actualmente tiene que cumpiir Por eso plantea de entrada unos constrenimientos evidentes, tanto por lo que concierne a la organiz del trabajo y los servicios publicos que omo por la fuerte personalidad arquitect6nica ficio. La ampliacion del mismo con una nueva ala afa dida actualmente y construida mente funcional, cons! nica y organizativamente El edificio consta de cinco plantas, un entre. suelo y una entreplanta abiertas al p Je las cuales enlaz ble del antig Estas circunstancias ¢ edificio nuevo con Jeterminaron en gran ma nera el marco de referencia asi como sus premisas, ;obre el cual tenia que plantearse el programa senalé- tico del Palacio, Por otra parte, la clase de servicios- gestiones que alli se realizan tienen diente, ligado a la trativa, que es radicalmente diferente de aquellos ao- tos simples que los individuos realizan en un aero- puerto 0 un parque zoolégico. Por consiguiente, el uso de pictogramas result6 en la practica imposible. Pero por otro lado, y para anadir mas constrefi- mientos, la informacién no podia ser del tipo corriente en sefialética, esto es, por medio de enunciados sim- ples, substantivos sin articulos: Salida, Llegada, Con- ‘signa, etc., sino por enunciados estructuralmente mas, largos y que por eso mismo a menudo aparecen algo, ambiguos @ determinados sectores de la poblacion; or ejemplo: Promocién y desarrollo econdmico, Fele- clones municipales, etc. Finalmente, la informacién escrita deberia ser bilingUe, en las dos lenguas ofici les: euskera y castellano. Hay que sefalar que las no- ‘menclaturas fueron objeto de un test seméntico-prag- ‘matico con el fin de detectar los grados de compren- si6n, ya que los enunciados requerian en algunos ca- ‘$05, expresiones técnicas 0 poco habituales en el len- guaje corriente. Haba que considerar, ademés, una «imagen de marca», decididamente institucional y de servicio pu- blico, que prohibia soluciones demasiado «estéticas», como hubiera determinado la belleza del edifcio, y de~ ‘masiado vistosas, cuyo impacto hubiera podido trans- ferir una imagen discordante. El Manual de normas sefaléticas se compone de cuatro grandes capitulos. El primero de ellos re- coge los datos de base: — el listado de los servicios que se ofrecen al piblico, definidos segin las nomeciaturas definitivas, ~— os diferentes Departamentos que agrupan los servicios al publico, y que han sido personaiizados mediante un cédigo identificador por colores (la es- tructura organizativa de ios servicios por plantas, aconsejé la codificacién cromatica después de ensa- yar otras hipétesis). — [a distribucién de los servicios por plantas, — los planos completos con las zonificaciones de areas de trabajo, atencién y servicio al publico El segundo capitulo presenta en primer lugar el codigo convencional de referencias que se adopté provisionalmente a efectos puramente de planifica- i6n del programa, cuya finalidad fue indicar los servi- cios a sefializar sobre los planos. Sobre éstos, y en funcion de los diferentes recorridos que seguirén los, visitantes, fueron trazados los itinerarios (llegada, cir- culacion, salida, uso de ascensores 0 de escaleras, aso a la entreplanta, etc.). Completando esta descrip- cién dinémica del uso social del edificio, se situan también sobre los pianos los diferentes paneles sefia- leticos que son necesarios en relacién con: a) ubica- ion de los servicios, b) accesos a éstos, cl puntos de vista, distancias. A continuacién se muestran los mo- delos de paneles sefialéticos que basicamente son dos pero que su concepcién modular permite toda clase de combinaciones. La eleccion de estos mode- los corresponde a las diferentes funciones sefaléticas definidas: Informacion, Identificacion de Servicios, Orientacion, Obligacién (sistemas de seguridad). Este Capitulo incluye asimismo las fichas sefial por sefal, donde se indica la situacién de las sefiales en el plano, el contenido informativo, los colores, medidas, mo- delo y otros datos. El tercer capitulo es relativo al trabajo de dise- fio. Se incluye en él el escudo oficial de la Diputacion en sus variantes: color, tramado y linea; version sim- pliticada para tamanos reducidos. Se presenta la tipo- grafia seleccionada después que fueron analizados di- ferentes proyectos: Optima, en sus versiones negra y fina; la primera para las inscripciones en euskera, a Segunda para las inscripciones en castellano. Las nor- ‘mas de uso tipogrético figuran igualmente a continua- cion. Después se presentan los pictogramas utiliza- 186 dos, los cuales fueron limitados a identificar los servi- Cios generales exclusivamente, dada la popularidad de esta clase de pictogramas, los cuales fueron seleccio nados entre las versiones ya existentes, de mayor ca- lidad _semantica, sintéctica y pragmatica —segun el paradigma semiético—. La flecha fue disefiada para Suavizar su agresividad intrinseca A continuacién, el sistema cromético muestra el cédigo utiizado para identificar los diferentes De- Partamentos y también las normas para combinar los colores: escudo de la Diputacion, sefiales de emer- gencia. La composicion de las sefiales se encuentra detalladamente explicitada por medio de un sistema de pautas modulares de disefio; de este modo se muestran las proporciones de cada sefal y de cada elemento grético: espacios ocupados por textos, pic- togramas, flechas, espacios circundantes, espacia- miento entre letras, entre palabras, entre lineas. El ultimo capitulo esta integramente dedicado a las normas para la construccion industrial de los pa- neles y su instalacién. En primer lugar, los modelos de paneles utiizados y sus dibujos técnicos. Se des- criben los materiales y se indican las dimensiones de cada elemento, También figuran los métodos de mon- taje de los paneles y el sistema de instalacién: fijacio- nes, anciajes. Finalmente, se determinan las normas de instalacién: alturas a las que deben situarse los pa- eles y condiciones de visibilidad (evitar la incidencia de objetos que cubren parcialmente las sefales, etc.) En esta pagina y siguientes se muestran algu- nos cuadros relativos al Manual de Seftalética que es- tamos comentando. Excma. Diputacién Foral de Guipizcoa Programa sefalético del Palacio de la Excma. Diputacion Foral de Guipuzcoa San Sebastian Introduccion Indice Seccion 1 1.1. Inventario de los Servicios. Nomenclaturas 1.2. Departamentos 1.3. Servicios por Piantas 1/4. Pianos zonificacion de Servicios Seccion 2 2.1. Cédigo convencional de referencias (indicacion Servicios) 2.2. Traslado de itinerarios 2.3: Situacion paneles sofaléticos sobre planos 2.4. Modelos de los paneles sefaléticos 28. Fichas de cada panel Seccion 3 3.1. Escudo de la Excma. Diputacion 2. Tipogratia 3, Pictogramas ‘4. Flecha ', Sistema cromatico 6. Pautas modulares de disefio 7. Guia de espacios Seocion 4 4.1. Modelos paneles 42: Materiales 43. Dimensiones 4.8. Métodos de fabricacién y montaje 48. Sistema de instalacion 4.8. Normas de instalacién Las nomenclaturas correspendientes a los diferentes servicios que se offecen al ppablco en e! Palacio de I Dipuiactin Foral {0 Guipuzcos, presentan una condicién fevidente de abstraccién, ya que. 2 iferencia de otros casos donde se pueden representar objetas (telefono, ascensor, fete! y acciones (control de pasaportes, hnatacén, etc), por medio de pictogramas, fen este caso concreto esto era imposible y quvo que recurrise necesariamente a ‘enunciados ‘extuales. Lo cual resutaba la visibilidad y leaibilidad de los textos, y el tamano de los mismos, el cual a su vez determina el ta- mano de las sefeles ¥ do los pictogramas, asi come el valor contraste. El tipo de sefales determina el numero y va~ riedad de modelos, la diversidad de formatos, los cua- les a su vez son determinados —por los contenidos informacionales, las normas internacionales, la com- plejidad organizacional de los servicios que se ofrecen al publico y le imagen de marca o la identidad visual Por otra parte, la visibilidad-legibilidad de las se- fiales determina, junto con la. estructura arquitectoni 215 \ctores interactivos de los condicionantes del disefio sefalético Estilo arquitecténico Matorialee y ambiental aseecos [t-] Vandalismo Estructura t arquitecténica lluminacién Colorido ambiente ambiental Profusion relativa 1 de estimulos Distancias 2 oe Colores = [*—— de vision Imagen [sl sefaléticos 1 a de marca 38 Visibilidad : Codigos fy oS Loabitdad [>] TiPegratias |—»1 Tamarios cromatcos fa] 2.2 8s A Rediseno 24! senaies bel Creacién el contraste. La complejidad arquitecténica incide en— la complejidad organizacional de los servicios y su distri- bucién en el espacio, y ambos determinan, por eso mismo— la creacién de cédigos cromaticos especiti- cos. Obviamente, todo esto determina el numero y sistema de senales que se vayan a implantar. Los materiales sefaléticos que se vayan a util- zat, son determinados pore—el estilo arquitectnico- ambiental, las condiciones de iluminacién del contex- to, la imagen de marca y también las acciones vanda licas que en ciertos espacios se prodigan con mas fre- cuencia: graffiti, agresiones. Y asi sucesivamente, en este tejido cuya ca- racteristica esencial: el determinismo reciproco de to- dos sus elementos integrantes, evoce la naturaleza in- trinseca de los factores sefialéticos como un autén- tico sistema de interacciones, y reclama del disefiador de programas una estrategia de design muy precisa y la justeze del dificil equilirio. Este examen estructural de las interrelaciones entre los diferentes elementos que se hallan implica- dos, en alguna medida, en todo programa sefalético, incide plenamente en la nocién estratégica de design, “es decir, en la planificacién y coordinacion de los fac- tores integrantes. Y en cambio, tiene menos que ver directamente en el trabajo grafico. Ya se ha dicho en este libro que disenar programas introduce un nuevo escenario a la tarea del grafista. Se trata, en efecto, de una funcién que podriamos llamar de ingenieria més que de una funcion de formalizacién de mensajes visuales. El lenguaje visual, el léxico icdnico, cromé- tico y textual, la expresividad y la inmediatez del co- digo pictogratico, la adecuacién de la tipagratia, ete. pertenecen obviamente a la tarea grafica propiamente dicha, y el grafista que conoce bien su oficio domina a la perfeccion estos recursos. Pero el esfuerzo para acceder a un orden que ya no es el puramente grafico en la programacion de sistemas sefaleticos, debe ha- cerse en este sentido precisamente de la planifica- cién, Ambas vertientes: planificacién y grafismo, con- jugan en un mismo proyecto, el pensamiento logico y [a actitud creativa. Una combinacién ciertamente es- timulante. 2i7 Errores en el disefio de programas sefnaléticos La practica de la sefialética con frecuencia cae en errores de principio —en cualquiera de las tres ‘reas semédntica, sintéctica y pragmatica— que no pueden ser obviados en esta obra, pretendidamente precisa y clarificadora. Los ejemplos que presentare- mos «al contrarion, serdn aleccionadores. ‘A menudo se realizan ensayos para disenar se- ries de pictogramas, la mayor parte de las veces inne- cesarios 0 inviables, y que por eso quedan en simples ejercicios de estilo o divagaciones graficas. También es frecuente el uso a ultranza de pic- togramas, incluso cuando hubiera sido més efectivo emplear la informacion escrita Otras veces, el diserio de programas defectuo- sos y la difusi6n de sus normativas resulta doble- mente contraproducente: por tratarse de normas fal tadas de principios légicos relativos a Ia eficacia de la ‘comunicacion visual, y porque su misma divulgacién contribuye a multiplicar estos errores en otros progra- mas sucesivos, Otro problema demasiado frecuente lo consti- tuye la ausencia de una planificacién rigurosa del em- plazamiento de las sefiales. De esto resulta una infor- macién cadtica, de efectos negativos, un amontona- miento desordenado que no hace mas que introducir ruidos visuales en el medio ambiente y en la informa- ion, y deteriorar el aspecto estético. ‘Ya hemos dicho reiteradamente que es tre- cuente el empefio en disefar pictogramas que jamas odran ser aplicados. Todo pictograma debe ser uni- versal, esto es: a), de aplicacion generalizable porque corresponde a une problematica informacional comtin, constante en diferentes lugares y circunstancias, y b), de comprensién facil para una gran mayoria social he- terogénea. Cuando estos requisitos no se dan, dise- fiar pictogramas no dejard de ser un ejercicio intere- sante para el grafista, pero éstos permanecerén ino- 218 Advertir de los principales errores en los que caen los disentadores, planificadores y técnicos es el objeto de este capitulo. Codificar la informacion presenta problemas de base en el uso de pictogramas y de textos (cuando es mejor utilizar unos y otros?) La serializacién del sistema senalético requiere asimismo un rigor no siempre presente en la préctica. La distribucién eficiente de las sefales en los espacios itinerarios constituye el tercer factor de la problematica serialética. perantes poraue no cumplen las exigencias de inme- diatez de comprension e inteligibilidad informativa que definen precisamente la funcién misma de la comuni- cacién sefalética, Pictogramas inviables Si estos pictogramas necesitan para ser com- prendidos la inclusion de un texto, que generalmente es una palabra perfectamente monosémica e inequi- voea, hay que pensar si no es preferible utilizar esta palabra en lugar de un pictograma ambiguo, dotandola de unas condiciones optimas de legibilidad: tipogratia, tamafo, contraste, color. La proliferacién de esta clase de pictogramas forzados no hace mas que cons tituirse en un simple catalogo de ilustraciones que substituyen a fotografias 0 a grafismos abstractos, lo cual no tiene relacién alguna con el diserio de picto- gramas senaléticos, ni tampoco con el diseno de sis- temas de signos (es el caso de algunos grafismos para grandes almacenes, por ejemplo). Lo que se ob tiene con estos ejercicios no son verdaderamente pic- togramas ni signos, sino unas veces ilustraciones figu- rativas y retéricas, otras veces grafismos abstractos y absolutamente convencionales En otras ocasiones se recoge en un programa sefialético un conjunto de pictogramas existentes, es- Ccogidos para cada funcion, pero de diferente proce- dencia, Entonces, agruper tales pictogramas en un programa supone necesariamente incongruencia y ambigiedad. Ello genera el mismo efecto que pode- mos imaginar si cada pagina de un libro estuviera im- presa con tipos de letra y tamafos diferentes. La in- congruencia formal provoca incongruencias de sen- tido y dificultades de comprension répida. Especial- mente en sefialética, donde la forma visual corres- ponde a Ia expresién semantica, UMS S Bee WES ‘HOBO (bleed La tarea del disefiador de programas se orien- tara en estos casos hacia un esfuerzo de coherencia sintéctica. Del mismo modo que la palabra Salida puede escribirse en diferentes caracteres —desde el {g6tico antiguo, por ejempio, hasta la escritura electro- nica—, sin que ella pierda su significado, un picto- ‘grama puede ser redisefiado segun diferentes reper- torios de grafemas, mientras el significado original permanece. Por consiguiente, cuando los pictogramas se- leccionados para integrarlos en un programa sefalé- tico procedan de diferentes fuentes y ello presente una variedad de estilos 0 cuando menos, la falta de un estilo unificado, conviene redisefiarlos. Esto puede hacerse tomando como base un estilo determinado que el grafista puede definir, o bien adoptando el es- tilo mas eficiente de entre ellos para redisenar los de- més. El objeto, por tanto, es imponer una unidad de estilo que sustente la personalidad grafica y la cohe- rencia légica de un sistema especifico de pictogramas en un espacio determinado. Pautas y normas deficientes Otro problema emerge cuando las directrices de un programa sefalético se han establecido con poco rigor. Entonces, la aplicacién del programa y la difusi6n de sus normas constituye un error doble: por aplicar principios y soluciones deficientes y por difun- dirlos. Este es el caso de la Asociacién de Ingenieros Municipales vy Provinciales de Espana, AIMPE, que en noviembre de 1981 publicé un libro de «Recomenda- ciones para la sefalizacion informativa urbana», que junto al intento de aportar soluciones racionales a la problemética de la normalizacién, presenta serias in- correcciones por lo que afecta al disefio de sefiaes. Precisamente porque no se dan, en dicha publicacién, instrucciones técnicas acerca de materiales que de- ben emplearse, sistemas de produccién, alumbrado, montaje, instalaci6n y conservacién, las recomenda- ciones y normativas de esta publicacién se centran en los diferentes aspeotos de disefio, 'o cual habria exi- Gido la colaboracién de visualistas expertos en esta especialidad. Se pueden observer problemas lingtisticos, (08g. 75, fig. 31 de dicha publicacién) donde se mues- tra el panel con la palabra westacion» sin acentuar, y en la pagina 85, la misma palabra con acento pero in- vertido: westacion». {Por qué se ha abreviado, en la pagina 77, figura 34, la palabra «plazan por «pza.», ‘cuando sobraba espacio, y cuando la diferencia entre una y otra formula es de solamente una letra? (el es- pacio ocupado por el punto es el mismo que hubiera ocupado la letra «l»). ¢Por qué, en la pagina 57, el «ejemplo de cartel de preaviso» presenta la misma palabra «Plaza», abreviada, pero ahora con la inicial en mayiiscula, cuando ello es contrario a la normativa propuesta en el capitulo 2, Alfabeto, pagina 9? La composicién gréfica —capitulos 7 y 9— constituye otro ejemplo de ausencia de criterio y de rigor. La separacion entre las lineas de texto y la «oria» no ha tenido en cuenta las separaciones interio- res, de modo que se recomiendan las mismas distan- cias entre lineas que entre éstas y los margenes hori- zontales superior e inferior. Por esta raz6n, las carte- las de colores que aparecen en los ejemplos de las paginas 3, 55, 57 y 59, al no poseer los espacios co- rrectos alrededor del texto, crean un efecto de disper- sién y dificultan la legibilidad por estar el color blanco de las letras tan cerca del color blanco del fondo, en lugar de estar aquellas aisladas del fondo con un ma- yor espacio de color por todo alrededor. Contribuye todavia a este efecto de inestabilidad que perjudica la percepcién, las distancias intemas entre palabras (ver 220 & aeropuerto €s (Ceteterice ) ~ estacion de| Chamartin| estacion crane crane rn ME zaracoza Pa) Sin (eerie San_Damian| Ml BurRGos [Ml BARCELONA > aeropuerto pza. Maria Pita rio Guadiana eer | i polideportivo = CI > MR ec tease SS] €{a) autopista e nel) San A tonio <5 Pmt aa Ee paseo San Lorenzo , calle ODonnelllj ' 1 t ' t A . A 1. calle Osiris, La Perdiz, etc.). Por esta misma ausencia de organizacion de los valores dentro de la compos cién, resulta mas que superfluo recomendar la inclu sién de pictogramas en los carteles de preaviso como el de la pagina 55 (estacién) Los recuadros que encierran los fondos de co- lor amarillo, por ejemplo, adquieren un contraste hi riente, y es facil pensar, por otro lado, porqué los tex- tos sobre amarillo se han decidido en color marr6n y los textos sobre naranja han de ser en blanco (figura 32), cuando el valor de contraste de ambos colores, de fondo es tan similar Pero las incorrecciones gréficas son de mayor enjundia y ningun profesional del diseno podria suscri- bir tales recomendaciones. Baste observar la colec- cién de pictogramas propuestos, su incongruencia conceptual y estilistica dentro de la misma serie Véase la presencia de seiales que son puras ilustra- ciones y no signos, como estacién, estacién autobu- ses, puerto, parque, campo de futbol, albergue juve- nil, embarcadero, plaza de toros, teatro, zona peatonal (en forma de sombras chinescas) y perros, contras- tando con la simplicidad esquemética de minusvalido, teléfono, bar, camping, estacion de servicio, taller me: cénico, agua potable, etc. Comparense, por ejemplo, los arboles de parque nacional, parque, area pic-nic y alberque fuvenil. Véanse las diferencias de «mancha» del pictograma por relacién a su espacio de fondo en campo de futbol, estacién autobuses, estacién, par que, hotel, plaza de toros y centro urbano, y comps rense con agua potable, parque nacional, estacién de servicio, etc., 0 simplemente, el elefante y el jarrén en zoolégico y cerémica. Uno se pregunta como es posible tal falta de rigor. Por ello sorprende doble- mente la recomendacién de la pagina 23, capitulo 4, Simbolos, parrafo cuarto: «Su eficacia seré maxima cuanto mayor sea su uniformidad (de los simbolos},, 223 todavia ia falta de orden que es En.un mismo pane! (estado B. Vilamarin en) estadio B. Villamarin jardines San Te €ig OVIEDO. ry 224 de Imo Por lo que debe tratarse de introducir en ellos los me- ores cambios posibles» (|), Los autores de la publica- cidn tampoco se han apercibido que el pictograma pesca se ha reproducido dos veces, en la portada y pagina 29, en posiciones diferentes, Finalmente mencionaremos las incoherencias de las seriales de sit 37 a 40, Obsér- vense las distancias indicadas en las figuras 37 y 38 para alineaciones verticales de los textos en relacion on la orla. Cuando estas normas se ilustran a cont nuacion (figuras 39 a 44), lo primero que salta a la vista es precisamente la arbitrariedad que rige estos ejemplos. La figura 37 no especifica si el texto mas largo estar centrado 0 si, conforme a los textos mas gortos, sera desplazado a la derecha. (Por qué, enton Ces, teleférico esta centrado, no lo esta polideportivo (desplazado este a la izquierdal, tampoco lo esta esta cién de Chamartin, y si ermita de San Antonio, rio ladiana y puerto de Navacerrada’ Es lamentable que un trabajo relativamente re- ciente (1981), y para establecer normas precisamente, muestre tales faltas elementales de criterio, maxime cuando existen ejemplos célebres, de todos conoci: dos —como los trabajos de Massimo Vignelli, Ot! Ai cher, Daniel Panicello, Albert Culleré y Adrian Frutiger, ademas de los ya clasicos de la Expo de Montreal 67 y tantas ediciones de los Juegos Olimpicos, a los que hubiera bastado consultar para comprender su sentido de rigor, coherencia y claridad. Ubicacién irracional de las sefiales Finalmente, es preciso poner de manifiesto otto probl ta vez en la planificacién de las se- ales, su ubicacion en el espacio. Utilizaremos para estas reflexiones las observaciones relativas al aero- puerto de Fuenterrabia (San Sebastién). (@)[Kee| oS mis <4 FE | ET we). VHhVsO e512 Curiosamente, el pictograma del paraguas y el interrogante fue interpretado por un acompanante como «informacién meteorolégica» relativa supuesta- mente a los vuelos —Io cual queda anotado aqui anec- doticamente, ya que no es este precisamente el ob- jeto de nuestro andlisis, sino la ubicacién de las sefia- les—. La flecha de objetos hallados (tal es el signifi cado internacional del pictograma) senala al exterior y no a la puerta de acceso que se encuentra debajo de la sefal: la flecha deberia ser vertical y no inclinada, © bien la sefal debia situarse a la izquierda de la puerta y no a su derecha El tamafio desmesurado de la seftal y la apa- riencia de debilidad del soporte vertical donde esté su- jet esta sefal producen un efecto de inestabilidad evidente. Para acentuar todavia mas esta impresion se ha colocado un enorme aparato de alarma encima de esta sefial, No hace falta destacar que las sefales informativas no han de servir para soportar objetos. Uno se siente impulsado @ preguntar dénde esté el telefono, ya que la sefal no contiene flecha indicadora. Se puede deducir que el servicio telef6- nico se encuentra en el mismo despacho de objetos hallados, ya que esta deduccién esta determinada por la vertical que soporta las sefiales y establece asi, junto con objetes hallados, un espacio imaginario ha- cia la derecha del soporte. Alli nos indicaron muy ame- blemente que el teléfono estd a la izquierda, al ex- ‘tremo opuesto a estas sefiales, después de los tres mostradores de facturacién de equipajes. Cuando uno se dirige hacia alli se encuentra con una seftalizacion redundante. Volviendo a la primera parte de esta secuencia, ha quedado por discernir donde esta Ia informacion, toda vez que no hay indicios en la zona establecida por el soporte vertical de las sefiales hacia su derecha, Pues bien, la informacion esta al otro lado del soporte, vertical, pero no se trata de un servicio especifico, sino de «las informaciones» que puede recabar el vis- jero en los mostradores relativas a la facturacién. Estas secuencias de desciframiento permiten comprobar en la préctica: 7.°, que las sefiales objetos hallados, teléfono e informacién estan mal ubicadas; 2°, que los tamafos de las sefales son desmesura- dos en objetos hallados y teléfono; 3°, que el listén vertical no deberia ser soporte de sefiales; 4°, que las sefiales no deben ser soporte de objetos; 5°, que el soporte vertical, junto con las tres seftales, esta- blece una zona imaginaria efectivamente equivoca; 6°, que las cabinas telefonicas estan sobrecargadas de ‘informacion innecesaria; 7°, que el efecto de con- junto es de un notable desorden visual. Las conclusiones que se desprenden de este ‘capitulo quieren poner el acento en las diferentes eta- pas del diseno de programas sefaléticos y llamar la atencién sobre la inutilidad de disefar pictogramas que de todos modos seran inviables, la necesidad de aplicar un rigor formal en el establecimiento de las pautas de disefio y la exigencia de una pianificacién racional en la ubicacion de las sefiales. El rendimiento comunicacional de los programas sefialéticos de- pende de cémo el grafista resuelve este conjunto de «sutilezas». Es por el hecho de que esta tarea re- quiere sensibilidad, sentido de la loaica y criterios riau- TOsOS, que Se producen casos como los que acaba- mos de examinar. El disefio sefialético progresara en la misma medida que estos errores ya no se produz- can, He aqui una responsabilidad fundamental del di- sefiador de programas. Sefialética y otras disciplinas del disefio grafico Un estudio de la sefalizacién publica que con- temple su desarrollo sefalético y sus extensiones en tanto que medium de comunicacién, obliga a conside- rarlo también en sus relaciones e interacciones con otros media, como el cartel y el reciamo publicitario, y asimismo en sus aplicaciones especificas, como la que ya constituye una especialidad del disefo: la se- falética de la identidad corporativa. ‘A través de todas estas clases de interacciones —sefalizacién, propaganda, reclamo, publicidad, iden- tidad corporativa—, la sefialética pasa a ser apelacion, incitacién, coercién y también diferenciacién. Funcio- nes todas ellas en principio ajenas al espiritu e inten cin de las sefales informativas, pero que al entrete- jerse se incorporan a otro sistema comunicacional cu- yas hibridaciones sera util analizar. Una primera constatacién se impone antes de pasar a las consideraciones que vamos a hacer a con- tinuacién: ef panel serialético es por naturaleza espa- io atencional y soporte de informacion. Esta condicion intrinseca del soporte sefaliza- dor lo define ante los individuos —sus usuarios— ‘como un centro polarizador de interés de conoci- ‘miento (que es un interés de potencial autodidéctico) y como un sistema abierto transmisor de mensajes de utilidad publica, La caracteristica atencional del pa- nel sefialético es efecto de este utilitarismo esencial que vamos a analizar a continuacion Por consiguiente, sefalizacién y sefalética son siempre, y desde el principio, media de interés estra- tégico para los objetivos ideolégicos y comerciales: la propaganda, el reciamo, la publicidad, Recuérdese, tal como hemos expuesto en el tercer capitulo, como los imperios, los vencedores y la cristiandad incorporan a las sefales pétreas de los caminos y grandes vias it nerarias, mensajes ideoldgicos 0 persuasivos, y como mas tarde, las empresas fabricantes del ramo auto- La sefialética no es un medio aislado. Otras formas de la comunicacién gréfica utilizan sus codigos pictogréficos, sus recursos e incluso sus mismos soportes fisicos a los que incorporan otras clases de mensajes: ideolégicos, propagandisticos, publicitarios. La coordinacion de dos clases de programas. sefialético y de identidad corporativa, constituye una variante importante para el disefiador de ambas especialidades y para las empresas. movilistico donaban sefiales de trafico e inscribian en ellas, a cambio, sus marcas comerciales. Hay, pues, tuna préctica indiscutible y persistente que afade a la informacion puramente utiltaria —y con diferentes gtados de discrecién o de imposicién— mensajes que Siempre se quieren persuasivos, convincentes 0 coer- Citivos, y por tanto, se oponen a Ia orientacion neutral, discreta y autodidactica de la informacién sefialética, que sin embargo es su soporte. Por supuesto que también el espacio impreso (prensa, revista), la porcién de tiempo sonora (radio) y el espacio-tiempo cinético-audiovisual (cine, televi siGn} son todos ellos «soportes atencionales de inte rés publicor —aunque no neutrales ni gratuitos, por que detras de ellos esta alguna forma del interés par- ticular—, porque transportan elementos de conoci- miento, de opinion, de distraccién, de comportamien to. La funcién social de la sefalética —salvadas todas las diferencias— es esencialmente la misma que la del periédico. En este sentido, y aunque hemos tra tado estas cuestiones en el segundo capitulo, hay que repetir que la senalética es de pleno derecho un me- dium de informacién publica —0 de comunicacién so- cial, en términos mas elegantes— aunque apenas haya sido estudiada como tal por los socidlogos de la ‘comunicacion Ya antes hemos analizado la funcién sefalética desde este punto de vista, situandola comparativa- mente dentro del conjunto de los media, y asi hemos podido precisar las diferencias que existen entre to- dos ellos en tanto que sistemas de lenguaje. Recorde- mos, a este propésito, que cada medium posee unas propiedades exclusivas y que ejerce, por eso mismo, funciones y efectos diferentes —particulares— en la sociedad. Esta particularidad propia de cada medium es consecuencia de su especialidad como sistema de lenguaje, y esa especializacion es a la vez consecuen- 228 cia de su especificidad como tal. Sabemos que la es- pecialidad de un medio de comunicacién viene dada or la accion sinérgica de los factores variables si- guientes: — las caracteristicas técnicas de produccién y difusion de mensajes, — el lenguaje y su discursividad (que se deriva de lo anterior y de) = [a ofientacién intencional impuesta en el mensaje por el emisor, y — la situacién atencional y la clase de interés suscitado en los receptores. Por su influencia en la vida social, es decir, por su dimension cuantitativa, los media informativos y distractivos son objeto de la atencion estratégica de la publicidad, la cual valora la magnitud estadistica de la circulacion o la difusion, de la audiencia, del impac- to, contabilizados a través del interface —el cara a cara del receptor con el medium en cuestion—, que es un encuentra entre ambos, exactamente como el encuentro del peaton con el cartel, el reclamo comer: cial o el indicador senalético. Es cierto que, en estos encuentros, la atencidn y el utiitarismo, que hemos puesto de relieve desde el principio del presente capi- tulo, varian dentro de las caracteristicas propias de cada medium, ya que si la prensa y la sefalética son medios sobre todo informativos. y la radio y la televi- sidn son mas particularmente distractivos, no puede decirse de estos ultimos que por ello sean menos «tiles» que los anteriores y, por tanto, la atencion que susciten puede ser igual 0 mayor que en los dos primeros. Lo que ocurre es que se trata, en general, de otra clase de atencion: la que se deriva de la lec- tura de noticias y la percepcion de sefales viales en un contexto funcional —donde ambas formas contie- nen elementos de autodidactismo—, y por otro lado, la atencion que se deriva de la audicion de programas de radio o de Ia vision del discurso televisivo, donde ambas formas contienen componentes luidicos y ele- mentos espectaculares, y donde, por consiguiente, la atencion prestada por los individuos es mas persis- tente aunque mas difusa y superficial Por lo que estamos senalando aqui, se com- prenderd que se trata ahora de observar el medium sefialético en el sentido inverso a como lo hemos he- cho anteriormente, esto es, ya no poniendo el acento en sus diferencias con los otros media, sino desta- cando lo que les es comun. No se trata, sin embargo, de poner de relieve dos aspectos que son contrarios, ‘sino de mostrar cémo ambos son complementarios, Precisamente el hecho de evidenciar que todos esos sistemas de comunicacién «son iguales pero diferen- tes» nos lievara a comprender mejor los mecanismos ue hacen que unos y otros —los informativos de ca- racter neutral, como la sefalizacidn, y los persuasivos siempre interesados, como la publicidad— se combi- nen entre si, unas veces en el propio terreno sefialé- tico, otras veces en el mismo terreno del anuncio pu- blicitario. Asi veremos como el anuncio se incorpora al panel sefializador; como a la inversa, se introducen mensajes senialéticos al anuncio soporte de si mismo; como la publicidad mas inmediata copia la forma de la sefalizacién en el reclamo, Todas estas oscilacio- hes intermediaticas se fiindamentan en el caracte atencional del panel sefaletico, en tanto que soporte de informaciones de utilidad publica Sefalética y publicidad Vamos a proceder por exclusion. Si bien rozare- mos aspectos de la propaganda politica e ideol6gica en general y su incidencia ocasional en el medio senia- lético, no queremos referimos especialmente a cues- tiones mas bien anecdoticas y sobre todo informales 229 como por ejemplo, el uso de paneles sefializadores como fondo de graffitis. Sin embargo, permitasenos un brevesncursion en ese campo. En estos casos es- ponténeos es evidente que no hay intencién expresa de vincular el mensaje y el soporte sefialético. El autor de graffitis no muestra una preferencia sistematica por los soportes sefalizadores, sino que aprovecha cualquier espacio disponible, una superficie en un lu- gar visible, con el fin de que su insctipcién alcance a Sus lectores esperados. El graffiti inscrito sobre un so- porte sefialético —y sobre cualquier tipo de soporte— Ro es sino un s«ruido visual» (noise), por relacién al secontenido» (el fondo), que puede ser un mensaje propiamente dicho —una comunicacién intencio- nada— 0 un espacio ausente de mensaje, pero siem- pre, obviamente, un espacio semidtico. E| problema del vandalismo, el graffiti y otras agresiones a deter- minados espacios y superficies no tiene relacién signi- ficativa con el binomio que vamos a tratar, que es el de a sefializacién, la propaganda y la publicidad ty las formas predecesoras de estas ultimas: ideologia y re- clamo comercial). Precisamente en respuesta a estas agresiones, la industria sefalética ha desarrollado una serie de materiales y sistemas de montaje y fijacion de paneles —por ejemplo, sin torillos— que dificul- ‘tan cada vez mas la accién destructiva de quienes ata- can y mutilan las sefales de informacion publica Naturalmente que la accién de los propagandi tas ideol6gicos sobre las antiguas sefalizaciones pé- treas daba muestras de una cierta agresividad, sobre todo con la demolicion de los Hermes —simbolos pro- fanos, pero al fin y al cabo simbolos sociales— y la substitucin de los simbolos en honor de los empera- dores, que era tarea de sus vencedores, etc. El graffiti conserva una cierta agresividad y se caracteriza por Su carécter espontaneo y no siempre intencionado es- tratégicamente por lo que se refiere a la eleccion de los soportes de inscripcién. La publicidad y el reclamo no son violentos, aunque pueden ser agresivos —so- bre todo con el paisaje y por la saturacién—. Podria- mos hablar en todo caso de una agresividad disimula- da, ya sea por la estetica, el humor, el erotismo y el espectaculo, que son los recursos fundamentales de la publicidad comercial La sefalizacién es prociive a la publicidad, a la propaganda, a la promocién comercial y al reclamo Pero también, inversamente, éstos tienden al espiritu y la forma sertalética —cuando no se amparan directa- mente en sus soportes—, como veremos mas adelan- te. Este aparejamiento, 0 este contagio, o esta oclu- si6n entre una técnica y un media de tales caracteris ticas que le dé soporte, arranca de la funcién informa- tiva original del panel sefialético pata ceder a la fun- cién persuasiva. En esta negociacion entre sefialética y publicidad concurren todos los recursos de la estra- tegia y la técnica de comunicacién. He aqui como la publicidad se incorpora al so- porte sefializador. Al igual que en los demas media, el anuncio se desiiza a veces timidamente en la sefial de trafico. Exactamente como en los tiempos en que Michelin, Peugeot y Pireli, por ejemplo, inscribian sus marcas en los paneles destinados a ciclistas y auto- movilistas. Entonces, el donante de las sefiales se convertia en el hacedor del soporte —y, sobre todo, de la informacién utiitaria—, y ese mecenazgo de lo socialmente beneficioso autorizaba a incluir discreta- mente su firma. Mucho después de haber sido prohi- bida /a inclusion de la publicidad de marcas comerci les en las sefales de tréfico —la administracion pu- blica substituiria a los donantes particulares o priva- dos—, una nueva estrategia apareci6: la publicidad en el reverso de las sefales urbanas y también junto a los paneles informativos. Asi, pues, la publicidad esta presente, via sefalizacion urbana, en los indicadores 230 de las calles, en los directorios urbanos, los planos ca- liejeros de la ciudad, los planos del transporte subur- bbano, los paneles de las paradas de autobuses, los re- lojes en los edificios, los marcadores deportivos... La publicidad, en suma —como uno de los fenomenos mas representativos de nuestra era de la telecomur cacion y los mass media—, se ha adherido vorazmen- te, y ya ireversiblemente, parece, a la misma piel de las ciudades, de sus edificios, de'su sitema nervioso que son las calles, las carreteras, las autopistas. Si tal como acabamos de ver, la publicidad se incorpora a los soportes de la sefalizacion callejera, primero timidamente y luego con todo su exhibicionis- ‘mo, por otra parte e inversamente, la publicidad se constituye en un media para la senalizacion, a la cual acoge y le da su soporte. De este modo, la publicidad procede como los antiguos donantes de sefiales publi- cas, pero a la inversa. Si aquellos firmaban discreta- mente las sefales que donaban, ahora el «donante» —el anunciante— invierte los términos compartiendo su propio espacio con una informacion suplementaria del anuncio, cleramente de carécter sefalético, y que ‘a menudo nada tiene que ver con él. Se trata de aque- llos paneles publicitarios sujetos a soportes verticales en el medio rural, en carreteras, o aplicados sobre mu- ros en las ciudades y pintados en las paredes exterio- ros do las casas on las entradas de los pueblos. Asi, el Anis X informa al automovilista que faltan X kilome- tros para llegar a la capital; las Camisas X ahaden a su mensaje una menci6n a las bellezas turisticas del lugar; los Tractores Tal dedican un recuerdo a la gas- tronomia autéctona; el Tabaco Cual le previene de la proximidad de una escuela; la Discoteca X le indica donde esta el aparcamiento pablico. Contenidos y mensajes todos ellos de sentido sefalético 0 que co- rresponden a la informacion sefaletica, pero que son asumidos secundariamente por la publicidad. Es interesante observar estas astucias que no son otras que el interés comercial amparandose o di simulandose con el interés piblico. :Son \gs coarta- das ingenuas de la publicidad para neutralizar su pre- ‘sin social, © €S que compartir el mensaje comercial ‘con el mensaje sefalético seria el tributo para estar presente el anuncio donde no existe la opcién de otros media? De cualquier modo, con informacion se- fhalética incorporada o sin ella, el anuncio sigue siendo el anuncio y esta evidencia no equivoca al espectador. Puede pensarse entonces que, por una parte, parece ‘como si el anuncio reconociese, en su egocentrismo congenito, la necesidad de aportar alguna informacion ade utilidad» que estaria ausente en el propio conte- nido del anuncio, o que tal vez necesitase «hacerse simpaticon por medio de un gesto desinteresado, De todos modos, y al margen de estas observaciones, lo ‘que nos paréce interesante desde el punto de vista sefalético, es que la publicidad, incluso cuando ella misma es su propio medium, recurra a la inclusion de informacion ajena a la finalidad de! anuncio y que es propia de otro medium: la sefalizacion. Una tercera y ultima variante de las transferen- cias entre sefalizacion y publicidad se presenta cuando ésta a través del anuncio ya no se incorpora al medium sefialético (variante uno), ni tampoco cuando ella misma se convierte en medium del men- saje sefalético que le es ajeno (variante dos). Es en- tonces cuando la publicidad, siendo pura y simple- mente apelacion comercial directa e inmediata, esto es, reclamo —en el sentido exacto del término—, toma de prestado la forma y a técnica de la sefializa- ci6n tradicional. En este sentido, el enunciado sefialé- tico «paso a nivel», por ejemplo, que es expresado por un pictograma, es exactamente equivalente del enunciado «posadan o «cervecerian, que se expresa- ban por medio de un cartel colgante encima de la 231 puerta en forma de banderola. Hay aqui una funciona- lidad informativa inmediata que es incluso més pro- xima a la senalizacion (senalizacion indicativa, pura y simple) que a la publicidad (mostracién, discurso, ar- gumentacién) Estas antiguas sefializaciones de hosterias, he- rrerias y demas servicios que el viajero encontraba en su camino, pronto se ornaron con los mayores deseos de singuiarizarse y embellecerse, de lo cual derivaria poco a poco una mayor complejidad formal pero tam- bién un mayor interés estético. Son admirables los ejemplos artesanales de esta clase de reclamo-sefial- zacién que todavia pueden encontrarse en algunos paises centroeruopeos. Esta sefalética progresiva ue se convertia en reclamo porque era cada vez més incitante, tomé carta de naturaleza en toda clase de ‘comercios, los cuales cubrian en parte sus fachadas con pinturas y paneles publicitarios, y colgaban visto- sos reclamos tan deliciosamente pintorescos como las enormes gafas indicadoras de las tiendas de dpti- ‘ca, las cabezas de caballo y de buey en las camicerias, los grandes paraguas, tijeras, pipas y toda clase de ob- jetos cotidianos agigantados que se prodigaron en las arterias de ciudades y pueblos a los que superpusie- ron una figuracién absolutamente surreaiista Pero el principio de senal no estaba lejos. Mas lejos quedaba el simbolo. La enorme figura del. para- ‘QVas, ias gatas, las teras, la pipa nos parece proxima a la sombra chinesca de la cuchara y el tenedor, la comamusa de correos 0 el teléfono de los pictogra- mas sefialéticos. Mas abstractamente atin pervive la forma de serial en el reciamo comercial, por ejemplo, con las franjas tricolor de las barberias, donde la sefial se concentra en una llamada Optica que suprime todo discurso y toda retorica En este vaivén entre sefalizacion, publicidad y reclamo, anuncios y simples sefales, estalla la época La publead wnitza con frecuencia el metodo pictogratico y se inspira asimismo fn e! lenguae propio de a crculacion vil, ‘un cuando aquello que se anuncia no tenga relacion con el tema En los anuncios aqui reproducidos se hace euidente esta absanvacin, tanto en Io que ‘afecta al uso de pictogramas y de las Tormas y colores de fas sefaies de trafice, como en lo que se rofere al languale: sAtencion, «Peatones», «Podge *Senaless, «Obigatono», »Ceda Ponda del pléstico. Y la gran mayoria de los pequefios comer- cios —los grandes usaran el neén— se visten con abundantes rétulos multicolor. EI pléstico y el neon triunfaran en esta nueva forma hibrida del reclamo-se- falizacién-anuncio. Rotulos publicitarios luminosos, intermitentes, cambiantes y parpadeantes —como los semaforos— treparan por las fachadas de los edificios, 0 los coro- narén, 0 se desiizaran por ellos en torrentes especta- culares (Picadilly Circus, Las Vegas), verdaderos alar- des tecnicos de alta especializacion, donde el kitsch no anda lejos. De estas cascadas de luz y color a la decoraci6n comercial y a la animacién promocional no hay ya mucha distancia, y aunque estas actividades terminan de hecho en el escaperatismo para empezar otra clase de acciones-reclamo en los grandes alma- cenes y supermercados, queda la publicidad en el punto de venta, que tiene mucho de sefialacian. JATENCION! PEATONES EN RODAJE PARA LOS NINOS, LA MEJOR AYUDA ES. ‘SU BUEN EJEMPLO 232 Atencion a nuestras senales Rompera obstaculos El IMPI, aun paso er ut a ava eer Et cao soma naar eB ar Eup ea erro es rac Forces y Fresco VY Ceda el paso al intercambio Un Pi Frnt ac 0 errs can wn propane Obligatorio estar informado 233 ae bet] ta] (G) (] OF] | [S| (WR FS] CL) [wl (FS) (Ee “2S SB) OF Bc) El individuo como sistema reactivo Los procesos de comunicacion, ya sea publici- taria, senalética 0 por otros procedimientos, tienen como punto de mira el individuo —aunque con orien- taciones y propésitos diferentes—. Por tanto, sera conveniente detenernos en aquellos aspectos esen- ciales y que son comunes a todas las formas de co- municacion por cuanto conciermen a la conducta del receptor. Conducta que no solo esta provocada por la comunicacion que se le dirige, sino que, inversamen- te, tambien esta determinada por la conducta previsr ble de los individuos. Por eso mismo, no vamos @ asi- milar esta doble condicién de la conducta con el con- ductismo y otros reduccionismos del comportamiento psicofisiolégico. Conducta que, por consiguiente, y en el contexto actual de las telecomunicaciones masivas, alcanza caracteristicas y dimensiones cuyo analisis no se puede sosiayar. {Por qué evocamos esta macrodimensién del universo de comunicaciones, y por aué vamos a inten- tar profundizar en sus aspectos psicosociolégicos? (Para qué emprender ese vuelo @ gran altura cuando estamos tratando un sujeto, como la sefsalética, mu- cho mas a ras del suelo? Lo hacemos por varias razo- nes. Para contrastar las orientaciones persuasivas y las orientaciones puramente informativas de comuni- cacién. Para comprender los efectos de una y otra en la sociedad, a pesar de que ambas a menudo se imbri- ‘can y confunden sus roles. Para mostrar, finalmente, la necesidad cada dia mas evidente, de pasar de rea lizar acciones de comunicacién aisiadas y puntuales, a disehar programas. Como todo organismo biolégico, el individuo — ¥. por extensién la sociedad—, es un sistema autoes- table, 0 sea que constantemente busca el equilibro entre su medio externo —el entorno— y él mismo. La autoestabilidad supone el funcionamiento de me- Canismos de autorregulacion de todos los recursos psicofisiolégicos por relacién a los cambios del medio exterior. Esta capacidad de adaptacién y de defensa al mismo tiempo, es la que mantiene el sistema en ‘equilbrio. Asi, el individuo, tanto como un sistema au- toestable es un sistema metaestable, a saber, que su estabilidad es un fin existencial intrinseco. La vida hu- mana tiene como soporte implicito el equilibria fisico y psiquico en respuesta a los cambios del medio exte- fior, Nuestra vida seria inconcebible si el hombre no tuviera las capacidades activas y reactivas, esto es, a aptitud por reaccionar los cambios los estimulos del medio exterior que perturban su autoestabilidad esencial, y por actuar sobre ellos. ‘A menudo el entorno de estimulos toma for- mas incluso agresivas y tambien altos niveles de pre~ sion. Densidad y agresividad alcanzan cotas que el in- dividuo ya no admite porque sus canales sensoriales —que «canalizan» los estimulos al cerebro— se en- cuentran al borde de la seturacion. Exactamente como las lineas telefonicas de una central cuando estan sa- turadas, que no hacen sino rechazar las llamadas que pugnan por entrar en linea, asi procede el sistema ‘sensorial humano cuando sus canales receptores es- tan sobresaturados. El sistema se bloquea. La capac- dad de los canales sensoriales humanos es, también, limitada, Pero la diferencia entre un sistema técnico y el sistema receptor humano esta en el hecho substan- cial que se trata de un aparato automstico predetermi- nado, frente a un ser psicolégico, enormemente mas complejo, alestoro, contradictorio y especialmente fluctuante. Este principio tiene como consecuencia que la permutacién de llamadas telefénicas ya realiza- das, por otras nuevas y que entran en la linea, se hace por un mecanismo automético, esto es, redundante y 236 limitado a este fin, de tal modo que el nimero de en- tradas en sus lineas nunca sobrepasaré su capacidad ni crear problemas en su funcionamiento. La capaci- dad, pues, de estos canales técnicos, puede ser ex- plotada al maximo sin que esto suponga ningun efecto secundario para la integridad del mecanismo En pocas palabras: la expiotacion, incluso a altos nive- les de saturacién, de un sistema como el telefénico, deja intacto e! sistema. Ni su estructura ni su funcio- namiento son afectados, ni tampoco, en consecuen- cia, el comportamiento sucesivo del sistema E| hombre, en tanto que organismo infinita mente més complejo, no es sdlo un sistema autorre- quiado, reactivo, etc. —ni es Unicamente un «siste- ‘man, en el sentido cibernético del término—, sino ba- sicamente un ser psicoldgico. Su aparato ‘sensorial confluye en el sistema nervioso central, por el cual cir- culan los estimulos del entomno convertidos en impul- sos de potencial eléctrico. En el cerebro, éstos crista- lizan en percepciones, conocimientos, vivencias, ex- periencias, recuerdos. El hombre es, pues, también, Un «sistema de memoria», con su parte consciente y Su parte inconsciente, y toda percencién deja un ras- ‘ro en la estructura y el contenido memorial. Por con- siguiente, los canales receptores humanos pueden, al- ternativamente, ocuparse, congestionarse y descon- estionarse, como en una central telefonica, por ejemplo, pero no la memoria, la consciencia, el subs- trato piscoafectivo, sin que cada nueva percepcion esté influida por las anteriores. Por tanto, e! sistema perceptivo humano nunca vuelve a su estadio prece- dente, siempre esta en evolucién, a causa precisa- mente de este circuito in crescendo por el cual lo per- cibido influye en los elementos mismos que operan la percepcidn. No se trata, pues, simplemente de que la presién de estimulos externos alcance la saturacion —siempre ocasional, por otra parte — de las capacida- des receptoras de los canales sensoriales humanos, sino de los efectos de esos estimulos acumulados y renovados, que son expresados a través de la con- ducta sucesiva. Por suouesto que el cerebro realizaré un pro- ceso metabdlico de todos los elementos que han sido absorbidos, y muchos de ellos serén eliminados —u olvidados solamente, como demostraria el psicoandl sis—. Pero esta metabolizacién ya no devolverd a la memoria 0 a la consciencia su estadio anterior. La pre~ sion de estimulos extemnos en los individuos muy sen- sibles 0 con desequilibrios nerviosos llega a provocar estados de tension, ansiedad e incluso a desarrollar procesos patolégicos en la medida que afectan grave- mente su equilibrio, su. estabilidad interna-externa Esta situacién extrema no es, por supuesto, nuestro punto de interés, pero es util como ejemplo de lo que queremos constatar. En sintesis: que los circuitos nerviosos humanos, asi como las consecuencias de percepciones acumuladas en el cerebro, experimen- tan otra clase de saturacién que, si bien se ha reali- zado a través de los canales sensoriales, ya no tienen nada en comin con la saturacién fisica —momenté- nea 0 prolongada— de estos canales Es la interaccién de la presién de los estimulos externos, produciendo constantemente respuestas in- ternas a estos estimulos hasta la saturacion y el ago- bio, lo que hace que el mecanismo finaimente se blo- quee. Son los recursos autoequilibrantes que cierran el sistema, Este «cierrer puede entenderse como «cerrarse @ escuchar, no querer atender, cerrar los ojos y relajarse, cerrar la radio, encerrarse a solas», etc... hasta que ese proceso de autoequilbrio se rege- nera y se vuelve disponible. 237 Dialéctica entre el individuo y el entorno La experiencia, 0 sencillamente el comporta- miento de aprendizaje, hace que cuanto més el indivi- duo se acostumbra a manejar estos resortes que go- biernan su equilibrio, mas y mas se va inmunizando a la presién de estimulos de su entomo que provocan alteraciones intemnas. Asi, después del bloqueo y la in- munizacién, se desarrolla una conducta que filtra, es- coge, selecciona. Hay un cambio de conducta cualita- tivo en respuesta a un problema cuantitativo. La aten- cién se vuelve més y més selectiva. Es asi como los intereses hemeostaticos de los individuos receptores y los intereses de los emisores de mensajes por los mass media, establecen una dia- léctica, 0 mas exactamente un dialogo de sordos, que no es sino una sucesion de acciones de los primeros provocando nuevas reacciones de los segundos. Es- tas nuevas y constantes acciones ante un receptor in- mune, se vuelven cada vez mas agresivas porque ‘chocan con este bloqueo del Otro, con lo cual le esti- mulan todavia mas en su bloqueo 0 en su privilegio —siempre vulnerable, sin embargo— de seleccionar aquellas solicitaciones que le atraen o le interesan en detrimento de todo el resto, e! cual se convierte asi fen mero ruido de fondo, esfuerzo perdido, entorno pa- rasito, pero cada vez mas saturado. En este forcejeo de los mass media, la presién competitiva aumenta en los mercados consumistas, se incrementan los esfuerzos, se agudizan las ideas, crece también un ambiente agresivo, se multiplican las inversiones financieras en difusién de mensajes — paralelamente, los costes de difusién también crecen or Su parte—, y asi el emisor llega a las cotas extre- mas del desperdicio: el rendimiento decreciente, fe- némeno bien conocido de los economistas donde una vez se ha llegado al umbral de saturacién, los efectos ya no aumentan mas aunque se sigan aumentando las causas (las inversiones). Pero el contexto receptive nunca es el mismo El principio que afirma que «las mismas causas produ- cen siempre los mismos efectos, seria exacto fuera del terreno psicolégico, esto es, si las circunstancias de recepcién fueran tambien siempre las mismas. Asi que, cuando Is estrategia cuantitativa agota sus resul- tados, hay que cambiar de estrategia: exactamente como procede el individuo en su autorregulacién vital, que opone a la presion externa, la conducta selectiva Esta dindmica de acciones y reacciones en el contexto de los media, conduce, como acabamos de seftalr, a la seleccién por parte de los individuos re- ceptores. Pero, écudles son los estimulos con mayo- res posibilidades de ser seleccionados, y por qué? En el nivel sensorial, los mas pregnantes®. En el nivel psicolégico, los mas implicantes. Recordemos que la sensacién precede a la per- cepeién. La sensacion es el estalido del estimulo en el espiritu (una pre-consciencial. La percepcién es la semiosis: la formacion del «sentido» del mensaje en la consciencia. Percibir es integrar. De hecho, esta dualidad sensacién-percepcion, se produce simulté- neamente ya que se trata de un mismo y tnico fen6- ‘meno; del mismo modo que estimulo-mensaje son dos cualidades de todo sujeto de comunicacion en tanto que sestimulanten de la atencién y vehiculo de un «contenido significanten, Esto es bien conocido por los estrategas de la persuasion. La pregnancia es obra de la plenitud de un es- timulo dirigiéndose a un receptor, la capacidad de ese estimulo por desprenderse vertiginosamente del en- (8) Conforme con la teora psicolinica de la Gestalt, la pregnancia fs Ia medide de Ia fuerza con que une forma se impone impreg: nando el espiritu del espectador 238 tomo de estimulos anuléndolos del campo de cons- Ciencia y convirtiendolos en un telén de fondo indife- renciado en favor de ese estimulo pregnante. La impi- cacién se realiza cuando hay correspondencia entre las necesidades 0 expectativas del individuo y cuando esas motivaciones coinciden con el contenido del mensaje percibido. La atencién oscila, progresivamente, de un es- tado difuso a un estado interesado y un estado de concentracién. Cuando el individuo selecciona se en- cuentra en estado de atencién difusa o interesada Cuando la atencién se concentra el psiquismo deviene plenamente activo, La pregnancia del estimulo despierta la aten- ci6n de su estado difuso o bien coincide con la aten- ci6n interesada. La fuerza de implicacién atrae la aten cin activa, Pero la atencién siempre esta vinculada a la motivacién. Puede estarse motivado hacia estimu- los funcionales —como las sefales informativas—, in- telectuales, estéticos, distractivos, lidicos, eréticos, etc. Es tanto la clase de motivacion como su inten: dad lo que determina los grados de atencion Los elementos sefialéticos implican —y no de manera banal aunque por brevisimos instantes— a los individuos que sienten necesidades puntuales de in- formacién para la accion. La selectividad del compor- tamiento perceptivo 0 de la atencién interesada coin- cide con la pregnancia de los mensajes: su lenguaje signico contundente, su brevedad, su significado con- centrado y expiicito. La informacion sefalética constituye de hecho un discurso, una secuencia de mensajes articulados entre si en un espacio dado orientando las decisiones de los individuos. Para la eficacia de estos mensajes sucesivos —pero discontinuos—, la fuerza de su preg- nancia o de su plenitud por destacar del resto y aso- ciarse unos con otros formando una cadena didactica, es en efecto fundamental para una comunicacién al servicio del individuo. No es suficiente el interés del receptor para te- ner que hacer el esfuerzo de localizar cada sefial en un recorrido. Es necesario que las sefiales vayan a su encuentro. La cuestién, pues, esté en establecer esta conexién entre las diferentes unidades informaciona- les distribuidas en el espacio y, por esta via, convertir en inmediata la vextraccién» de la informacion nece- saria de entre el entorno, a menudo cadtico, de esti- mulos y solicitaciones visuales. He aqui, en sintesis, como la comunicacion persuasiva opera la explotacion del factor pregnante ‘en primer lugar (el impacto), contrariamente a la co- municacion puramente orientativa, que opera exclusi- vamente con el factor utiitario (la informacion). Por otra parte, Ia comunicacion persuasiva de la propa- ganda y la publicidad, como integrantes del sistema de libre concurrencia a través de los mass media, ge~ nera, por la fuerza de la difusion, la ubicuidad, la den- sificacion de mensajes, la saturacion. Su eficacia se basa en la repeticion y, necesariamente, en la renova- cién de los mensajes que sufren por ello un inevitable desgaste. Ninguna de estas caracteristicas se dan en a comunicacién inforrmativa de la sefalética, Un principio de eficacia: hacer coherente un discurso discontinuo Los estimulos unitarios, pero aislados e incone- xos, que proceden de una misma fuente y tienen una misma funcion, pueden poseer individualmente un alto grado de pregnancia y de implicacién, pero no siempre tienen la facultad de vincularse entre si, 0 sea, [a capacidad de alcanzar una consistencia mayor ‘como discurso, un mayor valor sintactico y, por tanto, comunicacional. De todos modes, la dispersion que 239 esté implicita en la inconexién de ciertos mensajes contribuye a la atomizacion y al desorden en lugar de crear consistencia y orden entre ellos para constituir este discurso (discontinuo pero coherente) que se se- pararé de su contexto haciéndose perceptible como tale inteligible y utilzable. He aqui de nuevo las nociones de programa, serialidad, sistemética, planificacién, y el correspon- diente disefo de una matriz de divetsification que controlara la coherencia de! conjunto a pesar de las ‘contingencias de sus variables exégenas. Progra- mando —globalmente y no sélo en el corto plazo— es como el diseriador puede contribuir a crear planes de comunicacién para empresas y organizaciones es- pecialmente eficaces dentro de un contexto saturado de estimulos. El disefio de programas asume el hecho de que ya no es posible concebir soluciones aisiadas, por la sencilla razén de que no existen problemas ais- Jados de comunicacién. Unos se continuan en los otros —aunque no siempre de modo manifiesto—, ya Que todos ellos tienen un origen comun y apuntan a Objetivos y soluciones comunes. El disefio de programas, sin embargo, no ‘abarca solamente los aspectos gréficos, sino que esta tomando una importancia creciente en su diversidad: programas de productos (objetos, envases, embala- jes), programas de disefio grafico (didacticos, informa- tivos, publicitarios), programas. de disefio editorial, programas de disefio ambiental (interiorismo}, progra- mas de identidad corporativa, programas de’ imagen global, programas senaléticos. Recordemos que, en todos los casos, disenar programas significa 1. Crear un concepto-ndcleo que sera especial- mente propio, exclusivo y diferente —especifico—, valido y consistente, ya que tendra que ser explotado 2 lo largo del tiempo con el minimo de variaciones po- sibles (aun dentro de las mayores variables pricticas previsibies), 2. Formalizar este concepto-nticleo, visual zarlo en diferentes formas aplicadas a los problemas inmediatos, esto es, solucionar la probleratica actual por medio de la adopoién de este concepto-nucleo, 3. Diseriar una matriz de diversificacién de di- cho concepto, es decir, haber previsto de qué manera este concepto ya formalizado en un marco concreto sera explotado y como se comportaré en los diferen- tes contextos y sus variables. 4. Diseftar la normalizacién del programa: a manera cémo el concepto-nticleo y sus extensiones diversificadas en el espacio-tiempo tendrén que re- girse por un conjunto de normas precisas, las cuales aseguraran el comportamiento de cada elemento co- municacional por separado y en conjunto en funcién de la coherencia e integridad del programa 5. Disenar el proceaimiento de control del pro: grama con el objeto de que el concepto-nicleo no s0lo no se deforme, sino que persista a través de sus, variaciones y se revalorice dia a dia Sefalética e identidad corporativa. Integracion de dos clases de programas Cualquiera que sea el tipo de programa que se disene, todos ellos tienen unas mismas condiciones de base; éstas son las que se derivan ya no de sus diferentes orientaciones y aplicaciones, sino del he- cho comin de ser precisamente programas. Esto sig- nifica que todos los programas de disefio cumpliran por el hecho de serio, las funciones siguientes: — especifcidad y unicidad del concepto-nticleo, — coherencia entre los diferentes mensajes, — consistencia a'pesar de la diversificacion y variaciones de los soportes, 240 eS ce Se Rea eee Nm ue eu Eee Carey ic Gestion Empresarial Teemu) ery Créditos Crédito Instantaneo Apertura de Cuentas Imposiciones a Plazo — integridad a pesar de la discontinuidad tem- poral y perceptiva, ~ = congruencia a lo largo del tiempo, — normalizacion y flexibilidad Estas condiciones de base de todo programa se dan por igual, por tanto, en los casos que ahora vamos a examinar: el programa sefaletico y los pro- gramas de identidad corporativa. Pero hay, por si puesto otra clase de caracteristicas que son especif ‘cas de cada uno de estos programas. En la pagina 15, hemos expuesto las caracteristicas de la comunica- ci6n sefalética en un cuadro que ahora convendra ‘comparar con las caracteristicas de la comunicacion de la identidad corporativa que se describen en e! cua- dro adjunto. La comparaci6n de ambos cuadros pone en evidencia cudles son los puntos en que sefalética e identidad coinciden o difieren y, por eso mismo, se complementan. (La idea de inter media viene a la me- maria). Por ejemplo, la orientacién comunicacional es ahora doblemente informativa, ya que transmite infor- macion sefialética € informacion de la identidad. Pero también es persuasiva en consecuencia, en la medida que estd reforzando una identidad, una imagen. El fen- guaje es ahora simbélico, esto es, particularmente emocional. La presencia de los mensajes de identidad ya no es discreta —porque se quiere persuasiva—, sino que es notable —puique se quiere notoria—: de ahi la incorporacion de los signos de identidad a toda clase de medios y no séio al medio sefalético. La per- cepoidn de Ia identidad ya no es tan selectiva porque es estimulada por la pregnancia del mensaje que la soporta. Es por esto que la identidad en senalética afecta a la atencion difusa, y también a la atencién in- teresada cuando los individuos requieren la funcién mas especifica de la sefialética: la sefalacion in situ del lugar buscado. El funcionamiento sefalético es Caracteristicas de la comunicacion de la identidad corporativa Finalidad. Identificacion Orientacion Persuasive-informativa Procedimiento Visual Codigo. Signos de identidad, creados especificamente Lenguaje: Simboiico Estrategia de ia difusién. Mensajes incorporados a objetos y medios, Mensajes fijos in situ Presencia, Notable y sistematica Percepcion: Atencion difusa y atencién interesada Funcionamiento Instanténeo Espacialiaad, Intermitente Temporalidaa: Intermitente Interaccién: Mensajes —actos—-mensajes Persistencia memorial, Recuerdo por repeticion 2a2 también instantaneo pero sélo es automatico en rela ion con la identidad cuando ésta goza de gran noto riedad. La espacialidad es ahora intermitente en razon de la presencia de los signos de identidad en diferen- tes puntos cuya distancia entre ellos es aleatona, La interacoién comporta ahora mensajes que provocan actos y también otros mensajes (opiniones). La persis- tencia memorial es ahora intencionadamente buscada por el emisor por medio de la repeticién sistematica de un lenguaje superpuesto: la identidad Cuando la identidad corporativa se difunde por el medio sefalético, los efectos del programe se enri- quecen, ya que reunen ~"la funcion de identificacién / diferenciacién, el comportamiento sefialético (informacion) — Ia funcién de imagen de marca, — el procedimiento estético (persuasién) El autoequlibro vital del hombre con su entor- no; las motivaciones que orientan sus actos; la pre- sidn de estimulos y la saturacién del medio; la reac: cian individual y colectiva de bioqueo sensorial en res- puesta a un entorno de estimulos agresivos; despues la inmunizacion y la conducta selectiva; y también su isposicion atencional constante, ya que el hombre no puede vivir sin informacion, constituyen el entretejido profundo de las relaciones cotidianas de la sociedad con su entorno. Ciertos sistemas de informacién, Como el Sefialético y de identidad, dan respuesta ade: cuada a algunos de estos problemas inherentes a la integracion y e desenvolvimiento de los individuos en un medio saturado que se caracteriza cada vez mas por la complejidad, 243 4 — 30 Baa Escaleras 152, Salida de = emergencia fii x 5 152 5 152 +30 152 5 . 4 200 1 x x José Luis Fernandez eed “A pee P +06 Reflexiones a modo de conclusion Después del recorrido que hemos sequido por los caminos de la sefialética, su conceptualizacién y Su pragmatica, nos parece oportuno dar un gran salto hacia atrés en la comunicacién por sefales y signos. Conoretamente, en sus origenes remotos, ya en los, tiempos oscuros del homo sapiens, cuando nacia la expresion grafica (mucho después que naciera homo faber, manipulador y productor de objetos, y homo lo- quens: e! habla, al fin) En la misma medida que la sefialética reune y sintetiza las dos formas fundamentales de la expre- sién gréfica —imagenes y palabras (0 pictogramas y textos)—, es una tentacin pare nosotros establecer esta conexién imaginaria con los origenes del signo grafico en su doble vertiente icénica y linguistica, «Nos hemos admirado largo tiempo —sefala Edgar Morin— de los fenémenos de las pinturas prehistoricas, los simbolos, signos y graffitis, y hemos visto en ellos el nacimiento del arte, en lugar de ver el segundo nacimiento del hombre, es decir, el naci- miento de! homo sapiens. De golpe e! campo grafico de la humanidad prehistérica es muy vasto y muy va- riado: conviven el signo mas 0 menos analégico, la figuracion extremadamente precisa de las formas vi- vas y la representacion de seres quiméricos o irreales, No se trata, pues, de interrogarnos sobre un arte, la pintura, sino de entrar en la grafologia del sapiens. Grafologia en efecto importante, porque en su inmensa presencia y variaciones, y tambien en su sencillez Ultima, constituye el pulso de la historia misma de las ideas, perpetuada por medio de trazos: unos correspondientes a las formas visuales e imagi- arias; otros, a las formas mentales del discurso oral: (8) Edgar Morin, Le paradigme perdu: le nature humaine, Editions 4u Seu, Paris, 1973, los signos y el sistema de la escritura en tanto que transcripcién-transposicién del Verbo. En un texto breve pero extremadafnente con- centrado y preciso sobre el nacimiento del habia, Henri Laborit describe como el sapiens, mucho antes, en la historia de la evolucion humana, y «habiendo sin duda abandonado los bosques a los grandes antropoi- des arboricidas después de un cambio climatico, les obligé luego a caminar sobre sus dos patas traseras y libero sus miembros anteriores. Toda la estatica de la columna cervical se vié transformada y el agujero occipital se adelantd, lo cual, junto con el hecho de llevar la cabeza erguida, permitié el desarrollo de los l6bulos frontales y de las zonas asociativas. Entonces el cerebro estuvo al servicio de la mano y, en el curso de millones de afios, una reorganizacion profunda del sistema nervioso, ordenado por el uso de las manos, Condujo probablemente a la aparicion del homo faber, del hombre productor de herramientas. Pero esto no habria sido suficiente para permitir la extraordinaria evolucién de la especie humana si, sin duda por la ac- sion de los mismos factores de estatica corporal y ce- falica, la cavidad nasofaringea y la orientacion del ros- tro no hubieran proporcionado a nuestros primeros an- tepasados una caja de resonancia particularmente rica que permitio el nacimiento del lenguaje. En efecto, éste autorizaria primeramente la transmisién de la ex- eriencia de una generacién a las que le sucederian El lenguaje ha contraido el tiempo. La tradicion oral ha seleccionado los factores del éxito y evitado la repeti- ion secular de los mismos errores. Incluso el animal evolucionado no tiene a su disposicién, en ausencia del lenguaje, mas que el ejemplo gestual, de compor- tamiento, infinitamente menos rico que la tradicion ‘oral, puesto que debe esperar a que la ocasi6n apa- rezca en el entorno y se repita para manifestarse y para que se produzca un aprendizajen. 248 «Pero el lenguaje haria nacer sobre todo una posibilidad incomparable y hasta cierta punto temible: la de facilitar la abstraccion. A partir del momento en que e! hombre hubo comprendido que un sonido emi- tido por su boca podia serialar un objeto, una accién, Un sujeto, pudieron construirse las primeras frases y las relaciones interhumanas se volvieron de una efica- cia desconocida por otras especies. Habia nacido la sintaxis. Este mecanismo parece debido esencial- mente a este factor de apariencia secundaria que es la caja de resonancia nasofaringean.'” Liberadas las manos, homo sapiens establecia el fermento del lenguaje pictografico con sus incisio- nes tempranas, sus puntuaciones, rayados sobre las piedras y el barto, las huellas de sus manos y sus pies sobre la tierra fangosa y los trazados de figuras ele- mentales sobre las paredes de las cavernas: el punto, la linea, el circulo y la cruz, Muy lentamente y gracias a la capacidad humana de abstraccion, las figuras sig- nicas y simbdlicas de la prehistoria devendrian letras del alfabeto, con lo cual se estableceria la transcrip- cién del lenguaje fénico por medio de los signos de la escritura. Hay, pues, una evolucion larga y progre- siva en la transformacion del lenguaje pictografico —0 mas exactamente, de la expresiOn grafica— al len- vale jeroglfico, ideogratico y discursivo, y de éste al sistema alfabética. El primero es un lenguaje de for- mas mas 0 menos analogicas de la realidad visible, y mas especialmente simbslicas (la magia y los ritos de la supervivencia, a fecundacion y el exorcismo, las imagenes fantasticas). El segundo, un lenguaje signi- co, ideografico y discursivo, estructurado segun una sintaxis visual: el jeroglifico y el ideograma. El ultimo, (10) Henei Labor, Introduction a une biologie du comportement. agressivté deteourée. Union Generale d Editions, Pais, 1970 un lenguaje abstracto y convencional de signos nor- malizados basados en la notacion fonética, donde cada sonido verbal tiene su representacién alfabética y las articulaciones sintécticas son plasmadas en el devenir del Texto. Algunos consideran el advenimiento de la escri- tura como el momento en que, de hecho, se inicia la civilzacion —hacia el ano 4000 antes de nuestra era— Es aqui, probablemente, donde el hombre descubre con sus capacidades abstractivas, otro mundo mas alla del inmediato y evidente de la materia y la ener- gia: la nocién fundamental de informacion. «La infor- macién es informacién, no materia ni energia» (Wie- ner, 1948). Efectivamente, las capacidades abstracti- vas del ser humano, con la invencién del alfabeto, constituyeron un avance portentoso en el desarrollo de! mundo civlizado, Este esfuerzo formidable de abs- traccién y de sintesis conseguiria establecer un sis- tema minimo, extraordinariamente reducido de signos —las letras del alfabeto y los signos numerales— que habrian de permitir ya para siempre la plasmacién y la transmision a los demas hombres y a la posteridad, de todas las ideas, célculos y especulaciones intelec- tuales, todas las vivencias, las experiencias y las fan- tasias ‘de lo imaginario. He aqui el prodigio de poder expresar, transmitir y conservar la informacion sobre cosas presentes y ausentes, en un sistema minimo de signos simples. La trascendencia de este descubri- miento no tiene parangén con otras conquistas de la Humanidad De este procedimiento fundamental, modelo de todos los codigos de comunicacion, procederdn to- dos los sistemas de signos: musicales, quimicos, ma- tematicos, técnicos, cientificos, desde los cédigos se- cretos de los alquimistas hasta los sistemas signicos de la informatica pasando por la simbologia heraidica, la escritura «brailler y todos los sistemas convencio- 249 nales de comunicacién por signos, sefiales y simbo- los, cualquiera que sean los grados de su abstraccion y de su complejidad. El principio de signos simples y estructuras progresivas de conjunto signicos, asi como sus rela- ciones codificadas, es paradigmético de todos los sis- temas de signos. La sefialética recupera asi, en cierta forma, el origen de la comunicacion picto-alfabética con la instrumentalizacion de los simbolos, pictogra- mas y colores. Es gracias a la nocién basica de serial gréfica, que reencontramos en los sistemas de signos sefales de orientacion, la presencia activa de un len- uaje silencioso e instanténeo, inmediato y directo al servicio de la informacion. Por eso el sistema sefialé- tico ofrece, como ningin otro sistema de signos e imagenes, capacidades virtuales de una autodidaxia generalizada, gracias a un lenguaje pictogréfico univer- sal en un mundo de més en més abierto, complejo y abarrotado de estimulos sensoriales fuertes y agresi- vos, que no siempre proponen una forma uliltaria y neutra —no persuasiva ni autoritaria— de relacion in- formacional al servicio de los individuos —no masa— en su deambular por los espacios cada vez mas abier- tos y estructurados de la vida cotidiana Hay quienes consideran este redescubrimiento del lenguaje de sintesis picto-alfabético para la infor- macién, como un retroceso a un pacado remote en cl que predominaba el signo sobre el discurso oral 0 es- crite; del mismo modo que otros se lamentan del pre- dominio de las imagenes sobre el texto y de la comu- nicacién de masas sobre la comunicacién «cultan, 0 la telecomunicacion técnica sobre la relacién interper- sonal. La comunicacién humana, sin embargo, evolu- ciona en diferentes direcciones al mismo tiempo, y el hecho de utilizar cada sistema de lenguaje en funcion de su especializacion y de su especificidad expresiva, nos hace mas aptos para una comunicacién més di- versa y rica, en la misma medida que cada sistema de lenguaje y de representacién supone un modo es- ecifico de conocimiento de las realidades y de trans- mision de las ideas, No son los instrumentos de la comunicacién los que determinan los progresos 0 las regresiones sociales, en el estado actual de las disponibilidades en este sentido. Son las intenciones comunicacionales y ‘en todo caso el uso que se haga de unos medios de ‘expresién que como tales son neutros e infinitamente manejables: la escritura pictografica y alfabética, es- peciaimente. No es un retomo a eras lejanas, ni por supuesto, 2 estadios primitives de la humanidad, el que sin articular palabras seamos capaces de desen- volvernos en los laberintos de una gran ciudad desco- nocida, 0 que seamos aptos para manejar un aparato electrénico complejo al que antes nunca habiamos visto, gracias a un «modo de empleo» expresado cla- ramente por medio de esquemas mas que por medio de palabras, Se trata en realidad de una universaliza- cién de las comunicaciones, un ensanchamiento del campo de comprension y de accién, de este campo semantico siempre acotado y preservado por los com- partimentos estancos de una fronterizacién idiomati- ca, Los disefadores de programas sefialéticos y de sistemas de signos entran de lleno en este mundo donde la informacion se funcionaliza, se sintetiza, se estetiza y se universaliza al maximo para una comuni- ‘cacion abierta y especialmente autodidactica. Es el principio mismo de la sefialética como medio instanté- neo de informacién para la accién individual tal como hemos definido al principio de este libro. Bibliografia M. BALADA y R. JUANOLA Ledueacié visual a escola, Rosa Sensat - Ecicions 62. Barcelona, 1984. René BERGER La mutation des signes. Devo Pais, 1972, Jecques BERTIN ‘Sémiologie graphique. Mouton y Gauthierilas, ParisLa Haya, 1979. Gérard BLANCHARD y otros La letra. Enciciopedia del Dseho, Ediciones Ceae. Barcelona, 1987 Ginette BLERY La securite par Fimage on «L'vsine rowel», n° 11, Fanci Chr. A. BLOMDahi ANDERSEN Principios generales de la comunicacion visual. Seminarios y Ediciones. Madris, 1975, 4, 8008N univers des signes. Masson, Paris, 1974, Dieter BOEMINGHAUS. Zona para peatones. Insit fir Umweligestaltung. Kar Kramer, Stuttgart, 1978. Gilles de BURE bo Je Centre Geo fou. Cree n° 96, Francia. Bes ture dans fa vile. 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Republica Federal Alemane Senalética El potencial autodidactico de la sefialética Etimologia La sefialética en el contexto de los medios de comunicacién social Las coordenadas comunicacionales La comunicacién temporal y la duracién La comunicacién espacial y la secuencia Las orientaciones de la comunicacién Conclusiones sobre la especificidad y funciones de la senalética Los origenes de la sefaléticé La sefalizaci6n y el marcaje rudimentarios La sefializacion en la Antigiiedad La sefializaci6n en la Edad Media La sefalizacién vial. Primeros intentos de normalizacién De la sefializacién a la sefalética Empirismo y redundancia de la sefalizacién La sefalizacion y el entorno Las micro extensiones de la sefalizacién Los dominios de la senalética Las premisas sefialéticas El individuo como centro Hacer inteligible el espacio de accion Adaptacién de la sefalética al medio Imagen de marca Informacién linguistica Una economia generalizada Conclusiones sobre las diferencias entre sefializacién y sefalética 34 40 42 48 102 104 104 107 112 112 113 14 7 7 121 255 Metodologia para la creacién de programas senialéticos La nocion estructural de «programa Como se organiza un programa sefaiético Las relaciones interprofesionales El proceso, paso a paso Conceptos y técnicas senialéticos Propiedades de! lenguaje sefalético Abstraccién y esquematizacidn en el diserio ‘A de pictogramas ‘ La pauta modular y el repertorio de infrasignos como base normative de la serialidad. El ejemplo de los Juegos Olimpicos de Munich 1972 ‘ Depuracién expresiva del signo icénico. El caso de los. pictogramas para los Transportes en USA Algunas consideraciones criticas Pictogramas e ilustraciones Tipografia senalética Cromatismo sefialético E| Manual de normas sefaléticas. Dos ejemplos Premisas para el diserio de programas senaléticos, Errores en el disetio de programas Pictogramas inviables Pautas y normas deficientes Ubicacion iracional de las sefales Sefialética y otras disciplinas del disefio grafico Sefialética y Publicidad El individuo como sistema reactivo Dialéctica entre el individuo y el entorno Un principio de eficacia: hacer coherente un discurso discontinuo Sefalética e identidad corporativa. Integracion de dos clases de programas Reflexiones a modo de Conclusion Bibliogratia 122 128 128 130 140 142 144 148 187 166 176 182 184 25 218 220 225 229 236 238 239 240 252 256

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