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Pide a Jesús

que te enseñe a
asistir a la
Santa Misa.

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2
AL INICIO,
El sacerdote se acerca al altar
y lo besa, como si besara
al mismo Jesucristo.

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El sacerdote
hace la señal de
la cruz,
recordando que
la Misa es la
renovación del
sacrificio de la
Cruz.

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Sacerdote:

Decimos todos:

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Sacerdote:
El Señor esté con vosotros.
Todos decimos:
Y con tu espíritu.

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Cantamos con
alegría:

7
DIN DIN DON DAN, DIN DIN DON DAN
DIN DON DIN DON DIN DAN.
DIN DIN DON DAN, DIN DIN DON DAN
DIN DON DIN DON DAN.

Vamos, niños, a Belén, vamos a ver al


Señor;
vamos cantando y jugando como amigos
de Jesús.

Los pastores de Belén, le ofrecieron a


Jesús lo mejor de sus rebaños, ¿qué le
ofrecerás hoy tú?

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DIN DIN DON DAN, DIN DIN DON DAN
DIN DON DIN DON DIN DAN.
DIN DIN DON DAN, DIN DIN DON DAN
DIN DON DIN DON DAN.
La Virgen y San José querían mucho a
Jesús, mira cuánto tú le quieres y
compórtate mejor.
Los amigos de Jesús celebran la
Navidad con el corazón muy limpio y
ayudando a los demás.

9
Sacerdote:
Jesucristo, el justo, intercede por nosotros y
nos reconcilia con el Padre.
Abramos, pues, nuestro espíritu al
arrepentimiento, para acercarnos a la mesa
del Señor.

10
En el
ACTO
PENITENCIAL,
todos juntos
pedimos perdón
por nuestros
pecados.

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Sacerdote:
Tú que viniste a visitar a tu pueblo con la paz: Señor, ten piedad.

Decimos todos:
Señor, ten piedad.

Sacerdote:
Tú que viniste a salvar lo que estaba perdido: Cristo, ten piedad.

Decimos todos:
Cristo, ten piedad.

Sacerdote:
Tú que viniste a crear un mundo nuevo: Señor, ten piedad.

Decimos todos:
Señor, ten piedad. 12
Sacerdote: Oremos...

-Al final de la oración todos decimos: Amén.

13
En la
LITÚRGIA DE
LA PALABRA,
escuchamos la
Palabra de Dios
con atención para
ponerla en
práctica.

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Evangelio de San Lucas...

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Peticiones:
Para que en esta Navidad todos recibamos a Jesús que
quiere llenar nuestra vida de ilusión y de amor.
Roguemos al Señor.

Todos: Te rogamos óyenos.

25
Peticiones:
Para que abramos nuestras manos y nuestro corazón
a los demás y les comuniquemos la alegría de la
Navidad. Roguemos al Señor.

Todos: Te rogamos óyenos.

26
Peticiones:

Por los niños que pasarán estos días en el hospital,


para que el cariño de su familia y la compañía de sus
amigos les ayude a tener ánimo y esperanza.
Roguemos al Señor.

Todos: Te rogamos óyenos.

27
Peticiones:

Por todas nuestras familias para que vivan unidas y


alegres, y sean acogedoras y solidarias. Roguemos
al Señor.

Todos: Te rogamos óyenos.

28
Peticiones:

Para que los gobernantes y los que tienen poder


trabajen por la justicia y la paz y todas las
personas tengan lo necesario para vivir. Roguemos
al Señor.

Todos: Te rogamos óyenos.

29
Peticiones:
Para que estemos dispuestos a compartir y a
ayudar a los demás. Roguemos al Señor.

Todos: Te rogamos óyenos.

30
Peticiones:

Por todos los alumnos y profesores de nuestro


colegio para que el trabajo y el esfuerzo de cada
día nos haga muy felices y nos ayude a crecer.
Roguemos al Señor.

Todos: Te rogamos óyenos.

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Liturgia Eucarística:

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OFRENDAS

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Te ofrecemos, Jesús, los
sobres con nuestra aportación
para la Campaña de Cáritas.
Sabemos que hay familias
que tienen dificultades y
necesitan la ayuda de todos.

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Te presentamos las ofrendas del Pan y del
Vino.
En la mesa de la Eucaristía serán para
nosotros tu Cuerpo y tu Sangre.

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Sacerdote:
Bendito seas Señor...

Decimos todos: Bendito seas por siempre señor.

Sacerdote: Orad, hermanos, para que este sacrificio, mío y


vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso.

Decimos todos: El señor reciba de tus manos este


sacrificio para alabanza y gloria de su nombre, para
nuestro bien, y el de toda su santa iglesia.

Sacerdote.
(Oración sobre las ofrendas).
Por Jesucristo Nuestro Señor.

Todos: Amén 36
Sacerdote:
El Señor esté con vosotros.
Todos: Y con tu espíritu.

Sacerdote:
Levantemos el corazón.
Todos: Lo tenemos levantado hacia el
Señor.

Sacerdote:
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Todos: Es justo y necesario.

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El sacerdote dice:

En verdad es justo y necesario es nuestro deber y


salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor,
Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo,
Señor Nuestro.
A quien todos los profetas anunciaron, la Virgen esperó
con inefable amor de Madre, Juan lo proclamó ya
próximo y señaló después entre los hombres.
El mismo Señor nos concede prepararnos ahora con
alegría al misterio de su nacimiento, para encontrarnos
así, cuando llegue, velando en oración y cantando su
alabanza.

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El sacerdote dice:

Por eso con los ángeles y arcángeles y con todos


los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno
de tu gloria:

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Decimos todos:

Santo, Santo, Santo es el Señor,


Dios del universo.
Llenos están el cielo y la tierra de tu
gloria.
Hosanna en el cielo.
Bendito el que viene en nombre del
Señor.
Hosanna en el cielo.

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El sacerdote, con las manos extendidas, dice:

Santo eres en verdad, Padre, y con razón


te alaban todas tus criaturas, ya que por
Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la
fuerza del Espíritu Santo, das vida y
santificas todo, y congregas a tu pueblo sin
cesar, para que ofrezca en tu honor un
sacrificio sin mancha desde donde sale el
sol hasta el ocaso.

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LA
CONSAGRACIÓN
es el momento
principal de la
Misa. Jesucristo,
por medio del
sacerdote,
convierte el
pan y el vino
en su Cuerpo y
Sangre. 42
Sacerdote:

Por eso, Padre, te suplicamos que


santifiques por el mismo Espíritu estos
dones que hemos separado para ti, de
manera que sean Cuerpo y Sangre de
Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que
nos mandó celebrar estos misterios.

43
Sacerdote:

Porque él mismo, la noche en que iba a


ser entregado, tomó pan, y dando gracias
te bendijo, lo partió y lo dio a sus
discípulos, diciendo:
Tomad y comed todos de él, porque esto
es mi Cuerpo, que será entregado por
vosotros.
Del mismo modo acabada la cena tomó el
cáliz, dando gracias te bendijo, y lo pasó
a sus discípulos, diciendo:

44
Sacerdote:

Tomad y bebed todos de él, porque éste es


el cáliz de mi Sangre, Sangre de la alianza
nueva y eterna, que será derramada por
vosotros y por todos los hombres para el
perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.

45
Sacerdote:
Éste es el Sacramento de
nuestra fe.

Todos:
Anunciamos tu muerte,
proclamamos tu resurrección.
¡Ven, Señor Jesús!

46
Sacerdote:
Así, pues, Padre, al celebrar ahora el
memorial de la pasión salvadora de tu
Hijo, de su admirable resurrección y
ascensión al cielo, mientras
esperamos su venida gloriosa, te
ofrecemos, en esta acción de gracias,
el sacrificio vivo y santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de


tu Iglesia, y reconoce en ella la
Víctima por cuya inmolación quisiste
devolvernos tu amistad, para que,
fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre
de tu Hijo, y llenos de su Espíritu
Santo, formemos en Cristo un solo
cuerpo y un solo espíritu. 47
Sacerdote:
Que él nos transforme en
ofrenda permanente, para que
gocemos de tu heredad junto
con tus elegidos: con María, la
Virgen Madre de Dios, los
apóstoles y los mártires, y
todos los santos, por cuya
intercesión confiamos obtener
siempre tu ayuda.

48
Sacerdote:
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de
reconciliación traiga la paz y la
salvación al mundo entero. Confirma
en la fe y en la caridad a tu Iglesia,
peregrina en la tierra: a tu servidor, el
Papa…, a nuestro Obispo…, al orden
episcopal, a los presbíteros y diáconos,
y a todo el pueblo redimido por ti.
Atiende los deseos y súplicas de esta
familia que has congregado en tu
presencia.
49
Sacerdote:

Reúne en torno a ti, Padre misericordioso,


a todos tus hijos dispersos por el mundo.
A nuestros hermanos difuntos y a cuantos
murieron en tu amistad recíbelos en tu
reino, donde esperamos gozar todos
juntos de la plenitud eterna de tu gloria,
por Cristo, Señor nuestro, por quien
concedes al mundo todos los bienes.

50
El sacerdote junta las manos, toma la patena
con el pan consagrado y el cáliz y,
sosteniéndolos elevados, dice:

Por Cristo, con Él y en Él,


a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.

Todos decimos:
Amén.

Después sigue el rito de la comunión

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Rito de la Comunión
Sacerdote:
-Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo
su divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
Todos:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado
sea tu nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona
nuestras ofensas, como también nosotros
perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes
caer en la tentación, y líbranos del mal.

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Sacerdote:
Líbranos de todos los males, Señor...
Todos:
Tuyo es el reino, tuyo el poder y la
gloria, por siempre, señor.
Sacerdote:
Señor Jesucristo, que dijiste...
Todos: Amén.
Sacerdote:
La paz del Señor esté con vosotros.
Todos:Y con tu espíritu.

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Todos:
Cordero de dios, que quitas el pecado del mundo, ten
piedad de nosotros.
Cordero de dios, que quitas el pecado del mundo, ten
piedad de nosotros.
Cordero de dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.

Todos:
Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero
una palabra tuya bastará para sanarme.
El cuerpo de Cristo.

Todos: AMÉN
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Durante la Comunión
cantamos con alegría:

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Yo soy un pastorcillo camino de Belén, le llevo pan al
Niño, le llevo leche y miel.

CON EL PAN, CON EL PAN


YO LE PIDO LA PAZ.
CON LA LECHE Y LA MIEL,
YO LE PIDO LA FE.

La Virgen me recibe, la Virgen y San José; el Niño me


sonríe, sonríe Emmanuel.

Toquemos los panderos, cantemos al Señor; que el


mismo Rey del Cielo escucha la oración.

Con todos mis amigos vendremos otra vez a ver al que


ha nacido en la gruta de Belén.
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Al terminar la
Santa Misa, el
sacerdote nos
bendice a todos y
nos despide.
Nosotros damos
gracias a Dios.

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Oración después de la comunión
Sacerdote:
Oremos..........Por Jesucristo Nuestro Señor.
Todos:
Amén.
Sacerdote:
El Señor esté con vosotros.
Todos: Y con tu espíritu.
Sacerdote:
La bendición de Dios Todopoderoso Padre, Hijo y
Espíritu Santo descienda sobre vosotros.
Todos:
Amén.

Sacerdote:
Podéis ir en paz.
Todos: Demos gracias a Dios.
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Cantamos con alegría:

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SI CADA NOCHE FUERA NOCHEBUENA, SI
CADA DÍA FUERA NAVIDAD, NO HABRÍA NI UN
LUGAR PARA LA PENA Y EL MUNDO VIVIRÍA
EN SON DE PAZ.
SI CADA NOCHE FUERA NOCHEBUENA, SI
CADA DÍA FUERA NAVIDAD.

Si todos nos sintiéramos hermanos, si el bien


prevaleciera sobre el mal, no quedaría sitio para el
odio y no habría rencor ni enemistad. Si todo el año
fuera Nochebuena, si todo el año fuera Navidad.

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SI CADA NOCHE FUERA NOCHEBUENA, SI
CADA DÍA FUERA NAVIDAD, NO HABRÍA NI UN
LUGAR PARA LA PENA Y EL MUNDO VIVIRÍA
EN SON DE PAZ.
SI CADA NOCHE FUERA NOCHEBUENA, SI
CADA DÍA FUERA NAVIDAD.

Si nadie se creyera más que nadie, si fuera


nuestro afán colaborar, nuestro mundo sería una
familia y la gente tendría felicidad. Si todo el año
fuera Nochebuena, si todo el año fuera Navidad.

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