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Vêlâminis I

§ Al fin Liebre § Ache Ele

§ Ánima de San Bruno § Dav Cast

§ Froy-Balam § Hernán Brizuela C.

§ La Estrella Púrpura § Nosi

§ Pablo Aguilar § Rosuka

§ t’sujul § Zoltar

Francisco de Goya, Saturno devorando a su hijo, 1819-1823, Museo del Prado.


El hijo del papá del Ahuizote Estridentópolis, La Vieja. Lunes, 4 de abril de 2011.

EDITORIAL
«Comer carne es una prerrogativa de los dioses.»
Mario Vargas Llosa

D espués del segundo matrimonio uno se da cuenta que la


carne se vuelve más un deporte que un alimento. Y
curiosamente he llegado a esta afirmación tras sostener una
diatriba telefónica con mi primer ex esposa: Juno.
Supimos quizá desde el principio que nuestra relación se
vería marcada por nuestros hábitos digestivos. Ella odiaba
cenar pesado pues las pesadillas la agobiaban entrada la noche.
Supongo, ese fue el caso de la última llamada telefónica.
Eran cerca de las tres de la madrugada (la hora de las
brujas) cuando sonó mi móvil de manera insistente. Dejé mis
menesteres nocturnos y atendí con desánimo pues en la mesa
quedaba todavía un poco de añejo pidiendo a gritos ser devorado. Su voz hizo cortocircuito ipso facto,
está claro que es quizá una de las voces que menos hubiera esperado encontrar del otro lado del auricular:
Nuestra ruptura fue caótica: Llantos, jarrones voladores, ropa por la ventana y hasta la vieja televisión de
bulbos que atesoraba infinitamente. Juno nunca soportó la idea de que yo hubiera perdido el interés por
ella, por su cuerpo —dicotómicamente aún ahora, me sigue pareciendo simplemente fenomenal—. Hará
ya varios años de aquella situación.
Entre sollozos me dijo, quedo: «Otra vez he tenido pesadillas.»
Mi reciente nueva soltería resbaló por mi garganta dolorosamente, como queriendo quedarse sobre
mi lengua y escurrir sobre el aparato telefónico y es que, acá entre nos, cuando Juno y yo vivíamos en la
misma cama acallábamos esas pesadillas producto de las excesivas cenas en las hamburguesas Búfalo con
una actividad física vigorosa (aprovechando el spot publicitario que fácil entra en el Homo Videns).
Esa pequeña frase, simple y llana seguida del sepulcral silencio que se hizo entre nuestros
respectivos aparatos moduladores/demoduladores parecía un grito desaforado, desgarrador en medio de la
noche sempiternamente sola, en medio de la bohemia etílica de mis discos de música vieja que jamás me
tocó vivir y mi botella de añejo doble v; insertado de manera alevosa en el centro del hielo que enfriaba el
candor de mi copa. Se coló de manera incisiva, desgarrando primero mi oído, dentelleando y arrancando a
mordiscos mis membranas internas hasta lograr desgarrar un agujero hasta mi cerebro; una idea
propulsada por uno de esos gritos que son secos, sencillos y más mudos que sonoros es fácilmente
fusionable con el alma y como ella, fácilmente acomodable en el vehículo superior de esta: La sangre.
En breve, todo yo era un manojo de nervios olfativos, un torrente de calor incontenible, voraz; era
una lengua áspera y un oído aguzado guiado por el tropel incansable del corazón que escuchaba
desbocado del otro lado del auricular. Podía escuchar sus linfocitos chocar unos con otros y cómo se
gestaba en su bajo vientre una colisión de galaxias inminente; me salieron garras, alas de almizcle y ojos
centelleantes rellenos de luciferasa; Había dejado el hábito pasivo del comensal y me convertía en un
deportista nato, dispuesto a seducir lo antes seducido, a corretear lo antes acechado: Era un cazador.
Antes de colgar el teléfalo le dije fingiendo sobriedad: «Yo paso por los condones».
AL FIN LIEBRE
ediciones digitales
Estridentopless, Abril de 2011

 Imagen: RIUS, Ilustración para el libro «No consulte a su médico».

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El hijo del papá del Ahuizote Estridentópolis, La Vieja. Lunes, 4 de abril de 2011.

TESIS CONTRARIA

T ambién por mediaciones del espejo mis ojos


te ven. Afuera el durazno, en su lentitud,
madura los frutos, una ligera brisa marítima toca
soporte humano que está entrecortado de aire y
jadeos aún? ¿Qué se suspende de razonamientos,
emotividad, ensayos por decir, cuando el relieve
con sus labios la diminuta piel suspendida. que somos, sobres las sábanas, nos amanecen
Movimientos en vaivén, sin cálculos, sin espirales erguidas enredaderas unas sobre otro?
adversas de tiempos, ni espacios. Sobre la esquina (Sobre el escabel la edición fría de un tomo
de la cama tu costado me recuerda el margen con nuestras posiciones. Los pliegues de sus
mamífero de tu ser. Mis manos ciegas apenas hojas son verdades apuntadas desde nuestro creer.
contribuyen a sentir, tacto mendicante, la lisura Los muros rosa se emancipan goteantes como en
de tu color. Tus labios dicen silentes dolores, escena que la creciente abastece para sorber el
desde su grosor mi nombre expelido me regresa aire que nos contagia de muertes súbitas al
al yo comunicado, a la parte en que esa declinar. Una jarra de cristal con agua, mengua
bipersonalidad, en su quehacer, admite la juntura cierta opacidad con el colorido de su glaciación.)
sudorosa en su fruición. Sobre tu cuerpo la tela
transparente es más negrura al recortar la El espejo continúa formulando variaciones
respiración de tus membranas, mientras la noche sobre ti.
con ventanas abiertas juega a abrasar aún más la Mis ojos atisban sobre los reductos de tu
porción viva de ti, la que engulle mi empuje, la figura; la sombra, pendular zozobra me incita la
que devuelve con gracia estearina mi ofrenda por música de mi nombre pronunciado. La noche
ti asimilada. desliza palabras de flauta, rítmicos sedales del
No nace desde mis ojos la física corporal de bochorno. Entre el abrir y cerrar de ojos la
tu desasosiego, nace de la intercesión que el luminosa verdad acontece sobre todo acto, todo
azogue me convida cuando aún los segundos suceder, ahora que tu sueño es una tesis contra las
imantan la animalidad que nos acumula. ¿Qué, formulaciones de la objetualidad del amor.
desde mi empalme contigo, corresponde al Ache Ele

Kitagawa Utamaro, sin referencias.

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El hijo del papá del Ahuizote Estridentópolis, La Vieja. Lunes, 4 de abril de 2011.

LA CARNE ES DEVIL

L
a carne que me atiendes es la carne que no comprendes.
La carne ausente es la carne displicente.
Mi alimento preferido: la carne descerebrada.
No sepo de carencias, ya nada me ata a la prisa de ser visto
un día me descarnaron las culpas hoy soy puro soplo estelar.
Las de carne posadas en mi mitad.
Carne de cañón.
Carne nueva.
Carnita buena no va a comer, Mike Laure: Tiburón, tiburón.
Carnen, se me perdió la cadenita, que tú me regalaste Carnen.
Pambazos de carne polaca, besos polchi.
Ánimo carnestolendo bajo los paraguas de la modorra.
¡Tanta carne y yo chimuelo!
Entre más carne, más pecado.
Al pulque sólo le falta un grado para ser carne.
La carne pagada al hueso es la más sabrosa.
Con esa carne ni frijoles pido.
Se me antoja una milanesa, tú pones la carne y yo la mayonesa.
Cuando el jodido tiene para carne resulta que es vigilia.
Ánima de chiripa, no te agüites si todavía hago sombra
lo que no sabes es que el humor nunca estorba.
Ya con esta me despido sin hacer tanto aspaviento
no hay pecado si al leerme te pusistes bien contento.
Fiuti fú!!!
Ánima de San Bruno

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El hijo del papá del Ahuizote Estridentópolis, La Vieja. Lunes, 4 de abril de 2011.

CORPÓREO
°

A doptó una actitud de desprecio


hacia él, con el pasar de los días
encontró el detalle que tanto le había
molestado de él en un principio, era
esa actitud chocarrona que
manifestaba sin empacho alguno.

Cuando la vio por primera vez


sus miradas se cruzaron, ella le dijo
todo y él lo comprendió, sin pensarlo
dos veces, él la abordó mientras
pretendía ayudarla. Como diría su
padre, se le cruzaron los cables por
ella y con eso su destino estuvo
sellado.

En aquella ocasión la carne


terminó por dominarlo y corrió hacia
ella sin concurrencia alguna y
sorteando todos los peligros la alcanzó
y como si de un durazno se tratara la
devoró hasta el hueso, el calor del
verano se mezcló con el dulce aroma
de sus cuerpos y su intención se había
transformado en algo propio, esclavo
de su cuerpo aquella dulce y delicada
materia de la cual estamos hechos,
primera frontera de nuestra conciencia,
terminó de sucumbir al tierno abrazo
de su muerte.

Dav Cast

Peter Raul Rubens, Saturno devorando a su hijo, 1636-1638, Museo del Prado

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El hijo del papá del Ahuizote Estridentópolis, La Vieja. Lunes, 4 de abril de 2011.

VÊLÂMINIS
¿Qué es la carne?
¿Por qué nos atrae?
¿Por qué nos dejamos llevar por su olor?
¿Por qué sentimos obsesión por ella?
¿Por qué nos excita?
¿Por qué la erotizamos?
¿Por qué caemos a los pies de su humedad, de sus
volúmenes, de sus inconmensurables placeres?
¿Por qué nos causa la lujuria?
¿Por qué nos hace voyeuristas, onanistas, cunilingües?
¿Cómo nos condena a la perversión?
¿Por qué la volvemos deidad?
¿Quién nos enseñó a verla así?
¿Fue el Diablo? ¿Por qué él? ¿Cómo nos convenció?
¿Y sí fue Dios cuando dijo: carne de su carne?
¿Fue por la idea de que seremos polvo?
¿Polvo al polvo entonces carne a la carne? ¿Tu carne a
mi carne?
¿Y si me das de tu carne y yo de la mía somos
caníbales?
¿Has visto si de verdad las mordidas te dejan en
huesos?
¿Quién nos engañó si es un placer que mi carne esté en
tu carne y viceversa?
¿Quién dijo que es pecado desear la carne?
¿Crees que sería pérdida de tiempo amar la carne,
perderse en la carne, obedecer a la carne, aventurarse en
la carne, explorar la carne, morder la carne, besar la
carne, chupar la carne, extraer sus jugos y rebosar en
ellos?
¿Crees que sea una fabulosa mentira o una espantosa
verdad?
Santiago Caruso, Festum Caro, http://www.deviantart.com/ ¿Crees que sea algo del instinto? ¿O algo de la Fe?
¿Y si mejor te invito a que comas de mí y yo de ti para
salir de estas monumentales dudas: y qué tal si mejor
haces de mí tu carnaval?
Hernán Brizuela Casimir

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El hijo del papá del Ahuizote Estridentópolis, La Vieja. Lunes, 4 de abril de 2011.

Jo (Poli) Cosme, Pedazo de carne 2, http://www.deviantart.com/


LA CARNE

E ntre calles fútiles y malolientes, te arrastras


hacia mí con la furia que te dan 2 poderosas
razones que penden de ti. Caminas, intentas
misterio y oscuridad todo el lugar. Con los ojos
cerrados, con tu lengua colgando en el piso y los
pantalones también, al fin llegas. Te incorporas
mantenerte en pie. Las pulsaciones de tus venas en el umbral de la puerta principal de entrada.
retorcidas te inducen perfectamente hacia el Acaricias con tus sucias manos las paredes
camino de tu venida. Atraviesas cantinas, los mohosas, te paras en mi puerta. Me dices: —hola.
peores prostíbulos de la zona, pero sabes que Mojas tus pantalones, te tomo entre mis manos, te
tienes que llegar a mí, por que como yo nadie. meto en la cama y acabo contigo, como es tu
Después de beber varias copas en esa cloaca de gusto. Y es así toda la noche. Me tomas, me
cantina, terminas entre las piernas de esa que paras, me dejas caer, me volteas, me muerdes y
creíste que era yo, pero al olerla te das cuenta de lames todo en mí. Yo solo me dejo. Tomas de mi
que no es así. Entonces sales encabronado, tras la mesa, los cigarros que necesitas para
búsqueda de mí, de mi olor. De mí. Avientas reconfortarte. Te doy el último trago de mis
todo, a la puta, a la copa, el dinero y sales del piernas y nos dormimos. Yo entre tus brazos y tú
lugar. Te diriges de nuevo a mí. La noche ha entre mis muslos.
caído, cubriendo con su manto de infinito La Estrella Purpura.

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El hijo del papá del Ahuizote Estridentópolis, La Vieja. Lunes, 4 de abril de 2011.

GRITO ENSABANADO

L a carne que como de él todos los días


Me asfixia
La voz de su amante que invade mi cama
Me canta
Sus pulsaciones ya no saben qué hacer
Me invaden.
Nosi

Barry Godber, portada del álbum In the Court of Crimson King de King Crimson, 1969.

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El hijo del papá del Ahuizote Estridentópolis, La Vieja. Lunes, 4 de abril de 2011.

CARNAL

B uscando, olfateando, finalmente llegué a ti.


No fue ella ni aquella, fuiste tú quien con apenas un gesto, enervaste mi sangre y sedaste mi
consciencia; alebrestando mi carne para que fuera tras de ti bajo la luna, como animal de monte.
Celebro la danza de insistir ante tu aparente negativa. Esas miradas nuevas, son el preludio de un
banquete en el que cada quien se ofrece y se disfruta a su manera.
Tu pelo, tu piel, tus labios… no me pierdo ninguna de tus exquisitas formas. Me aferro, te agitas,
nos disolvemos; y compartimos una sonrisa mientras la urgencia se cuela entre las sábanas.
Despierto y tu cabeza está sobre mi pecho; hueles rico. Ha sido perfecto pero, ¿sabes?, todavía
tengo hambre.
Pablo Aguilar

Pablo Picasso, Minotaure caressant du mufle la main d'une dormuse, 1933.

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El hijo del papá del Ahuizote Estridentópolis, La Vieja. Lunes, 4 de abril de 2011.

Carly, Carne Asada, http://www.deviantart.com


EL PEDIDO

Y o ya sé qué quiero.
Necesito una especie de esponja suculenta,
avinagrada, con un toque de mostaza. La
“chuparse los dedos” conmigo no funciona,
prefiero la lengua. El misterio de cocido en tres
partes le da una moralidad pecaminosa.
fibra debe dejarse penetrar hasta la médula, la Para terminar, pido que los trozos sean
requiero humilde, violada por el delicioso cáncer torturados con la espiga de la brocheta. Hay carne
de las hierbas finas, con metástasis en todo el que está hecha para ser empalada. Que escurra
cuerpo ofrendado. Me gusta que sepa del tiempo, largo tiempo, que moje el pan en su sollozo. El
su paciencia (tan envidiada por la fast food) le sudor y la agonía en la tortura medieval.
confiere santidad. La necesito tres cuartos, que se Brochetas, estéticamente interesantes, erectas,
pueda morder y deje el vacío de la crudeza (otra prometedoras, provocativas (tanto para quien la
prueba de humildad), para ser rellenado por mi come, como para el espectador). Quizá y exista
boca. Penetrar la carne es un halago, sabe, la un sacrificio a posteriori.
resistencia le da carácter: “no todo es fácil”. Creo que eso es todo, sé esperar, ni se
Al llegar el aroma, la saliva se arma de preocupe por determinar un tiempo máximo.
bienvenidas, me agradan las bienvenidas de las Alzo la vista y veo el rostro del mesero, al
bocas que hablan de antojos y otras cosas. Es la fin. No me equivoqué de lugar.
rendición del cuerpo al ser mordido, y si puede
dejar un hilo de jugo en la comisura, el Rosuka.
lengüetazo será potencialmente exquisito. Eso de

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ME SOY, ME TENGO

H e cambiado, lo sé, lo saben, me lo han


dicho. Dicen que ahora sonrío más y que
mis ojos están más avispados, más brillosos,
Pacientemente pero con la ansiedad y con la
desesperación del que espera, espero. Espero
unos días a que mi dedo índice (que ya no es más
como si la felicidad se hubiese quedado en mí que la mitad) se recupere, sane un poco para
permanentemente. volver a morder, para chuparlo, para comérmelo.
Es apenas parecido a cuando degustas, deshaces
Me han preguntado si acaso estoy
un caramelo de miel en la boca.
enamorada, he dicho que sí y esa mirada furtiva
hacia mi dedo índice cubierto con una gaza Después, cuando estoy solita y cuando la
sanguinolenta y mi sonrisa traviesa no hacen más tarde está llegando a su final, todo lo hago como
que confirmarme que soy yo mi única cómplice. un ritual:
¿Cómo fue? Lo recuerdo perfectamente. Quito cuidadosamente la gaza, la despojo
Esa reunión de trabajo me aburría y causaba tal de sus amarras, suave, despacio y liberada la
nivel de ansiedad que empecé a mordisquear el herida, la observo un minuto. Luego la poso en
pellejito que sobresalía a un costado de la uña. Un mis labios, cierro los ojos y le paso la
pequeño jaloncito con mis dientes y el sabor a lengua...empiezo a mordisquear, primero con
metal inundó mi paladar. Cómo nunca antes cariño, juguetonamente (mi corazón palpita
disfruté del sabor de la sangre. Disfruté el rápido y fuerte), lamo nuevamente y muerdo por
momento, chupé, sorbí, pero… mordí. Mordí mi fín: arranco de tajo otro pedacito, lo mastico, lo
carne y ahí todo cambió para mí. Es una locura, degusto y como en un orgasmo duradero me voy
lo sé, es un placer que duele pero que termina en hasta el cielo mientras siento como pasa por mi
una tremenda gana por morder otra vez. garganta.
Por alguna razón, sé que ya no soy la Hoy mientras las prisas me ganaban por
misma desde ese día. Mi carne y yo, hemos por salir de casa me he golpeado el dedo meñique y
fin, logrado una comunión y ya no hay extrañeza, yo, sonrío abiertamente.
ya no hay más alejamiento. Es como si fuera t'sujul.
ahora yo, más mía.

Nachan, Fille Concrete, http://www.deviantart.com/

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El hijo del papá del Ahuizote Estridentópolis, La Vieja. Lunes, 4 de abril de 2011.

Fotografía: Zoltar

D e la penumbra se escurrió tu espectro en la sangre


Azotaste al murmullo con tu exquisitez maldita
El rocío penetró la sensibilidad y anunció la entrega de las nubes
sentencia temporal de los poros dependientes
En la espesura del trigal la calma nunca llegó
Y sentenció la quemazón de los vientres del maíz
Las olas del castigo perturbaron al guardián
Gracias a la diosa de la cosecha los valores fueron cercenados
y de la espada se reprodujeron las cenizas de los huesos viejos
Química celestial se refleja en la sombra de la primavera.
Zoltar

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Se terminó de digitalizar el lunes, 4 de abril de 2011
en Estridentópolis, La vieja.
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