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El departamento de Nariño es muy rico en tradición artesanal de orígenes

indígenas. Los Incas que poblaron estos territorios ya presentaban habilidades


destacables en el trabajo de metales, cerámica, tejidos, talla en piedra y madera,
de las cuales hoy en día se conservan y producen el barniz de Pasto, trabajos en
madera, cuero repujado, paja toquilla, talla en miniaturas, obras en tamo,
ebanistería y filigrana en oro, entre otros.
 
Barniz de Pasto
La mopa mopa o barniz de Pasto, es una resina que se obtiene de un árbol del
mismo nombre conocido también como árbol de cera, que se encuentra en las
regiones sub-andinas del Putumayo. Esta técnica se conoce desde tiempos pre-
colombinos, como lo demuestran las cuentas de mopa mopa que encontró la
antropóloga María Victoria Uribe en excavaciones de tumbas de caciques
protopasto, que vivieron en el período comprendido entre el siglo IX y el XIII, en el
altiplano de Ipiales y en el norte del Ecuador.
 
Existen elementos decorativos como platos, imágenes de ñapangas, vírgenes,
cuadros, etc. Actualmente la producción se ha extendido también a elementos
utilitarios de oficina como pisa-papeles o portalápices y a objetos domésticos
como mesas, bandejas, portacubiertos, portavasos, entre otros.
 
Técnica
Se recibe la resina vegetal en su estado natural, se hierve en agua, se bate y
aplana con martillo, repitiendo esta acción en varias oportunidades para lograr
limpiar el producto y comenzar a moldear la masa uniforme. Se continúa
pasándola varias veces por el molino, buscando lograr una fina lámina que se tiñe
con anilinas y purpurinas de colores como rojo, verde, amarillo, blanco o haciendo
gamas a partir de su color natural que es el negro. Luego se procede a templar la
masa entre dos o más personas cogiendo los extremos con ambas manos y la
boca y logrando una película delgada que se adhiere sobre una superficie de
madera previamente preparada, lijada y pintada. Con un bisturí se adelanta el
corte de las membranas que luego se van retirando obteniendo así la figura. En
ocasiones se ayudan de escuadra y compás para lograr figuras asimétricas. Una
vez terminada esta fase se procede a dar acabado a las piezas con laca
transparente.
 
Talla en madera
En Nariño la talla es patrimonio artístico de casi todas las poblaciones del
departamento; encontramos pórticos, retablos, sillerías, columnas, repisas, arcos y
coros de iglesia que constituyen el poema palpitante de sus grandes tallistas. En
ellas se admiran verdaderos cuadros costumbristas religiosos y bíblicos, motivos
ornamentales, plantas, animales, dragones, monstruos, figuras humanas y
elementos arquitectónicos.
Existe una modalidad muy peculiar: la talla en miniatura de marcada perfección y
finura, que produce obras de arte microscópicas, consideradas como filigrana en
madera blanca que lastimosamente y por falta de respaldo está prácticamente en
extinción.
La mayoría de los artículos que se encuentran son decorativos, muebles , juegos
de cubiertos, figuras tradicionales como ancianos o campesinos y figuras
religiosas como Cristos, crucifijos, vírgenes y ángeles, entre otros.
 
Talla en piedra
El trabajo en piedra es una actividad artística muy antigua que proviene de la
prehistoria. Se trabajan artículos ornamentales como fuentes, esculturas,
elementos arquitectónicos como columnatas, arcadas, frisos, pasamanos, pisos,
etc.
 
Elaboración y técnica
Para la talla en piedra se requieren algunas herramientas especiales y otras
rudimentarias. Las piedras utilizadas para la talla resisten con su dureza los
instrumentos de acero y al afilador que da la forma deseada. Después de haber
extraído los bloques de la cantera, se procede a su desbaste, que puede ser
realizado en el mismo sitio o en el taller del tallador, utilizando una masa de hierro
de 7 Kgr. Se golpea la piedra rompiéndola hasta dar a las caras cierta regularidad
y con la ayuda de la martellina, instrumento dentado por lado y lado se quitan las
protuberancias que quedan en la piedra. Se procede a dar el bosquejo de la figura
que se va a realizar, usando para ello un cincel de 22 cm de largo y de corte
afilado. Para el desarrollo de la obra completa se utiliza un sinnúmero de buriles,
gurbias, escofinas, escuadra, compás, codal, trinchante y buzarda. Para el
acabado se usan barnices, pinturas o colorantes. Entre los artistas que han
logrado que se mantenga viva esta noble pero “dura“ labor como aporte al
patrimonio cultural y artístico de la región podemos mencionar al maestro Octavio
Eraso Valencia y Cardenio Narvaez.

Mitos y leyendas

En cuanto a fen ese tiempo no había energía eléctrica y las carreteras de los
extremos del sector urbano eran callejones con muchas ramas y árboles, además
muy estrechos. Contaba que había salido a esta hora algo ebrio, al llegar al
callejón para cruzar a su casa vio que delante de él iba caminando una mujer
joven, vestida de negro. Don Segundo siguió su rumbo y esta mujer no lo
desamparaba en ningún momento, de pronto él se puso a pensar ¿Quién es?,
entonces se detuvo y ella también se detuvo.

Don Segundo avanzó y ella de igual manera, entonces le dijo ¿Qué pasa?, ¿A
dónde va usted? Y ella no le contestó, simplemente lo vio. Era una mujer muy
joven, muy bonita, vestía de negro; lo llamó. El emocionado la siguió, porque se
enamoró al instante. Decía que lo llevó a una casa muy hermosa, lo hizo acostar
en una cama muy lujosa, con colchón muy suave y le dio de comer unas ricas
frutas y dulces, se acostaron y vivió los momentos más felices de su vida.
Así se dejó encantar por este espíritu maligno, de cara horrible, con senos
inmensos y cabello que le llega a los pies.

Cuando despertó se dio cuenta que estaba a orillas del río, bajo una mata de
espinas y se encontraba lampareado de estiércol de vaca.

Dicen que muchos borrachos fueron encontrados muertos a orillas del río. A don
Segundo lo protegió un escapulario que había portado en su cuello.

El duende

Es tradición que en un lugar, cercano a la vereda de la Victoria, una Señora joven,


de buen aspecto, se encontraba en cinta y en uno de los tantos caminos se
encontró un niño de cabellos rubios, rizados, tes clara y sonrojada, quien le ofreció
una cierta cantidad de frutas, todas ellas apetecibles.tod aquel

La señora recibió la dádiva, convencida de la que sus ojos miraban. Al llegar a


casa su esposo se admiró al ver que su esposa llevara estiércol fresco de ganado
y la reprendía diciéndole que si necesitaba ese elemento para la cocina, debería
ser seco y no fresco, para que ardiera.

Desde aquel día, todas las tardes, a las cinco, se aparecía en la puerta aquel niño,
visible solamente para ella y la atraía inexplicablemente y la conducía a lugares
lejanos, donde aparecía desmayada.

Para librarla del encantamiento del duende, le recomendaron matar una oveja, de
un año y con la piel sangrante y fresca, que cubriera la enferma con mantas y se
colocara a su alrededor a cuanto niño pudiera encontrar. Así mismo que cuando
se le apareciera el duende, la señora debiera repetir tres veces seguidas y en voz
alta: "¿Ángel desventurado, sin auxilio ni consuelo, por qué no cantas ahora, las
alabanzas que cantabas en el cielo?" Al terminar esta oración, el ángel se puso
triste y no molestó a la señora.

El guagua llorón

Mucha gente en el trayecto de Guachucal a Muellamués asegura ver visto al


Guagua (niño pequeño) Llorón, un espíritu en forma de niño que llora
desesperadamente por haber muerto auca (sin bautizarse).

Un señor que por un percance en la ciudad del Ipiales se le hizo tarde y tuvo que
regresar a altas horas de la noche a su tierra natal de Muellamés. En el punto
llamado el Molino se encontraba un señor, una señora y un niño que estaba
llorando en la zanja. Como la noche era muy oscura no se podía apreciar a estas
personas, pero ellos se encontraban de lado y lado sentados a la orilla de la zanja.
El señor iba caminando por el otro extremo, entonces, se detuvo y les preguntó:
"¿Que pasa?", "¿Por qué hacen llorar al niño?", "¿Qué pretenden?", éstos no le
contestaron nada.

Dicho señor se sulfura y les reclama el por qué no le contestan, que miren el niño
que está llorando; pero siguen callados. Se acerca por un lado y mira a un niño
que se estaba ahogando en el lodo. El niño llora desesperadamente, aumenta el
llanto. En vista que no le hacen caso, pensó que es peligroso que lo involucren en
algo, entonces les dice palabras soeces y se marcha.

Al llegar a casa les comenta a los miembros de su familia lo ocurrido.

Al otro día por la mañana tuvo que regresar a Guachucal a realizar unas compras
y por curiosidad se acercó al lugar de los hechos y se da cuenta que la zanja era
seca, no había lodo y ni siquiera había huellas de personas que estuvieron ahí.

Días después un compadre le comunica que a él

La vieja

Don Segundo Carlosama, perteneciente al Barrio Veinte de Julio, fallecido hace


más o menos veinte y cinco años comentaba que se le apareció “La vieja”, un
espíritu en forma de mujer, que espantaba a los borrachos o los mataba.

Una vez estuvo jugando billar hasta las 0.30,

El departamento de Putumayo tiene variedad de danzas producto de la influencia


colonizadora en el territorio, principalmente de las regiones Andina y Pacífica
colombianas, por ser estas las regiones más cercanas. La danza indígena, aunque
no ha tenido reconocimiento nacional ni difusión externa, y se conserva relegada
en un segundo plano, es parte importante de la cultura del departamento; no se
tiene un baile típico que identifique al departamento dentro de otros contextos,
excepto por las investigaciones recientes realizadas de parte de entusiastas de la
danza y llevados al público en presentaciones folclóricas dentro y fuera del
territorio.

Los bailes que tradicionalmente se han expuesto en presentaciones culturales de


la región son el bambuco, el sanjuanero y la guaneña; el primero disperso en los
departamentos de Antioquia, Caldas, Risaralda, Quindío, Tolima, Huila,
Santanderes, Cundinamarca y Boyacá y la parte o mitad oriental del Valle, Cauca
y Nariño; el segundo es la máxima expresión musical del Huila ante los ojos del
mundo entero; y el tercero es el típico baile nariñense presentado especialmente
en los carnavales de Negros y Blancos en los primeros días del mes de enero.
 

El folclor de estos pueblos ha tenido gran influencia en el pueblo putumayense y


hoy se puede afirmar que forma parte de la cultura local, aunque no sea
representativo del departamento en otros contextos más amplios.

San Juanero

Es una versión del bambuco con movimientos de joropo. Las figuras son la
invitación, los ochos, los coqueteos, la arrodillada, la levantada del pie, la
arrastrada del ala, el secreto y la salida final.

Este baile es exclusivo del departamento de Huila y lo representa en contextos


más amplios como eventos nacionales e internacionales de folclor colombiano; sin
embargo se práctica en el departamento de Putumayo en algunas ocasiones,
dadas la semejanzas geográficas y sociales de su población.

La Guaneña

Este baile es originario del departamento de Nariño; sin embargo se practica en


Putumayo, especialmente en el valle de Sibundoy, en la región del Alto Putumayo,
años atrás de jurisdicción nariñense.

Aunque el tema tiene ritmo de bambuco, éste es más alegre y fiestero. La letra de
la canción se compone de no más de cuatro frases musicales que se repiten una y
otra vez.

Durante los carnavales de Negros y Blancos, que también se realizan en el


Putumayo cada año en el mes de enero, es cuando surge nuevamente la guaneña
para recordar a propios y extraños la importante influencia nariñense en los
antiguos y actuales habitantes del departamento.

 
Danza de la Uva Caimarón

Esta coreografía es el producto de la investigación realizada por el licenciado


Eladio Humberto Paz y el grupo de danzas Indi Waira (sol y viento) en el Medio y
Bajo Putumayo, acerca de la cosecha de la uva caimarón.

La danza se enmarca dentro de la categoría popular, ya que surge localmente


mediante la adaptación de ritmos foráneos pero se ajusta a la identidad del
campesino putumayense. El grupo Indi Waira ha expuesto la coreografía en el
marco de importantes eventos nacionales, obteniendo reconocimiento de parte de
las instituciones encargadas del fomento cultural.

Con la danza de la Uva Caimarón se comienza a formar la identidad del


putumayense en cuanto a baile y expresiones musicales.

Descripción
Esta danza se mueve al compás de su tema musical de ritmo alegre, fiestero y
pegajoso, entrelazando pasos de bambuco que dejan ver la alegría y
espontaneidad del campesino putumayense. Tres parejas hacen la coreografía.

Con paso suave y sutil entran las mujeres con canastos y los ubican frente al
árbol; al mismo tiempo señalan los frutos maduros listos para la cosecha y los
reciben en los canastos. Con intrepidez obtienen los mejores frutos del árbol y los
descuelgan hábilmente.

Terminada la recolección, los frutos son seleccionados y escogidos para formar


los racimos provocativos. Los hombres engañan a las mujeres robando algunas
frutas de su canasto. Al darse cuenta, las mujeres los castigan; el castigo no tiene
mayor crueldad, ya que los hombres han disfrutado del delicioso sabor del fruto
que ha quedado en su paladar.

Ahora ellos, ayudados por sus mujeres, cargan los canastos a sus espaldas y los
llevan para ofrecer el producto en el mercado. Los danzantes salen del escenario
para finalizar así este baile popular.

Trajes
 

Hombres

Utilizan camisa de manga larga, confeccionada en tela sencilla de colores claros y


estampados; el pantalón es de un diseño clásico y resalta a través de los parches
circulares el arduo trabajo del campesino y a la vez engalana con sobriedad la
ceremonia. Los pies descalzos simbolizan la unión de los hombres con la madre
tierra; un contacto que le da fuerza y seguridad.

Como parte de su atuendo utiliza un sombrero de paja para protegerse del sol y al
cinto reluce un machete, guardado en la lujosa vaina de cuero.

Mujeres

Cubren su cuerpo con un vestido tallado hasta la cintura de falda amplia; la


confección se hace con telas finas de vivos colores que reflejan la alegría y el
espíritu juvenil. Adornan sus trenzas con lazos de cinta de colores vivos, que
hacen juego con el vestido como símbolo de la feminidad. La ausencia de joyas y
adornos muestran la sencillez y entrega al trabajo.

Instrumentos
 

Guitarra
Este instrumento musical se clasifica como cordófono pulsado. Consta de una caja
ovalada estrechada por el centro, que tiene un agujero circular en el centro de la
tapa y un mástil con trastes, por encima de los cuales pasan seis cuerdas que se
pulsan con la mano derecha y se pisan con la izquierda.

Bandola
Este es un instrumento de cuerdas para ejecutar con plectro; su origen es europeo
y desciende de la mandolina y la bandurria; consta de 16 cuerdas repartidas en 4
órdenes triples y dos dobles. Se le conoce más popularmente con el nombre de
lira.

Tiple
Es un instrumento de cuerdas descendiente de la guitarra; su tamaño es pequeño
pero sus cuerdas fueron triplicadas en cada orden (12 cuerdas). El tiple es una
guitarra muy aguda.

Cucharas
Instrumento clasificado como ideófono de choque. Son un par de auténticas
cucharas de cocina fabricadas en madera. Se ejecutan golpeándolas entre sí con
las manos. La resonancia se produce en la palma de la mano del intérprete.

Danza de la panela

Ésta es una coreografía producto de la investigación del licenciado Luis Eladio Paz
y el grupo de música y danzas Sachukualpa (Tierra de Selva).

En este baile a ritmo de bambuco se muestra la actividad de la elaboración de la


panela a partir de la caña de azúcar, tal como se acostumbra en el Medio
Putumayo. Los movimientos son trémulos y acompasados con el sonido del tiple,
la guitarra y la percusión.

El tema musical utilizado se denomina “El Trapiche”, composición de Hebert


Cerón, Bernabé Narváez y Miguel Rosero.

Trajes
 

Hombres
Sombrero de paja, camisa remangada de colores vivos (fucsia, azul celeste),
pantalón negro o de telas frescas, zapatos de tela de sencilla elaboración
“abuelitos”, machete y su respectiva vaina.

Mujeres
Vestido sencillo de vivos colores con pliegues y a media pierna. Dos moñas
sujetan el cabello con tiras de tela del mismo color del vestido, zapatos de tela
livianos o “abuelitos”.

Instrumentos

 Tiple
 Guitarra
 Percusión.
Danza indígena

La danza indígena, aunque conserva apartes de su identidad, ha sufrido el


fenómeno de la transculturación; pese a esto es tal vez la única danza
representativa del departamento porque muestra la percepción de los antiguos
frente a la colonización, la dominación y el sufrimiento causados durante tiempos
anteriores.

Saraguayes
Esta es una danza tradicional que los indígenas del Alto Putumayo realizan
durante el carnaval o “klestrinyé”; es un baile especial en el que se plasma la
pureza y el poder del indígena kamentsá, en el cual se busca reflejar algunos
valores de la comunidad mediante la vestimenta y los movimientos utilizados.
Cada grupo puede plasmar en el baile lo que quiere resaltar de su historia y
vivencias; así, por ejemplo, algunos realizan el baile con ira y con rabia para
demostrar su sentimiento frente a los españoles “que se han llevado todas las
riquezas y dejaron sólo la pobreza”. Antiguamente los danzantes eran doce pero
hoy en día sólo son seis, todos hombres.

En la coreografía se hacen ochos y cuadrados principalmente, aunque pueden


variar las figuras y la vestimenta más no el sexo de los danzantes.

Trajes
Generalmente los personajes utilizan camisa y pantalón blanco, una capa de seda
color fucsia, en la cabeza llevan un morrión o tocado piramidal adornado de
espejos y algodón. Para su danza llevan bombos grandes.

Instrumentos
La música para este baile es ejecutada con flauta travecera y bombo.

San Juanes

Este es un baile de fiesta que demuestra alegría y se práctica durante los


carnavales indígenas del Putumayo. El elemento principal es un gallo vivo que
debe ir colgado de cabeza en el centro de la plaza o escenario en donde se
efectúa la danza (los sanjuanes halan de la cabeza del animal hasta que este
muere).

La burla forma parte importante de esta danza, ya que según los kamentsá se
pretende desquitarse de los españoles con gestos y señas burlescas. Los
sanjuanes son hombres que generalmente se disfrazan de mujeres o llevan
muñecas para realizar juegos graciosos. Aunque no es exclusivo para
determinados miembros de la comunidad, siempre se trata de ocupar a los
mismos danzantes cada año. La danza la integran ocho hombres encargados de
realizar movimientos lentos que poco a poco aumentan su velocidad y se bailan
como bambuco; las diferencias son que inician y terminan en una sola hilera y
llevan el compás con varas; al final se entregan las varas a los mandaderos para
concluir con la danza.

Trajes
La “pacha” o falda negra, el “tupulli” o blusa color rojo y la bayeta o reboso de color
azul o rojo y las “chaquiras” o manillas de cuentas, son generalmente las prendas
que conforman el vestuario de la mujer indígena del Alto Putumayo. Se colocan
encima sacos de paño viejos y mugrosos como muestra de ironía y burla. En los
pies llevan botas pantaneras.
 

Accesorios especiales
Máscaras en madera con rostros de hombres sacando la lengua (simbolizan la
memoria de los indígenas que por variadas razones se ahorcaron en tiempos
pasados). Muñecas de tela para hacer gracias y travesuras. Pueden llevar además
un canasto sujeto a la espalda y tejido de manera artesanal para complementar el
vestuario.

Instrumentos
 

 Flauta travesera
 Bombo
 Quena.
Danza del Matachín

Es un baile tradicional que se realiza durante el carnaval indígena o en las


jornadas de cosecha por medio de cuadrillas e ingas. Los matachines son cinco
hombres que en señal de alegría por las buenas cosechas obtenidas en el año,
con la fuerza del brazo al sol y al agua, danzan al ritmo de sus instrumentos
musicales. En los versos pronunciados durante el baile exclaman sus apellidos
más comunes como juajibioy, jacamijoy, chindoy, entre otros.

Trajes
La “cusma” o túnica negra de lana, la ruana o “capisayo” de hilos verticales azules
y blancos, la “chaquira” o collar de cuentas menudas anudado al cuello y el resto
de elementos que conforman el vestuario típico del hombre indígena sibundoy, y
en la parte superior una corona de plumas de vistosos colores.

Instrumentos
 

 Campanas
 Cascabeles
 Bombos
 Tambores
 Cachos 
Bambuco Tradicional Indígena

Este baile tradicional se practica en ocasiones como los matrimonios, las


cosechas, los tiempos de cultivos, antes del carnaval y el trabajo de las cuadrillas.
La música para esta danza depende de la ceremonia para la cual se está
realizando. En los pasos que se realizan para la coreografía las parejas siempre
están sueltas frente a los otros. Los danzantes son máximo cuatro, mínimo dos y
sólo se juntan cuando son dos solteros y se quiere cortejar; en este caso se
hablan y se roza un poco durante la figura de “ocho”, en otros casos no se permite
hablar durante la danza.

Trajes
Es la vestimenta tradicional de los indígenas del Alto Putumayo.

Instrumentos
 

 Flauta dulce
 Tambor.
Clasificación general instrumentos de la danza indígena kamentsá
 

Quena

Instrumento melódico aerófono de boquilla, consta de seis huecos y su tamaño


varia con la necesidad de un tono mayor o menor de sonido.

Flauta dulce

Instrumento melódico aerófono de boquilla, consta de seis huecos y su tamaño


puede ser de 20 a 30 centímetros.

Flauta travesera
Instrumento melódico aerófono de embocadura, de 30 a 40 centímetros
aproximadamente. Se coloca en la boca en forma transversal.

Bombo y tambor

Instrumento rítmico membranófono de dos membranas, su tamaño varía de


acuerdo a la intensidad de sonido que se desee (generalmente 35 centímetros de
diámetro).

Cascabeles

Instrumento rítmico ideófono de sacudimiento, fabricado con semillas vegetales y


conchas de animales o elementos cóncavos, que sellados y llenos producen
sonido al movimiento.

Cacho

Instrumento melódico aerófono de boquilla construido con el cuerno de un animal


y cortado en el extremo más angosto, formando una especie de trompeta primitiva.

Baile del Chontaduro

Con este nombre se ha denominado al ritual que se efectúa en el mes de


diciembre para propiciar la buena pesca y el éxito de las cosechas; es practicado
por los indígenas huitotos del Medio y Bajo Putumayo. Este ritual dura dos o tres
días seguidos, en los que se reúnen más de cien personas para afirmar su
solidaridad, convenir sus alianzas y compartir información.

La ceremonia la organizan el dueño de la maloca, los chamanes y el huésped de


honor, el cual tiene que hacer las veces de cantor-bailador. El baile se hace con
movimientos que van acordes a los cantos y al golpe de los instrumentos
ideófonos utilizados y la maloca es el espacio utilizado para este propósito.

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