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UNIVERSIDAD ESTATAL A

DISTANCIA UNIVERSIDAD
ESCUELA DE CIENCIAS SOCIALES Y NACIONAL ESCUELA
HUMANIDADES ECUMÉNICA DE
CATEDRA DE TEOLOGIA CIENCIAS DE LA
CENTRO UNIVERSITARIO: SAN RELIGIÓN
JOSE
CURSO: SEMINARIO EN TEOLOGÍA PRÁCTICA

PRIMER ENSAYO

SEMINARIO EN TEOLOGÍA PRÁCTICA

CÓDIGO: ED 423

SEMANA: B

TEMA:

EDUCACIÓN POPULAR Y EL QUEHACER TEOLÓGICO


LATINOAMERICANO

NOMBRE DEL ESTUDIANTE:

STANLEY FRANCIS SABAT CALVO


CARNET/CÉDULA: 01/0762/0510

GRUPO: 01
PRIMER CUATRIMESTRE 2011
Educación popular y el quehacer
teológico latinoamericano

La expresión educación popular, se entiende en nuestros tiempos como el


conjunto de prácticas educativas realizadas por, para y con los sectores populares
dentro de una perspectiva política de cambio social; es además la alfabetización,
concientizacion, educación de adultos.

Podemos situar su origen en el contexto de los grupos sociales no diferenciados


por la división del trabajo.

Luego de las independencias nacionales del siglo (XIX) se busca una


democratización de la institución pública quitando la educación de las manos de la
iglesia e integrando al mismo tiempo la sociedad de escasos recursos económicos,
dando como resultado la formando ciudadanos por medio de la educación, o sea la
escuela. Se convierte la educación laica obligatoria y publica en sinónimo de
educación popular. El cambio social depende del grado de la institución.

En el siglo XX encontramos diferentes pedagogías populares y movimientos


sociales entre los que se destacan: la tendencia nacionalista popular y la tendencia
socialista helenista y la tendencia socialista indigenista. Para la educación popular y
sus variantes el sentido del trabajo pedagógico es convertir el trabajo social de la
comunidad local en movimiento popular de dimensión política. (Brandao, 1985. Pág.
64).

Uno de los representantes más significativos por sus aportes a la educación


popular es Paulo Freire, personifica el sujeto pedagógico colectivo. Articula una
política educativa transformadora con la síntesis filosófica de diversas ideologías. La
propuesta de Freire es rica en intuiciones y fermentos. Su teoría esta en construcción
dentro del campo de la educación popular. Su método de la educación parte de la
intuición y constatación, leer implica para Paulo una nueva manera de situarse,
conocer, interpretar y transformar el mundo. La palabra escrita forma parte del
aprendizaje de la realidad social. El leer y escribir esta ligado a la manera de
comprender la realidad y buscar historia.

En América Latina la educación popular es un fenómeno complejo y plural


atravesado por corrientes diversas. Depende mucho del lugar y la cualidad y condición
de la estructura social. La Formación de una idea en la imaginación o el pensamiento
de la educación popular varían mucho según las coyunturas sociopolíticas. Además,
los problemas educativos varían de acuerdo a unos regimen o dictaduras de un país.
No es lo mismo que se desarrolle una educación, bajo una democracia neoliberal
actual a que se desarrolle en medios de impedimentos o limites extremos de opresión.

La educación popular implica relaciones democráticas, y no solamente se


interesa por la distribución de conocimientos sino por la fabricación de conocimiento.
Las relaciones democráticas experimentadas con pequeños grupos, promueven la
creación de una alternativa de poder, además de ser la acción conformada por
diversas practicas educativas mas o menos institucionalizadas: alfabetización escolar,
formación técnica, animación cultural, formación sindical o política, lectura y
animación bíblica; también se considera como una dimensión educativa de las
acciones y de las luchas sociales protagonizadas por los sectores populares en contra
de la opresión. La educación se vuelve un espacio de producción de intercambios y de
las instituciones llamadas educativas. La educación popular por mucho tiempo
(marxismo del siglo 19) ha estado encasillada en los sectores populares; gracias a
la irrupción de las naciones oprimidas; de mujeres y nuevos movimientos sociales. En
esta idea de cambio, se ha superado la identificación entre educación popular y
educación probletaria y sindical.

Los sectores populares son los protagonistas de al educación popular. La


educación popular permite que unos sujetos económicos se vuelvan sujetos políticos.
La producción y reproducción del saber popular se da por el intercambio de relaciones
sociales cuyos sujetos son múltiples.

La educación popular puede desarrollarse sobre plataformas muy variadas:


Política, sindicatos, asociaciones, organizaciones, grupos cristianos, comunidades de
base. La educación popular se sitúa dentro de las tensiones entre el individuo, el
grupo social y el estado, influye sobre esas relaciones y las transforma. Por lo tanto
rebasan sus intensiones de un marco estrictamente pedagógico. Tiene siempre un
doble aspecto progresista y conservador, su papel es siempre innovar y reproducir
esta hecha para transformar y conservar. La entendemos como un proceso colectivo
mediante el cual los sectores populares se convierten en el “sujeto histórico” gestor y
protagonista de un proyecto liberador que lleva sus propios intereses de clase
(Mariño, 1983, Pág. 116).

Dentro del marco teológico, la teología de la liberación y la educación popular


tienen un origen común, se desarrollan con los mismos actores sociales compartiendo
un mismo compromiso social y luchando por un proyecto de sociedad similar. La
educación popular como proyecto político y practica intercultural persigue valores que
van de la mano con diferentes finalidades tales como: la identidad, la participación, la
modernización y el cambio social estos valores no son religiosos por formar parte del
orden político y cultural pero están basados en creencias. Tanto la educación popular
como la educación en general corren el riesgo de construir mitos y confundir la
realidad.

La educación popular sustenta y transmite creencias religiosas. Existe


relaciones entre la teología de la liberación y la educación popular, ambas se
desarrollan en los sectores populares. Antes que la academia está los oprimidos que
es el lugar de gestación y de veracidad de la teología en América latina. La relación de
ambas invita a una manera de hacer teología, en dialogo con los sectores populares.
El teólogo no puede hacer teología fuera de la relación con los sectores populares
donde se juega la pertenencia y la eficacia tanto de la educación popular como de la
teología de la liberación. La educación popular busca transformar no reproducir las
relaciones entre educandos y formadores. Esta construida sobre creencias, sobre una
premisas epistemológicas, o sea sobre un arbitrario cultural.

Tanto la teología de la liberación como la educación popular son prácticas y


teorías que se elaboran con los sectores populares y en muchos casos bajo sistemas
de opresión. Es una reflexión sobre la fe, sobre la experiencia de Dios vivida en el
contexto de la opresión. Es una reflexión, hecha a la luz del evangelio sobre la praxis
de los pobres y de quienes se identifican con ellos. La teología de la liberación esta
situada socialmente, postula que la toma en serio de la opresión bajo una perspectiva
socioeconómica, cultural y religiosa lleva una nueva manera de hacer teología. El
sector de los oprimidos, es un campo del que hacer teológico. El interés por los pobres
es una de las orientaciones de la pastoral y de la teología latinoamericana. Los
cristianos buscan la razón de su fe y de una esperanza. Esta opción es una premisa
teológica fundamental que hecha sus raíces en los orígenes de la fe y de la historia del
pueblo de Dios.

El mensaje de Jesús tuvo como lugar teológico, los oprimidos. En este escenario la
teología se transforma en una especie de pedagogía tanto para el formador como para
el educando.

La teología de la liberación es un producto intelectual científico que cobra forma


en la reflexión, en la lucha y en la meditación con los sectores populares. A partir de
los oprimidos no solo nace el pensamiento teológico cristiano, sino que también son
los destinatarios de una teoría y acción liberadora, su esencia se encuentra en la
praxis. La teología latinoamericana se hace en diferentes corrientes ligadas al pueblo
y a lo popular. Aparecen preguntas claves para responder parecidas a las de la
educación popular, referentes a la claridad de la opresión y los proyectos que pueden
interponer ante tal situación y ante el opresor. Al mismo tiempo que se hacen las
preguntas sobre la libertad del evangelio.

Dentro de la teología de la liberación se distinguen dos propuestas o mejor


dicho “dos teologías de la liberación” propuestas por el teólogo Juan Luís Segundo,
donde encontramos la corriente que considera al pueblo como un objeto de la
liberación no aceptada ni da por legitima lo opresión que sufre. Al contrario de esto
contribuye a transformar en sujeto un pueblo convertido en objeto por las estructuras
de opresión. Reconocer que el pueblo es un objeto producto de las circunstancias es
admitir que tiene una incapacidad de percibir solo las causas de su miseria o la
incapacidad de poder transformar sus condiciones de vida.

En los evangelios podemos captar que el lugar teológico de las enseñanzas de


Jesús son los pobres. El mismo utiliza medios de comunicación populares y el
contenido de sus enseñanzas transforma radicalmente la ideología religiosa popular.

En la injusticia y la explotación que destruye radicalmente a los cristianos es


donde el teólogo esta invitado a reinterpretar su fe tomando como punto de partida
las condiciones sociales. Este contacto con los sectores populares obliga al teólogo a
interrogarse sobre las herramientas, sobre su discurso, su método y su tarea como un
servicio.

El propio testimonio del pueblo fiel en educación popular como en teología, el


formador (educador) aprende del pueblo y también enseña. Tanto en la educacion
popular como en la teología, el contacto con las victimas de la sociedad esta en el
origen de conversiones a veces espectaculares. Los sectores populares
latinoamericanos reflexionan sobre las creencias, tienen intuiciones teológicas del
orden del sentido común y a veces del buen sentido. No producen teología
espontáneamente.

Cuando se integran a una comunidad cristiana ligada a movimientos populares,


y cuando reflexionan sobre su fe dentro de una practica de liberación, empiezan a
hacer una teología que es popular (no solamente por su origen sino también por la
finalidad que lleva) cuando reflexiona sobre su fe dentro de la practica de la
liberación. La reflexión de fe implica una cierta distancia de las expresiones religiosas
y relaciona con orden las expresiones religiosas con otras prácticas sociales,
concretamente con algún movimiento social.

La reflexión teológica no es simplemente la elaboración de experiencias


religiosas de los sectores populares, sino todo el proceso histórico, social, y existencial
en el cual viven su fe. El lenguaje teológico popular es esencial para hacer teología en
América latina.

Contrario a la teología popular tenemos la teología orgánica. En ella ya no


hay manifestaciones y experiencias populares sino una reflexión hecha de practicas
mas restringidas y limitadas. Tiene relación con los grupos de creyentes constituidos y
organizados. Reflexionan su fe, en su práctica de transformar el ambiente social
donde radican. Es una teología pastoral y se preocupa por la vida concreta, la fe, la
inspiración, el lenguaje, las experiencias, de la comunidad eclesial. En este tipo de
teología las expresiones del pueblo, las experiencias religiosas, son elaboradas,
revisadas y reconstruidas.

La producción teológica en América latina se hace en dialogo con los sectores


populares por intermedio de los agentes de pastoral y de las comunidades base. La
teología es un derecho del pueblo, un derecho a expresarse, a comunicar, a pensar y a
renovar la misma.

Muy pocas veces se expresa con claridad la dimensión educativa de una


teología popular de la liberación. La teología es un derecho del pueblo adquirido
dentro de la comunidad cristiana profética. La relación entre lo popular y la teología
esta relacionado con lo intercultural y el aprendizaje común, con la relación entre la
cultura oral y una cultura erudita escrita.

La dinámica de una teología pastoral es educativa. El fruto del intercambio de


una práctica educativa da como resultado una teología orgánica. Además de ser una
teología popular, es un intercambio de pensamiento de fe, donde cada uno da su
opinión complementando o corrigiendo los otros, hasta asimilar claramente el punto
en cuestión.

La teología pastoral es una tarea pedagógica donde surge el encuentro de


varios actores. En este proceso metodológico la teología de la liberación contienen los
elementos que hacen que, viniendo ella de la praxis, introduzca la tendencia de
regresar al mismo pueblo como una producción que le pertenece; lográndose a lo
largo del proceso pedagógico un trabajo de producción teológica pastoral al interior y
al servicio de la liberación.

La fe introducida por medio de la pedagogía transforma la propia existencia.


Esta fe se convierte en el instrumento en manos del pueblo productor y transformador
de las presentes condiciones de vida. Es una tarea pedagógica que abarca la
globalidad y complejidad de la realidad cultural del pueblo y todos los niveles de
lucha.

Para la teología profesional es importante no dejar de lado los problemas


históricos que atañen a la vida de las comunidades cristianas. El teólogo reflexiona a
través de la praxis y del nivel de conciencia revelado por el grupo. La teología no
basta. Es igualmente importante la pedagogía y los recursos propios del grupo. Se
tiene que entrar en la cultura popular y valorar las formulaciones hechas por el
pueblo, sus experiencias y vida de fe. El teólogo alimenta su fe con el contacto de la fe
de la comunidad. La práctica pedagógica se impone al teólogo profesional de la
liberación como una exigencia científica pastoral y política.

Si se considera la teología de la liberación como una teología popular orgánica,


es el mismo pueblo el que cumple con el papel de intelectual orgánico. Poner los
conocimientos teológicos universales al servicio de la comunidad particular es la
función del teólogo. Se verifica la pertenencia y la reflexión y también su discurso.
Esta relación educativa tal como funciona entre actores sociales diferentes, ilumina el
funcionamiento y la creación de la teología de la liberación. La relación educativa deja
de ser una cuestión instrumental y se instala en el corazón del método teológico
cuando la teología se inserta pastoral y políticamente.

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