NUEVO HORIZONTE PARA LAS COMUNIDADES CAMPESINAS

Las presiones actuales sobre los segmentos de los pobres de la población en las zonas rurales
andinas son continuas e implacables. Miles de campesinos y sus familias se han visto obligados a
emigrar a zonas marginales de las principales ciudades en expansión del Perú, convirtiéndose en
trabajadores agrícolas migratorios, sin tierra, sin trabajo y con un horizonte con pocas opciones de
desarrollo.

La comprensión de cómo están vinculadas las causas de la pobreza y la degradación ambiental

determina la estrategia que las personas adoptan para mitigar sus efectos. Más de 50 años de la
teoría moderna del desarrollo han culpado a la ignorancia y a la falta de infraestructura y
tecnología como las causas fundamentales de ambos fenómenos. Los programas de desarrollo
rural arraigados a ésta idea se han concentrado en la transferencia de información y de tecnología
de expertos a los agricultores en pequeña escala y a sus comunidades. La mayoría de estas
aplicaciones han fracasado miserablemente.

Frente a ésta realidad, un nuevo enfoque para mejorar la vida y las tierras de las poblaciones
rurales andinas ha surgido en estas dos últimas décadas, de una noción diferente de cómo los
problemas de la pobreza y el medio ambiente se traslapan. Grupos basados en la comunidad y las
organizaciones no gubernamentales (ONG) vienen formulando estrategias fundamentadas en la
inteligencia nativa y la capacidad de las poblaciones rurales para formular sus propias soluciones
desde la base.

Se están declarando y compartiendo resultados positivos en toda la zona sur andina del país. No
hay una necesidad menor de recursos externos, humanos y financieros, sino que el carácter y la
gestión de estos recursos son totalmente diferentes cuando los agricultores en pequeña escala
trabajan en asociación unos con otros y con las ONG, y los organismos internacionales están
dispuestos a compartir la responsabilidad y la autoridad programática de forma más equitativa. La
información, las herramientas y las actividades del proyecto tienen más probabilidad de funcionar
en un entorno dado cuando las diseñan y las administran las personas que se beneficiarán de ellas.

En un futuro inmediato deben surgir movimientos sociales a favor del desarrollo agrícola y rural
sostenible dirigido por los gobiernos locales, grupos de campesinos y las organizaciones no
gubernamentales conexas.