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LA PROSTITUCIÓN INFANTIL

Cuando un individuo busca mantener relaciones sexuales con niños o niñas y no quiere

correr el riesgo de ser denunciado, tiene una segunda opción: acudir a la prostitución de

menores. Si es que dispone de dinero suficiente como para permitírselo. Por otro lado, se

encontrará con la dificultad de encontrar un individuo o club que se lo facilite, pues la

prostitución infantil se esconde mucho más que la prostitución de adultos. Pero una vez

salvados estos dos obstáculos, cualquier individuo puede convertir en realidad sus

fantasías con una niña o un niño, esclavizado y obligado a ser un objeto para el uso

sexual. Dicha prostitución nunca es voluntaria y va acompañada del miedo, al hambre, las

drogas y multitud de circunstancias más, que pueden convertir la existencia tanto de un

menor como de un adulto en un auténtico infierno que siempre sobrepasará nuestra

imaginación.

En el mundo hay redes de corrupción de menores todos los años, a quienes además se

les incautan miles de fotografías y vídeos de menores, que serán vendidas de particular a

particular o mediante catálogo y casi siempre en países distintos al de procedencia para

evitar su posible identificación. La prostitución en general se ha definido tradicionalmente

como la unión sexual con una mujer por una remuneración u otra contraprestación. Esta

definición ha sufrido transformaciones últimamente y ha dejado de limitarse a las mujeres,

por un lado, y a la unión sexual.

La prostitución infantil es un mal que acoje a todo el mundo según la ONU. Sin embargo,

no hay cifras exactas sobre el tema dado que las fuentes son tan clandestinas como las

propias prácticas. Pero no hay duda de que los números son elevados, sobre todo si se

tiene en cuenta el notable incremento de la explotación sexual de menores.


En San Miguel, las menores no se prostituyen solas, sino que detrás de ellas está una red

que las explota. El Diario de Hoy constató durante días como funciona esta trama.

Publicada 27 de agosto de 2006, El Diario de Hoy El Salvador

Son las horas del día cuando se espera que estén en la escuela, o en sus hogares

haciendo sus tareas.

Pero en San Miguel, entre las siete de la mañana y las seis de la tarde, hay decenas de

niñas que se dedican a la prostitución en las calles de esa ciudad.

Hay una zona roja tan conocida que aunque no hay signos en las calles, es fácil

encontrarla. Sólo hay que preguntar por “El Pirulín”.

Es un punto céntrico, contiguo al estadio, donde aparentemente no pasa nada. Lo único

que se aprecia, a simple vista, es un tráfico intenso de peatones.

Sin embargo, las apariencias engañan. En una esquina de esa zona permanece una

anciana vendedora de periódicos. Además de vender los diarios, “monitorea” el área y si

observa algo extraño avisa a otros involucrados en la red que explota a las menores. Ella

es también un referente, un contacto para los que buscan “servicios” con menores de

edad.

Las niñas que se prostituyen en estas calles pueden pasar desapercibidas. Con una

modesta cartera bajo el brazo, no todas utilizan ropas llamativas o maquillaje. Muy a

menudo, provienen de zonas rurales. Bajan a las calles muy temprano, entre las seis y

siete de la mañana.

Los clientes suelen ser hombres mayores, ancianos incluso, de zonas rurales. Por

ejemplo, El Diario de Hoy constató como un hombre de más de 60 años, con información

ya facilitada, caminó hasta el centro de la cuadra y se acercó a una joven de pelo corto y

rostro redondo. No tiene más de 16 años.


Hubo un intercambio de palabras, una negociación que terminó abruptamente, cuando el

hombre rechazó algo, el precio quizás. Pero el hombre cambió de opinión, regresó y

aceptó el trato. Juntos, se encaminaron hacia un hospedaje.

Un mapa clandestino

“El Pirulín” no es el único punto de prostitución de menores. En el parque Guzmán,

ubicado frente a la alcaldía y la catedral, hay también actividad clandestina que se hace

evidente siguiendo algunos cuantos indicadores.

Las menores pueden aparecer como simples vendedoras. Pero nunca acarrean

suficientes productos. Usan canastas o guacales pequeños. Personas que trabajan en el

parque pueden servir de contacto.

El perfil de los clientes es tan claro: hombres mayores de 40 años y de zonas rurales, con

sus sombreros y sus machetes colgando del cincho muchos de ellos. Cuando uno de los

periodistas que investigó para este artículo se sentó entre los clientes potenciales, fue

ignorado por las “vendedoras”.

La prostitución de menores se detecta en otros puntos céntricos: en la avenida Roosevelt

frente a la sala de té Analy, detrás de la “lotería de cartón”, detrás del edificio de la

administración de renta, incluso, en el parque infantil.

En la terminal de oriente y en el parqueo municipal, así como en el parque Barrios, las

jóvenes sí llevan maquillaje y visten faldas muy cortas. Utilizan también el camuflaje de

vendedoras, ofrecen tostadas, agua, dulces. Pero como en otros lugares, la cantidad de

productos es mínima dado que usan canastas pequeñas.

Hay algo particular acerca de estas niñas, una contradicción entre la edad que tienen y la

que aparentan tener. Dos niñas, con cuerpos que indican que no son mayores de doce

años, tienen rostros que las hacen parecer de veinte años o más.
Proxenetas

Las menores son sólo el rostro visible del fenómeno de la prostitución infantil en San

Miguel.

Detrás de ellas, hay adultos que se lucran de sus actividades. La anciana vendedora de

periódicos que vigila una entrada del área de “El Pirulín” es apenas una pieza en una

estructura de relaciones más compleja.

Las menores no actúan solas. También en las calles existe una figura que se aproxima a la

figura de la matrona de un prostíbulo. En “El Pirulín” es una mujer que llaman “la lésbica”

la proxeneta.

Ella deambula las calles, anuncia problemas potenciales y se asegura que el negocio

marche con regularidad.

Los taxistas también cumplen un papel de intermediarios. Llevan a los clientes que buscan

“servicios” hasta la matrona o directamente a las menores de edad.

Los taxistas saben cómo localizar a las prostitutas menores, incluso cuando los puntos de

encuentro cambian. También tienen una relación económica con los hospedajes, y reciben

una comisión por cada cliente que llevan.

Esas niñas están en la escala más baja del comercio sexual. La dignidad inapreciable de

sus cuerpos se oferta a precios nunca mayores de los diez dólares.

Una menor cobra entre dos y siete dólares, hasta un máximo de diez por prestar

“servicios” sexuales. Pero con todas las cuotas que deben pagar, incluso el condón y los

$3 del cuarto, sus ganancias por cliente nunca superan los $4 ó $5.

Con la explotación también se lucran las maras de la zona, que cobran “impuestos”, al

utilizar un sistema muy similar al de las extorsiones.


MODOS DE OPERAR

a) La captación y el rapto.- ¿De dónde salen las niñas y niños explotados en la

prostitución? Fundamentalmente se obtienen de: los cinturones periféricos y las zonas

marginales de las grandes ciudades; o de los menores escapados de sus casas.

En los cinturones industriales de las grandes ciudades es donde suelen trabajar las

alcahuetas dedicadas a localizar posibles víctimas. Normalmente se trata de prostitutas o

exprostitutas que con frecuencia dependen de una dosis de heroína. Se aprovechan de

las privaciones económicas de las menores y les ofrecen algún trabajo o ayuda

económica, normalmente a través de un bar, un espectáculo o un grupo de baile. Una vez

que logran ganarse su confianza, les llevan a un establecimiento de la red donde caen en

manos del proxeneta.

b) La retención y el secuestro. Las organizaciones de prostitución utilizan pisos y clubes

de alterne para retener a los menores. Una vez que han caído en uno de ellos comienza el

verdadero calvario. Las niñas son encerradas, golpeadas y violadas por sus proxenetas

durante varios días. De esta forma ninguna de ellas será virgen y habrá tenido varias

experiencias antes de recibir a su primer cliente, a no ser que alguno de éstos esté

interesado en una niña virgen. Por otro lado las palizas y amenazas aseguran el silencio

de las menores, muchas veces aun después de ser detenidos sus proxenetas. En ningún

momento dejan de ser vigiladas y no pueden salir a la calle. Normalmente son obligadas a

drogarse con cocaína para aumentar su rendimiento o con heroína para doblegarlas,

convertirlas en drogadictas y hacerlas así dependientes del proxeneta-camello.

c) Desenlace. Los menores que caen en manos de estas redes tienen pocas posibilidades

de escapar. Si no son liberados por la policía pueden terminar siendo vendidos en el


extranjero y no regresar jamás. Pueden ser asesinados cuando ya no sirvan o caer por

una sobredosis. Pueden convertirse en drogadictos o simplemente no volver a recuperar

su estado emocional normal. Un adolescente de 15 años que ha pasado por esto tiene

muchas probabilidades de no recuperarse nunca totalmente de los traumas psíquicos y

físicos sufridos a una edad en la que el ser humano es tremendamente vulnerable

mientras intenta moldear su personalidad.

¿QUE ES UN NIÑO?

De acuerdo con el Artículo 1 de la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos del

Niño, ‘niña’ hace referencia a una persona menor de 18 años. Sin embargo, se entiende

que esto no se aplica a menos que las leyes nacionales reconozcan la mayoría de edad

más temprano..

Un niño (a) puede ser una persona de cualquier género. Pese a que ello puede resultar

obvio y apenas cabe mencionarlo, muchas de las leyes que poseen los gobiernos para

proteger a la niñez de la explotación sexual únicamente abordan la cuestión con relación a

la explotación de las niñas. Generalmente, el abuso sexual de los varones es ignorado o

descartado.

En la mayoría de países la demanda de niñas es más común y extendida. Sin embargo,

por mucho tiempo ya, se ha sabido que ciertos países son destinos preferidos por los

turistas sexuales que buscan involucrar a niños o jóvenes varones. Los llamados 'chicos

de playa' pueden encontrarse en destinos lugares turísticos populares.

.
¿QUE ES LA EXPLOTACIÓN SEXUAL DE LA NIÑEZ?

La Declaración y Agenda para la Acción del Congreso Mundial contra la Explotación

Sexual Comercial de la Niñez proporcionan esta definición de la práctica en general:

"La explotación sexual comercial de la niñez es una violación fundamental de los

derechos de la niñez. Abarca el abuso sexual por parte del adulto, y remuneración en

dinero o en especie para el niño o para una tercera persona o personas. El niño(a) es

tratado como objeto sexual y como mercancía. La explotación sexual comercial de la niñez

constituye una forma de coerción y violencia contra ésta, equivale al trabajo forzado y

constituye una forma contemporánea de esclavitud."

La explotación sexual comercial está constituida por prácticas que son degradantes y

muchas veces atentatorias contra la vida de los niños.

Existen tres formas principales e interrelacionadas de explotación sexual comercial:

prostitución, pornografía, y tráfico con propósitos sexuales.

Otras formas de explotación sexual de la niñez incluyen el turismo sexual de la niñez y los

casamientos tempranos.

TURISMO SEXUAL CON NIÑAS Y NIÑOS

Es la explotación sexual comercial de la niñez por personas que viajan de su país de

origen a otro que por lo general es menos desarrollado para involucrarse en actos

sexuales con niños y niñas.

Los turistas sexuales que se involucran con la niñez provienen de diversas profesiones y

condiciones sociales- pueden estar casados o ser solteros, hombres o mujeres, turistas
ricos o viajeros con presupuestos limitados. Pueden ser pedófilos con un deseo

premeditado por niños y niñas o viajeros que no planifican su viaje con la intención de

explotar a un niño(a) El anonimato, la disponibilidad de niños y niñas y el estar lejos de las

restricciones morales y sociales que normalmente gobiernan su comportamiento puede

llevar a una conducta abusiva en otro país. A menudo justifican su comportamiento

aduciendo que es culturalmente aceptado en ese país o que ayudan al niño(a)

proporcionándole algún dinero. El turismo no es la causa de la explotación sexual de la

niñez; sin embargo, los explotadores se valen de las facilidades que ofrece la industria

turística (hoteles, bares, clubes nocturnos, etc.) A su vez, la industria turística puede

ayudar a crear una demanda promoviendo la imagen exótica de un lugar. En general, los

tours sexuales son arreglados de manera informal entre amigos o colegas; sin embargo,

ha habido casos de agentes de viaje que son procesados por ofrecer y arreglar tours

sexuales.

EL TRÁFICO DE NIÑOS Y NIÑAS CON PROPÓSITOS SEXUALES

"El Tráfico consiste en todos los actos que implican el reclutamiento o transporte de

personas adentro o entre fronteras, implica engaños, coerción o fuerza, esclavitud por

deudas o fraude, con el propósito de colocar a las personas en situaciones de abuso o

explotación, tales como la prostitución forzada, prácticas de tipo esclavista, golpizas o

crueldad extrema, trabajo en condiciones de explotación o servicios domésticos

explotadores." El tráfico de mujeres, niñas y niños ha surgido como una cuestión de

preocupación global en años recientes: facilitado por fronteras porosas y avanzadas

tecnologías de la comunicación, se ha vuelto crecientemente transnacional en su ámbito y

altamente lucrativo. A diferencia de las drogas o del armamento, mujeres, niñas y niños

pueden ser "vendidos" varias veces – son mercancías en un negocio transnacional que
genera billones de dólares, y a menudo opera con impunidad. No siempre se utiliza la

violencia. En algunos casos los traficantes se aprovechan de la vulnerabilidad de aquellos

atrapados en una situación en la que no tienen alternativa o donde perciben que no tienen

alternativa (por ejemplo personas que viven ilegalmente en un país)

Otros abandonan sus países de manera voluntaria con la esperanza de una mejor vida,

pero terminan en situaciones donde su salud y seguridad están en peligro debido a su

vulnerabilidad en un país extranjero.

Las investigaciones sobre prostitución infantil tienden a focalizarse en su forma más

visible, y en los lugares donde la información es de más fácil acceso. Este tipo de

prostitución ocurre en burdeles de clase baja o en las calles u otras áreas públicas, tales

como en las inmediaciones de terminales de ómnibus o en parques. Esto no representa un

verdadero panorama de la naturaleza, ni tampoco de la envergadura de la prostitución

infantil. Gran parte de la explotación es clandestina. Se da a través de contactos en clubes

nocturnos o bares, o a través de servicios de acompañantes que utilizan departamentos

privados alquilados. Es más difícil tener acceso a la información acerca de esta forma de

explotación. Además, como la explotación sexual comercial de los niños es una actividad

de carácter ilegal, se hace muy difícil para quienes intentan compilar datos ya que son

hostigados, intimidados o amenazados verbal o físicamente.

¿QUE HACE QUE LA NIÑEZ SEA ¿VULNERABLE A LA EXPLOTACIÓN SEXUAL?

La Pobreza es a menudo la primera respuesta a esta pregunta. La pobreza puede ser una

catalista principal, pero no puede explicar de manera adecuada la explotación sexual

comercial de la niñez. Muchos niños y niñas de familias pobres no entran al comercio

sexual, mientras muchos niños y niñas cuyas familias no están empobrecidas entran al
comercio sexual. La explotación sexual de la niñez tiene lugar tanto en los países 'en

desarrollo' como en los 'desarrollados'.

Cuando se considera lo que hace a la niñez vulnerable a la explotación sexual comercial

se deben tomar otros factores en cuenta. Por ejemplo:

* Abuso Doméstico y Abandono de la Niñez

Se considera que aproximadamente el 80% de los niños y las niñas explotados en la

industria del sexo comercial sufren de abuso psicológico o físico dentro de sus familias, y

la mayoría han sufrido algún tipo de agresión sexual por un miembro de la familia o amigo.

* Consumismo

En muchos países desarrollados la juventud se prostituye pero no por ser miembros de la

clase baja que intenta escapar de la pobreza agobiante, sino como miembros de la clase

media que desean aumentar sus ingresos. Se vuelven parte de la industria sexual porque

les atrae la idea de ganar mucho dinero en poco tiempo. Son tentados por la presión de

sus pares o por publicidad atrayente, y también por valor que la sociedad les da a los

productos de marca o a bienes y servicios lujosos.

* Huérfanos del SIDA

Para finales del año 2000, la UNICEF estimaba que 10.4 millones de niños y niñas

africanos menores de 15 años habrían perdido a sus madres o a ambos progenitores a

causa del SIDA. Terre des Hommes estima que Asia pronto superará a África en términos

de cantidades absolutas de personas infectadas, y se anticipa que es muy probable que la

niñez asuma la jefatura de los hogares en el futuro.

* Viviendo y Trabajando en las Calles


Se puede encontrar niños y niñas de la calle en la mayoría de países de Centro y Sur

América. A menudo se prostituyen para poder sobrevivir, y en comparación con otras

formas de prostitución sus ingresos son muy bajos.

Se pueden encontrar situaciones parecidas a través de Europa del Este. En Belarus, por

ejemplo, niños y niñas que huyen de sus hogares son recogidos en las estaciones de

ferrocarril y vendidos a burdeles locales. En Rumania, se estima que el 5% de la niñez sin

hogar es víctima de explotación sexual comercial.

¿CUALES SON LOS IMPACTOS EN LA NIÑEZ?

El derecho a disfrutar la niñez y a llevar una vida productiva, gratificante y digna se ve

seriamente comprometido por la explotación sexual comercial de la niñez. La explotación

sexual comercial de la niñez puede traer consecuencias serias, de por vida, que hasta

amenazan la vida en el desarrollo físico, psicológico, espiritual, moral y social de la niñez.

El daño más inmediato que enfrenta la niñez explotada es la violencia física por parte de

aquellos que la explotan, incluyendo a "chulos" o "madams", traficantes y clientes. Existen

muchos relatos estremecedores contados por niñas y niños donde han sido abofeteados,

pateados, golpeados hasta dejarlos inconscientes, quemados con cigarrillos, y violados

por negarse a trabajar.

La niñez es aún más vulnerable a las enfermedades de transmisión sexual que los

adultos, incluyendo la infección con VIH y el SIDA, ya que sus tejidos corporales son

dañados más fácilmente. La niñez explotada a menudo no está en posición de negociar un

sexo seguro; además, muchos carecen del acceso a la educación sobre SIDA y prácticas

de sexo seguro.
Los impactos psicológicos de la explotación sexual son más difíciles de medir, pero no

menos dolorosos para el niño o niña. Muchos niños y niñas que han sido explotados

reportan sentimientos de vergüenza, culpa y baja auto-estima. Algunos niños y niñas no

consideran que valga la pena rescatarlos.

Otros crean una realidad diferente y opinan que la prostitución fue su opción, que quieren

ayudar a mantener a su familia o que su "chulo" es en realidad su novio que las ama.

Algunas sufren debido a la estigmatización o al conocimiento de que fueron traicionadas

por una persona en la que confiaban. Otros sufren de pesadillas, insomnio, desesperanza

y depresión. Las personas que trabajan con niñas y niños explotados comparan estos

sentimientos a aquellos que presentan las víctimas de tortura. Para sobrellevarlo, algunos

niños y niñas intentan suicidarse o se refugian en las drogas.

¿QUIEN EXPLOTA SEXUALMENTE A LA NIÑEZ?

La utilización popular del término "pedofilia" clasifica a todas las personas que se

involucran en relaciones sexuales con niñas y niños como pedófilos. La pedofilia, una

preferencia sexual por niñas y niños pre-púberes, no es un delito en sí mismo. Es el acto

de mantener relaciones sexuales con una niña o niño lo que constituye un crimen. Puesto

de manera simple, un pedófilo es una persona con un amor sexual por niñas y niños. Sin

embargo, una persona que explota o abusa sexualmente de un niño o niña no es

necesariamente un pedófilo, y un pedófilo puede no necesariamente realizar sus fantasías

involucrándose en actividades sexuales con un niño o niña.


Delincuentes sexuales de niñas(os) provienen de todas las profesiones y condiciones

sociales y se pueden encontrar en cualquier país. Pueden ser heterosexuales u

homosexuales, y aunque la mayoría de delincuentes sexuales de niñas(os) son hombres,

también pueden ser mujeres.

Los delincuentes sexuales de niñas(os) pueden dividirse en dos categorías: situacionales

y preferenciales.

El delincuente sexual de niñas (os) situacional no tiene una verdadera preferencia sexual

por la niñez, pero se involucra en relaciones sexuales con niñas(os) porque son

moralmente o sexualmente indiscriminados y desea "experimentar" con parejas sexuales

jóvenes.

Dichos delincuentes también pueden explotar a los niños debido a que participan de

situaciones en las cuales es fácil acceder a menores, y/o existen ciertos factores de

desinhibición lo que les permite engañarse a si mismo acerca de la edad de los niños o de

su consentimiento para mantener una relación sexual. La explotación sexual de los niños

puede ser "ocasional" durante un viaje, o puede convertirse en un patrón de abuso a largo

plazo mayormente a niños de la calle.

Mientras algunos menores son empujados a la prostitución por sus familias, debido a su

incapacidad de mantenerlos, la mayoría de los menores de edad que se prostituyen en

Centroamérica son niños de la calle, muchos de los cuales, según los estudios, han sido

víctimas de abusos sexuales en sus casas.

El abuso de drogas, también, ha sido un prevaleciente factor para el crecimiento del

comercio sexual de niños. En un reciente estudio con 300 niños de la calle en Nicaragua,
el Ministerio de la Familia, más del 80 por ciento dijeron que ellos iniciaron a trabajar como

prostitutos menos de un año atrás, y la mayoría dijeron que lo hacían para comprar

drogas. Alrededor de una tercera parte dijo que necesitaban el dinero para comprar crack.

ADICCION A CRACK: FACTOR IMPORTANTE

«Inicié a salir con hombres cuando me adicté a la piedra de crack, y desde entonces he

estado con más de cien extranjeros».

Algunos niños que se prostituyen ofrecen otras explicaciones. «Puedo vivir bien,

comprarme buena ropa e ir a bailar en las noches que no trabajo», dice María, de 15 años,

quien comparte una casa aquí con una prostituta de 14 años y trabaja para una mujer que

le manda clientes. Ellos le pagan entre 50 y 200 dólares la noche.

María dice que se volvió prostituta dos años atrás, después que su papá se suicidó y se

deterioró la relación con su mamá. «Mucha parte del tiempo paso triste», dice ella. «Es

duro para mi amor propio cuando escucho algunas personas que se refieren a las

prostitutas como pequeñas putas asquerosas».

COMO INGRESAN.

Cada año, según datos de UNICEF, un millón de chicos, fundamentalmente niñas, en todo

el mundo ingresa en el mercado de la prostitución infantil. Llegan siempre a ese extremo

empujados por adultos. Generalmente son introducidos por otras prostitutas adultas que

se aprovechan de la pobreza en la que viven estos niños y de las privaciones económicas

que padecen. Estas mujeres están encargadas de captar menores. Para eso, los buscan

en los cinturones periféricos y en las zonas marginales de las grandes ciudades o en el

interior de los países donde la miseria suele ser aún mayor que en las capitales.
Una vez que se ganan la confianza de los chicos, les prometen mejores condiciones de

vida, trabajo y ayuda. Pero en realidad terminan un establecimiento de la red donde caen

en manos de un proxeneta.La industria del sexo recluta a niñas cada vez más jóvenes

como resultado de la creencia equivocada de que éstas tienen pocas posibilidades de

estar infectadas con el VIH/SIDA. Estas organizaciones están formadas por intermediarios,

traficantes y clientes, especialmente hombres, que ejercen este cruel comercio, el turismo

sexual y la pornografía de menores.

CAUSAS DE LA PROSTITUCION INFANTIL.

El abandono, los malos tratos físicos y psíquicos que sufren los niños nunca habían

alcanzado proporciones tan alarmantes. La prostitución infantil se ha vuelto un modo de

vida. La pobreza, la decadencia de la familia como institución y la falta de acceso a la

educación lleva a los menores a caer en manos de organizaciones delictivas.

La prostitución infantil es cada vez más frecuente. Los números y los casos se multiplican

apoyados en el eco de los medios de comunicación y de una sociedad más abierta. Antes

los números también existían pero eran menores y se enmudecían por el miedo al que

dirán, la vergüenza, el tabú, la negación y solamente se susurraban de oído a oído.

La prostitución infantil es un tema que no siempre se quiere ver, sobre el que cuesta

empezar a hablar y sobre el que muchos prefieren no escuchar. Hoy este tipo de

explotación se ha vuelto un modo de vida que se explica por la pobreza que existe en

algunas regiones, la decadencia de la familia como institución, la falta de acceso a la

educación y de fuentes alternativas de ingreso para los padres.


En los últimos 10 años ha aumentado significativamente el número de menores que viven

por debajo del nivel tolerable de pobreza. En esos países, la supervivencia de los niños

depende de factores arbitrarios como la balanza de pagos, la fluctuación de la coyuntura

económica y la deuda externa.

LAS CONSECUENCIAS

Los niños obligados a prostituirse viven un calvario sin fin. El maltrato y el abuso a los que

son sometidos dejan secuelas de por vida, que van desde la depresión y el stress hasta

intentos de suicidio y desórdenes de personalidad. También deben enfrentarse con el sida,

las enfermedades de transmisión sexual y abortos por embarazos no deseados que ponen

en peligro sus vidas.

El abuso al que son sometidos los menores cuando son obligados a prostituirse es el

problema de salud mental más grave y destructivo. La prostitución infantil debe ser

considerada como un acto de violencia, aunque se produzca de tal modo que no haya

agresión física, siempre hay agresión psicológica.

Al introducir a los chicos en actividades que no son propias de su edad se interfiere el

desarrollo normal y saludable de su sexualidad. En la edad escolar, el menor se distancia

más de los adultos al adquirir una cierta manera de saber, de sentir y de ver las cosas. Su

filosofía del mundo y de la vida se convierte en "escuela propia" diferente de la de los

adultos. El hilo conductor de este proceso interior hacia la autonomía es la sexualidad.

Cuando ésta se altera, toda la personalidad entra en crisis y se puede llegar a perder el

deseo vivir. Por eso, cualquier interferencia sexual por parte de los adultos, a nivel del

cuerpo o de los deseos del menor, como sucede con la pedofilia, compromete gravemente

su integridad y su psiquis.
Las consecuencias son tan variadas como las etapas en las que pueden presentarse. En

la infancia se registra fracaso escolar, perturbaciones de comportamiento, fobias en

relación con la sexualidad, o precocidad y perversión sexual. Incluso la víctima puede

llegar a sentirse culpable y responsable por lo que le está ocurriendo. En la adolescencia

exhiben dificultades con la identidad femenina, rechazo de la imagen corporal, estados

depresivos graves, trastornos alimentarios como anorexia y bulimia. En la madurez

exteriorizan crisis afectivas frecuentes, depresiones, disfunciones sexuales en la relación

conyugal. En la vejez suelen tener brotes de angustia e intenciones de suicidarse sobre

todo al comienzo de la menopausia en el caso de las mujeres.

Qué son la pedofilia y la pederastia

Ambas palabras provienen del griego paid que significa niño y filia que quiere decir

atracción. Psicológicamente se las reconoce como dos trastornos sexuales caracterizados

por la presencia de fantasías o conductas que implican relaciones sexuales entre un

adulto y un menor. Algunos especialistas las equiparan con perversiones como el

sadomasoquismo y el incesto.

Algunos especialistas enumeran a la pedofilia dentro de las perversiones sexuales como el

narcisismo, el exhibicionismo, el fetichismo, el sadismo, el masoquismo, la necrofilia, el

incesto, la zoofilia, la efebofilia, la patofilia y la gerontofilia.

Para considerar a una persona dentro de esta categoría clínica, debe ser mayor de 16

años y tener por lo menos 5 años más que la víctima. Estas personas declaran sentirse

atraídas por niños dentro de un margen de edad específico. Son aquellos que se sienten

atraídos por chicas y chicos de alrededor de ocho años. Las actividades que se realizan
en estas relaciones pueden ser desde el desnudo y la observación. Aunque una gran

cantidad de casos más agresivos implican una relación sexual completa.

Muchos pedófilos no sufren al realizar este tipo de comportamientos ya que no los

entienden como inmorales, no sienten vergüenza ni culpa. Para mantenerse ocultas las

relaciones con los menores amenazan a los chicos para evitar que hablen, mientras que

otros se ganan la confianza de los niños con regalos y favores para que guarde el secreto.

Otras veces la explicación hay que buscarla en una falta de control sobre los impulsos que

le generan a las personas estar bajo los efectos del alcohol y las drogas. El menor curioso

y sin experiencia del mundo es fácilmente sugestionable por las propuestas y actitudes de

un adulto diferente, aparentemente simpático. A veces, las malas condiciones de vida

familiar llevan al menor desamparado a vagar por las calles, en busca de un padre o de

una madre imaginarios, que acaban por encontrar, dramáticamente, en el pedófilo.

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