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LOS TEMPLARIOS Y EL NÚMERO

SAGRADO O DE ORO
Fr Horacio A. Della Torre y Guillermo Amadeo Dixon
Priorado Geral da Argentina OSMTJ

Es de suponer que Hugo de Payns o Paganis, un noble ya maduro originario


de la Champaña francesa o de Cataluña -según últimas investigaciones,
cuando conjuntamente con Saint-Omer asume la fundación de la Orden de los
Pobres Caballeros de Cristo en el corazón de Tierra Santa, Jerusalén, no
hace más que llevar a la práctica un mandato de la mente más preclara de la
Edad Media, Bernardo de Claraval. Tal vez, es cierto, en "dualidad" luego tan
típica del Temple- con Esteban de Harding. Se ha dicho de Bernardo que ha
sido el último druida y que todo el conocimiento del santo conocimiento derivó
de haber bebido tres gotas de leche de una Virgen Negra; hay un cuadro
pintado por el artista Alonso Cano, que puede verse en el Museo del Prado de
Madrid. Esta tradición puede ser tomada así literalmente o ser interpretada
desde un punto de vista alquímico. En el vocabulario hermético de los
alquimistas, la "leche de la Virgen" designa al agua mercurial, base
indispensable para la obtención y fabricación de la piedra filosofal. Así el
famoso alquimista Basile Valentín, dirá "Cuando la piedra está hecha y
preparada con verdadera leche de la Virgen, toma una parte de ella y hace
puro y excelente oro". Bajo esta nueva óptica podemos interpretar que el gran
Santo había hecho al menos la excelsa preparación interior del alquimista que
le había permitido lograr transformar su esencia en el más noble de los
metales, el oro, entendiéndose todo ello en un sentido espiritual.

Resulta además curioso que los Pobres Caballeros de Cristo reciban como
dádiva por su pobreza el permiso para alojarse en las ruinas de lo que fuera el
Templo de Salomón. ¿ Es que no había otro predio en mejores condiciones
en el que se pudieran cobijar? ¿ O debemos mas bien pensar que por algo les
fue dado y que entonces el rey Balduino II procedía de esa manera de
acuerdo a un plan preestablecido?

El hospedaje en el Templo - del que deriva luego el nombre de templarios


permite a los nueve caballeros, durante nueve años, una prolija investigación
y búsqueda arqueológica, poniendo al descubierto - entre las cosas sabidas-
la enorme caballeriza de Salomón que podía alojar 2000 caballos o 1500
camellos. La búsqueda es incesante durante más de 3000 días, el tiempo que
allí permanecen en soledad y absoluta posesión de las ruinas del Templo. No
sabemos a ciencia si encontraron el Arca de la Alianza o las Tablas de la Ley
- como pretenden algunos de los neotemplarios-, lo que sí podemos asociar
es que otros nueve años después de su parcial regreso a Europa, el abate
Suger - amigo entrañable de Bernardo -, en 1137 inicia la reconstrucción de la
abadía de Saint-Denis, dando origen a un estilo arquitectónico desconocido
hasta entonces, el estilo o arte gótico, que permitirá la elevación de los techos
en Iglesias y Catedrales y paradójicamente el adelgazamiento de sus muros.

¿Qué es lo que han redescubierto, para nosotros, los templarios?


Entendemos que se trata del "Número Sagrado o "N úmero de Oro", ya
conocido por egipcios y pitagóricos, luego extraviado y recuperado por ellos y
más tarde empleado por el gran Leonardo da Vinci al representar al hombre,
como se verá más abajo.

Antes de intentar su explicación, dejaremos en claro algunos equívocos. No


nos referimos al Número áureo, entendiendo por tal al ciclo lunar de 19 años
en el que las fases de la luna se vuelven a suceder en los mismos días del
año. Descartamos asimismo al número 1,666 dado como Número Sagrado
por algunos autores.

El Número Sagrado o de Oro es 1,618 y su derivado el Triángulo de Oro fue


utilizado por los egipcios en la construcción de la pirámide de Keops o
Cheops. Si hacemos una sección de la misma, si la base es =1, la hipotenusa
es = 1,618 y la altura =1,272006 = raíz cuadrada de 1,618. Esa relación fue
utilizada asimismo por las Compañías del Santo Deber, las compañías de
constructores dependientes del Temple en las construcciones de Catedrales.
Si hilamos un poco más fino podemos ver que la tangente del ángulo que
tienen las caras de la pirámide de Keops, que es casi 52 grados, justamente
es 1,273, con lo que podemos imaginar que los que construyeron las
pirámides - y nuestros templarios- conocían las medidas de la Tierra.

Podríamos ir aún más allá y tratar de encontrar una relación terráquea. El


diámetro de nuestra Tierra es aproximadamente de 12.720 Km., lo que
dividido por 10.000 nos da 1,272, que como dijimos es la raíz cuadrada del
Número Sagrado. Casualidad o no, la altura del Montsalvage, de triste historia
en la Cruzada contra los Cátaros u donde se dice estaba guardado el santo
Grial, es precisamente de 1.272 m.

El Número Sagrado es además la relación entre la superficie del círculo y la


superficie de un cuadrado cuyo lado sea igual al diámetro del círculo.
También es el que corresponde a la relación entre el lado de un pentágono y
una diagonal cualquiera. Por otro lado si multiplicamos la raíz del Número de
Oro por 2 nos da exactamente la medida de la pulgada en centímetros.

En el ámbito de las dimensiones y proporciones humanas; la altura total


dividida por la distancia del ombligo al suelo o también el largo total del brazo
hasta la punta del dedo medio dividido por el largo de antebrazo hasta la
punta del dedo medio arroja similares resultados ( = 1,6), equivalentes al
Número de Oro.

Algún tiempo después de la presencia en descubierta de los templarios, un


matemático de nombre FIBONACCI - e ignoramos si era templario encubierto
elaboró una serie de n úmeros: 1, 2, 3, 5, 8, 13, 21, 34, 55, 89, 144, 233, 377,
610, 987, etc. La serie surge de la suma de dos números, obteniendo así el
tercero; por ej.: 1+2=3; 233+377=610, etc. Ahora bien, si nosotros a esa suma
de dos números así obtenidos, lo dividimos por el último número sumado, nos
da otro número que en la medida que aumentemos en la serie tiende cada
vez más a acercarse al 1,618. Parece ser que un productor de conejos hizo
una proyección de cual sería su producción partiendo de una yunta y el
resultado coincide con la serie.

En el Capítulo LOS TEMPLARIOS EN AM ÉRICA, hemos comentado el que


hemos llamdo número de Posnansky, que habría sido utilizado por los
indígenas americanos en la construcción de los monumentos de Tiahuanacu y
cuyo valor sería 1,6151, muy próximo al 1,618 y como deciomos en ese lugar,
con despreciable diferencia estadística, P < 0,002.

Todas estas relaciones en nada extrañarán a los iniciados en los


conocimientos pero entendemos que serán útiles para aquellos que se
encuentran en un momento psico-espiritual receptivo, en que sus ojos se
abren y sus oidos están dispuestos a escuchar. Refirman, en todo caso, la
vieja divisa del Temple: Non Nobis Domine, Non Nobis, Sed Nomine Tuo
da Gloriam.

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