regreso al futuro
Surgió como un género literario y se ha expandido como la pólvora
al cine, la música, la decoración, los cómics, los videojuegos... y,
sobre todo, a la moda. Detrás de la estética steampunk, esa fachada
retrofuturista y victoriana con aires de novela de Julio Verne, se
esconde un interesantísimo universo que merece la pena descubrir.
por patricia godes
El plástico y la luz eléctrica no existen en el universo steampunk.
Engranajes y máquinas de vapor (steam, en inglés) son la máxi-
ma expresión del progreso, y el latón, moldeable y duradero, es
el material favorito. «No hay una definición oficial de steampunk»,
dice el Dr. Rafael Fabre, director de The Steampunk Tribune, blog
donde se explora una época y unas ideas que no han existido
nunca, que tal vez deberían haber existido y que hace tiempo que
son muy atractivas para muchos.
Hablamos de las décadas que siguieron a la revolución indus-
trial, la época victoriana, la Belle Époque y el modernismo: casi
cien años en los que todo se permitía en nombre del progreso,
los descubrimientos y la aventura. Un periodo extraño en el que
puritanismo y depravación, innovación e intolerancia convivían
alegremente. Pero lo que la perspectiva steampunk pretende es
averiguar qué hubiera pasado si la historia no hubiera seguido
su curso y si, detrás de los acontecimientos y personajes que
estudiamos en los libros, se hubiese desarrollado una realidad
paralela y secreta de científicos locos, intrépidas amazonas, des-
cubrimientos perturbadores y expediciones temerarias, donde
los hallazgos de Edison y Einstein no habrían cambiado nunca el
curso de la ciencia y de la historia.
Una posible proyección del pasado
Los amantes de la ciencia ficción disfrutamos con historias sobre
inventos malditos que cuestan un precio trágico a sus descubri-
dores: la cordura y la vida. Lis Bushi (Lady Elizabeth) es presi-
denta, alma y corazón de la Associació Catalana d’Steampunk
i Altres Retrofuturismes. Es historiadora y bailarina, culta y
entusiasta: «El retrofuturismo obedece a cierta disconformidad
con el presente. Es un intento de modificar, en el pasado, las
circunstancias que conducen al presente. En el caso del steam-
punk: la segunda revolución industrial». Para el Dr. Rafael Fabre,
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«steampunk es una visión romántica e De izda. a dcha.:
idealizada del pasado. ¿Significa esto que Daniel Cederman,
bajista de Abney
me disguste nuestro tiempo? No, pero un
Park; Donna Ricci,
poco de cortesía y buenos modales victo- de Clockwork
rianos serían muy de agradecer». Couture, con una
En su origen, el steampunk fue un de sus creacio-
género literario y actualmente abarca nes; y la modelo
cine, moda, música, cómics, juegos de Masuimi Max
con un estilismo
ordenador y de rol, decoración, etc. Toda de Bibian Blue!
una sociedad steam se dedica a «con- [Maquillaje: Anna
vertir lo nuevo en antiguo, y lo viejo en Cartès. Fotografía:
nuevo», como piden los de A.C.S.A.R. Un Marcela Patiño).
mundo donde el futuro y el pasado que
conocemos son meras proyecciones de
lo que podrían o debieran haber sido.
Si el universo steam fuese histórico, la
humanidad habría quedado congelada
en una dimensión poblada de heroínas
con cinturita de avispa y caballeros con
polainas armados de extrañas máquinas y
peligrosos tubos de ensayo.
«Julio Verne sigue siendo maravilloso.
De hecho estoy releyendo 20.000 leguas
de viaje submarino», comenta el Dr. Fabre.
Martín Irigoyen, bajista y multiinstrumen-
tista de los californianos Vernian Process,
admira a los personajes de La isla misterio-
sa «con su incansable deseo de progresar
y de hacer de esta vida algo mejor». Lo
mismo que H. G. Wells, Charles Babbage,
Ada Lovelace y Nicholas Tesla, Verne es
objeto de culto steam.

Precisamente, el término steampunk fue
inventado por el novelista K. W. Jeter para
referirse al éxito creciente de la ciencia
ficción victoriana. Su Morlock night (1979),
inspirado en La máquina del tiempo, sirvió
para definir un género. Los Morlocks que el
viajero de Wells descubre en un desolador
futuro utilizan su máquina del tiempo para
trasladarse al Londres victoriano y aterro-
rizar a sus habitantes. El nombre apareció
en 1987 cuando Jeter empezó a bromear
con el ciberpunk, de moda entonces.
A lo largo de todo el siglo xx no ha
dejado de escribirse ciencia ficción victo-
riana, del mismo modo que Verne y Wells
no han dejado de leerse. «El término
Arriba, música para steampunk empezó siendo una broma,
steampunks: Vernian pero ha permanecido y los mismos steam-
Process y Ghostfire. punks discuten constantemente sobre
A la dcha., literatura
qué es steampunk», comenta John Naylor.
de ciencia ficción:
Las aventuras de Conocido dentro de la sociedad steam
Langdon St. Yves, como Major Tinker, Naylor es presidente
la edición completa de la Victorian Steampunk Society y orga-
de Leviathan y el nizador de eventos. Refinado y de moda-
imaginario robot
les impecables, es el azote de todo lo que
Boilerplate. Aquí,
Masuimi Max con sea chabacano y de mal gusto.
estilismo de Bibian La presentación de su catálogo de
Blue! [Maquillaje: objetos steam es un verdadero manual
Anna Cartès. Foto: de cortesía decimonónica. Pero ¿qué tie-
Marcela Patiño].
nen que ver con el punk estos dandis
elegantes y sibaritas? «Nada», contesta
G. D. Falksen, escritor y ensayista esta-
dounidense especializado en la época
del alumbrado a gas y las máquinas del
tiempo. «El término steampunk es una
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broma sobre ciberpunk, no una referencia
a la subcultura punk».
Ambientación victoriana, faroles, ener-
gía a vapor, historia alternativa, dirigibles
y computadoras digitales son el mínimo
común denominador para la ciencia fic-
ción que pretenda ser steampunk según
Mike Perschon (The steampunk scholar),
un profesor de literatura, escritor y músi-
co que prepara su doctorado acerca del
steampunk como estética.
Manual de lecturas
La primera vez que se utilizó el término
en literatura fue en La trilogía steam-
punk, de Paul Di Filippo de 1995 (Grupo
Editorial AJEC). El escritor californiano
James P. Blaylock narra con pluma bur-
lona y desconcertante Las aventuras de
Langdon St. Ives, científico expulsado de
la Academia de la Ciencia. La prime-
ra entrega de la saga, Homúnculo, fue
traducida al español por Ultramar ya en
1990. Los relojes de Alestes, de Víctor
Conde, y El secreto de los dioses olvidados,
de Rafael González, son las aportaciones
españolas al steam que recomienda Lis.
Blaylock y sus amigos, Tim Powers y
K. W. Jeter, eran protegidos de Philip K.
Dick y Las puertas de Anubis (Ediciones
Gigamesh), de Powers, constituye la pri-
mera obra maestra del género: una histo-
ria donde viajes en el tiempo, poetas mal-
ditos y dioses egipcios se entremezclan
en una trama endiablada con variedad
de elementos históricos y apócrifos. El
blog de Perschon es una buena fuente
para familiarizarse con un género que ha
atraído a escritores como China Miéville,
Neal Stephenson o al inventor mismo del
ciberpunk, William Gibson. También clá-
sicos como Michael Moorcock y Thomas
Pynchon sienten pasión por el universo
steam. Abrumadora resulta The clockwork
century, trilogía sobre un mundo alterna-
tivo y degenerado creado por una joven
autora, Cherie Priest. Y las aventuras
apócrifas del robot victoriano Boilerplate,
creado por Paul Guinan, han llevado a
engaño a historiadores y estudiosos.
¿A qué suena el steampunk?
Los gustos musicales de los pobladores
de la sociedad steam son tremendamente
variados, sin dogmas ni fundamentalismos
de ningún tipo. Perschon considera a Faith
No More, Rammstein, Soundgarden, Nine
Inch Nails, Kate Bush y Devo como pre-
feridos. Y Lis cita a Abney Park, Vernian
Process, Unextraordinary Gentlemen,
Gypsy Nomads y Dyonisos como grupos
catalogados steam, pero no niega que le
guste el cabaré oscuro de Dresden Dolls
y Tiger Lillies y otras músicas neorretro
como Tom Waits, Caravan Palace o The
Real Tuesday Weld, el swing, el jazz y algu-
na música étnica y tradicional. Sin olvidar
«un poco de clásica, ¡claro que sí!».
Cajas de música, pianolas, organillos y
órganos de vapor constituyen los grandes
inventos de la música mecánica, pero
los catalanes Cabo San Roque, con el
nombre de un viejo trasatlántico, prefieren
una instrumentación construida por los
propios miembros del grupo a partir de
mecanismos industriales abandonados,
máquinas de coser, grapadoras y piezas
de mobiliario en desuso. No pretenden,
ni podrían, encajar en ninguna corriente
establecida de antemano: originalidad es
lo que los define. En cambio, los califor-
nianos Vernian Process se toman muy
en serio su conexión steam. Su nombre
hace referencia a Verne y su web está
literalmente envuelta en niebla. «La músi-
ca no conoce límites o fronteras y San
Francisco es una ciudad que también
tiene su lado oscuro», explica Martin.
Una localidad londinense sede de la
primera escuela científica para niñas da
nombre a Abney Park. Son de Seattle,
se hacen ellos mismos sus instrumentos
y viajan por el éter en un extraño navío
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 aéreo. Musicalmente combinan lo industrial con dance y world
music. Espigando Internet en busca de música a la que pegar
la etiqueta steam, descubrimos a Ghostfire, londinenses que se
definen como «la banda sonora de una fiesta salvaje, excéntrica y
ancestral». Su reciente Steampunk Waltz es sencillamente delicioso.
Jake von Slatt trabaja en la Administración de las Tecnologías de
Información para una firma de investigación aerospacial de Massachusetts.
«Muy aburrido», confiesa. Su verdadera vocación tiene que ver con el diseño artesa- a saber qué querían decir!». La sociedad
nal y es el fundador del Steampunk Workshop, donde hace carcasas decimonónicas steam se nutre del do it yourself y de
para el MacBook y Fender Stratocasters de latón. Su nombre steam es Ieronimus diseñadores alternativos y marcas como
Isambard, como el ingeniero británico del xix, ha restaurado un viejo autobús de Steampunk Emporium, Clockwork Couture
escuela como vivienda rodante y, por supuesto, protege su vista con antejos. y otras con venta en Internet.
Una de las colecciones más bonitas
Polainas y cuello duro de la barcelonesa Bibian Blue! se inspira
«Los anteojos dan impresión de ciencia, industria y de trabajo con maquinaria. Pero en el steampunk. «Está enfocada para
eso no quiere decir que todos los steampunks los lleven», dice Evelyn Kriete, relacio- la noche, un cóctel, un evento... Es ropa
nes públicas y ubicua que dedica gran parte de su esfuerzo a promocionar el steam- para mucho vestir», dice. Diseñadora, cor-
punk. Gracias a ella se ha hablado del tema en MTV y en The New York Times. Es la setera y modista, Bibian vende en todo
editora de Steampunk Tales, revista literaria exclusiva para iPhone. «Es importante el mundo y a precios ajustados. Es hija
que en los circuitos comerciales reaccionen de forma positiva al steampunk, que le de anticuarios y ya de niña jugaba con
otorguen un tratamiento respetuoso y que presten atención y apoyen a los artistas y valiosas piezas decó. No pertenece a la
profesionales que trabajan en este campo». sociedad steam, sencillamente considera
Verne, Pérez Zúñiga y H. G. Wells mandaban a sus exploradores a enfrentarse con los que es una estética que merece la pena
selenitas y de paseo por el transcurrir del tiempo vestidos con toda la corrección de un investigar. «Me inspira para hacer cosas
respetable caballero de su época. No es casualidad que la sociedad steam viva obse- bonitas. No pretendo reconstruir trajes de
sionada por la ropa de calidad. El Museo de Historia de la Ciencia de Oxford mantuvo época, sino hacer algo propio». Según el
el año pasado una exposición de objetos artísticos steam, pero el interés mainstream Dr. Rafael Fabre, esta moda «es el regreso
por el steampunk empieza por la moda. En 2005, la colección del desaparecido a una época cuando las cosas se hacían
Kristina Erickson, pianista de Abney Park. A la dcha., Steampunk Tales, litera- Alexander McQueen mostraba la influencia de la ciencia ficción victoriana; y para durar y los trajes, originales o imita-
tura para iPhone, y la imagen más reproducida del steampunk, el escritor G. D. hace ya más de dos años, en la Semana de la Moda de Boston participó ciones, lo reflejan». Como afirma el Major
Falksen: «El steampunk intenta transportar conceptos modernos como informáti- una diseñadora local, Elena Sanders, muy conocida en la escena steam. Tinker, «los steampunks intentan retomar
ca, thrillers de espionaje, novela negra e incluso Internet al contexto victoriano». La tendencia llega también a la high street: «Esta temporada, en H&M lo mejor del pasado y convertirlo en parte
se iba a llevar la moda futurista con puntillas», dice Liz. «Pero... ¡Vete del presente». n

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