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CL-6
G u í a C u r sos Anuales
El escritor no sólo inventa situaciones y personajes, sino que también inventa una voz, un
emisor ficticio que se encarga de presentarnos el relato: el narrador, que poseerá un punto
de vista, esto es, una particular visión de cada personaje, proyectada en la forma de narrar, en
lo que nos dice (o no nos dice) sobre el relato y en los valores o ideologías involucrados en el
mundo ficticio.
Todo lo anterior configura una situación comunicativa ficticia, que a continuación revisaremos.
Contexto
Mundo
creado al
interior
del texto
Código Canal
Lenguaje Texto escrito o relato oral
1. Lectura intrínseca: No considera elementos externos a la obra (biografia del autor, período
histórico en que fue escrita, etc).
2. Lectura extrínseca: Se propone la reconstrucción del contexto histórico, para determinar las
funciones de los elementos de la obra literaria.
Por otra parte, la obra literaria presenta características que la distinguen de otras
manifestaciones linguísticas y que la configuran como un objeto cultural particular.A continuación,
revisaremos estas características.
• Permite que ocurran hechos que nunca ocurrirían en la vida real. Por ejem-
plo, el desdoblamiento y confusión entre autor real y narrador ficticio. Lo anterior implica
que el sujeto real (autor) no corresponde necesariamente al sujeto ficticio (narrador) de
una obra literaria. Conocido es el caso de la novela Niebla de Miguel de Unamuno, en la que
los planos narrativos se confunden cuando los personajes piden explicaciones al autor.
Ya hemos establecido que la Literatura posee un carácter ficticio, ya que es una construc-
ción hecha de lenguaje, en la cual todo lo representado (seres, situaciones, lugares, etc.), si bien
puede tener un referente real, no necesariamente lo es. Por lo tanto, podemos decir que la
literatura podrá ficcionalizar un referente real o crear mundos absolutamente nuevos que se
organicen y obedezcan leyes propias y aplicables sólo a ese mundo creado.
De esta manera, la Literatura se presentará como una puerta de acceso a otros mundos
posibles, que se rigen por leyes autónomas y principios que no funcionan fuera del texto.
Por todo lo que hemos afirmado, podemos definir mundo literario como un conjunto ima-
ginario de leyes y principios que regulan una realidad representada únicamente a través del
lenguaje. Cada uno de estos mundos se define por oposición a otro, a partir del mundo-base, que
es la realidad-referencial, el mundo efectivo en el que habitamos, gobernado por la causalidad
y la teoría gravitacional. A partir de éste se van construyendo los mundos ficticios, regulados
por pactos de lectura preexistentes en la sociedad. Por ejemplo, el mundo de lo maravilloso
está regulado para ser referido y distribuido, básicamente, entre lectores infantiles. Si un lector
adulto lee un cuento para niños, debe acomodar su recepción al punto de vista del pequeño y
su ingenuidad. Los mundos literarios constituirán el tema de nuestra próxima clase.