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n aquel momento pensó que lo peor estaba En las semanas siguientes, varios Razón no le falta. Un reciente oficio
por suceder. Un hombre vestido de civil universitarios serían sacados a la fuerza de sus ingresó al despacho del titular de la Tercera
acababa de intervenirlo en forma sorpresiva viviendas. El caso de Peter Cosme Ureta, Fiscalía Penal de Huancayo, Juan Pacheco
tomándole del cuello y apretando el cañón de estudiante de Ingeniería Química, grafica lo Callupe, con la firma del actual Jefe de Estado
un arma de fuego contra su cintura, mientras le que ocurría en aquellos días: en la noche del 9 Mayor de la 31º Brigada de Infantería con sede
decía en voz baja: “¡Policía!, está arrestado”. de setiembre tres hombres con porte militar lo en Huancayo, Rodrigo Lavado Saldias.
El joven estudiante de la Universidad sacaron brutalmente de su casa en Saños Chico. El documento da respuesta a una solicitud
Nacional del Centro del Perú (UNCP) notó la Luego de tres días su cuerpo yacía frío e de informes detallados del personal militar de
presencia de otro falso policía que de inmedia- hinchado en la morgue de Huancayo, con los años de la violencia: “no se mantiene los
to le arrancó sus documentos. En cuestión de huellas de disparos en la frente y el pecho (3). archivos pasivos en las unidades por espacio de
segundos, fue obligado a subir a un auto Entre julio y octubre de 1992, la Comisión diez (10) años y los documentos de mayor
volkswagen de color amarillo que avanzaba de la Verdad y Reconciliación (CVR) reportó antigüedad son incinerados (…) (4)”.
lentamente por la cuarta cuadra del jirón más de treinta casos de universitarios desapare- ¿Incinerados?, en su reciente visita a
Ayacucho, en pleno cercado de Huancayo. El cidos. Como por arte de magia, todo un salón Lima, Kate Doyle, analista de The Nathional
vehículo empezó a acelerar con dirección hacia con una treintena de alumnos se hizo humo. Security Archive, una organización civil de
el sur, trasladando al detenido en el asiento Muchos fueron asesinados. En aquel período se Estados Unidos, hizo un comentario alentador
posterior, boca abajo, con la cabeza presionada produjo la intervención del joven Miguel al respecto: “En Guatemala, a pesar de haberse
y con un revólver apuntándole en el cuello. Ángel Cieza, pero él correría una suerte creado una comisión de la verdad (los militares)
Aquella mañana del 25 de agosto de 1992, distinta. no se atrevieron a destruir sus archivos”.
el dirigente estudiantil y miembro del tercio
superior, Miguel Ángel Cieza Galván, no sabía
si finalmente saldría con vida.
Al día siguiente su madre, Olga Galván,
acudió en su búsqueda al cuartel del Ejército
Peruano, 9 de Diciembre. Allí le informaron
que había 19 estudiantes detenidos. Olga
asumió que entre ellos se encontraba su hijo.
Pero al tercer día, cuando retornó al recinto
militar, le dijeron que ya no tenían a ningún
estudiante. El padre del universitario, Óscar
Cieza, se había sumado a la búsqueda. Pidió
apoyo al Poder Judicial, a la Fiscalía, a la
iglesia, pero nada. “Y los muertos seguían
apareciendo”. Olga Galván y Óscar Cieza se
sumaban, de este modo, a la lista de familiares
que para entonces buscaban a los estudiantes
desaparecidos de la UNCP.