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CONTROL 18
Sobrino, J. (2003) Competitividad de las ciudades en México, Colegio de México, Capítulo II.3: Dimensión
metropolitana del desarrollo urbano. pp.183 – 210
Por otro lado definió en el capítulo anterior, el concepto de área metropolitana que
alude a la estructura urbana que se extiende en el territorio de dos o más municipios
con usos del suelo de naturaleza no agrícola y que, partiendo del núcleo o centro
comercial y de negocios, presenta continuidad física en todas direcciones hasta que
se interrumpe en forma notoria por terrenos de uso no urbano como bosques,
sembradíos, o cuerpos de agua (se conforma con el agrupamiento de localidades
que pertenecen a distintos municipios).
Por otro lado distingue que la zona metropolitana difiere de la anterior porque su
límite constituye un envolvente de la primera y su forma es más regular porque
incluye los límites de las unidades político administrativas menores, que para el caso
mexicano son los municipios (integra municipios contiguos).
El autor dice que estos conceptos son claros, pero la delimitación concreta no es
fácil, pues para ello se necesita información estadística, cartográfica y de campo.
Para lo cual desarrolla diferentes subcapítulos para analizar las principales áreas
metropolitanas de México.
(1986), seleccionaron los municipios que contenían una localidad con al menos 50
mil habitantes en 1980, y posteriormente configuraron un agrupamiento cartográfico
de municipios contiguos a los primeros que potencialmente integrarían un primer,
segundo o tercer contorno a la ciudad central; utilizaron cinco variables: grado de
urbanización, tasa de crecimiento demográfico, elasticidad de crecimiento de la PEA
agrícola, densidad de población y productividad industrial; el resultado fue la
delimitación de 26 zonas metropolitanas las 12 definidas con el proceso anterior
para 1970, más otras 14 (Toluca, Coatzacoalcos, Cuernavaca, Xalapa, Poza Rica,
Monclova, Oaxaca, Córdoba, Zamora, Zacatecas, Guaymas, Cuautla, Colima y
Tlaxcala).
El autor destaca que la delimitación más utilizada en los noventa fue elaborada por
el Consejo Nacional de Población (Conapo), que estableció 4 zonas metropolitanas
y 30 conurbaciones; éstas últimas correspondientes al concepto de área
metropolitana (este método no especifica la metodología utilizada para su
delimitación) en esta clasificación incluye 25 de las 26 metrópolis definidas por
Negrete y Salazar, excluyendo a Chihuahua y delimitando a León como conurbación
y no como región metropolitana del Bajío, se incorporaron 9 localidades a la lista de
metrópolis (Aguascalientes, Cancún, Celaya, Chilpancingo, Guanajuato, Irapuato,
Querétaro, Reynosa y Saltillo). Una segunda delimitación durante la década de los
noventa apareció en el Programa Nacional de Desarrollo Urbano (1995-2000), y
específicamente en el programa estratégico de 100 ciudades, cuyo objetivo consistía
en garantizar la continuidad del desarrollo urbano ordenado; este programa se
complementaba con otro de consolidación para las zonas metropolitanas de las
ciudades de México, Guadalajara, Monterrey u Puebla.
Con este análisis el autor deduce dos conclusiones: 1. Es innegable el avance del
fenómeno de metropolización en el país, porque los datos de población, la
información cartográfica y los trabajos de campo muestran que un número cada vez
mayor de ciudades centrales rebasan su límite político administrativo; y 2. La
delimitación de dichas metrópolis no ha sido homogénea en cuanto a la metodología
utilizada y los resultados propuestos.
El autor cita algunas teorías que explican la estructura urbana, enfocadas al análisis
de la utilización del suelo. Una de ellas es la teoría concéntrica formulada por
Burguess (escuela de Chicago), la cual establecía que el crecimiento de una ciudad
ocurría por los procesos ecológicos de concentración, centralización,
descentralización, segregación, invasión y sucesión. De manera general se plantea
que la ciudad se estructura en 5 zonas concéntricas: 1. Un anillo central en donde se
concentran los comercios, oficinas, la vida civil y los nodos de comunicación; 2. Una
zona de transición que corresponde a un área de deterioro residencial con invasión
de actividades urbanas más rentables; 3. Un anillo dominado por el uso de
habitacional donde viven familias de trabajadores que prefieren permanecer cerca
de sus lugares de trabajo; 4. Un círculo concéntrico ocupado por la clase media; y
5. Una zona periférica de espacios dormitorios. Esta teoría ha sido criticada por su
generalidad, sin embargo, ha sido utilizada como punto de partida para otras
proposiciones como la teoría sectorial, la de centros múltiples, los análisis de
densidad y las etapas de metropolitanismo.