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BASES PARA UNA BUENA TECNICA DE

CANTO
El canto podemos decir que es, la emisión de voz con medida y entonación,
con expresión, en forma suave, medio o fuerte, cuya proyección debe hacerse
al exterior, contra la cara, utilizando todos los recursos del aparato vocal y
respiratorio, con técnica e impostación correctas, cuya consecuencia sea el
mayor rendimiento vocal y sonoro, sin forzamiento de garganta ni fatiga vocal.

Al comenzar los estudios de canto es indispensable un examen médico de un


especialista para saber en qué condiciones se encuentran la garganta y los
pulmones.
Antes de cantar hay que tener plena seguridad de que los órganos fonadores
son normales, están sanos y en buenas condiciones de funcionamiento, así
como de los pulmones y del estado general. La enseñanza del canto debe ser
individual y en estrecha colaboración con el otorrinolaringólogo.

El médico especialista de la garganta le suministrará al profesor los datos


precisos acerca de la amplitud de la laringe, de las dimensiones de las cuerdas
vocales, de los resonadores y de los pulmones. Estos datos son importantes
para el profesor que intentará clasificar la voz según su tesitura y su timbre.

El profesor de canto comienza por enseñar al alumno a respirar y a hacer las


primeras vocalizaciones sencillas para intentar clasificar su voz.
El profesor ha de descubrir la voz de sus alumnos, dando mayor importancia al
temperamento musical que al timbre de voz.
El orden de los ejercicios puede ser el siguiente: respiración, vocalización,
impostación, staccato, ligado y filado.

La educación de la voz y la educación musical comenzarán de 6 a 7 años, ya


que a esta edad se adaptan con gran facilidad y aún no han adquirido ningún
vicio vocal.
Es necesario establecer rigurosamente las bases fundamentales del canto:
respiración, resonancia, emisión y articulación, adquiriéndose de este modo el
dominio y el control vocal, es decir, la educación vocal, la posición y la situación
de la voz; el dominio de estos elementos dará lugar a un perfecto dominio de la
técnica.
Para educar la voz, es necesario regular la respiración, apoyar el aire en el
diafragma, colocar la voz en adelante, levantar mucho el velo del paladar,
pronunciar y articular bien, y abrir mucho la garganta.
Del mismo modo, puede ganarse mucho tiempo explicando el mayor número
posible de cosas a los alumnos: dirigirse a la inteligencia y a la imaginación,
concretar las sensaciones vocales, son los medios más seguros para cimentar
la técnica vocal sobre una base sólida y estable. Por medio de estas
explicaciones e “imágenes” se puede ayudar a aquellos alumnos que
“busquen” su voz y gracias a la plena utilización de las resonancias y a una
articulación prolija y sonora, lograrán un instrumento dócil y dúctil, susceptible
de múltiples inflexiones.
La técnica de la voz cantada consiste en enseñar al alumno la adaptación del
acto respiratorio a la emisión vocal y a las cavidades de resonancia, es decir, a
todo el aparato vocal.
Comenzará la emisión de la voz a partir de una nota buena o la mejor que
tenga el alumno. Para atacar un sonido se deben aproximar las cuerdas
vocales, darles tensión y hacerlas vibrar. Todo este mecanismo ha de ser
preciso, porque las cuerdas vocales, unidas y tensas ofrecen cierta resistencia
al aire espirado. Hay que lograr que la epiglotis y paladar blando dejen libres
los conductos formados por la glotis y la parte inferior de las fosas nasales, sin
interceptar el paso del aire. Las cuerdas vocales deben vibrar libremente en
toda su extensión. Estas condiciones se dan espontáneamente en la posición
de bostezo. Las vocales son el resultado de una determinada colocación de los
labios. Las cuerdas vocales son imposibles de controlar. Toda actuación sobre
ellas es indirecta. La única posibilidad de intervención es dejarlas libres
mediante la relajación. El resto será trabajo de las mandíbulas, paladar, lengua,
labios...

Si cuando se canta se expulsa el aire débilmente, las cuerdas vocales no se


aproximan y tensan lo suficiente, dejando que se produzca una pérdida de aire.
El ataque entonces es blando y la falta de tensión hará bajar la altura del
sonido, y por tanto, la nota emitida será por debajo del tono, es decir
desafinada. Si por el contrario al cantar se expulsa demasiado aire sobre la
glotis contraída y cerrada, ese exceso de presión y tensión elevará la altura del
sonido y, por tanto, la nota se elevará por encima del tono, es decir, aguda
desafinada. Este exceso en el ataque obligan al cantante a cerrar, a apoyar y a
realizar un esfuerzo perjudicial para las cuerdas vocales y, por tanto, este
esfuerzo defectuoso es una de las causas de la fatiga vocal.

El golpe de glotis es otra de las causas de la fatiga vocal, porque la emisión


forzada es muy mala para las cuerdas vocales, que no pudiendo resistir la
presión del aire se distienden, la mucosa se hincha y se espesa y, a
consecuencia de ello, la voz se va poniendo afónica aunque al principio
parezca catarro, apareciendo en muchos casos el nódulo vocal.

El profesor enseñará a los alumnos el ataque exacto de la nota, mediante una


buena técnica, es decir, presión espiratoria bien dosificada, cuerdas vocales
con aproximación exacta para ofrecer a la corriente de aire espirado la
resistencia justa para que se inicie la vibración de las mismas.
El paso de un registro a otro se debe hacer mediante una emisión adecuada, y
no puede seguir ascendiendo con el mismo espesor, la misma longitud y la
misma tensión de las cuerdas vocales. Tampoco se puede utilizar la misma
resonancia pues en el registro agudo se valdrá de la resonancia facial, y en el
grave de la torácica, viéndose el cantante obligado a someter su instrumento
vocal a un cambio en la emisión. Así por ejemplo, cuando el alumno o el
cantante observa que ya no puede continuar la misma emisión sin forzar y
cerrar el sonido, entonces debe realizar la transición.
Las notas de transición exigen un estudio especial. Hay profesores que
prefieren comenzar con sus alumnos el mecanismo en las notas bajas, para ir
poco a poco adentrándose en las dificultades. Sin embargo, otros maestros
prefieren trabajar el paso, de arriba abajo, porque al descender, la transición es
mucho más fácil.
Cada nota tiene una posición concreta en la boca, que una vez encontrada en
su justa colocación no deberá nunca cambiarse. Para emitir una nota
inmediatamente superior, deberá pasarse a otra posición, y esto debe
realizarse en toda la tesitura de la voz.
Tanto a los profesores como a los alumnos, sólo debe preocuparles el que la
voz se sienta muy alta, en la “máscara” o como dicen los italianos “in
maschera”, ya que ésta está sostenida por el aire o fiato. Si la voz cae por falta
de resonancia alta se dice entonces que es de garganta, lo que obliga a
muchos esfuerzos y a continuas afonías por no usar la resonancia.
Puede entonarse una escala ascendente y descendente observando si la
mayor dificultad está en los graves, en los medios ó en los agudos.
Los registros abarcan de 4 a 6 tonos cada uno aproximadamente, en las voces
digamos corrientes para la voz hablada, pues en los cantantes, los registros
pueden ser más amplios.
Al pasar de un registro a otro, se opera un cambio fisiológico. Este paso se
realiza a nivel de una o dos notas inmediatas y se llaman “notas de paso”.
Durante la emisión sucesiva de notas, desde el grave hacia el agudo, se llega a
un tono en el que se advierte instintivamente una incomodidad en la garganta
y, por tanto, ésta se comporta de distinta manera.
En las notas graves se nota la resonancia en el pecho, y en las notas agudas
se nota la resonancia en la cabeza; pero la transición de un registro a otro, esa
sensación de algo diferente en la emisión de la voz, se llama “paso de la voz”.
Entre cada registro de voz existe una nota de paso que debe fusionar los dos
registros; es un trabajo de homogeneización de la emisión vocal en toda su
extensión.
La extensión de la voz, como así mismo la intensidad y la duración de la
fonación, disminuyen con la edad.

La técnica de la voz se fundamenta en el apoyo y sostenido de ésta para


conseguir su elevación. Para elevar la voz es necesario que esté apoyada o
impulsada, y éste apoyo se logra, por la respiración. El aire almacenado en los
pulmones presiona al músculo del diafragma impulsándolo hacia arriba. El
diafragma al presionar los pulmones levanta la columna de aire que pasa por
las cuerdas vocales, constituido en sonido que debe encontrar su resonancia
en el cielo del paladar , en las fosas nasales , en la cara y en la frente.
Hay tres tipos de respiración: diafragmática o abdominal; costal-superior, costo-
diafragmático-abdominal. Para el canto se recomienda la tercera, por ser la
más completa, que en realidad es una sola, pues en una inspiración honda, el
aire llena profundamente la capacidad pulmonar. Sin embargo, para el buen
aprovechamiento de los ejercicios habrá que trabajarlos aisladamente,
ejercitándonos de una manera especial en levantar y bajar las falsas costillas,
mediante la respiración. La técnica respiratoria con aplicación de ejercicios o
vocalizaciones, habladas y cantadas, da una gran flexibilidad al aparato vocal,
hasta llegar a su perfecto dominio. De ahí que el cantar con una buena
impostación, regulando la voz, pronunciando y articulando bien, con aplicación
de una buena técnica respiratoria, sea beneficioso para la salud y para la voz,
consiguiendo una ampliación sonora, un brillo y una sonoridad más pulida y
aterciopelada. Pero de la respiración hablaremos detenidamente en otros
apartados.

Existe la creencia de que hay dos registros: uno agudo llamado de cabeza, y
otro grave, llamado de pecho, y entre ellos una nota que los separa, llamado
“nota de paso”.Es decir que por nota de pasaje o paso se entiende un cambio
de registro, o dicho de otra manera, un cambio de posición por el movimiento
de la laringe y la transformación de la abertura glótica para la unión de las
notas bajas y centrales con las agudas.
Dentro de los registros de una misma voz, surge la necesidad pedagógica de
una formación vocal, que amplíe la tesitura de la voz al máximo y unifique con
el mayor grado de perfección los distintos registros. Donde termina un registro
empieza otro y ese paso debe cubrirse sin que se note el cambio. Para el paso
hay tres posibilidades: abrir el sonido, pasar a falsete, ó cubrir la voz. Si
abrimos el sonido se pueden producir sensaciones desagradables, pinchazos,
gallos, formación de nódulos, etc. La voz de falsete, como lo indica su nombre,
es falsa, al acercarse las cuerdas vocales por la parte baja. Es necesario cubrir
la voz para ir hacia el agudo, con un alargamiento faríngeo-bucal y un
ahuecamiento del mismo, al tiempo que se produce un descenso de la laringe.
El labio superior se proyecta hacia delante, estirándose y ciñéndose lo posible
a los dientes, creciendo más en altura que anchura, y colocando la voz en los
agudos muy delante.
Cubrir no es cerrar ni ahogar el sonido, sino “colocar” el agudo para conseguir
su verdadera resonancia.
En el registro agudo se empleará la resonancia facial y en el registro grave la
torácica. Sino se efectúa el paso de la voz de pecho a la cabeza el timbre es
desagradable, feo y chillón.
No todas las personas tienen el paso en las mismas notas. De una manera
personal se puede decir, que la nota de “paso” se halla en los sopranos entre
las notas Si3-Mi4; en los contraltos entre MI3-La3; en los tenores entre Mi3-
Fa#3; en los barítonos entre Re3-Mi3; en los bajos entre Re3- RE#3.
El método pedagógico utilizado para el paso es el de la cobertura de los
sonidos. Para el mecanismo de la cobertura hay que hacer una amplia
respiración con apoyo diafragmático-abdominal, alargamiento faríngeo-bucal, y
ahuecamiento.

Dice el gran tenor Hipólito Lázaro, que para el pase de la voz de pecho a la
cabeza se toma un aliento profundo por la nariz, se retiene ese aire dentro del
abdomen y se dirige al paladar, llevándolo poco a poco hasta colocarlo en el
labio superior como punto de apoyo. A su vez la garganta se tiene muy abierta,
para dejar paso al aire, de forma, que no roce la laringe.
Para cubrir los sonidos agudos, se atacan éstos, iniciando suavemente su
colocación pero manteniéndose y abriendo bien para no ahogar la voz.
Cuando se observa que la voz va perdiendo igualdad y que comienza a costar
su emisión, ese es el lugar donde se encuentra el paso o transición; entonces
hay que trabajar de forma que cuando lleguemos a él, uno o dos tonos antes
habremos cambiado al registro superior, por lo que así resultará fácil la emisión
de esa o esas notas que se resistían a ser emitidas con claridad.
Cuando se llega al dominio de la media voz, realmente se está en posesión de
los secretos del canto. Igualmente ocurre con los sonidos filados. El estudio de
estos dos, es de larga adquisición. Para su estudio se toma una nota cómoda y
se ejercita en ella desde el “medio fuerte hasta el piano” y viceversa, sin perder
su timbre y color, procurando no caer en el falsete, declamar en ella, articularla
y matizarla.
Una vez dominada se pasa a la superior ½ tono más alto, y así sucesivamente.
Para solucionar el problema del pase, ahuecar mucho la boca; hacer mucha
bóveda; abrir bien la garganta atrás a lo ancho, para después abrir delante a lo
alto, con cara como de bostezo; obscurecer el sonido con determinadas
vocales y proyectar el mismo hacia la parte delantera del paladar, colocándolo
en el labio superior.
Para las notas tenidas se recurre al apoyo de la voz, buscando la sensación
palatal anterior y la fijación del sonido para que éste no oscile ni de sensación
de inestabilidad.
La voz se modifica y toma una sonoridad distinta según la manera de emitir los
sonidos y según el funcionamiento de la resonancia de pecho, de la boca o de
la cabeza.

De la misma manera que cualquier instrumento tiene su caja de resonancia, la


voz humana también la tiene, e incluso cada vocal tiene su sitio, debiendo
impostarla hasta donde el sonido se hace grato, uniforme y vibrante.

La voz de garganta también tiene su sonido, pero éste es áspero, seco, sin
brillo y sin resonancia.
Para cantar bien es preciso la homogeneidad de la voz en toda su extensión,
con igualdad en toda ella y sin cambios de timbre ni sonoridad, sin confundir
esto con la expresión e interpretación que el cantor debe realizar con su voz.

Esquemáticamente podemos decir que los estudios de canto comprenden:


1º la educación vocal, mediante ejercicios educativos:
Enseñar al alumno la adaptación del acto respiratorio, la emisión vocal y las
cavidades de resonancia, es decir, todo el aparato vocal.
2º la gimnasia vocal o vocalización: son los ejercicios deportivos.
La técnica de la voz se fundamenta en el apoyo y sosteniendo de esta para
conseguir su evasión. Para elevar la voz es necesario que esté apoyada o
impulsada, y este apoyo se logra, por la respiración.

La voz se puede conservar mediante la técnica vocal. Para ello es necesario


adquirir una buena técnica respiratoria y una buena impostación.

A continuación se detallan algunos ejemplos de posibles ejercicios para la


impostación:

La impostación consiste en el pleno aprovechamiento de la espiración para la


producción de sonidos. Requiere de tres condiciones:

• Que la columna de aire esté bien apoyada en el diafragma.


• Que no se opongan obstáculos a la vibración.

• Que ese aire ya transformado en sonido sea proyectado


convenientemente a los resonadores

Colocación de las vocales en el llamado triángulo vocálico: U


I

O
E

Posición de las vocales:

Siendo conscientes de la importancia que presentan las diferentes vocales a la


hora de obtener un sonido más colocado o no, junto con la ayuda o dificultad
que nos puedan prestar las consonantes, vamos a detallar algo más este punto
tan útil para cualquier persona que quiera realizar un buen uso de su voz
mediante la colocación impostada de ésta:

 En la A, se dejan caer las mandíbulas sin forzar. Paladar blando y


lengua no intervienen. Los labios describen un óvalo horizontal. Tendrá
la sonoridad de O redonda. Es la más sonora porque la lengua se
encuentra aplanada en la boca quedando libre la emisión del sonido
 La O es una mera variación de la posición de los labios, que forman un
óvalo vertical. El sonido va un poco más atrás.
 En la E, los labios forman parte de un óvalo aplanado. La lengua
interviene para proyectar el sonido un poco más hacia delante. No
debemos abombar la lengua.
 En la I, la posición de los labios es similar a la E, con las comisuras
menos separadas. Posición próxima al círculo. Implica separar algo más
la mandíbula.
 En la U, los labios se contraen hasta un pequeño círculo. Procurar no
cerrarlos excesivamente y evitar que la lengua vaya hacia atrás.

Las vocales fundamentales tanto para el canto como para la dicción son: A-O-
U. Para el comienzo de su estudio se suele invertir el orden: U-O-A.
La U parece la más fácil de colocar delante, luego la O, para llegar a la
colocación de la A bajando más la mandíbula.
El orden de estudio de las vocales, por tanto es el siguiente: U-O-A-E-I
El orden de las vocales de más adelante hacia atrás es: U-I-E-O-A.

Práctica de las consonantes:

El empleo armonioso de vocales y consonantes es la articulación. Hace las


veces de barrera, reteniendo el flujo sonoro y aliviando la laringe. Una buena
articulación evita la fatiga vocal sin restar amplitud a la voz. Desde el punto de
vista de la articulación, distinguimos tres grupos de consonantes:

1) Sonidos auxiliares: La vibración se produce sin la intervención


preponderante de las cuerdas vocales.

 La M se produce en las fosas nasales y se transmite al exterior por las


ventanas de la nariz. Los labios están plenamente cerrados. Es un
sonido fácil de producir y su colocación natural es en los resonadores
superiores.
 En la N, la vibración se produce en las fosas nasales y en la boca, por
influencia de las primeras. La boca no se cierra con los labios, sino
interponiendo la lengua. La vibración sale por las ventanas de la nariz y
a través de los dientes. Sonido fácil de producir.
 La L es semejante a la anterior. La lengua se interpone, pero deja paso
por los dientes laterales. La resonancia se produce principalmente en la
boca, y las fosas nasales son resonadores auxiliares. El sonido sale al
exterior por la boca. Hay que procurar diferenciar el sonido de N y L
mediante la separación lateral de la lengua.
 La R produce vibración entre la puerta de la lengua y los alvéolos
superiores. Este sonido no aprovecha ningún resonador superior, por lo
que es relativamente pobre entre los sonidos auxiliares. Hay personas
con frenillo, que es un problema consistente en que la lengua se retrae
de su base.
 En la S no hay vibración de resonadores. El aire pasa por la barrera de
los dientes. El sonido se produce directamente por la columna de aire
que sale a presión entre los dientes y la lengua, y adopta una forma
acanalada. El principal problema que plantea es el de su equilibrio, ni
demasiado silbante ni demasiado suave. Evitar “sh” y “ds”.
 La J tiene un sonido difícil y áspero. Se produce por contracción de la
epiglotis y la úvula. La vibración se produce en la faringe. El sonido debe
equilibrarse, de forma que no resulte desgarrante, ni tan suave que
pierda su característica.

Una vez ejercitadas las distintas pronunciaciones de manera aislada, deben


practicarse con vocales:

• En combinaciones directas: ma, ne, li, ru, so, ja, me, ni, lu, ro, sa, ge, mi,
nu, lo, ra, se, gi, mu, no, la, re, si, ju, mo...
• En combinaciones inversas: am, en, il, ur, os, an, el, ir, us, om, al, er...

2) Los ataques: No son realmente sonidos, sino formas de iniciar sonidos. Se


producen al liberar la columna de aire, y por tanto como consecuencia de los
diversos modos de oclusión que se pueden oponer a la salida del aire. Pueden
ser suaves o fuertes, según esa liberación sea gradual o brusca.

 B, P: Partiendo de posición de labios cerrados, al separarlos se produce


la b si la separación es lenta, y p es brusca. Es necesario diferenciar
esos sonidos.
 D, T: La oclusión se produce apoyando la lengua sobre los dientes
superiores. Esa separación puede ser lenta o brusca.
 V, F: La oclusión se produce entre dientes y labio inferior
 SH,CH: En este grupo, la lengua adopta una forma ancha. Apoya los
bordes en los molares, y la parte central apoya contra el paladar duro.
Un sonido que con frecuencia parece contaminado por otros.
 G, K: Se produce en la laringe. La epiglotis cierra el paso del aire. La
diferencia fuerte o suave no es tan clara como en otros grupos y hay que
trabajarla.

3) Sonidos mixtos: Derivados de la asociación de otros fonemas. La LL es la


suma de l+i. La Ñ es la suma de n+i. La X es el resultado de k+s. La práctica se
basa en la misma idea que los ataques.

El trabajo sobre las consonantes debe centrarse en los ataques fuertes y


suaves. Combinarlo con los timbres básicos y después con los auxiliares.
Como método de trabajo podemos acudir a trabalenguas, o a la lectura en
columnas (leer la primera sílaba de los párrafos).

Todo lo dicho para la voz hablada sirve también para la voz cantada.
Las técnicas de la voz hablada y de la voz cantada se diferencian solamente en
el ritmo, medida y mantenimiento de los sonidos, pero la base física es común
a los dos. El alumno que practique estos ejercicios para la palabra, se
beneficiará enormemente también para la práctica del canto y viceversa. Tanto
la voz hablada como la voz cantada requieren:
1. La pronunciación exacta de las vocales.
2. La articulación correcta de las consonantes.
3. No dejar caer las silabas finales.
4. Agilización de los labios y de la lengua.
5. Abrir y ahuecar bien la boca en forma ovalada.
6. Ejercicios con vocales, sílabas, palabras, frases, poesías y prosa.
7. Cambio de tono a distintas alturas.
8. Lectura en distintos tonos.
9. La respiración es lo fundamental, y por lo tanto no se puede descuidar.
10. Relajación muscular laríngea.
11. Impostación vocal.

Así pues, una buena técnica, tiempo y trabajo llegan “hacer surgir” una voz
cantada. Pero el instrumento no basta. Es necesario hacerlo vibrar
melodiosamente, presionando menos al espirar, articulando mejor y empleando
debidamente los resonadores.

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