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CÓMO CONOCER NUESTRO ESTADO DE SALUD ¡CON

SÓLO 3 GOTAS DE SANGRE!

Hace ya varias décadas un médico español -el Dr.


Juan Prada Pascual- descubrió un método de
diagnóstico que permite -estudiando la sangre a
través del microscopio y merced al especial método
de tinción utilizado- conocer de forma integral
nuestro estado de salud permitiendo no sólo
descubrir los desequilibrios orgánicos desde el
mismo momento en que se producen sino detectar
las invasiones infectoparasitarias antes de que
empiecen a producir la degeneración que da lugar a
los fracasos funcionales o, lo que es lo mismo, a lo
que llamamos patologías o enfermedades. Un
conocimiento fundamental que permite abordar el
tratamiento de cualquier patología –incluido el
cáncer- con mayores garantías.

El denominado Examen Bio-Hematológico -terminado de


desarrollar por el doctor Juan Prada Pascual en 1969 y
que se lleva a cabo desde hace casi cuatro décadas en el
madrileño Instituto Auxiliar de Orientación Diagnóstica y
Terapéutica (INSAOYDT)- permiteconocer detalladamente
el estado de salud de cualquier persona con el simple
análisis de una muestra de sangre. Basta hacer una
pequeña punción con una lanceta en el lóbulo de la oreja
izquierda -que recibe los drenajes linfáticos de todo el
organismo-, recoger con un portaobjetos de cristal una
gota de sangre y extenderla sobre él (sin arrastrarla ni
presionarla). Tres gotas en otros tantos portaobjetos son
suficientes. Luego hay que teñir la sangre adecuadamente
a fin decompensar su tono violeta -que dificulta la
visualización de las sustancias que transporta- en el
microscopio. Este método -apenas conocido aún hoy por la
mayoría de los médicos- aporta una enorme cantidad de
información que está siendo lamentablemente
desaprovechada.
LAS LIMITACIONES NUESTRA VISTA

Como los lectores saben el ojo humano solo es capaz de


distinguir radiaciones que están entre 400 y 700
nanómetros (el nanómetro es la milmillonésima parte de un
metro). Toda radiación que esté por debajo de 400 nm. -la
franja de las denominadas radiaciones ultravioletas- o por
encima de 700 nm. –la franja del infrarrojo- es invisible
para el ojo humano. Tal conocimiento haría que hace ya
muchos años Jaime Santana Pomares creara el primer
léxico universal para los colores dándoles valor numérico
atendiendo a la cantidad de luz que reciben. Dio así al
negro –ausencia de luz u oscuridad total- un valor de cero y
al blanco –máxima claridad- valor de cien. Desde entonces,
en función de la luz que absorben, se dice que el amarillo
tiene valor 89, el cyan valor 70, el magenta valor 41 y el
violeta valor 11. Pues bien, como la sangre está en el
espectro violeta -valor 11- no es factible ver a simple vista
la mayor parte de las substancias que contiene ya que los
colores de éstas quedan “ocultos” por el tono violeta de la
sangre... salvo que se utilice algún filtro o tinte que lo
permita. Y el problema es que los tintes que
convencionalmente han venido siendo usados en los
análisis de sangre son el violeta y el azul y resulta que no
son los más adecuados. Prada Pascual se dio cuenta de ello
y de que lo lógico para solventar el problema era usar el
color “complementario” al valor 11 del violeta y ese es el de
valor 89 que corresponde al amarillo de encina. Así que
decidió usar un método de tinción inventado por él con ese
tono contrastando de inmediato que la nitidez de sus
observaciones era muy superior a la que obtenían –y
obtienen aún hoy- los hematólogos, como demuestran las
miles de microfotografías que realizó.
Y este hecho es muy importante porque resulta que
muchas sombras y formas confusas que los hematólogos
consideran actualmente “artefactos” –y por eso no se
tienen en cuenta en los análisis- corresponden en realidad a
entidades biológicas que a lo largo de muchos años él se
dedicó a identificar, estudiar y clasificar. Una información
preciosa y absolutamente imprescindible para valorar el
estado de salud de una persona.
Es más, el doctor Prada Pascual no sólo terminó
identificando todos los -hasta hoy- considerados
“artefactos” sino que los ordenó según su relación con el
programa celular y el desarrollo vital de tejidos, órganos,
aparatos y sistemas que permiten el buen desarrollo de las
funciones orgánicas. Información que, una vez
sistematizada, se envió para su conocimiento -el 3 de junio
de 1969- a Presidencia del Gobierno (referencia 11/69-426)
bajo el título Estudio sobre descubrimiento de las causas
del cáncer y que ninguna autoridad sanitaria o política
española –hasta el día de hoy- se ha molestado en estudiar
y valorar... aunque sí en intentar evitar que se conozca .
Como sucede con todo gran descubrimiento que hace
tambalear el sistema imperante.

SOMOS UNA UNIDAD

Antes de entrar a valorar la trascendental aportación del


doctor Juan Prada Pascual debemos explicar su concepción
de la salud y la enfermedad porque difiere notablemente de
la convencionalmente aceptada. Una concepción, por otra
parte, que se basa en la observación.
Para el doctor Prada Pascual los seres vivos se conforman
estructuralmente “como estanques acuosos llenos de vida
-de muchos tipos- que conviven en armonía o en refreno
mutuo”. Es decir, estanques en los que conviven células,
hormonas, enzimas, bacterias, virus, etc., en equilibrio
biológico. Sólo que a veces ese equilibrio se rompe. ¿Y a
causa de qué? Pues de un traumatismo, de algún shock
psicoemocional, de una infección –virus, bacterias, hongos
o parásitos-, de la ingesta de alimentos en mal estado...
Elementos todos ellos que pueden dar a lugar a reacciones
internas que desequilibren el estanque con las consabidas
consecuencias: alteración del pH, aumento o disminución
de las defensas, expansión de agentes infecciosos y
parásitos... Siendo ese descontrol biológico el que puede
dar paso -especialmente cuando el desequilibrio dura
demasiado tiempo y aún más si existe algún tipo de
infección- a los deterioros estructurales y a las llamadas
enfermedades, cáncer incluido (entendido éste pues como
proceso degenerativo destructor del ecosistema humano).
CÓMO FUNCIONA EL CUERPO

Como se sabe, el cuerpo humano es el resultado de una


cadena de divisiones y subdivisiones celulares que
empiezan cuando se forma la semilla. Un proceso biológico
que no se interrumpe porque a partir de ese momento y a
lo largo de toda la vida las células del cuerpo se renuevan
regularmente. Es decir, miles de millones de ellas mueren
cada año siendo sustituidas por otros miles de millones. Al
punto de que puede afirmarse que cada pocos años somos
personas “nuevas” porque nuestras células se han
renovado por completo. Y eso implica –y esto es muy
importante- que todo organismo pueda pues, en las
condiciones adecuadas, revertir la práctica totalidad de las
llamadas enfermedades. En otras palabras, puede resolver
por sí mismo cualquier dolencia siempre que se elimine la
causa que dio lugar al desequilibrio y se recupere éste en
un ambiente externo tolerable y un ambiente interno, al
menos, compensado y con los agentes patógenos
controlados.
Evidentemente cuando lo que altera el equilibrio biológico
interno es compensable o soportable y el programa celular
no se ve gravemente alterado no se producen alteraciones
importantes. Pero si la causa -o causas- del desequilibrio
sobrepasa la capacidad de resistencia o recuperación del
cuerpo –por intensidad o porque se mantiene en el tiempo
cronificándose- pueden producirse alteraciones graves que
den lugar a las llamadas enfermedades o patologías.
Como es obvio ese constante mecanismo de reparación
hace que en el organismo se generen escorias que pasan a
la sangre por vía linfática. Pues bien, según el doctor Juan
Prada Pascual analizando la sangre es posible averiguar de
dónde proceden los residuos y escorias celulares así como
las causas de su destrucción (lo que se deduce de las
distintas composiciones químicas de las células que los
originan). Permitiendo incluso saber si se debe a la
intervención de parásitos, hongos, virus o bacterias
patógenas. Algo que no es posible saber con los análisis de
sangre convencionales –que proporcionan información útil
pero incompleta-, las radiografías, los escáner, los TACs y
otros métodos modernos de diagnóstico perfectamente
compatibles.
Otra de las aportaciones del Examen Bio-Hematológico está
en que no se limita a valorar las alteraciones y patologías
ya manifestadas sino las que aún no se han manifestado
permitiendo así actuar antes de que lo hagan. Es decir,
actuar preventivamente. ¿Y cómo es eso posible? Pues
porque, como hemos comentado antes, se puede visualizar
en la sangre si hay daño inicial en algún órgano y atajar su
inevitable degeneración analizando las escorias presentes
en ella.
Añadiré que hasta puede detectarse si un bebé fue
contaminado durante su gestación, soportando algún
desequilibrio parasitario –capsulosomas latentes,
estafilococos afebriles, protozoarios larvaloides, bacterias,
virus, hongos...-, actuar preventivamente nivelándolos -sin
causarle efecto secundario negativo alguno- y evitar así que
le produzcan problemas en el futuro.
En suma, el Examen Bio Hematológico permite no sólo
conocer de forma integral la situación interna de cualquier
organismo sino detectar las alteraciones antes de que
produzcan efectos visibles.
Es más, ¡permite conocer también el grado de equilibrio
emocional y mental de una persona! A fin de cuentas, a
través de sus conexiones hormono-glandulares todo lo que
afecta al cuerpo repercute en la mente y todo lo que afecta
a la mente repercute en el resto del cuerpo. Bueno, pues el
Examen Bio-Hematológico permite obtener igualmente
información psicológica y conocer el grado de
Tensionalidad, Extraversión, Introversión, Receptividad,
Intuición, Supraconectividad, Hipersensibilidad,
Disociatividad, Nerviosismo, Inquietud, Depresión,
Inconformismo, Ansiedad, Coviolentación, Irritabilidad y
Suspicacia de un paciente.

NIVELES DE RIESGO

El Examen Bio-Hematológico está ya protocolizado de tal


forma que se puede detectar incluso el grado de afectación
y, por ende, de riesgo vital. Así, cuando aparecen en la
sangre signos indicativos de actividad orgánica
compensatoria se habla de “desequilibrio funcional” y se
clasifica como de riesgo A –es decir, un nivel aún bajo de
peligro porque el organismo está reaccionado de forma
adecuada y suficiente-. Si los signos son indicativos de
reacciones orgánicas débiles se habla ya de “insuficiencia
funcional” y riesgo B. Cuando en la sangre hay signos
indicativos de reacciones orgánicas exageradas se habla
entonces de“sobrecarga funcional” y se clasifica como de
riesgo C. Y, por último, si los signos indican que el
organismo carece prácticamente de capacidad
compensatoria se habla de “fracaso parcial o generalizado”
y riesgo D.
En cuanto a los tipos de desequilibrio orgánico posibles se
clasifican en ocho apartados:

1) Simbiótico. Indica el estado del simbiotismo


plasmodérmico.
2) Bio-Hereditario. Indica el estado de los capsulosomas
procedentes de los padres.
3) Intrabacteriano. Indica el estado de las infecciones
bacterianas.
4) Intraparasitario.Indica el estado y grado de parasitación.
5) Programático. Indica el estado de la composición y la
conformación orgánicas, la asimilación, el sistema
hormono-glandular y el soporte neuro-óseo-articular.
6) Químico. Indica las reactividades y cristalizaciones
blandas, sólidas o destructoras.
7) Energético medioambiental. Indica el nivel y tipo de
sustancias tóxicas.
8) Reactivo. Indica el estado vital, el de las vías de
transporte y el nivel de defensas.

SIGNOS INDICATIVOS: EL PROTOCOLO

Debo decir que el actual Examen Bio-Hematológico utilizado


en Insaodyt permite conocer y valorar unos 200 signos
microscópicos con 5 variantes si bien constituye un
protocolo extractado -por razones de pragmatismo-.
Estructurado en dos partes, la primera recoge qué parásitos
hay en nuestro cuerpo y de qué modo nos están afectando
o pueden hacerlo en el futuro; la segunda recoge los signos
hematológicos de valor diagnostico determinable y cómo
afectan a los distintos sistemas del organismo.
La primera parte del protocolo se divide en cuatro secciones
e indica:

a) Qué protozoos infectan el organismo.


b) El grado de parasitación que hay en los eritrocitos o
glóbulos rojos.
c) El aspecto de los glóbulos blancos (que indican cómo se
encuentra el sistema inmune); y
d) Las infecciones activas y las que podrían dar problemas
en el futuro.

En cuanto a la segunda parte del protocolo permite conocer


el estado del:

a) Sistema linfático.
b) Aparato circulatorio.
c) Aparato locomotor.
d) Aparato sensitivo.
e) Aparato respiratorio.
f) Aparato digestivo.
g) Aparato excretor.
h) Órgano reproductor.

Tambiénse valoran signos ocasionales; por ejemplo,


parásitos que aparecen excepcionalmente al ser propios de
otras zonas geográficas del planeta.
Cabe agregar que la información que ofrece el Examen Bio-
Hematológico es de una magnitud tan enorme y detallada
que la inmensa mayoría de los hematólogos a los que se ha
dado a conocer el método, no pudiendo dar crédito a lo que
se les explica, suelen optar por cerrarse en banda y negar
hasta las evidencias. Es decir, actúan negando la validez de
lo que no comprenden o choca con sus creencias y
convicciones; en suma, con lo que les han enseñado y han
asumido como verdadero.

EL DIAGNÓSTICO

Como el lector supondrá la valoración de un examen como


el descrito debe hacerlo necesariamente un médico
especializado que haya sido enseñado a establecer el
sentido exacto de la interrelación de signos y qué significan
en cada caso concreto. En cualquier caso los expertos de
Insaodyt están a disposición de todo médico que desee se
le sugiera también un posible tratamiento que permita
afrontar mejor cualquier patología.
Y es que son ya muchos los médicos que -tanto en España
como en otros países- encargan estos análisis que tanto
valor tienen para ayudar a hacer frente no sólo a cuadros
patológicos oscuros y complejos sino también a
enfermedades corrientes cuyo agente causal se cree a
veces conocido y, sin embargo, no ceden adecuadamente a
la medicación específica que debería dominarlas. Algo que
es posible porque las muestras de sangre son válidas para
su examen hasta 12-14 días después de su extracción y
ello permite su envío aéreo desde cualquier nación.

DÉCADAS DE LUCHA

En suma, el Examen Bio-Hematológico permite saber –


entre otras cosas- qué gérmenes con propiedades
patógenas -entre los millones de seres vivos microscópicos,
vegetales y animales, que existen- infectan el organismo.
Lo que en su momento dejó de buscarse en la sangre en el
convencimiento de que en ella no se hallan tales gérmenes,
error en el que se cayó porque no se había conseguido la
visualización cromática de su estructura. Algo que, en
cambio, logró el doctor Prada Pascual sin que
prácticamente nadie -desde que lo comunicara
oficialmente- haya querido escuchar. Una cerrazón
absolutamente inexplicable porque precisamente la
etiología, es decir, el origen, la causa de la mayor parte de
las enfermedades que actualmente nos aquejan se ignora.
Siguen siendo para los médicos idiopáticas, es decir, de
etiología o causa desconocida. Algo que si Prada Pascual
tiene razón ha dejado de ser verdad, al menos en muchos
casos.
Y lo grave es que si no se conoce qué provoca una
enfermedad es imposible tratarla eficazmente. De hecho, es
lo que está sucediendo. Hoy los médicos se limitan a
recetar a los enfermos productos sintomáticos o paliativos
por la sencilla razón de que no conocen nada que cure las
enfermedades de etiología desconocida. Es decir, de la
inmensa mayoría de ellas. Si exceptuamos a los antibióticos
las farmacias carecen hoy de productos eficaces en la
curación de muchas enfermedades.
Para Prada Pascual, sin embargo, esa duda sobre la
etiología de muchas patologías no existe. Estaba
convencido –tal fue la conclusión a la que llegó tras
estudiar miles de muestras de sangre con su método- de
que la mayor parte de las enfermedades –por no decir
todas- se deben al desequilibrio biológico de los estanques
acuosos del cuerpo y al desarrollo en ellos de agentes
patógenos de carácter protozoario o bacteriano que, por su
total adaptación al metabolismo del huésped en el que
anida, no son conocidos oficialmente ya que sólo es posible
visualizarlos con el método de tinción desarrollado por él.
Es más, para el doctor Prada no hay duda tampoco de que
diversos agentes protozoarios son los principales
responsables del cáncer en sus diversas variedades.
Hablamos de agentes protozoarios previamente controlados
por el organismo o que llegan a introducirse en él de
distintas maneras; por ejemplo, a través de la picadura de
insectos hematófagos, es decir, de aquellos que chupan la
sangre (incluidos los tábanos).
De hecho, Prada explica que es fácil ver al microscopio
óptico -siempre con la tinción adecuada- cómo las formas
jóvenes de los parásitos crecen y se multiplican en los
tejidos infectados de cualquier enfermo de cáncer.
Por otra parte, el sentido común dicta que toda tumoración
o enfermedad degenerativa crónica tiene que estar causada
por agentes vivos que crecen y se multiplican de forma
progresiva siendo sus fermentos los que lesionan o
destruyen células y tejidos. Multiplicación, crecimiento,
mitosis, respiración celular y síntesis de fermentos son pues
las características principales de esos organismos vivientes
que crean manifestaciones vitales, no sólo en lo que
todavía está vivo sino también en las células lesionadas y
destruidas, en los desechos.
En otras palabras, para el doctor Prada Pascual el cáncer es
una enfermedad claramente parasitaria y así lo constataron
en su día científicos de relevancia como Clarc, J. Engle,
Gaylord, V. Brehemer o Wyburn-Mason -entre otros-
que ya en su momento informaron delaislamiento de
agentes vivos hallados en todos los pacientes de cáncer y
leucemia y con los cuales pudieron provocar la formación
de tumores cancerosos en experimentación animal. Hoy
existen miles de fotografías en color que avalan eso.
Resumiendo, para Prada Pascual el cáncer es el resultado
de un proceso parasitario en el que entre el momento de la
penetración del germen en los tejidos afectados y la muerte
del organismo pueden transcurrir muchos años y tardar en
exteriorizarse el problema... mientras durante ese tiempo
se manifiestan multitud de síndromes (un síndrome es un
conjunto de síntomas) a los que se va etiquetando de tal o
cual enfermedad. El tumor canceroso no sería, por
consiguiente, sino el resultado final –terminal- de una
infección inicial que con el tiempo puede haber dado lugar a
numerosas patologías.
Aunque el principal problema -siempre según Prada- es que
los parásitos descontrolados suelen terminar imponiéndose
a las defensas naturales del organismo y destruyendo el
ecosistema humano. De ahí que a su juicio la acción a
tomar cuando algún cáncer está avanzado es equilibrar
biológicamente el organismo, desintoxicarlo a fondo y
potenciar el sistema inmune a fin de detener el proceso
degenerativo o, al menos, enlentecer su avance. Cuando se
detecta la invasión patógena en sus fases iniciales es
posible también obtener la recuperación orgánica
compensatoria.

CONCLUSIÓN

Termino manifestando mi convencimiento de que el


Examen Bio-Hematológico que se efectúa en Insaodyt y
creara el doctor Juan Prada Pascual hace ya casi 40 años
terminará -antes o después- convirtiéndose en un método
de diagnóstico utilizado en todas las clínicas y hospitales
del mundo al igual que ya lo usan en sus consultas
numerosos médicos de muy distintos países.

José Antonio Campoy


PD: las personas interesadas en contactar con Insaodyt
pueden hacerlo llamando al 91 435 16 05.

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