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por Dr.

Isaac Goiz Durán


2009
del Sitio Web Biomagnetismo
Versión en Italiano

Este modelo médico, el más valioso de la era moderna, es un descubrimiento hecho por el
médico mexicano, Dr. Isaac Goiz Durán.

El Par Biomagnético supone la comunicación con la sabiduría corporal para determinar, a


través de un diálogo binario (extensión-contracción) entre terapeuta y células corporales, la
región biomagnética que se encuentre en estado disfuncional y que ha sido invadida por
elementos patógenos.

A partir de esto, los campos irregulares pueden modificarse por medio de imanes para
restablecer el equilibrio tanto Biomagnético (frecuencias celulares) como bioquímico (PH,
neurotransmisores, neuroreguladores, hormonas y enzimas).

El método supone que la gran mayoría de las enfermedades son provocadas por una
infección, ya sea micro, es decir subclínica, o macro infección a nivel manifiesto.

El Biomagnetismo Médico es un sistema terapéutico desarrollado a partir de 1988; en él se


utiliza potentes imanes para combatir parásitos, bacterias, hongos, virus y otros gérmenes
que son la causa de diversas enfermedades.

El sistema consiste en el reconocimiento de puntos de energía alterados en el organismo


humano que en conjunto provocan una enfermedad.

Este reconocimiento se efectúa con imanes pasivos (no electrificados ni conectados a


máquinas electrónicas), que se aplican en diversas zonas del cuerpo humano como si se
tratara de un rastreo o escaneo Biomagnético.
Una vez reconocidas y confirmadas dichas zonas en su potencial energético - que
corresponden a órganos y tejidos que sufren la distorsión - el terapeuta aplica un conjunto de
imanes en esos puntos durante 10 a 15 min. a cada persona y generalmente los aplican en
forma simultánea.

La enfermedad se localiza en el órgano o en el tejido en desequilibrio entre cargas positivas y


negativas.

Si se corrige la alteración iónica, desaparece el problema, ya que se retorna al punto de


equilibrio. De esto se encarga el Biomagnetismo, gracias a su fuerza o energía de polaridad;
la polaridad negativa es capaz de impactar a una carga patológica similar, los que se anulan
al encontrarse con la carga positiva.

El Biomagnetismo es compatible con cualquier otra forma de terapia (homeopatía, alopatía,


Naturopatía, Flores de Bach, Reiki, etc.) que también puede utilizarse simultáneamente con
tratamientos alopáticos tradicionales, siempre y cuando se justifique su uso y no se disponga
de otra alternativa.

Algunos Centros de Tratamiento


• Alemania - http://www.biomag.de/
• Argentina - http://www.biomagnia.com.ar/
• Chile - http://www.biomagnetismo.cl/
• Chile - http://www.centrodoctorgoiz.cl
• Ecuador - http://www.biomagnetismomedicinal.org
• EE.UU. - http://www.talitakumclinic.com/
• EE.UU. - http://www.biomagneticusa.com
• España - http://www.papimi.tv/
• México - http://www.biomagnetismo.biz/

• Perú - http://www.biomagnetismomargaritas.com

• Algunos Terapeutas en el Mundo

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Biomagnetismo

Entrevista Dr. Isaac Goiz Durán


EL BIOMAGNETISMO Y LA SALUD
por Elena Santos
14 Agosto 2007
del Sitio Web UruguayEscribe

Según la Teoría del Par Biomagnético del doctor Isaac Goiz buena parte de las
enfermedades son producto de la combinación de alteraciones fundamentales del pH en los
órganos internos y la presencia de virus y bacterias.

De hecho, Goiz afirma que toda patología se inicia en dos puntos relacionados entre sí que
poseen las mismas características bioenergéticas aunque estén situados en distintos lugares
del cuerpo.

Es lo que llama “par biomagnético” y asevera que mientras en uno de esos puntos se produce
acidificación en el otro se produce alcalinización. Y eso hace que ¡en uno se acumulen los
virus y en el otro las bacterias! Es más, asevera que basta colocar dos simples imanes en
esos puntos para que los virus y bacterias que pueden afectar negativamente al organismo
¡pierdan su capacidad patógena!

Cuenta la leyenda que fue un pastor griego llamado Magnes la primera persona en descubrir
el poder de los imanes en Occidente. Se dice que un día, mientras llevaba su rebaño a pastar,
la punta férrica de su bastón fue atraída de improviso por una gran piedra situada en medio
del camino. Y bien por superstición, bien porque tuvo una inspiración genial, cuenta la leyenda
que insertó pedazos de la piedra en las suelas de sus sandalias y desde aquel momento pudo
caminar largas distancias sin experimentar fatiga.

Sus contemporáneos llamaron tan la extraña piedra “la piedra de Magnes” siendo de ahí de
donde deriva la palabra magnet (inglés) y, por ende, magnético. Por otra parte, el término
imán procede de la palabra latina adamas/adamantis que significa ‘piedra dura’.

Obviamente, la investigación sobre los efectos terapéuticos de los imanes en la salud no se


ha detenido desde entonces.

Son reseñables por ejemplo las investigaciones que hicieron:


• los investigadores japoneses Takahashi y Nakagawa sobre su
beneficio en dolores articulares
• los trabajos del doctor J. M. Boboc en 1980 para el tratamiento del
dolor de espalda
• las investigaciones del doctor Baron - reputado neurooftalmólogo y
director de investigación en el CNRS francés - que concluyeron en
1982 que los imanes eran muy eficaces para tratar el síndrome
mesencefálico (sus experimentos le llevaron a descubrir el aspecto
relajante del polo Norte de un imán)
• los trabajos del doctor P. Orengo, un cirujano ortopédico que trató
miles de patologías en las articulaciones con imanes y que en
colaboración con el doctor M. T. Couchard demostró las propiedades
contra el dolor del polo Norte de los imanes
• los trabajos del doctor Valade quien concluyó que eran muy eficaces
en el tratamiento de los dolores de cabeza (la neuralgia de Arnold)
• los estudios efectuados en el Hospital Saint Michel de París donde un
equipo probó la efectividad de los campos magnéticos en la parálisis
facial
Sin olvidar los numerosos trabajos sobre la eficacia de los campos magnéticos pulsantes de
los que hemos hablado ya varias veces en la revista

La verdad es que podríamos mencionar una interminable lista de trabajos realizados sobre el
magnetismo en todo el mundo pero no harían sino confirmar lo ya descubierto… y desvelar
que aún queda mucho por descubrir. Y es que como ya hemos analizado en multitud de
ocasiones en nuestra revista, tanto con motivo de artículos sobre la antiquísima Acupuntura
como sobre las modernas tecnologías de diagnóstico y tratamiento, la Moraterapia o el Papimi
el ser humano no deja de ser un complejo sistema electromagnético.

Ahora bien, es preciso recordar que los campos magnéticos son anteriores a los eléctricos ya
que no precisan un impulso inicial para su desarrollo y está en su naturaleza comportarse
como lo hacen.

Dicho esto, hoy es sabido que cada órgano genera su propio campo magnético y que éste
está expuesto a continuos estados de actividad y descanso así como a influencias externas
como las que llegan a través de la comida, la bebida, las emociones… ¡y la contaminación
electromagnética! Y que, obviamente, para mantener un estado saludable es necesario que
esos campos magnéticos se hallen en equilibrio.

Especialmente porque cualquier distorsión constante en el campo magnético de un órgano


durante cierto tiempo puede afectar gravemente al mismo… ¡y a todo el organismo!

Y son desde luego muchos los campos externos con los que cada día le toca al ser humano
interactuar. El primer campo magnético con el que nuestro organismo tiene que estar en
perfecto equilibrio es el de nuestro propio planeta.

M.H. Halpern ya demostró su importancia para los organismos vivos al aislar a ratones del
campo magnético terrestre introduciéndoles en jaulas especiales.

El resultado es que los ratones enfermaron rápidamente y en tres generaciones habían


muerto todos víctimas de distintos tipos de hipoplasia (una disminución significativa del
número de células en los tejidos del órgano afectado). La NASA detectaría luego que al
abandonar el campo magnético de la Tierra los astronautas padecían la denominada
“enfermedad espacial” caracterizada por el desarrollo de osteoporosis y deficiencias en el
sistema inmune.

No debe extrañarnos pues que hoy sean cada vez más los investigadores que se preguntan si
el gran número de nuevas patologías que se diagnostican - muchas de ellas articulares - no
se deberá a la suma de la disminución progresiva del campo magnético de la Tierra
denunciada por los investigadores japoneses Kawai y Ritake (un 5% anual) y la enorme
contaminación electromagnética que sufrimos.

En esta línea, ya en 1958, el antes mencionado doctor Nakawaka acuñó la expresión


“Síndrome de deficiencia de campo magnético” para definir la dolencia de aquellos pacientes
que presentan síntomas como rigidez de hombros, espalda y base del cuello, dolor en la parte
baja de la espalda, migrañas, vértigos, sensación de pesadez, insomnio, estreñimiento
crónico, lasitud general y desequilibrio del sistema nervioso autónomo.

Nakagawa estaba convencido de que tales síntomas se debían a un desequilibrio de los


campos magnéticos de los pacientes y de hecho obtenía muy buenos resultados cuando les
sometía a tratamiento con imanes.
“Todas las funciones biológicas - afirmó por su parte el cirujano francés
Ornego - son sumamente sensibles a la influencia de los campos magnéticos.
Las membranas, las mitocondrias intercelulares, las reacciones enzimáticas,
los fosfolípidos, el metabolismo basal… Todo confirma el concepto de que la
vida en la Tierra está sumergida en un mar de fuerzas magnéticas y que la
persistencia de vida depende de que esas fuerzas permanezcan intactas.”
En resumen, la investigación acumulada hasta el momento demuestra que los sistemas vivos
son muy sensibles a los campos magnéticos y que sus efectos alcanzan hasta el último rincón
de nuestro organismo a causa del carácter penetrante del magnetismo.
Y precisamente porque el cuerpo entero esta movido a nivel celular por impulsos eléctricos y
los campos magnéticos existen en cada una de sus células los imanes, adecuadamente
aplicados, ejercen un efecto positivo al equilibrar los campos magnéticos.

Lo que a la vista de lo que hoy sabemos podría contribuir a corregir los desequilibrios
metabólicos que están en el origen de buena parte de las enfermedades. Hay que decir, sin
embargo, que nunca hasta ahora los imanes habían sido utilizados como propone el doctor
mexicano Isaac Goiz.

Lo explicamos.

EL DOCTOR ISAAC GOIZ


Isaac Goiz es el creador de la teoría del Par Biomagnético, una concepción que supone un
paso adelante en lo que hasta ahora se conocía sobre el uso de imanes, su colocación y su
relación con el pH.

Y es que con la colocación de los polos positivo y negativo de imanes naturales de especial
potencia en puntos concretos del organismo interrelacionados entre sí Goiz ha conseguido
aumentar los beneficios de los campos magnéticos en un amplio rango de enfermedades.

Obviamente, como ocurre con muchas otras terapias novedosas, sus trabajos no han sido
aún estudiados por otros colegas y no cuentan por tanto con el respaldo de la llamada
“comunidad científica” - una entelequia, por cierto, que sólo existe en la mente de algunos.

Así lo reconocía el doctor J.K. Crellin de la Universidad de New Foundland en Cánada y


especialista en Historia de la Medicina, cuando tras conocer sus trabajos le contestó:
“Su teoría no puedo aceptarla en principio como una terapia y menos aún
certificar su efectividad a pesar del número de pacientes que usted ha
tratado; sin embargo, es digna de publicarse porque se está metiendo de
lleno en un capítulo totalmente nuevo, la Bioenergética, e
independientemente de los resultados es el futuro de la Medicina y la
Medicina del futuro”.
Por el momento, además de su propia experiencia clínica y la conseguida en otros países del
mundo - sobre todo en Chile - Goiz ha contado con el aval de la Universidad de Loja
(Ecuador) a los hallazgos que describió en su obra

El fenómeno tumoral sobre la etiología y tratamiento del cáncer y la participación de virus y


otros gérmenes en su desarrollo.

Médico cirujano, mientras trabajaba en el Instituto Nacional de Neumología de México en


1970 Goiz se vio obligado - por severas deficiencias en el suministro de materiales - a trabajar
con prácticas médicas alternativas o poco conocidas para él como la Acupuntura, la
Auriculoterapia, la Reflexología, la Enzimoterapia y otras que le convencieron de la existencia
de soluciones terapéuticas eficaces en el mundo de las denominadas terapias alternativas.

Posteriormente, en 1988, recibiría una invitación para asistir al primer curso sobre
Biomagnetismo que organizó la Sociedad de Medicinas Alternativas de Guadalajara (México)
teniendo la oportunidad de oír hablar allí al doctor Richard Broeringmeyer sobre terapias
energéticas, la Terapia Polar y la importancia del pH en la salud.

Un conocimiento que sería la base que terminaría dando lugar a su teoría del Par
Biomagnético.

EL PH Y LOS IMANES
Como en su día explicamos cada órgano del cuerpo - y todos sus tejidos - tienen un mayor o
menor grado de acidez o alcalinidad. Algo que se conoce midiendo la concentración de
hidrógeno - es decir, el potencial de hidrógeno, lo que abreviadamente conocemos como pH.

Se trata de un dato útil porque la mayoría de las personas enfermas tienen un exceso de
iones electropositivos (toxinas, radicales libres…) que acidifican las células, los órganos, la
sangre y las secreciones. El pH normal de la saliva de una persona con una dieta naturista
libre de productos químicos y que consume alimentos no procedentes de animales muertos es
igual al de la sangre: 7.4.

Es decir, ligeramente alcalino (el pH neutro es de 7.0.) Sin embargo, la mayor parte de la
gente enferma tiene un pH que oscila entre 6.0 y 7.0 (de ácido a neutro). Y cuanto más
enfermos más ácido suele ser su pH. Así, las personas con cáncer terminal o metástasis
masiva tienen por lo general un pH muy ácido (entre 5.5 y 6.0).

Son muchos los investigadores y médicos que sostienen que para buscar el equilibrio cuando
el organismo está acidificado éste hace básicamente dos cosas:
• buscar las sustancias que precisa para contrarrestar los radicales
libres
• expulsar del cuerpo toxinas (radicales libres y toxinas son las dos
principales causas de la acidificación)
Es decir, usa las vitaminas, minerales y oligoelementos antioxidantes que tiene a su alcance
y, paralelamente, se deshace de las toxinas a través de las vías naturales de eliminación del
cuerpo:
• las heces
• la orina
• las mucosidades
• el sudor
Proceso de desintoxicación que cuando es intenso a veces da lugar a problemas
dermatológicos - eccemas, acné, dermatitis, psoriasis y otros desórdenes de la piel - al salir
las toxinas a través de la piel y que a veces es diagnosticado como una “enfermedad” cuando
en realidad no constituye sino la consecuencia del rápido proceso de desintoxicación.

Y otro tanto ocurre con las llamadas enfermedades agudas o recurrentes que no serían en
muchos casos sino la consecuencia de las disfunciones que produce en tejidos y órganos la
carencia de las sustancias antioxidantes que el cuerpo se ha visto obligado a extraer de ellos
para combatir la acidificación - cuestión de prioridades - algo que no habría tenido que hacer
si la persona dotase periódicamente a su cuerpo de ellas mediante una alimentación
adecuada o una suplementación inteligente.

Evidentemente si esa aportación sigue sin tener lugar durante mucho tiempo aparecen las
llamadas enfermedades crónicas ya que los tejidos y órganos empezarían a tener carencia de
las sustancias que el organismo se ve obligado a “robarles” para combatir la acidificación y
podrían producirse daños importantes que produzcan disfunciones.

La gran aportación de Goiz para tratar de solucionar la acidificación es el uso de la influencia


de los imanes sobre el intercambio celular de iones. El proceso de desequilibrio del pH
comienza a nivel celular con el intercambio de iones a través de la membrana celular, acción
bioeléctrica que se da en todas las células del cuerpo.

Pues bien, si recogemos una muestra de sangre, eliminamos el fluido hasta quedarnos sólo
con los glóbulos rojos y acercamos un imán podremos ver al microscopio cómo las células
giran y apuntan en una dirección.

El imán, en pocas palabras, ¡polariza los iones de las células! (un ión es un átomo con un
electrón de más o de menos).

Es más, comprobaremos que,


• El polo Sur fuerza a los fluidos a girar en el sentido de las agujas del
reloj, aumenta la producción de iones de hidrógeno, ofrece una carga
positiva (+) de energía, acelera la actividad celular, refuerza los
componentes ácidos, estimula la producción de proteínas y acelera el
proceso de maduración.

• El polo Norte, en cambio, proporciona una carga negativa de energía


(-), reduce la velocidad de la actividad celular, incrementa la
alcalinidad, actúa para sosegar o inhibir el dolor, aumenta los iones
de potasio, disminuye los iones de calcio anormales y disminuye la
concentración de iones de hidrógeno.
Desde este punto de vista, pues, puede afirmarse que el principal efecto del magnetismo en la
salud es actuar sobre el ión de hidrógeno.

El caso es que Isaac Goiz decidió aplicar en la práctica diaria las teorías de Broeringmeyer
sobre la Terapia Polar del potencial de hidrógeno, el deterioro de los órganos y los imanes.
Sólo que ante la imposibilidad tecnológica de conseguir una medición externa del pH interior
de nuestros órganos comenzó a trabajar con mediciones indirectas.

Y es que Broeringmeyer le había abierto la puerta al documentar el uso de los tests


musculares utilizados en Kinesiología para diagnosticar con precisión el funcionamiento de las
glándulas y órganos del cuerpo, un método de diagnóstico a través del principio de “respuesta
muscular inteligente” que fue descubierto por el Dr. George Goodheart en los años sesenta.
“En 1988 - escribió Goiz - acepté que debido a la interacción de un campo
magnético de polaridad bien definida con la carga biomagnética de un órgano
éste se distorsiona hacia un pH anormal alcalino y se produce un
acortamiento del hemicuerpo derecho constatable de forma objetiva; y que,
por el contrario, el hemicuerpo derecho se alarga ante la presencia de un
órgano con pH acidótico.

Las mediciones se hacen en el hemicuerpo (mitad del cuerpo) derecho


porque el izquierdo no sufre estas variaciones ya que es recorrido 80 veces
por minuto en condiciones normales por una corriente electromagnética
generada por la actividad autónoma del corazón y, por lo mismo, sirve como
marco de referencia bioenergética para entender e identificar los pares
biomagnéticos”.
Recomendamos a quien dude de la eficacia de este tipo de tests musculares un simple
ejercicio casero:
extienda hacia el lado un brazo de forma perpendicular al cuerpo.

Pídale luego a alguien que trate de bajarlo mientras ofrece la mayor


resistencia posible y observe el grado de dificultad y resistencia. Coja ahora
con la otra mano un recipiente con un producto tóxico - por ejemplo, un frasco
de amoníaco o de lejía - acérquelo al cuello y acto seguido realice otra vez el
ejercicio anteriormente propuesto.

Comprobará que su fuerza mengua notablemente. Y es que el campo tóxico


interfiere decisivamente en su energía.
Pues bien, a partir de los métodos de diagnóstico que ofrece la Kinesiología Goiz comenzó a
trabajar sobre los efectos de los imanes en el pH y en octubre de 1988 - trabajando con un
enfermo de sida - daría con un sorprendente descubrimiento: que en su cuerpo había dos
puntos concretos que se caracterizaban por tener distinta polaridad. Uno ubicado en la parte
media del esternón y otro en la parte distal del coxis.

A esos dos puntos - uno de polaridad positiva, el otro de polaridad negativa - los denominaría
“par timo-recto” y desde entonces identifica el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida
(SIDA).

El posterior trabajo con miles de pacientes le llevaría a encontrarse con que en la práctica
totalidad de las enfermedades existen “pares biomagnéticos”; es decir, que en cada patología
existe un campo magnético propio con sus polos “norte” y “sur” - como en una pila.
Y con tiempo y paciencia identificó todos esos polos. Es más, descubriría que el desequilibrio
de esos campos magnéticos da origen a la aparición de patologías concretas.

Según Goiz el polo positivo - que se genera por exceso de H+ (iones de hidrogeno) - tiende
hacía la acidificación y da lugar a la presencia y desarrollo de virus. Por su parte, el polo
negativo se genera por déficit de H+ y por la presencia de radicales libres, tiende hacia la
alcalinidad y lo que propicia es la presencia y desarrollo de bacterias y otros gérmenes.

De hecho, a día de hoy - como en el caso de los puntos de acupuntura - la ubicación en el


organismo de esos pares biomagnéticos está ya completamente definida. Y constatada su
relación con patologías concretas.

Los pares biomagnéticos descubiertos son cerca de 250.


“El par biomagnético puede definirse - escribiría Goiz - como el conjunto de
cargas que identifican una patología y que está constituido por dos cargas
principales de polaridad opuesta que se forman a expensas de la alteración
fundamental del pH de los órganos que las soportan”.
Es decir, según Goiz cada enfermedad tiene su propio par biomagnético y ello permite
tratarla.

¿Cómo? Pues actuando sobre los polos adecuados en cada caso mediante imanes. Luego
volveremos sobre esto.

Antes debemos decir que de esa dualidad bioenergética se desprende - siempre según Goiz -
otro principio fundamental al que llamó Nivel Energético Normal (NEM) y que define los límites
bionergéticos en donde se llevan a cabo correctamente todos los procesos metabólicos
celulares de los organismos humanos en estado de salud y que, en razón de temperatura, no
pueden salirse de un grado (de 36° a 37°), en razón de su absorción electromagnética está en
el orden de los 400 amstrongs y en razón del pH está muy próximo al valor neutro de la
escala convencional con una tolerancia de apenas tres décimas en ambos sentidos.

En otras palabras, para que el organismo funcione correctamente,


• la temperatura del cuerpo debe estar entre 36° y 37°
• el pH entre 7,1 y 7,7
• el grado de absorción electromagnética ser de alrededor de 400
amstrongs

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Uno de los principales problemas con los que Goiz se encuentra para que sus colegas
acepten su trabajo es que hasta el momento la medición de los polos biomagnéticos es de
orden cualitativo e indirecto a través, como ya se ha explicado, de la combinación de tests de
Kinesología e imanes.

Dicho esto, hay que explicar que de acuerdo a los principios de la práctica de la terapia - fruto
del trabajo de muchos años por parte de Goiz - la mejor forma de rastrear los polos
biomagnéticos (la enfermedad) es situar al paciente en decúbito supino sobre una base firme,
especialmente de madera o material aislante para evitar interferencias con los imanes.

Se aconseja que el paciente mantenga puestos sus zapatos ya que éstos permiten valorar el
acortamiento o la elongación del miembro inferior derecho.

Una vez tumbado el paciente boca arriba se rastrean los puntos denominados de diagnóstico.
Basta colocar sobre ellos el polo negativo de un imán y comprobar en cada ocasión si las
piernas tienen la misma longitud o una parece más corta que la otra.

Para ello se toman los talones del paciente y se levantan las piernas unos 30° ya que así es
más fácil constatar cualquier alteración.
Si así sucede, es decir, si la pierna derecha parece más corta que la otra - la diferencia puede
oscilar entre 1 y 5 centímetros - es que ese punto está alterado.
“La verdad - confiesa Goiz - es que no entendemos aún - cuando lo
entendamos se acabarán todas las enfermedades - por qué se polariza en un
instante todo un órgano hacia el lado positivo por exceso de iones, cayendo
en un estado de acidez en su totalidad y eso, a su vez, condiciona - como
consecuencia necesariamente lógica - la polarización de otro órgano en
sentido opuesto, es decir, hacia la alcalinidad por déficit de hidrogeniones y
presencia de radicales libres complejos con polaridad negativa.

Aun cuando las consecuencias finales de ambos polos son las mismas, la
degeneración de la materia, dicha degeneración es diferente en su
manifestación.

En el caso de los polos biomagnéticos con polaridad positiva la degeneración


es de tipo retráctil o cicatricial y en el segundo es de lisis y dispersión del
tejido”.
Ahora, bien aunque es cierto que algunas enfermedades están relacionadas especialmente
con un par determinado, en general la gran mayoría de las enfermedades implican más de un
par biomagnético y por tanto la participación sincrónica de distintos gérmenes, ya sea,
• virus
• bacteria
• hongos
• parásitos
Sergio Córdova, director del Centro de Terapias Naturales Ohani en Santiago de Chile y uno
de los centros con más experiencia en este campo nos confirmaría este punto:
“Los alumnos de Goiz frecuentemente encuentran alrededor de 7 pares en
promedio en cada sesión (dentro de los 250 pares posibles) pero también es
cierto que comúnmente se encuentran más de una dolencia ya sea visible o
en potencia. Curiosamente al propio Dr. Goiz le salen sólo 3 en promedio.”
Una vez encontrados los polos afectados se procede a buscar sus pares en el dibujo donde
Goiz tiene reflejados todos los pares biomagnéticos. Luego basta colocar en ambos polos
unos imanes naturales de una potencia que puede oscilar entre los 1.000 y 50.000 gauss (son
suficientes unos veinte minutos).

Según Goiz, como las cargas energéticas del par biomagnético tienen la misma intensidad, el
mismo número de partículas elementales y la misma frecuencia bioenergética al enfrentar una
carga con su polaridad contraria se anulan - por efecto de la inducción magnética - sus
potenciales respectivos. ¡Y ello lleva a restaurar el equilibrio natural del pH de los órganos
afectados!

Tras la sesión el terapeuta podrá comprobar cómo las piernas recuperan su simetría normal
levantando las piernas del paciente.

En cuanto al número de sesiones depende del tipo de dolencia así como de su gravedad y
antigüedad pero la práctica parece indicar que una secuencia inicial de tres sesiones - una a
la semana - basta para obtener una gran mejoría en la mayoría de los casos.
“Durante dos años y medio de práctica continua del Biomagnetismo con
nuestros pacientes - nos contaría Sergio Córdova, director del Centro de
Terapias Naturales Ohani en Santiago de Chile - hemos podido constatar que
la gran mayoría de las enfermedades siguen un patrón común que comienza
con la acumulación de conflictos emocionales y/o estrés que producen una
disminución de la eficiencia del sistema inmunitario.

Esto permite que proliferen microbios - virus, bacterias, hongos y parásitos -


que están parapetados en puntos específicos del cuerpo y que se
corresponden con los distintos pares biomagnéticos. Pues bien, es en este
nivel, en el que los gérmenes se han potenciado combinándose de diversas
formas, donde el Biomagnetismo tiene su acción más visible y contundente.
A pesar de que hemos visto resultados en una amplia gama de enfermedades
de difícil tratamiento con la medicina oficial - cáncer, SIDA, diabetes,
fibromialgia, esclerosis múltiple, lupus eritematoso, artritis, psoriasis, hepatitis,
herpes, etc. - en una rápida encuesta nuestros ocho terapeutas en
Biomagnetismo refirieron notar mejores resultados en,
• psoriasis
• fibromialgia
• cáncer
• diabetes
• problemas estomacales
• problemas pulmonares diversos
Un reporte curioso fue que todos ellos concordaron en haber sanado
rápidamente dolores de cabeza crónicos con el Biomagnetismo”.

IMANES Y MICROORGANISMOS
En este marco de relaciones entre cargas positivas-negativas y pH, Goiz da un paso más.

Afirma que cuando estos pares se desequilibran, en el punto del par polo sur-positivo (de
ambiente ácido) se encuentran determinados virus mientras que en el punto del par polo
norte-negativo (de ambiente alcalino) se hallan ciertas bacterias.

Virus y bacterias han sido identificados por Goiz a lo largo de su investigación y puestos en
relación a través del campo magnético que forma cada par biomagnético.
“De acuerdo al concepto teórico del Par Biomagnético - escribe Goiz - el virus
patógeno tiene dos elementos morfológicos: cápside y virón (una sola
partícula de virus). El primero con carga negativa puesto que se trata de una
mucoproteína, y el segundo con carga positiva puesto que se trata de una
porción de nucleoproteína y, específicamente, de ADRN.

En el polo positivo se generan los virus patógenos o estructurales en su


función de virón; y en el negativo la mucoproteína que les es específica ya
que en el polo negativo o Norte las bacterias tienen pleno desarrollo y
madurez y no se ocupan de su propio metabolismo sino de hacer resonancia
vibracional y energética con los virus que les son afines y de producirles la
proteína cápside que los hacen patógenos”.
De esa manera Goiz logró establecer que entre ambos focos de virus y bacterias existe una
comunicación - en forma de ondas electromagnéticas - que define como biorresonancia
magnética y que permite una relación energética entre dichos microorganismos de tal manera
que cuando el órgano se desequilibra se potencian su virulencia y capacidad de resistencia
frente a los anticuerpos del sistema inmune.

Siguiendo la teoría de Goiz y la relación entre el pH, la acidificación y los microorganimos,


cuando sobre los puntos correspondientes de los pares origen de una determinada patología
se colocan imanes de una fuerza superior - de 1.000 a 50.000 gauss - el par biomagnético se
despolariza y la vuelta al equilibrio en el pH alterado supone - según la Teoría Biomagnética -
una interrupción de la retroalimentación energética entre virus y bacterias.

Esto, a su vez, produce el exterminio de los mencionados microorganismos que pierden su


sustento energético.
“Al inducir a los virus campos magnéticos superiores a 1.000 gauss - sostiene
Goiz - pierden su capacidad patógena y cede la sintomatología viral en
tiempos críticamente cortos. En el caso de las bacterias, al precisar éstas un
medio alcalino para su reproducción en el momento de su neutralización
ceden en su capacidad patógena”.
Expongamos algunos ejemplos de lo que Goiz afirma haber confirmado en el tratamiento de
pacientes durante los últimos 17 años.

Por ejemplo:
• En el caso de la diabetes Goiz sostiene que la mayor parte son
“falsas diabetes” producidas por microbios como estafilococos
aureus, Chlamydia Trachomatis, espiroquetas, algunos virus,
salmonella typhi, amebiasis intestinal parasitaria, etc., que pueden
originar “falsas” diabetes por diversos motivos, como el deterioro
químico de la insulina contaminada por los desechos metabólicos
tóxicos de estos gérmenes, que pueden estar en el páncreas o no.

Bueno, pues según Goiz el tratamiento adecuado con los imanes en


el par duodeno-riñón permite la alteración del nivel patógeno de los
microorganismos y, por tanto, la resolución de la enfermedad.

• Por su parte, el Par Biomagnético para el tratamiento de la hepatitis B


es pleura-hígado… en el hemisferio norte.

Y es que ¡la polaridad varía en función del hemisferio de la Tierra en


el que uno habite!

La pleura soporta la polaridad negativa-alcalina y el hígado la


positiva-ácida; esto quiere decir que el virus responsable de la
patología se ubica en el hígado y la bacteria que hace resonancia y lo
activa en la pleura. Bien, pues el adecuado tratamiento convertiría al
paciente en un portador del virus asintomático.

• Otro ejemplo: Goiz asegura tratar el Sida con magníficos resultados


mediante la aplicación de imanes en el par timo-recto. En el par
positivo-ácido (recto) se aloja el virus VIH y con él hace resonancia la
bacteria E-Coli presente en el polo negativo-alcalino (timo).

Y Goiz asevera que es precisamente la bacteria la que activa el timo


causando la inmunodeficiencia que termina por producir el conjunto
de síntomas conocido como Sida.
En un organismo en el que, por el contrario, las posiciones estuvieran invertidas el VIH se
encontrará presente en un timo alcalinizado y la E-coli en un recto acidificado… con lo que
existirían alteraciones del sistema digestivo - diarrea, gases, etc. - pero no se darían las
condiciones para la aparición del síndrome.

Siguiendo con los tratamientos de Goiz, en la familia de “enfermedades” que constituyen los
distintos tipos de reumatismo, artritis o artrosis los desechos liberados por diversos
microorganismos serían los encargados de atacar la membrana sinovial que cubre el cartílago
de las articulaciones produciendo así inflamación, luego degeneración y finalmente graves
deformaciones.

Pues bien, Goiz afirma que al tratar el reumatismo articular en el par nervio inguinal derecho-
articulaciones se consigue no sólo un efecto analgésico y una disminución de la inflamación y
del tiempo de reparación de los tejidos dañados.

Obviamente según la teoría del Par Biomagnético muchos otros microorganismos son los
causantes de enfermedades de difícil abordaje para la medicina alopática como algunos tipos
de Parkinson, Alzheimer, esclerosis múltiple, psoriasis, etc., que estarían especialmente
causadas por virus fármaco-resistentes.

Y todos ellos pueden ser reforzados en su efectos patógenos - tal y como sostiene también la
doctora Ulda Clark - por otras sustancias tóxicas como metales pesados - el mercurio de las
amalgamas, plomo, aluminio, etc. - algunos conservantes, colorantes, drogas, pesticidas y
otras sustancias presentes en los alimentos industrializados.

Recordemos que la toxicidad aumenta la acidificación del órgano - el ambiente donde mejor
se desarrollan los virus - al tiempo que el desequilibrio provoca que en el otro polo del par el
ambiente progresivamente alcalino permita la acción de las bacterias lo que, según Goiz,
completa el círculo que pone en marcha la acción tóxica de los virus.
Razón por la cual para volver al equilibrio inicial es de especial importancia la aplicación de
imanes naturales en los pares biomagnéticos.

Lo aquí expuesto no es, como el lector podrá suponer, más que una simple introducción a la
Teoría del Par Biomagnético. Es mucho lo que queda por desarrollar:
• los distintos pares
• los ejes magnéticos presentes en el ser humano
• la importancia de los ejes según los hemisferios de la Tierra…
Todo un campo de estudio que se abre ante quienes están interesados en la influencia de los
campos magnéticos en la salud.

Aunque lo realmente importante de la misma es que su aplicación es sencilla, carece de


contraindicaciones y es fácil de comprobar en sus resultados.

Probablemente el Biomagnetismo no sirva para curarlo todo pero el porcentaje de alivio y


mejoría que los pacientes experimentan es lo suficientemente notable como para justificar su
conocimiento y uso, idealmente en conjunción con otras terapias que, en combinación con el
área emocional, ayuden a elevar las defensas del sistema inmune.

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