Professional Documents
Culture Documents
ORIGENES
Etimología:
Otros proponen que viene también de “re-” pero con el verbo “ligare” (de raíz
indoeuropea *leig- “unir, ligar”) aludiendo al objetivo de las religiones de “unir o
acercar a la persona con dios o los dioses”. Esta teoría era bastante popular entre
los filósofos clásicos, especialmente los platonistas. Sin embargo no se llega a
entender por que es “religio” y no “religatio”, que conservaría mejor la forma
original del verbo.
Antes de ser usada con un sentido relacionado con las divinidades, el término
«religión» o «religioso» era utilizado para expresar un temor o un escrúpulo
supersticioso. Así consta en textos de Julio César (De Bello Gallico VI 36) y Tito
Livio (Historia de Roma desde su fundación IV 30).
La otra etimología propuesta por Lactancio hace derivar la palabra «religión» del
verbo latino religare: «Obligados por un vínculo de piedad a Dios estamos
“religados”, de donde el mismo término “religión” tiene su origen, no —como fue
propuesto por Cicerón— a partir de “releyendo”».6 Este segundo sentido resalta la
relación de dependencia que «religa» al hombre con las potencias superiores de
las cuales él se puede llegar a sentir dependiente y que le lleva a tributarles actos
de culto.
Definición:
Otras definiciones:
Entre la ética y la religión hay una fuerte relación, ya que el propósito de la ética es
ayudarnos a orientarnos en la vida, lo mismo que hemos observado en la religión.
Si estudiamos algunas de las distintas religiones, podemos ver que tienen grandes
diferencias, que hay muchas doctrinas, en las cuales cada una tiene su propia
motivación, su propio sentido. Entre ellas hay distinta forma de comportamiento,
en casi todos los sentidos, a la hora de actuar, de rezar, de ayudar a los demás,
incluso hemos visto que muchas de ellas no tienen un dios como referencia, si no
que únicamente buscaban la plenitud de la vida, o el significado. Es aquí donde
queríamos llegar, que todas tienen un propósito común, que es orientarse en la
vida, saber a donde vamos, o a donde llegaremos, cual es el camino que debemos
seguir. La diferencia es que las religiones te indican cual es el camino que
deberías seguir, mientras que la ética te indica que camino es correcto y cual no, y
partiendo de esa base, eres tú mismo, el único que va a elegir lo que hacer, sin
tener ningún tipo de influencia.
La cuestión que se nos plantea ahora es, ¿podemos ser morales sin ser
religiosos?, ya que, en el caso de no ser religioso, no tienes el patrón que te indica
cual es la elección que debes seguir. Las actitudes morales de un creyente, suelen
ser en buena medida consecuencia de su fe, en cambio las actitudes de una
persona que no sea creyente, pueden sostenerse también, sobre la base de
principios racionales.
Hay sin duda muchas razones para la persistencia de los sistemas de creencias
religiosas. Seguramente de gran significancia es su función moral. Porque incluso
aunque la adoración al Dios Padre o lo trascendental invisible no haya sido
derrotada por la modernidad, las instituciones religiosas retienen otra función
principal. Ellas suministran un sistema de reglas y normas de conducta. Es verdad
que miles de sectas y cultos han sido practicados por una amplia variedad de
grupos socioculturales en el pasado. Es también verdad acerca de las grandes
religiones históricas, las cuales nos proveen con los Diez Mandamientos, el
Sermón de la Montaña, las Virtudes del Corán, el Sendero Budista de la Rectitud.
En un último análisis, ¿provee la religión de un fundamento necesario para la
moralidad? ¿Las reglas morales juegan un importante rol biogenético en la lucha
por la sobrevivencia?
Los sociobiólogos también han sugerido que si grupos sociales tienen que afrontar
la adversidad, entonces ellos necesitan reglas internas para gobernar su
comportamiento: sistemas morales, además tienen algunos valores adoptativos y
aquellos enraizados en la religión ayudan a santificar su ambiente y aseguran un
sentido de obligación y obediencia. Mas aún, sistemas sagrados de reglas morales
ayudan a determinar quienes sobrevivirán y quienes se reproducirán.
Todo esto es esencial, si entendemos el rol histórico positivo que juega la religión.
Incluso si un código de moral religioso es severo, siempre suministra algunas
bases para la estabilidad y el orden, y esto previene una conducta anárquica. En
obediencia a las normas tradicionales, alguna medida de la paz social es
mantenida.
Estas son, sin embargo disfunciones que resultan de enlazar demasiado cerca la
moralidad a la religión, como la historia del hombre lo demuestra. Primero donde
hay un cambio social, un sistema fijo posiblemente encuentre dificultad de
acomodarse. Puede ser intolerable intentar flexibilizar los mandamientos absolutos
de la moralidad de la religión y aplicarlos a contextos únicos donde se requiera
tomar decisiones. A menudo en la esfera moral, no es una pregunta entre lo malo
y lo bueno, lo correcto o equivocado sino entre dos o más virtudes o bondades, de
los cuales no podemos tener ambos, o entre el menor de dos males. Aunque un
sistema cohesivo puede ayudar a definir derechos y responsabilidades, podría
llegar a ser represivo sin permitir nuevas interpretaciones o modificaciones de la
práctica que podrían ser necesarias, y así llegar a ser obstáculo de progreso. Esta
falla es exacerbada cuando el sistema tradicional de moralidad encuentra
alternativas morales nuevas (inevitable en la historia humana). El conflicto de
competencia moral hace más difícil negociar los compromisos. Antiguamente los
griegos caracterizaban los valores morales de otras naciones como «bárbaras»,
aunque incluso entre las ciudades-estado helénicas existieron una amplia variedad
de costumbres, como se ve en la diferencia entre los códigos de moral de Esparta
y Atenas. Las cruzadas cristianas chocaron con las ideas morales musulmanas.
Marco Polo mas tarde dio a conocer a Europa las extrañas diferencias culturales
de Genghis Khan y el imperio chino.
Todos estos mandamientos tenían una inevitable influencia causal sobre las
estrategias reproductivas y los tipos de personas que podrían reproducirse,
independientemente de la adaptación al ambiente. Similares influencias profundas
sobre el comportamiento biológico se ejercen en otras maneras: Los hindúes
lavaban a sus muertos en el Ganges y también depositaban los cuerpos allí, sin
duda esto fue una causa de enfermedades infecciosas. Los peregrinos
musulmanes camino a la Meca soportaban la dureza del viaje expuestos a
enfermedades tales como el cólera. Los cristianos en la misa besaban el mismo
crucifijo y bebían del mismo caliz del vino, así se trasmitían las enfermedades
infecciosas. Algunas religiones habían adoptado un elemento fatalista hacia la
enfermedad y el dolor, el cual tiende a impedir o debilitar los esfuerzos de la
ciencia médica para el descubrimiento de curaciones. Por mucho tiempo, hubieron
religiones que prohibían las autopsias. Por eso hay fuerzas poderosas
inconcientes e muy irracionales que interfieren con la selección natural.
Hay otro tema a ser discutido, es si los individuos pueden o no ser liberados de las
estrictas reglas morales que gobiernan el grupo social. Es claro que otro desarrollo
positivo ocurriría en la historia humana, éste fue el divorcio de la ética de la
religión y las costumbres morales, así como también los esfuerzos independientes
para establecer la ética como un campo autónomo de la investigación basada en
la razón, enteramente libre de las sanciones religiosas.
Fueron los sofistas griegos quienes hicieron posible este desarrollo. En los viajes
de ciudad-estado a ciudad-estado, ellos fueron impresionados por la relatividad de
la conducta moral. Los hombres y mujeres adoraban diferentes ídolos y
practicaban diferentes valores morales, y los maestros itinerantes se dieron cuenta
de estas diversidades y las rechazaron a todas ellas. Trasímaco, Calicles,
Gorgias, Protágoras y otros vieron que esos valores eran relativos a la sociedad
en los cuales estaban y que ha menudo eran mantenidos por élites sociales para
su propio interés. De aquí que los sofistas llegaron a ser escépticos y cínicos
acerca de los absolutos. En cambio ellos practicaron el propio interés, el arte de la
obtención del éxito e ir adelante (principalmente como hacer amigos o influenciar
en la gente). Sócrates y Platón buscaron el establecimiento de un nuevo campo de
la ética fuera de toda competencia, uno que no esté basado solamente en la
convención sino que tenga algún fundamento en las leyes naturales. Ellos también
buscaron desenmascarar los mitos homéricos -como lo hacen Sócrates y
Adamanto en La República- como una base inadecuada e hipócrita para la
conducta moral. ¿Estaban estas ideales morales -bondad, virtud, belleza, verdad,
justicia- dentro de la naturaleza de las cosas, como Sócrates pensó? ¿Y podrían
servir como una guía para la conducta?
Por otra parte, cada vez se tiene una conciencia más clara que la sociedad actual,
o la llamada "aldea planetaria", es multicultural y pluralista, en donde conviven
personas y grupos de diferentes culturas, ideologías, credos religiosos, y en donde
se proponen distintas éticas e ideales morales. En el curso de la historia de la
humanidad encontramos distintas morales que han ido configurando el vivir de los
hombres. Algunas son de inspiración religiosa, es decir, apelan a Dios para dar
sentido a sus propuestas; otras, por el contrario, no buscan ni hacen ninguna
referencia a Dios y, son, por lo tanto, morales seculares. No hay duda de que,
durante milenios las religiones han jugado un papel importante en la configuración
de la conciencia moral del ser humano y que, bien o mal, han contribuido mucho al
progreso espiritual y moral de los pueblos. Por otra parte, muchas de las
categorías éticas actuales tienen su origen en alguna inspiración religiosa o, al
menos, son tomadas prestadas del lenguaje religioso.
Sabemos que las religiones nacieron como recursos de explicación a los misterios
y fenómenos que escapaban a la comprensión de la mente humana, para saciar el
anhelo humano de inmortalidad, y responder a ese afán de salvación o liberación
que asecha a la mente del hombre, encontrando así un sentido a la vida y a la
muerte. Las religiones nacieron, entonces, de la experiencia vivida por personas y
por pueblos concretos de que Dios es el único que puede salvar del mal moral o
pecado, de la muerte y del absurdo.
Aún en pleno siglo XXI, pudiéramos decir que la gran mayoría de los seis mil
millones de seres humanos que habitan el planeta tierra confiesan pertenecer,
aunque no sean practicantes y su conducta deje mucho que desear, a una de las
grandes religiones históricas, ya se llame cristiana, islámica, budista, hinduísta,
confucionista, taoista, judía, o la que sea. No obstante, hay que reconocer que,
amén de los no practicantes que se encuentran en una u otra tradición religiosa,
existe un ingente número de agnósticos, racionalistas y ateos, lo cual pone más en
evidencia que vivimos en una sociedad pluralista y que, por lo mismo, es posible
llevar una vida moral recta sin referentes religiosos. Por otra parte, da la impresión
que la influencia que tiene la religión hoy en día en la vida de tantas personas es
generalmente algo marginal, sobre todo en los países del mundo desarrollado. Al
mismo tiempo se constata que, a medida que declina la influencia de la religión,
crece la confusión en torno a cual es el modo más indicado de comportarse en la
vida.
Hasta hace relativamente poco tiempo, casi todos los enfoques éticos han tenido
un carácter marcadamente confesional y religioso. Es lo que algunos llaman
sociedades moralmente "monistas", como la que se da en los países islámicos o
en los países mayoritariamente católicos, que procuraran imponer directrices
únicas ante las grandes preguntas no sólo sobre el sentido de la vida y del más
allá, sino también sobre cuestiones muy puntuales de la moral sexual y de la
justicia social. Recordemos que, en el caso concreto de Colombia, hasta hace muy
poco tiempo (1991) era un Estado prácticamente confesional, con sus obvias
repercusiones, no sólo políticas y sociales, sino también en el modo de
comprender la religión y la moral. Esta, por tanto, era asumida por la religión
católica y se fundamentaba en los principios éticos de la misma.
La ética civil consiste, pues, en aquel conjunto de valores y normas que comparte
una sociedad pluralista y que permite a los distintos grupos, -cualquiera que sean
sus creencias, religiosas, agnósticas o ateas- no sólo convivir unos con otros, sino
también construir juntos la vida, a través de proyectos compartidos y descubrir
respuestas comunes a los desafíos a los que se ven abocados. Antes de
pertenecer a cualquier credo religioso, se dice, somos ciudadanos del mundo. La
ética cívica es la ética de las personas consideradas como ciudadanas. No
pretende abarcar la totalidad dela persona ni satisfacer sus anhelos de felicidad.
Sólo intenta modestamente satisfacer sus aspiraciones en tanto que ciudadanos,
en tanto que miembros de una polis, de una civitas, de un grupo social que no está
unido por lazos de fe sino por otros vínculos.
Para aclarar en qué consiste la diferencia entre ética civil y la ética religiosa, el
recurso a la utilización de las expresiones "ética de máximos" y "ética de mínimos"
resultó el más adecuado. Theodor W. Adorno había escrito un opúsculo titulado
"Minima moralia" en el que abogaba por un nivel mínimo de moralidad, por debajo
del cual lo que reina es la inmoralidad, por más que lo acepte todo el mundo. La
moral civil contendría aquellos mínimos axiológicos y normativos, al menos de
justicia, compartidos entre ciudadanos que tienen distintas concepciones del
hombre y distintos ideales de vida humana. Por tanto, las éticas de mínimos se
ocupan de aquellos deberes de justicia que son exigibles a cualquier ser racional y
que, en definitiva, sólo componen unas exigencias mínimas para lograr una
convivencia pacífica entre los ciudadanos.
En pocas palabras, la ética civil brota, pues, de la convicción de que todo ser
humano es ante todo ciudadano de este mundo y de un grupo humano concreto,
se llame ciudad o país, en donde conviven personas y grupos de todo credo
religioso, agnósticos, indiferentes, ateos y que, por lo mismo, debe haber un
mínimo de valores y normas que hay que compartir y exigir para poder llevar una
vida armónica, de mutuo respeto y colaboración.
CLASIFICACIÓN DE RELIGONES
Por revelación:
Por origen:
Usualmente se acepta que las principales familias de religiones son las siguientes:
1
Espiritistas 13,030,538 0.2
1
1
Bahaísmo 7,614,998 0.1
2
1
Confusionismo 6,470,714 0.1
3
1
Jainismo (oriente) 4,588,432 0.1
4
1
Sintoísmo (oriente) 2,789,098 0.0
5
1
Taoístas 2,733,859 0.0
5
Samaritanismo: una rama disidente del judaísmo, muy antigua, con sede en
Samaria (Israel), que es pretalmúdica y de hecho, no reconoce al Talmud.
Taoísmo: conjunto de enseñanzas filosóficas y religiosas originadas en China
partir de Lao-Tse (Laozi) en el siglo VI a. C.
Yazidismo: una religión autóctona de Kurdistán de influencias islámicas y
zoroástricas seguida por alrededor de 200.000 kurdos. Profesan culto a los
ángeles y arcángeles de las religiones abrahámicas dándoles una explicación
propia.
Zoroastrismo: de orígenes inciertos, aparece como religión alrededor del
siglo V a. C. Sus enseñanzas se basan en el profeta y poeta Zoroastro del antiguo
Imperio Persa.
Filosofía de las religiones
Cualquiera que crea esta historia está, de hecho, perdido, porque para creer que
un Dios enviaría a su único hijo a que nos ayudara, sólo para ver a ese hijo
torturado y asesinado, y luego, en vez de liberar toda su ira, simplemente nos
absuelve de todos los crímenes del pasado y del presente, es pura locura, para
decirlo suavemente. ¿Dónde está para nosotros la lección en eso? ¿Qué se ha
logrado? No hay ninguna lección o propósito, porque todo esto se trata de
esclavitud psicológica de las masas, y de deshabilitarnos.
La religión es como una droga para algunos. ¡Y ellos necesitan que un héroe de
2000 años de antigüedad los salve - de ellos mismos, tal vez!
Las iglesias no les permiten a sus seguidoras tener ninguna verdad real y
conocimiento, porque eso les daría demasiado poder a las personas, por lo que
son alimentadas a cucharadas con historias infantiles, con medias verdades,
distorsiones y aun mentiras, y los seguidores lo valoran altamente, aunque
tengan que pasar el resto de sus vidas tratándole de hallar sentido.
La ironía es que la religión es en gran parte hecha por el hombre, por lo que la
humanidad realmente ha atraído esto hacia ellos.
Después de todos estos siglos, las personas todavía no han aprendido a tomar
de regreso su poder y responsabilidad por ellos mismos.
• ¿Por qué rendirle culto a alguien que sólo lleva a cabo su propia
agenda?
• Un creador todopoderoso,¿crearía a un manojo de seres
disfuncionales sólo con el propósito de culto?
• ¿Por qué, entonces, nos dieron inteligencia, libre opción,
individualidad y una voluntad fuerte, para luego amenazar con repudiarnos
o terminar con nosotros en cuanto intentásemos usar esos dones?
• ¿La oración es eficaz?
• El cielo: ¿ paraíso o promesas vacías
• Pecado: ¿maldad o solo otra palabra de miedo?
• La fe: ¿confianza justificada y creencia o dichosa ignorancia?
• La ley divina: ¿justicia o una invitación para la maldad?
• ¿Funcionan en la práctica los métodos de Dios?
• ¿Por qué los seres humanos adoran a un Dios cuya cualidad más
importante es el poder, cuyo interés es la sumisión, cuyo miedo es la
igualdad de derechos?
• ¿Por qué vamos a adorar a un Ser que no sólo no sobrepasa el nivel
moral de la cultura actual determinada por los varones, sino que además
la estabiliza?
• ¿Cómo hablar de Dios Padre y Madre cuando está ausente la
fraternidad y la solidaridad?
Diálogo Interreligioso:
Según el autor de la obra dice que no comparte las tesis de Huntington. El choque
de civilizaciones no es la descripción de un hecho, y menos aún la ley que rige la
historia. Se trata más bien, de una construcción ideológica del Imperio para
mantener su poder sobre el mundo y, si nos descuidamos, sobre las conciencias
de todos los ciudadanos. En su construcción ideológica el Imperio incluye a Dios,
a quien invoca como aliado suyo, y al cristianismo, considerado expresa o
tácitamente su religión oficial.
Es verdad que las religiones han sido fuente de violencia incluso en sus textos
fundantes, y han alentado la violencia en las distintas sociedades a través de
múltiples mecanismos. Pero no es menos cierto que las religiones y civilizaciones
poseen un potencial inexhaustible de paz que es necesario activar. Las religiones
no pueden seguir siendo fuentes de conflicto ni entre sí ni en la sociedad, ni en el
terreno doctrinal ni en el moral. Deben reconocerse y tender puentes de diálogo.
El diálogo interreligioso constituye el principal desafío al que han de responder las
religiones si no quieren anquilosarse o destruirse. “Sin diálogo, las personas se
asfixian, las religiones se anquilosan”
La oración Interreligiosa:
El hinduismo: cree que ninguna religión es capaz, por sí sola, de satisfacer a todos
los seres humanos. Cada uno debe tener la religión que dé satisfacción a sus
inquietudes, es necesario que haya muchas religiones y que cada uno sea libre de
elegir. Lo que es contrario al hinduismo es el odio, la santurronería y el fanatismo
religioso. “Tatas creencias, tantos caminos”
CRISTIANISMO
Sus inicios datan del año 33[1] aproximadamente, cuando era considerada
una secta judía al igual que otras creencias de la época. Desde que el cristianismo
se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano en el siglo IV, ha influido de
manera significativa en la cultura occidental y en muchas otras culturas a través
del mundo. En la actualidad posee más de 2.100 millones de adherentes,[3] o
cerca de un tercio de la población mundial, siendo la religión con más seguidores
del mundo.
http://es.wikipedia.org/wiki/Cristianismo
http://www.mb-soft.com/believe/tsc/philreli.htm
http://campus.fortunecity.com/assembley/195/etica.html
http://pdf.rincondelvago.com/etica-y-religiones.html
http://www.editoriallapaz.org/estadisticas_religiosas.htm
http://www.lavanguardia.es/multimedia/html/lasclaves/islam/mismo-origen.htm
http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/filosofia/esencia/20.html
http://www.bibliotecapleyades.net/biblianazar/esp_biblianazar_43.htm