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Performance
Duración total: 30 minutos.
2010
1- Entre las mujeres pasa que no tienen miedo de decirse dueñas del otro, con
el hombre pasa lo contrario, nunca lo dicen pero les gusta hacerlo ver. Para
ellos el tercero debe estar, si no existe ese tercero, no te ven como mujer.
El tercero, la justicia y lo que le hace un hombre a una mujer.
Con ellas no está el tercero, pero están siempre hablando del tercero. Podría
decirle a ella entre las blandas tinieblas repletas de savia, veo la albahaca de
los puentes. Si me quedo mirándola sería un insulto, sólo la miro sin pasar
mis dedos por encima. Sería un insulto mover mis dedos dentro de ella, y no
querer más que sentir la caricia húmeda de entre sus piernas.
2- Ya entiendo por qué me gusta el tango. Es el único baile, a veces con la
salsa,… sí … también lo he bailado con mujeres. Pero en esa milonga, ahí
estaba ella cerquita, tan cerca que leía mis pasos y no quería nada más que
eso. Tan nada más que después daba vergüenza volverla a bailar.
Piba
Mina
Flaca
Chica
Gato
Mamita
Yegua
Bombón
Cosita
Cosita linda
Muñeca
Yiro
Trola
Loca
Concha
Diva
Torta
Guarra
Mujer
Hembra
Puta
Perra
Diosa
4. Laurel y canela
Una promesa de un hijo. Con su sangrienta carga, después de ver a una mujer
acariciar sin deseo. En vez de salir desnuda salía vestida de hierbas. De suerte la
otra se cubría los ojos y estaba atadita. Ella la había frotado para sentir que estaba
junto a su centro, cerquita del corazón. Me quedé mirando a la ciega.
5. Mis pestañas, bella mía, acarician las mejillas del que me promete un hijo. Yo
quisiera una hija. Nuestras cabezas se atarían noblemente de pepitas de plata
separadas en dos caminos envueltos allá arriba.
6. Qué difícil es escribir para una mujer a la que se desea que me desee. En el
fondo esperas que sea un hombre o que esté al lado de un hombre y sea tuya, que
sea tuya sin que dependa de ti. Además que sea mía… ¡qué hastío! Me ha ocurrido
que tengo un hombre con la cara rota.
7. Había una pared carmín aterciopelada. Me levanté de la mesa y comencé a
restregarme en la pared. Lo hice porque el sitio estaba lleno de homosexuales. Lo
hice alegremente un rato. Cuando estaba ahí tenía la impresión de que podía morir
feliz deslizándome sobre el carmín.
8. Empecé a contar sobre la existencia del manual, ¿por qué tiene que ser una mujer
anónima? Duele que sea así, de pronto debería vestirla, empañar su cabeza de
tejidos largos y livianos, ponerle un nombre. Comenzaré por esta:
• La que deja que la vean mientras acuesta a su niño, me llevó hasta la alcoba,
yo detrás de ellos. Mis ojos lograron sostenerse al lado de la cama. Otra vez
dos mujeres, una abrigándose en un niño y la otra en su espalda rígida.
9. Perros rabiosos.
Mujeres solitarias.
También ademanes de calor, cada tanto,… parecen tan lejanos. Nadie sabe si
vienen de los perros o de las mujeres.
10. A veces odio a mi futura novia. Está acompañada de un hombre y tuerce la
nariz como para que me compadezca. Ahora me lleva de la mano agotada de tanto
llorar.
11. La otra, a ella también le escribo. Antes de que le escribiera a esta, existía otra
que se olvidó de mi.
12. Podría decir que las almas o los cuerpos partidos en dos, se unen aquí. En el
instante en que se detienen los ojos o rozan los ademanes de calor.
13. ¿Me puede hablar una mujer sinceramente? Pero qué pregunta tan estúpida
esta… Creo que hay una que me ha hablado así. Una que no estaba al lado de
alguien, ni al lado mío. Se sentó enfrente y no sé si le haya respondido con
sinceridad. Las dos sentadas, un poco incómodas en la silla, como queriendo salir de
ellas, con la espalda un poco encorvada, los ojos abiertos tratando de cubrir igual
que lo hace el cabello, una tristeza.
14. Madre mía es como si se estrechara en mí, cuando cubres mi sexo con tu
escarcha, cuando sales por los ojos y calientas el corazón.
15. Nunca podré dormir encima de una mujer. Eso duele. Sólo a él le gustaba que lo
hiciera, y le gustó una vez.
16. Antes me imaginaba esto:
Dos mujeres entran al espacio caminando lado a lado sin verse, las dos mirando al
público, si el público está delante de ellas. Se paran en la mitad espalda contra
espalda, sin nada en qué apoyarse, doblan sus piernas de modo que parezcan
sentadas sobre algo. …También podría pasar otra cosa. Tienen en sus manos hojas
en las que han impreso conversaciones. Cada una en el idioma que sepa los lee.
Hablan al mismo tiempo, son conversaciones íntimas con personas que no han visto
hace diez años o que conocieron por la red. Si el ejecutante de este guión no cuenta
con ellos los puede pedir a la que escribe el guión. En sus bolsillos guardan objetos
varios, para poder comunicarse con otros: rosarios, celulares, memorias portátiles,
linternas, credenciales, tarjetas de crédito…también podría pasar otra cosa. El ritmo
de la lectura de las conversaciones incluye silencios que deben ser previamente
señalados en una partitura que las mujeres que no saben leer partituras puedan leer.
Las voces de alguna forma se multiplican, provienen de ecos de sus mismas voces o
de voces de otras. Ellas comienzan a sudar botan las cosas de sus bolsillos
lentamente y también se despojan de sus “sacos” (pullover) sin perder el equilibrio.
Hablan, suben la voz, bajan la voz, interrumpen la voz, sin que nada sea teatral. Se
hace difícil mantenerse de pie, muy difícil hasta que caen. El registro tendrá que ser
de las voces, con fragmentos de imágenes. No se reproducirá toda la escena, partes
de ella. Ellas tendrán amarrados en los dedos de las manos extensiones que estarán
conectadas a las personas que las ven.
Las dos mujeres escondían algo debajo de las faldas y encima de las cabezas.
17. También estaba esto. Lo pensé después de masturbarme en frente del espejo. Si
ya sé que el arte no es algo como una masturbación mental (eso al menos dicen los
filósofos). Estoy parada ahí, masturbándome (en la cabeza el “Diario de una
prostituta argentina” y la última obra de Fornet- Betancourt “Mujer y filosofía en el
pensamiento Latinoamericano”) - Es curioso que Adrian Piper un tiempo se haya
obsesionado con la Crítica de la razón pura: “A menudo el efecto de las ideas de
Kant era tan fuerte que no lo podía soportar. Tenía que dejar la lectura a media
frase, al borde de la histeria, y mirarme detenidamente en el espejo para asegurarme
de que aún seguía allí. Debido a que al mismo tiempo estaba siguiendo un ayuno de
dos meses a base de zumos y agua, me pareció que la cuestión era seria. Sentía que
estaba a punto de renunciar a mi yo individual a todos los niveles y que me
convertiría en el análisis kantiano de la Unidad Trascendental de Percepción en la
Síntesis de las Apariencias según las Normas otorgadas por el entendimiento de la
Conciencia reflexiva del Yo. Siempre he tenido una marcada vena mística. Para
amarrarme al mundo físico, ritualicé mis frecuentes contactos con mi propia
apariencia física en el espejo a través de Food for the spirit. Instalé una cámara y
una grabadora junto al espejo de modo que cada vez que me sobrevenía el temor de
perderme y esto me impulsaba a tomar contacto con la realidad del espejo, podía
registrar mi aspecto físico objetivamente y también grabar mi voz repitiendo el
pasaje de la Crítica que en aquel momento me estaba llevando a la
autotrascendencia”.1 Esta es una imagen que deja sin aliento, no es la mujer abierta
casi hinchada de melancolía, erguida como una piedra en el patio de “Madame de
Bovary”, allí al menos hay una idea, una o dos; aquí con Adrian frente al espejo, no
hay ideas, está la cámara y la grabadora, no hay otro. Un espejo, sudor frío, los ojos
que escudriñan, que diluyen, que hostigan, que se aguzan en medio de cualquier
lectura que lleve a un estado místico, qué importa que sea Kant (que es curiosos que
lo sea, en frente de una mujer afroamericana, desnuda buscando a otra en un
espejo). La visión que se forma detrás del espejo, es esta: la parada que cree ser un
místico, segura de su existencia al verse en la pantalla de la cámara, un místico que
suda y tiembla, cansada y sobresaturada, que ha devorado todo. “Estáis todos tan
1
Adrian Piper. Desde 1965.
cansados, pero sólo porque no habéis concentrado todos vuestros pensamientos en
un plan enteramente simple y enteramente grandioso”2 - :
2
Walter Benjamin Experiencia y pobreza.
dinero pagado con los clientes que no quiere tener, por un servicio que no quiere
dar…le llevan una comida al día y la amenazan con matarla si abre la boca…es
increíble que estas cosas sigan ocurriendo hoy en día y en el así llamado primer
mundo, como hace más de un siglo atrás con las polacas embarcadas a Buenos
Aires con la promesa de casarlas bien, que terminaban en cambio trabajando a la
fuerza en los burdeles de los arrabales.”3
Quién sabe si las perlas de una y la cuerda de la otra que muerde el perro y se
envuelven en el cuello y en el cabello que está por encima de la cabeza joven, quién
sabe si no están ahí porque las perlas y la cuerda se extienden por detrás y están
amarradas o pisadas por papeles que se pueden leer en fragmentos. Las hace resistir
hacia delante, mientras las perlas y las cuerdas bajo las hojas no las deja irse. Ni
ellas mismas saben lo que había allá.
18. ¿Por qué los pies de la joven estaban cubiertos, pero se podía ver que debajo
estaban los pies? Anclados al suelo, o listos para empezar la ronda detrás de los
arbustos. Ellas no sudan, ni están recostadas, ni están viendo iglesias, ni un edificio
de la ciudad, ni las cuevas de los buses, ni están en frente de ninguna cosecha, ni del
público, ni en frente de ninguna voz caliente, ni del mueble pesado, ni del
micrófono, ni tienen lápices en los dedos, mucho menos banderas, ni tienen lo que
les falta en la boca. Era una traición a lo que amaban y habían armado en los
armarios, y tirado después. “Haz lo siguiente -dijo el enano de la esquina-, para que
el viento sepa de dónde viene y a dónde va. No hagas caso del bosque, porque en
seguida de ellas, por encima de las cabezas, está el vidrio que las expone. Muestra
lo que nada hay adentro, porque no hay ni banderas, ni espera, ni público, ni
arengas, ni discurso, ni nada te pertenece”. Que así sea.
Las dos mujeres escondían algo debajo de las faldas y encima de las cabezas.
3
Caludia Minoliti. Diario de una prostituta argentina. Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
Instituto Pensar. P. 66 - 67
19. Instrucciones de mi futura novia
Ir a un lugar donde corra mucho viento, o tal vez en un día de tormenta o semi
tormentoso, o solo de lluvia... poner sus pies dentro de la tierra, enterrar los pies y
pasar allí un rato, puede ser algún espacio verde en la universidad, o parque o
campo o algún lugar así. Sentir la tormenta, o lluvia o viento en el cuerpo con los
pies en la tierra como un árbol... tal vez puede agregar cabellos largos ya que se que
gusta de usar de ellos.
El vestuario si lo hubiera queda a su gusto.
Puede ser registrado en fotografía o en video. Si lo desea y lo siente.
20. ¿Qué produce al hombre de ahora un sudor frío?: ¿los hijos?, ¿el amor?, ¿la
espera?, ¿el pensamiento como una especie de éxtasis? He visto varias veces a Pina
Bausch, las partes en las que los hombres y las mujeres se resisten a estar juntos, las
sillas tiradas en el suelo, tumbadas las mujeres y vestidos los hombres de gris.
Hay de vez en cuando otro que está de traje, cabello corto, perfectamente afeitado,
que trata de despejar el espacio, de darles el aliento para que se queden pegados. No
hay nada que pretenda ser decoración, pero tampoco hay vidrios; no estamos
hablando aquí de los espacios de "exposición moral" al estilo Adolf Loos, pero sí
hay algo de exposición, más que eso es desnudamiento. Algo tímidamente esbozado
en el gran vidrio de Duchamp, pero esta vez con alma, aunque sea un alma floja,
cansada. Creo que en la cabeza, cuando todavía le queda al ángel de la historia un
poco de sus alas, siempre tenemos pocas ideas, una o dos - esto lo saqué de un
librito de Fernando González Ochoa-, más que en la cabeza en el corazón, o si se
quiere en el inconsciente, o en ese espacio hueco que ubicamos en el pecho, o en la
mitad de la cabeza. Y somos tan cobardes, o tan ansiosos, o tan
solitarios…disfrazamos el afecto en obritas, en intercambios, en vestiditos. Sí,
cierto, habrá que estar en el mundo haciendo algo, pero cuando se empieza a
empañar esta única idea-afectiva, hace falta el vidrio (algo que se acerque al
desnudamiento) o las repeticiones de los encuentros de la Bausch en el Café Muller,
para pasar el trapo, o el aliento por ahí y desempañarlo.
La materia que tiene su peso, y que se volatiliza al contacto con los huesos; es una
presencia, ausente. Creo que el riesgo, la improvización, la desterritorialización, el
recorrido a través de la imposición de un tiempo que seduce el Caos, se da en la
performancia*. Aquí la presencia de un cuerpo, es dictada por una especie de
convocación, el cuerpo – objeto (a parte de que sea un cuerpo de mujer), ese cuerpo
ahora entendido como objeto “…termina conservando más presencia material y
5
Ibidem.
*
Hablaré de performancia y no de performance solo por gusto personal.
duradera que los seres humanos.”6 El cuerpo entendido como objeto, que antes que
hable como cuerpo hable como objeto, no se reduce al objeto-fetiche. Es una
presencia ausente, que entra como un objeto, que busca desterritorializarse,
lanzándose no como una pequeña maniobra, sino hundiéndose frente al Caos,
abriendo un tiempo diferente que se desvanece antes de que sea sistema. Sin
embargo, abre los ojos, funda un tiempo, una presencia con un peso, un sonido que
territorializa, volviendo las espaldas a la luz. Podría hacer infinidad de guiones de
performancias. Aquí está una ofrenda efímera. Antes, por ejemplo, me imaginaba
esto:
Dos mujeres entran al espacio caminando lado a lado sin verse, las dos mirando al
público, si el público está delante de ellas. Se paran en la mitad espalda contra
espalda, sin nada en qué apoyarse, doblan sus piernas de modo que parezcan
sentadas sobre algo. …También podría pasar otra cosa. Tienen en sus manos hojas
en las que han impreso conversaciones. Cada una en el idioma que sepa los lee.
Hablan al mismo tiempo, son conversaciones íntimas con personas que no han visto
hace diez años o que conocieron por la red. Si el ejecutante de este guión no cuenta
con ellos los puede pedir a la que escribe el guión. En sus bolsillos guardan objetos
varios, para poder comunicarse con otros: rosarios, celulares, memorias portátiles,
linternas, credenciales, tarjetas de crédito…también podría pasar otra cosa. El ritmo
de la lectura de las conversaciones incluye silencios que deben ser previamente
señalados en una partitura que las mujeres que no saben leer partituras puedan leer.
6
Esta citación es de Diana Taylor que aunque se esté refiriendo a la obra de Fernando Gutiérrez, las
fotografías de los objetos de los únicos rastros de los desaparecidos que fueron lanzados al Río de la
Plata, creo que hace manifiesto mi interés de mostrar el valor más elevado del objeto frente al
cuerpo, de lo producido antes que la presencia, de ver el cuerpo como un objeto más que como una
testimonianza. Políticas del cuerpo en la fotografía Latinoamericana. Talleres Trama S.A. Buenos
Aires. 2009. Diana Taylor. Cuerpos Políticos.
Las voces de alguna forma se multiplican, provienen de ecos de sus mismas voces o
de voces de otras. Ellas comienzan a sudar botan las cosas de sus bolsillos
lentamente y también se despojan de sus “sacos” (pullover) sin perder el equilibrio.
Hablan, suben la voz, bajan la voz, interrumpen la voz, sin que nada sea teatral. Se
hace difícil mantenerse de pie, muy difícil hasta que caen. El registro tendrá que ser
de las voces, con fragmentos de imágenes. No se reproducirá toda la escena, partes
de ella. Ellas tendrán amarrados en los dedos de las manos extensiones que estarán
conectadas a las personas que las ven.
Las dos mujeres escondían algo debajo de las faldas y encima de las cabezas.
Es propio desde esta relación metafísica del Yo – Otro, desde esta epifanía del
rostro que limita con el sentimiento religioso (alejado abismalmente de las
instituciones, no es por casualidad que justo en América Latina haya surgido la
teología de la liberación, el culto mariano y la teología feminista tenga tanta fuerza),
que la acción tienda de lo intimo (el clavel y la mujer como núcleo simbólico de la
religiosidad) a un reconocimiento que permite ir mostrando uno a uno un proyecto
histórico original ignorado. Es una especie de cuento, con palabras apreciablemente
redondas, para justificar que ya no tengo sus cabellos cogidos desde la otra parte del
océano. Al menos se han olvidado algunas partes, las más significativas. Los miro
moverse por el agua que los deja mecer, por partes. Y que los deja de mecer. Espero
que contemplar estos cabellos interrumpidos sea una falsa soledad. Una de alguien
que es un cuerpo, que es un sexo y un dios. Cuando divido los cabellos, y me divido
en tres, entonces podría continuar dividiéndome. Soy cosas una al lado de la otra:
ojos, dedos, ombligo, clítoris, pies. Y al enumerarlas y ponerles un nombre me
estremezco un poco y las llevo al templo. El cuerpo hay que vivirlo como templo,
así esté dividido. Estos fragmentos de cuerpo, atiborrados en uno, podrían ser un
huésped no invitado, como le sucede al extranjero. Las cosas divididas tienen otro
significado, dejan de ser instrumentos para hacer y se convierten en seres. También
cuando me encuentro con el rostro del Otro o con el mío no quiero que deje de
existir. Ser para hacer una comunidad que tenga un cuerpo, y una carga simbólica es
más importante que coleccionar cosas o cargar con recuerdos que arrastran cosas.
Suena el citófono…
Otra
Quisiera elencar y colocar en anaqueles las formas de cuerpos con cabellos largos,
sueltos, atrapados en telas húmedas por el sudor, que caen deslumbrados por la
tierra o que se levantan por encima de la piel para entorcharse y contornear la
cabeza.
Los ojos se fijan, rodean ese pequeño haz de chorros que crece hacia abajo para unir
la cabeza con el sexo y recordar el nacimiento.
Mientras miro las ventanas, camino imaginando viejas tablas debajo de mis pies,…
silencio, no pasa nada. El racimo que tiene olor, es un incensario, que pesa y se usa
en las procesiones. Estoy enmarcada en un pasillo de madera abajo y parece blanco,
camino con este deseo arrastrado sin ninguna determinación, con la intención tocada
para representar una escena.
En la calle atisbo el ojo entre los movimientos de alguien. Y esta figurita baja las
escaleras, y le explico con la sonrisa de la compasión que estoy detrás
persiguiéndola, a la derecha en su camino…atravieso su soledad oyéndola respirar.
Respiración
¿Por qué tengo el deseo de controlar la respiración? ¿Por qué tengo el deseo de
controlar las palabras que digo mientras respiro? ¿Por qué tengo que medir la
respiración para que se prolongue el tiempo del lenguaje hablado?... “Un día me
encontraba ando una conferencia, mi público y yo bajo los velos del lenguaje. De
pronto, una avispa, me picó la parte interior del muslo; la sorpresa se mezclaba con
un dolor exquisito. Sin embargo, nada en mi voz ni en la entonación delató el
accidente y logré concluir mi discurso. Este recuerdo tan preciso no es un alarde de
valentía espartana, sólo indica que el cuerpo hablante, la carne poseída por el
lenguaje enfrenta pocas dificultades para permanecer en las palabras, pase lo que
pase. El verbo ocupa la carne y la anestesia, incluso se ha dicho que el verbo se
volvió carne. Nada insensibiliza tanto como las palabras. Si yo hubiera visto alguna
imagen, escuchado el sonido del órgano, percibido el aroma de un ramo de flores,
saboreado un caramelo o sostenido con el puño apretado algún objeto, el aguijón de
la avispa me habría hecho gritar. Pero yo hablaba armoniosa, pausadamente, como
protegido por un cerco, envuelto en la coraza discursiva. ¿Quiere usted narcotizar a
un paciente? Anímelo a hablar con pasión y énfasis, pídale que hable de sí mismo,
únicamente de él, de sus deseos, pídale que le muestre algo de su mundo.
Seguramente se intoxicara con el sonido de sus propias palabras y la avispa no
podrá hacerle nada. Hablamos por vicio, ególatras consumados”7
Supongamos que las palabras vienen de alguien que no soy yo. Y también está la
humildad o la pretensión de humildad de recoger esas palabras en el habla de
alguien que articula las palabras de otros. Esas palabras deben pender delante del
muro como un desollado. Penden y se articulan con un cuerpo que sube y baja, que
respira. Las palabras de otros que respiran a través del cuerpo. Al darle la vuelta al
narcótico del habla, está el tejido, el que se suspende entre nudos y otros, del que
habla, a través de la que encadena una historia con otra. ¿Hasta dónde soporta el
cuerpo la palabra o hasta dónde soporta la palabra el cuerpo?, ¿podría tener dominio
sobre la palabra de otro?
¿Y si el muro estuviera tapizado de una tela esponjosa, llena de una piel nudosa que
da calor, y que al subir el cuerpo, se sostuviera de unos aros y bajara, … se
restregara el cuerpo sobre el tapiz, ¿no tendría la palabra de confidente lo táctil?,
¿no sería una palabra de otro, una palabra táctil, que suda y se arrastra con la
respiración que no puede soportarla más porque el cuerpo cae?...¿Podría hablar del
dominio de la palabra sobre lo táctil, el dominio de la palabra como un ejercicio de
narcicismo o por el contrario, o no por el contrario, de otra parte, de alguna parte, un
nudo de historias que no soy yo y se sostienen a través de un cuerpo que las siente
caer?
7
Michel Serres. Los cinco sentidos. p. 72-73
“…esta masa nerviosa que se relaciona con el tacto, y todo es tacto, con el
mundo, vale más que la escritura pública. Nos sentimos ligeros e inervados
porque no poseamos por compraventa, sino a título más noble, a título de seres
táctiles”. Fernando González Ochoa
“Antes de pronunciar palabra, las aguas de la conciencia se deslizan por las alas del
pulmón y despiertan el sonido. El sonido, entonces, se eleva por entre el fuego
ascendente del corazón para convertirse en voz, trasportado por el aliento tibio de la
boca” Zefer Ha'Zohar
Dos mujeres
(Due Dame veneziane 1510)
No se sabe. El evento está atiborrado de cosas de a dos. Sus cabellos recogidos en
trenzas, estancados en la mirada de algún silencio manipulable. Si se atraviesa el
espejo de agua al otro lado de la baranda, estarán. Las mujeres de cabellos recogidos
esperan en los ojos agazapados, en los dos perros, en los dos pájaros, en las dos
ánforas, en las dos palomas, en los dos collares, en los dos vestidos que ciñen los
contornos de las columnas, en los dos anillos.
Hay una más joven que la otra. La joven no espera así tenga la tela que cae en la
mano. La vieja sí, lo dice el perro que se detiene en la falda y el otro que forma el
anillo en la mano, llevándosela hacia adelante. ¿Se dejarán matar por lo que
esperan? No. La que está agachada ni siquiera mira al horizonte. La otra sí…no
llegará lo que perderá, o tendrá debajo de la peluca rojiza, algo tan común y
aburrido de tanto que se repite. La escena de nada serviría sin la espera, pero no
esperan.
Quién sabe si las perlas de una y la cuerda de la otra que muerde el perro y se
envuelven en el cuello y en el cabello que está por encima de la cabeza joven, quién
sabe si no están ahí porque las perlas y la cuerda se extienden por detrás y están
amarradas o pisadas por papeles que se pueden leer en fragmentos. Las hace resistir
hacia delante, mientras las perlas y las cuerdas bajo las hojas no las deja irse. Ni
ellas mismas saben lo que había allá pero no podían girar sus cabezas porque
estaban atrapadas en las perlas y las cuerdas que giraban los cabellos. Sentadas en
medio de lo que parecía un bosque, en el que se dejaba oír de vez en cuando la caída
de las piñas de eucaliptos y el murmullo poco abierto de las palomas. ¿Por qué los
pies de la joven estaban cubiertos, pero se podía ver que debajo estaban los pies?
Parecen anclados al suelo, o listos para empezar la ronda detrás de los arbustos.
Ellas no sudan, ni están recostadas, ni están viendo las iglesias, ni están viendo
ningún edificio de la gran ciudad, ni las cuevas de los buses, ni están en frente de
ninguna cosecha, ni del público, ni en frente de ninguna voz caliente, ni del mueble
pesado, ni del micrófono, ni tienen lápices en los dedos, mucho menos banderas, ni
tienen lo que les falta en la boca. Era una traición a lo que amaban y habían amado,
armado en los armarios, y tirado después. “Haz lo siguiente -dijo el enano de la
esquina-, para que el viento sepa de dónde viene y a dónde va. No hagas caso del
bosque, porque en seguida de ellas por encima de las cabezas, está el vidrio que las
expone. Muestra lo que nada hay adentro, porque no hay ni banderas, ni espera, ni
público, ni arengas, ni discurso, ni nada te pertenece”. Que así sea.
Las dos mujeres escondían algo debajo de las faldas y encima de las cabezas.
Cabezas
Performance
Duración 15 min.
2009
“…la respiración es una de las mejores:
primero sentada como en el yoga, respiras profundamente y expulsas suave y
profundamente desde el diafragma pero controlando suavemente la
expiración...céntrate toda en el ombligo como punto de todo el proceso....debes
expulsar suavemente todo e aire que tengas.....hazlo unas 10 a 12 veces.....segundo
paso: te levantas suavemente y te paras con las rodillas ligeramente dobladas y
sigues haciendo centro en el ombligo, respiras y expulsas con el diafragma 4 veces
y manteniendo todo el tronco activo ( con las rodillas ligeram. dobladas) bajas poco
a poco a partir de la cintura dejando caer los brazos y la cabeza inertes...como
colgando.....la posición de las piernas nunca cambia.....al llegar abajo te quedas allí
hasta que sientas que cabeza y brazos cuelgan de verdad.....luego subes muy
lentamente haciendo centro en la cintura y ombligo con cabeza y brazos
colgando....lentamente.....puedes repetir esto 3-4 veces.......luego, performance final:
giras la cabeza solamente en el sentido de las agujas del reloj siete veces.....respiras
profundamente unas 4 veces”
…sí serviría en cualquier lugar del mundo... eso es verdad la gente quiere ser
escuchada (esto de la democracia es una cosa demasiado formal y lejana y la familia
y la pareja círculos demasiado pequeños y "viciados")...ratón? jajaja guayabo se
dice aquí, creo que sí me dio...me preocupa no tanto la dependencia emocional sino
la económica...bueno las dos... no sé si te habrás dado cuenta que aquí las mujeres
solas las miran de reojo (hablando metafóricamente). Aura me cuenta que en Pasto
incluso las miran mal si fuman por la calle, ¿puedes creerlo?...
tiene un efecto social expansivo que arropa los relatos de vida de la gente común y
que los hace sentirse libre en un ( esta es la palabra que no encontraba)
CONVIVIO.......un "convivio", una reunión no concertada con protocolos sino por
el calor de "estar juntos" y compartir....aquí el aguardiente es clave!!!.....”
Очи черные, очи страстные Una canción. Lacantabaantes de la caída. Antes de la caída
podía recordarla y contenerla en el cuerpo. En el mío, que
Очи жгучие и прекрасные está cubierto por una manta…¿cuál es el cuerpo del artista?
Как люблю я вас, как боюсь я вас ...es lo mismo que sucede con el cuerpo en la performance,
si no se cubre con un manto es muy difícil que se acepte
Знать, увидел вас я в недобрый час como cuerpo en la performance. Pero ahí está el cuerpo, que
está presente todos los días, es el mismo, …en el fondo no
Ох, недаром вы глубины темней!
puedo hablar del cuerpo del arte...y a pesar de todo se
pararme en frente de la vidente.
Breve descripción: 80 copas de aguardiente, mujer sentada. Ronda de charlas y por
cada charla una copa. Se hará registro sonoro de las conversaciones que surjan.
*
“I have this perception of nudity as changefull embarrasing…when I see all these women naked I
feel violence myself…” Vanessa Beecroft en una entrevista documental de la acción por Marina
Zenovich. 2005.
8
Grotowsky Jerzy. Teatro laboratorio. Entrevista “Actor santo y actor cortesano” Tusquets editor.
Barcelona. 1970.
una noche como cualquier otra. Ahí está la manifestación de una disponibilidad
pasiva. Se suprime la distancia entre el “que ve” y “el observado”, y sin embargo la
distancia está ahí. Unos toman sus copas, y tienen las cámaras en las manos, la
expectativa de una noche de “espectáculo”, se da una charla casual, se ha abolido
cualquier escena. La violencia se realiza en el cara a cara. Grotowski, del teatro
pobre decía, “Hay pues que suprimir toda distancia entre espectador y actor; hay
que eliminar la escena, abolir cualquier frontera. Que la violencia se realice cara a
cara…el teatro debe afrontar lo que podríamos llamar los complejos colectivos, los
signos del inconsciente colectivo, los mitos que no son una creación del espíritu,
sino herencias recibidas con la sangre, el clima, la religión, etcétera.”9
En la inclusión siempre hay cierto grado de “violencia”, “cuando veo todas estas
mujeres desnudas, siento yo misma la violencia”*, “…que la violencia se realice
cara a cara…”*. Yo diría que no es necesario desnudarse físicamente para tener en
frente al Otro y decidir un encuentro en la violencia o no, diría también que es muy
difícil un encuentro en la no-violencia…de pronto sea necesario exponerse, cada
uno con su rol, cada uno con su historia, con su estrato social, con su sexo. Para
cambiar la forma de percepción hay que exponerse, donarse. “Es un acto de
dones.....donar el cuerpo a lectores anónimos pero esperados de alguna forma.....en
eso consiste lo más fuerte de los rituales auténticos....son dones de alguna u otra
forma...incluso más "poderosos" que las acciones muy bulliciosas...como cuando se
descarnaba una res y alguien entonaba a todo gañote una aria de ópera...”*
9
Ibid. P. 61
*
Vanesa Beecroft.
*
Jerzy Grotowsky.
*
Rocco Mangieri
La quietud y la palabra
Supongamos que las palabras vienen de alguien que no soy yo. Y también está la humildad o la
pretensión de humildad de recoger esas palabras en el habla de alguien que articula las palabras
de otros. Esas palabras deben pender delante del muro como un desollado. Penden y se articulan
con un cuerpo que sube y baja, que respira.
Las palabras de otros que respiran a través
del cuerpo. Al darle la vuelta al narcótico
del habla, está el tejido, el que se suspende
entre nudos y otros, del que habla, a trav és
de la que encadena una historia con otra.
¿Hasta dónde soporta el cuerpo la palabra
o hasta dónde soporta la palabra el cuerpo?
¡Podría tener dominio sobre la palabra de otro?
Vale x un beso.
Performance
Duración 30 min.
2009
andreaaguia@yahoo.com (E-mail Address Not Verified) dice:
como estas?
LO dice:
bueno
larguisimas
pero no se veian
aja
y me trenzaron el cabello
en el plexo solar
me coloque
un parlante
y ahi transmiti
un audio
y allá
LO dice:
ok
se oia
las leyendas
se oia
LO dice:
jaaj
q bueno!
si
la adoro
se llama Herlinda
tambien se oia
cuando cobrara
por las llamadas
LO dice:
jaja
si
bueno
portatil
solar
tres chicos
LO dice:
q bueno
el maestro Zalamea
LO dice:
q bien!
duro 20 minutos
LO dice:
es increible
denso
pero no
lo
LO dice:
en calidad
digo
no en forma
je
son raros
entonces no se atrevian
y me daban el beso
en la esquinita
pero el maestro
fue barbaro
siempre mirandome
LO dice:
estoy muy contenta! gracias x haber hecho esta acción... ahora compartimos algo
más en cuanto a experiencia q muchas veces se hace intransferible
a los ojos
LO dice:
wau!
LO dice:
q lindo!
si
no gracias a ti
es obra tuya
Conversaciones
Venta de minutos
“En el…en el 3 no
Yo estaba en el 6
Estabas en el cuál?
En el 6
En el 6?
$300?
Con un cuchillito
“…no mel o merezco, hasta que un día china, cogí un cuchillito y dije: “No me vuelva
a pegar!”, cómo brincaba china, y nunca me volvió a pegar, y yo llevo 6 años con él.
Y los primeros años me pegaba, y me pegaba, por todo era cállese, pues
pégueme…puuuu, ¿eso quería? tome!…
me pegaba china…pero ya después no. Y me pegó una cachetada esa vez y coja ese
cuchillo china y con la cacha del cuchillo le cogí el computador donde el trabaja y
salió, yo le iba a totiar la pantalla, y el: “No haga eso que me va a tocar pagarlo!” y
yo: “pues de malas muy salao!”. Y le dije. “te lo juro por mi hijo y por mi madrecita
que usted me vuelve a tocar y nos matamos, o es usted o soy yo”, y no me volvió a
tocar. Y el me ve ahora furiosa y se va, y me deja sola hablando o me dice hablamos
mañana, hablamos mañana, y se va. Pero no china…pero me pegaba por todo.
Llegaba borracho, yo le reclamaba y tome,” no me diga nada que estaba con unos
amigos, y si me dice me devuelvo” y uno les pierde el cariño, yo como que le perdí
muchísimo el cariño…
Moto
yo: estas?
yo: cual?
yo: ay no
ella: en la 37 con 19
ella: me pegó
ella: le di en la cara
yo: ya te llamo
Duende
“Cuando era niña me gustaba salir a jugar con mis hermanos a unos potreros que
quedaban cerca de mi casa. Una vez nos encontramos un caballo con la cola
trenzada y en la punta de la cola tenía amarrado unas latas y unas piedras. Cuando
llegamos a la casa les contamos a nuestros papás y a nuestra abuelita y ella nos dijo
que eso era obra del duende, que al duende no se lo veía pero que sí se sabía de su
existencia porque el hacía pilatunas. Una de ellas era eso, molestar a los caballos y
trenzarles la cola obviamente los caballos salían espantados por el ruido. También
decían que el duende le gustaba aparecérsele a las muchachas. Antes las
muchachas y las mujeres jóvenes les gustaba salir a lavar la ropa en las quebradas o
en las orillas del río. A eso de las seis era la hora ideal para que el duende se
apareciera. Las encantaba con su mirada, quedaban enduendadas, quedaban tan
perdidamente enamoradas del duende que no hacían nada. Quedaban privadas, si
llegaban a a la casa, terminaban en, en, pos, terminaban…las muchachas que
quedaban enduendadas llegaban y terminaban en la cama, no se levantaban más,
quedaban enfermas y privadas de si. Decían que para desenduendarlas tocaba
llamar al cura o al padre para hacerles unos rezos. Y tenían una oración especial
para hacerle la contra al duende, para regresarlas a este mundo, decían. Dejaban de
hacer todo y terminaban enfermas. La familia, las mujeres, las comadronas, ellas
eran también las que se encargaban de desenduendar a las mujeres…”
Saunas
“…que yo estaba contando como de las relaciones que…pues estaba contando una
experiencia muy especial para mí…de los saunas. Peor la relación que tenemos yo
creo que es muy diferente porque aquí la gente no entiende ese espacio sagrado que
es el sauna para nosotros,…emmm que estuvimos hablando ya anteriormente que
una vez aquí un chico me qmm me dijo que bueno que me va a llevar a un sauna que
no se que y que aa porque estaba diciendo que es que tanto que yo extrañaba ir a
sauna, y entonces resulta que me estaba llevando a un motel y…pues eso para mi es
super raro ¿por qué me estaba llevando para un motel? Porque para nosotros sauna
no significa nada así. No tenía nada que ver con cuerpos no sexo. Los cuerpos son
cuerpos casi como que se unieran los cuerpos que somos todos hermanos. Vamos,
podemos estar en el mismo espacio desnudos y contar historias, y a veces contar
historias muy…que son muy importantes mmmmm y creo que la gente suele
transformarse mucho, porque afuera puede ser que son callados o serios, y ni
siquiera casi se revelan nada de la naturaleza o de problemas o de las almas que la
gente está teniendo o que está viviendo. Y al sauna puede entrar cualquier persona.
Si yo no te conozco puedo entrar…sí el sauna es un lugar así jajaja entonces…es
público pues hay saunas de saunas, hay saunas que son …cada casa suele tener un
sauna mmmm y desde chiquita la gente va entrando con sus padres, con sus
abuelos, con sus hermanos, después quizás con sus amigos emmm yo por ejemplo,
he estado en sauna con mi hermana y con el novio de mi hermana y yo y bien, no
pasa nada, pues sí el novio de mi hermana estaba desnudo pero pues que me
importa mm…sí hay otros saunas que son públicos totalmente, hay saunas en los
edificios de apartamentos donde cada persona puede tener su sauna pero sí hay un
sauna común donde la gente va entrando…el sauna nació en Finlandia de las
necesidades que la gente tenía porque pues en ese tremendo frío que hace en
invierno pues ahí si se necesita un lugar así, y pues un lugar que se haya inventado
que pueda hacer calor…pero que después volvió a tener esa significación casi
sagrada porque la gente se nacía y se moría en sauna…”
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