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La inversión en Investigación y Desarrollo: un buen negocio.

Desde el año 2008 contamos en Chile con la Ley 20.241 que establece un
incentivo tributario a la inversión privada en Investigación y Desarrollo (I+D).

En términos simplificados, el incentivo tributario está dirigido a contribuyentes, que


tributen en 1ª categoría, que contraten la realización de actividades de I+D por un
monto superior a 100 UTM con Centros de Investigación registrados en CORFO
(contrato que debe ser certificado por esta institución).

Este incentivo tributario consiste en un crédito contra el impuesto de primera


categoría equivalente al 35% del monto cancelado en I+D y la imputación del
restante 65% como gasto necesario para producir la renta, aún cuando la I+D
contratada no se encuentre en el giro principal del contribuyente. El monto total
anual del crédito no puede exceder el 15% del ingreso bruto anual del
Contribuyente, ni el equivalente a 5.000 UTM.

Claramente esto representa un gran incentivo al gasto en I+D, pero a la fecha los
resultados distan bastante del objetivo perseguido. En Chile al año 2008 la
inversión en I+D correspondía al 0,4 % del PIB a diferencia del 2,3 % promedio de
inversión de este tipo en los países miembro de la OCDE.

Por lo anterior, el 1º de marzo ingresó al Congreso el proyecto de ley que busca


modificar el marco regulatorio al incentivo tributario en I+D en nuestro país. Las
modificaciones son substanciales y abrirían un sinnúmero de oportunidades tanto
dentro de las empresas como en la creación de otras nuevas.

Entre las modificaciones más destacadas se encuentra la eliminación de la norma


que impedía la relación, societaria o de capital, entre la empresa que encarga la
I+D y el Centro que la realiza. Asimismo, se elimina la obligación de que el objeto
principal del Centro sea el desarrollo de I+D y disminuye el plazo de
funcionamiento previo para incorporarse al registro de CORFO de 24 meses a sólo
6. Esto permitirá que las empresas generen sus propias unidades de negocio
dedicadas a su tareas de I+D.

Aunque, en el proyecto de Ley, el crédito se rebaja de 35% al 30%, aumentándose


la imputación a gasto del 65% al 70%, se triplica el máximo del crédito tributario
anual, de 5.000 UTM (unos US$390 mil) a 15.000 UTM (unos US$ 1,2 millones) y
se establece un plazo de 10 años para hacer efectivo los remanentes de crédito.

Otro avance notable es la incorporación del Título Tercero, que además de dar
certeza al marco jurídico del incentivo tributario, establece que el beneficio se
aplicará, a diferencia de la actual Ley, a gastos corrientes, gasto en protección de
propiedad intelectual (patentes, derechos de autor, servicios profesionales
relacionados) y de capital (infraestructura, equipos, etc.).

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Teniendo en consideración el nuevo escenario que entregarían las modificaciones
propuestas a la Ley 20.241 y la extensión en su plazo de aplicación, del 2017 al
2025, cabe prestar especial atención al desarrollo legislativo que ésta tenga, y
esperar que sea promulgada a la brevedad sin mayores cambios.

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