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Docente : Faridy Ramos Gavilán

Alumnos : Carmen
Amalia
Fátima
Jhon
Marianela
Ciclo : I
Turno : 6:00 – 7:30 PM
A nuestra profesora
Faridy Ramos Gavilán
por sus enseñanzas, y
muy especialmente a
nuestros padres por su
apoyo.
Introducción Pag. 4
Tema Pag. 5
Aparición de Cerro blanco y azul Pag. 6
Benita la Capadora Pag. 8
Cuando se vende el alma al diablo Pag. 11
Leyenda de Tulin Pag. 13
Las amortajadas Pag. 16
Los negritos del niño Jesús Pag. 19
Leyenda del Cerro Blanco Pag. 23
La Reina Mamala Pag. 25
Vocabulario Pag. 28
Una leyenda es una narración oral o escrita, en prosa o verso, de
apariencia más o menos histórica, con una mayor o menor
proporción de elementos imaginativos.
Pueden ser religiosas, profanas o mixtas, según el tema del cual
traten. Las leyendas también pueden ser populares (de formación
más o menos espontánea o inconsciente), eruditas o fruto de una
combinación de elementos de ambos orígenes. Pueden haber sido
inicialmente eruditas y haber conseguido, después, una gran
popularidad.
Sin importar la extensión que tenga -aunque por lo general es
corta- el rasgo que la define es su tema. La leyenda siempre es
un relato que pretende explicar un fenómeno natural -como las
tempestades, los lagos, los terremotos-, contando una historia
fantástica .
Cuenta una hermosa leyenda que esa zona en
tiempos inmemorables era un edén para los
enamorados, y en una oportunidad en que aquí se
realizaba una fiesta, fueron invitados una pareja de
novios y un hermoso joven recién llegado.
El resultado fue que este ultimo quedara
perdidamente enamorado de la novia, y después
de haberla conquistado el novio los encontró
abrazados;  al verse en estos aprietos ella le
dijo que huyera pues podía matarlo, pero al fina
mas pudo el amor, ya que ambos decidieron fugar
juntos.
Cuando en plena fuga ya iban a ser alcanzados por
el despechado novio, optaron por tenderse en el
suelo y cubrir sus cuerpos con arena; esta táctica
les dio excelentes resultados, tanto que el
frustrado novio al perderlos de vista empezó a
proferir gruesos insultos y maldiciendo a los dioses
para que castiguen cruelmente.
Sus palabras fueron escuchadas por
los dioses, que al terminar de
pronunciar estas palabras, los
amantes se convirtieron
automáticamente en Cerro Blanco,
ella y Cerro Azul él; algunos
creyentes siguen aceptando que por
temporadas, estos dos cerros se
juntan recordando sus viejos amores.
A los pocos años de consolidada la
República, se estableció en la Villa de
Santiago de Nanasca un extraño personaje
que por su forma de conducirse causo
terror y espanto en toda la zona de Tunga
y Huarato, lugares donde abundan los
montes de espinos, huarangos y toñuses.

En tan mentado personaje era conocido


como Benita una mujer que bordeaba los
50 años, media 1,90 mts de estatura, y
gustaba vestir indumentaria masculina, y
era común verla con botas granaderas,
pistolas y dagas al cinto; además de ello
era gran jinete y amante de usar buenas
cabalgaduras.
Le servían de acompañantes sus tres hijos,
cuyas edades fructaban entre los 23 y 25
años, su potente voz retumbaba cuando
gritaba en las pampas de las Clavelinas y
las Lomas de Marcona, lugares que había
escogido como su centro de operaciones.
Cuenta la leyenda que esas no solo eran
las características de su recia personalidad
sino que también sabia lacear toros y
caballos a la carrera, montar y desmontar
de la misma forma, en fin era una
perfecta bandolera.
Infinidad de veces los viajeros fueron sus
victimas, cuando los asaltaba en el Camino
Real que se dirige de Ica hacia el Sur,
pasando por Corralones y Cahuachi, allí de
la espesura esos montes surgía Benita con
sus hijos, y los despojaban de su dinero y
prendas mas valiosas.
Pero lo mas peculiar de estos lances bandoleriles era
que la  gran Benita escogía dentro de sus victimas al
hombre mas fuerte, joven y apuesto, y sin mas ni mas
lo conducía a su cabaña para satisfacer su apetito
carnal, lo lamentable era que al final el escogido para
estos actos terminaba siendo castrado.
Por ese motivo los vecinos de Lanasca la bautizaron
como Benita la Capadora; de allí el decir que
empleaban las amas de casa cuando algún muchachito
se portaba mal o no quería dormirse temprano:
Duerme muchacho, por que sino viene  Benita y te va
a capar”.
El fin de Benita fue, ya que llegaron prestos 50
soldados de a caballo y tendieron a Benita después de
mucha espera, una insalvable celada. Al verse rodeada
juntamente con sus acompañantes, establecieron
nutrido tiroteo con sus captores, pero viese rendida al
ver caer mortalmente herido a uno de sus hijos.
Cuenta que fue conducida apresada hasta los aljibes del
Castillo del real Felipe, donde falleció años después.
Todo aquel que ha sufrido las inclemencias de la aguda
pobreza, podrá dar cuenta exacta de los arrebatados a
que se llega por estas situaciones. La desesperación
llega a tal estado de desequilibrio que se realizan o
aceptan cosas que aparecen irreales, como aquella en
que  para hacer fortuna se vendía el alma al diablo
Cuentan que antiguamente las personas acaudaladas
ponían a buen recaudo su fortuna, a fin de evitar los
robos en sus casas, ya que no existían bancos, o que
los ,mismos descendientes la despilfarren suavemente;
así muchas fortunas quedaron perdidas en algún lugar
inhóspito al morir el dueño y no avisar a nadie, siendo
el heredero único y universal El Diablo.
De estos Tapados, como también se les suele llamar
habían varios de Nasca y no falto por ahí que agobiado
por las deudas y cargado de numerosa prole se dio por
vencido de seguir luchando como terrenal, y decidió
hablar con don Satanás, para ofrecerle su alma a
cambio de darle fabulosa riqueza.
Fue así que aconsejado por un compadre muy creyente de estas cosas,
se dirigió a la zona de Los Paredones pasada la medianoche, llevo en su
visita una mesita pequeña sin clavos que la unieran, un candil, un papel
en blanco, una pluma y un tintero, instrumento que según su compadre
le servirían para comunicarse con Don Satanás apenas se les apareciera.
Estando en el lugar de los hechos lanzo las primeras voces invocando la
presencia del diablo, no necesito gritar mucho cuando los pelos se le
pusieron de punta al notar que la mesa se caía por los suelos, el candil
se apagaba y un bulto blanco como un bólido se apareció delante de él.
Tomo un poco de aliento y lleno de espanto llego en un santiamén a su
casa mas muerto que vivo, desde esa fecha prefiere su pobreza
franciscana a vender su alma al diablo por una fácil fortuna.
Cuentan en tierras de la hacienda Bogotalla,
vivía una señora muy católica y de origen
español. Ella era una marquesa y trabajaba
estos terrenos de cultivo, con peones indios y
negros.
Eran los años de 1781, en que el culto a Dios
estaba bien acentuado, en todo rito religioso
la gente participaba con gran devoción.

Dicen que en la celebración de la Semana


Santa, en el día de Corpus Cristi, se
acompañaban a llegar hasta un lugar en el
cual habían algunas casas rusticas de
trincheras de los peones indios. Las había,
una por aquí y otra por allá, es decir en una
forma desordenada.
Como todas las personas que acompañaban a la
delegación cristiana iban premunidos de grandes
campanillas, meciéndolas dejaban escapar el
unísono el agradable sonido de Tilín, Tilín, Tilín.
- Ave Maria purísima.
- Sin pecado concebido santísima.
Así después de breves oraciones y
cantos al redentor volvía a dejarse
Escuchar el Tilín, Tilín, Tilín.
Este lugar carecía de nombre
propio.
La marquesa Leandra Espinoza
en unas de las tantas celebraciones en Semana
Santa y de las visitas a este lugar de pronto en
un momento de imaginación el sonido tan
peculiar que dejaba escuchar las campanillas.
Dijo desde hoy este lugar
tendrá por nombre, Tilín.
Este lugar habitado por gente
de raza india quienes cultivaban
la lengua quechua no hacen
diferencia al pronunciar entre o
y u ni tampoco entre i y e
deformando de esta manera las
palabras castellanas. Es así que
los pobladores lo llamaban
TOLIN – hasta hoy se escucha,
para finalmente quedarse con
el nombre de TULIN.
Cuenta la leyenda que en tiempos pasados esta
comarca era un lugar de brujos y amortajadas, las
mismas que habitaban en casuchas levantadas a la
sombra de añosos huarangos y rodeado de pálidos
toñuses.
Aprovechándose de la sombra de la noches salía una
mujer de cerrada mortaja negra que le
cubría hasta los pies, con un cordón viejo ceñido a
la cintura, una vela en una mano y
una  campanilla que sonaba levemente;
los que alguna
vez la vieron, o mejor dicho,
el miedo los hizo ver cuentan
que era inaguantable escuchar sus
largos y dolidos gemidos, y sus palabras
entrecortadas pidiendo clemencia.
Más de uno que se la dio de macho quizo
sorprenderla de cerca pero terminó con los
pelos de punta, echado en su camita y todo
mojadito; pero una noche de intenso frío, un
borrachito llamado “Chano”, se había “pegado
una borrachera que no se acordaba ni de su
nombre, el mismo tenía fama de buscapleito y
trompeador, dada la casualidad que cuando se
dirigía a su casa en zig-zag, se tropezó en una
esquina con la amortajada.
Esta “alma en penitencia” reconoció
inmediatamente al tal Chano, y sabiendo
como era de “armado” dejó de lamentarse
y tocar la campanilla, emprendió rauda
carrera yendo a guarecerse en la Iglesia; tal
vez la amortajada pensó que con esta
actitud don Chano se iba a atemorizar,
pero sucedió todo lo contrario, ya que
este prefiriendo una serie de lisuras, cogió
dos buenas piedras y corrió tras ella para
darle alcance, cuando lo logró grito: ¡Quién
eres! Dime o te mato!.
Por sin, ésta, para salvar su vida le dio su
nombre, quedando demostrado que el
personaje era de este mundo y no del que
se pensaba, y aquí vivía y coleaba
tranquilamente asustando a la gente.
El baile los Negritos del Niño Jesús, es una
tradición que se conserva a medias desde hace
muchísimo tiempo en El Ingenio.
Una Real Cédula venida de España, en la cual se
indicaba que los negros esclavos traídos al Perú,
después de ser bautizados se agruparan o asociaran
en cofradías, según sea su respectiva nacionalidad o
tribu. Todos estos negros bautizados eligieron por
patrona a la Virgen del Rosario.

Estas agrupaciones, como los angolas, caravelís,


mozambiques, congos, chalas y terranovas, se
reunían previo permiso de sus amos para celebrar
jolgorios y grandes banquetes muy ala usanza de
sus países nativos.
Participaban en las procesiones, especialmente en el
Corpus y Los africanos formaban las cuadrillas
danzantes que acompañaban a las tarascas (figura
de dragón) y papahuevos (cabeza de procesión).
La real cédula que señalaba la asociación
obligada de los negros, así mismo el
Bautismo, que los incorporaba a la
religión católica, debía de influir
decididamente en el espíritu del negro.
Pues ellos cuando llegaron al Perú
trajeron sus Dioses y su canto.
Por el catolicismo dejaron sus dioses,
pero no el canto. Crearon otros cantos.
Existen numerosos cantos. Muchos de ellos que
se han perdido en el olvido, debido a la muerte de sus principales gestores. También porque
se descuidó en seguir transmitiendo a las nuevas generaciones. Entre las principales danzas de
los negritos figuran: El veinticinco de diciembre. Cantemos y bailemos, Pastorcillo, Arrollo,
Virgen de la Candelaria, Soberana, A la rru niñito, La Viudita, Panalivio livio la. Todas esas
canciones y danzas están dirigidas espiritualmente al niño Jesús.
El canto va acompañado del zapateo y escobilleo. Para llegar a caporal había que ser un
maestro del canto y del zapateo.
El caporal dirige la danza, cuidando que nadie se equivoque. Las danzas van acompañados bajo-
las notas magisteriales de un viejo violín.
Después del canto vienen los: versos-o glosas hermosísimas, interpretados por cada cofrade
alusivo al niño Dios.
Los jóvenes y niños, zapatean ataviados con sus mejores zapatos que, quedan blancos del polvo
recogido durante el zapateo. La ropa muy limpia, camisa blanca y pantalón blanco, cruzados por
una banda en la cual están adheridos espejos, bordados, lentejuelas y una campanilla que llevan en
la mano.
Indudablemente que la tradición de los negritos, se encuentra ligada plenamente con Don Juan
Aymar, que se dice trajo esta tradición de lca. Pero creemos firmemente; Los Negritos se
formaron en El Ingenio, como tantas otras cofradías, con; sus propios cantos y danzas.
Don Juan Aymar, fue un gran zapateador,
violinista, todo un maestro cantaba con
tan gran sentimiento, que muchas veces
derramaba lágrimas contagiando a los demás.
Don Juan Aymar dejó escuela, sus pupilos
aquilataron sus enseñanzas. Entre
ellqsrtenemos a Don Vicente Solano,
Julio.Jirnénez, Polo Campos, Aurelio
Gamboa, Juan Romero, Jovino Corzo,
Eduardo Quevedo, José "Cánula" Agapito,
"Macuito", "Mansilla", "Chacaya" Cueva,
Manuel "Manolo" Campos, Vicente
Falcón, y tantos otros.
Los «duelos» que se hacen entre las
bandas o cofradías, en el cual cada
integrante pone de manifiesto
todo su ingenio y destreza al ejecutar el «zapateo y las pasadas». Los Negritos, visitan todos"
los nacimientos que han sido preparados con anterioridad. Los dueños de ¿asa les invitan ponche de
agras y buen pisco.
Los Negritos también bailan el 6 de enero. La bajada de reyes.
Quienes al despedirse de cada nacimiento cantan:

Vamonos compañeritos.
 Vamonos que vengan otros.
Que le hagan el cariño,
Que nos han hecho a nosotros.
Vamonos cantando y bailando,
Debo decir no me muero.

La tradición dé los Negritos abandonada por muchos años, fue


Rescatada por Don Eustaquio Palomino. Siendo él natural del
Cuzco, tuvo ese cariño de cultivar esta tradición.
Abrumados por las sequías hombres y mujeres andaban sin descanso
cantando plegarias, pidiendo en dichas suplicas calmar el hambre y
la sed que padecían .En tal desesperación vieron a un hermoso
cóndor que bajo del cielo y se convirtió en hombre.

Todos quedaron asombrados de tal


prodigio y regresaron a sus casas para
esperar el buen augurio de este Señor de
las Alturas les había dado una señal de sus
plegarias. Luego que el hombre cóndor
recorrió arenales y quebradas apareció en
la puerta de la vivienda donde vivía una
hermosa mujer, hija del Curaca y le
ofreció a cambio de amarlo darle a su
pueblo el elemento vital de la naturaleza
se la llevo a las montañas y le dijo que
llorase por su pueblo
Y lloro durante muchos días, fue tan grande sus
sentimientos que las lagrimas perforaron el suelo
que se convirtieron en un gran río que llego hasta
el valle en que Vivian. El extraño hombre se volvió
a transformar en cóndor y diciéndole a la mujer
que era el señor de las alturas le pidió su alma
.Bajaron hasta la parte alta del valle de Nasca y la
mujer dejo su cuerpo convirtiéndose en un
gigantesco cerro blanco.

Dicen que cuando ven volar sobre el


cerro  al cóndor anuncian venidas de
agua y cuenta también que el señor de
las alturas, queriendo premiar la
fidelidad de esta mujer envía sus favores
a todos los habitantes de la región. Por
ella el Dios del agua llena perennemente
los acueductos eternos.
En los años 1800, vivían muchos negros esclavos en
los tinglados de las antiguas haciendas cuyos dueños
eran los descendientes de españoles. Esta
infortunada gente estaba obligada a trabajar a viva
fuerza en los grandes cultivos de los cañaverales y
parrales, otros, especialmente a las labores
doméstica cas en las casa haciendas.

Era, Tomasita de Alcalá, una negra


conga, asignada a labor de la crianza de
los "blanquitos", mujer de gran
contextura, tenía la capacidad de poder
lactar a los hijos del amo.
Entre ropa sucia, olor a jabón y lactar a |
os hijos de los blancos, pasaron los años
para Tomasita de Alcalá. Después de la
guerra por la independencia, las haciendas
cambiaron de dueños. Los esclavos, también
cambiaron de dueños. Cierto día, los amos
le dieron libertad. Tomasita de Alcalá, ya
estaba entrada en años, pero conocía lo que
muchos no lo hacían... sabían leer y escribir
de corrido.
Para los esclavos negros estaba prohibido,
bajo pena de castigo, el amo era implacable.
Ella se fue a vivir a una ranchería, junto a
otros esclavos libertos. Con el dinero que le
regalaron sus amos, compró un solar,
edificando una casa de trinchera, que la
convirtió en una cofradía. Allí se reunían
todos los negros esclavos, bajo el permiso de
sus respectivos amos.
Los patrones blancos tenían: por
costumbre dar a sus niños a las esclavas
negras para que los criaran y lactaran.
Por ellos surgió un gran cariño de la
raza blanca por la negra. Las mujeres
que criaban y laclaban a los hijos del
potentado, recibían el apelativo de
"mama"; que incorporado al lenguaje
africano quiere decir: "Reina y Señora".
Tomasita de Alcalá, al dar o realizar
tareas de lactancia, recibió el nombre de
"mama", y al ser elegida reina de la
asociación conga, la tuvieron por llamarla
"MÁMALA" o sea "reina MÁMALA".
Los descendientes de los negros congos
le han colocado su nombre a un club de
madres, o sea "CLUB DE MADRES
TOMASITA DE ALCALÁ".
Espontáneo.- Que es natural y
sincero en el comportamiento o en
el modo de pensar.
Real Cédula.- La Real Cédula era una
orden razonada expedida por el rey
de España entre los siglos XV y XIX.
Abrumados.- Agobiar o atosigar con
penosos esfuerzos físicos o
sufrimientos.
Fidelidad.- La fidelidad es la lealtad
hacia una persona
Santiamén.- En un instante, al
momento.

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