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INFIERNO.

¿Qué es el infierno? El significado de esta palabra depende de la religión que lo pregone.


Para los católicos y protestantes, como para otras religiones paganas, infierno significa “lago de fuego”;
para atormentar a la humanidad pecadora que no alcanzó en esta vida la gracia de la salvación. Es decir:
“Lugar de tormento eterno”.

¿Pero qué dice la Biblia al respecto? Hay que hacer notar que “Infierno” se halla en muchas traducciones de
la Biblia, algunas usan en vez de infierno: sepulcro, o lugar de los muertos.
Otras versiones simplemente transcriben las palabras de los idiomas originales que son: She ohl, palabra
hebrea y hai des, palabra griega, cuyo significado de ambas es el sepulcro común de la humanidad fallecida.
También se usa la palabra griega ge en na que otros apologistas interpretan como símbolo de destrucción
eterna.

No obstante, con relación a lo que enseñan católicos y protestantes basados en la Biblia, es algo inaudito
enseñar que los impíos obtendrán la vida eterna.

El finado ministro Metodista Leslie Weatherhead (1893-1976) escribió lo siguiente:


 
 "Grandes padres de la iglesia, los reformadores, y las iglesias históricas, con sus sucesivas
translaciones de las Cartas enviadas a ellas por los Apóstoles, además de en sus liturgias e himnos
de alabanza; junto a los grandes teólogos evangélicos contemporáneos, eruditos bíblicos, con sus
gramáticas, diccionarios, comentarios y sistemas clásicos, TODOS están de acuerdo en que las
Sagradas Escrituras enseñan que los malvados que mueran en tal condición sufrirán por una
eternidad. " Tomado de Leslie D. Weatherhead, After Death (Después de la Muerte), New York,
Abingdon Press, 1936. Página 19.

El Concilio IV de Letrán (1215) declaró: «Aquellos [los réprobos] recibirán con el diablo suplicio
eterno» Dz 429; cf. Dz 40, 835, 840.

Gregorio el Grande creía que en el infierno "existe un fuego que no puede ser extinguido, un gusano
que no muere, un olor que es insoportable, una oscuridad que se puede sentir, un tormento por
manos salvajes, y la absoluta desesperanza de que surja algo bueno”.
 
Estos testimonios nos dicen que los impíos sufrirán un tormento eterno, sin fin, para siempre, en un
lugar de fuego, oscuridad,  lamento, suplicio, y de absoluta desesperanza.

¿Inmortalidad para los Impíos Impenitentes?


 
La idea del infierno tal como es concebida tradicionalmente y que está reflejada en La Divina
Comedia de Dante presupone que el reo impenitente tendrá una vida inmortal para que pueda ser
castigado o atormentado por los siglos de los siglos en un lugar tétrico y pavoroso llamado
“infierno”. Y es que nadie puede ser castigado por la eternidad si antes no se le concede tener la vida
eterna como atributo de su ser. ¿Pero es posible para un impío recibir la inmortalidad o la vida
eterna en el infierno por parte del Creador? ¿Es la inmortalidad también un regalo o un don para los
que hicieron el mal? ¡La Biblia nos cuenta otra cosa muy distinta de lo que muchos suponen.
 
El Testimonio de Jesucristo sobre la vida eterna
 
En Juan 5:28,29 Jesús dice lo siguiente: “No os maravilléis de esto; porque vendrá hora cuando
todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a
resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”. Acá
nuestro Señor enseña que los que hicieron lo bueno—y sólo lo bueno—saldrán a resurrección de
vida eterna, en tanto que los que hicieron lo malo, a una resurrección de condenación. Esta
condenación no puede significar una resurrección de vida eterna en el infierno, pues Jesús está
diciendo que sólo los que hicieron lo bueno saldrán a una resurrección de vida (eterna). Debemos
entender que la vida eterna es un regalo del Señor para los buenos— ¡no para los malos
impenitentes! Si esto no queda bien claro y establecido en nuestras mentes, entonces caeremos en el
error de las falsas doctrinas que aseguran y pregonan la supervivencia eterna de los inicuos.
 
El Testimonio de San Pablo
 
El apóstol Pablo es claro al afirmar que Dios pagará a cada hombre y mujer conforme a las obras
efectuadas. Estas son sus palabras:
 
“El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: 7 vida eterna a los que, perseverando en
bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad” (Romanos 2:6,7).
 
Está claro que Pablo creía en la importancia de efectuar buenas obras, y para aquellos que
perseveran en hacer el bien recibirán la vida eterna (o ‘vida de la era o siglo venidero’—Lucas
18:30) así como la inmortalidad, es decir, la vida inmortal del siglo venidero, ¡la edad del Reino de
Dios! De modo que sólo los que obran el bien podrán disfrutar de la vida inmortal en la edad del
Reino. Aquellos que no obren el bien y persistan en su mal hacer, definitivamente no podrán recibir
la vida inmortal de la era venidera. Simplemente no vivirán para siempre— ¡y morirán eternamente!
 
Sin embargo, la mayoría de los predicadores del catolicismo y del protestantismo nos vienen con la
enseñanza de que los impíos también recibirán la vida inmortal en el infierno para ser torturados
por los siglos de los siglos. ¿Pero tiene sentido esto? ¿Se puede sostener esto con las Escrituras
realmente? No lo creemos.
 
El Evangelio y la Inmortalidad
 
Es a través del Evangelio que Dios sacó a la luz la vida y la inmortalidad, pues Pablo dijo : “…nuestro
Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio”
(2 Timoteo 1:10). Es decir, nadie tiene la vida inmortal de manera inherente desde que nace, sino
sólo aquellos que creen en el mensaje del evangelio de Cristo, “el cual es poder de Dios para
salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego” (Romanos 1:16). Así
que sólo aquellos que creen en el evangelio y perseveran en el bien hacer, serán recompensados con
la vida inmortal. Aquellos que rechazan el evangelio, y continúan en el pecado, serán privados de ese
regalo tan preciado que es la inmortalidad.  
 
Los Impíos impenitentes no vivirán para siempre porque serán Destruidos
 
El Salmista en el Salmo 37:2-36 nos dice cuál es el destino de los justos e injustos con estas
palabras:
 
“No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. 2
Porque como hierba serán pronto cortados, Y como la hierba verde se secarán… Porque los
malignos serán destruidos, Pero los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. 10 Pues de
aquí a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará allí. 11 Pero los mansos
heredarán la tierra, Y se recrearán con abundancia de paz. Mas los impíos perecerán, Y los
enemigos de Jehová como la grasa de los carneros Serán consumidos; se disiparán como el humo.
21 El impío toma prestado, y no paga; Mas el justo tiene misericordia, y da. 22 Porque los
benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos de él serán destruidos… Porque Jehová ama la
rectitud, Y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; Mas la descendencia de los
impíos será destruida…34 Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te exaltará para heredar la
tierra; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás. Vi yo al impío sumamente enaltecido, Y
que se extendía como laurel verde. 36 Pero él pasó, y he aquí ya no estaba; Lo busqué, y no fue
hallado. Mas los transgresores serán todos a una destruidos; La posteridad de los impíos será
extinguida”.
 
Es muy fácil darse cuenta que el salmista no creyó que los impíos sobrevivirán en un infierno por
toda una eternidad a través de sus “almas inmortales”. Las expresiones “serán cortados”, “se
secarán”, “serán destruidos”, “no existirán”, “perecerán”, “serán consumidos”, “se disiparán como el
humo”,  “pasarán”, “ya no estarán”, “no fueron hallados”, y “serán extinguidos”, pueden significar
únicamente la aniquilación o destrucción total de todo el ser (cuerpo, alma y espíritu). Si tomamos
claro, como la definición de alma al conjunto de ideas y pensamientos que en el cerebro se
maquinan para controlar el cuerpo. Ya que en la Biblia alma, cuerpo y ser son palabras
sinónimas.
 
El Mundo Venidero y los Impíos
 
En Apocalipsis 21:8 dice: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los
fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde
con fuego y azufre, que es la muerte segunda”. Aquí, contrario de lo que muchos creen, los
pecadores incorregibles tendrán su parte en el fuego consumidor de Dios que devorará a los
adversarios, y que es el fuego del Gehenna, y que simboliza la muerte segunda, la muerte definitiva
de los pecadores impenitentes.  Hebreos 10:27,29 dice: “…una horrenda expectación de juicio, y de
hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios… porque nuestro Dios es fuego
consumidor”. ‘Devorar’ y ‘consumir’ es todo lo contrario a un castigo sin fin por los siglos de los
siglos de los adversarios impenitentes. Definitivamente se cumplirá el castigo prístino de Dios que
dice: “Polvo eres y al polvo tornarás” (Gén. 3:19).

Una investigación de Eliseo Orlando Sosa García .


Joh 8:51 Les digo la verdad: el que siga mis enseñanzas, no
morirá jamás. Joh 8:32 Conocerán la verdad, y la verdad los hará libres.

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