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UN MARCO DE REFERENCIA PSICOLOGICO PARA LA EDUCACION ESCOLAR; LA CONCEPCION

CONSTRUCTIVISTA DEL APRENDIZAJE Y LA ENSEÑANZA.

Coll plantea la concepción que tiene acerca de la corriente constructivista y su relación con la sociedad.
Explica la forma en la cuál los contenidos escolares interactúan con los contenidos culturales y explica la
forma en la cuál es posible integrarlos. La forma en que los contenidos escolares deban ser presentados
para optimizar el proceso de construcción del conocimiento escolar ; en ella va a recuperar las experiencias
de otras tradiciones en la investigación para demostrar que son complementarias antes que excluyentes.

El volumen de las aportaciones que ofrece actualmente la Psicología de la Educación a la teoría y la práctica
educativas es considerable y concierne a la práctica totalidad de los factores que inciden sobre los procesos
de cambio que se producen en las personas como consecuencia de su participación en actividades
educativas.

Los problemas investigados por la Psicología de la Educación durante las últimas décadas, por ejemplo la
individualización escolar con el fin de que los alumnos “aprendan a aprender”; de las relaciones entre el
desarrollo psicológico y el aprendizaje escolar; de la conveniencia de potenciar el aprendizaje significativo en
la escuela; de la importancia de la organización y secuenciación de los contenidos; del valor educativo de las
relaciones que establece con los alumnos.

Como se plantean estas cuestiones es tributaria de las aportaciones realizadas desde la Psicología de la
Educación, siendo fácil rastrear su influencia no solo en las diversas alternativas que sobre cada una de ellas
se proponen, sino también las propuestas pedagógicas concretas a las que han dado lugar.

La toma de conciencia de que el análisis psicológico por sí solo es incapaz de dar cuenta de la enorme
complejidad de los fenómenos educativos, junto con el abandono progresivo del reduccionismo psicológico
que ha caracterizado a la Psicología de la Educación , han generado una sensibilidad hacía las características
propias de las situaciones educativas y de los procesos de cambio que provocan en los alumnos.

La Psicología de la Educación ha conseguido incrementar la relevancia y pertinencia de sus aportaciones.

No poseemos una teoría, en el sentido estricto del término, que permita dar cuenta de los procesos de
desarrollo y del papel que juegan en los mismos los diferentes tipos de prácticas educativas incluidas las
prácticas educativas escolares. Basta con repasar las explicaciones proporcionadas por las diferentes teorías
del aprendizaje, del aprendizaje escolar y de la instrucción incluidas en lo que permite verlas como
complementarias en algunos aspectos, pero obliga a constatar que son contradictorias en otros.

Los procesos de cambio provocados o incluidos en los alumnos como consecuencia de su participación en las
actividades escolares de enseñanza y aprendizaje. Los riesgos son: riesgo de caer en eclecticismos fáciles,
riesgo de desgajar los elementos seleccionados del contexto epistemológico, metodológico y conceptual,
riesgo de dejar al margen elementos que no encajan en un esquema integrador preocupado por la coherencia
del conjunto, riesgo de que los resultados que se obtengan no justifiquen la magnitud del esfuerzo realizado.

El principio más ampliamente compartido es el que se refiere a la importancia de la actividad constructiva del
alumno en la realización de los aprendizajes escolares. El término constructivismo se refiere a los intentos de
integración que ha posibilitado la convergencia señalada.

Las ventajas que pueden derivarse de los esquemas integrados son indudables. Por una parte, es posible
utilizarlos no solo para la elaboración de propuestas pedagógicas y materiales curriculares y para el análisis
de la práctica educativa en el contexto de la reflexión en la acción y de los programas de formación del
profesorado. Por otra parte, al integrar en un esquema coherente aportaciones relativas a diversos aspectos
de la situación de enseñanza y aprendizaje, ponen al alcance de los profesores y otros profesionales de la
educación un conjunto de conocimientos psicoeducativos cuya accesibilidad les sería de otro modo
ciertamente difícil.
La concepción constructivista del aprendizaje y de la enseñanza debe ser interpretada más bien como un
instrumento para la reflexión y la acción que como una síntesis omnicomprensiva de los conocimientos que
nos ofrece la Psicología de la Educación. Conscientes de las limitaciones que presenta en su estado actual
de elaboración , no vamos a presentarla como una teoría alternativa del aprendizaje y de la enseñanza, ni
mucho menos como la teoría que integra y supera alas demás.

Nuestra exposición de la concepción constructivista aspira a proporcionar un esquema de conjunto, elaborado


a partir de una serie de tomas de postura jerarquizadas sobre algunos aspectos cruciales de los procesos
escolares de enseñanza y aprendizaje, que facilite una lectura y una utilización crítica delos conocimientos
actuales de la Psicología de la Educación.

En la búsqueda de un marco de referencia psicológico para la educación escolar, es necesario evitar por igual
los eclecticismos fáciles, simplificadores e inevitablemente deformantes de la realidad, los dogmatismos
excluyentes y los peligros del reduccionismo psicológico. El mejor antídoto contra ello consiste, en prestar una
atención especial a las características propias de las situaciones escolares de enseñanza y aprendizaje,
evitando su desgajamiento del contexto social en el que se inscriben y situando el punto de partida de la
reflexión en el papel que están llamadas a desempeñar como instrumento de individualización y socialización
en el desarrollo de los seres humanos.

LA EDUCACION ESCOLAR COMO PRÀCTICA SOCIAL Y SOCIALIZADORA.

Afirmar que la educación escolar, al igual que otros tipos de actividades educativas presentes en nuestra
sociedad es ante todo y sobre todo una práctica social compleja puede parecer una banalidad.

Tampoco es previsible que genere muchas discrepancias la afirmación de que la educación escolar debería
cumplir la función de promover el desarrollo personal de los niños y las niñas a los que se dirige. El conflicto
aparecerá si añadimos a lo anterior que la educación escolar cumple esta función facilitando a los alumnos el
acceso a los saberes y formas culturales del grupo social al que pertenecen.

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