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Apostillas a la acumulación de procesos en el Código Procesal

Civil peruano

Renzo I. Cavani Brain (*)

1. A modo de justificación.

Digámoslo de una vez: la forma cómo se ha regulado la acumulación en


el Código Procesal Civil (en adelante, CPC) no es la más adecuada. Hay varios
aciertos, pero también desaciertos y omisiones, aunque más lamentable es que
no es fácil salir del encasillamiento dada la inflexibilidad de las reglas sobre la
materia1.

Contrario a nuestros deseos, no podemos ofrecer una amplia


investigación sobre este apasionante y harto complejo tema, sino sólo una
apostilla, una breve acotación, que se restringirá a la acumulación de procesos,
institución que no ha traído menos dolores de cabeza que la de pretensiones2.

(*)Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lima. Coordinador del Área de


Derecho Procesal Civil de Gaceta Jurídica S.A.
1 El ejemplo más concreto de esta inflexibilidad es la norma contenida en el art. 85.3 CPC, que

exige, para la acumulación de pretensiones, que “sean tramitables en una misma vía
procedimental”. A nuestro criterio, esto constituye un despropósito pues suprime la posibilidad
que una pretensión reciba una tutela con más garantías al ser ventilada en un procedimiento
más lato. En efecto, el CPC no permite que se pida la prescripción adquisitiva o la nulidad de
contrato (en la que el antiguo propietario volvería a serlo) y el desalojo, o bien que se demande
tercería y una indemnización cuya cuantía exige ir al proceso sumarísimo, solo porque se
tramitan en vías procedimentales distintas. Es más, ello parece contrario a toda lógica porque
¡es el propio actor quien desea un trámite más dilatado para su pretensión! Vale decirlo, este
error también estaba presente en el art. 251 del Código de Procedimientos Civiles derogado. Por
su parte, ácidas e interesantes críticas sobre este tema y, en general, sobre la regulación de la
acumulación de pretensiones, han sido vertidas por Eugenia ARIANO DEHO, Navegando en el
Mare Magnum de la acumulación en el CPC de 1993. En: Problemas del proceso civil, Lima: Rhodas,
2003, pp. 121-133. V. también, respecto de un caso concreto: CAVANI BRAIN, Renzo, Competencia
y acumulación de pretensiones en el proceso de tercería. En: Actualidad Jurídica, N° 180, Lima: Gaceta
Jurídica, noviembre 2008, pp. 115 y ss. No obstante la literal exigencia de la norma contenida en
el art. 85.3 CPC, creemos que a través de una interpretación creativa (y valiente), sustentada en
el derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, se puede –y se debe– inaplicar esta regla.
Teniendo en cuenta lo anterior, cabe resaltar que sólo nos referimos a procesos de cognición,
siendo imposible que el proceso de ejecución se acumule a alguno de éstos. Al respecto,
Humberto THEODORO JÚNIOR, comentando la legislación brasileña que contiene una regla
similar al art. 85.3 CPC, opina que: “En regla, sólo es posible la acumulación de pedidos, cuando
haya uniformidad de procedimiento para todos estos. No obstante, si el autor adopta el rito
ordinario, podrá haber acumulación, siempre que para alguno de los pedidos hubiese previsión
de un rito especial. Nunca, sin embargo, podrá haber acumulación de procesos diferentes, como
el de ejecución y el de conocimiento” (THEODORO JÚNIOR, Humberto, Curso de direito processual
civil, Río de Janeiro: Forense, 2003. Versión electrónica).
2 Aludimos a la “acumulación de procesos” porque así la ha denominado el CPC y, además,

porque así se le conocido siempre, pero seguidamente comprobaremos que la acumulación de


2. Importancia de la acumulación.

La transcendencia de la acumulación reside en dos factores


fundamentales: i) consagrar el principio de economía procesal; y ii) evitar fallos
contradictorios. Imaginemos que el diseño del proceso pueda conformarse
únicamente de la siguiente manera: un sujeto en la parte demandante, una sola
pretensión y un sujeto en la parte demandada. Las perniciosas consecuencias de
un modelo semejante saltan a la vista: mayor gasto de dinero, mayor tiempo
empleado y mucho más esfuerzo. Pero lo más grave sería la inexorable
existencia de varios procesos que están íntimamente conectados entre sí, sea por
identidad de partes o del objeto del mismo, lo cual podría generar una sentencia
que otorga A, pero otra sentencia que otorga B3.

Como puede verse, este modelo imaginario demuestra perfectamente


porqué es importante la acumulación. Asimismo, no es incorrecto afirmar que
la efectiva tutela de los derechos –finalidad del proceso contemporáneo– pende
de un hilo cuando la acumulación de pretensiones está mal regulada (o mal
aplicada), pues se trata de nada menos que, por un lado, delimitar los pedidos
que el litigante podría obtener en un mismo proceso, y por otro, de declarar la
improcedencia de la demanda, evitando un pronunciamiento sobre el mérito,
cuando la acumulación está mal configurada.

3. Los arts. 88.3 y 89.2 CPC: Una interpretación.

El art. 88.3 CPC dispone que la acumulación objetiva sucesiva: “Se


presenta en los siguientes casos: (…) 3. Cuando de oficio o a petición de parte,
se reúnen dos o más procesos en uno, a fin de que una sola sentencia evite
pronunciamiento contradictorios”. Por su parte, el art. 89.2 CPC establece lo
siguiente: “(…) La acumulación subjetiva de pretensiones sucesiva se presenta
de los siguientes casos: (…) 2. Cuando dos o más pretensiones intentadas en dos
o más procesos autónomos, se reúnen en un proceso único”. De estos
enunciados normativos extraemos inequívocamente que la acumulación de
procesos es un supuesto tanto de la acumulación objetiva sucesiva, así como de
la acumulación subjetiva sucesiva de pretensiones.

No obstante ello, ¿podría afirmar que es lo inverso, es decir, que estos


supuestos específicos de acumulaciones sucesivas objetiva y subjetiva son
ejemplos de la acumulación de procesos? No lo creemos pues la acumulación
de procesos implica precisamente una acumulación objetiva sucesiva

procesos vendría a ser según el CPC, en realidad, un supuesto de la acumulación de


pretensiones.
3 “Por tal razón, es importante tener presente que la acumulación, como el litisconsorcio y la

intervención de terceros, son instituciones reguladas por el legislador para hacer efectivo el
principio de economía procesal y evitar la expedición de fallos contradictorios” (MONROY GÁLVEZ, Juan,
Partes, acumulación, litisconsorcio, intervención de terceros y sucesión procesal en el Código Procesal
Civil. En: La formación del proceso civil peruano, 2da. ed., Lima: Palestra, 2004, p. 326).
(confluencia de pretensiones) y una acumulación subjetiva sucesiva
(confluencia de personas o, con mayor precisión, de sujetos procesales en la
parte demandante o demandada).

Sin perjuicio de explicarlo más adelante, dado que la acumulación de


procesos genera una verdadera mixtura de los procesos acumulados, al punto
de conformar un solo proceso: De ahí que lo dispuesto por el CPC es
teóricamente correcto: la acumulación de procesos viene a ser, al fin y al cabo,
una acumulación objetiva sucesiva y/o una acumulación subjetiva sucesiva de
pretensiones (v. más adelante), por el simple hecho que, al acumular un
proceso, las partes y las pretensiones (más concretamente, los pedidos) de
ambos procesos se unen en un solo procedimiento. Además, la acumulación de
procesos es siempre sucesiva, pues los procesos a ser fusionados ya se han
iniciado por cauces separados.

Por su parte, ¿puede darse el caso que una acumulación de procesos


implica únicamente una acumulación objetiva sucesiva o únicamente una
acumulación subjetiva sucesiva? Esta y otras inquietudes pueden ser resueltas a
través de algunos ejemplos.

El primer ejemplo es el siguiente: Isaac demanda a Marcos la nulidad de


un acto jurídico, y en otro proceso, el primero demanda al segundo la
anulabilidad del mismo acto jurídico. ¿Pueden ser acumulados los procesos? La
respuesta es afirmativa, pues ambas pretensiones pudieron tramitarse en un
mismo proceso, siendo una principal y otra subordinada o alternativa. Después
de la acumulación, ¿nos encontramos únicamente frente a una acumulación
objetiva sucesiva? Nuevamente, la respuesta es afirmativa: se trata de las
mismas partes.

Vayamos al segundo ejemplo: Melquíades demanda el cumplimiento de


una deuda a Arcadio, pero también demanda el cumplimiento de la misma
deuda a Aureliano, fiador solidario de aquel. Queda claro que no hay
litispendencia, porque no hay identidad de las partes pero, ¿pueden acumularse
los procesos? Sí, y en este caso se trata solo de una acumulación subjetiva
sucesiva, una vez que los procesos se hayan acumulado.

El tercer ejemplo lo tomamos del Prof. Juan MONROY GÁLVEZ: “Pedro


demanda a José para que se le declare propietario del inmueble X, del que dice
ser condómino junto con Raúl y Mario. Precisamente éste último, Mario,
desconociendo el proceso iniciado por Pedro, interpone demanda contra José
por la misma pretensión. Notificado José con la segunda demanda y atendiendo
a la identidad de la pretensión, solicita se acumulen los dos procesos en uno
solo, específicamente el iniciado por Pedro, dado que dicho Juez fue quien
primero lo notificó con la demanda”4. Aquí tenemos una acumulación sucesiva
tanto objetiva como subjetiva.

Cabe advertir que la realidad generalmente ofrece supuestos


infinitamente más complejos, que deberán ser atendidos y calificados
rigurosamente por el juez, siempre atendiendo a la finalidad de la acumulación.
Lo que queríamos demostrar en este apartado es que el CPC acertó al indicar
que la acumulación de procesos viene a ser, ulteriormente, un supuesto de
acumulación subjetiva sucesiva, objetiva sucesiva o ambas. Con ello, podría
afirmarse que la institución de la acumulación de procesos pierde identidad y
autonomía si es que se encuadra dentro de la institución de la acumulación de
pretensiones, pero ello, a nuestro criterio, es errado. En efecto, el hecho que las
pretensiones no se hayan interpuesto en un mismo proceso hace que reciban un
tratamiento especial para su acumulación. En otros términos, si bien los
procesos acumulados, al formar uno solo (v. infra, 4) vienen a ser un caso de
acumulación de pretensiones, es necesario transitar por un procedimiento que
viabilice su unificación.

Finalmente, para concluir este punto, nos formulamos el cuestionamiento


a nuestro criterio más relevante: Si la acumulación de procesos es una especie
de las otras dos acumulaciones (sucesiva subjetiva y sucesiva objetiva), y
teniendo en cuenta, además, que la aquella acumulación no consagra reglas
similares a las de las otras acumulaciones (arts. 85 y 86 CPC), ¿son éstas
aplicables? Antes de responder esta interrogante, es menester aclarar esta
aludida “mixtura” que se da en la acumulación de procesos

4. ¿Dos procesos en uno?

El CPC no nos dice expresamente cómo se realiza la acumulación de


procesos en la práctica. Sin embargo, después de un detallado examen de las
normas, corroborado por la praxis judicial misma, podemos afirmar que la
acumulación de procesos implica una verdadera fusión de ellos: los dos
procesos acumulados pasan a ser uno solo5.

Desde el plano estrictamente normativo, se verifica la posibilidad del


juez de “desacumular en el trámite”, pero expedir una sola sentencia para

4 MONROY GÁLVEZ, Juan, Partes, acumulación, litisconsorcio…, cit., p. 325). Seguidamente, el


mismo autor concluye: “Declarada y producida la acumulación, hay ahora un solo proceso con
dos demandantes, ergo, estamos ante una acumulación subjetiva sucesiva. Está regulada esta
institución en el inciso 2 del artículo 89 del Código citado” (Ibídem, p. 325).
5 MONROY GÁLVEZ, Juan, Partes, acumulación, litisconsorcio…, cit., p. 325. A manera de

complemento, ello también sucedía en el Código de Procedimientos Civiles derogado. Respecto


de la acumulación de procesos en dicho ordenamiento se ha dicho que “tiene como efecto
inmediato la reunión de los juicios en uno solo, paralizándose los más avanzados hasta que
todos lleguen la mismo estado (art. 254) y, como efecto mediato, provocar la resolución de las
cuestiones acumuladas en un solo pronunciamiento” (ALZAMORA VALDEZ, Mario, Derecho
procesal civil. Teoría general del proceso, 7ma. ed., Lima: SESATOR, 1981, p. 312).
ambos procesos (art. 89, in fine, CPC). Para darle sentido a esta norma, partimos
de la premisa lógica que los procesos ya están acumulados, pero, atendiendo a la
conexidad y a la diferencia de trámite de éstos, el juez puede desacumularlos en
el trámite, y resolverlos en una sola sentencia. Por otro lado, para aplicar el art.
91 CPC también debe tenerse presente que los procesos ya fueron acumulados,
no obstante si se afecta el principio de economía procesal, el juez ante el cual se
acumularon puede ordenar su desacumulación “total”, por decirlo así para
aludir tanto al trámite como a la decisión. No puede afirmarse, en consecuencia,
que los procesos acumulados no forman uno solo sino que mantienen su
unidad, pues ello hace que las normas referidas pierdan todo contenido6.

5. Los requisitos de la acumulación de procesos.

6 La Dra. Marianella LEDESMA sostiene una posición que aún no llegamos a comprender.
Comentando el artículo 88 CPC, concretamente el inciso 3 de dicho enunciado normativo,
expresa que “[c]uando se habla de acumulación de procesos, debe tenerse en cuenta que sobre
la base de ellos existe una pluralidad de pretensiones, las cuales, al acumularse, determinan la
unión material de los distintos procesos en los que aquellas se hicieran valer (…) Este supuesto
permite que en caso se declare fundada la acumulación de procesos, se puede producir una
acumulación ficta, esto significa que los procesos no se juntan, cada proceso declarado
acumulado sigue su trámite separado. Se acumula como decisión y se desacumula como trámite
para que siga el proceso avanzando. Cuando se tiene que sentenciar se remite al juez de la
acumulación, quien expide una sola sentencia para los dos procesos, evitando así fallos
contradictorios (Comentarios al Código Procesal Civil, 1ra. ed., Lima: Gaceta Jurídica, 2008, p. 338).
Si el art. 88.3 CPC señala que “se reúnen dos o más procesos en uno”, ¿porqué la Dra. LEDESMA
alude, primero a una “unión material” y luego a que “los procesos no se juntan? No lo sabemos.
Pero todo no queda allí. Al comentar el art. 89 CPC –más específicamente, la norma contenida
en el art. 89.2 CPC– señala: “Otro supuesto que regula el inciso 2 se refiere a la acumulación
sucesiva por reunión de pretensiones o llamado también acumulación de procesos. Este tipo de
acumulación se verifica a través de la unión material de dos o más procesos que, en razón de
tener por objeto pretensiones conexas, no pueden ser sustanciados separadamente, sin riesgo de
conducir al pronunciamiento de decisiones contradictorias” (Comentarios…, cit., p. 340). Más
adelante, al parecer comentando la norma contenida en el último párrafo del art. 89 CPC
(aunque no hace expresa mención de ello)– sostiene: “La norma considera que en caso se
declare fundada la acumulación de procesos, se puede producir una acumulación ficta, esto
significa que los procesos no se juntan, cada proceso declarado acumulado sigue su trámite
separado. Se acumula como decisión y se desacumula como trámite para que siga el proceso
avanzando. Cuando se tiene que sentenciar se remite al juez de la acumulación, quien expide
una sola sentencia para los dos procesos, evitando así fallos contradictorios” (Ibídem, p. 340). Y
aún falta más: Al reseñar el art. 90 (¡en la página siguiente!), expresa: “En cuanto a la
tramitación diremos que cuando se declara fundada la acumulación de procesos, se produce
una acumulación ficta, los procesos no se juntan, cada proceso declarado acumulado sigue su
trámite separado. Se acumula como decisión y se desacumula como trámite” (Comentarios…,
cit., p. 342). Aquí la autora habla de la forma cómo opera la acumulación, y dice claramente que
los procesos no se juntan. ¿En qué quedamos, entonces? ¿Se “juntan” o se produce una “unión
material”)? ¿Cuál es la verdadera opinión de la Dra. LEDESMA? Imposible determinarlo con
certeza, más aún cuando la misma frase la repite tres veces para comentar tres normas distintas;
cuando esta evidente contradicción se ha dado mediando unas cuantas líneas de distancia; y,
asimismo, teniendo en cuenta que a este complejísimo tema le dedica pocas, muy pocas
páginas, y en forma bastante ligera.
El art. 90 CPC7 establece una serie de reglas procedimentales de la
acumulación de procesos. A este respecto podemos destacar que la
acumulación puede darse antes que alguno de los procesos sea sentenciado, que
debe haber contradictorio para decidir el pedido de acumulación8

Existe, sin embargo, un tema relevante: nada se dice respecto de las


reglas correspondientes a las pretensiones contenidas en los procesos a ser
acumulados. ¿Acaso deben ser aplicadas íntegramente las relativas a la
acumulación de pretensiones (dependiendo si se trata de una acumulación
objetiva o subjetiva)? Hace poco vimos que la acumulación de procesos consiste
en una acumulación de pretensiones sucesiva subjetiva y/u objetiva,
dependiendo del caso concreto, con lo cual se corrobora lo señalado en el CPC.
Lo que debemos determinar aquí es si, por esta razón, las reglas de esta
acumulación de pretensiones se aplican a la acumulación de procesos.

¿Cuáles son los requisitos para acumular procesos?9 10. A priori, diremos
que las reglas de la acumulación de pretensiones no deberán aplicarse a pie de
la letra, por más que hayamos comprobado una relación de pertenencia, de
género a especie, entre ésta y la acumulación de procesos. Ello porque se trata
precisamente de dos procesos que han sido iniciados por separado, que
configuran una relación procesal distinta –si fuera idéntica no podría hablarse
de acumulación, al ser un caso de litispendencia–; de ahí que los criterios para
unificarlos o, cuando menos, resolverlos a través de una sola decisión no
pueden ni deben ser exactamente los mismos que corresponden a una
acumulación de pretensiones.

7 Código Procesal Civil

Artículo 90.- Requisitos y trámite de la acumulación sucesiva de procesos.


La acumulación sucesiva de procesos debe pedirse antes que uno de ellos sea sentenciado. El
pedido impide la expedición de sentencia hasta que se resuelva en definitiva la acumulación.
La acumulación sucesiva de procesos se solicita ante cualquiera de los Jueces, anexándose copia
certificada de la demanda y de su contestación, si la hubiera. Si el pedido es fundado, se
acumularán ante el que realizó el primer emplazamiento.
De la solicitud de acumulación se confiere traslado por tres días. Con la contestación o sin ella,
el Juez resolverá atendiendo al decisión es apelable sin efecto suspensivo.
Esta acumulación será declarada de oficio cuando los procesos se tramitan ante un mismo
Juzgado.
8 Creemos que es una interpretación errada aquella que restringe la acumulación a un pedido

expreso de alguna de las partes; por el contrario, opinamos que el juez también puede tener la
iniciativa de acumular cuando se trate de procesos seguidos en distintos juzgados. Para una
mayor profundización, v. Actualidad Jurídica, N°189, Lima: Gaceta Jurídica, agosto 2009. En
prensa.
9 Nótese que la efectividad del principio de economía procesal es un criterio y no un requisito

para acumular procesos. Es decir, es el criterio judicial sobre el privilegio o no este principio,
para proceder a la acumulación de procesos, pero ello no constituye un requisito propiamente
dicho, como sí ocurre con las reglas contenidas en los arts. 84 y 85 CPC respecto de la
acumulación de pretensiones.
10 Hace poco tiempo se publicó una postura sobre el tema. Dicha opinión puede verse en

Actualidad Jurídica, N° 185, Lima: Gaceta Jurídica, abril 2009, pp. 97-98. Valga el presente texto,
de pasada, para corregir algunos errores allí contenidos.
Contrastemos esta apreciación con los requisitos establecidos por el CPC
para la acumulación de pretensiones. Para el caso de la acumulación objetiva, el
art. 85 CPC exige, respecto de las pretensiones interpuestas, lo siguiente: la
misma competencia, la misma vía procedimental y que no sean contradictorias
entre sí. En cuanto a la acumulación subjetiva, el art. 86 CPC exige, además de
los requisitos anteriores, los siguientes: que se refieran a un mismo título, a un
mismo objeto y sean conexas entre sí.

Como ya hemos advertido, el análisis de cada uno de estos elementos


implica un análisis que no pretendemos desarrollar en esta sede, pues ello
pertenece al campo de la acumulación de pretensiones. No obstante, ello no es
óbice para dar una respuesta tentativa a la interrogante ya planteada. El juez no
debe aplicar irreflexivamente los requisitos de la acumulación de pretensiones
cuando pretende calificar un pedido de acumulación de procesos; antes bien,
debe apreciarlos en función del fin que pretende obtener con la acumulación de
procesos (privilegiar la economía procesal y evitar fallos contradictorios). Habrá
alguno del cual no se podrá sustraer, como es el caso de la competencia11, pero
otros que podrá pasar por alto, como es el caso de la vía procedimental12.

Respecto de este último tema, en contra de la práctica de muchos jueces,


sostenemos firmemente que es el propio CPC quien contempla la posibilidad de
acumular procesos sin que se tome en cuenta la vía procedimental. En efecto, el
art. 89, último párrafo, dispone que el juez puede desacumular en el trámite
pero expedir una misma decisión atendiendo a la conexidad y “a la eventual
diferencia de trámite de los procesos acumulados”. Ello no quiere decir otra
cosa que el juez sí puede acumular procesos con diferente vía procedimental; es
más, si así lo considera, también puede desacumularlos solo en el trámite. Como
se ve, es claro que predomina el criterio del juez, siendo equívoco el argumento
que las vías procedimentales deben ser idénticas.

Es esta última norma la que, a nuestro criterio, es la decisiva para darle


contenido a la acumulación de procesos, más aún si tenemos en cuenta que los
supuestos que la realidad puede ofrecer son variopintos, cuando sumamente
complejos. Por ello, a pesar que la afirmación pueda no ser compartida, nos
parece que es preferible una norma abierta para que el juez pueda decidir sobre
la acumulación en forma más adecuada y responsable. Así, al final, creemos que
es el juez quien debe decidir cómo será más efectiva la prestación jurisdiccional
a ser otorgada, y para ello podrá valerse de la intensidad de la conexidad para

11 Cabe afirmar que el CPC no distingue qué criterio de competencia es el que debe ser tomado
en cuenta, pero creemos que se trata sólo de la competencia por materia y por grado. Nos
remitimos a las consideraciones vertidas por la Dra. ARIANO, aunque, vale decirlo, no se refirió
a la competencia por grado (ARIANO DEHO, Eugenia, Navegando en el Mare Magnum…, cit., p.
128).
12 Sobre ello se ha realizado un breve estudio a nivel nacional: GUERRA CERRÓN, María Elena,

Acumulación sucesiva de procesos ¿Es necesario que los procesos a acumularse se rijan por la misma vía
procedimental?. En: Actualidad Jurídica, N° 161, Lima: Gaceta Jurídica, abril 2007, p. 77-81.
determinar cómo deberán ser acumulados los procesos, siempre acordes a las
específicas finalidades de la acumulación ya mencionadas.

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