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Componente de la estructura productiva venezolana “La Industria”

Origen de la Industria:
A raíz de la Independencia del país, la economía colonial se transformó en
economía libre–artesanal, exportadora de algunos frutos tropicales y algo de carne, pero
dependiendo principalmente para su mantenimiento, prosperidad o decaimiento de los
precios del café; principal producto de exportación. Esta forma o estructura de la economía
venezolana va a durar el primer cuarto del siglo. Es una economía agro–artesanal y la
agricultura constituía la actividad económica a la cual se dedicaba la gran mayoría de la
población. De ella se derivaba la parte más sustancial de la renta nacional. Por otra parte, la
industrialización del país era nula, predominando en las secciones urbanas la labor artesanal
formada por pequeños talleres que sostenían con sus labores las necesidades
contemporáneas. La exportación de prácticamente un solo producto, el café, constituía la
actividad económica que predominaba en Venezuela para principios del siglo XX.
El descenso ocasional de los precios del café sumía al país en profundos períodos de
crisis, dominantes en la Venezuela agropecuaria durante los 90 años transcurridos de 1830
a 1920. Cualquier acontecimiento excepcional mejoraba o empeoraba los precios del café y
el cacao, aumentando o disminuyendo las demandas de esos frutos, estableciendo periodos
de alza dentro de los de crisis y manteniendo períodos de nerviosismo causados por los
movimientos políticos. Los líderes de las revoluciones, quienes por lo general eran
terratenientes latifundistas, era el grupo más afectado por esta crisis.
El surgimiento de la industria petrolera, cuya producción comercial comenzó en
1917, modificó substancialmente el cuadro económico veenzolano. A partir de 1920, el
comercio de exportación sufre cambios substanciales en su composición, al ocupar el
renglón de hidrocarburos el primer lugar en exportación. Desde entonces, la renta de la
industria petrolera se desarrolla en forma lenta y la renta producida por el sector agrícola
comienza a escasear.

ETAPAS DE INDUSTRIALIZACIÓN.
1855-1900. Inicios de la industrialización.
España muestra un retraso con respecto a Europa debido a :
 escasez o mala calidad de materias primas (carbón)
 tradicional rechazo al trabajo y la inversión productiva, escasa importancia de la
burguesía en número
 y calidad.
 Escasez de capital, el que se tiene se invierte en la tierra o en actividades no
productivas.
 Falta de tecnología y demanda (pocos compradores)
 No se produce la transición del RDA al moderno.
 No se produce el éxodo rural por no haber revolución demográfica y agraria.
 A nivel político hay corrupciones concesiones inadecuados y un excesivo
proteccionismo.
Los rasgos estructurales se caracterizan por:
- predominio de la industria siderometalúrgica y textil ( País Vasco y Cataluña )
 Atraso tecnológico y déficit de las industrias de bienes de equipos (favorecido por
políticas proteccionistas)
 Dependencia de capital extranjero unido a la escasa inversión nacional.
 Pocos empresarios y pocas y pequeñas empresas.
Todo ello nos lleva a hablar de España como un país periférico en el proceso de
industrialización con un predominio claro del sector primario.
Localización industrial: en primer foco industrial español es Andalucía. Los primeros
hornos (altos hornos) se localizan en Málaga porque había minerales. Muy pronto se
buscaron nuevos y mejores emplazamientos. Estos emplazamientos son costeros y es aquí
donde se localizan las materias primas y las fuentes de energía ( Asturias y País Vasco) y la
textil ( Cataluña)
Finalmente hay focos industriales aislados en el interior (Madrid) donde
predominan las industrias de bienes de consumo. El emplazamiento industrial se localiza en
aquellas ciudades con comunicaciones accesibles (puertos de mar).

Reconversión industrial, en el contexto de la salida de la crisis de 1973, fue un conjunto


de políticas de reconversión del sector secundario simultáneo y complementario al de
reindustrialización, siendo ambos las dos vertientes de un proceso conjunto de
reestructuración industrial.

Respondiendo al planteamiento general marcado por la OCDE a partir de 1975 para


su aplicación a las economías de los países industrializados, pretendía ser un tratamiento de
choque intensivo y a corto plazo, que reformara las industrias más afectadas por la la crisis
para garantizar su competitividad. Se intentó ajustar la oferta a la demanda mediante la
eliminación del exceso de capacidad, cerrando instalaciones y ajustando las plantillas
laborales con todo tipo de medidas (regulación de empleo temporal, despidos definitivos,
prejubilación, etc.).

De cara a la producción futura, las unidades industriales que se mantuvieran


deberían adaptarse al nuevo ciclo tecnológico y al mercado, reorientándose en productos de
mayor demanda, sin intentar competir en los sectores maduros, tanto pesados (siderurgia,
construcción naval, minería) como ligeros (textil), con los menores costes laborales de los
nuevos países industrializados; y aplicando nuevos sistemas de organización y gestión.
Origen de la maquina e importancia:
Hace cerca de doscientos años, las gentes utilizaban herramientas rudimentarias
para proveerse de alimentos, construir sus habitaciones y confeccionar sus vestidos. La
aparición de la maquina es inmediata, resultado de importantes descubrimientos científicos
y de los adelantos de la física, la química y la mecánica que ha permitido realizar grandes
avances en el campo de la industria. Es así como se inicia en Inglaterra la Revolución
Industrial en el siglo XVIII, y podría definirse como la sustitución progresiva de la fuerza y
de las herramientas manuales por la maquina.
El Maquinismo en la industria textil.
Ciertos inventos contribuyeron a la Revolución Industrial, El movimiento se inicia
en Inglaterra, cuando James Hargraves inventa en 1764, la maquina conocida con el
nombre de Spinning Jenny ( Juanita la Hiladora), cuya capacidad de producción era
superior a la de 36 hiladoras de rueda. Dicha máquina inicia un proceso de
perfeccionamiento que se va realizando al correr los años. Edmundo Cartwright, en 1784
inventó el telar mecánico operado con fuerza hidráulica que acelero considerablemente la
fabricación de tela, le corresponde al norteamericano Ely Withney la invención en 1793. De
la desmotadora de algodón que hizo posible utilizar más adecuadamente la fibra.
Inglaterra, celosa de tan importantes descubrimientos, y con el propósito de
mantener la supremacía en la Industria Textil, prohibió la exportación de los telares
mecánicos. Pero no consiguió su propósito porque los trabajadores que los manejaban
conocían las especificaciones y los detalles de construcciónde esas mecánicas y pudieron
fabricarlas en otros países. Fue así como Samuel Slater, construyó en los Estados Unidos,
en 1790, el primer telar mecánico. Este le permitió fundar la primera fábrica de telas en este
país.
Sin embargo el desarrollo de industria textil no pudo lograse en los Estados Unidos
el establecimiento de fuertes derechos de importación para las telas y manufactura
originarias de Inglaterra.
La fuerza humana completada por los primeros utensilios ejerció una influencia
trascendental en el campo del trabajo. Más tarde, el hombre utilizó el poder de los animales,
como el caballo, el buey, el camello, el elefante, etc. La aparición de la rueda significa el
paso del sistema de tracción al de rotación; mediante ella se acrecienta la capacidad de
transporte de los animales. Viene luego la fuerza hidráulica que se aplica a la naciente
industria textil. En 1765, inventa Jacobo Watts la máquina de Vapor, y en siglo XX aparece
el motor de combustión interna que utiliza la gasolina. Pero el mayor medio de producción
de energía, y el más difundido en el siglo XX, es la electricidad. La corriente eléctrica se
genera por fuerza hidráulica o por la máquina de vapor y es elemento básico para el
desarrollo industrial.
Un serio problema social surgió a raíz de la invención de la hiladora de Hargreaves.
Los trabajadores pensaron que la nueva máquina los desplazaría y procedieron a destruirla,
obligando al inventor a huir para poner a salvo su vida y la de su familia.
Cada vez que se han puesto al servicio de la industria máquinas que aceleran el trabajo y
reemplazan siempre con ventaja, a ciertos trabajadores, se han creado problemas en los
sectores laborales; pero la fuerza del progreso es incontenible y hoy no se concibe la
actividad industrial ni la vida social sin el empleo de equipos mecánicos cada día más
eficaces y simplificados.
La influencia del maquinismo en la vida contemporánea le ha suministrado el
hombre de nuestros días comodidades y servicios que nunca habría conquistado si todavía
la actividad laboral continuara dependiendo del esfuerzo físico.
La máquina automática es la manifestación más avanzada del maquinismo porque
reemplaza el hombre de la actividad intelectual. Con todo, el factor humano tiene una
posición preponderante en la ciencia y la industria. La máquina es un auxiliar y frente a ella
está siempre el experto y la dirige. El maquinismo no ha creado un exceso de trabajadores
porque la producción en masa determina una baja de precios y cada día abren nuevos
mercados a la industria.
Agotamiento del Modelo Rentista Petrolero

Este crecimiento consistente contrasta agudamente con lo que ha sido la


evolución del PIB venezolano desde finales de la década de los setenta,
caracterizado por su comportamiento irregular, signado por una alta volatilidad, lo
cual refleja la pérdida de dinamismo económico y el agotamiento del modelo
rentista petrolero sobre el que se ha sostenido la economía venezolana. Durante
la llamada “década perdida” para América Latina (1980-1990) la tasa de
crecimiento anual promedio del PIB venezolano fue negativa (-0,7%). Durante el
quinquenio de 1990-1995 esta tasa experimentó un repunte de 2,8%, para luego
volver a retroceder en el período 1995-2002 donde el PIB experimentó un
crecimiento nulo (-0,1%) (Cuadro 2). Este errático desempeño representa la más
alta volatilidad del crecimiento del PIB entre los países de la región. Venezuela
exhibió una volatilidad de 5% durante el período 1981-1996, frente a 1,9% para el
resto de Latinoamérica en el mismo período (Thorp, 1998)

Cuadro 1. Tasa de crecimiento del PIB (diferentes períodos hasta 1981)

1900-13 1913-29 1929-45 1945-72 1972-81 1960-70 1970-80


2,3 9,2 4,2 5,7 4,7 6,0 4,5

Fuente: CEPAL (1996), Thorp (1998).

Cuadro 2. Tasa de crecimiento del PIB (diferentes períodos desde 1980)

1982-84 1985-90 1991-94 1981-96 1980-90 1990-95 1995-02


-2,7 9,2 3,0 2,2 -0,7 2,8 -0,1

Fuente: CEPAL (1996), Thorp (1998).

Proposiciones Artificiales de efectos

Privatización en la vía hacia una economía neoliberal


Uno de los rasgos de la ideología neoliberal es el dogma de las privatizaciones. Las
privatizaciones como imperativo absoluto, sin discusión, sin reflexión, sin
discriminaciones, sin discernimiento acercan de qué bienes colectivos conviene -por su
peculiar índole, por su peculiar funcionamiento, por el peculiar ámbito de la economía en
que se encuentra- transferir a la actividad privada. Privatizaciones, sin más, a cualquier
precio, de cualquier modo, cualesquiera sean las consecuencias, cualesquiera sean los
efectos y costos sociales, y su impacto sobre el bien común.
Ningún problema de la política económica contemporánea, es tan crucial y complejo
como el considerar la privatización y la reforma del sector público de una economía. Estos
aspectos de la política pública, se encuentran íntimamente relacionados con los grados de
intervención económica del estado y con la regulación de los mercados. También se hallan
orgánicamente vinculados a otros aspectos, tales como la asignación óptima de los recursos
públicos, la provisión de los bienes públicos, y la distribución de la riqueza de la sociedad.
A continuación definimos que es la privatización, siendo éste un término que se
utiliza para expresar y abarcar una gran variedad de ideas; es extraordinariamente ambiguo.
Expresa una gran multitud de conceptos de diversa amplitud y profundidad.
Más adelante nos adentramos en los efectos de la privatización en algunos países y es
especial en nuestro país, sus diferentes modalidades, etc. Alguna empresas que han sido
alcanzadas por este hecho y como se encuentran hoy día después de haberse sometido a
este proceso.

Unidad IV:

Crisis del Estado del Bienestar


La crisis del Estado del bienestar comienza a producirse en las sociedades como
consecuencia del proceso de globalización y paralelamente a ello, tiene lugar la aplicación
de un conjunto de políticas económicas, monetarias, laborales, y sociales acordes con las
exigencias de los grandes bloques políticos – económicos. En relación con esto vale
destacar lo afirmado por  Miralles (2003):
 “Si bien los Estados de Bienestar han representado una considerable aproximación
a una sociedad justa no significa que sean perfectos ni que sean, sin más precisiones, la
solución definitiva de los problemas sociales. De hecho, los Estados de Bienestar se
desarrollaron en unas condiciones económicas, sociales, políticas e ideológicas que han
cambiado profundamente en los últimos años. El Estado de Bienestar debe hacer frente a
nuevos retos internos; en primer lugar las transformaciones que él mismo ha provocado en
las sociedades occidentales y, en segundo lugar, la asimilación del impacto que las nuevas
tecnologías producirán en todos los órdenes de la vida colectiva. Pero, además, el Estado de
Bienestar debe cotejarse con los grandes problemas que afectan a la supervivencia de la
humanidad: el drama de los países del “Sur”, donde el hambre y la pobreza hacen estragos;
el problema de supervivencia de la humanidad que tiene que mantener los equilibrios
básicos del planeta Tierra; el problema de la convivencia y del sentido de la convivencia en
un mundo superpoblado donde sólo la solidaridad podrá orientar hacia formas de vida que
hagan posible la supervivencia colectiva”  (Miralles, 2003:6)
Lo enunciado por este autor, enfatiza que el modelo de economía de Estado del
Bienestar cayó en una etapa de agotamiento político  hacia finales de los años setenta
debido fundamentalmente, a las siguientes causas:
1 - Económicas: La caída de la tasa de beneficio.
Los procesos de acumulación rápida de capital de las décadas anteriores, se vieron
reducidos ante la incapacidad del Estado para poder mantener e impulsar la producción de
un mercado nacional cada vez más condicionado por la globalización y urgido de un mayor
volumen de recursos para poder incidir en un mercado altamente competitivo.
2 - Sociales: La caída de la natalidad y el incremento de la esperanza de vida
Ello supone un envejecimiento de la población con la siguiente repercusión en el
incremento de los gastos de protección social y de carácter asistencial.
3.- Organizativas: La crisis del taylorismo - fordismo, como proceso y forma de
organización del trabajo
La aparición de nuevas tecnologías y modelos productivos transformarán radicalmente la
organización y el proceso de trabajo, así como la distribución y asignación de recursos en 
la estructura ocupacional.
4.- Políticas: La crisis financiera del Estado
El Estado debido a la crisis fiscal y el endeudamiento no dispone de los recursos suficientes
para hacer frente a las exigencias del mundo empresarial, que demanda una política
económica que garantice beneficios, tampoco podrá satisfacer las demandas ciudadanas que
reclaman una ampliación de las coberturas de bienestar, especialmente en los momentos
regresivos del ciclo económico, a fin de disminuir sus efectos negativos en los niveles de
protección y calidad de vida.
5.- Ideológicas: Deslegitimación del orden político establecido
En la medida en que el Estado deja de responder a las expectativas y demandas de los
distintos grupos de presión, y de la población en general, tiene lugar una crisis de
gobernabilidad. El largo período recesivo por el que han pasado las economías occidentales
no ha permitido que el gasto público, que ha ido aumentando progresivamente,  se
compense con los ingresos fiscales, esto terminará por provocar un elevado déficit público
en la mayor parte de los Estados.
 Las causas anteriores,  obligan  a considerar  que la crisis  del modelo de Estado de
bienestar,  fue resultado de la erosión  y  el descalabro del consumo; de los salarios, y del
pleno empleo, colapsando su  expansión para inicios de la década de los setenta. Con esta
crisis también queda en entredicho la posibilidad de que el capitalismo pudiera legitimar un
desarrollo justo para todos (Esping-Andersen, 1993). De hecho,  la historia de los veinte
años que siguieron a 1973 es la historia de un mundo que perdió su rumbo y se deslizó
hacia la inestabilidad y la crisis.
Por otro lado, cabe considerar que si bien es cierto que la economía mundial no
quebró, ni siquiera momentáneamente, aunque la edad de oro finalizase en 1973-1975, el
hecho central de las décadas de crisis es que las operaciones del capitalismo estaban fuera
de control. Había una gran cantidad de nuevos problemas económicos y nadie sabía cómo
enfrentarlos (Titmuss, 1963). Frente a este panorama era necesario que el capitalismo
iniciase la  reestructuración de sus economías, esto se tradujo en que  los gobiernos  y las
empresas produjeron una nueva forma de capitalismo caracterizado por la globalización de
las actividades económicas, la flexibilidad organizativa y un mayor poder de las empresas
en relación con los trabajadores. En efecto, nace un capitalismo mucho más flexible y
dinámico, que transforma las relaciones laborales.
Junto a la crisis del capitalismo tiene lugar el agotamiento de un modelo productivo
que hasta ese entonces funcionaba eficientemente: el taylorismo fordismo. Con ello se
altera la relación laboral y las formas de control patronal ejercida sobre los trabajadores 
que caracterizaron el  periodo del Estado de bienestar, así mismo, se desestabiliza la
generación de empleo masivo y el trabajo de larga duración (Offe, 1990). A lo anterior se
agrega, la presión fiscal que provocará el descontento en las clases medias,  ya  que estas no
están dispuestas a pagar con sus impuestos los progresos sociales que benefician a una
minoría; mucho más cuando el Estado encargado de administrar esta fiscalidad se torna
ineficiente y caro.
Esta situación crea  las condiciones para el auge y difusión del neoliberalismo. Son
pocos los que han leído a los autores liberales, pero son muchos los que sintonizan
espontáneamente con el individualismo que le sirve de base ideológica y que se expresa en
sus ideas sobre la disminución de la intervención estatal y las ventajas de la libre
competencia. Ante las dificultades del Estado de Bienestar se pueden dibujar
esquemáticamente dos tipos de respuesta: la adaptación pragmática y la crítica teórica.
Ciertas políticas económicas actuales se adaptan pragmáticamente a la situación; no se
renuncia a los valores fundamentales del Estado de Bienestar (libertad, igualdad de
oportunidades, reducción de desigualdades, democratización, extensión de la seguridad
social, cohesión social); pero se intentan encontrar nuevos caminos para realizarlos
buscando nuevas formas de interacción entre la sociedad civil y el Estado; y cuando no hay
más remedio, se acepta que el gasto social crezca más lentamente o que se detenga, al
menos temporalmente.
En cambio, las tendencias neoliberales proponen un cambio de valores y una
renuncia al Estado de Bienestar; la prioridad reside en una sociedad regida casi totalmente
por el mercado, una economía competitiva y móvil, donde cada uno asuma los riesgos de la
libertad, de la misma manera que acepta sus ventajas. Estas tendencias no han desmontado
el Estado de Bienestar en aquellos aspectos en que perjudicaría a las clases medias,
electoralmente poderosas, pero sí  han reducido significativamente el gasto social que
beneficia a los sectores más pobres y desprotegidos.

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