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ESCUELA DE PADRES: LOS MIEDOS INFANTILES

Los niños/as, a lo largo de su desarrollo, experimentan numerosos miedos. La


mayoría de ellos son pasajeros, aunque algunos tienden a persistir durante períodos
prolongados en el tiempo. Otros aparecen y desaparecen a lo largo de las etapas
evolutivas del niño.

¿QUÉ ES EL MIEDO?
El miedo es una reacción normal y adaptativa ante estímulos (situaciones,
objetos y pensamientos) que implican peligro o amenaza, real o imaginaria. Sentir
miedo es algo natural y necesario para la propia supervivencia.
La función de estos miedos es adaptativa, es decir, les ayuda a enfrentarse de
forma adecuada a situaciones difíciles y amenazantes.
A partir de los dos años de vida los temores van aumentando, a esta edad el
niño puede explorar su entorno y encontrarse con situaciones peligrosas que pueden
generarle temor.
El miedo se manifiesta a 3 niveles:
o Conductas (escapar, gritar,...)
o Sentimientos y pensamientos (ira, agresividad, pensamientos irreales,...)
o Cambios fisiológicos (aceleración del ritmo cardíaco, sudoración
excesiva, temblores,..)

Los miedos más frecuentes


Los miedos o temores que aparecen con más frecuencia son:
 Miedo a la separación
 Miedo a la oscuridad
 Miedo a quedarse solo
 Miedo al contacto social
 Miedo a relacionarse con extraños
 Miedo a personajes imaginarios
 Miedo a los animales
 Miedos escolares

EVOLUCIÓN DE LOS MIEDOS EN EL DESARROLLO

EDAD SITUACIONES QUE GENERAN MIEDO


Hasta los 12 Ruidos fuertes, miedo a los extraños y a la separación de los
meses padres.
2 AÑOS Separación de los padres, ruidos fuertes, animales, oscuridad.
3 – 5 AÑOS Daño físico, disfraces, animales, oscuridad
6 – 8 AÑOS Seres imaginarios, soledad, oscuridad, separación de los padres,
fenómenos meteorológicos
8 – 12 AÑOS Escuela, aspecto físico, relaciones sociales, muerte.
¿POR QUÉ SENTIMOS MIEDO?
Hay ocasiones en que los miedos aparecen por causas justificadas, pero otras
veces no tienen base real, ni son el resultado de una experiencia negativa. En muchos
casos el miedo es aprendido, es la respuesta de la imitación de un comportamiento de
temor visto en los demás, así el niño aprende a ser miedoso.
La respuesta de miedo se mantiene a lo largo del tiempo por el recuerdo de las
situaciones temidas y sus consecuencias.
El miedo pasa a ser un problema cuando la reacción del niño es exagerada y
desproporcionada ante una situación y trata de evitarla por todos los medios,
impidiéndole llevar una vida normal.

¿CUÁL DEBE SER LA ACTITUD DEL ADULTO ANTE EL MIEDO DEL NIÑO?
 Tener conciencia de que es muy importante el papel del adulto en la
resolución de estos conflictos
 Restar importancia las reacciones de miedo, así se irán debilitando poco a
poco. Si prestamos una atención excesiva aumentará la probabilidad de que el niño
tenga más miedo.
 No debemos enseñar al niño formas de evitar las situaciones conflictivas,
esto también contribuye a agravar el problema.

¿CÓMO AYUDAR A SUPERAR EL MIEDO?


El objetivo es enseñar al niño a no tener miedo a no estar asustado.
Hay 3 aspectos que siempre deben tenerse en cuenta:
1) Evitaremos la palabra miedo de las conversaciones familiares delante
del niño.
2) Intentar que el niño realice alguna actividad que sea incompatible con la
sensación de miedo.
3) Si el niño tiene que enfrentarse a la situación que le da miedo se
intentará que lo haga gradualmente. Y cada paso se reforzará motivándole a
seguir intentándolo.
Hay que evitar la sobre protección ya que ésta aumenta el miedo de los niños.
La ansiedad, inseguridad y culpa de los padres ante situaciones concretas repercute
negativamente en los niños.
No debemos:
o Manifestar los miedos delante de los niños.
o Amenazarles con brujas ni personajes maléficos.
o No debemos burlarnos de ellos, ya que eso aumentaría el miedo por el
sentimiento de frustración.
MIEDO A LA SEPARACIÓN DE LOS PADRES
Se da ante la separación del niño de sus padres o personas ligadas
afectivamente. Se da en todos los niños en algún momento de su desarrollo. Las
situaciones en las que puede aparecer son: trabajo de los padres, escolarización,
hospitalización, divorcio.
Para ayudar a superar este miedo, es importante:
- Permitir a los niños estar con distintas personas, así disminuimos la
dependencia excesiva hacia los padres. Iniciaremos con tiempos cortos y
podemos y ampliándolos progresivamente.
- Potenciar su autonomía y sociabilidad.
- Evitar cambios drásticos en su rutina diaria.
- Evitar la sobreprotección.

MIEDO A LOS ANIMALES


Es uno de los miedos más comunes. En ocasiones se deben a malas experiencias
previas, por lo que ante una situación en la que aparece el animal temido anticipan
consecuencias y se desencadena la respuesta de miedo.
En este caso es muy importante no forzar al niño a acercarse a los animales. Si
realizamos un acercamiento éste debe ser progresivo. Podemos actuar como modelos
delante del niño y mostrarle que no debe tener miedo.

MIEDO A LA OSCURIDAD
Aparece sobre los 2 años y lo padecen una gran mayoría. Se dan ante la hora de
irse a dormir, este momento se asocia a otros miedos como monstruos, soledad,
separación, etc. Aparecen las pesadillas y los terrores nocturnos, aunque parecidos no
son lo mismo y es importante diferenciarlos.
Las pesadillas son sueños prolongados que producen miedo. Aparecen,
aproximadamente, entre los 3 y 6 años. Y cuando despertamos al niño recuerdan
perfectamente lo soñado.
Los terrores nocturnos son despertares bruscos que se acompañan de llantos y
gritos, y en los que al niño le cuesta reaccionar ante el intento de despertarle. Se dan
entre los 4 y los 12 años.
Las pautas de actuación en este caso serían:
- Crear un ambiente agradable en el dormitorio, luz tenue (que se puede ir
eliminando progresivamente), evitar ruidos estridentes y temperatura
adecuada.
- Antes de ir a dormir se evitarán las actividades muy movidas, deben
realizarse actividades tranquilas que le ayuden a relajarse.
- Realizar un ritual antes de ir a dormir, la hora siempre será la misma, antes
de acostarse el niño/a deberá ir al baño, beberá agua una sola vez y después se
puede leer un cuento, despedirse de los muñecos, etc.
- A lo largo del día debemos evitar películas y programas agresivos y/o crueles.
Podemos encontrarnos con que el niño/a proteste ante la salida de los padres
de la habitación o que llore al rato de haberse ido, incluso que el niño vaya a la
habitación de los padres. En esos casos la actitud de los padres debe ser firme nunca
debemos cogerlos en brazos y sacarlos de la habitación. Se les tranquilizará durante
un breve tiempo, les acompañaremos tranquilamente a su cama y saldremos de la
habitación. Este procedimiento debemos repetirlo hasta que el niño entienda que debe
dormir en su habitación.
Cuando el niño manifieste miedo debemos sentarnos junto a ellos y
tranquilizarles. Si el niño quiere hablar de ello, dejarle y explicarle que no va a pasarle
nada malo y que mamá y papá están ahí para cuidarle.

Los adultos debemos ayudar a los niños a aprender a reconocer y distinguir las
situaciones reales de miedo de las imaginarias. En esta etapa el mundo fantástico
tiene un gran poder y se entremezcla con las experiencias del niño, de ahí surgen los
sueños, algunos malos, pero ayudándoles conseguiremos que la mayoría sean
maravillosos.

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