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¿QUÉ ES EL MIEDO?
El miedo es una reacción normal y adaptativa ante estímulos (situaciones,
objetos y pensamientos) que implican peligro o amenaza, real o imaginaria. Sentir
miedo es algo natural y necesario para la propia supervivencia.
La función de estos miedos es adaptativa, es decir, les ayuda a enfrentarse de
forma adecuada a situaciones difíciles y amenazantes.
A partir de los dos años de vida los temores van aumentando, a esta edad el
niño puede explorar su entorno y encontrarse con situaciones peligrosas que pueden
generarle temor.
El miedo se manifiesta a 3 niveles:
o Conductas (escapar, gritar,...)
o Sentimientos y pensamientos (ira, agresividad, pensamientos irreales,...)
o Cambios fisiológicos (aceleración del ritmo cardíaco, sudoración
excesiva, temblores,..)
¿CUÁL DEBE SER LA ACTITUD DEL ADULTO ANTE EL MIEDO DEL NIÑO?
Tener conciencia de que es muy importante el papel del adulto en la
resolución de estos conflictos
Restar importancia las reacciones de miedo, así se irán debilitando poco a
poco. Si prestamos una atención excesiva aumentará la probabilidad de que el niño
tenga más miedo.
No debemos enseñar al niño formas de evitar las situaciones conflictivas,
esto también contribuye a agravar el problema.
MIEDO A LA OSCURIDAD
Aparece sobre los 2 años y lo padecen una gran mayoría. Se dan ante la hora de
irse a dormir, este momento se asocia a otros miedos como monstruos, soledad,
separación, etc. Aparecen las pesadillas y los terrores nocturnos, aunque parecidos no
son lo mismo y es importante diferenciarlos.
Las pesadillas son sueños prolongados que producen miedo. Aparecen,
aproximadamente, entre los 3 y 6 años. Y cuando despertamos al niño recuerdan
perfectamente lo soñado.
Los terrores nocturnos son despertares bruscos que se acompañan de llantos y
gritos, y en los que al niño le cuesta reaccionar ante el intento de despertarle. Se dan
entre los 4 y los 12 años.
Las pautas de actuación en este caso serían:
- Crear un ambiente agradable en el dormitorio, luz tenue (que se puede ir
eliminando progresivamente), evitar ruidos estridentes y temperatura
adecuada.
- Antes de ir a dormir se evitarán las actividades muy movidas, deben
realizarse actividades tranquilas que le ayuden a relajarse.
- Realizar un ritual antes de ir a dormir, la hora siempre será la misma, antes
de acostarse el niño/a deberá ir al baño, beberá agua una sola vez y después se
puede leer un cuento, despedirse de los muñecos, etc.
- A lo largo del día debemos evitar películas y programas agresivos y/o crueles.
Podemos encontrarnos con que el niño/a proteste ante la salida de los padres
de la habitación o que llore al rato de haberse ido, incluso que el niño vaya a la
habitación de los padres. En esos casos la actitud de los padres debe ser firme nunca
debemos cogerlos en brazos y sacarlos de la habitación. Se les tranquilizará durante
un breve tiempo, les acompañaremos tranquilamente a su cama y saldremos de la
habitación. Este procedimiento debemos repetirlo hasta que el niño entienda que debe
dormir en su habitación.
Cuando el niño manifieste miedo debemos sentarnos junto a ellos y
tranquilizarles. Si el niño quiere hablar de ello, dejarle y explicarle que no va a pasarle
nada malo y que mamá y papá están ahí para cuidarle.
Los adultos debemos ayudar a los niños a aprender a reconocer y distinguir las
situaciones reales de miedo de las imaginarias. En esta etapa el mundo fantástico
tiene un gran poder y se entremezcla con las experiencias del niño, de ahí surgen los
sueños, algunos malos, pero ayudándoles conseguiremos que la mayoría sean
maravillosos.