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c-on Ia evolución histórica. (De aquí proviene la estrecha derno, con la diferencia capital de que las religiones---la
tEIá"iOn entre el folklore y ..gitia_o -qomún1; éste es el católica en primer lu gar-. s on elaboraiü3T3i*Cié @q
folklore filosófico.) Una "t no sólo dasD por los inteleqt-u.4fe_s (ver supra) y-_p9r hie-rarquía
- n-a-emnoráda y asiiTémá¡¡*t¡óieuedéI mundo
concepción
,qcle¡iAs1l_cq y piesentan, por tanto, problemas especiales
i cii, el pueblo (es de-
eI conjunto de las clases subalternas e instrumentales (cabe examinar si esta elaboración y esta sistematización
I son necesarias para mantener el folklore diseminado y di-
I de todos los tipos de sociedad que han existido hasta aho-
versificado: las condiciones de la Iglesia antes y después
1 - tu) no puede tener, por definición, concepciones elabo-
de la Reforma y del Concilio de Trento y la diversa evolu-
| {adas,'sistemáticas y políticamente organizadas y centrali- ción histórico-óultural de los países reformados y de los
{ . ?adas en su contradictorio desarrollo;. sino también múl-
'-L ortodoxos después de la Reforma y Trento son elementos
,i,l { -tiple; no sólo en el sentido de diverso y yuxtapuesto sino muy significativos).
I Jambién en el de estratificado, desde el más vasto al me- n
También es cierto que existe una (I4grgklel+U".eblo,¿
| .4_os vasto, si no se debe hablar de un conglomerado indi- entendida como un ggsjgqtg dg¡gqnEilra{o (el .l liempo f
X
jerarquía eclesiástica. A pesar de rodo, se puede sostener lore (?) es un fin en sí tnismo o liene úrie¡merrte la uti- I
queJCIdasl.Sq:e.[Cia!9s, incluso las más estilizadas y refi' liclacl cle ofrecer a un ¡>ueblo los elemc¡rtus para ,n .ono- ]
tradas, *gé&l}lgf,,, en relación con el pensamiento mo' ciu¡ientc¡ rnás ¡rrnlund<.¡ de sí rnislrro (aquÍ, el folkloic I
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.:ia rui fi..,qg -: qc m ien o y c ie n cia del f ol kloro,
$f ;f
.Er esrudro -..-o_n
cte lae supersticiones
i r
). dad de este tipo, realizada en profundidad, corresponderá
con la ftnalldacl de ex- en el plano intelectual a lo que fue la Reforma en los
terminarlas sería para Ciampini como si el folkloro
suicidase; en cambio, ¡la ciencla no es más que
lo países protestantes.
un co-
nocimiento desinteresado, un fin en si mism"i p"io,
tonces, ¿por quó señalar el folklore en las escuelas ""_
dónáu Derecho natural y folklore
s€ preparan los maestros? ¿para aumentar su cultura
desinteresada? ¿para indicarlis t" q"" no deben
Como se ve, las ideas de Ciampini son muy confusas
¿"rt*i.i Toilavía hoy se critrca, en la mayot'ía de los casos en
e forma periodfstica y superficial, no rnuy brillante, el lla-
incoherentes,- pues
-en
otro lugar el mismo "Ciu*pi"i .o ma.do derecho natural (ver algunas elucubraciones de &Iau-
conoce que el Es-tad9 no es agnóstico, sino que
.oncepción propia de ra vida y riene er deber
tiéne una rizio Maraviglia y los sarcasmos y burlas, más o menos
¿" áii"". convencionales y rancios de los periódicos y las revistas).
. qa,r1, e$u¡ar a las masas nacionales. Ahora bien,
ll:lu,acjrvid?gljglmativa
f gsta ¿Cuál es el significado de esta crítica?
I del Estado, expresada, ademái Creo que para entender lo que ocurre es necesario dis-
I :,- ,".1 Ia actividad política_ general,. en Iá escuela _espe_
no se desarrolla sobre Ia nada y a partir cle
tinguiralgunas de las expresiones tradicionales del concep-
to de uderecho natural": a) la expresión católica, con-
X Ii :-tul,T:nte_,
^... J3 nada: en
-realidad,
entla- en concurrenciá, en contra- tra la cual los comentaristas no se atreven a torrrar una
c.on las denuis concépóionés explícitas e implfci-. posición clara, pese a que el concepto de <derecho natu-
I F-:*_Ot éstas,.rye dglaq más tenaces e importintes"
I 9!,y.",Tlre ral, sea una parte esencial de la doctrina social y políti
ap,Slore;,9s, nccesario, por consiguicnte, usúperarloo.
i, :l: ca católica. Sería interesante recordar la estrecha rela-
.trsro qulere decir que, para el maestro, conocei
cl .i[ol_ ción existente entre la religión católica, tal como la han
kloreo significa conocer óuáles son las ¿**¿,
entendido siempre las grandes masas, y los "principios
del mundo y de Ia vida que operan de hecho "on""p.;.r._ Io'fo"_á- inmortalcso de 1789. Los mismos miembros de la jerar-
ción intelectu-al y moral de-las generacioncs más "" j<lvenes qula católica admiten esta relación cuando afirman que la
para extirparlas y.susfitui¡l.as por concepcioncs Revolución francesa fue una uherejíao, o bien que de ella
ionsiclc-
ffilfg¡=eriore5- En realidad, desdc las escuelas más ele_ surgió una nueva herejía, es decir, reconocen que Ia Revo-
mentales hasta.,. las cátedras dc agricultura, el folklore
Jución provocó una escisión en la misma mentalidad fun'
c-!a yA slsfcmáticamente combatido y obligado*á damental, en Ia misma concepción del mundo y de la
i"tro."-
dg¡¡ en5eflar el foklore a los maestros debería ser un vida: por otro lado, sólo a9í puede explicarse la historia
re-
fu.grzo "en,esta tarea sistemática. religiosa de la Revolución francesa y la adhesión en masa
cierte Or-r" para alcanzar estc ob.ietivo dcbería cam- de una población que todavía era profundamente religio-
hiarse el espíritu de las in-ve-stigaciones folkloristas, pro- sa y católica a las nuevas ideas y a la política revolucio-
fundizarlo
-y ampliarlo. El folñlore no debe "orr.ébirr.
como un elemento
naria de los jacobinos contra el clero. Por esto se puede
extraño, raro o pintoresco, sino como decir que, desde el punto de vista conceptual, los prin'
algo muy seri<r que debe tomarr" cipios de la Revolución francesa no superan la religión,
esta manera la enseñanza será eficai -t.ry en serio. Sólo de
y {e-terminará la pues pertenecen a su misma esfera mental; sólo Ia supe-
fllaricióLde una nueva cultura en las gru"'d"r=ñá3ás po. ran los principios históricamente superiores (en cuanto
pgla_{gl, es decir,-colmará la distancia que separu Ia cul- que expresan exigencias nuevas y superiores) a los de la
tura moderná de la cultura popular o foiklore. Una activi- Revolución francesa, es decir, los principios que se fun'
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damentan en la realidad efectiva de la fuerza y de la lu- nes "jurídicas) populares, que adoptan la forma de ode-
' cha; b/ ,la expresiou*de^dtversos'grupos intelectuales, de 'recho naturalo y constituyen el folklore jurídico. Se trata
diversal tendencias político-jurídicas, en torno a Ia cual de üúá-óoirieiite impoitante *muy importante- como
li_i giiado, hasta ahoia, la polémica ciántífica sobre el ude- lo demuestra la organización de las Corti d'Assise y de
iéóhG a{.füia-l;;. tlcue3iiéñ ha sido resuelta, básicamente, una serie de rnagistraturas arbitrales o de conciliación en
" pbr
qCfoee\;áI f qSqnpg_el qqg g9 tr-ata de corrientes po I i t i - todos los terrenos de las relaciones individuales y de gru-,
99s y'publicísticas que tenían una significación y una im- po: todas ellas han de juzgar, precisamente, teniendo en I
-lpqitancia -piopias en büanto q.re eipresaban éxigencias cuenta el nderechoo tal como lo entiende el pueblo, con- l
reales en la forma dogmática y sistemática de Ia llamada trt¡lado por el derecho positivo u oficial. ,_"-.1
cigpql? dei derecho (ver el análisis de Croce). La polémica Sería erróneo creer que esta cuestión ha dejado de te-
(aparente) de los actuales cultivadores de la ciencia det
rrer importancia con la abolición de los jurados popula-
derecho se dirige contra esta tendencia; al no distinguir res; J,ringún magistrado puede prescindir totalmente de Ia
entre el contenido real del (reivindica-
"derecho natural> opinión: es probable, pues, que la cuestión vuelva a plan- i..
ciones concretas de carácter político.económico-social), la tearse en otra forma y con dimensiones mucho mayores
fórma de l¿t¡'teorización y las lustificaciones mentales que que en el pasado, lo cual no dejará de plantear peligros
el derecho natural da al contenido real, estos juristas son y una nueva serie de problemas.
más acriticos y antihistóricos que Ios tapados por el más
tosco de los conservadurismos (un conservadurismo refe-
rido a las cosas pasadas e <históricamente> superadas y P r ehi s t or ia c on t enx por án e6
eliminadas); c) en realidad, !q polémica se propone frenar
1
I Ia posible influencia sobre-los intelectuales jóvenes (po- Raffaele Corso llarna ,ip¡q!!.sJ_oriq contemporánea' el
\ siblé--Í, ekfii¡ra) de lai corrientes populares del
I "derecho conjunto de los hechos folklóricos: se tra[á-únicamente de
49!9{gl¿, es dgci¡, el eonjunto de opiniones y creencias
I
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