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Entrevista a:

Rolly Valdivia
Chávez
“Soy un periodista especializado en crónicas y reportajes de viaje. Estudié en
la Universidad de San Marcos y, a veces, vivo en Lima. El resto del tiempo mi
paradero es incierto, lo decide el camino. Así es mi trabajo... por eso me
gusta”

(Lima 1,971), periodista especializado en crónicas, reportajes y fotografías de viaje.


Estudió Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos e inició su
carrera profesional en la revista de Actualidad Sí (1994). Luego laboró en la revista
Señales del diario La República y en el diario oficial El Peruano.

Desde el 2001 se desempeña como freelancer, siendo colaborador frecuente de diversas


revista internacionales. Sus reportajes y
crónicas han aparecido en publicaciones
como Lonely Planet Magazine, Ecos de
España y Latinoamérica (Alemania),
Travesías (México), Rolling Stone
(edición cono norte), Cordillera al Límite
(Ecuador), Viajes & Aventuras
(Colombia), In (revista a bordo de Lan) y
Lugares (Argentina). También fue
redactor de Aventura en Latinoamérica
(web y revista) y se desempeñó como
editor de contenidos en la revista de
abordo Nature Landings, ambas de Costa
Rica. 

En el ámbito nacional, sus textos e


imágenes aparecen o han sido publicadas
en Rumbos de Sol & Piedra, Orgullo del
Perú, Viajeros Conservación y Culturas,
Andares, Conozca Perú, Ecomundo y el
Diario Oficial El Peruano. En los portales
Enjoy Perú, Enjoy Ecuador, Enjoy Bolivia
y Terra Turismo. Además, dirige su propio blog en Internet (Explorando Perú)
Actualmente, colabora con el suplemento Variedades del Diario Oficial El Peruano.

Entre el 2003 y el 2004, participó en la elaboración de la guía turística Trek Perú, editada
por la empresa Interactive Trek!Guides Limited (Inglaterra). Para tal fin, recorrió el sur del
Perú en sucesivas travesías (de un mes de duración), recabando la información y las
fotografías que se publicaron en un CD multimedia. 

En el 2004, ocupó el segundo lugar en el I Concurso Nacional de Periodismo Talentos


Anónimos. También ha participado como expositor en el Seminario Internacional de
Turismo Rural Chile 2006: Los Desafíos del Siglo XXI, organizado por el Gobierno de
Chile.

En el 2008 participó en la edición de textos del libro Espinar, la otra maravilla del Cusco,
publicado por la municipalidad provincial de Espinar y la asociación civil Ñan Perú.

¿Cuántos años llevas trabajando en el medio y en que publicación diste tus


primeros pasos?

Soy un jovencito de tan solo 39 años y empecé en el periodismo en la revista Sí, en


setiembre de 1994. Mi primera crónica de viaje la publiqué al año siguiente, y, desde
entonces, siempre las escribí, aunque de manera esporádica. Esto cambiaría en
diciembre del 2000, cuando decidí dedicarme a tiempo completo al periodismo de viaje.

Al alcanzar la mayoría de edad y cierta madurez para pensar en el futuro, ¿sabías a


que te ibas a dedicar profesionalmente?

No, a mis 17 años el periodismo era un pálpito. Me interesaba y presumía que me iba a
gustar, pero mentiría si dijera que estaba totalmente convencido. Al final, postulé a San
Marcos siguiendo ese pálpito y sin saber muy bien si tenía cualidades para la profesión.
Todo indicaba lo contrario: era tímido, silencioso y solo escribía para los exámenes del
colegio.

Antes de la decisión, ¿te viste influenciado por algún familiar, amigo o referente?
En mi familia y entorno cercano nadie era periodista. Mi influencia llegó por las
transmisiones deportivas que oía en aquel entonces. Me emocionaba al escucharlas y me
preguntaba si sería capaz de hacer lo mismo.

¿Al culminar tus estudios universitarios tenías propuestas para desempeñarte en


algún medio escrito?

Antes de terminar la universidad comencé a practicar y publicar en la revista Sí. Fue algo
curioso, al iniciar la carrera pensaba ser periodista deportivo. En las aulas fui cambiando
de opinión. Allí quería hacer notas políticas y de investigación, por eso me pareció una
buena oportunidad empezar en ese medio.

¿En qué publicaciones has colaborado?

Uff, son varias. Como freelancer especializado en crónicas, reportajes y fotografías de


viajes. He publicado en Andares, Viajeros, Rumbos, Orgullo del Perú, Contemple y el
suplemento Vamos de El Comercio.En las revistas internacionales Lonely Planet
(España), Rolling Stone, Aventura en Latinoamérica (Costa Rica), Lugares
(Argentina).También he editado textos en la revista de abordo Nature Landing (Costa
Rica), y he sido parte de la guía interactiva Trekk Perú y de los portales de turismo Enjoy
Perú, Enjoy Ecuador y Enjoy Bolivia.

Ahora, ¿en cuál lo haces?

Actualmente soy colaborador frecuente del suplemento Variedades de El Peruano y las


revistas Travesías (México), Cordillera al Límite (Ecuador), Ecos de España y
Latinoamérica (Alemania) e In (la revista de Lan). Además,escribo en mi blog
“Explorando Perú”(www.rolllyvaldivia.blogspot.com).
Ya que has viajado mucho a lo largo de tu vida, presumimos que las experiencias
vividas deben de ser increíbles, pero cuéntanos ¿Cuál de todos tus viajes es el que
te trae mayores recuerdos?

Todo viaje tiene sus anécdotas y es difícil decir cuál es la que más recuerdo. En verdad
me ha pasado de todo un poco. Me han salido ampollas que parecían cráteres, he
sufrido calambres intensos, he dormido en establos, he acampado a más de cuatro mil
metros con una carpa y una bolsa de dormir para la playa, he comido una sopa con papas
agusanadas, en fin, no sé, son tantas cosas las que me han ocurrido. Detalles únicos que
enriquecen las travesías y las crónicas que uno escribe.

¿Has pasado por alguna situación dificultosa que haya provocado en ti cierta
incomodidad en alguna de tus colaboraciones?

No todo es color de rosas con los editores de las revistas. Cuando uno es freelancer tiene
que hacerse respetar como profesional. Lamentablemente, en nuestro país muchos
desdeñan o no valoran el trabajo del cronista viajero. Siempre quieren pagarte un sencillo
o que te conformes con la colocación de tu crédito. Otro problema es la demora en los
pagos. Estos generalmente se retrasan demasiado.

Pero sin duda lo más enojoso es cuando uno prepara un texto para una revista y, esta,
por a o b razones, no llega a salir al mercado. También causa indignación las ediciones
desalmadas que, a veces, hacen de tu texto, cortándolo sin criterio y rompiendo su unidad
y sentido.

Desde tu punto de vista que es más reconfortante ¿ser un freelancer o un periodista


convencional?

Como freelancer uno tiene mayor libertad de movimiento. Para viajar no tengo que
coordinar un permiso con nadie. Si algo me interesa, simplemente manejo mis tiempos y
me voy. Además, puedo colaborar con diferentes publicaciones a la vez, y el material que
produzco es de mi propiedad.
Pero como nada es perfecto, el trabajar por tu cuenta tiene sus desventajas. La primera
de ellas –y quizás la principal- es la de no tener un sueldo seguro. Uno termina haciendo
malabares con sus honorarios e ingresos.

¿Qué es para ti el turismo vivencial? ¿Lo practicas?

En realidad no soy muy afecto a las etiquetas, tampoco un teórico del turismo. A mí me
gusta viajar, escribir y hacer fotografías. Las definiciones son para los expertos y los
consultores. Ellos entienden como turismo vivencial a aquel en el que el pasajero se
acerca un poco más a la gente y comparte sus formas de vidas y sus tradiciones. Eso,
generalmente, es lo que hago cuando salgo de Lima. A mí, personalmente, no me gustan
las travesías en la que todo lo ves desde un bus y un guía es tu único contacto con la
población local. Desde ese punto de vista, se podría decir que practico el turismo
vivencial.

¿Cómo beneficia el turismo a nuestro país?

Más que los beneficios que trae ahora, habría que pensar en los que podría generar en
un futuro. Por sus características geográficas, su legado histórico y sus vastas
manifestaciones culturales, el Perú debería de convertirse en una potencia turística
mundial visitada por millones de personas, no como ahora que ni siquiera pasamos los
dos millones. Cuando el número de visitantes aumente potencialmente, la “industria sin
chimenea” serán una alternativa de desarrollo que opacarán a otras actividades
económicas contaminantes y dañinas del medio ambiente.

¿Qué opinas del ecoturismo en el Perú?

El país cuenta con escenarios más que propicios para la práctica de este tipo de turismo.
Lo ideal sería que las propias comunidades sean las que apuesten por estos
emprendimientos. De esa manera, la población se vería beneficiada directamente con los
ingresos y tendría más conciencia sobre la importancia de cuidar la riqueza natural de su
entorno.
¿Crees que existe interés por parte de los medios en impulsar estilos de vida
propios de un “viajero cronista”?

No, los medios están más enfrascados en los escándalos políticos y faranduleros que en
darle espacio a reportajes y crónicas de viaje. Estos temas son complementarios o como
suelen decirse van de relleno. Además, su manejo es bastante básico, casi rudimentario.
Su planteamiento casi nunca va más allá de la crónica clásica, esa que narra el viaje de
manera lineal, desde la salida hasta el retorno.

¿Cuáles serían las formas de hacer que el turismo se incremente en nuestro país?

Debería seguir creciendo y desarrollándose más propuestas y proyectos que sean


respetuosos con el medio ambiente. También debería buscarse más rutas para la práctica
del deporte de aventura y de naturaleza, dos grandes potencialidades que tiene el Perú.
Además, me gustaría ver un turismo que se expanda, es decir, que existan más destinos,
rompiendo en algo con el predomino del Cusco.

¿Qué sentimientos encontrados le atribuyes a tu trabajo de viajero y conocedor del


Perú?

Esto del periodismo de viajes es más que todo una pasión. No viajo para hacerme rico ni
porque busco grandes ganancias. Eso lo saben todos los que me conocen. Mi
recompensa es de otro tipo. Mis tesoros son las anécdotas, las vivencias, las amistades
que se forjan en el camino, los textos que escribo y las fotos que van nutriendo mi
archivo. Esa es mi mayor y mi única fortuna. Con eso me basta por ahora.

A estas alturas no concibo una vida estática. El viajar ya es parte de mí. Eso de ir de un
lado a otro, me ha enseñado la grandeza de nuestro país y de nuestra cultura, me ha
hecho descubrir que hay gente noble y solidaria, dispuesta a compartir lo poco que tiene.
Eso, en verdad, conmueve y te hacer ver que mienten los que dicen que la gente de los
pueblos es resentida, floja y no sé cuántas barbaridades más. El Perú no es perfecto pero
es mucho mejor de lo que uno imagina o de los que muchos creen o quieren hacernos
creer. Viajar es como quitarse una venda de los ojos. Te permite interpretar la realidad sin
intermediarios.

¿Qué opinas sobre nuestra nueva propuesta de revista llamada “Mochileros”?

Toda publicación que se oriente al tema de los viajes es necesaria y bienvenida. En el


Perú faltan revistas de este tipo. Las que existían, tales como Rumbos, Viajeros o
Bienvenida han dejado de circular, dejando un gran vacío. Espero que esta propuesta se
consolide y sea una alternativa que incite a los jóvenes a recorrer los caminos del país
que son muchos y muy variados.

Finalmente, ¿De qué manera se puede fomentar el turismo en los jóvenes?

Animándolos a viajar siempre que puedan. Rompiendo la idea de que viajar es peligroso
o es sinónimo de desbande. Mostrándoles que un viaje no solo es diversión sino,
fundamentalmente, una lección de vida, una manera de conocer el Perú, de interpretarlo y
entenderlo. Cuando uno recorre los caminos, se da cuenta que en el país sobra la gente
buena y que nuestra tierra no tiene nada que envidiarle a ningún lugar del mundo.

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