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CURSO DE INTRODUCCION AL DERECHO

2010

Ambigüedad y Vaguedad del concepto de derecho.


Se dice que el concepto de derecho es ambiguo, por cuanto existen varios significados o
sentidos en los cuales se puede entender dicha palabra. Los tres sentidos que revisamos son:
Derecho objetivo (se refiere al conjunto de normas jurídicas u ordenamiento jurídico que
rige en los distintos sistemas legales), derecho subjetivo (entendido como ciertas facultades
o atribuciones que poseen las personas, por ejemplo, “los hombres tienen derecho a la
vida”) y derecho como disciplina (es decir, la materia de estudio de las ciencias jurídicas).
Cuando se habla de que el vocablo derecho es vago, se quiere decir que no es posible
determinar con exactitud en qué ámbitos se puede aplicar. En otras palabras, hay una zona
de penumbra y existen dudas acerca de si lo que se encuentra en esa zona responde o no a
lo que conocemos como Derecho. Es el caso del Derecho Internacional. ¿Es Derecho
realmente? Si se entiende que la coacción es un elemento esencial e inevitable del Derecho,
parece ser que no lo fuera por cuanto no posee dicho elemento. El problema de la vaguedad
se expresa en este ejemplo porque no hay certeza con respecto a la consideración de la
coacción como algo que no se pueda excluir de la definición de Derecho.

¿Por qué necesitamos normas?


El hombre necesita normas para resolver dos grandes necesidades que posee
primitivamente: la necesidad de estabilización y la necesidad de coordinación.
La necesidad de estabilización es tratada en profundidad en el texto de Arnold Gehlen, “El
Hombre y las Instituciones” en el que caracteriza al ser humano como una criatura con una
gran carencia instintiva y orgánica. Aun cuando cuenta con instinto, este es limitado y no
deriva, como en los animales, en procesos conductuales fijos. Sin embargo, el hombre es
mucho más receptivo al mundo que los animales y posee una distintiva conducta
inteligente. En tales condiciones, se enfrenta a un sinfín de posibilidades de decisión,
circunstancia en la que su instinto restringido no lo ayuda. Aquí surge el rol estabilizador
de las normas, que en el caso del texto de Gehlen, son llamadas instituciones. Las
instituciones no anulan la individualidad del hombre pero le ayudan a decidir permitiéndole
además desarrollar la propia personalidad. Gehlen sostiene que la desintegración de las
instituciones provocaría consecuencias muy negativas como la primitivización y el
desequilibrio.
La segunda función es la coordinación. En este nivel, es necesario distinguir el tipo de
normas de las sociedades simples (como la que describe Malinowski) de las normas que se
necesitan en sociedades complejas. Es posible que una comunidad no demasiado numerosa
y en la que sus miembros se encuentren unidos por lazos de afecto o parentesco, subsista
sin problemas en base a normas consuetudinarias que no estén establecidas sino en la
conciencia de cada uno y en las que las sanciones funcionen de un modo menos rígido
llegando incluso a ser posible que sean constituidas solo por exclusión o desaprobación
social. En otras palabras, la aplicación de las normas consuetudinarias propias de las
sociedades simples no es institucionalizada y el cumplimiento se ve motivado no por el
altruismo ni por el miedo a la autoridad sino por la reciprocidad.
Hobbes afirma que los seres humanos, sin estar sujetos a un poder común, permanecerían
en un “estado de guerra” y, por eso, es necesario que existan normas institucionalizadas y
autoridades. El autor señala que la igualdad de los individuos (sin autoridad común) es
riesgosa en el sentido de ser fuente inevitable de conflictos y discordia, específicamente
provenientes de tres causas presentes en la naturaleza de los hombres: competencia,
desconfianza y gloria. Hobbes sostiene que tales rasgos naturales del hombre están
presentes aún en contextos en los que existan leyes y pone como ejemplo los resguardos
que las personas toman en sus viajes o en sus hogares, para ilustrar la desconfianza latente
que existe entre unos y otros. En un contexto de guerra de todos contra todos no hay ley y
por lo tanto no hay justicia e injusticia, tampoco existe cooperación y, por lo tanto, no hay
desarrollo industrial. Todo esto desemboca en la miserabilidad y brevedad de la existencia
humana y, sobre todo, en la inseguridad reinante.
En el estado de guerra que describe Hobbes, la ley fundamental de la naturaleza (buscar la
paz y seguirla) no prevalece y se impone la suma del derecho de naturaleza que señala que,
en este caso, habría que defenderse a sí mismo por todos los medios posibles. En este punto
el autor señala que no hay razón para no acceder a renunciar a los derechos de hacer
cuanto les agrade a los hombres, si todos los demás consienten en hacer lo mismo. Este
pacto de transferencia de derechos se llama contrato y permanecería en la medida de que
exista un poder común que obligue a todas las partes a cumplirlo. Cuando existe este poder
común, se superan los temores y subsiste la posibilidad de que las personas vivan una vida
más armónica considerando que las virtudes o leyes de naturaleza (en el sentido en que las
define Hobbes) no son suficientes para asegurar esta condición favorable. Es lo que el
autor señala como ESTADO: el Estado es una autorrestricción, en la que cada
persona accede a ser súbdito si los demás lo hacen, renunciando a algunos de sus
derechos (o transfiriéndolos) con el objetivo de cuidar su propia conservación.
Hart parte explicando de qué manera se puede mantener la convivencia en sociedades
primitivas y simples como la que describe Malinowski. Señala que en aquellas sociedades
es posible vivir únicamente con las reglas primarias de obligación que no son
institucionalizadas y que restringen de alguna manera las actitudes que hay que reprimir
para la vida en sociedad e imponen al mismo tiempo, una serie de deberes positivos. Existe
pues, coordinación positiva (hacer) y coordinación negativa (no hacer). Las reglas
primarias de obligación tienen el inconveniente de presentar un carácter estático (su
recambio se produce lentamente), falta de certeza (dudas sobre cuáles son las reglas o cuál
es su alcance) y difusa presión social ejercida para hacer cumplir las normas (no existe un
órgano especial que determine casos de infracción o transgresión). Para remediar estos
defectos, es necesario complementar las reglas primarias con reglas secundarias que
significan el paso de lo prejurídico a lo jurídico. Las soluciones a los problemas
específicos y los nombres concretos que reciben en cada caso estas reglas secundarias son:
a) Para el problema del carácter estático, se deberán establecer reglas de cambio las
cuales conferirán a cierto individuo o grupo de individuos la facultad para cambiar o
modificar las normas existentes. Tomando en cuenta que tales reglas pueden diferir en
cuanto a la extensión de la facultad, se puede decir que se trata de formalizar la potestad
legislativa.
b) Para el problema de la falta de certeza, se deberán establecer reglas de
reconocimiento que definirán las características que deben poseer las reglas que son
realmente admitidas
c) Para el problema de la difusa presión social, se deberán establecer reglas de
adjudicación que determinen, en forma revestida de autoridad, si en una situación en
particular se ha violado o no una regla además de establecer el procedimiento que se debe
realizar en tal caso.
¿Qué son las normas?
A) RAZONES PARA LA ACCIÓN: Desde el punto de vista del razonamiento, se puede
indicar que las normas son razones para la acción. Joseph Raz distingue entre razones de
primer orden y razones de segundo orden o exclusionarias.
Las razones de primer orden son aquellas que constituyen factores o motivos cuya
influencia es directamente a favor o en contra de realizar determinada acción. Cuando se
produce un conflicto entre razones de primer orden, este debe ser resuelto sopesando la
fuerza relativa de esas razones y concluyendo cuál sobreseerá a la otra. En otras palabras,
se opta por la razón más poderosa. Dentro de las razones de primer orden, distinguimos a
las razones instrumentales (los deseos, es decir, todo lo que tenga que ver con el placer) y
las razones prudenciales (intereses correspondientes a los planes de vida personales).
Las razones de segundo orden o exclusionarias no tienen una relación directa para la
acción sobre la que actúan. Se trata de razones para considerar o no considerar a las razones
de primer orden. Las razones exclusionarias evitan el conflicto entre razones de primer
orden. En presencia de una razón de segundo orden, esta clase de conflictos no se resuelve
mediante la evaluación de la fuerza relativa de las razones: el conflicto simplemente no
existe porque el razonamiento práctico indica que una razón exclusionaria siempre
prevalecerá sobre una de primer orden. En el caso de que existan conflictos entre razones
de segundo orden, siempre van a predominar las llamadas razones exclusionarias
invulnerables.
¿Qué son las decisiones para Raz?
El autor explica que una decisión es una razón para efectuar el hecho que ha decidido
efectuar y, a la vez, una razón para no tomar en cuenta nuevas razones y argumentos. Las
decisiones son, al mismo tiempo, razones de primer orden y razones exclusionarias (aunque
no siempre se trata de razones exclusionarias válidas). Decidir no significa solamente
formarse la intención de hacer algo sino que incluye también la determinación de poner fin
a las deliberaciones.
¿Qué son las normas obligatorias para Raz?
Una norma obligatoria es seguida por las personas en la medida de que sea considerada
como una razón válida para realizar la acción normada en los casos en que se den las
condiciones para aplicarla. Pero además, es necesario que la persona considere a la norma
como una razón válida para no tomar en cuenta razones en conflicto. Por lo tanto, una
norma obligatoria es una razón de primer orden para la acción y al mismo tiempo, una
razón exclusionaria, cumpliendo el mismo papel que las decisiones en el razonamiento
práctico de quienes las siguen.
La ventaja considerable de las normas obligatorias es que “podría[n] ahorrar tiempo,
evitar el peligro de sucumbir a la tentación o la angustia de la indecisión”. Se advierte una
similitud entre la tesis de Raz y la de Arnold Gehlen ya que ambos sitúan a las normas
como una manera de superar los procesos de constante deliberación.

B) ENUNCIADOS PRESCRIPTIVOS: Las normas deben ser algún tipo de enunciado


lingüístico. La peculiaridad que presentan los enunciados de las normas es la de ser
enunciados prescriptivos.
Distinguimos cuatro usos y funciones que puede cumplir el lenguaje considerando los
diferentes contextos. Este tipo de estudio, corresponde a la filosofía del lenguaje.
Funciones del Lenguaje:
a) Transmitir información: Función Descriptiva
b) Influir en la conducta del destinatario: Función directiva
c) Expresar emociones o sentimientos: Función expresiva
d) A través de las palabras, cambiar las condiciones de vida de los involucrados en
determinada expresión: Función Realizativa.
Dada la naturaleza distinta de cada una de estas funciones, los juicios que se pueden hacer
con respecto a ellas también son distintos.
a) Función Descriptiva: Verdad o Falsedad
b) Función Directiva: Justicia o Injusticia /Eficacia o Ineficacia/ Posibilidad o
Imposibilidad, etc.
c) Función Expresiva: Juicios de calidad estética, por ejemplo, sinceridad o no sinceridad.
e) Función Realizativa: Validez o Invalidez.
Con respecto a la función directiva, cabe señalar que no todos los enunciados tienen la
misma fuerza. Esto es lo que diferencia, por ejemplo, al mandato de una norma jurídica con
una simple petición. Ambos enunciados tienen una función directiva pues intentan influir
en la conducta del destinatario, sin embargo, la fuerza de la petición es mucho menor que la
del mandato. Decimos, entonces, que las normas de conducta están expresadas en
enunciados prescriptivos (enunciados directivos con mayor fuerza) en los cuales
reconocemos algún tipo de autoridad válida.
LOS CONTEXTOS. En ocasiones es difícil determinar la función de algunos enunciados
por la forma en que se les formula. En esos casos, hay que atender al contexto. Este
conflicto podría surgir, por ejemplo, a raíz del siguiente artículo del Código Penal.
“El que indujere a un menor de edad, pero mayor de diez años, a que abandone la casa de
sus padres, guardadores o encargados de su persona, sufrirá las penas de reclusión menor
en cualquiera de sus grados y multa de once a veinte unidades tributarias mensuales.”
Por la forma en que está formulado, pareciera que se trata de un enunciado descriptivo que
intenta señalar lo que ocurrirá si se dan las condiciones descritas. Sin embargo, la intención
del legislador no era describir o predecir hechos, sino influir en la conducta de los
destinatarios. Con este artículo, se intenta que los ciudadanos no induzcan a un menor de
edad, mayor de diez años a abandonar la casa de sus padres. También se busca dirigir la
acción de los Tribunales en los casos en los que se enfrenten a aquellas circunstancias.
¿Qué pasa con los enunciados sobre las normas?
La situación anterior cambia radicalmente si el artículo se cita en una clase de Derecho
Penal. Cuando el profesor señala que “según el Código Penal, el que indujere…”
generalmente no trata de influir sobre la conducta de sus alumnos o dirigir su acción sino,
simplemente, enseñar lo que el Código Penal prescribe y, por lo tanto, enunciar
descriptivamente el artículo.
También es posible que una prescripción tenga, en algunos contextos, una función directiva
de fuerza menor. Eso ocurre, por ejemplo, en la situación de un abogado que cite el artículo
en un juicio. Si bien el enunciado en el que se cita al Código Penal tendría una función
directiva en la medida de estar tratando de influir en la decisión del Tribunal, no será una
prescripción propiamente tal.
La distinción entre enunciados directivos y enunciados descriptivos es útil para entender las
diferencias que existen entre las leyes de naturaleza y las normas de conducta o leyes
normativas.
Karl Popper explica más profundamente este contraste. De su análisis se pueden extraer
algunos rasgos claramente diferenciables.
LEYES DE LA NATURALEZA LEYES NORMATIVAS
Describen uniformidades estrictas Prohíben o exigen ciertas formas de
(Función descriptiva) conducta (Función directiva)
Sólo permiten juicios de verdad o Permiten juicios de justicia, aceptabilidad,
falsedad. etc. Pero no de verdad o falsedad.
No admiten excepciones (Si se da una Son variables. Pueden ser violadas.
excepción, se entenderá que la ley no era
tal).
Su cumplimiento no puede ser infringido Su cumplimiento puede ser forzado por
ni forzado. los hombres.
Se hallan fuera del control humano. Siempre se deben al control humano.

Para Popper, la distinción anterior no ha sido siempre bien dimensionada. Más bien, ha
experimentado un desarrollo o evolución a lo largo de la historia.

DISTINCIÓN ENTRE
LEYES NATURALES
Y NORMATIVAS

DUALISMO
MONISMO CRÍTICO
INGENUO Este paso se produce, cuando se descubre Se logra distinguir ambos tipos
No hay distinción alguna que los tabúes son distintos en las diversas de leyes, entendiendo que
entre leyes naturales y tribus, y que, en cualquier caso, se deben sobre las normativas hay
normativas al hombre y no a la naturaleza. control humano y sobre las
naturales, no lo hay.

NATURALISMO CONVENCIONALISMO
INGENUO INGENUO
Se cree que las reglas (de Ambos tipos de leyes se
cualquiera de las dos clases) están consideran decisiones de dioses
fuera de todo control humano. Es o demonios.
una posibilidad abstracta.

El Monismo Ingenuo corresponde a lo que Popper llama sociedad cerrada, mientras que el
dualismo crítico se asocia con la sociedad abierta.
Precisiones de las leyes normativas según Popper:
• Son convencionales, es decir, son hechas por el hombre y su control se debe a él.
• A pesar de ser convencionales, no son, necesariamente, creadas de forma
consciente. Cuando una autoridad promulga una ley hay una creación consciente de
la norma pero las costumbres, por ejemplo, no tienen esta característica.
• El hecho de que sean convencionales no implica que sean arbitrarias, pues las
normas no existen sin una razón. Tampoco es efectivo afirmar que un sistema de
normas pueda reemplazar a otro con iguales resultados.
• Aunque incumben a los hechos, no pueden derivarse de los hechos. En este punto
hay que distinguir el acto mediante el cual se promulga una norma (lo cual es un
hecho) del contenido mismo de la norma, lo que no es un hecho. Esta situación es
análoga para las propuestas o las decisiones.
Con respecto a la arbitrariedad de las normas, Popper señala que, dado que son artificiales,
las normas efectivamente poseen un grado de arbitrariedad pero que este es reducido por la
importancia que tienen las decisiones morales en su promulgación.

Las ciencias que describen las uniformidades de la naturaleza son ciencias naturales. Para
dicho estudio, utilizan lo que Hans Kelsen denomina principio de causalidad, es decir,
asociar una cosa con otra a través de una relación de causa-efecto, por ejemplo, “si el metal
se calienta, se dilatará”. El calentamiento del metal es la causa y la dilatación, el efecto.
Parece ser que las ciencias sociales describen a la sociedad de manera semejante pero esta
afirmación tiene ciertas restricciones. Las conductas humanas pueden relacionarse también
de otra manera que no es la causalidad.
Las normas legales, al igual que las leyes de la naturaleza, son enunciadas a través de la
relación de dos elementos pero, a diferencia de estas últimas, aquella asociación es creada
por el hombre. Es lo que Kelsen llama principio de imputación. Mediante este principio se
relaciona una determinada conducta, por ejemplo un delito, con la sanción que debe recibir.
La vinculación de ambos elementos es artificial (depende del hombre) no como la que
existe entre las causas y las consecuencias en el principio de causalidad, que proviene de la
naturaleza.
En sociedades atrasadas, se suele interpretar la naturaleza de acuerdo al principio de
imputación. Se piensa que los acontecimientos perjudiciales o favorables (de la naturaleza)
se deben a conductas incorrectas o correctas de los hombres. La causalidad (y el estudio de
la naturaleza como ciencia) son logros de sociedades avanzadas. El animismo está asociado
a la interpretación de la naturaleza, como parte de la sociedad, a través de un orden
normativo y no causal. Kelsen afirma que el abandono de la interpretación de la naturaleza
con la imputación se debió al descubrimiento de que las relaciones naturales no dependen
de la voluntad humana ni suprahumana.
El conflicto de las Ciencias Jurídicas o Normativas. El rol de las ciencias jurídicas se
confunde por el objeto de su estudio ¿Son una ciencia realmente? Es importante señalar que
sí son ciencias porque no prescriben y se limitan a describir a los enunciados prescriptivos
que constituyen a las normas legales usando, para ello. Es decir, describen relaciones de
imputación, y es eso lo que genera la mayor parte de las dificultades.
Diferencias entre Ciencias de la Naturaleza y Ciencias Normativas. Las ciencias
naturales tienen por objeto a la naturaleza y, a través de su estudio, formulan leyes (de la
naturaleza). Las Ciencias Normativas, en cambio, tienen por objeto a las normas que rigen
en una comunidad y no describen relaciones de causalidad sino que imputan las
consecuencias previstas por una norma (Principio de Imputación).
¿Qué pasa con las Ciencias Sociales Empíricas? Ocupan las relaciones de causalidad
pero, a diferencia de las ciencias naturales, su objeto de estudio es la sociedad. En ese
sentido, cabe señalar que, si bien no hay diferencias de principio entre ambas (las dos
funcionan a través de la causalidad) las ciencias sociales empíricas tienen menos precisión,
puesto que todo lo que tenga que ver con la conducta humana, sólo es parcialmente
predecible.
Similitud gramatical entre ambos principios. Causalidad e imputación suelen
confundirse porque los enunciados que se formulan a través de ambos principios son muy
parecidos.
Causalidad: Si el metal se calienta, se dilatará.
Imputación: Si alguien roba, deber ser encarcelado.
Lo que se puede advertir es que en el primer enunciado, se hace alusión a un “ser” mientras
que en el segundo, a un “deber ser”. En todo caso, siempre hay que poner atención en que
la relación que existe entre la causa y la consecuencia del principio de causalidad, no
responde a la voluntad humana como sí sucede en el vínculo que resulta de la imputación.
Otras Características. Es importante agregar que las relaciones de causalidad son
infinitas y las de imputación son finitas. Cada acontecimiento natural es sólo un punto en
una infinita cadena de causas y consecuencias: cuando se produce una consecuencia, esta
pasa inmediatamente a ser una causa para una nueva consecuencia. En cambio, las
relaciones de imputación sólo de constan de dos eslabones. En otras palabras, existe un
punto final para la imputación pero no para la causalidad.

CLASIFICACIÓN DE LAS NORMAS DE VON WRIGHT (Por Carlos Santiago Nino).

El lógico G. H. von Wright (Norma y acción) propone una clasificación de las normas que
puede servir adecuadamente como hilo conductor en este tema. Advierte, al comenzar su
exposición, que las que mencionará no son estrictamente subclases de la clase general de
las normas —lo que supondría que hay características comunes entre todas que serían
relevantes para la definición del concepto de norma— sino más bien distintos sentidos de la
palabra "norma" —que es ambigua e imprecisa—, aunque estrechamente relacionados entre
sí.
Von Wright distingue tres tipos de normas principales y tres secundarias.
Las especies principales son las siguientes:

1) Las reglas definitorias o determinativas. Son reglas que definen o determinan una
actividad.
Típico caso de estas reglas son las de los juegos. Las reglas de un juego determinan qué
movimientos están permitidos y cuáles están prohibidos dentro del juego. Si no se siguen
las reglas se dirá que no se juega correctamente o que, directamente, no se juega el juego en
cuestión. Si varios jugadores de ajedrez se ponen de acuerdo en cambiar algunas reglas, no
tienen ningún impedimento en hacerlo, salvo que jueguen en un marco institucionalizado,
pero su actividad no será llamada "ajedrez".
Von Wright incluye en esta clase también las reglas de la gramática y las del cálculo lógico
y matemático. Por ejemplo, a una persona que no sigue las reglas de la gramática
castellana, se le dirá que no habla español, sin perjuicio de que hable otro idioma.

2) Las directrices (o directivas) o reglas técnicas. Son reglas que indican un medio para
alcanzar determinado fin.
Ejemplos característicos de reglas técnicas son las instrucciones de uso, como ésta: "Si
quiere encender el televisor, presione el botón de la izquierda."
Las reglas técnicas no están destinadas a dirigir la voluntad del destinatario, sino que lo que
indican está condicionado a esa voluntad. Por eso la formulación de la regla técnica es
hipotética, y en el antecedente del condicional aparece la mención de la voluntad del
destinatario (si quiere) y no un hecho ajeno a esa voluntad. Las reglas técnicas presuponen
siempre una proposición anankástica, que debe ser verdadera para que la regla sea eficaz.
Un enunciado anankástica es una proposición descriptiva que dice que algo (el medio) es
condición necesaria de otro algo (el fin). En el ejemplo de instrucción de uso que se dio, la
proposición anankástica es la siguiente: "Presionar el botón de la izquierda es condición
necesaria para que el televisor se encienda". Como proposición descriptiva que es, la
anankástica puede ser verdadera o falsa.
En cambio, de la regla técnica que para von Wright es una norma que no es ni prescriptiva
ni descriptiva, no se puede predicar verdad o falsedad.

3) Prescripciones. Ya hicimos referencia a las prescripciones en general. Vimos que no de


todas ellas puede decirse que son normas. Von Wright caracteriza a las normas
prescriptivas mediante estos elementos que las distinguen de las anteriores especies:
- Emanan de una voluntad del emisor de la norma, a la que se llama autoridad normativa.
- Están destinadas a algún agente, llamado el sujeto normativo.
- Para hacer conocer al sujeto su voluntad de que se conduzca de determinada manera, la
autoridad promulga la norma.
- Para dar efectividad a su voluntad, la autoridad añade a la norma una sanción, o amenaza
de castigo.

Al lado de estos tipos principales de normas, von Wright menciona tres especies
secundarias que se caracterizan por tener aspectos en común con los tipos principales.

1) Normas ideales. Son normas que no se refieren directamente a una acción sino que
establecen un patrón o modelo de la especie óptima dentro de una clase. Así, hay normas
que determinan qué es un buen actor, un buen aboyado, un buen cuchillo, un buen camino,
un buen ladrón. Las reglas ideales mencionan las virtudes características dentro de una
clase. En cierto sentido, se parecen a las reglas técnicas porque indican el camino para
alcanzar el grado óptimo dentro de una clase. En otro sentido son análogas a las reglas
determinativas porque definen un modelo. Están, pues, metafóricamente, entre aquellas
especies de reglas.

2) Costumbres. Las costumbres son especies de hábitos; exigen, pues, regularidad en la


conducta de los individuos en circunstancias análogas. Se distinguen de otros hábitos en
que son sociales, o sea que las conductas que las integran se hacen con la conciencia de que
son compartidas por la comunidad.
El carácter social de la costumbre le da una presión normativa, un carácter compulsivo por
la crítica y las sanciones de la sociedad, que no tienen los otros hábitos. En este sentido, las
costumbres se parecen a las prescripciones, que tienen el mismo carácter compulsivo. Sin
embargo, se distinguen de aquéllas en que las costumbres no emanan de autoridad alguna;
son, en todo caso, prescripciones anónimas. También se distinguen de las prescripciones en
que no necesitan promulgación por medio de símbolos, en especial, no necesitan estar
escritas; podrían llamarse por esta característica prescripciones implícitas.
Por otra parte, las costumbres tienen alguna analogía con las reglas determinativas. En
algún sentido, las costumbres determinan, definen una comunidad y la distinguen de otras.

3) Normas morales. Estas normas son muy difíciles de identificar y hay muy poca claridad
sobre qué normas deben tomarse como morales. Von Wright formula algunos ejemplos
sobre los que hay pocas disputas, entre ellos el deber de cumplir las promesas y el de honrar
a los padres.
De cierta manera, estas normas se parecen a las determinativas, ya que pueden definir una
institución (por ejemplo, la de prometer). Hay, por otra parte, algunas normas morales
(como las que se refieren a la vida sexual) que tienen su origen en la costumbre.
Pero, sobre todo, hay dos grandes interpretaciones filosóficas de las normas morales que las
asimilan a dos de los tipos principales de normas que se han visto.
Una es la concepción que se podria llamar teológica. Considera a las normas morales como
emanadas de una autoridad, en concreto, de Dios. Para esta interpretación, las normas
morales serían prescripciones.
La otra interpretación podría llamarse teleolégica. Considera a las normas morales como
una especie de regla técnica que indica el camino para obtener un fin. Respecto a cuál es el
fin a que están conectadas las reglas morales, hay principalmente dos corrientes: para el
eudemonismo es la felicidad del individuo; según el utilitarismo, el bienestar de la
sociedad.
Hay otras concepciones que se niegan a identificar las normas morales con algunas de las
especies de normas principales que se han visto y las clasifican como autónomas, como sui
generis, usualmente se llama a esta posición deontologismo.

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