¿Es difícil entender qué queremos los peruanos?

Uno de los desafíos más notables de nuestro tiempo es que las organizaciones mundiales de
fomento y desarrollo ayuden a los países que tratan de promover el desarrollo y las
oportunidades en el emergente mundo de Latinoamérica. En el pasado, estas tierras fueron
un gran centro de producción y de conocimientos como exhiben en su legado las
principales culturas como la Inca, Maya o Azteca, lo que demuestra su potencial y estamos
seguros que si pueden superar los enfrentamientos y obstáculos al crecimiento y al
desarrollo social. Sin un crecimiento de amplia base, países como Perú se encontrarán con
tensiones sociales y un gran número de jóvenes sin empleo.

Perú hace una década tiene un crecimiento exitoso en su PBI lo cual nos da una sensación
de avance en un mundo globalizado; sin embargo, la gran mayoría de los peruanos no
sienten que ésta bonanza llegue a sus hogares. ¿Qué se debe hacer? De la política a la
economía es prioritario el cambio ya que se debe poner la economía del desarrollo al
servicio de las personas –gobierno y sociedad civil- y no dejar en el ámbito abstracto y
teórico.

Una economía que haga posible superar las dificultades de la realidad cotidiana es una
economía de mercado perspicaz.

¿Es difícil entender qué queremos los peruanos de los gobiernos de turno?

No es difícil saber que quiere las mayorías: quieren respeto y dignidad; quieren
oportunidades, justicia, trabajo; quieren leyes y reglamentos justos, previsibles y
transparentes; quieren alimentos y un techo para sus familias, buenas escuelas para sus
hijos y barrios seguros; quieren una fuerza policial protectora, no depredadora; quieren
gobiernos en los que se pueda confiar; quieren tener voz y quieren que haya rendición de
cuentas y quieren todo esto en sus poblados, ciudades y barrios.

Por tanto, se debe afrontar el desarrollo con una gran dosis de humildad y pragmatismo, no
se requiere de ideologías para ver nuestra realidad; simplemente exijamos decisiones
políticas de Estado.