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Unidad 3
El masaje en el aula
ÍNDICE
3 El masaje en el aula
3.1. Introducción
3.5. El automasaje
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFÍA
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3 El masaje en el aula
3.1. Introducción
No se puede hablar de masaje infantil sin antes hacerlo de afecto, amor, mimos, etc., ya que
este masaje implica una serie de vínculos afectivos como mirarse, tocarse, los abrazos, los
olores, los estímulos... Pero éstos no limitan su responsabilidad a los padres, sino que también
son responsabilidad de los educadores, de ahí la importancia del masaje en el aula, ya que nos
va a ayudar a relajar al niño de todas las situaciones de tensión que le produce el enfrentarse
con situaciones para él nuevas a lo largo del día.
¿Por qué motivo es tan importante el masaje en el bebé? El contacto corporal intensifica la
relación entre educador-niño, y, de este modo, facilita la comunicación no verbal y ayuda a
regular las funciones respiratorias, circulatorias e intestinales que suponen una gran
incomodidad en los primeros meses de vida del niño.
En esta unidad didáctica aprenderemos distintas técnicas de masaje para el niño, analizaremos
cómo ayuda este masaje en su desarrollo y de qué manera podemos ayudarnos de él tanto
educadores como padres para que forme parte de la rutina del niño y ayude a que éste,
además de aliviar tensiones, afiance sus vínculos con educadores y padres.
¿Es el masaje afectivo en el bebé algo mecánico y rutinario? ¿Qué se pretende lograr con los
masajes? ¿Estamos preparados para dar masajes a los bebés?
Antes de explicar las diferentes técnicas de masaje que podemos aplicar en el niño, hay que
hablar del porqué del masaje y de la importancia que éste tiene en el desarrollo del bebé. El
masaje implica contacto físico y, a su vez, una interacción recíproca cuyo objetivo más
inmediato es la búsqueda y mantenimiento de la proximidad. Pero, ¿por qué es necesaria esta
proximidad?
Durante la etapa inicial en la vida del niño existen estímulos naturales, desarrollados
involuntariamente por la madre, y otros estímulos complementarios, que igualmente son
desarrollados por la madre pero de forma voluntaria con el fin de que el bebé pueda desarrollar
de mejor forma sus sentidos (olfativo, auditivo, visual, táctil y gustativo).
El apego no es una característica innata. Nadie nace apegado a nadie, es un proceso que se
consolida progresivamente. Es necesario que dos personas interactúen durante un cierto
tiempo para que se establezca el vínculo, sin intención éste no existirá. El vínculo afectivo que
une al niño con su madre comienza ya en el período prenatal, el niño siente el abrigo y la
caricia continua del útero materno, el sonido rítmico del corazón de su madre, las voces en el
exterior, las caricias sobre la barriga de la madre, etc.
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Después, el contacto entre la madre y el recién nacido resulta beneficioso para el
fortalecimiento del lazo afectivo entre ambos. Las caricias, el masaje o simplemente la
sensación de las manos calientes y cariñosas de sus padres ayudan al niño a sentirse seguro,
a disolver tensiones emocionales y a evitar que el pequeño establezca la relación entre ser
tocado y un estímulo lesivo. También pueden ayudar al bebé a olvidar el dolor y el miedo,
haciendo que asocie el tacto con el placer.
Para que este apego se desarrolle satisfactoriamente han de darse dos condiciones mínimas:
Los reflejos de presión, succión, de abrazo, etc., van a favorecer la interacción y el contacto
físico y proporcionarán al bebé información sobre el mundo que le rodea. El bebé necesita
este contacto físico para situarse en su entorno y saber que con él estarán sus padres.
Poco a poco permitirá al niño discriminar a unas personas de otras y reconocer las
emociones básicas, en sí mismo y en los demás, reconocer la sonrisa, el llanto, así como
las diferentes emociones en el tono de voz.
Técnicas de
masaje
(masajes)
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Para entenderlo más claramente, en el cuadro anterior Bowlby (1988) se refiere a la figura de
apego como algo que no sólo debe estar accesible sino responder a las necesidades del niño
de manera apropiada dando protección y consuelo.
- Cuando un niño confía en contar con la presencia o apoyo de la figura de apego siempre que
la necesite, será mucho menos propenso a experimentar miedos intensos o crónicos que
otra persona que no albergue tal grado de confianza.
Cuando a un bebé se le proporcionan medios más ricos y vastos para desarrollarse, crece en
él un interés y una capacidad para aprender sorprendente. La estimulación se concibe como un
acercamiento directo, simple y satisfactorio para gozar, comprender y conocer al bebé,
ampliando su potencial de aprendizaje.
Hay que convertir la estimulación en una rutina agradable que vaya estrechando cada vez más
la relación madre-hijo y aumentando la calidad de las experiencias vividas así como la
adquisición de importantes herramientas de desarrollo infantil. Al mismo tiempo, la estimulación
se debe realizar de manera planeada, fundamentada, y debe incluir planes sustentados en el
desarrollo integral, tanto en el ámbito físico como en el ámbito cognitivo.
El bebé, desde que nace, no deja de descubrir y conocer el mundo que le rodea. Ya desde el
tercer mes muestra gran interés por investigar y explorar. Sus habilidades motrices le permiten
manejar mejor su entorno y clasificar sus percepciones.
Al final del primer año, sus posibilidades motrices abren al niño nuevos campos de exploración.
Es capaz de observar y atender con detenimiento lo que le interesa empleando bastante
tiempo en ello. Es un buen momento para enseñarle las cosas, ya que demuestra buena
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disposición para el aprendizaje. El lenguaje es muy importante, se le debe hablar
permanentemente, comentarle todo lo que se esté haciendo.
¿Es el masaje en el niño una manera de estimular y afianzar el apego? ¿Es una manera más
de dar a conocer al bebé el mundo exterior? Las caricias y los masajes pueden estimular al
bebé, ya que mediante éstos activamos las diferentes vías de entrada de estímulos,
potenciando así un desarrollo integral: afectivo, cognitivo y motriz.
Se deben plantear los masajes como algo lúdico, tanto para los adultos (padres, educadores)
como para el propio niño, cuyo desarrollo físico debe ir en consonancia con el emocional y
afectivo.
Estimulación
Rutina lúdica
Los masajes suaves son, generalmente, considerados como seguros para los bebés de cualquier edad,
incluso para los recién nacidos. Sin embargo, hay que tener cuidado si el bebé ha tenido algún tipo de
operación o tiene erupciones cutáneas. No hay que olvidar que la piel del bebé es muy delicada y hay que
tratarla como tal.
Antes de empezar, hablaremos tiernamente al bebé y le sonreiremos. Esto ayudará a estimular sus
sentidos y hacer que se sienta más cómodo. No importa el tiempo que tardemos en ello, de nada sirve un
masaje en el que el bebé este incómodo, se trata de hacerle pasar un buen rato y de que se relaje.
Si el bebé desea moverse en diferentes posiciones, dejaremos que lo haga. Le gustará que lo toquemos
tiernamente. Ese contacto de nuestra piel con la del bebé no sólo contribuye a estrechar los lazos mutuos,
sino que estimula también el desarrollo adecuado de su cerebro. Pero, ¿cómo debemos prepararnos, tanto
educadores como padres, para dar un masaje que realmente sea reconfortante y efectivo en el bebé?
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- Seguridad, corazón, cariño.
Hay numerosas técnicas para relajar a un niño, analizaremos algunas de ellas. No hay que
olvidar que no existe una “técnica ideal” para relajar al bebé, a medida que probemos cada
una de ellas podremos ir combinándolas con las necesidades del niño y también con las
nuestras para crear el “masaje ideal”.
Es imposible que los masajes produzcan el mismo efecto en todos los bebés, puesto que
cada uno es diferente. Por este motivo intentaremos adaptar el masaje; no es necesario
seguir las instrucciones al pie de la letra. Seamos creativos en este sentido y variemos. Lo
deseable es que estas técnicas de masaje que a continuación se explican sean una guía
para nuestra rutina de relajación con el niño, no una lista de movimientos que tengamos que
realizar por obligación para que el bebé se relaje.
• Masaje en el agua:
El agua es un medio donde, de forma innata, el niño se mueve a placer, aunque con el tiempo esta
facilidad desaparece y el suelo gana espacio. En el agua los movimientos son más fáciles de realizar,
pero también nos genera una sensación de angustia ya que no controlamos la estabilidad ni el control
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postural. En este entorno perdemos dos puntos de referencia básicos: la respiración y el suelo.
Tenemos que ayudar a los niños a ajustarse física y mentalmente a este nuevo ambiente.
Debemos:
- Asimilar las vivencias de nuestro cuerpo en el medio acuático, poder experimentar posturas,
desplazamientos, cambios de posición, y comunicárselo al niño.
- Invitar al niño a que entre al agua una vez que estemos dentro es algo que lo tranquiliza y motiva.
- “Adaptar” al niño a la temperatura del agua. Hay que favorecer un movimiento suave, con
“serpenteos”, lo que supone una adaptación del bebé al medio a través de movimientos ligeros,
que permiten cambios de posición del cuerpo (boca arriba-boca abajo). Sin perder la referencia y
el contacto del adulto, los niños sienten la tranquilidad frente a un medio nuevo que todavía no
dominan. El rostro del adulto favorece, si es sonriente, la sensación de placer, y ayuda a fijar el
vínculo afectivo. En todo momento debemos tratar al niño con suavidad y cuidado en esta fase de
contacto con el agua.
- Valorar la capacidad que tiene el niño de mover los pies y las manos, ya que desempeñan un
papel esencial en la propulsión del cuerpo dentro del agua. La forma corporal tiene importancia
para aprender a hacer movimientos independientes en este medio.
Todos los niños deben aprender a controlar la rotación vertical, lateral, junto con la combinada, ya
que esto les proporcionará mucha seguridad, y se puede conseguir a través de lo que llamamos “bailar
en el agua”. En esta actividad el adulto ha de realizar movimientos suaves y continuos hacia el niño,
ajustando sus manos al movimiento del bebé.
En el momento del contacto directo con el agua aparece el miedo, ya que el niño a menudo no puede
controlar su proceso respiratorio. Tiene que ser siempre tranquilo y suave, y es importante que el
bebé observe a otros bebés o adultos antes para que vea que no sucede nada malo. Se puede iniciar
mojando, salpicando poco a poco, siguiendo la rutina de: aviso, entrada suave, decidida y tranquila
en el agua y salida con referencia en el rostro contento del adulto.
El agua, ante todo, proporciona un espacio de libertad. La falta de gravedad permite al niño
reestructurar el equilibrio y experimentar sus límites. También en el agua los niños pueden adoptar
cambios de postura constantemente, lo que les provoca placer. No hemos de olvidar que durante la
sesión de masaje en el agua se producen vivencias afectivas profundas, por lo que el niño expresa
corporalmente sus emociones y sentimientos, potenciándose su autoestima, favoreciendo la sensación
de seguridad y su confianza en sus propias posibilidades corporales.
Durante la sesión mantendremos el contacto corporal de extremidades en todo momento con el niño,
brazo-brazo, hombros-brazo, espalda-manos, cabeza-manos… Los materiales adicionales como
colchonetas o pelotas crean un clima lúdico y motivador que ayuda al niño a independizarse del
cuerpo del adulto sin perder su referencia.
Salir del agua supone un ritual que debemos cuidar mucho por varios motivos, entre ellos, la
diferencia de temperatura. Por eso, es conveniente que el adulto salga antes que el bebé y después le
duche con agua un poco más caliente que la de la piscina para que el niño se acostumbre y viva
placenteramente el cambio de escenario. Esta ducha, que debe iniciarse en la parte cervical de la
espalda, debe recorrer el cuerpo del niño. El adulto puede aprovechar el espacio de agua, una vez
haya secado al niño, para realizarle un masaje estructurante manual y activador, con el fin de que se
tonifique, ya que el agua lo deja, también, muy relajado.
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Masaje en el agua
Favorec
Permite
Contacto personal y lúdico en un elemento diferente.
Desarrolla
• Masaje Shantala:
Esta técnica de masaje se conoce también como masaje terapéutico para los niños, es de origen indio
y el médico francés F. Leboyer (1975) fue quien la desarrolló en occidente después de
observar los beneficios que producía en los niños de aquel país. El nombre de Shantala era
el de la mujer a la que vio por primera vez dar el masaje a su hijo.
Para F. Leboyer: «ser cargados, acunados, acariciados, tocados, masajeados, cada una de
esas cosas es alimento para los niños pequeños, tan indispensable, sino más, que
vitaminas, sales minerales y proteínas. Si se lo priva de todo eso, y del olor y de la voz que
tan bien conoce el niño, aunque esté harto de leche, se dejará le morir de hambre».
Con esta máxima explica que el contacto corporal mediante el masaje es tan importante
como la alimentación, ya que, durante los masajes, los bebés sienten una sensación muy
agradable porque no se trata solamente del contacto de pieles, sino también de
experimentar sensaciones. A la mayoría de los bebés les encanta el contacto físico.
El masaje puede desarrollar más rápidamente la coordinación motora, aumentar las reacciones
musculares, e incluso hacer que el bebé sea más receptivo y más apto para reaccionar al espacio que
lo rodea. Además de esto:
- Alivia el estrés y ayuda al bebé a relajarse de la saturación que le produce el día a día y a asimilar
todas las novedades que descubre.
- Estimula el sistema inmunológico y ayuda a mejorar el desarrollo del sistema nervioso del niño.
- Activa positivamente el sueño y hace que este sea mucho más tranquilo y profundo, provocando
un descanso más placentero.
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- Aumenta el contacto afectivo del bebé con padres y educadores a través del contacto, la mirada,
la sonrisa, los sonidos, los abrazos, las caricias. Estos elementos transforman al bebé en un bebé
saludable en todos los aspectos.
No hay que ser un experto para dar un masaje a un bebé, ni que recurrir a un centro especializado
para ello. Si los padres o educadores lo hacen, mejor que mejor, el instinto de ser madre o la
preparación del educador le indicará dónde tocar y cómo masajear al bebé.
Se puede empezar a hacer masajes a partir del primer mes del nacimiento del bebé y hasta cuando se
quiera. No tiene límites. El ejercicio del masaje Shantala se puede iniciar además a cualquier edad.
El masaje consiste en orientarse en una dirección y una secuencia de movimientos según la edad que
tenga el pequeño. Para que sea efectivo hay que añadirle ternura y delicadeza. Si se proporciona
placer se afianza la relación entre el que recibe el masaje (bebé) y el que lo da (padres-educador).
Constituye una manera más de comunicarse.
Es conveniente hacer un masaje diario, siempre después o antes del baño, y en un ambiente cálido y
cerrado. En época estival se puede realizar al aire libre en un ambiente amparado de corrientes de
aire.
Masaje Shantala
¿Cómo se realiza?
El adulto debe sentarse en el suelo con las piernas estiradas,
la espalda recta y los hombros relajados, cubriendo las piernas
con una toalla.
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• Masaje integral:
Es un masaje completo, realizado por todo el cuerpo del bebé, que empieza en los pies y
sigue hasta llegar a la cabeza.
- Los pies: deslizar el dedo pulgar desde el talón hacia los pies del bebé, y repetir lo
mismo con el otro pulgar. Después, hacer lo mismo con la palma de la mano, y el
mismo movimiento en el otro pie. Coger los dedos del pie del bebé con el pulgar y el
índice y presionar suavemente cada uno de ellos.
- Las piernas: el bebé debe estar tumbado boca arriba. Éste es un masaje agradable
para los niños que están aprendiendo a caminar, ya que les ayuda a aliviar las
molestias de las piernas durante el crecimiento.
Colocar la mano en el tobillo y levantar la pierna del bebé. Con la otra mano, sostener
el muslo y realizar un suave masaje en dirección al tobillo. Cuando se llegue arriba,
sujetar con esa mano el tobillo del bebé y con la otra hacer un masaje desde abajo
hacia arriba por el otro lado de la pierna. Hacer lo mismo con la otra pierna.
Coger el muslo del bebé con las dos manos y friccionar suavemente la pierna, girando
cada una de las manos en una dirección, hasta llegar al pie. Al llegar arriba, realizar un
suave masaje en los tobillos describiendo círculos con los pulgares.
- Espalda: frotar suavemente los hombros y la espalda del bebé con las yemas de los dedos. No
dar masajes por la columna vertebral. Se puede pasar la mano suavemente sobre su columna.
Usar los dedos con movimientos circulares en los glúteos del bebé. Masajear uno mientras que
suavemente se eleva el tobillo contrario, para mantener firme al bebé. Mover las manos en la
espalda del bebé en una sola dirección, hacia sus pies.
- Hombros y brazos: con el dedo índice y pulgar, adquirir la forma de un anillo y rodear los
brazos del bebé. Comenzar por su axila y lentamente bajar hacia su mano. Las presiones deben
ser más suaves alrededor de sus delicados codos y muñecas.
- Cabeza: suavemente, tocar la frente y las sienes del bebé. Con delicadeza, tocar sus párpados y
cejas, seguir hacia abajo, hacia su nariz, orejas, mejillas y alrededor de la boca.
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cerrándolas y abriéndolas. Cruzar las piernas y flexionarlas lentamente sobre el
abdomen.
Si se desea… Colocar al niño en una bañera con agua templada y dejar sólo la cara
Un baño fuera del agua. Dejarlo flotar, apoyando la nuca sobre el puño izquierdo.
La sensación del bebé será la regresión a las sensaciones de la vida
uterina.
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• El toque de la mariposa:
Esta técnica de masaje nació en Brasil con el nombre original de “O Toque da Bolboreta”, y
quien la dio a conocer fue la pedagoga Maria Aparecida Alves Giannotti (1981). Este tipo de
masaje tiene una ventaja sobre el Shantala que es la de no necesitar aceites ni cremas
para su realización, y lo podemos poner en práctica en bebés de días al presentar
movimientos lentos y muy suaves.
Los pasos fundamentales de los que consta esta técnica de masaje son:
- Lavarse las manos cuidadosamente y con un jabón neutro. Hay que hacerlo de manera
enérgica para activar la circulación.
- Sólo hay dos lugares en los que se ejerce una presión, en la palma de la mano y en la
planta de los pies, y siempre en dirección a los dedos. Este método de presión está
basado en la medicina tradicional china, según la cual todos los órganos del cuerpo
están proyectados en la planta del pie. Además de esto, las manos y los pies poseen
muchas terminaciones nerviosas fáciles de estimular.
- El lugar donde se realice el masaje debe cumplir las mismas características que en las
demás técnicas de masaje. Son necesarias una colchoneta y una sábana, y es normal
que el bebé se orine debido a la relajación producida durante el masaje.
- No se debe realizar el masaje después de la toma del bebé, ya que la energía en esos
momentos está focalizada en la digestión. Una buena hora es antes o después del
baño, y en este contexto se puede recurrir al masaje en el agua realizando movimientos
de estiramiento.
- Los masajes con esta técnica están indicados desde el nacimiento y en niños
prematuros, respetando las limitaciones de cada niño.
- Es importante hablar con el bebé antes del masaje, siempre manteniendo el contacto
visual, ya que esto lo calma y permite iniciarlo sin ninguna complicación.
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Volver a la posición inicial y repetirlo tres veces.
Girar la cabeza del bebé hacia un lado. Con una de las manos bien abierta acariciar
desde la oreja hasta el hombro. Hacer este movimiento tres veces de cada lado.
Tocar al bebé con una mano y con la otra masajear del hombro a las manos. Presionar con el pulgar
en su mano, abriéndola y girándola hacia arriba. Repetir tres veces de cada lado.
Deslizar las dos manos desde el hombro hasta la pelvis, repitiendo el movimiento tres
veces, y recordando que cuando una mano sube, la otra queda parada. Repetir tres
veces.
Para el niño es muy agradable y satisfactorio ser masajeado. Por otra parte, el masaje en sí hace que quien
lo recibe y quien lo da compartan emociones y energía. Pero, además de este placer, durante el masaje se
establece un equilibrio corporal que logra regular la excitación que a lo largo del día acumula el bebé.
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Control de la Regulación de
excitación funciones vitales
Relajación y
- Fortalece el vínculo materno haciendo que el bebé tenga menos angustia y esté más relajado.
- El sueño del bebé después del masaje será mucho más relajado, profundo y placentero.
- Cuando el niño está muy dolorido con la aparición de los primeros dientes ayuda a aliviar el dolor y
el estrés.
- Es relajante.
- Si se realiza entre niños, dirigidos por un adulto, mejora la relación entre ellos y disminuye la
agresividad.
¿Qué tipos de masajes favorecen este control de la excitación y mantienen la calma en el bebé?
Activa el sistema inmunológico Se eleva el brazo y se masajea la axila varias veces, luego
se repite en el otro brazo.
Estimula el ritmo cardíaco Se disponen ambas manos en el centro del pecho, y se
empuja hacia los lados siguiendo la caja torácica, como si se
estuviera alisando un papel arrugado.
Calmante Se forma una sonrisa en su rostro con tus pulgares en el
labio superior y luego en el inferior. A continuación se realiza
un círculo con los pulgares alrededor de los ojos y se
acaricia desde el centro de la frente hacia las sienes.
Aumenta las defensas Se colocan las manos alrededor del brazo del bebé como si
estuviera sosteniendo un bate. Se mueven suavemente sus
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manos en direcciones opuestas, hacia delante y hacia atrás,
desde el hombro a la mano, apretando ligeramente a
medida que realiza esta acción. Se hace lo mismo con el
otro brazo, luego se masajea cada uno de los dedos.
Libera secreciones De espaldas, en dirección hacia fuera, se deslizan las
manos en sentidos opuestos, bajando por la espalda hacia
las nalgas.
Estimula el hígado Con el pulgar y el dedo índice se sujeta el índice del niño a
la altura de la última articulación del dedo, y se aprieta cien
veces hacia la yema del dedo del niño.
Libera tensiones en el estómago Se mantiene cogida la mano del niño en la misma posición y
se aprieta cien veces en la zona interior de su pulgar. Se
hace presión solamente en dirección a la punta del pulgar
del niño, para eliminar el bloqueo del estómago.
Fortalece el estómago Se rota la mano en el sentido de las agujas del reloj y a
continuación en sentido contrario formando una
circunferencia grande alrededor del vientre en ambas
ocasiones.
3.5. El automasaje
Cuando hablamos de aplicación de técnicas de automasaje en el niño nos puede parecer algo
ridículo, pero no es así. Evidentemente, cuando es un bebé no cabe la posibilidad de que se
realice un automasaje pero, a medida que va creciendo, y si para él el masaje se convierte en
algo rutinario y natural, se le pueden ir indicando técnicas de masaje, no explicadas como tal,
sino como una manera más de jugar que le permita tener un control de su cuerpo y relajarse.
¿Qué lograremos con el automasaje en el niño? ¿Cómo lo guiaremos? Será ideal para ponerle
en contacto con su organismo y relajar cuerpo y mente. Es posible ponerlo en práctica en
cualquier lugar, y se puede hacer parcialmente en ciertas zonas o, si se tiene el tiempo, en
todas las partes del cuerpo. Lo ideal es realizarlo acostado. Todo ello como si fuera un juego
más dentro de la dinámica de su vida diaria.
- Las rotaciones se deben hacer siempre en sentido contrario a las manecillas del reloj y
luego en el sentido de las agujas del reloj.
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Con la mano en forma de puño, masajear el arco de la planta de los pies cinco veces en cada
dirección.
Masajear ambos huesos del tobillo de cada pie.
Presionar la parte posterior de la rodilla.
Torcer el pie y la pierna hasta el muslo para liberar las tensiones. Repetir con la otra pierna.
No hay que olvidar que todos estos masajes son guiados por un adulto y que deben ser un
complemento más que ayudará al niño a afianzar su autoestima, su esquema corporal y el
conocimiento tanto de su cuerpo como el de los demás.
Es necesario que los adultos tengamos un control de la respiración con el fin de poder
enseñarle al niño a respirar correctamente. Esto será beneficioso tanto para nosotros como
para él, ya que respirar bien es una fuente de salud.
- Consigue efectos inmediatos con sólo unos minutos que practique estos ejercicios de
respiración: vitalidad celular, mejoría cutánea, oxidación de músculos y, muy
especialmente, una profunda relajación.
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- Una buena respiración es muy recomendable para mejorar el rendimiento del aparato
digestivo.
- Su aplicación no requiere desarrollar ejercicios previos todos los días... sólo respirar.
- La respiración es imprescindible para el ser humano. Podemos estar días sin comer o
beber, pero sólo unos pocos minutos sin respirar bastarían para acabar con nuestra vida.
La respiración es vital.
• Inspiración. El diafragma baja cuando entre aire en los pulmones. Lo notamos porque el
abdomen se hincha. Haz la prueba inspirando profundamente. Si no notas que el diafragma
desciende y se hincha el abdomen la respiración es deficiente.
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A continuación señalamos algunos ejercicios de respiración:
Es necesario
concentrarse primero en
la espiración: espirar
varias veces, tratar de
quedarse sin aire en los
pulmones, expulsándolo
Preparación
Lo mejor para estos ejercicios de Debemos intentar que la
respiración es ponerse cómodo, tendido de
espiración sea lenta,
espaldas en la cama o en una manta en el
suelo. Hay que intentar estar lo más
larga y profunda.
relajado posible. Podemos hacerlos y También silenciosa. Hay
practicarlos nosotros con los niños en que concentrarse en el
cualquier situación o lugar. Con música movimiento del
relajante, cerramos los ojos y pensamos en diafragma.
la naturaleza.
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CONCLUSIONES
A lo largo de esta unidad didáctica hemos visto la importancia que tiene en el desarrollo del
niño la relajación y el beneficio que producen los masajes en su organismo, tanto para calmar
el estrés que a lo largo del día acumula, como para su desarrollo corporal y mental.
Los masajes implican un contacto físico que afianza la relación del bebé con sus padres y
educadores. Así, el apego se ve reforzado, y eso es muy importante en los primeros años de
vida del niño. La estimulación se convierte en una rutina de juego que potencia su desarrollo
motriz, cognitivo y afectivo que hará que su contacto con le mundo exterior sea más fácil.
Es importante que los adultos hagamos que el momento del masaje forme parte de la rutina
diaria del bebé y que sea tan importante para él como los paseos, la comida, el sueño, etc.
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