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Poema - canción
Letra y Música de Eduardo Tasayco Soto
Interpretado por: Luis Abanto Morales Jr., Braulio Hito y Jesús Segura
Moquegua querida
Adornada de montañas
Que misteriosas guardan
La riqueza del Perú.
Tierra del sol soberana
Por tu lealtad idolatrada
Eres tres veces coronada
Benemérita del Perú.
Desde el umbral de tu Sierra
Entre el ganado, paltas y sembríos
Viene cantando tu río
Al Damasco y al parral.
Al brillar tu cielo azul
Se ve más linda Samegua
Y en la cima del Cerro Baúl
Flamea más el estandarte
Musa de Amparo Baluarte
Diosa de los versos bellos.
Que brillen más, que brillen más los monumentos
De José Carlos Mariátegui y Domingo Nieto
Doña mercedes Cabello de Carbonera
Manuel Ubalde y Mariano Lino Urquieta.
Para Moquegua, esmeralda en primavera
Vayan mis versos floridos, tejidos en sonatas
Para cantarle a mi Santa Fortunata
Por tantos milagros que nos trae del cielo.
1997-11-27
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Fueron sus padres don Felipe Neri Baluarte Ugarteche y la distinguida dama doña
María Encarnación Cornejo de Baluarte, ambos moqueguanos.
Más adelante apreciaremos la profunda huella que el permanente cariño y el
recuerdo que AMPARO siempre profesó a sus padres, primero en vida de los
mismos y posteriormente honrando su memoria, se perenniza en diversas etapas
de su fecunda obra poética.
El año mil novecientos cincuenta y uno contrajo matrimonio con don Ángel
Alvarado Valdez -su "alma gemela" como lo proclamaría años más tarde en sus
versos enamorados, oriundo del Departamento de Amazonas, Profesor de Coros
Escolares del Ministerio de Educación, con quien comparte un hogar en el que
impera el amor y el afecto verdadero, sólidamente afianzado durante largos años
de feliz unión.
AMPARO, por esas cosas del destino, vino a Lima en compañía de sus padres a
la temprana edad de cinco años y aquí se quedó cursando sus estudios en el
Colegio María Auxiliadora del Callao. Pero no por ese hecho olvidó su lejana y
amada Moquegua, pues ella vive bajo la permanente nostalgia del suelo que la vio
nacer y al que le ha entregado su afectuoso recuerdo en versos sentidos que
testimonian su memoria.
Su infancia y su posterior asomo a la juventud transcurre en un hogar en el que no
se hace ostentación de riquezas, pero en el que existe un sólido soporte espiritual
que impregna todo su ser de bondad y dulzura y forja la fragua incandescente de
su intelecto creador.
Es así que sucesivamente y cual si fuera una ola incontenible, sus poemas toman
forma y al materializarse se engarzan unos con otros formando un collar precioso
inmenso, inacabable, pues de su mente ligada en íntima comunión con su espíritu,
que fulgura como si hubiera recibido un soplo divino, la poesía fluye con la vital
fertilidad que emana de su radiante juventud.
Sus tempranas obras literarias fueron recogidas por destacados compositores
nacionales que tuvieron en los poemas de AMPARO la fuente de inspiración para
producir temas musicales que engalanaron con brillo sin igual una década de oro
en el cantar popular de nuestra patria (comprendida entre los años 1940-1950),
pródiga en temas musicales que el tiempo no alcanza a borrar y han quedado para
deleite de las generaciones venideras.
Podemos mencionar entre muchísimas de sus co-producciones, pues AMPARO
aporta las letras, su cálido e idílico vals "Secreto", una de las canciones más
difundidas y conocidas de nuestro cancionero y de la que se conocen y están
registradas veintidós grabaciones por distintos intérpretes tanto en el Perú como
en el extranjero, el poético vals "Cerca de ti", la perfumada y también ampliamente
difundida polka "Mañanita", su tersa y anhelante "Nostalgia", temas que se
complementan en la parte musical con la participación de Francisco Reyes Pinglo,
a esa incomparable y descriptiva "Noche Criolla", rebosante de alegría y auténtico
sabor limeño, la sutil "Fantástica", el vals "La Espera" en cuyas notas se trasunta
la ansiedad por la demora del ser amado en acudir a la cita de amor; tenemos
también ese bello manojo de polkas conformado por "Viva...ia" y "Mágica flor" y el
expresivo vals "No quiero recordar" entre otras tantas composiciones
musicalizadas por el maestro y eximio laudista don Nicolás Wetzell y así, debiendo
hacer penosas abstenciones por razones estrictamente de espacio, de cientos de
otros poemas llevados al pentagrama por destacados compositores, llenaríamos
páginas enteras proclamando el significado que tiene el aporte del Talento, la
inspiración y el verso florido y galano de AMPARO para llenar de poesía las letras
de nuestro cancionero popular, el mismo que ha contribuido a enriquecer y
enaltecer como muy pocos han logrado hacerlo a través de los años.
Por otra parte, la rima y la métrica en la poesía de AMPARO se ha caracterizado
por el esmerado afán y cuidado que siempre ha puesto nuestra insigne poetisa en
la conformación gramatical de sus poemas. De esa manera, la conjugación
musical de los mismos se ve facilitada por la homogeneidad de las sílabas que
conforman sus versos haciendo que su incorporación dentro de la rigidez
imperante en los compases musicales se vea facilitada en extremo, dando
oportunidad al lucimiento de todo aquel que musicalice el incomparable mensaje
que encierra su poesía.
Y así, habiendo tomado contacto con el mundo de ensueño y de ilusión que para
ella es "su vida", la poesía incesantemente aflora de lo mas hondo de su ser. Para
AMPARO la poesía es vida y ella vive la vida en verso y como el tiempo transcurre
por su cauce inexorable, dejándonos alegrías y sinsabores, esas mismas
vivencias hacen que nuestra poetisa ingrese a una etapa de evidente superación y
consistencia literaria que origina la publicación de su segundo libro al que
denomina LA RUTA LUMINOSA, publicado el año mil novecientos cincuenta y
ocho, en el que ya surge como poetisa profunda, inspirada e iluminada. Ya no solo
canta al amor idealizado sino que también asoman los primeros vestigios de
estado de ánimo contrapuestos, ya la desilusión se hace presente en actitudes en
las que su entrega no es correspondida, añadiendo al gozo de amar el dolor que
produce la incomprensión o el temor que la invade ante la posibilidad de la pérdida
o alejamiento del ser amado.
También la huella de la separación surca profundamente su vena lírica y aún los
elementos de la naturaleza se van revistiendo de inclemencia, de frigidez y del
tedio que produce el hastío y el desasosiego.
Lo que sí se afianza es ese sólido afecto que le profesa a todos sus semejantes, a
quienes identifica y valora como si fueran sus hermanos. Este amor le brota como
un murmullo cuando en forma categórica, plena de convencimiento de lo que
siente y ansía nos expresa con la ternura de su verso cálido y febril:
"¦
"
AMPARO ya encontró su destino, su lugar en la vida y el por qué de su existencia;
para ella la poesía es TODO y vive para ella, pues preside todos sus actos, es su
principio y su fin, es su sustento material y espiritual, es el alimento con que nutre
sus ansias, es como si en las alas de su verso quisiera recorrer el mundo entero...!
Y efectivamente emprende ese periplo lírico y sus poemas recorren el firmamento
y llegan a otros países, algunos de ellos muy lejanos y va....es hermanos en fe y
en el verso se preguntan: ¿quién es esta diosa que a las alturas se remonta, cruza
mares y montañas trayéndonos su mensaje de bondad, de amor y de ternura? Es
el insondable misterio de poder transmitir un sentimiento elevado por medio de las
letras y si éstas se conjugan poéticamente, ese mensaje es capaz de aperturar
todos los corazones.
Y cual románticos trovadores inician una cruzada epistolar con nuestra AMPARO
a quien colman de ofrendas galanas que ponderan la exelcitud y virtudes tanto de
la poetisa como de la mujer. Y AMPARO recoge el guante literario que le han
enviado y teje sutil a veces, ingeniosa en otras y siempre afectuosa en todas, las
respuestas a los cálidos mensajes que le llegan de todas partes del mundo del
verso, de ese mundo de ilusión y fantasía en que ella vive intensamente.
Todo este conjunto de poemas dedicados a AMPARO y sus consecuentes
contestaciones a los bardos que la ofrendan, es recogido en su tercer libro bajo el
título de EPISTOLARIO LIRICO, que se publica el año mil novecientos sesenta y
tres y contiene cual rico joyel, multitud de homenajes líricos que vienen de
España, Argentina, Uruguay, México, Brasil, República Dominicana, Cuba, El
Salvador, Honduras, Colombia, Chile y Bolivia. Este libro marca el espaldarazo
consagratorio para AMPARO, pues la presenta como maestra en la poética. Es un
libro en el que el aroma de las rosas queda perennizado y el jazminero destila su
fragancia nocturnal en cada una de sus páginas.
^
Leyendo la Revista Libertana Nº 3 de diciembre de 1959, encontramos que ese año se
forma en el Colegio de La Libertad (Moquegua) el Club de Literatura al cual le pusieron el
nombre de £
integrado por 75 alumnos de los diferentes grados. El
presidente de esta organización fue quien ahora presentamos en estas líneas. Es en la
misma revista donde se publican dos composiciones suyas, producto de los juegos
florales
promovidos en el Plantel. En las palabras introductorias se dice que
[«] el alumno Víctor Arpasi F. [«] está afianzándose en el cultivo de la poesía [«] sus
versos, que los ha reunido en un libro, todavía inédito [«], constituyen el anuncio del
único poeta que surge en nuestro medio, quien necesita del estímulo de quienes tenemos
esperanza puesta en el resurgimiento espiritual de esta tierra, afianzando y luchando, por
sobre toda otra consideración, los valores eternos del humano pensar, que no requieren
fronteras ni son el fruto de apariencias no acomodos.
Al año siguiente, 1960, el Dr. Juan B. Scarsi, profesor de Literatura de Víctor
Arpasi, le publica en edición mimeografiada cien ejemplares de las composiciones en
verso de aquellos años de colegio, bajo el título de
. Allí, en
escribe:
[«] la aparición de un poeta que interprete las alegrías o las tribulaciones, la ensoñación
o
el aniquilamiento doloroso, constituye el anuncio de un mejoramiento espiritual y social.
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El texto termina con estas frases premonitorias:
Creo fundadamente que, Moquegua, con su paisaje, su tradición, sus gentes sencillas,
calladas o indiferentes, ha de ser un nuevo hito de su evolución poética.
Palabras que más que valorar la calidad, incentivaba al adolescente a seguir en la difícil
tarea de la creación literaria. Y pareciera que las palabras vertidas por ese excelente
mentor
de aquella generación de jóvenes, hubieran definido el accionar, los ideales y el camino
que iba a seguir Víctor Arpasi. Ya que después de que Moquegua viviera un
, en el que sólo se tenía
de Amparo Baluarte y a ella como
un
eco lejano de poesía moqueguana, era notoria la ausencia de la creatividad poética en
estas
tierras, surge esta expresión juvenil «
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"
», como dice Scarsi Valdivia del joven autor.
De aquellas amarillentas páginas que contienen esos versos de niño o adolescente
huérfano, que más se guardan por cariño y curiosidad, leemos el soneto #
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En realidad es un librito con poemitas que tratan de expresar el sentir y experiencias
de un colegial que ingresaba al ámbito difícil del manejo del lenguaje« De todas
maneras,
es el comienzo de una vida en lucha permanente y fraternal con el idioma
Víctor Arpasi Flores nace en Moquegua un 10 de marzo de 1942. Sus padres muy
jóvenes vinieron a esta ciudad de la zona puneña de Platería... Su padre fue quien influyó
también decididamente en su formación lingüística castellana, a pesar de ser
aimarohablante.
Así como fue introduciendo al niño en la lengua española, en el habla y en la
escritura, le fue poblando su imaginación con relatos extraordinarios de la sirena de los
puquios, de los condenados que caminaban o subían eternamente una piedra hacia una
cumbre, de los monjes ³carisiris´, del zorro ladino siempre derrotado por otro animalito
débil y pequeño, sea la huallata o las ranitas que superan en ingenio al prototipo de la
astucia. No sólo hubo la narración de las tradiciones del Ande, sino las peripecias
paternas
caminando por las rutas frías de la cordillera, o las vicisitudes en el trabajo del campo con
el algodón y los viñales; junto a ello fue recibiendo por la voz paterna los mitos y leyendas
de estas tierras cálidas que les habían acogido: la leyenda del cerro Baúl, la cabeza
voladora, y tantos relatos más de las anécdotas de la Moquegua de antaño mezcladas
con la
fantasía propia de la gente andina... Todo ello fue contribuyendo a crear en el alma de
niño
la fuente de futuras narraciones.
Asimismo, el autor considera que fue clave para su formación espiritual e
imaginación la existencia en el hogar de dos libros sumamente gastados por el uso:
.(y !
. Pues, apenas aprendió a leer, Víctor se solazaba y
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maravillaba leyendo las tantas aventuras y sucesos que contenían las páginas de
aquéllos
libros hasta hoy sus preferidos«
Si bien, en su niñez acudió a la lectura, su afición a la lectura fue determinante
cuando en su pubertad vio en la clausura del año escolar que un señor le entregaba a un
alumno como premio una colección de
(y una diploma por haber sido el
"
*, era diciembre del año de 1955. El señor que entregó el premio y el diploma
fue el profesor de Lengua y Literatura, don Juan B. Scarsi Valdivia, y el alumno premiado
fue Ismael Pinto Vargas, futuro historiador y animador de conferencias literarias en sus
esporádicas visitas a Moquegua, y autor de muchos libros relacionados con la historia
local. Este acto decidió al adolescente Víctor Arpasi Flores ser él quien recibiría al año
siguiente tales premios, y por sus ojos ávidos pasaron, entonces, Homero, Ovidio,
Esquilo,
Sófocles, Cervantes, Calderón, Montalvo, Bolívar, Sánchez, Rodó, Hernández, Alegría«
y
cuánto libro figurara como importante en la Biblioteca del colegio de La Libertad; si bien
no recibió premio alguno, las lecturas le sirvieron para que fuera derivando poco a poco a
la creación poética en las aulas de su Colegio de la Libertad y a ser un permanente y
ávido lector.
El año 1981 don Luis E. Kuon Cabello (cit., 304) publica su libro /
!
En este libro, en el capítulo VII, sobre la
dedica estas líneas a Víctor Arpasi:
.
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Luego, transcribe una composición titulada
que fuera publicado
en una revista local:
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Víctor Arpasi estudia su primaria en uno de los más viejos planteles de primaria de
Moquegua, el conocido como el 980». Su transición la realiza en el £
La
secundaria en el Colegio de La Libertad donde recibe la influencia de su profesor de
Lengua y Literatura, Juan B. Scarsi Valdivia, al cual le guarda una irrefragable y profunda
gratitud. No pudo seguir estudios superiores, hasta el año de 1977, fecha en la que
ingresa
a la entonces ESEP de la ciudad de Moquegua, cuando se abre un programa para
adultos.
Termina sus estudios en la Especialidad de Contabilidad-Administración. De allí, en 1981
ingresa a la Universidad de San Agustín de Arequipa a la carrera de Contabilidad y
estudia
apenas el primer semestre, pues tuvo que retirarse por razones laborales. Al año
siguiente,
ya como trabajador independiente, postula a la misma universidad, pero en la carrera de
Lengua y Literatura que culmina en 1988. Su meta, es, como lo dice siempre: !
; aunque ahora se dedica también a la docencia en el
Instituto Superior Tecnológico Benjamín Franklin, una entidad privada; de igual manera
desde hace un año está como docente de Comunicación en el colegio secundario y
privado
Francisco Falhman. Fue docente durante año 1997 en el Instituto Superior Pedagógico
Público Mercedes Cabello de Carbonera. Allí, la promoción de Lengua y Literatura 1973-
1977 decidió llevar su nombre. Luego fue contratado por medio tiempo en el primer
semestre del año de 1998, y el segundo semestre simplemente no le renovaron el
contrato.
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En la actualidad, algo que es ya definido en él, se encuentra estudiando una maestría
para
poder enseñar con mayor holgura y eficacia a quienes quieran acudir en busca de su
consejo u orientación.
Su breve pasaje por el Pedagógico sirvió para que los estudiantes de la promoción
1997-2001 continuaran, fuera de las aulas, siendo sus alumnos preferidos, a los cuales
ayudaba y asesoraba en sus estudios y en sus prácticas docentes. Fue una relación
amical y
profesional entre alumnos y ex docente que le dejó gratísimas experiencias y
conocimientos invalorables.
La labor que desarrolló y desarrolla Víctor Arpasi Flores siempre ha sido
silenciosa, pero no por eso insustancial. A continuación reseñaremos su producción en
diferentes ámbitos, pues su labor, además de colaborar con algunos poemas para
algunos
eventos culturales o periódicos locales, su trabajo rebasa estos límites. Se dedica al
periodismo, a la narración, a la investigación histórica, a la reflexión educativa y a la
organización cultural. Todo ello con sus avatares y recompensas morales. Experiencias
que le sirven para alimentar su imaginación y sus relatos y sus composiciones poéticas.