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¿CUÁL ES EL SENTIDO DE LA VIDA?

 
La pregunta sobre el sentido de la vida, genera miedo de mirar nuestro interior
porque sabemos que vamos a encontrar aspectos de nuestra vida presente o
pasada que no queremos recordar –situaciones penosas, actitudes de las que
eventualmente no nos sentimos orgullosos y otros fantasmas. Por eso resulta
mucho más fácil decir que el sentido de nuestras vidas no proviene de nosotros
mismos, sino de algo externo como un determinismo socio-religioso o histórico.
 Como enfrentar miedos y fantasmas:
Abriéndonos a una comprensión positiva de lo que somos y de lo que queremos
ser. Analizándonos nosotros mismos, en tres niveles, los gustos, el nivel ético y el
nivel trascendental.
1.- Nivel de los gustos primarios: Somos seres biológicamente condicionados.
Nuestra propia naturaleza nos presenta dos preguntas: ¿Qué nos gusta hacer?
¿Qué nos produce placer?. Estamos obligados por ADN a tomar conciencia plena
de nuestro cuerpo, de nuestros sentidos, y de nuestras preferencias sociales,
ejemplo: Estar solos o en grupo, clase de compañía que disfrutamos, o qué nos
produce rechazo o aburrimiento.
2.- Nivel ético. Aquí decidimos nuestras acciones en base a lo que consideramos
bueno o malo, correcto o incorrecto en el ejercicio de la libertad. (Somos lo que
hacemos, Jean Paul Sartre).
Para saber qué somos y qué pensamos, observaremos nuestras acciones. La
filosofía nos brinda las herramientas para distinguir lo que se esconde detrás de
las decisiones que tomamos al actuar (valores o antivalores). Ejemplo: Es más
seguro pensar que cada ser humano vale por lo que los demás piensan de él. El
no pensar así hará que los demás lo rechacen por no haber actuado como los
demás quieren que actúe.
Ejemplos:
1.- la decisión de abortar o no abortar.
2.- La decisión de creer o ser ateo.
3.- La decisión de ser nudista o textil.
4.- La decisión de expresar preferencias sexuales.
5.- La decisión de permanecer virgen o experimentar la sexualidad.
Si queremos enfrentar los miedos y fantasmas primero debemos conocernos a
nosotros mismos. Sólo si conocemos bien nuestros deseos y preferencias
primarias podemos plantearnos libremente principios éticos (valores) coherentes
que nos den satisfacción.
Ejemplo: Si elijo que estudiar es importante para ser una persona más plena, y
con prestigio social, debo inhibir mis temores y mis necesidades biológicas de
manera consciente para lograr mi objetivo. (Desvelarse, dedicar horas al estudio,
sacrificar diversiones, sexualidad, alimentación y otras actividades placenteras
para lograr el objetivo con éxito). La peor elección es ponerse a estudiar como
loco, sin pensar detenidamente sobre estos otros aspectos del ser, y ser vencido
luego por la presión social, la desconcentración, malestares físicos, etc.
Estudiar motivado por causas externas al estudio mismo, como el prestigio social,
lucirse ante los demás o ganar mucho dinero, vuelve al estudio un medio en vez
de un fin, ejecutando la acción de estudiar como una máquina sin entender por
qué, haciendo algo aburrido y que en realidad puede no importar.
Los deseos llevan a la búsqueda del placer y la satisfacción, siempre y cuando se
elijan éticamente según una clara escala de valores, en la que el placer inmediato
ocupa una posición mayor que el sufrimiento.
3.- Nivel de lo trascendental. Es el orgullo de ser parte de la humanidad, un ser
social, salvo que se anule o reprima a través de argucias argumentativas de
sometimiento y esclavitud como la fuerza, el miedo, las creencias, costumbres o
religión.
Ejemplo: El deseo de vivir la sexualidad sin represión y la libertad de pensamiento
de un hombre que conjuntamente con otros hombres hagan posible un cambio en
la alienación de derecho del hombre por el hombre a través de la lucha por la
verdad y la realidad con una victoria de la clase reprimida sobre la clase opresora.
No todos distinguen con claridad entre sus deseos primarios genuinos (comer,
dormir, beber, defecar, sexo, descansar, refrescarse y relajarse) y lo que desean
por presión social y el consumismo (dinero, bienes, ropa, perfumes, viajes,
posición social, autos, buen trabajo, elitismo, etc.). También suele ser difícil
distinguir entre lo que uno declara que desea y lo que las acciones nos muestran
lo que realmente deseamos.
Las organizaciones socio religiosas promueven el “sacrificio” de los deseos y
gustos individuales cambiándolos por dogmas y doctrina, establecidos por el
cristianismo, en un ambiente de lugubridad que desprecian y niegan el placer
sexual. Si ignoramos este hecho, ignoramos la realidad y la verdad de nuestra
naturaleza y aceptamos sumisamente la represión, y el desprecio por los gustos y
placeres humanos, aunque sintamos la frustración y sepamos que nos conduce al
fracaso.
El sentido de la vida depende de la experiencia personal, el contexto social y las
disposiciones biológicas de cada individuo. Sin embargo, podemos afirmar sin
temor a equivocarnos, que el sentido que la vida tiene para cada uno se determina
no por lo que dice la persona, sino por lo que hace. Lo más importante no es lo
que las personas digan, sino lo que hagan, y no pretendan ser como los otros
quieran. Pero debemos conocer como somos.
 El sentido de vida, consiste en la superación y desarrollo del individuo, sin
cambiar sus deseos primarios, únicamente cambiaran sus valoraciones éticas, el
proceso de cambio se da en las cuatro etapas siguientes:
1.- Auto motivación personal.-
1.1. Yo primero
1.2. Yo valgo
1.3. Yo me conozco
1.4. Yo puedo
1.5. Yo me acepto
1.6. Yo me amo
1.7. Yo quiero
1.8. Yo hago
1.9. Yo soy
1.10. Yo me responsabilizo
1.11. Yo me comprometo
1.12. Yo soy digno
1.13. Yo me respeto
1.14. Yo me admiro
1.15. Yo estoy orgulloso de mi
1.16. Yo soy libre

2.- Ubicación en la realidad.


2.1. Soy congruente
2.2. Prefiero la verdad
2.3. Conozco y acepto mis limitaciones
2.3. Dependo de mi mismo
2.4. Reconozco mis opciones
2.4. Actúo consciente
2.6. Me acepto como soy
2.7. No me avergüenzo de mi mismo
2.8. Soy lo que hago
2.9. Acepto que no le agrado a todos
2.10. La única opinión de mi mismo que cuenta es la mía.
2.12. Acepto mis errores pasados como experiencia y aprendizaje

3.- Limitaciones.
3.1. Inconsciencia.
3.2. Ignorancia
3.3. Percepción irreal
3.4. Miedos
3.5. Fantasmas
3.6. Creencias
3.7. Tabús
3.8. Costumbres
3.9. Represión sexual
3.10. Culpa
3.11. Inhibiciones
3.12. Prejuicios
3.13. Afán de reconocimiento
3.14. Afán de pertenecer a un grupo
3.15. Someterse
3.16. Esclavitud dogmatica

4.- ¿Quién quiero ser?


4.1.

Como damos sentido a nuestra vida?.- Creando un filtro mental positivo todo
el tiempo. Pensando en lo bueno de las cosas. Estableciendo un criterio
filtrado por valores. Generando endorfinas de manera consciente, risa,
ejercicio y sexo. automotivandonos, viviendo nuestra realidad, conociendo
nuestras limitaciones y desprendiéndonos de ellas, formando una nueva
persona con nosotros mismos y generando el cambio de nosotros mismos
de manera permanente.

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