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Perspectivas actuales en el estudio del suelo
La proliferación de neologismos en el ámbito de las ciencias del suelo está motivada
probablemente por dos circunstancias que tienen una casuística diferente, pero que han
actuado de forma sinérgica en el desarrollo actual de éstas disciplinas. Por un lado, se debe
hacer frente al fenómeno cada vez más preocupante de degradación y pérdida de suelo,
mientras que por otro existe una conciencia, cada vez más extendida, de la complejidad que
ofrece el suelo como objeto de estudio. En ese contexto, el escenario actual en el que
transcurre la actividad de los científicos parece corresponder a la búsqueda de nuevas
teorías, olvidando frecuentemente toda la observación y experimentación que se ha
realizado hasta el momento. Desde el conocimiento científico, se intenta dar respuesta a
una situación social y económica muy preocupante, que debe hacer frente a la pérdida
progresiva de un recurso esencial como es el suelo. Pero la solución parece buscarse en la
reducción a un algoritmo, de la complejidad estructural y funcional del medio edáfico, en el
que los modelos reduccionistas fracasan ante pequeñas variaciones de las condiciones
fijadas para el escenario en el que han sido descritos. Las perturbaciones a las que está
sometido el suelo originan respuestas diferentes si tenemos en cuenta la dimensión
espacial, pero para un mismo suelo también se observan efectos distintos según el momento
en el que tenga lugar la perturbación. Un episodio de precipitación intensa tiene
consecuencias totalmente distintas en un suelo seco, cerca del punto de marchitamiento y
con una hidrofobicidad elevada, que si el suelo se encuentra a capacidad de campo.
Se considera que las variables biológicas del suelo manifiestan una respuesta rápida frente
a las perturbaciones a las que pueda estar sometido, produciéndose generalmente un
descenso de los valores finales, ya sean poblaciones, actividades o concentraciones,
respecto a los valores iniciales. Sin embargo también pueden producirse incrementos
significativos, como ocurre con el aumento de las poblaciones de patógenos en los
agrosistemas, ya sea por manejo inadecuado o por la eliminación de elementos clave para el
funcionamiento del suelo.
Volviendo a considerar la complejidad del suelo y la jerarquización de sus componentes
estructurales y funcionales (que varía según el escenario considerado), y frente a la
demanda de soluciones para abordar el problema de la degradación, la proliferación de
neologismos parece ir encaminada a la búsqueda de una "teoría del todo" que permita
explicar todos los fenómenos que tienen lugar en el medio edáfico. Algunos de esos
neologismos están basados en percepciones que tienen una proyección claramente finalista
(aumentar o mantener la producción), otros se subordinan al ámbito metafórico o rescatan
conceptos ambiguos de otras disciplinas.
Pero para profundizar en el conocimiento del suelo es necesario conciliar la observación con
la teoría y fijar los límites de ésta ultima en su dimensión actual. Se estima que conocemos
menos de un diez por ciento de la biodiversidad edáfica y muchos aspectos de sus
mecanismos funcionales son todavía desconocidos. Por otro lado, muchas de las
determinaciones de variables edáficas analizan la capa más superficial y suelen ignorar lo
que sucede a una profundidad mayor de veinte o treinta centímetros.
En las circunstancias anteriores, la búsqueda de algoritmos, ecuaciones o sistemas de
ecuaciones que tengan una proyección universal y puedan describir el sistema suelo en su
conjunto, está sujeta a numerosas restricciones. Es bastante probable que el proceso de
autoorganización en el medio edáfico se encuentre condicionado por grupos de variables,
que son diferentes según la situación, espacial y temporal, considerada. Por ello es
fundamental conservar los atributos de referencia en los diferentes tipos de suelo, que
permitan la comparación con situaciones en las que la intervención humana ha modificado las
condiciones iniciales. La constitución de "reservas de suelo" sería equivalente a la
conservación del registro fósil, que permite a los paleontólogos reconocer los elementos de
partida en los diferentes caminos evolutivos que han seguido los seres vivos. En el futuro
más próximo las ciencias del suelo deben seguir profundizando en la observación y el
análisis que permita construir una teoría más acorde con la complejidad del escenario y el
anidamiento de jerarquías que admita la generalización y la construcción de un modelo
holístico consistente.
Como corolario valga la siguiente reflexión. Si aplicamos el concepto de calidad a los
ecosistemas terrestres, en los que no hay que olvidar que el suelo regula el ciclo de
materiales, ¿cuáles serían los de mayor calidad?¿los ecosistemas boscosos frente a los no
boscosos? ¿la selva frente a los desiertos? ¿los ecosistemas con escasa intervención
antrópica o los agrosistemas?. Podía continuar ad libitum y, sin embargo, estaría dando
vueltas sobre el mismo marmolillo. Esos ecosistemas son construcciones de nuestro
intelecto, que forman parte de un sistema mucho más complejo y jerárquicamente superior
en cuanto a nivel de organización, para cuyo conocimiento todavía existen grandes lagunas
desde el punto de vista teórico y conceptual. Pero las aproximaciones desde ámbitos
diferentes a la consistencia del método científico pueden proporcionar más ruido que
claridad. O, ¿hay alguien por ahí que este en condiciones de explicarlo?.
Avelino García Álvarez
Comentarios
Juanjo Ibáñez
# re: Ciencia o Teleología. Los Conceptos de Calidad,
Funciones y Salud del suelo.
28/03/2006 0:27 por dayana diaz toscano
necesito que por favor me den significado avanzado sobre las funciones del suelo como
deposito de sus nutrientes para asi poder relacionarme con el medio ambiente
y darme a conocer mas del suelo
Vuelvo a reiterar que una bitácora no es un foro de discusión. Entiendo que algunos no
lo comprendáis. Insisto, no es una actividad retribuida y lleva mucho tiempo. Si
tuviéramos que contestar todas las preguntas que nos hacen no avanzaríamos en los
contenidos. No os enfadéis si no contestamos. Espero que lo entendáis. Si no veis más
notas es porque las borramos. Eso no significa que no tomemos nota para en su
momento sacar temas que estáis planteando.
Un abrazo
El Administrador Principal
PD. Son los coloides del suelo: sustancias húmicas unidas a arcillas las que retienen los
nutrientes y los liberan a las soluciones del suelo
Otra cosa es, por supuesto, la salud humana y como el suelo (por ejemplo su
contaminación) puede afectarla via la cadena trófica.
Juanjo Ibáñez
"Calidad" y "Función" son vocablos y como palabras no tienen impacto sobre nada,
excepto sobre nuestras mentes. Y que decir que la "calidad tiene función". Odum no fijo
eso. En cualquier caso la palabra función de los ecosistemas ha sido reemplazada por
"Servicios Ecosistémicos". Los Suelos no tienen cualidades ni funciones, por mucho
que moleste a algunos. Confundir lenguaje con naturaleza es muy serio.
Otra cosabien distinta es lo que dices sobre la materia orgánica, funciones degradativas,
etc. Estamos de acuerdo. Pero los vocablos calidad y función son abusos del lenguaje y
pura teleología, es decir fuera de los cánones de la ciencia. No atacamos los estudios
que pretenden investigar la biología y la ecología del suelo. Lo que sí atacamos es lo
desafortunado y a científico del lenguage utilizado y que todo esto sea nuevo. Mentira
donde las haya.